El amigo de mi esposo abusó de mí
Una mañana, un amigo de mi esposo aprovecha que él salió para abusar de mí
Esto que les platicaré sucedió hace un par días.
Para los que me seguían en twitter (lo cerré por problemas personales) se llegaron a enterar que mi esposo en algunas ocasiones permitió y/o me compartió con algunos de sus amigos, dejándolos que me cogieran un par de ocasiones
Bueno dentro de esos amigos estaba Javier, es un señor ya de edad, unos cincuenta años calculo porque la verdad no sé, mide cerca de 1.70, corpulento, gordo, pienso que ni se ha visto la verga desde hace mucho por su inmensa panzota, moreno claro, su cuerpo está lleno de vello, es casado, muy engreído, se cree de dinero, gana bien pero tampoco es para tanto, en lo personal m cae mal, casado ya con dos hijas adolescentes, es lo único que se y desconozco lo que haga dentro de la empresa de mi esposo y ni idea de por qué se lleve tan bien con mi esposo al grado de que seguido salen y bueno como les comenté ya él junto con otros amigos de mi esposo han tenido la oportunidad de follarme, estando mi esposo presente.
Bueno esto sucedió hace un par de días. Debido a la presente cuarentena me la paso encerrada en casa todo el día junto con mis pequeños, el único que llega a salir de vez en cuando es mi esposo por trabajo pero trata de no hacerlo, cuando sale normalmente es a supervisar alguna obra por lo que sale casi todo el día.
Como les dije hace un par de días me encontraba en casa, eran como las 10 de la mañana, acabábamos de desayunar, mi esposo tenía unas tres horas de haber salido a trabajar, mi hijo mayor se había ido a su recamara a hacer la tarea que le mandaron de la escuela y seguramente a perderse en la tele, el otro pequeño estaba en la sala jugando y viendo tv. Y la pequeña se encontraba dormida en mi recamara, me disponía a ponerme de pie cuando sonó el interfón, era un vigilante dela entrada a los condominios diciendo que se encontraba un Sr. Javier *, venía por documentos de mi esposo, no se me hizo nada raro por lo que le dije al vigilante que le permitiera pasar.
Mientras Javier subía puse la tv., se escuchó el timbre del departamento y le abrí.
Él vestía jean, una camisa cuadriculada azul marino, cubre bocas, y zapatos de trabajo color kaki. Por mi parte aún estaba en pijama, es de color blanco con dibujos de estrellitas de varios colores, compuesta de pantalón y una chamarrita, por debajo solo traía una panti roja y pantuflas de corazones.
- Hola Javier adelante pasa - abrí la puerta en su totalidad para darle el paso, no acostumbro saludar a nadie de beso y por la cuarentena ni la mano le di.
- Hola hermosa ¿cómo estás? - Se acercó para saludarme pero yo me hice para atrás y solo lo saludé moviendo la mano.
- Bien gracias, Antonio (mi esposo) no me dijo que vendrías.
- Fue algo de improviso, voy a sacar unos archivos de su computadora.
- Si no hay problema, pasa, el estudio está al fondo y ahí está su lap, es la roja - cerré la puerta de la entrada y con la mano señalé al fondo del pasillo - voy a recoger aquí, acabamos de desayunar y si no se me juntarán los trastes y después me da más flojera lavar.
Caminamos hacia la mesa mientras Javier me seguía por detrás.
- ¿Y los niños?
- Alex haciendo tarea en si recamara, Carlitos ahí está (señale a la sala donde estaca mi hijo Vane dormida en la recamara.
Mientras platicábamos un levantaba los platos y vasos de la mesa, con las manos ocupadas me dirigí a la cocina y Javier tras de mí.
- Eres una mujer muy hermosa, elegante, sensual…
- Jaja gracias, y eso que estoy un pijama y greñuda heeee.
- No importa…
Dejé los trastes en el lavabo y mientras lo hacía Javier me tomo de la cintura y me apretó contra su cuerpo, sentí como acerco su boca a mi oído pero me hice a un lado.
- ¿Qué haces?
- Sintiendo tu exquisito cuerpo.
Empujé con mis manos las él para soltarme.
- ¿Qué te pasa?
- Quiero que hagamos el amor muñeca.
- No confundas las cosas Javier, las ocasiones anteriores me dejé llevar por el momento y el alcohol, además Antonio estaba presente, no quieras pasarte de la raya ahorita que él no está.
- Escúchate hablar, hasta pareces una mujer decente y educada, no la puta que se deja coger por todos.
- Mide tus palabras, ve al despacho por lo que viniste y retírate por favor.
- No vine por nada, eso lo dije para que me abrieras vine a hacer el amor contigo.
- Te repito no confundas cosas que ni al caso, retírate o llamaré a los vigilantes.
- No quieras mostraste como una señora de casa, toda modosita, eres una puta.
- Retírate por favor.
- Eres una simple puta de las caras, dime, cuanto hay que pagarte para coger contigo- saco su cartera y tomo con sus manos unos billetes – ¿mil… dos mil pesos o cuánto? Dime puta.
- Ya retírate o llamaré a los vigilantes.
- Dime puta zorra, ¿Cuánto tuvo que pagar Antonio para que cogieras con él?
Me disponía a salir de la cocina para llamarle a los vigilantes y se llevaron a Javier, caminé hacia la puerta pero Javier me tomo muy fuerte del brazo.
- De aquí no sales hasta que cojas conmigo.
- Suéltame Javier, me lastimas.
Javier me jalo más hacia él e intentaba besarme, yo me resistí moviendo la cara y lo empujaba para zafarme pero su fuerza y su cuerpo tosco y pesado me hacían imposible alejarme, forcejeábamos y pensé en gritar pero eso llamaría la atención de mi hijo Adrián, el mayor, y sería peor la cosa, Javier me apretaba fuerte el brazo al punto de lastimarme, me retorcía con todas mis fuerzas pero no eran suficientes para alejarme de Javier, con su otra mano Javier se las arregló para darme la vuelta quedando detrás de mí de inmediato una mano se me metió bajo mi chamarra ultrajando mis tetas la otra liberó mi brazo y pero usa mano la metió en el pantalón de mi pijama hasta llegar a mi pantaleta, acariciaba bruscamente mi vagina sobre la panti intentaba meter sus dedos pero debido a mis movimientos no podía hacerlo, mis pechos eran apretados muy fuerte liberando un poco de che, Javier intento besarme de nuevo pero me negué, saco sus manos de mi pijama, supongo que se enfadó o se desesperó de que yo no cooperaba sino que me resistía y de un aventón me arrojó hacia el refrigerador, yo resbale y golpee muy fuerte contra el refri en mi espalda y nuca y caí al suelo sintiendo un gran dolor en la espalda a causa del golpe, quedé sentada en el piso apoyada en el refrí, Javier mientras tanto se quitó el pantalón, camisa y zapatos quedando con en una trusa azul, de su inmenso cuerpo sobre salía su panzota que parecía tener dentro una pelotota, sus pechos creo que hasta eran más grandes que los míos, estaba todo sudado, jadeaba, se notaba muy excitado y de su trusa sobresalía un pequeño bulto que quedaba oculto por su panzota, en otras circunstancias yo creo que le hubiera cumplido todo lo que quería pues saben bien que ese tipo de machos mastodontes me excitan muchísimo, me enloquece me hacen sentir sucia y puta, pero la manera en cómo había hecho las cosas no ayudaba en nada.
Estaba intentando ponerme de pie pero Javier al notarlo se acercó rápidamente a mí, tomó mi cabeza a la altura de mi oreja izquierda y me aventó al suelo, caí de golpe, por fortuna no golpee mi cabeza en el suelo pero aun así me encontraba algo aturdida, las cosas sucedían muy rápido.
Me encontraba tirada en el piso, lo siguiente que vi es que Javier ya se encontraba por completo desnudo, una manta de pelo negro se asomaba de debajo de su pansa y de esta una pequeña verga, tal vez era de tamaño normal pero por las dimensiones de su físico su verga se veía pequeña.
Se dejó caer sobre mí, todo su peso me aplastaba y me asfixiaba pues me faltaba el aire, su manos me recorrían toda, intentaba besarme pero como no lo conseguía me besaba y mordía el cuello, metió ambas manos bajo mi chamarra, apretando u jugueteando con mis tetas, intentaba empujarlo pero si de pie no lo conseguí menos teniéndolo encima, le pedía que se detuviera, que me dejara en paz, pero él me ignoraba y decir que mientras más me resistiera más se excitaba, intenté darle golpes pero parecía que ni siquiera los sentía, estaba desesperada por quitarme pues en verdad me estaba ahogando, levantó mi chamarra hasta mi cuello, y se lanzó a morder mis pezones y lamer las gotas de leche que salían, comentó que las anteriores veces se contenía por estar mi esposo presente y que siempre que me veía quería cogerme y que ahora se desquitaría, ya estaba cansado de cogerse a su esposa pensando que era que esta vez me cogería hasta quedar exhausto.
Mientras su boca disfrutaba mis pechos sus manos intentaban bajar mi pijama pero ya que era aplastada por ambos esta no bajaba por lo que después de unos intentos optó por incorporarse un poco, por fin pude dar un jalón de aire y por primera vez fui consciente del frío del suelo, Javier se colocó de rodillas a la altura de mis piernas, tomo el elástico de mi pantalón y lo intentaba bajar, torpemente pero a pesar de retorcerme el pantalón bajaba y con él mi pantaleta, cuando llegó a altura de mis muslos ya le fue sencillo bajarlo hasta sacarlo de una de mis piernas, rápidamente bajo mi pantaleta también hasta sacarla, yo pataleé y lo golpeaba en el cuerpo pero nuevamente todo fue inútil, se colocó sobre de mí , se las arreglé para poder meterse entre mis piernas, debido a sus dimensiones quedé completamente abierta, nuevamente levantó mi chamarra que ya se había bajado, volvía a mordisquear mis pezones causándome gran dolor, parecía que quería arrancármelos, hacía movimientos de copulación pero su inmensa panzota le estorbaba, aun así sentía como su pene rozaba mis labios vaginales, después de un par de intentos se desesperó, apoyó ambas manos en el suelo levantándose llegando a mi nuevamente una bocanada de aire, la cual duro poco pues con su mano izquierda me apretó del cuello ahogándome, sentí como mi cara se puso caliente, mis ojos comenzaban a llorar y yo sin poder respirar ni decir nada, intenté quitar su mano pero mientras más intentaba quitar su mano este apretaba más mi cuello, con su otra mano dirigió su pene a la entrada de mi vagina e intentaba metérmelo pero no podía, me dolía, me ardía pero no era nada comparado la desesperación que sentía por la falta de aire, estaba viendo estrellitas, la verdad estaba muerta de miedo no sabía que pasaría, cuando liberó mi cuello, comencé a toser intentando jalar aire.
- ¡Pinche perra! – grito- estas muy seca, no te la puedo meter.
Se recorrió hasta sentarse sobre mi pecho dejando caer todo su peso, sentí que me rompería las costillas, era demasiado peso, me sujeto del cabello colocando su mano en mi nuca, se inclinó para adelante lo que aproveche para jalar aire, pero nuevamente el gusto me duró poco, empujó mi cabeza hacia su entrepierna, su panzota me cubría la cara, su pene golpeaba mis mejillas.
- Trágatelo puta, ya sabes lo que tienes que hacer ¡tragatelooooo!
Aunque no quería busque metérmelo a la boca, afortunadamente su panzota me estorbaba, y solo me metí la punta, tenía un buen sabor, se nota que se acababa de bañar, a pesar de que su cuerpo estaba sudando su pene aún conservaba buen aroma y sabor, empujaba y jalaba mi cabeza imponiendo el ritmo de la mamada, yo solo trataba de que no se saliera de mi boca pero tampoco lo estimulaba, mi saliva chorreaba, sentía que escurría por mi barbilla a mi cuello, esa posición tan incómoda duro poco pues a los pocos minutos me libero dejando caer mi cabeza al suelo.
- A ver si ya te entra así.
Se puso de pie, camino hacia mis piernas y se puso de rodillas, yo ya me encontraba cansada, no de forcejar, sino de tantas asfixias que había sufrido por lo que no me resiste, Javier puso mis piernas sobre sus hombros.
- Que rica pucha tienes puta, nunca la había visto así, eres hermosa, sin duda eres puta fina, voy a disfrutar mucho esto, al parecer ya vas a cooperar puta, vas a ver la pasaremos muy bien… te voy a hacer mía…
Con su mano dirigió su pene a la entrada de mi vagina aún reseca, lenta y dolorosamente me lo empezó a meter, solté algunos quejidos pues me dolía, no tardó mucho en metérmelo todo, se sentía muy duro, sentía su palpitar, colocó sus manos en mi cintura para sostenerme y comenzó a cogerme, en cada arremetida mi vagina me dolía, no lo hacía de manera violenta pero me dolía pues no me encontraba nada lubricada, soltó mi cintura y paso sus manos a apretar mis pechos, se sujetó fuerte de ellos recargando su peso sobre mí, sus cogidas dejaron de dolerme… me estaba lubricando… se sentía rico, eran cogidas lentas, placenteras… ya está gimiendo pero de placer, ya no me resistía, había logrado su objetivo, era suya… su mujer… su puta.
No alcancé el orgasmo pero cambiamos de posición pues Javier se notaba cansado, bajo mis piernas dejándolas caer al suelo, se dejó caer sobre de mí, sin salirse, su cabeza quedó al lado de la mía, en mi oreja escucha sus jadeos, su peso nuevamente me sofocaba pero estaba disfrutando del movimiento de su pene en mi interior, inconscientemente mie piernas lo rodearon y mis brazos intentaba abrazarlo sin lograr cubrirlo por completo.
- Estas muy rica puta… eres mucha vieja para Antonio… por eso te comparte con nosotros… él no te llena…
Yo no le respondía, ya ni gemía ni nada, solo sentía como me penetraba sin llegar al orgasmo y trataba de abrazarlo como buscando sujetarme de él.
- Quiero darte desde atrás… levántate…
Javier se puso de pie, yo lentamente me sentó, me sentía sofocada, agotada, no lograba reponerme, Javier amablemente me dio la mano para levantarme, ni cuenta me di en qué momento se me salieron las pantuflas, las piernas me flaqueaban, no tenía fuerzas, lentamente Javier me ayudo a ponerme de pie, solo me quedé parada, sin hacer nada, Javier me tomó de la cadera y me puso contra el lavabo, me inclinó hacia adelante mientras se colocó detrás de mí, metió nuevamente su pene en mi vagina, se sujetó de mi cintura con ambas manos y empezó un mete y saca ahora si más rápido, sin duda quería terminarme así.
Jadeaba, se notaba que le faltaba el aire, yo emitía pequeños gemidos, Javier no sé si bufaba o jadeaba, parecía que moriría pues le costaba jalar aire o eso parecía, su pene ahora si me estaba llenando de placer, un orgasmo se acercaba… el único que tendría al parecer, Javier enterró sus dedos en mi piel, apretándome más y más a su cuerpo, yo gemía más fuerte y cuando empecé a sentir como Javier me llenaba la vagina de sus semen tuve un rico orgasmo que provocó que mis piernas flaquearan más quedando completamente apoyada en la orilla del lavabo.
Javier permanecía quieto, vaciándose, llenando más mi vagina… cuando se terminó de vaciarse y se salió de mí su esperma escurría por mis piernas y caía al piso, yo quedé unos minutos recargada en el lavabo, Javier me dio dos fuertes nalgadas, una en cada nalga.
- Te gusto verdad perra… te dije la pasaríamos bien, me gustaría quedarme pero tengo que trabajar, otro día paso a cogerte mas.
- Ya vete por favor.
- No mi amor, no te pongas triste (sujeto mi barbilla) prometo que pronto volveré a verte – dicho esto me beso en la boca.
Mientras se vestía yo permanecí de pie desnuda mirando su sudoroso y asqueroso cuerpo… me estaba excitando… quería que me cogiera de nuevo… quería que ese cerdo asqueroso me diera su leche de nuevo… comencé a tocarme mi clítoris…
Una vez que termino de vestirse se acercó a mí y me abrazó, colocó sus manos de manera que sujeto mis nalgas, nos besamos apasionadamente mesclando nuestras lenguas.
- Ya vez… te gusto… luego regreso mi amor.
- Está bien…
Javier salió de la cocina y escuché la puerta del departamento cerrarse, me asomé a la sala, mi hijo se había quedado dormido, tome un par de toallas de papel y me limpié mi zona vaginal, me vestí en la cocina… agitada y excitada.
Por la noche le comente a mi esposo lo sucedido, solo me contestó que eso me había ganado por ser tan puta con sus amigos, al dormir me cogió de manera muy violenta y rica, se había excitado con lo sucedido.
Espero les gustara mi relato, y solo como comentario final les diré que espero que Javier regrese.