El amante del Fútbol

Es la historia de cómo un joven llamado José, el cual asiste regularmente a ver partidos de su deporte favorito: "El fútbol", descubre situaciones que nunca jamás pensó experimentar. José en su tiempo libre, acostumbra a ir a un estadio cercano a su casa, para ver las prácticas del equipo local juvenil de Fútbol que entrena rigurosamente y de manera fija en unas hermosas instalaciones, cercanas a su domicilio, a las que tiene libre acceso.

El equipo de Fútbol, esta formado por jóvenes de distintas edades, compuestos entre los 15 y 18 años, los cuales llevan practicando desde pequeños, y han desarrollado cuerpos espectaculares. En el equipo no falta nada de nada, hay de todo tipo de machitos, y para todos los gustos; pero, lo que caracteriza a todos los muchachos, integrantes del equipo es la disciplina, el amor por su deporte, su regular asistencia al estadio, y el continuo estado de excitación sexual de estos jóvenes, claro que por sus edades, y por estar siempre en contacto con los modales cachondos de muchos de sus compañeros, propios del retozo de la edad. Se dicen guarradas, están contándose sus conquistas amorosas, sus fantasías, de sus levantes, se agarran las nalgas, se soban entre ellos, se agarran su paquete, se abrazan, hay mucho contacto físico, se hacen señas, se muestran sus suspensorios, se tiran besos para molestar a algunos, hacen muecas y se llaman por motes femeninos, cada uno de ellos tiene un nombre de mujer, solo unos pocos se salvan de estas bromas, y esto calienta sobremanera a nuestro protagonista: "José", que se pasa la tarde entera con la pinga al palo, por las situaciones cachondas que ve, José babea mucho, es de los hombres que produce mucho precum, y siempre va al estadio con slip muy sueltos, y pantalones sumadores para disimular las erecciones que sabe que se van a producir.

José, como parte de los asiduos visitantes del estadio, siempre esta muy, muy cerca de los jugadores, no práctica con ellos, porque no pertenece a la escuela de donde son estos chicos, pero comparte luego de las prácticas, y se ejercita en el gimnasio de las instalaciones, junto a otros jugadores. José también, ha hecho de sus visitas, sean tan regulares, que algunos miembros del equipo siempre estén atentos a la presencia de José. El es un joven de 17 años, de complexión esbelta, alto, de amplias espaldas, fuertes brazos, lampiño, buenas nalgas, cabellera rubia, ojos almendrados, de una mirada intensa y penetrante, nariz fina y labios muy sexy. Es realmente un hombre bello.

José es un joven muy interesante, y se abstrae de una manera tal al observar el equipo practicar, que se olvida de chicas y chicos que lo rodean en las gradas, que apoyan al equipo y observan sus intensas practicas a las que son sometidos por el entrenador apellidado: "Vásquez", un entrenador experimentado de 44 años de edad, muy atractivo, como todo chileno de Valparaíso.

Vásquez es un hombre de apariencia amable, de buena presencia, poseedor de un cuerpo bien cuidado, de trato fuerte con sus jugadores, y que nunca pierde la motivación y el respeto que imprime en sus muchachos, por su condición de líder natural. Vásquez es un hombre que se ha ganado el cariño de los padres de los chicos, y que estos saben que en sus manos, sus hijos han cambiado de su rebelde forma de ser, hacia jóvenes bien encausados y obedientes. José es uno de los fans que llega más temprano y sale de último del estadio, siempre de último, al culminar las prácticas, vaciarse el terreno de jugadores, cuando estos van a las duchas.

José se ha sentido fuertemente atraído por tres jugadores del equipo en especial, (a pesar de negar su tendencia homosexual, y ser virgen en todos los sentidos de la palabra), hasta han intercambiado palabras, saludos, miradas, con David (bisexual), con Ricardo (homosexual) y por un joven que lo llaman por su apellido, Acevedo (heterosexual), pero muy open el chico, todos ellos son de la misma edad: 18 años.

Coincidencias de la vida estos tres machos, son bien unidos, y luego de las prácticas se quedan regularmente más tiempo de lo normal, para seguir ejercitándose con pesas, en el Gym de las instalaciones, y también en busca de alguna que otra oportunidad de tener un encuentro sexual, o calmarse su fuego sexual, con algunas personas que asisten al Gym, y desfogarse con una buena paja en las duchas, y quien sabe con que más.

En una ocasión, Acevedo encontró a David penetrando a Ricardo en uno de los baños del estadio. Cómo paso esto? Los muchachos habían acabado las prácticas de Fútbol y como siempre, salieron directo al Gym, para iniciar su rutina de pesas; a Acevedo le pareció extraño que ese día, David y Ricardo hayan acabado tan rápido su rutina de pesas; por lo que fue a los baños donde regularmente se bañan los tres, y observó lo siguiente: David le dice a Ricardo apurate, no nos vayan a descubrir mi putita caliente, no te preocupes mi macho que todos se han ido, y Acevedo esta muy entretenido hablando con José, en el Gym, sin saber que Acevedo curioso por saber que ha pasado con sus amigos: David y Ricardo, dejo a José hablando con el entrenador Vásquez en el Gym, y salió a buscarlos, precisamente y directo a las duchas, donde suelen ir al finalizar sus ejercicios.

David desnudo, muy sudado, oloroso a macho caliente, con su piel clara, sus vellos mojados por el sudor, exudando un olor primitivo, puro, que excita e invita al sexo, se acerca a Ricardo, de manera firme, pero lentamente, con intención de alargar la espera del ansioso Ricardo, y ponerlo más cachondo; David era todo un seductor, y sabia lo que le gustaba a su hoyo fijo: Ricardo. David con ese andar provocativo y seguro que tiene, y dentro del reducido espacio de la ducha, cierra la cortina, arrincona a Ricardo contra la pared y le arranca la camisilla que porta, con rudeza y sensualidad, estremeciendo la piel de Ricardo, se le pega a su cuerpo, Ricardo aún no se ha quitado el slip sudado y fino, tipo tanga, que lleva puesto, y David en eso, lo abraza, aprieta e inicia el movimiento de manos por su espalda y hombros, agarra ambas nalgas, y las aprieta, en eso lo besa muy efusivamente, sacando a Ricardo de concentración y equilibrio; David lo sostiene con su fuertes brazos, impidiendo que se agache o caiga al suelo, y lo mueve a voluntad, sin dejarlo respirar, introduciendo su lengua muy profundo en la puta boca de Ricardo que se deja hacer; Ricardo esta en manos de ese macho dominante: David, que disfruta de la carne de macho y somete muchos culos del equipo, pero sabe bien, que su favorito es el de él: Ricardo.

Ricardo esta ansioso, gime, ronronea, trata de moverse, buscando aire, a la vez que esta habido de sentir el cuerpo sudado de David, y mezclar el sudor de ambos, en jugo excitante y erótico; el pene de David es normal, de un bello lacio, grandes cojones, un falo muy recto, cilíndrico, venoso, apunta hacia arriba, le llega a su ombligo y casi siempre tiene la voluntad de mantenerlo duro, por mucho tiempo, exhibiendo toda la virilidad propia de la edad.

Acevedo está perplejo observando dos de sus mejores amigos por uno de los pasillos laterales, (no se imagina el tiempo que tienen ambos con estas prácticas sexuales). Este pasillo tienen unas ventanitas donde están ubicados los lockers de los jugadores, y el espacio donde se cambian éstos, y que al subirse a los bancos, apoyarse en la pared y empinarse un poco, puede ver una de las últimas duchas donde están sus amigos: David y Ricardo, tan solo puede ver del torso hacia arriba, ya que han corrido la cortina que separa la ducha del piso exterior a esta; sin embargo, puede imaginar el resto ya que se han visto desde chicos desnudos.

Acevedo, empieza a masajearse lo huevos, y su verga comienza a pararse, se baja el pantaloncito de entrenar con todo y suspensorio, y toma su verga en la mano e inicia una masturbación que promete mucho. Acevedo dentro de su trasnochada heterosexualidad machista, nunca pensó que sus dos mejores compañeros de Fútbol y de escuela, disfrutasen de estás prácticas, que aunque conocidas por él en otros individuos, jamás vistas tan de cerca; sin embargo, las figuras de David y Ricardo en la ducha, los gemidos, y jadeos, constantes de Ricardo, ante el influjo de éxtasis al que lo sometía David, hacían agradable el espectáculo a Acevedo para aplicarse tremenda paja, y así poder botar la leche acumulada por días.

David le dice a Ricardo, inclínate putita, y chupame la verga, como sabes hacerlo, Ricardo, con una calentura inusitada, obedece el mandato de su macho dominante y se inclina para chupar con gozo el guevo de David, Ricardo tiene unos labios carnosos, y una lengua amplia, y larga, y por su gusto, de mamar guevos, se ha vuelto un adicto a la verga de David, su favorita; Ricardo, inicia un recorrido por los gordos testículos, pega la nariz, a los pelos que rodean los testículos del pene de David, oliendo ese olor, limpio, pero a la vez, rancio, seco, de un pene sudado de mas de 4 horas de distintas actividades física; a Ricardo le encantan los olores de guevo, uno de sus fetiches son los slips de sus amigos, que cada vez que tiene oportunidad, los toma y lo huele, mencionando el nombre del macho al cual pertenece el slip, hace esto con los ojos cerrados, aspirando profundamente y como forma de clasificar y asociar el olor tan rico, al nombre del macho, dueño del slip; inmediatamente Ricardo siente los olores de los guevos y en este caso del guevo de David, de inmediato su pene, como de manera involuntaria, da un movimiento de vibración incontrolado, e inicia el precum; esto es automático en Ricardo, cada vez que huele un guevo que le agrada y David sabe que al muy guarro le encanta el olor a verga, y a una buena y sudada verga.

Ricardo saca su ancha, calida y larga lengua, y saborea el cilindro de David; David aunque bisexual, es muy natural y espontáneo, nada reprimido, y goza del sexo con mujeres, y hombres, pero con los hombres es muy especial, ha tenido orgasmos indescriptibles, cuando atraviesa culos masculinos con su verga. David empieza a emitir grititos de placer, de excitación y Ricardo, a pesar de ser muy sumiso, siente placer al oír, como pone a un macho como David, y mientras abre su boca, y presiona con sus labios, el glande del pene de David, y lo va engullendo poco a poco, ensalivándolo, haciéndolo sentir a David, que esta siendo comido por una calida y ardiente boca, Ricardo mira a los ojos de borrego manso que pone David, y piensa: "mira como te pongo, en celo, bien calenton, a punto de dármela, mi machito rico"; David, continuamente, ahoga varios gemidos; de su guevo empieza a salir abundante precum, David toma de la cabeza a Ricardo y le imprime el ritmo que desea para su satisfacción.

Acevedo a observado todo y no ha dejado de masturbarse con el espectáculo que le están dando sus amigos y compañeros de equipo: David y Ricardo; esa paja promete ser la mejor de su vida, sin saber lo que le espera a sus espaldas. En ese éxtasis y sopor sexual en que está sumido Acevedo, no se percata que José lo a observado desde atrás reconociendo ese cuerpo sin t-shirt del equipo y con el slips y suspensorio hasta las rodillas, solo parado, empinado, observando por la ventana, quien sabe qué, pero algo que imagina José debe ser bien bueno y caliente; además, debe ser a un macho, porque es el baño de los varones.

José, con una parsimonia increíble, como si fuera todo un experto en las artes del amor, empieza a quitarse sus tenis, medias, t-shirt, se quita lentamente su holgado sudador, y se queda con el slip ancho, el cual usa para disimular las acostumbradas erecciones que sufre cuando va a ver las practicas de fútbol al estadio. José ha reconocido todo el cuerpo de Acevedo, como un águila que observa su presa desde las alturas, pero esta vez tenía a Acevedo a unos pasos, viendo esas piernas y muslos peludos, fuertes, por tanto correr, unas nalgas que José, cuando repara en ellas, su corazón empieza a latir con más fuerza y una notable erección se oculta en su slip que parece tienda de campaña.

Acevedo, continua concentrando en observar el tremendo espectáculo que le están dando David y Ricardo, en esos momentos Ricardo ha subido las manos, mientras sigue de mamon, y a tomado los pezones de David, el cual es sumamente sensible en esta zona y es capaz de eyacular con tan solo una buena estimulación de su grandes, oscuros y bellos pezones. Acevedo concentrado en su excitación siente, unas manos, que le tocan, Acevedo, siente una corriente, bajo los talones al banco, ya tan solo puede observar la carita de placer de David al recibir el estimulante masajeo de los pezones, y la rica mamada que le está dando Ricardo. Acevedo está caliente, muy avergonzado al ser descubierto masturbándose, como todo un voyerista, y no se atreve a ver el rostro de la persona que en esos momentos le baja los shorts y su suspensorio, Acevedo levanta un pie, luego el otro, José retira la ropa y puede tener el espectáculo antes sus ojos sin nada que se lo impida, Acevedo no ha dejado de manipular lentamente su pene, ya con los ojos cerrados, para entregarse al invasor desconocido, y que aún no se imagina que es uno de los fans del equipo, y relacionado de ellos; "José". José no puede creer que el macho de Acevedo no voltee tan siquiera a ver quien lo manosea, y se ah entregado a su furtivo encuentro sexual, con una aceptación mansa, esto le da mucho morbo a José que piensa que no puede desaprovechar la situación y llevar a Acevedo a disfrutar de una buena sesión de sexo entre machos.

En ese momento, David le dice a Ricardo que pare, que se quiere venir dentro de su culo, y que si sigue mamando de esa forma no va a poder, levanta a Ricardo por los pelos, y lo pone contra la espalda, escupe su mano, que humedecida por la transpiración y humedad del área de duchas, va a posarse en el hoyito de Ricardo, dilatado por la excitación. David se acomoda detrás de este, lo pone en posición de L, y le abre un poco las piernas, sin dejar de masajear el agujero de Ricardo, los gemidos, son más fuertes, David abre la ducha liberando un poco de agua en rocío, bien dispersa, y empieza a caer sobre sus cuerpos, David enfila su falo, hasta el hoyo de Ricardo y lo penetra, limpiamente, y en dos estocadas, ha cedido el esfínter del culo de Ricardo, y a entrado en su caliente y apretado culo, el guevo de David, separa las dos nalgas, y se ve el momento en que se pierde su miembro en esa gruta del placer, Ricardo al sentir lo tan esperado por él da un grito de placer, que hace que Acevedo que esta con los ojos cerrados, entregado a su masturbación y a los toqueteos de José, se empine, abra los ojos y vea solo el torso de David, imaginando como esta penetrando al recostado y sometido Ricardo.

David, le dice, toma puto, toma perra mía, así te quería coger, cansada, caliente, deseosa, para que no pudieras resistirte, y que disfrutes de este macho que te va a dar verga por el culo, David, luego de la larga mamada, y la estimulación de sus ricos pezones, estaba bien caliente y había conseguido que su pene estuviese bien lleno de sangre, duro, fuerte, como una barra de metal, que en estos momentos esta con un mete y saca, mete y saca, mete y saca, mete y saca, enloquecedor, mientras el agua cae por sus cuerpos para aplacar el calor y el fuego del momento y hacer muy sensual y estimulante esta cogida. David y Ricardo están en lo suyo, en su mundo, ajenos a todo el tiempo en que han sido observados por su amigo Acevedo, y ajenos de cualquier ruido, apagado por el agua que cae, y sin el rubor de ser sorprendidos, porque todos se han ido, aún no es hora, que lleguen de mantenimiento y Acevedo esta todavía levantando pesas con José, piensan ellos.

Cuando Acevedo ve el espectáculo que está dando David al demostrar toda su virilidad y someter el culo de Ricardo, abrir los ojos, empinarse, contraer la parte inferior de su cuerpo, piernas, muslos, nalgas, caderas, José aprovecha y empieza a besar esos grandes y musculosos glúteos de Acevedo, Acevedo gime como perra en celo, se bajan de nuevo sus talones, cierra sus ojos, y se abandona al placer, con la imagen de cómo David agarra por la cintura a Ricardo y lo clava, clava, lo clava. José pasa la lengua por los bordes del culo de Acevedo, y poco a poco, moja toda la zona, Acevedo, no imagina quien lo lengüetea, y nunca a dejado que ninguna de sus novias y o amantes ocasionales les toque sus nalgas, y en ese momento deja que un extraño que no ha visto, no nos explicamos sus razones, las toque y hasta le mame el hueco, esto despierta un interruptor en off, que ha tenido Acevedo, desde que nació en estado de letargo, y empieza a recular, a pedir, sigue mamona, imaginando que es una mujer que le esta mamando el culo, como heterosexual, ya cuestionado. José se aferra a ese culo a ese hoyito y hace lo que tanto ha visto en las películas porno que ve en casa de sus amigos y las porno gay que ve en su casa, con resultados, más que satisfactorios.

José imagina que lo que ha estado brechando Acevedo, lo ha puesto tan caliente que le ha permitido a quien sea, sin el saber que es un conocido, y es un hombre, que le toque y le mame el culo, e imagina que debe ser algo bueno, tan bueno, que oyen gritos en las duchas, gritos, altos de placer de lobos, de perros, de gatos, sonidos de animales, cuando David empieza a eyacular en cada estocada dentro del culo de Ricardo, y este sin tocarse a derramar el semen en el piso de la ducha, gritando como perrita, rendida, clavada, penetrada y sometida por un buen guevo, el de su amigo David.

Acevedo al oír estos gritos aunque no puede ver nada, por mantener sus ojos cerrados, sabe lo que pasa, José muy sabio, voltea, a Acevedo frente a el, y éste parado sobre el banco, queda su pene a la altura de la boca de José, y Acevedo se deja hacer, acelerando el estimulo de su pene, que no ha soltado, y con los ojos cerrados sin mirar quien lo manipula, entonces José le retira las manos de su pene y lo agarra él, y se lo mete en la boca, con un dedo busca el culo de Acevedo y le atraviesa de un golpe, su culo explota, Acevedo pega un grito, y hace un rictus de dolor y fruición, y casi 5 segundos después que José encuentra esa piedrecilla que siente y ya sabe que es la próstata, por sus estudios de anatomía, y el interés que presta en la anatomía masculina, Acevedo empieza a depositar el semen en la boca de José, que sigue dedeando, el culo de Acevedo, bien profundo, y chupando el glande de Acevedo fuerte absorbiendo el semen, que por primera vez en su vida prueba y traga.

David y Ricardo han terminado su sesión de sexo, y continúan bañándose, en la ducha bajo el agua que ya con la presión de la misma y el ensimismamiento de ambos después de eyacular no permitieron oír el grito de Acevedo, cuando fu desvirgado por el dedo de José. José esta al palo, Acevedo entregado, y oh sorpresa, cuando Acevedo abre sus bellos ojos, y mira a su amante desconocido, su corazón se acelera al reconocer la cara de José que sigue chupándole el guevo y que le mira a los ojos, y picaramente le pica un ojo; Acevedo, nublado por el éxtasis y por la sorpresa de haber sido desvirgado por el dedo de un hombre, manoseado y mamado, acepta tranquilo, y se deja hacer, conciente que su fan de fútbol José es un puto mamon, amante de hombres. José le da la mano y lo baja del banco, lo voltea de espaldas, y lo recuesta, quedando en cuatro y Acevedo, con el torso encima de los bancos. Con las nalgas levantaditas, José se arrodilla, para acomodar su pene en la entrada del culo de Acevedo, y presiona para penetrarlo, Acevedo hace resistencia, nunca ha recibido un guevo, y no piensa, solo reacciona por instinto, José hábilmente y para someter el culo de Acevedo, le da palmadas sonoras en las nalgas, y desvía la atención momentáneamente de Acevedo. Acevedo no puede escapar, aunque lo desee, esta recostado encima de un bando y tiene a José detrás de él, con su cuerpo aprisionado por José. Entonces José baja la mano izquierda y agarra el guevo de Acevedo que ha vuelto a pararse, empieza a meneárselo, se relaja un poco y en ese momento nalguea de nuevo al caliente y resignado culo de Acevedo a recibir verga, pla, pla, pla. José escupe el hoyo del culo y arremete de nuevo y mete su guevon de lleno en el culo de Acevedo que lo acepta con la resistencia natural de un culo recién violado, hace un gesto de aaaaaaaaaaaaaaaaeeeeeee eeeeiiiiiiiiiiiiimmmmmm mmmmmmmmm. Y entra el guevo en la gruta del placer. José se vuelve como poseso e inicia una danza de cojida como nunca la ha hecho, empieza a subir y a bajar el guevo dentro del culo de Acevedo que lejos de sentir dolor, es como si siempre hubiera deseado ser poseído por un macho, y sometido como un puto, el guevo de José es gordo, largo y la cabeza muy rica, parece que al penetrarlo le ha sobado y presionado la próstata, y el pene de Acevedo a empezado a gotear precum, José ahora lo penetra en forma circular, para someter a ese hoyo, y ahora, lo entierra dentro del culo, muy dentro de las entrañas de recién desvirgado Acevedo. José se menea, se menea, de adentro, afuera, adentro, afuera, lo mete, lo saca, lo mete, lo saca, lo mete, lo saca, lo mete, lo saca a un ritmo endemoniado, y solo se oye, su ja, ah, ah, mmmnnn, mmmuuummmnnn, mmeeennnunnnnnnm, ummm, umnn, uuummmmm, que rico culo tienes, papi, ahí viene, ahí viene, ahí viene, papi, tu leche es tuya, es tuya, Acevedo grita, si, si, si José, metemelo, duro, duro, metemelo, así, así, rico, papi. José dice, toma perra, bandida, puta, es tuya, toma tu leche y empieza a inundar el culo de Acevedo que siente el caliente y la sustancia cremosa que le lubrica el recto. Acevedo rendido eyacula por segunda vez en manos de su nuevo amante masculino, el cual lo someterá a muchas sesiones de placer sexual.

Con cariño,

Vilonky

p.d.

Gracias a todos los suscriptores de todorelatos, por leer los relatos de Vilonky, gracias por sus buenos comentarios y por todos sus correos; agradezco enormemente el que solo escriban para elogiar historias que les gustan y les llaman a la atención. Valoro mucho las personas que solo son capaces de decir, hacer y escribir ideas positivas de las cosas que hacen los demás, respetando sus puntos de vista, su visión de la vida y no juzgándolas, eso dice mucho de lo grande que son ustedes, y menos juzgándola por una simple historia erótica, y no te olvides, de cualquier comentario favorable que desees hacer, favor escríbeme a mi Hotmail: vilonky@hotmail.com ; estamos para servirles