El amante perfecto.

Despues de sufrir, por varios meses, termine pidiendole a mi esposo me dejara tener sexo con un hombre que podria ser mi padre, el supo comprender y acepto que convirtiera en mi amante a aquel hombre maduro y experto en todo lo relacionado al sexo.

Cada día me resultaba más difícil aparentar que todo marchaba bien, me case muy enamorada a los 17 años, sin saber que mi vida cambiaria abruptamente a los 7 meses de casada. Mi esposo, 6 años mayor, tenía un buen empleo, pero sufrió un accidente que lo dejo postrado en una silla de ruedas por el resto de su vida, perdió la movilidad de la cintura a los pies, y para salir con los gastos conseguí un empleo en una panadería, ¡como decírselo! Sin dañarlo, me preguntaba a cada día, después de casi 2 años sin sexo, mi cuerpo pedía a gritos tener una relación. Pero me detenía el pensar en el,  pues lo amo mucho y no deseo lastimarlo, quizá el se imaginaba algo por que una tarde cuando nos disponíamos a dormir el me dijo lo siguiente.

-Sonia, te e notado un poco inquieta, ¿te sucede algo?

  • Jorge, quiero decirte algo, pero tengo miedo ¡no se como decírtelo!

-Pues, así sin rodeos, sabes que te quiero y es mejor ser sincera conmigo, ¡por favor no temas!

  • Jorge, mi cuerpo necesita sexo, no lo puedo evitar, ¿por favor dime que hacer?

-Es normal Sonia, yo esperaba este momento, y agradezco tu confianza al decírmelo, ¿lo has hecho ya con alguien?

  • ¡No!  Jamás, pero conocí a un señor que tiene 45 años y me gustaría estar con el.

-¿es del trabajo?

  • ¡No! Lo conocí en la calle es un ingeniero y es casado, te juro que solo deseo tener sexo, jamás te dejare por nadie.

-Y en que puedo ayudarte, quizá suene raro pero no se ni que decirte, ¿ya han planeado algo?

  • El quiere que este viernes cuando salga del trabajo, vallamos a un motel. Por eso me atrevo a decírtelo.

-Sonia, ¡sabes que te amo demasiado! Y solo deseo que seas feliz, acepta su invitación, y no te preocupes por mi, solo avísame cuando estés con el a que hora regresaras a casa.

  • ¡Gracias!  Igual yo te amo y por eso te digo que solo buscare un poco de placer, a ti es a quien ¡amo!  (Nos abrazamos y no pudimos evitar unas lágrimas, sin embargo así era mejor)

Al día siguiente, solo espere que fuera una hora que el me había dicho, le llame y acorde estar el viernes en el lugar acordado y a las 5 de la tarde. Ese viernes me esmere en mi arreglo personal, le di un beso a Jorge y Salí al trabajo, el no dijo nada sabia que esa noche su esposa estaría en brazos de un desconocido.

-Hola, Sonia por un momento temí que no llegaras.

  • Mario, estoy un poco nerviosa, pero dispuesta a ir contigo.

Subí a su auto y por ves primera, sentí un hormigueo en mi estomago, jamás imagine que estaría algún día con un hombre que podría ser mi padre, Mario había logrado despertar en mi ese deseo de entregarme a el, y no es que me prometiera nada a cambio, ¡no! Solo se trataba de dos cuerpos con las mismas necesidades, y a quienes el destino nos ponía de frente.

Los nervios aumentaron al entrar a la habitación, solo atine a sentarme en un pequeño sillón, mientras el pedía un par de copas ala recamarera, yo jamás había bebido, pero en esos momentos lo deseaba, quizá una copa me ayudaría a superar ese momento,

Bebimos con tranquilidad la copa, y al terminar se puso de pie a mi lado, me tomo de la mano y me arropo en su pecho, en verdad parecía un pequeño siervo a punto del sacrificio, mi cuerpo no dejaba de temblar, nuestras bocas se unieron en prolongado beso, poco a poco perdí el temor y me dispuse a gozar del momento.

Sus manos se deslizaron por mi cintura, buscando el cierre, lo bajo muy despacio y después aparto el vestido de mis hombros para dejarlo caer al piso, ahora seguía el sostén, y por ultimo deslizo sus manos por los costados de mis pantaletas, totalmente desnuda me rodeo la cintura con sus grandes manos.

Ahora el, como si se tratara de una ceremonia se desabotono la camisa y después el pantalón, al mirarlo desnudo nuevamente el temblor se apodero de mi cuerpo, nos unimos en un abrazo, al tiempo que el recorría mi cuerpo con sus manos, cuando llego a mis nalgas ahí las dejo por un buen rato, atrayéndome hacia su cuerpo, el roce de mi estomago con su verga me hizo estremecer, me recostó en la cama y en ese momento aparte de mi todo pudor y me entregue a los placeres sexuales mas deliciosos que jamás había probado.

No fue necesario que el separara mis piernas, yo misma lo hice las abrí dejándolo mirar mi pepita, la cual palpitaba de deseo mientras mis jugos salían como un rio esperando ser sorbido.

Aproximo su cara y de forma enloquecedora, dio un lengüetazo a mis labios, me sacudí como si me hubieran dado una descarga eléctrica, nuevamente paso su lengua pero esta ves con mucha lentitud cada ves que avanzaba me enloquecía, la locura fue cuando su lengua trato de hurgar en mi ano, le dije que ahí no me gustaba, desistió de esa caricia y se concentro en mi pepita nuevamente.

-¿Te gusta que te la mame?

  • Si, es algo que jamás había sentido.

-¿y no te gusto que mamara tu ano?

  • Si, me gusto mucho Mario, pero todavía no estoy preparada.

-no te preocupes sabré esperar.

Se aparto de mi lado, y se quito el bóxer, salto libre aquella formidable verga, sus venas la hacían verse mas deseable. Me puso recargada en la pared y me penetro, la leche que salía de mi pepita le facilitaron las cosas, tomo mis tetas con sus manos y mientras las acariciaba, metía y sacaba su verga de mi pepita, fue algo grandioso terminar al mismo tiempo los dos.

-¡Sonia, que rica estas!  Esta primera vez fue algo simple, me gustaría estar mas tiempo el próximo viernes, si puedes me avisas, creo que ya paso el momento difícil te prometo que la próxima vez será mucho mejor.

  • Mario, fue algo delicioso, y tratare de venir el próximo viernes, yo te aviso.

De camino a casa, llame a Jorge le dije que ya iba en camino, Mario me dejo  frente a la casa, me baje cuando nadie me podría mirar, nos despedimos de un beso y acordamos esperar la próxima semana.

¿Cómo te fue Sonia? La pasaste bien,

  • Si Jorge, fue algo rico pero no hablemos de eso.

Al contrario, te suplico me cuentes, como fue si aprendiste algo nuevo.

  • Si Jorge, quizá lo nuevo fue el sexo oral, tú sabes que jamás lo hicimos tú y yo.

¿Tu se la mamaste a el?

  • No, sólo fue el quien me mamo mi pepita,

¿No se te antojo mamársela?

  • ¡Si! Pero no me atreví a pedírselo.

¿Quiere verte nuevamente?

  • Si, el próximo viernes,

Que bien Sonia, ¡el próximo viernes tu tomaras la iniciativa y se la mamaras! ¿De acuerdo?

  • Si amor, si tu me lo pides ¡lo hare!

Aquella semana, fue eterna cuando por fin pude comunicarme con Mario, me sentí contenta,

Sonia, qué bueno que podamos vernos, solo que esta ves llegare a las 7 por ti, ¿podemos a esa hora?

  • Si Mario yo hablare con jorge, no te preocupes ahí estaré a las 7.

Al llegar a casa de inmediato Jorge me pregunto si había hablado con Mario, le dije que si pero que el llegaría a las 7, entonces Jorge me dijo.

-esta bien Sonia, es buena hora y que bueno por que me gustaría platicar contigo, mañana antes de que vallas a su encuentro.

Esta vez el tiempo se fue demasiado rápido, me apresure a llegar a casa y salir de dudas, ¿Qué querrá Jorge? Fue la pregunta de todo el día. Cuando llegue eran las 3 de la tarde y Jorge me dijo Sonia, apresúrate a bañarte pero antes de que te vistas me avisas.

Salí con una toalla alrededor del cuerpo, Jorge ya estoy lista le mencione.

-Sonia, e decidido cooperar un poco, con un toque de sensualidad, decidí vestirte para una noche de sexo, e conservado la lencería que te pusiste en nuestra noche de bodas, te mirabas muy sexi, y ahora la llevaras, ponte el vestido blanco de algodón, y las zapatillas negras ya me contaras de su reacción.

Me dispuse a ponerme la lencería, en realidad mi cuerpo seguía igual a dos años atrás, el vestido se pegaba a mi cuerpo como si fuera una segunda piel, me puse un suéter largo para ocultar un poco las marcas de la tanga y de las ligas. Me despide de Jorge con un beso y antes de salir me dijo.

-Sonia, si estas feliz con Mario, no lo dudes toma la iniciativa y mámale su verga.

Cuando llegue a la cita Mario ya estaba ahí, subí y me dio un beso y exclamo.

-¡Que linda bienes! Esta noche será más deliciosa que jamás la olvidaras.

Nos alejamos, y en pocos minutos estábamos en el motel,  ya en la habitación, nuevamente pidió las copas solo que esta ves fueron 4, las bebimos y al terminar nuevamente se inicio el rito sexual, solo que esta ves en verdad todo parecía muy diferente.

-guau Sonia que linda te ves con esa lencería, me dijo cuando el vestido callo al suelo,

Se aparto y contemplo mi cuerpo con ojos de deseo, después de contemplarme se aproximo y fue apartando una a una las prendas de mi cuerpo, solo me quedaban las zapatillas, pero me pidió me las dejara al igual que las ligas de las medias.  Se desnudo y recordé las palabras de Jorge.

Me apresure a tomar su verga con mi mano, y la dirigí a mi boca, se sorprendió pero claro que le gusto mi atrevimiento, con suavidad la chupe a todo lo largo, el sabor me parecía agradable y en verdad lo estaba disfrutando, en pocos minutos parecía como si toda mi vida lo hubiera echo.

Me aparto con delicadeza al tiempo que me sentaba en el sillón, mi pepita se mostro húmeda en todo su esplendor, tomo el teléfono y pidió 2 copas mas, yo ya me sentía ligeramente mareada, pero no puse objeción,

Al terminar las copas, se puso de rodillas y yo por instinto abrí las piernas, nuevamente comenzó a mamar mi Pepa, solo que esta ves ya no había pudor solo era placer mutuo, el alcohol hizo su trabajo y termino por desaparecer cualquier indicio de pudor, me dio la vuelta y separo mis piernas, su lengua resbalo y entro con suma facilidad, un gemido le indico que lo estaba disfrutando;  de pronto su lengua se detuvo en mi pequeño clítoris, lo masajeaba y eso era la locura, succiono mi botoncito, no aguante mas y solté un pequeño chorrito de líquidos,

Se dio cuenta que en ese momento, podía hacer de mí lo que el quisiera, y ahora su lengua acaricio mi ano, esta ves no hubo protesta, es mas deseaba que no se detuviera y como si lo supiera metió su lengua lo mas que pudo, mi ano virgen se dilató un poco dejando entrar su lengua,

Se aparto y esta ves, se tendió en el piso y me dijo que me sentara sobre su boca, enajenada como estaba obedecí sin vacilar, de verdad estaba siendo una noche muy especial, mi pepita estaba excitada como nunca y ahora sentada en su boca se dedico a mamar mas y mas,

Me indico me pusiera de pie, y tomando una de mis piernas la levanto mi pepita estaba abierta como nunca, así aprovecho y metió esa rica verga hasta el fondo, como un pistón nos acoplamos de maravilla, después se sentó en el sillón y yo sentada sobre de el, me ensarte solita, con sus rodillas separo mis piernas y mirándome de frente en un espejo de luna grande mire con claridad como entraba y salía su verga, blanqueada por la leche que no cesaba en salir,

Me tomo delas piernas y poniéndose de pie me levanto con facilidad, seguía de frente al espejo en esa posición sentí llegar al clímax, terminamos al mismo tiempo y fue algo que me llenaba de satisfacción. Se aparto sudoroso y me dijo.

-Sonia, ésta noche a sido lo mejor que me ha pasado en la vida, quizá no lo creas pero tal parece que te hubiesen vestido para una noche de sexo.

  • Mario, ¡tienes que saberlo, Jorge me vistió así para ti! ¿No te molesta?

-Claro que no linda y ahora yo te devolveré con un premio para el,

Se aparto de mi y mientras yo estaba boca arriba en la cama se empezó a masturbar y termino por echar su leche en mi monte de bellos, con su verga los embarro totalmente y junto con mis jugos vaginales termino por quedar bien mojado, me puso la tanga la cual se mojo por completo gracias a lo delgado de la tela, me dijo que solo me pusiera el suéter encima y así llegaría con Jorge.

Al llegar a casa Jorge miro la bolsa que traía en las manos y me pregunto.

-¿Cómo te fue Sonia?

  • Muy bien mi amor, espero no te moleste pero solo tengo puesto el suéter, y al momento que le dije esto me quite el suéter, dejando que mirara mi tanga mojada,

Me pidió me arrimara mas, y casi me arranca la tanga, para mi sorpresa separo mis piernas y metió sus dedos en mi pepita, me masturbo al tiempo que me pedía le contara si le había mamado la verga a Mario, el recuerdo de todo lo acontecido permitió que terminara en un delicioso orgasmo, lo mire y estaba satisfecho, me dijo que había disfrutado ese momento, nos fuimos a la cama y el resto de la noche dormí así con los jugos de Mario sobre de mi y Jorge estaba descubriendo una nueva forma de sentir placer. A partir de entonces me ha vestido de diferentes formas especiales para Mario. Y Mario me regresa con su leche sobre de mi monte de bellos, los tres lo disfrutamos y espero poder seguir contándoles mas de mis relaciones.