El amigo de mi hijo
La relación prohibida entre un hombre maduro y solitario, y el amigo de 19 años de su hijo ausente.
El amigo de mi hijo
Todavía siento el calor de sus labios y de su cuerpo desnudo de su piel suave y dulce que tanto besé. Todavía me parece mentira que hayamos hecho el amor, y que su cuerpo joven y rotundo se haya entregado a mis deseos, que mi cuerpo maduro y curtido hubiese gozado como nunca entregado a sus caricias, como cuando su lengua bordaba paraísos en mi pija, en mi culo, en mis tetillas, como cuando sus brazos me estrechaban de ese modo tan urgente como implorando sin palabras que no lo abandonara.
Todavía huelo en mi sábanas y almohada, en mis manos y en toda mi piel, el olor de su cuerpo de muchacho limpio, ese olor a sándalo y chicle globo, a mani con chocolate y crema dental sabor eucaliptos, ese perfume cálido a café con leche de Buenos Aires, que aún me perturba. Todavía casi me muero al cerrar los ojos e imaginar su cara, esa cara perfectamente cincelada, tal vez demasiado perfecta, demasiado armoniosa, demasiado bella, deformada por las muecas del deseo.
Siento aún la caricia de su nariz entre mis huevos, la humedad de su boca en mi pija, su respiración en mi vello púbico, sus gemidos a la hora en que mi garcha taladraba y se hundía en la almohada suave de sus nalgas y mi leche bautizaba su orto encantado.
Un amigo de mi hijo nada menos. Yo estaba bien seguro que esa sola circunstancia me condenaba al secreto y a la clandestinidad y sin embargo , por primera vez en mi vida, estaba enamorado hasta los tuétanos, perdídamente enamorado de un ángel rubio de 19 años, de un ángel lascivo y tentador , que se acostaba en mis sueños entre mis brazos, desnudo y caliente, y hacia que mi pija se parara varias veces durante la noche.
Cuando mi hijo me lo presentó por fin, terminó una larga expectativa que había comenzado cuando me había hablado de Javier por primera vez. ¿Qué especiales virtudes podría tener aquel amigo como para despertar tanta admiración ?
Mide 1,77 y pesa unos 83 kilogramos. No es delgado ni es gordo. Tiene esa pequeña sobra de peso que hace de su piel una maravilla de tersura y de su cuerpo, una masa no demasiado liviana de deseo y pasión. Por debajo de su cintura tiene como esos sobrantes de piel que los yankies llaman "love handles", agarraderas para el amor y si, pienso que tiene de donde agarrarlo para darle amor, sexo, pija, sangre, para amarlo hasta la desesperación y para que guarde.
Mi hijo se fue a vivir de nuevo con la madre apenas me presentó a Javier. Cerca de donde ella vivía, nada menos que en Barcelona , Jeffry habia conocido a una chica de la que se enamoró perdidamente y por ella dejó esta casa confortable que compartìamos del otro lado del océano, me dejó a mi, y lo dejó de algun modo a su mejor amigo Javier.
Y aunque nunca se lo dije , yo me sentía tan solo al principio , extrañaba tanto a mi hijo que la compañía de Javier, me hacía bien. Se parecían en muchas cosas, y el también se sentía muy solo Eso fue al principio , cuando su ropa me recordaba a mi hijo, y sus zapatillas apoyadas insolentemente en mis sillones me hacían pensar en aquel hijo que se hallaba mas allá del océano. Pero ni yo era su padre ni el era mi hijo.
Había como una onda extraña entre nosotros. Un aire a sexo reprimido, a deseo por la piel del otro. Un aire a prohibido, a pasión oscura, algo así como la música de un incesto que no era tal. Me di cuenta que el me buscaba con los ojos, con el culo, con la pija , on su piel desnuda, con sus tetillas rosadas.
Los jueves jugábamos a las cartas con dos amigos mios, y los miércoles ibamos al cine juntos. Nos gusta el mismo tipo de películas, y somos fanáticos del cine. Algunos domingos ibamos a ver fútbol y todos los sábados escuchábamos mis discos. Le gusta la misma música que a mi y nos divierte compartir conocimientos sobre directores solistas, orquestas y grabaciones.
Un sábado de verano se vino en unos shorts muy cortos con tajo en los costados que mostraban sus piernas gruesas y fuertes, y me dijo ponete algo cómodo Félix.
Y yo casi a propósito me vestí unos shorts cortos a rayas celestes y blancas que marcan bien mi bulto y mi culo y que dejan ver mis piernas de 30 años de gimnasio. Lo primero que dijo cuando me vió, es que yo tenía lindas gambas, lindas piernas. Me dio vergüenza, no supe que contestar pero eso me dejó caliente.
Escuchábamos una ópera de Puccini pero nuestras miradas estaban en el otro. Yo admirando aquel físico hermoso de la primera juventud, aquellos músculos suavemente marcados , aquellos pies grandes, aquella pija dormida disimulada apenas por el short, aquellas nalgas blancas que surgían mas allá de las piernas de Javier .
Mi sangre hervía y por todos los medios trataba de tapar con el diario mi erección enorme, la calentura prohibida que me generaba ese chico. Pero esas piernas lampiñas y apenas broncedas, esas nalgas blancas, esos gestos de gato mimoso de sus piernas, ese entreabrir de sus muslos largos me ponían cachondo, caliente, al palo , me hacían vulnerable, indefenso. Enardecían mi leche mal guardada.
En el largo rato que le estuve mirando , mis ojos se encontraron con los suyos y en un momento dado ví como una nube que tapaba su mirada y descubrí que estaba llorando.
- Que te pasa Javi, porque estas llorando? Y mi pregunta se perdió entre sus hombros antes que el se atreviera a responder.
Me dijo que estaba mal , que había peleado con su padre por unas fotografías que sin querer había velado por abrir inconsultamente la máquina. Habló de insultos , agresiones y que ello se había intensificado en los últimos dos años.
No quise averiguar que había pasado en los últimos dos años para que el padre hubiera cambiado de actitud , y fue cuando en un sollozo me dijo , que el desprecio provenía de la sospecha de su padre de que el era gay.
No quise preguntarle si era gay o no , hubiera sido demasiado evidente. Pero el se encargó de contestar la pregunta que yo no había hecho y abrazándose a mis piernas y llorando, me dijo que no lo despreciara yo también por ser gay .
Acariciando su cabello rubio, como lo hubiera hecho con un hijo, le dije que jamás lo despreciaría porque yo también lo era. Me miró con los ojos extrañados, como si por fin descubriese o confirmase que ese modelo de macho que el creia que yo era , era tan puto , tan trolo, tan marica como él.
Hablamos mucho esa tarde y le conté mi vida, mis confusiones, mi matrimonio frustrado , el nacimiento de mi hijo, mi divorcio, el reconocimiento de lo que yo era, mis parejas fracasadas, mi soledad , mi falta de amor . Le dije que sin embargo no me arrepentía de ser como era.
Fue cuando empezó a besar mis piernas y lo aparté. Cuando se abrazó a mis rodillas y apoyó la cara mojada por las lágrimas y yo busqué su mirada y con un gesto serio le dije no, e intenté pararme, cuando él agarró mi pija y apretó mis huevos bajo el short, cuando comenzó a pajearme por sobre la tela, cuando acarició mis piernas, mis muslos, y yo seguía negándome. Su mano continuó en mi poronga y siguió sobándome despacito hasta que lo alcé y el buscó el beso que soñaba, el abrazo que necesitaba, la contención de un hombre maduro.
Con la pija al palo me llevó a la cama y se tiró encima mío y no era liviano, era fuerte bajo su aparente fragilidad y me besó apasionadamente y abrío mis labios para pasar su lengua , esa lengua hermosa y grande que derribó todas mis barreras morales. Me desnudó despacito y yo le saque la ropa , y nos levantamos para ir a bañarnos bajo la ducha, y enjaboné su cuerpo de durazno y damasco, su piel nueva, su pija larga y gorda, su culo levantado y tentador, su pecho con tetillas rosadas, sus brazos casi sin pelos, su espalda ancha , sus pies grandes y finos.
El me enjabonó la pija y el culo una y otra vez, como si quisiera borrar los restos de otras bocas , de otros culos, los vestigios del semen de otros tipos, las huellas de mi desamor y me lavó los cabellos , como queriendo recuperar el antiguo color que las canas habían derrotado ya.
Tomados de la mano nos volvimos al cuarto y allí el me chupó la pija por primera vez y yo comencé a gritar de deseo y el, para callarme , se alargaba como un gato sensual y sedoso sobre mi cuerpo, para paliar mis gritos con un beso y luego siguió chupándomela chupándomela hasta que le dije basta pues no quería acabar en su boca y acabé en su cara, en sus cejas, en su cuello , en sus orejas , y en sus brazos, y exhausto me tiré en la cama y el continu+o chupándome todo, besando mi cuerpo y gritándome cosas obscenas, hasta que yo, ya recuperado, lo puse en cuatro patas y sin mayor introducción que un poco de saliva, se la metí por el orto con desesperación y locura. Y el comenzó a quejarse de dolor, y yo quise apartarme pero el no me dejó y me imploró le rompiera el culo, le partiera el orto con mi pija dura, le reventara el ano con mis bombeos, y se la metiera hasta el fondo del alma.
Lo cogí con desesperación, con frenesí y el bien putito movía ese culo hermoso y suave para que se la pusiera cada vez mas adentro, para que mi pija madura construyera el camino común que nos esperaba. Y loco de pasión grité su nombre, y muerto de calentura bombeaba y bombeaba y el me acompañaba con el movimiento incomparable de su culo maravilloso ahhhhh
Cogeme papi cogeme gritaba, y yo seguía poniéndola y sacándola, hundiéndome en ese culo que me recibía con deseo , con dolor y con gemidos de placer, cogeme cogeme cogeme como una letanía y lo cogí lo cogí , lo garché, lo culié hasta que toda mi leche, toda mi leche del pasado amargo, toda mi leche solitaria y rechazada, se hizo crema, se hizo gel, se hizo elixir para cubrir sus entrañas, para calentar sus tripas , para inundar su juventud con todo el amor de mi madurez.
Después, mucho después, cuando habíamos gastado toda la cuota pendiente de besos chupones y caricias, busqué su pija , su enorme pija blanca y gorda y comencé a besarla a lamerla, a pajearla despacio como quien no quiere despertar a un bebe dormido y por fin me la puse en la boca , buscando su esencia, en procura de su leche inmensamente rica , absurdamente joven, hermosamente blanca, como si con su líquido vital pudiera apagar de una vez , mi sed de amor , de toda la vida.
galansoy
A todos mis lectores, escríbanme a mi mail y valoren mi relato. Abrazos .g