El amante de los tiempos, en 5 relatos (23)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(23-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Al sacar su mano llena de fluidos, Bárbara le cogió dicha mano y se la llevó a sus labios, introduciéndose los dedos llenos de aquel sabor tan nauseabundo, pero apetitoso que eran sus fluidos, mezclados con la no-limpieza de su conejo.

Después, sin decir nada, Bárbara se alejó hacia la comida. Estuvo revisándola para darle el visto bueno. Era un estofado y era el último trozo de carne que les quedaba a las furcias.

Dejé de mamar a Jocelyn y me fui a hacer una ronda, mientras las chicas comían.

. - dejadme algo de comer, a los que les toque la primera guardia, que coman primero y se coloquen en sus sitios, yo voy a echar un vistazo.

Salí del círculo y lo rodeé, mirando por si podía reforzar la seguridad. De momento, la cosa estaba bien. Al poco, fueron colocándose, rifle en mano, la guardia nocturna. Las coloqué en su sitio y allí las dejé. Luego me fui a descansar, estaba agotado por culpa del carro allá arriba, en el bosque.

Al pasar por uno de los carromatos, oí el característico sonido de un polvo. Eché un vistazo y allí dentro había cuatro chicas comiéndose a flecha Veloz y éste enculando a una quinta. El chico estaba la mar de contento. Al darse cuenta de mi presencia, quiso salirse de la enculada y se disculpó.

. - lo siento, Salvador.

. - para nada, Flecha Veloz. Disfruta todo lo que puedas. Chicas, no me lo canséis mucho, lo necesito mañana entero.

. - descuida, Salvador. Si gustas, estás invitado -dijo una de las furcias invitándome a subirme al carromato-.

. - gracias, en otro momento, quizás.

Me fui hacia el carro de Yoguana, quería saber cómo andaba. Por el camino cogí algo de comida para mí y para la chica india.

Al asomarme, vi que estaba bastante aliviada de su estómago, pues tenía encima de ella y virada al revés en un 69, a una de las putas. Ambas se comían el chumino con gran apetito, por cierto.

. - veo que te estás recuperando muy bien a marchas forzadas, Yoguana. Me alegro por ti.

. - esto solo son unas friegas especiales para que se recupere lo antes posible. Me lo enseñó mi madre -dijo la zorra, sin ruborizarse-.

. - ¿acaso tu madre también era de tu misma profesión?

. - ¿cómo lo has adivinado? -Dijo la furcia sonriendo-.

. - uno que no es tonto. Aquí te dejo la comida, Yoguana, cuando terminéis, come algo, así entre la comida y las friegas, te recuperarás antes. Hasta mañana, chicas.

. - hasta mañana Salvador -dijo la india-.

Tendí una manta junto al fuego y me acosté. Al poco llegó Ely con otra manta y poniéndose encima de la mía y junto a mí, se tapó y me tapó con la que traía.

. - esta noche va a refrescar un poco y no queremos que nuestro guía pase frío.

. - gracias, Ely, eres un cielo -le dije, pegándome a ella y sorteando sus tetas, para besarle en la frente. Luego puse mi cara junto a sus pechos, en la parte que el escote dejaba a la vista y cerré los ojos.

Ella subió la manta hasta taparme la cabeza y ocultando sus pechos, para después bajarse el vestido hasta dejar sus pechos en mi cara, todos sus pechos. Yo sentí uno de aquellos pezones en mi boca y solo fue abrir la boca y comenzar a mamar.

Mamé y mamé hasta hartarme, aunque no salió ni una gota de leche. Le di las gracias a Ely por su ofrecimiento metiéndole un par de dedos en su vagina, donde su clítoris, que era tan grande como una pequeña polla, sobé hasta hacerla correrse. Luego me quedé dormido entre sus tetas. Ella se pegó aún más a mí y también se durmió.

Un par de horas después me desperté. Mi polla estaba siendo usada por Ely para su propio beneficio. Ella sola me la había sacado y metido en su vagina. Con sus movimientos me despertó, pero no hice nada para sacársela de su chumino, es más, comencé a mover mi pelvis, hasta que me corrí en su sucia concha de vieja puta.

Antes de irme de allí, pues debía cambiar la guardia, me alcé y le puse mi polla en su boca para que me la mamara un ratito. Así se daría cuenta de lo apestosa que tenía sus bajos. No es bonito ni delicado decirle a una mujer que su coño era un cochinero y sabía como tal. Ella, si no era tonta, ya pondría los medios para que la próxima vez que me toque a mí comerle el chumino, su olor corporal huela a otra cosa más refrescante.

Cuando me la dejó seca, me la guardé en los pantalones y después de darle un beso en su boca, me levanté de la cama provisional.

Tenía una idea aproximada de la hora, así que desperté a las cuatro nuevas guardianas y las puse a vigilar.

A las que habían estado haciendo guardia, las interrogué.

. - ¿alguna novedad, chicas?

. - todo tranquilo, Salvador -dijo Jocelyn, las demás también lo confirmaron-.

. - ahora iros a dormir con los angelitos, que mañana salimos temprano.

Le eché el brazo por encima a Jocelyn y la acompañé a uno de los carros. Por desgracia, todos estaban ocupados, así que durmió bajó uno de ellos.

Usamos dos mantas y nos tapamos bien.

. - descansa, querida.

. - ¿no me vas a hacer el amor?

. - es tarde y mañana hay faena. Pero para que veas que no soy malo, te haré una comida de chumino para que puedas dormir.

. - gracias, mi amor.

Me metí entre sus piernas y la comida de clítoris la hizo resoplar y gemir, hasta que me cansé de darle a la lengua. Cuando me tapé junto a ella, la chica ya llevaba un rato sobando. Qué jodida era la tía.

Después de levantarme varias veces para el cambio de las guardias, amanecí de nuevo junto a Elizabeth. Esta vez fui yo quien la despertó dándole polla por el culo. Hasta que no me corrí, no estuve a gusto. Lo siguiente fue ponerla a mamarme la polla.

. - gracias, querida. Tienes una boca, unas tetas y un culo muy generoso.

. - los puedes usar siempre que te plazca, querido.

. - te lo agradezco -le dije, besándola en la boca y metiéndole la lengua, ella por supuesto, colaboró-.

. - es el mejor despertar posible.

. - por eso te he despertado así. Anda, es hora de levantarse y levantar a los demás -le dije, dándole otro beso en la punta de la nariz y otro en la punta de cada pezón, los cuales aún no se había guardado la vieja puta alcahueta-.

Fui de carreta en carreta despertando al personal. Cuando las chicas aparecieron somnolientas, les pedí que recogieran todo el material que estaba fuera de los carromatos.

. - según acabéis de recoger, recorreremos un par de kilómetros y llegaremos a un riachuelo. Allí podremos bañarnos y llenar las barricas de agua. Antes recogéis, antes podréis daros un saludable baño. Vamos, vamos, vamos -azucé al personal-.

En un santiamén ya estábamos en camino. No eran dos kilómetros, pero no importó. Cuando llegamos, la alegría del grupo se desbordó. Eran como una jauría humana. Después de colocar las carretas en círculo, salieron de los vehículos y antes de llegar a las frías y cristalinas aguas, ya estaban en pelotas, no importándoles nada el enseñar sus partes pudientes.

. - alto, alto, chicas. A las que les toca la guardia, tienen que esperarse. No necesitamos sorpresas. Venga, chicas, coged el arma y vigilad. Pronto podréis bañaros, hacedme caso, por favor.

Ante la mirada de Ely confirmando mis palabras, las guardianas, con mala gana, retrocedieron y cogiendo sus armas, fueron colocadas en lugares estratégicos.

Al poco, el agua hacía espuma de los jabones que se estaban usando. Los chuminos fueron lavados a conciencia. Bárbara y su familia, no eran menos y desnudos como las demás, también se estaban bañando. Yo puse mis armas en la orilla y también me bañé. Le pedí la pasta de jabón a una de las furcias y comencé a enjabonarme.

Hacia mi vino Jocelyn, que me quitó el jabón de las manos y me lavó como buena “ esposa ” que era. Sin duda, notó que mi polla había descargado esta mañana. Al oído me habló.

. - ¿no ha empezado el día y ya me has puesto los cuernos, marido infiel?

. - lo siento, querida, pero con mi polla es la mejor forma de hacer buenas relaciones con estas putas. No te preocupes, siempre tendré algo para ti. -Le dije besándole en la boca-.

Luego fui yo quien la enjabonó, pasándole mis dedos por su chumino sin importarme un pito el qué dirán.

Una vez bien duchado y tiritando de frío, me sequé y me vestí. Cuando vi a cuatro que se vestían, las llamé para que sustituyeran a las guardianas.

Cuando todo el mundo se bañó, se notó el olor en la caravana. Las barricas se llenaron de agua y al colocar una de ellas en el carro correspondiente, oí toser una voz que me pareció la de un chico. Extrañado, atisbé dentro del carro.

. - la leche, ¿y tú quién eres?

Un chico, de no menos de 18 años intentaba ocultarse bajo una manta. Tiré de ella y descubrí no solo a un polizón, sino a dos. La otra era una chica de su misma edad, aproximadamente.

. - salid, chicos -ordené-.

Con miedo en los ojos, los chicos bajaron de los carros. Según los vio Ely, se acercó a nosotros.

. – pero, ¿ésto qué es?, ¿de quién son estos chicos?

. - míos, Ely.

La que hablaba era Lily.

. - ¿qué dije de traer hijos en la caravana?

. - lo sé, Ely, pero no podía dejarlos. Mis chicos estarían solos allá de dónde venimos.

. - habérmelo dicho. Estoy muy enfadada contigo. ¿Ahora qué vamos a hacer con ellos?

. - Ely, por favor. Ya es inevitable. Además de ser ya mayorcitos, nos echaran una mano en la caravana. Seguro, que, entre todas, cuidarán a los chicos, ¿verdad, chicas?

Casi todas dijeron que sí, con una sonrisa que lo decía todo y es que los dos hermanos, estaban para mojar con pan.

. - seguro que era la única que no sabía que traías oculto a tus hijos -le dije a la madre-.

Las demás furcias asintieron una a una.

. - está bien, Lily. Espero que no haya más chicos en la caravana. ¿Hay más?

De una garganta salió una voz.

. - hay una más, Ely.

. - ¿Tú también, Susan?

. - lo siento. Su padre murió y no la iba a dejar sola.

. - anda, dile que salga, seguro que estará aterrada como estos dos-.

Susan fue hacia su carreta y ayudó a bajar a una joven, ésta era de la misma edad, unos 18 años, pero era diferente, era ciega.

. - no sabía que tu niña fuera ciega -dijo Ely-.

. - nadie lo sabía hasta que la subí al carromato. Pero así son las cosas. Se llama Isabel.

Me acerqué a Isabel y le hablé.

. - Isabel, me llamo Salvador y soy el guía provisional. Anda, acompaña a tu madre al agua y que te dé un baño. Lily, lleva a los tuyos también. Pronto haremos algo de comer, para ellos.

. - gracias, Sr. Salvador. No quería molestarles, pero mi madre no podía evitar hacer el viaje -dijo la ciega-.

. - no te preocupes ahora por eso. Estás en familia, ¿verdad, Ely?

. - sí, una gran familia, pero me lo debíais haber dicho, chicas. Ser la última en enterarme no es plato de buen gusto.

Las dos madres y putas, cogieron a sus hijos y los llevaron al riachuelo.

Yo los acompañé y me senté sobre una gran roca. Desde allí tenía una visión privilegiada.

Las madres desnudaron a sus hijos, como si fueran mancos ellos. La pareja de Susan estaba bien desarrollada ya. Los pechos de la hija eran como limones grandes, y no digamos de la polla del chico. Debió de tener un padre bien dotado, pues la tenía bastante sabrosa y morcillona, muy apetitosa sin duda. Cuando se dio cuenta que le miraba el paquete, se lo tapó y se dio la vuelta, así como su hermana se dio la vuelta también, enseñándome el culete.

Susan se dio cuenta de la vergüenza que pasaban sus hijos, pero ella, como buena puta que era y de que pensaba que sus hijos la iban a sacar de trabajar, haciendo lo que ella ahora, putear, no podía dejar de ser lo que era, una puta, y dándoles la vuelta a los chicos, les apartó las manos de donde las tenían, para que pudiera verle cuanto quisiera lo que de bueno tenían sus retoños y futuro puto y puta.

. - no tengáis vergüenza del Sr. Salvador. Debemos de agradecerle que aún estemos vivos, cuidando de nosotros. Hijos, abriros de piernas y enseñad lo bonito que lo tenéis todo.

A regañadientes, el chico separó un poco las piernas y miró hacia otro lado. Su hermana, lo imitó.

Su madre, se puso detrás del chico y con sus manos llenas de jabón, se apoderó de su polla y sobándosela, se la puso mirando hacia el cielo. El chico no sabía dónde poner los ojos, por lo que optó por cerrarlos, hasta que su madre lo hizo correrse allí mismo. El chico gimió ante su primera corrida y, además, delante de un desconocido.

Después, la muy puta de su madre, se puso detrás de la chica, futura puta. Con sus manos también enjabonadas, le sobó bien sobadas los pechos, hasta hacerla gemir de placer. Lo siguiente, fue meterle un par de dedos en el chochito de su hija, haciendo que sus gemidos fueran bien oídos por un servidor.

Cuando acabó de hacer correr a sus hijos, les dejó que se lavaran ellos solos.

Susan se acercó a donde estaba y sin mediar palabra y ante sus hijos, me la sacó y comenzó a comerme la polla. Aunque había estado reciente la follada a Ely, ya estaba morcillona.

Cuando me la puso dura, la muy puta, se giró en dirección a sus hijos y se abrió de piernas, apartándose la ropa, se inclinó y me dejó el culete libre de obstáculos.

Por supuesto, se la enterré hasta los huevos y le di candela fina hasta correrme de gusto. Después llamó a sus hijos.

. - acercaros, hijos.

Los chicos, desnudos como estaban, se acercaron con bastante timidez.

Cuando los tenía a un palmo, mi polla aun colgaba goteando.

. - hijo, cierra los ojos y abre la boca. Vas a mamar tu primera polla.

. - pero mamá…

. - haz lo que te digo, hijo.

El chico obedeció y la puta de su madre acercó la boca del hijo y cogiéndome la polla, se la metió en la boca de su hijo. Sin duda, era la primera polla que se comía.

. - hijo, chúpasela, usa la lengua y dale placer al Sr. Salvador.

Con una mamada de novato, el chico me hizo vibrar. Luego se la sacó al chico, para repetir lo mismo con su hija, a la que puso a mamarme de mi rabo.

Cuando la tuvo en su boca, la chica fue más eficiente que su hermano. No necesitó que le dijera que usara su lengua, la mamaba a las mil maravillas, hasta el punto que me hizo correr por una segunda vez dejándomela seca. Vaya con la nueva putilla del grupo, aprendía rápido.

. - hijo, siéntate aquí -le dijo su madre y lo puso junto a una piedra. Luego puso a su hija también. Ellos creían que era para secarse, pero se equivocaban-.

Una señal de la madre, me bastó para confirmar que me dejaba a sus hijos para que les hiciera una mamada decente. Pues nada, me guardé la polla y me arrodillé junto al chico. Su pollita fue toda para mi boca, haciendo que el chico gimiera más que cuando se corrió de mano de su furcia madre. Cuando conseguí sacarle una mini corrida, me la tragué y lo dejé bien seco.

Lo que luego hice, fue llevar a la madre y ponerla, ahora yo, a mamarle también la polla a su hijo. Sonriendo, como lo que era, una soberana puta, no se lo pensó dos veces y mamó la polla muerta de su hijo, futuro puto de la empresa familiar.

Después le tocó a la chica. Su chumino destilaba fluidos juveniles, los cuales me tomé con mi lengua, ahondando en su vagina y comiéndome su micro-polla que era su pequeño clítoris. La hice vibrar de pasión, hasta hacerla correrse en varias ocasiones, dando por terminada las mamadas a los chicos por mi parte, pero no por parte de la madre, que sin decirle nada, según terminó con el hijo, se metió entre las piernas de su hija y le succionó el coño, haciéndola correrse varias veces más.

Cuando volví a la roca del principio y Susan terminó con su hija, se llevó a los dos chicos al agua de nuevo y les lavó sus partes, para después salirse del agua y secarlos, cual amante madre. Sí, era una madre, pero también una hija de puta y madre de un par nuevos empleados del sexo en ciernes.

. - gracias, Salvador. Éste ha sido mi regalo por cuidar de nosotros -me dijo la madre-.

. - lo hago de muy buen gusto. Tienes unos hijos muy guapos y con unos atributos muy sabrosos.

. - cuando sientas necesidad, solo tienes que decírmelo. Tanto yo, como mis niños, estarán a tu disposición el tiempo que dure el viaje.

. - gracias, ahora que me lo dices, un día quisiera usar mi polla con ellos, eso si ellos lo desean.

. - no te preocupes, lo desearán, eso déjalo de mi cuenta. Así me los desvirgas con tu herramienta.

. - no veo llegar el día. Gracias Susan y gracias a vosotros también chicos por tan buen rato que me habéis hecho pasar.

Mientras se vestían y se iban después del riachuelo aquellos tres, Lily bañaba a su hija ciega. Una hija que estaba para comérsela con queso. Ésta sí que estaba bien desarrollada. Los pechos eran como los de su madre, alargados y terminados en punta, eran preciosos.

Lily había observado todo lo ocurrido con Susan y sus hijos.

. - hija, Salvador esa mirando hacia aquí ahora mismo.

. - oh, qué vergüenza

. - no debes de avergonzarte de enseñarle el cuerpo.

. - ¿es guapo? me gustó su voz.

. - sí, es muy guapo. ¿Quieres que le diga que se acerque y te vea bien? -Lily no quería quedarse atrás viendo como Susan entregaba a sus dos hijos, pues ella no podía ser menos-.

. - pero mamá, no creo que le gusten las ciegas.

. - no seas tonta. Te está comiendo con los ojos.

. - ¿le has visto ya el paquete?, ¿cómo lo tiene?

. - sí, se lo he visto varias veces cuando se bañaba y antes cuando se follaba a Susan por el culo.

. - Dios, ¿todo eso delante de todo el mundo?

. - así es. Aquí no hay secretos. Sin duda, es un gran follador. ¿Lo llamo?

. - llámalo.

Lily me hizo una seña y me acerqué, pero sin entrar en el agua. Desde la orilla les hablé.

. - ¿Qué ocurre, Lily?, ¿necesitas ayuda con tu hija?

. - sí, por favor. Me ha pedido que no le lavara su chumino, pero que no le importaría que se lo lavaras tú.

. - ¿es eso cierto, Isabel?

. - sí -solo dijo eso-.

. - de acuerdo.

Me saqué los pantalones y me quedé con mis partes al aire, era para no mojarme la ropa, diría si preguntaba, aunque no creía que su madre ni ella me lo preguntaran, dada la petición que me habían hecho.

Le cogí el jabón a la madre y me enjaboné bien ambas manos, luego devolví el jabón a Lily.

Lo primero que hice fue separarle las piernas, ella respiró hondo. Luego me metí en faena. Mi mano se adueñó de su conejo ciego e introduje un par de dedos en su vagina. Allí le lavé bien el chumino, por dentro y por fuera.

La chica gemía y gemía, mientras su madre le comía sus pezones tan sabrosos.

Mi mano libre se fue hacia su culete. Allí, en su agujero, metí dos dedos hasta el fondo. Ella se corría de gusto.

Desde la caravana estaban viendo como disfrutábamos su madre y yo de Isabel. La chica también disfrutaba, qué coño.

Un rato después, le eché agua en su conejo y allí metí mi lengua folladora. La chica se orgasmeaba que era un gusto.

Su madre, aparte de comerle los pezones, se agarraba de mi salchicha. Tanto fue la mano a mi polla, que consiguió que se pusiera morcillona de nuevo y es que meterle mano a una ciega, no se ve todos los días. ¿Lo cogen?

Cuando estuvo su chumino bien comido, hice agachar a la joven ciega y la puse a comerse la polla. Ella al principio se resistió, pero su madre la convenció empujándole la cabeza y tragándosela toda hasta el gaznate.

Mientras me mamaba, no dejaba de sodomizarle el ojo del culo. Sí señor, por allí seguro que mi polla entraba que era una maravilla. Ya le tenía metido tres dedos dentro y aquello dilataba más aún.

La ciega recibió mi micro-descarga de leche especial para ciegas de madres putas. La chica debía de tener instrucciones al respecto, pues se tragó todo sin dejar gota.

Le levanté la cabeza y besé sus labios, para luego introducir mi lengua en su boca. Todo ello, mientras su madre me mamaba la polla súper muerta.

Cuando me separé de ella, le había podido coger algo de mi leche, cosa que agradecí y tragué.

Me separé de Isabel, dando por terminada la mamada a dos bandas.

. - gracias, Isabel, has estado estupenda.

. - gracias, Salvador, me alegro de que te gustara esta ciega.

. - por supuesto que me gustas y un montón. Quizás más adelante tengamos más tiempo y puedas dedicarme tus agujeros.

. - mi hija estará encantada de recibirte cuando lo estimes oportuno, ¿verdad querida?

. - sí, mamá. Me gustaría mucho ser un fruto maduro para Salvador.

. - os lo agradezco a las dos la confianza depositada en mí. Sabré estar a la altura de las circunstancias -le dije, pasándole un par de dedos por su chumino-.

. - estoy deseando que sea lo antes posible -me dijo Isabel, cogiéndome la polla, para agacharse y darme una rápida mamada a la escuchimizada polla de un servidor. Luego me la soltó, dibujándose una sonrisa en su bonita cara-.

Le di un beso suavecito en los labios y me despedí.

. - bueno, hasta ese día, chicas. Ahora debo de atender otras cosas. Podéis seguir en el agua, no saldremos hasta mañana, debemos aprovisionarnos de comida antes-.

Le di otro beso a su madre y salí hacia la caravana, según me sequé y me puse los pantalones. Allí estaba Ely con Jocelyn.

. - tu marido y tú tenéis una relación muy abierta -dijo Ely-.

. - así es. Él me deja a mí y yo lo dejo a él. Los dos sabemos que volvemos junto al otro al final del día.

Me acerqué a ellas y Jocelyn, me sonrió.

. - querido, ¿has disfrutado?

. - ya lo creo, querida. Me dejaron seco, pero he disfrutado mucho. Además, tengo pendiente desvirgarlos a los tres. No veo la hora de que llegue el momento. Gracias, por ser tan comprensiva con tu marido.

. - querido, lo mismo que tú conmigo -dijo Jocelyn, sacándole un pecho a Ely y tomándose un buen tazón de su leche virtual-.

Le cogí la otra teta e hice lo mismo. Además, mi mano izquierda se perdió bajo la ropa de la vieja y allí enterré mis dedos en su vagina.

. - querida, tu marido me está cogiendo el chumino -dijo Ely-.

. - seguro que no te disgusta que te lo coja -dijo mi mujer de mentirijillas-.

. - para nada. Es más, esta mañana me dio por culo para despertarme, ¿te molesta que me despierte así más veces?

. - en absoluto. Mientras sea de mutuo acuerdo, no habrá problema, ¿verdad, querido?

. - eres un sol, mi amor -dije sacando mis dedos del chumino recién lavado de Ely y entregándoselo a Jocelyn, la cual se los metió en su boca y los limpió, dedo a dedo-.

. - debéis perdonarme, pero debo de cazar algo para el grupo. Me llevo a Águila Veloz y dejaré a Tony, a ver si pesca algo-.

Busqué a los chicos y se lo dije.

Tony fue con Bárbara y Lisbeth con unos primitivos aparejos y se fue a pescar, con la orden de que vigilara que se hacían las guardias correctamente. Águila y yo partimos a cazar algo.

Nos adentramos en un pequeño valle anexo al riachuelo. Allí vislumbramos conejos que saltaban de aquí para allá. Utilizando las habilidades del chico, hicimos una serie de trampas para intentar coger algunos de ellos. Queríamos cogerlos vivos, para que así nos durase más tiempo su carne. En total puso 7 trampas con nudos corredizos en cada una de las salidas de las madrigueras que había por allí.

Una vez colocadas, solo nos faltaba esperar el resultado. Nos alejamos lo suficiente para no espantar a los conejos o liebres, vete tú a saber. Para mi parecían lo mismo, no para Águila Veloz, que, sin dudarlo, dijo que eran liebres.

Nos ocultamos en un yerbal de casi un metro de altura. Estaba a unos veinte metros del saliente desde el cual podíamos ver la caravana. No queríamos alejarnos mucho, no fuera necesaria nuestra presencia.

Allí agazapados, no nos veía ni Dios. Dejamos pasar el tiempo y aquello me estaba aburriendo sin tener nada que hacer, así que me entretuve con la boca de mi joven acompañante.

. - creí que no me besarías nunca, Salvador. Sabes que siempre estaré listo para ti.

. - te lo agradezco, pero no lo veas como una orden. Es un ruego y deseo comerte todo, todo.

. - y yo lo estoy deseando a todas horas. Me gusta que te guste. Mi hermana es de la misma opinión. Te debemos tanto, tanto…

. - no me debes nada, no podía dejarte allí. Además, me gustáis tú y tu hermana, deseo estar siempre dentro de vosotros.

. - no hablemos tanto, haz realidad tus sueños, porque la tengo dura desde que salimos.

Mis labios se apretaron más si puede contra los suyos. Las ropas que teníamos puesta, pronto desaparecieron, quedándonos como Dios y Manitou nos trajo al mundo.

Aquella polla suya me volvía loco y hacía que mis huevos fabricaran leche al doble de velocidad de la habitual, así que ya la tenía mi rabo de nuevo como un plátano de sabroso.

Dejé al chico que se explayara sobre mi cuerpo, dejándole hacer cuanto quisiera.

Con su lengua me lo recorrió todo él, no dejando ni los pliegues cercanos a mis huevos. Por supuesto, me abrió las nalgas y allí metió su habilidosa lengua.

Pude agarrar el cielo con las manos. Puso sus brazos bajo mis sobacos y atrayéndome hacia él, me la enterró de un golpe. Oh, Dios. Sin falsa modestia por mi parte, había enseñado a aquel semental a dar por culo como me gusta que me den por culo. El disfrute era brutal.

Cada embestida era como un soplo de aire limpio y quería que no acabara nunca de darme embestidas, pero se me agotó el joven mozalbete, cosa lógica por otro lado, pues mis sudores y los suyos podían llenar una copa hasta arriba.

El chico descargó en mi interior y sentí el calorcito extra de su leche de 37º centígrados como el culmen de la mejor follada que me había dado hasta ahora.

Cuando se salió, me di la vuelta y disfruté de su manguera, la cual goteaba por poco tiempo. Fue tragármela y el chico vibró de pura pasión.

Cuando se la dejé bien chiquita y escurrida, lo hice sentarse sobre la hierba y levantándome, le puse mi ojo del culo en su boca.

Su lengua recogió cuanta leche había esparcido en mi interior, no dejando nada para que fermentara allí dentro.

Lo siguiente fue agradecerle tan buena follada, con otra follada por mi parte. Se merecía aquello y mucho más.

Su cuerpo fue recorrido como él había hecho antes con el mío. Su respiración entrecortada, me confirmó que estaba disfrutando como Dios manda.

Le levanté los pies y los puse encima de mis hombros, de esa manera me metí con sus huevos, unos huevos tan apetitosos que casi me olvido de su prodigioso culo.

Le di la vuelta y le levanté el trasero, haciendo que su cara tocara el suelo, solo con el apoyo de sus manos. Así, de esa manera, le enterré mi tranca hasta los huevos. Sí, lo hice con una violencia digna del mayor depravado del mundo. Joder, ya que lo tenía entre mis huevos, ¿porque no disfrutar como me gustaba?

El chico, muy a su pesar, gritó de dolor ante mis embestidas colosales, pero eso no me arredró a darle más fuerte aún.

La respiración se le había desbocado, tanto que temí perderlo por momentos, por lo que aflojé un punto, no mucho, la verdad. Cuando iba a correrme salvajemente en su culo, unas voces me hicieron detenerme en tan inoportuno momento. La madre que los parió, se me cortó la leche y no pude correrme.

Con la polla metida en su culo y encima de él, le tapé la boca para que no nos delatara ante los intrusos, pues las voces eran de dos hombres.

El chico, muy a su pesar, respiró por la nariz y procuró hacer el menor ruido posible. Desde luego, mi polla no iba a salir de su culo hasta haber descargado, vaya si no, aunque se desplomara el mundo, mi leche saldría de mi polla, sí o sí, para ser engullida por su ojete anal.

Los dos intrusos iban en caballo, de los cuales se apearon en silencio, pasando a escasos metros de nuestros cuerpos desnudos. Cuando llegaron al saliente, desde donde pudieron contemplar nuestra caravana, se quedaron observando.

. - ¿no te lo dije? Ahí está la caravana. Va a ser un buen día, después de todo.

. - la mayoría son mujeres -dijo su colega-.

. - sí, hasta en eso hemos tenido suerte. Después de asaltar la caravana, nos cargamos a los machos y nos llevamos a las tías para vendérselas a los comanches después de habérnoslas follado a todas. Nos darán una buena pasta.

. - ¿cuál será el mejor lugar para atacarlos? -preguntó uno al otro-.

. - sin duda en el siguiente valle. Desde arriba tiraremos rocas y obstruiremos el paso a las carretas, luego todo será coser y cantar.

. - jajaja. Nos vamos a forrar.

. - y que lo digas, amor.

El que parecía mandar, besó a su correligionario en la boca. Éste se dejó y colaboró. Parecía que en aquel valle había más de una pareja de maricas que se daban por culo, allí tenía a otros dos.

Mientras los criminales se retiraron de la orilla, se fueron desnudando y besando al mismo tiempo.

Águila Veloz y yo nos miramos y sonreímos. Mi polla, aun en su culo, estaba volviendo a la vida y se estaba fortaleciendo solo con ver a aquellos dos meterse en faena.

Los asesinos estaban sobre un terreno sin hierba y podíamos verlos perfectamente, no ellos a nosotros que seguíamos escondidos en el yerbal cercano.

No dejé de alegrarme que uno de los dos amantes, el que parecía ser el jefe, tenía una monstruosa polla jamás vista por mis ojos. Sin duda quien se dejara meter aquella polla en su culo, disfrutaría la de Dios o la palmaba en el instante.

Mientras veíamos hacer a la pareja, mi polla se gobernó sola y comenzó a entrar y salir del culo de Águila Veloz. Su boca era tapada con la mía, así aparte de disfrutar un extra, no gritaba y nos delataba ante los intrusos folladores.

En la otra pareja, la pinga gigante sobresalía más de un palmo y medio, si no más. Joder, quien la tuviera.

. - por favor, te la comeré, pero no vuelvas a metérmela por el culo, aún me estoy recuperando de la última vez que me la clavaste.

. - ¿somos o no somos marido y mujer? pues si yo soy tu marido, tú eres mi mujer. Anda, date la vuelta que el botín de ahí delante me la ha puesto dura.

Prácticamente a empujones, puso a su señora esposa a cuatro patas. Le abrió el culete con ambas manos y sin miramientos, se la enterró al pobre desdichado, el cual había cogido un trozo de madera y se lo puso en la boca para no gritar.

De su culo pronto empezó a salir sangre a borbotones, cosa que le importó un huevo al follador. Así siguió dándole candela al desgraciado.

. - Águila Veloz, no podemos dejarlos ir. Tenemos que atacarlos y matarlos al mismo tiempo, para que no tengan tiempo de revolverse. Usaremos los cuchillos, por si están cerca el resto de asaltantes.

. - tienes razón. Yo me encargo del follado y tú del follador.

Sacamos los cuchillos de caza y los cogimos por las puntas para lanzarlos, pero debíamos acercarnos al menos unos metros más. Yo no era muy ducho en eso de tirar el cuchillo, pero sí en lo de disparar con rifle, pero ahora no podía hacerlo.

Desnudos como estábamos, reptamos por la hierba, hasta llegar a donde no había ninguna. Entonces nos pusimos en pie y fue cuando el follador mayor nos vio con el rabillo del ojo. El tío se movió como una gata, pero los cuchillos ya iban en dirección a nuestros objetivos.

Águila Veloz dio en el blanco. La frente del cabronazo follado recibió el cuchillo, quedándose enterrado allí y muerto al instante.

Yo no tuve tanta suerte con ni puntería. El cabrón, al moverse tan rápido, evitó que mi cuchillo diera donde lo había mandado, que no era otro que a su pecho. Solo dio en su hombro derecho, quedándose clavado y dando un grito que se me heló la sangre.

Velozmente nos acercamos, antes de que intentara llegar a sus armas, las cuales estaban junto a ellos.

Una oportuna patada en los huevos del jefe, hizo que volviera a gritar y saliera despedido un metro más atrás.

Mientras se cogía los huevos y casi llorando de dolor, entre Águila Veloz y yo le inmovilizamos los brazos a su espalda, mientras buscaba algo con qué atarlo.

Vi sus pantalones y el cinto que llevaba y mientras yo lo agarraba, pedí a Águila Veloz que cogiera el cinto. Una vez bien atado, le levanté la cabeza al mamón herido.

. - soltadme, hijos de puta, os voy a rajar, cabrones.

Águila Veloz no se anduvo con chiquitas. Puso su pie derecho sobre su miembro de macho y apretó bien fuerte, haciendo que el tío volviera a gritar.

. - calla perro, aquí solo hablas cuando te preguntemos -y siguió apretando la pierna-.

. - vale, vale, pero deja de pisarme los cojones, por favor.

. - así está mejor -dijo el chico, mirándome y sonriéndome. Sin palabras, le dije que había actuado muy bien-.

. - así se hace, colega -añadí- bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? pero qué maravilla tienes entre tus piernas.

Casi con reverencia, acaricié aquella súper-polla descomunal enrojecida con la sangre de su correligionario, haciendo que se pusiera de nuevo mirando hacia el cielo cuan larga era.

. - pero qué desperdicio. Pobrecita mía.

Cogí una de sus cantimploras de agua y acercándome al jefe bandido, me metí entre sus piernas, se las levanté y las puse sobre mis hombros. Le lavé bien la polla ante la mirada estupefacta del mamón aquel. Mi boca saboreó por primera vez aquel tremendo trabuco. Al no usar jabón olía a culo infectado, pero, aun así, le di unos lengüetazos, para darle la bienvenida.

. - por favor, Águila, no seas tonto y acércate a catar esta delicia de polla. ¿A que nunca habías visto una de este tamaño?

. - desde luego que no. Mira como aun sangra el tío después de metérsela por el culo. Que bestialidad de polla.

El chico se agachó y se la metió en la boca, por lo menos, la cantidad que le cabía sin asfixiarse.

. - sí señor, es muy sabrosa.

. - oye capullo, explícanos otra vez eso de atacar a la caravana de ahí delante. Quiero un relato completo de quienes sois, dóndes están tus colegas y exactamente, donde ibais a atacarnos. Sí, somos de la caravana y estamos un poco enfadados porque nos querías apiolar y vender a nuestras mujeres a los comancheros, así que empieza o empiezo, tú dirás.

. - iros a la puta mierda, mis hombres os cortaran los huevos, cabrones.

. - mala respuesta, ¿verdad amor mío?

. - muy mala respuesta, amor mío -dijo y me dio un beso con lengua-.

Le dimos la vuelta y lo pusimos en posición adecuada a la sodomización de su culo guarro.

. - adelante, amor. Te cedo el privilegio.

Águila, cuya polla se le había levantado de nuevo al ver tamaño miembro que se gastaba el tío, le enterró su polla hasta los huevos.

. - cabrones, dejad de follarme.

. - vaya, parece que solo le gustaba follarse a sus correligionarios, pero no ofrecer el mismo beneficio a sus follados. A eso le llamo yo un abuso de poder. ¿Tú no, amor?

. - ya lo creo.

El chico le dio unas cuantas metidas de polla con intención de joderlo vivo, pero allí había hueco suficiente para que el tío no sufriera lo que queríamos que sufriera, por lo que se me ocurrió una cosa.

. - amor, vamos a joder vivo a este cabrón. No la saques, que te acompaño.

Coloqué mi polla junto a los huevos del chico y profundicé, hasta hacerme un hueco junto a la polla de Águila Veloz. Luego la enterré hasta mis huevos. Así, nuestros huevos se rosaban que eran una virguería.

Los gritos del grandullón, que además de nuestras dos pollas, aún seguía con el cuchillo que le había clavado en el hombro, se hicieron sonoros al por mayor. Según creyó, un hierro candente se le había introducido en su puto culo.

. - no, no, por favor, dejadme, dejadme, no me jodáis más.

. - tu ve hablando. Mientras no nos digas todo lo que te pedí antes, seguiremos follándote, mamón. Así que cuando nos digas todo lo que queremos saber, te la sacaremos del culo.

Águila y yo comenzamos a coger ritmo. Del culo del tío, comenzó a salir sangre a borbotones, que a su vez hacía de lubricante natural y mejor le entraba.

Cuando el tío se vio lleno de sangre bajándole por las piernas, comenzó a soltar prenda, aunque nosotros no íbamos a parar hasta que soltara toda su verborrea, tontos que éramos nosotros.

. - sí, sí, os íbamos a atacar y es verdad lo que dijisteis de los hombres y de las mujeres. Somos 8 hombres en total y os íbamos a atacar en el desfiladero que hay a un kilómetro de aquí desde las alturas primero. Dejadme ya, por favor. -Lloraba el tío-.

. - ¿dónde están ahora tus hombres? -le pregunté, mientras seguíamos follándonos su culo-.

. - están en lo alto del valle, cerca del lugar desde el que os íbamos a atacar.

. - ¿por dónde se echa para llegar hasta ellos?

. - antes de llegar al desfiladero hay una pequeña zona desde donde llegar arriba.

. - Águila, creo que ha respondido a todas nuestras preguntas, ¿no crees?

. - sí, pero es una pena, ahora que casi me corro en su culo, tenemos que sacársela, pero así son las cosas.

. - tienes toda la razón del mundo.

Ambos sacamos nuestra polla, ante el respiro del follado.

. - ¿contento? -le pregunté-.

. - sí, muchas gracias -dijo el tío-.

. - pero no nos vas a dejar así, con nuestras pollas aun cargadas de dinamita. Ahora debes hacernos una mamada a cada uno hasta que explotemos en tu boca, eso o volvemos a tu culo.

. - no, por favor, a mi culo otra vez no, dádmelas y os haré unas mamadas que no olvidareis nunca, pero por favor, quitadme el cuchillo del hombro y ponerme unas vendas.

. - de eso nada. Primero una cosa y después otra. Si intentas mordernos las pollas, te saco el cuchillo del hombre y te lo enterramos en la frente, como a tu amante.

. - no, no, me portaré bien, os lo prometo.

Águila Veloz arrancó su cuchillo de la frente del muerto y se lo puso en la garganta.

Me acerqué y le puse la polla en las narices. El tío cerró los ojos y comenzó a comerme la polla.

Fue una comida de polla no muy diligente, pero no importaba, al final era una mamada.

Se la metí hasta el gaznate y se la metía y se la sacaba, cual culo que se precie. Al final me hizo explotar en su boca. Sí, señor, daba gusto que se la mamen a uno, aunque fuera un rufián como aquel hijo de la gran puta.

Cuando la saqué, cayó como muerta y sustituí a Águila con el cuchillo en su cuello. El chico le enterró salvajemente su polla en su boca, haciéndolo atragantarse. Después se folló la boca del forajido como yo había hecho antes.

No tardó mucho en correrse y descargarle cuanta mala leche tenía el chico.

. - sí señor, te has portado muy bien, como debe de portarse un buen anfitrión.

. - ahora dejadme libre. He hecho todo lo que me pedisteis.

. - pero qué prisas te han entrado, hombre. Todavía no hemos acabado.

. - ¿qué más queréis que haga por vosotros?

. - nada más ni nada menos que dejarnos usar tu tranca. Me gustaría aprovechar que está tan a mano. No es bueno desperdiciar una oportunidad como ésta.

Dije cogiéndole la polla y acariciándola.

. - ¿te atreves, Águila Veloz? -Le pregunté al chico-.

. - creo que paso. Ya has visto lo ocurrido con el muerto-.

. - anda, no seas tímido. Tu prueba, si no te entra, pues te sales sin problema. Quiero ver cuánto dilata tu culo, ¿lo harás por mí, amor?

. - por ti me tiraría por un barranco, amor mío.

. - así se hace. Adelante. Y tú, no te muevas un centímetro o te la corto.

Le di una mamada para lubricarla, para después el chico colocarse encima de aquella monstruosidad de polla.

Con sumo cuidado, fue bajando. Yo me tendí en el suelo e iba mirando la que le entraba.

El chico tocó la punta con su culo y se enterró un par de centímetros. Luego por más que quiso enterrarse la punta, no lo consiguió, pues el dolor era electrizante y le impedía continuar.

. - no, no puedo metérmela. Es demasiada grande para mi culo.

. - está bien, salte entonces. Al menos lo has intentado.

Con otra mamada lubricadora, sustituí a Águila Veloz encima de la polla del bastardo.

El indio se tendió como yo antes y observaba.

La punta fue metida con dificultad, pero una vez entrada, cogí resuello y cerrando los ojos fui enterrándome la polla hasta la mitad.

. - oh, Dios, que polla más rica que tienes, cabrón. Sí, siento mucho dolor, pero también mucho placer, ooohhh sí...

Con otro esfuerzo me tragué el resto de la polla. Era como si me metiera un palo por el culo y le dieran vuelta dentro, pero al mismo tiempo hacía que el disfrute de tenerla dentro fuera de lo más maravilloso que nunca me hubiera metido por el culo.

. - oh, sí, gracias, gracias bastardo por la calidad de tu polla. Dios debe de tenerte guardado un sitio a su lado por alegrarme el día.

Un buen rato después de que cogiera resuello, me puse a sacarla y meterla despacito al principio, para después coger ritmo y ver las estrellas del disfruto divino.

El dueño de tal polla también se estaba alegrando, pues pronto iba a soltar su lechita blanquita y después lo dejarían libre.

Los gemidos del delincuente eran hartos elocuentes de que pronto iba a venirle el orgasmo y meterse en mi culo.

Con disimulo, mientras subía y bajaba, le cogí el cuchillo a Águila Veloz. Cuando el tío se corrió en mi culo, un segundo después y de un tajo limpio, le corté la polla aun metida en mi ojete.

Ni que decir tiene que el tío dio un alarido que se pudo oír a varios kilómetros de distancia.

Me salí de encima del tío y me saqué la polla del culo, aun chorreando leche y por supuesto, sangre. Le hice la piel hacia el corte y luego un nudo. De esa manera la sangre que hacía que se pusiera como se ponía, no saldría y seguiría estando tan gorda como cuando estaba en el cuerpo de su dueño.

. - hijos de puta, me habéis matado -maldecía el tipo-.

. - es lo mismo que pensabas hacer tú con nosotros, así que, a joderse, tío -le dije-.

El chorro de sangre que salía de su antes polla era como un manantial. El tío no podía atajarla, pues tenía las manos atadas con su propio cinturón.

Águila Veloz, aún no se podía creer que tuviera huevos de cortarle la polla al tío aquel, pero en mi mano estaba la prueba.

. - joder, amor. Se está desangrando como un cerdo. ¿Para que la quieres?

. - es un recuerdo. Quizás le pueda dar uso.

El asesino confeso, se iba poniéndose morado por falta de sangre y oxígeno, hasta que dejó de moverse. Todo eso después de un cuarto de hora soltando sangre a diestro y siniestro.

. - querido Águila, creo que hemos acabado aquí, recojamos lo que haya caído en las trampas y volvamos a la caravana. Debemos de informar del ataque del que seremos objeto.

(Parte 23 de 31)

FIN