El amigo de mi hijo (2)

A pesar de que trato de comportarme bien, no puedo, el amgo de mi hijo se da gusto con mi cuerpo, y mi temor es que abra la boca de más, o quizá ya le contó a mi hijo.

El amigo de mi hijo II

Mi esposo se ha vuelto muy ardiente en el sexo, aguanta más, me coge como si fuera otra mujer y no su esposa, es decir, me coge por cogerme, por satisfacerse sexualmente, siento que me usa, y eso me gusta.

L e gusta que me vista provocativa en casa, me lo hace donde se le pega la gana, y si estoy en mis días, sin escrúpulos me pide que se la mame o me coge por el culo, a veces sin desnudarme.

Creo que está feliz de tenerme de nuevo a su lado, y yo pues, tengo quién me mantenga y vea por mis necesidades más elementales.

El caso es que si no me coge por la noche, de seguro lo hará en la mañana, sólo espera que me le acerque y me hace suya, si hay alguien en casa no importa porque nuestra recámara está muy separada de las demás, y la casa es muy grande.

Hoy por la mañana antes de irse, me pidió que le preparara algo de desayunar, era muy temprano y yo como "buena esposa", me dispuse a ir a la cocina, traía un corpiño con un boxer abierto de los lados, como soy nalgona, se abría de más. Andaba así porque sé que mis hijos ni siquiera se molestan por acercarse a la cocina.

Mientras preparaba el desayuno, sentí sus manos en mis caderas, su respiración en mi cuello me desarmó y dejé de hacer las cosas para atenderlo a él. Empezábamos a desenfrenarnos cuando escuchamos un ruido, decidimos detenernos, terminé de preparar el desayuno y nos fuimos a nuestro cuarto.

Antes de entrar a la recámara, me asomé para ver quien había sido el causante de interrumpir nuestra pasión. Era mi hijo que se había levantado temprano a la escuela, pensé que en cualquier momento llegaría su amigo, que ahora es "mi amigo".

A mi esposo se le hacía tarde, mientras se arreglaba desayunaba lo que podía, yo me recosté esperando la hora en que se fuera para volver a dormir. Pensé que nada iba a pasar, yo estaba muy cansada y se me cerraban los ojos cuando mi marido me habla y al verlo estaba con su cosa de fuera, bien parada, no sabía que hacer si empinarme o mamársela, pero él tomó la iniciativa, me empinó en la orilla de la cama y me ensartó su verga en mi vagina que de inmediato empezaba a humedecerse, me di cuenta que miraba su reloj y supuse que se vendría rápido, no me equivoqué, de pronto apretó mis caderas depositó su semen en mi útero, yo estaba lubricada pero no me vine, no me importó, para mí solo el hecho de que me cojan, me doy por satisfecha, y si no, tengo mi consolador .

Se fue mi esposo e intenté dormir, pero el sueño se me fue, mi hijo entró para despedirse, si querer le pregunté por su amigo y me dijo que no llegaba, y si lo esperaba más se le haría tarde. Minutos más tarde mi hija se despidió para irse a su escuela, el transporte escolar ya estaba en la puerta esperándola. Me quedé sola, pues mi bebé tiene su propia recámara y duerme demasiado.

De pronto me despertó alguien que tocaba el timbre de la puerta, me asomé y vi al amigo de mi hijo que volteaba para todas partes. Media dormida me puse una bata y le abrí.

Según él iba por mi hijo, le dije que ya se había ido, supuse que buscaba otra cosa, así que le ayudé pues es un poco tímido.

--¿QUIERAS PASAR?.—Sin responder entró, miraba alrededor.

--NO HAY NADIE, SOLO MI BEBÉ Y YO, PERO ESTÁ DORMIDO.—

--ESTE... LA VERDAD TENGO PRISA, LLEGUÉ TARDE A PROPÓSITO PARA ESTAR CON USTED.—Nos miramos a los ojos, y sin decir nada, me quité la bata, me volteé y empecé a quitarme el boxer, pero él me detuvo.

--¡HASTA AHÍ, QUIERO QUE TENGAS TUS CALZONES, SÓLO BÁJATELOS, PERO NO TE LOS QUITES!.— Me los dejé puestos, y se acercó a mis nalgas, las acariciaba y yo me agachaba más para que rozara mi vagina.

Bajó sus pantalones su verga estaba muy dura y babosa, dejé que él hiciera todo, solo me coloqué, con sus manos bajó mi boxer dejándolos en mis muslos, se puso detrás de mí, y le ayudé a colocar su verga en mi raja, apenas estaba en la entrada y me la metió por completo. No Pude evitar un gemido d placer, sus manos se aferraban a mis caderas.

Pasé mi mano por debajo para acariciar su falo y sus huevos, empezaba a salir el semen que mi esposo me había echado minutos antes. Mis muslos interiores sintieron el recorrer de la leche de mi esposo, con mis manos la embarraba en mi vientre y mis tetas, pasaba mis dedos llenos de jugos en mi boca mientras al muchacho seguía cogiéndome como desesperado, no hacía más que cogerme, bajaba y subía mi boxer para dejarlo de nuevo en mis muslos o rodillas.

Volteé para mirarlo, puse mi mano en mis nalgas y empecé a golpearme, fácil entendió y él siguió con el juego, me nalgueaba a su gusto. Me gusta que me den nalgadas, pero éste muchacho se estaba pasando y me daba fuerte dejando mis caderas amoratadas. Lo detuve y le dije que suave, entonces ya no se controló y siguió golpeándome fuerte, de pronto sus ojos se cerraron y sus manos apretaron mis nalgas, empezó a venirse a borbotones, mezclando su leche con la de mi esposo, yo empecé a girar mis caderas como loca esperando un rico orgasmo.

Me estrechó con fuerza recargándose en mi espalda, su verga se bajó en mi raja y se quitó, sin decir nada, se limpió con mi bata, se subió los pantalones y se fue, yo quedé ahí, con mi prenda en las rodillas, y satisfecha de haber sido cogida.

Regresé a la cama satisfecha y rendida, dormí profundamente. Me despertó el timbre del teléfono, era la muchacha que me ayuda al que hacer de la casa, disculpándose de que no podía ir ese día. Me dio flojera levantarme pero tuve que hacerlo, preparé la comida, atendí al bebé, pero no me molesté en cambiarme de ropa, seguía con mi corpiño, mi boxer y un mandil.

Estaba distraída con las labores de la casa, que no me di cuenta cuando entró mi hijo, me sorprendió en ropa interior, y es que no era la hora en que él llega. Algo molesto me dijo que me pusiera otra cosa porque en cualquier momento llegaba su amigo, sin perder tiempo como niña regañada fui a mi cuarto para vestirme decentemente, y la ropa interior que traía. La puse en el canasto de la ropa por lavar.

Regresé a terminar mis labores, puse algo de música, quise platicar con mi hijo pero no me escuchaba, me pareció raro su silencio.

Me acerqué a su recámara, parecía que hablaba con alguien, toqué pero me advirtió que no entrara, dijo que estaba solo y que se ducharía, me pareció raro ya que se había bañado por la mañana.

Me retiré de ahí y como ya había terminado en la cocina, me dispuse a preparar la ropa para lavar. Me llevé una gran sorpresa al no encontrar la ropa interior que acababa de poner ahí, solo estaba el corpiño y la bata, pero no el boxer, estaba segura que los había dejado en el canasto.

Por mi mente perversa pasaron muchas cosas, sin hacer ruido me acerqué al cuarto de mi hijo, toqué y no contestaron, abrí la puerta despacio, no había nadie, entré y sin hacer ruido, me acerqué al baño, escuchaba gemidos y suspiros, éstos aumentaron de intensidad, mi hijo se masturbaba, algo muy natural para su edad, pero lo que dijo en su excitación, lo que escuché me dejó helada, mi piel se enchinó de miedo y confusión;

--¡MAMÁ, MAMÁ, QUE RICA TE VES ASÍ, QUE BUENA ESTAS MAMÁ, AAHHH, AHHH, MAAAAMÁÁÁÁ!!!.—

Me fui con temor de que me descubriera. Cuando salió se portó como si nada, yo traté de no estar cerca de él para no ponerme nerviosa, le dije que si tenía hambre solo se sirviera ya que me ocuparía. Mi hijo pequeño me llamó, y me quedé en su recámara jugando distraída con el bebé.

Luego de un rato, me avisó desde abajo que se salía, su amigo había llegado, me dispuse a terminar de hacer el aseo, cuando llegué a la lavandería, ahí estaba la prenda desaparecida, mi boxer estaba oculto, lo tomé y lo palpé, tenía semen, estoy segura que era semen de mi hijo, no podía ser ni de mi esposo ni del muchacho, pues éstos me habían cogido como cuatro horas antes, y la prenda estaba muy húmeda, era eyaculación reciente.

Me quedé pensando que el único hombre que me ha dado pánico de que se me acerque, es mi hijo, quiero estar equivocada y pensar que fue solo mi imaginación, o que solo fue una expresión en momentos de éxtasis.