El amante de los tiempos, en 5 relatos (22)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(22-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Flecha Veloz corrió y cogió un palo adecuado, volvió y se lo puso en la boca a su madre adoptiva y putativa.

Las chicas comenzaron a pajearse los clítoris, ayudados por los machos, yo incluido, pues le comíamos la almeja a cada una. Pronto comenzaron a correrse y recoger el zumo que me fue entregado en la mano, la cual quedó toda embadurnada.

. - ya es suficiente, chicas. Comienzo Bárbara.

Agarré el trozo de serpiente que aún se movía y metí mi mano vagina adentro, rodeando el cuerpo de la serpiente con los dedos e intentando hacerle el menor daño posible a la lechera de bárbara.

Los ojos de la mujer parecían inyectados en sangre, el dolor de la serpiente y de mi mano era indescriptible. Aun así, no se desmayó y aguantó la tortura.

Poco a poco fui avanzando, hasta tocar la cabeza. Allí noté sus ojos, los cuales introduje mis dedos fuertemente, sacándoselos de sus orbitas, luego cerré su boca con toda la fuerza que pude y lentamente, fui sacando mi mano.

Centímetro a centímetro fue sacando la serpiente, usando ambas manos a un tiempo.

Cuando la tuve ya fuera, la tiré lejos. La muy puta, aún se movía y tenía ganas de guerra.

No estaba muy seguro, pero al verle la cabeza, deduje que la serpiente no era venenosa, lo más se tragaba entero a los animales que lograba cazar, después de enrollarse sobre ellos para asfixiarlos y romperle los huesos.

Le quité el palo de su boca y la abracé.

. - tranquila, mi amor. Ya está, ya está.

Ella lloraba desconsoladamente.

. - no llores amor. Hemos tenido suerte. No es una serpiente venenosa. Esa ya no puede hacerte nada más. Déjame mirarte, para ver si te ha hecho algo dentro.

La recosté sobre la arena y le abrí las piernas y poniéndoselas en cuclillas, volví a meter mis dedos, abriéndole la vagina. Por lo poco que pude ver, no había sangre, ni ningún desgarro digno de mención.

. - no veo nada malo, querida. Estarás muy bien muy pronto.

. - qué horror, que horror, no sé si podré seguir dándoos placer a los hombres. No me atrevo a usar mi vagina de nuevo, ni siquiera mi ano. Tengo miedo, mucho miedo.

. - querida, no debes pensarlo siquiera. Eres una gran amante y lo seguirás siendo. Creo que lo mejor para que se te quite de la cabeza este lamentable hecho es hacer de nuevo el amor y copular lo antes posible, usando todos tus agujeros, así olvidarás y podrás hacer vida normal lo antes posible. Si no, se abrirá una brecha en tu cabeza y no serás la misma madre y amante que has sido hasta ahora.

. - no sé, no sé si podré Salvador.

. - eso déjalo de nuestra parte, querida. Vente y súbete en mi trono, por favor.

Me tendí de espaldas y mientras me masajeaba la polla para ponerla a tono, la cogí de un brazo y sin hacer fuerza, la llevé a sentarse encima de mi polla.

. - aaahhh, Dios mío -dijo ella al tocar mis huevos con sus nalgas-.

La atraje hacia mí y la besé, donde nuestras lenguas jugaron entre sí.

. - Tony, por favor. Usa el agujero anal para darle placer. Es lo mejor para ella ahora mismo.

Tony se acercó, con su mano en su polla y se la clavó con suavidad a su señora esposa.

Ella ahogó un suspiro.

. - Flecha Veloz, dale tu polla, para que tenga la boca entretenida y no pueda pensar en nada.

El indio ya la tenía dura y fue a metérsela a Bárbara en su boca. Ella lo recibió como agua de mayo.

. - chicas, mamad, mamad todo lo que podáis -dije mirando a las hermanas, que enseguida se tendieron en el suelo y se pusieron a mamar de las tetas de su madre-, Yoguana, por favor, déjame catar tu chochete, es para que no te sientas desplazada.

Ella alegró su cara y puso su chumino encima de mis labios. Mi lengua pronto comenzó a comerse aquel conejo tan especial.

El marido comenzó a aumentar la velocidad de la follada. Ella misma, subía y bajaba, mientras mamaba la polla de su nuevo hijo.

Bárbara pensó que mi idea había sido la mejor de todas las que había tenido hasta ahora. Ya no pensaba en la serpiente, sino en disfrutar del momento.

Aquello de tenerle miedo a usar sus agujeros, había desaparecido por arte de magia, no podía perderse disfrutar de sus chicos y que ellos disfrutaran de ella. No estaba bien, no señor.

Los gemidos de Bárbara nos alentaron a aumentar la follada hasta límites insospechados.

Al poco, flecha Veloz descargó en su boca. Sus ojos ahora no eran de terror, sino de felicidad.

. - gracias hijos, gracias a todos. Por favor, dadme toda la leche. La quiero toda en mi boca.

Su marido se salió de su culo y le puso la polla en su boca. Ella mamó y mamó hasta recibir el fruto de sus esfuerzos. El siguiente sería yo, por lo que ella dejo en paz la esmirriada polla de su marido. Aun con sus hijas pegadas de sus pezones, las cuales no dejaron de mamar en ningún momento, se tragó mi polla.

Yoguana se salió de mi boca toda corrida y satisfecha de haber contribuido con su conejito, que disfrutara su adorado libertador.

Estando ella aun de rodillas y con sus hijas aun mamándola, bárbara me mamaba, aun con la lechada de su del indio y de su marido en su boca.

Al poco, solté una abundante lechada en su garganta. Ella tragó y tragó hasta satisfacerse, mandando todo el tributo de sus chicos al fondo del estómago.

Las pollas de los tres machos, aunque estaban flácidas por las corridas, decidimos darnos y darles más placer. Ante una mirada de complicidad, los tres a una, metimos nuestras pollas en aquella boca sedienta de polla como era la de Bárbara.

La Bárbara tenía una boca bárbara. Abarcaba con ella las tres pollas, usando su lengua como elíxir de la vida y del amor. Solo cuando nuestras pollas fueron encogiendo hasta tal punto que se habían quedado en nada, pudieron salir de aquella casa de perversión que era su boca.

Los tres a una también, la besamos, así como el resto de las chicas. El cuerpo de Bárbara no tenía resquicio ni lugar donde no había pasado una lengua para satisfacerla en todos sus caprichos.

De su vagina salía un manantial de fluidos, los cuales fueron absorbidos por una rápida acción de la boca de Yoguana, la cual a su vez fue lengüeteado su clítoris por su hermanito de la caridad, a quien aquello de follar a todas horas y con todo el mundo, le habría un mundo de posibilidades de disfrutar que no le habría pasado por la cabeza ni, aunque hubiera vivido doscientos años.

Poco a poco fuimos dejando tranquila a Bárbara, su respiración necesitaba serenidad, no fuera a darle un infarto de felicidad.

Cuando todos estuvimos satisfechos, esperamos el veredicto de la principal invitada a la fiesta.

Un hilo de sonrisa se dibujaba en su cara. Sí, nuestra Bárbara había vuelto a la vida.

. - gracias chicos, os debo la vida. No penséis ni por un momento que os vais a librar de follaros a esta vieja y hacerla disfrutar. No señor. Gracias Salvador, tu valentía en actuar rápido, me ha salvado de nuevo de caer en un pozo sin fondo.

. - ésta es mi chica -dije, cogiéndole una teta y mamándole un pezón. Aún quedaba leche alimenticia y me tomé un tentempié. Su marido se agenció el otro pecho, hasta que ambos la dejamos seca.

. - gracias, gracias, gracias. No tengo palabras. -dijo la bárbara de Bárbara.

Después de aquella follada post serpiente, la cosa volvió a su cauce. Del riachuelo sacamos unos salmones deliciosos, que, condimentados al modo de Bárbara, que nos dejó con los estómagos llenos y no solo de comida, sino de una felicidad que no había conocido ni en mi propia familia.

. - que todo el mundo opine sobre lo que debemos hacer. Continuar riachuelo abajo y buscar una salida del valle o pasar al otro lado de la fortaleza y vivir otra vida a la que no estamos acostumbrados -dijo Tony-.

. - eres el mayor Tony, empieza tú -dije-.

. - gracias, querido -dijo cogiéndome la mano y sin soltarla echó su parrafada- yo pienso que no deseo poner en peligro a mi familia. Allá atrás seguro que habrá más animales fieros como el que matamos. De hecho, hemos visto a aquel lagarto gigante. No, no deseo pasar más allá. Yo deseo volver a la civilización tal como la conocemos.

Lisbeth levantó la mano.

. - adelante, guapa.

. - ¿cuándo nos vamos de aquí?

. - ha quedado clara tu posición -dije-. ¿Otro?

. - estoy con mi marido. No vale la pena morir por nada, ahora que estamos en camino de ser afortunados. Quiero volver -dijo mamá lechera-.

. - si puedo evitarlo, no quiero ir allá atrás -dijo

Jocelyn-.

. - yo haré lo que decida Salvador -dijo Águila Veloz-.

. - yo también -dijo Yoguana-.

. - debéis decidir vosotros, no me copiéis porque os haya liberado. Os quiero y deseo que deis vuestra opinión sincera.

. - de acuerdo, digo que no. Moriríamos muy pronto y no es lo que quiero -dijo flecha Veloz-.

. - ¿Yoguana?

. - yo tampoco quiero morir.

. - muy bien, habéis hablado, ahora lo haré yo. Si hubiera estado solo, habría atravesado esa pared y entraría en ese mundo. No siempre tendré otra oportunidad de conocer otros mundos, pero soy consecuente con la decisión del grupo y no debo de poner en peligro a los que considero mi familia desde hace varios días. Así que nos vamos riachuelo abajo y buscaremos una salida. Solo añadiré una cosa. Cuando estéis establecidos en el rancho que vamos a comprar y no haya peligros que os acechen, volveré aquí. No puedo evitarlo. Este lugar es historia del pasado y quiero ver lo que ningún otro hombre actual ha visto jamás.

Las lágrimas de grandes y mayores afluyeron a sus ojos. No habían contado con mi decisión final.

. - no nos puedes hacer esto, amor. Te queremos junto a nosotros -dijo Jocelyn, que era la que más lloraba en silencio-.

. - lo siento de veras, pero es mi decisión.

. - mi hermano y yo aún somos tus esclavos e iremos a donde tú, vayas, querido Salvador -dijo Yoguana.

. - no, amor, eres libre. Ese papel que tienes en el bolsillo así lo dice ante la ley. Debéis seguir con vuestras vidas, con Bárbara y los demás o buscando a los vuestros, pero sois totalmente libres. Nunca he tenido esclavos y no voy a empezar ahora.

Los chicos indios se me pegaron como lapas, llenándome a besos.

. - te queremos, te queremos mucho, -dijo flecha Veloz- no nos dejes nunca, por favor. iremos contigo, a donde tú quieras.

. - si es vuestra decisión, la acataré, pero sabed que correremos peligros, unos peligros que son diferentes a los actuales y no sé si saldremos con vida de esta aventura.

. - lo que ha de pasar, pasará. Los tres juntos nos cuidaremos los unos a los otros. Tú nos enseñarás cosas de tu mundo y nosotros te enseñaremos del nuestro.

. - gracias, chicos, de acuerdo. Bueno, como todo está solucionado. Cuando nos vayamos de aquí, todo debe quedar como lo encontramos.

Cuando estuvieron todas las personas y nuestros enseres fuera de la fortaleza, le eché un último vistazo y cerré la gran puerta, saliendo por donde había entrado. Abajo, saqué la cuerda y subí al pescante del carro.

Seguimos el riachuelo durante varios kilómetros hasta que desapareció tras unos matorrales y unos cuantos altos árboles. Bajé del carromato e inspeccioné la zona. No había por donde proseguir, al menos con los carros.

El agua del riachuelo desaparecido de nuestra vista se metió por una espesura sin igual. Entré y caminé varios cientos de metros. Aquello estaba complicado para los carros, pero no imposible. Habría que trabajar duro para poder pasar por aquel espeso bosque.

Regresé junto al grupo y les hablé claro.

. - es un espeso bosque. Tendremos que emplearnos a fondo si queremos atravesarlo. Los hombres y las mujeres que no conduzcan los carros, nos bajaremos e iremos limpiando y guiando a los carromatos, sacad las hachas que haya. Mejor que las dos pequeñas sean quienes conduzcan. Necesitamos los brazos más fuertes para despejar el camino.

Poco a poco nos adentramos en el bosque. No se veía el final. Nos llevó casi todo el día recorrer un par de kilómetros, aun así, no se veía el final.

. - ya está bien por hoy. Vamos a descansar esta noche aquí. La guardia de dos en dos -dije-.

La chica india dudando, levantó la mano.

. - sí, amor. Dime.

. - quiero que hoy me desvirgues -dijo ella toda ruborizada, el resto de los allí presentes, sonrieron-.

. - querida, no sé si podré esta noche. Estoy derrengado.

. - por favor. Soy la única a la que no has desvirgado aún. Por favor…

. - vale, pero no te prometo nada. Harás la guardia conmigo y veremos lo que se puede hacer.

. - gracias, gracias, mi Salvador.

. - tu hermana no sabe dónde se mete -le dije a flecha Veloz-.

. - aun así, el resultado a largo plazo será maravilloso, lo sé por experiencia -dijo, besándome los labios el chico-.

Le eché el brazo por encima y me lo llevé junto a un árbol. Allí, mientras los demás se preparaban para pasar la noche, lo desvestí sin dejar de besarlo. El chico me sacó la ropa también.

Ambos desnudos y cansados como estábamos, nos recorrimos nuestros cuerpos con los labios. Su ano, su portentoso ano, fue un deleite para mi lengua. Allí se la enterré hasta el gaznate. Nos pusimos a hacer un 69 donde nuestras pollas eran las reinas del mambo.

Cuando estuvieron a tono, me puse como un perrito y dejé que el chico disfrutara de mi culo.

Vaya si disfrutó. Además, me hizo disfrutar como un enano, con aquella polla, pequeña, pero bastante gorda. Dios, la podría tener metida en mi culo durante todo el día y toda la noche y todo el día siguiente también. Era la mar de juguetona.

Flecha Veloz jadeaba como un cerdo de lo feliz que se sentía al darme por culo y yo estaba agradecido por ello.

. - córrete en mi culo y tómate tu lechita -le dije-.

El chico tuvo un subidón y descargó su corrida en mi anal culo, para después venirse hacia mi boca y ponerme a mamarle su polla. Se la dejé sin gota.

Lo siguiente fue tomarse su leche directamente de donde la había metido y sin contemplaciones.

Metió su lengua y sacó cuanta pudo, tragándosela como era preceptivo. Llego un momento en que no llegaba más adentro su lengua, por lo que, poniéndose con la cara hacia arriba, me di la vuelta y vacié todo el contenido de mi culo en aquella boca tan apetitosa. Al final, acabó volviendo a meter su lengua en mi culete, para dejarme el culo como los chorros de oro de limpio.

Lo siguiente fue darle mi polla a comer durante unos segundos. Después le di la vuelta y le di una comida de culo y de huevos, para luego enterrarme en mi boca su flácida polla. Ello hizo que reviviera viejos recuerdos, retorciéndose de puro placer. Aquella polla suya aún tenía una sensibilidad digna del mejor semental.

Una vez acabé con su polla, me dediqué en exclusiva a su culo. Allí volví a enterrar mi lengua, hasta que me dejé de gilipolleces y me puse en posición para follármelo.

Mi polla, sedienta de aquel culo desde que la noche anterior disfrutó de él, se fue a enterrar sin misericordia esta vez.

El grito del chico hizo que más de un ave levantara el vuelo. El resto de compañeros de fatigas, menos su hermana, sonrieron y siguieron con lo que estaban haciendo.

Mi polla se gobernaba sola y arremetía culo adentro y culo afuera. Estaba disfrutando de puta madre. Joder, que culo más sabroso que tenía aquel salvaje ya civilizado. Solo de pensar en el culo de su hermanita, se me hacía la boca agua.

El chico no dejaba de gritar con cada metida de polla, hasta que me cansé de oírlo y descargué mi leche especial para jóvenes indios inexpertos y sedientos de una buena polla que llevarse al estómago.

. - aaaahhhh, qué bueno, pero qué bueno -dije, derrumbándome sobre su espalda-.

El chico al final consiguió sacarse mi polla de su culo y como no podía joder las tradiciones, aun con su culo dolorido, se dio la vuelta y se tragó mi polla en su boca hasta conseguir sacarle un poco de jugo natural.

Su culo volvió a su sitio y mi lengua completó un círculo vicioso de lo más vicioso, valga la redundancia. Saqué cuanta leche le había introducido, para después echarme su culo encima de mi cara para descargar lo que había en las profundidades de su agujero anal.

Cuando acabamos, ambos estábamos felices y contentos, aunque yo un poco más feliz que el chico, pues su culo había sido el receptor de la follada más viciosa del momento.

Lo ayudé a ponerse la ropa y después de pasarnos un rato besándonos, lo acompañé junto con los demás alrededor del fuego que habían hecho.

. - ¿no decías que estabas cansado, Salvador?

. - lo siento, fue visto y no visto. Espero poder cumplir contigo también.

. - ¿cómo estás hermanito?

. - jodido y bien follado, hermanita. Esta noche estarás igual que yo, no lo dudes, pero no veas como me gusta que me follen el culo. Es todo un placer infinito sentir las estrellas y tocarlas con la mano. De hecho, qué cojones, por favor Tony, ¿puedes continuar y dejarme el culo como un coladero? Necesito tener otra polla dentro de mi culo. Quiero agrandarlo lo antes posible, así mi disfrute será mayor cada vez.

. - eso está hecho, chico. Ponte en posición, hijo.

Flecha Veloz se bajó los pantalones con dificultad y se puso a cuatro patas de nuevo. Allí ya estaba la polla de Tony siendo mamada por su esposa para ponérsela a tono. Cuando lo estuvo, la mujer se apartó y dejó hacer al cabeza de familia meterse con su polla en el culo del chico receptor.

De una embestida, se la enterró y comenzó desde el principio una follada veloz y bestial. Pasaban los minutos y no descargaba el viejo. El chico se dio a todos los demonios, pero ya no podía dar marcha atrás.

Su culo estaba al rojo vivo de tanto mete y saca del viejo, aun así, continuaba dándole candela, hasta que al viejo se dignó soltar su delicada carga sémica, la cual no iba a disfrutarla aquel culo que sodomizaba, sino para su hermana, que estaba junto a su polla, observando como entraba y salía aquella polla de Tony.

El hombre se dio la vuelta y la ofreció. La chica no negó que la deseaba en su boca, por lo que se tragó polla y mierda incluida. Luego vino lo mejor. Leche, mucha leche acumulada por el día sin haber soltado ni gota hasta entonces.

La chica saboreó tremenda cantidad y la compartió con su hermano, al cual traspasó una buena cantidad. Al final, con un lengüeteado de limpieza anal, el viejo lo dejó listo para el próximo asalto, que esperaba no tardase mucho, pues dar por culo a hombre o mujer, siempre apetece.

. - gracias, Tony. Ha sido un poco salvaje, pero gracias por compartir conmigo esa polla tuya.

. - a mandar y está a tu disposición, siempre que quieras y la desees -dijo guardándosela-.

Entre su hermana y yo ayudamos a flecha Veloz a ponerse los pantalones y sentarlo sobre la manta sobre uno de sus lados, nunca con el culo, pues le dolía horrores.

. - voy a ver si cazo algo en los alrededores -dije-, ¿me acompañas Jocelyn?

. - mejor que vaya Lisbeth, estoy muerta de cansancio. -dijo ella-.

. - cierto, perdona. Lisbeth o Yoguana, me vale cualquiera.

Las dos se ofrecieron a buscar alimentos. Así que nos fuimos. Cuando regresamos, traíamos dos conejos bien granditos y algunas frutas.

. - mirad lo que ha casado Yoguana. Ella sola con trampas los cazó. Es una cazadora nata.

. - me alegro, Yoguana. Traedlos aquí, yo los descuartizaré y nos comeremos uno de ellos, mañana el otro -dijo Bárbara-.

La cena transcurrió bien tranquila. Esta vez mamá lechera fue mamada por sus hijas naturales, las cuales se saciaron a base de bien.

El chumino de Bárbara fue ocupado por la lengua de su marido, que quiso cumplir con su mujer al menos con su lengua. Ella agradeció tan buena atención, corriéndose a gusto en su boca.

Llegada la hora del descanso nocturno, el grupo que no hacía guardia se protegieron entre los dos carromatos bien juntitos. Allí, bien tapados, Bárbara se dijo que no podía ser la única quien recibiera toda la atención por parte de sus chicos y no dar nada a cambio, a excepción de su ya famosa leche natural.

Fue metiéndose bajo la manta y todo chumino que encontraba se lo comía, así, como toda polla. Ahora sí que podía dormir en paz.

Unos metros más allá, a prudente distancia para no ser oídos, pero no tan lejos para ser protegidos en su guardia, estábamos la joven india y yo.

Estábamos bajo una manta. Ella estaba en tensión porque sabía lo que se le venía encima.

Le aparté unos pelos de la cara y se la besé después. Ella cerró los ojos y se dejó hacer. Una mano se introdujo entre sus ropas y se adueñó de uno de sus pechos pequeños y juguetones. Ella resopló y aguantó el manoseo por parte de su libertador.

El vestido, de dos piezas, fue levantado lo suficiente para poderle vislumbrar, a la luz de la luna, aquellos melocotones tan ricos. Mi boca no pudo esperar y se los comieron sin esperar nada. Ella volvió a cerrar los ojos y gemir. Sí, aquello le estaba gustando y de sus entrepiernas notaba una humedad producida por su primer orgasmo del momento.

Mi mano izquierda se fue precisamente bajo su falda, introduciéndole un dedo en lo más profundo de su ser. Allí me quedé jugando con su clítoris. Ella ya no podía más y gemía como una gata en celo sobre un tejado de cinc.

Ahora la osada era ella, su mano derecha tanteó bajo la manta y se puso encima de mi paquete, notándolo explosivo. Buscó una entrada y la encontró, cogiéndome cuan larga era mi polla y deslizando su delicada mano por toda la superficie. Mi respiración se aceleró, así como mis ganas de comerme de nuevo sus melocotones.

Lo siguiente fue acostarla y comenzar un morreo de sus labios, para ir bajando y apartando ropa, hasta dejarla desnuda, tan solo con un felpudo peludo como vestido natural.

Mi lengua hizo un trabajo magnífico, pues ella se retorcía de placer y eso que aún no habíamos empezado casi.

Continué saboreando su chichi, mientras me deshacía de mi ropa, quedándome en pelotas encima de ella.

Mi polla buscaba donde cobijarse, pero ella se cerraba y la verdad, no sabía por qué, cuando era ella la que, desesperada, quería que la desvirgara.

Debían ser los nervios, pensé. Por lo que, separándole las piernas, utilizando mis rodillas, pudo mi polla al fin tener a la vista la entrada de la cueva de Alí Babá.

Como si no quisiera la cosa, mi tranca comenzó a entrar en su cueva. La resistencia era mínima, por lo que se la metí hasta la mitad, allí me paré para ver cómo estaba mi anfitriona.

Solo con oír su respiración y verle la cara a la luz de la luna, comprendí que el dolor era mayúsculo, pero como no decía esta boca es mía, proseguí hasta hacer tope con los huevos. Ella, ahora sí, gritó. Así que me detuve.

Cuando se tranquilizó, comencé el mete y saca reglamentario en todo desvirgamiento que se precie.

La chica resoplaba y daba pequeños grititos. Al final se dejó follar y dejó de oponer resistencia activa, para hacerla solo pasiva. Las lágrimas resbalaban por su carita de ángel como si fuera el agua de una catarata.

Mientras me la follaba, besaba sus lágrimas y me las tomaba. Al final decidí dejar de joderla y saqué mi polla, luego le llevé al culpable de sus dolores para que me la comiera.

No hubo problemas en ello, ya había comido unas cuantas pollas y aquella en especial olía a su propio chumino.

Puesto que la noche era nuestra y que su culo también debía de ser desvirgado, lo mejor sería dos por uno y no perder el tiempo.

La cogí como una pluma y le di la vuelta, poniéndole el culo en alto. Allí enterré mi lengua. Me ayudé de un par de dedos agranda-culos, haciendo que su ano se dilatara un poco. Después de una nueva comida de lengua a su anal culo, llegó el momento.

Con mi polla junto a su entrada culera, la chica cerró sus nalgas, previendo que aquello era harina de otro costal y le iba a doler un huevo y parte del otro.

Con mis manos separé sus nalgas y hacia allí hice ir a mi revienta-culos personal. Ella sola, mi polla, se abrió camino culo a dentro.

Los dientes de la joven india rechinaban y su respiración se aceleraba al máximo de revoluciones.

Con un empuje, mi polla se fue hacia el interior de su culo. Sus gritos ahogados, traspasaron su boca y salieron al exterior. Aun así, no llegaron a los oídos de quienes dormían.

Con otro empuje, acabé de meterle toda mi polla en su agujero cagón. La chica se revolvió, como queriendo sacarse aquella cosa metida en su culo, pero ya era tarde, muy tarde. De allí no la sacaba ni con un pico, ni una pala.

La agarré bien de la cintura para que no se me escapara en el último momento y comenzó su primera follada culera de su mísera y esclavizada vida.

Mis entradas y salidas aumentaban de ritmo y ella estaba a punto de desmayarse, cosa que no ocurrió nunca.

En el frenesí follador, la chica se maldecía por permitirse el lujo de ser desvirgada por los dos agujeros en la misma sesión. Ahora ya era tarde, ya solo tenía que joderse y atenerse a las consecuencias, que no eran otras que un fuerte dolor en su trasero, como si le enterraran un hierro candente al rojo vivo.

Cuando mejor me lo pasaba enculándole el trasero a la india, un ruido se acercaba a las carretas y me interrumpía. No había derecho.

Unos ojos enormes delante de una cabeza peluda, me dijo que aquel animal era un lobo hambriento.

Sin sacar mi polla del culo de la india, alcancé el rifle y apunté a su cabeza. Un solo disparó bastó. El animal saltó en el aire y no volvió a moverse más. Detrás de este animal, varios más de la manada, salieron espantados al ver a su jefe palmarla tan extrañamente.

El grupo tuvo un despertar violento. Yo, desnudo como estaba, me acerqué al animal y comprobé que éste no iba a comer equino u homínido esta noche.

. - ¿qué ha sido ese disparo? -gritó Tony-.

. - seguid durmiendo, solo ha sido un lobo al que me he cargado.

. - ¿solo un lobo dices?, ¿dónde están los demás de la manada?

. - salieron despavoridos al ver caer a éste.

El grupo se acercó al bicho muerto. Yo, solo vestido con mi rifle, el hermano de la india me olió el cipote.

. - ¿eso que huelo es el chumino de mi hermana?

. - así es, Águila Veloz. Ahora mismo la estaba acabando de desvirgar por detrás. Por cierto, ¿dónde está?

El grupo se fue hacia donde se había quedado Yoguana. Sí, allí estaba todavía en la misma posición que la había dejado, con el trasero en pompa.

Su hermano se acercó y sin decir nada, se la sacó y se puso delante de ella.

Ella, viendo que era su hermano, se puso a comerle la polla, hasta ponérsela dura.

. - ¿me dejas, hermanita?

. - me duele un montón, hermano.

. - lo sé. Aun así, es el mejor momento para recibir el resto de pollas y hacerte con un buen agujero trasero. Luego todo será coser y cantar.

. - ¿tú crees?

. - sí que lo creo -dijo el chico, inventándoselo, pues el jodido solo quería follarse a su hermana desde no sabía qué tiempo-.

. - de acuerdo, adelante.

El chico se puso detrás y de un golpe, la empaló con su polla. El mete-saca fue acelerado desde el primer momento, tanto que la corrida fue rápida y bestial.

Cuando se salió, se la dio a comer a su hermana. Detrás ya había otro follador esperando, el viejo Tony, que, sin permiso ni ostias, ya se la estaba enterrando hasta los huevos.

Los dolores de la chica no se los desearía ni a mi peor enemigo.

Después de una buena sodomizarían por parte de la polla del viejo, el hombre descargó, para después recibir limpieza por boca de la india.

Todo ello ante la vista del público en general que era todo el grupo. Solo faltaba una polla por descargar y era la mía, pues el lobo me había interrumpido en el mejor momento.

Haciéndosela mamar a la chica india antes de proseguir con mi labor de desvirgamiento, me puse a joderla hasta que consiguió hacerme correr. Su culo era un estanque enfangado con varias leches variadas, aparte de sus propios jugos.

Lisbeth se apuntó a tomarse la lechita que tan ricamente había sido introducida en aquel enrojecido agujero anal. Se puso a tomarse un buen tazón de leche natural como la vida misma.

Ayudándose con un dedo, sacó toda la que pudo, para tomársela después.

Cuando terminó, la cogí en brazos, aun desnuda como estaba, y la llevé junto a los carros. Ella ya no servía para la guardia, bastante tenía con aguantar el dolor culero de las folladas tenidas.

. - descansa, querida. Mañana te sentirás mejor -le dije, no muy convencido de ello- ¿me haces compañía en la guardia, Bárbara?

. - por supuesto, querido. Tony, cuida de nuestra niña. No más penetraciones por esta noche.

. - por supuesto, querida. Nada de nada.

Tony se acostó junto a la joven india y la abrigó como si fuera una hija más. La cosa era que se le ordenó no follarla, pero nada se dijo de comerle aquellos melocotones que eran sus pechitos tipo embudos hacia arriba. Eran una delicatesen, del que no pudo resistirse.

Mientras la joven intentaba dormirse, él, en la oscuridad de la noche, ya tenía un pecho todo metido en su boca, donde su lengua jugaba con su pezón. Ella no tenía ni fuerzas para negarse, así que se durmió, dejando que Tony siguiera disfrutando de sus melocotones en almíbar.

Mi nueva compañera de guardia aparte de calor, mucho calor, me daba sustento. No paré de mamarla en busca de algo de leche que llevarme al estómago. No encontré gran cosa, pero mamar unos pezones recién ordeñados por sus hijas, me hacían poner a cien, por lo que no solté aquellos pezones durante todo el tiempo que duró mi guardia.

Bárbara se corría de gusto cada vez que sus solicitados pechos amamantaban a uno de sus chicos. Con el deber cumplido, cerró los ojos para soñar con su rancho propio, donde tendría todo tipo de animales y podría ver nacer a sus nietos salidos de sus chicas, pues iba a pedir a los machos que las dejaran preñadas antes de marcharse en busca de la aventura tras las puertas de la fortaleza que habíamos dejado atrás.

El amanecer llegó plomizo. Después de desayunar, recogimos y continuamos intentando salir de aquel bosque del demonio.

Cuando ya dábamos por perdido otro día tratando de salir de allí, vimos el fin de aquel bosque. Sí, más allá, salía el riachuelo que habíamos perdido de vista hacía dos días.

Lo seguimos un trecho y cuando iba a dar la orden de detención, para pasar la noche, vislumbramos a lo lejos en el horizonte, varias fogatas encendidas.

. - mirad allá -dije gritando al carromato de atrás para que me oyera-.

Salté del carromato y escudriñé mejor. Al momento, se me unió el grupo, menos la chica india que se quedó en cama restableciéndose de su desvirgamiento brutal y general.

. - es una caravana, estamos salvados Salvador -dijo Jocelyn-.

. - eso parece, pero debemos hablar antes de cómo comportarnos si nos preguntan qué hacemos aquí.

. - tú, que eres un chico sensato, dinos que les decimos -dijo Tony cogiéndome la mano y besándomela. Éste se había rendido a mis pies. Qué cosas-.

. - okey, primero, que nos perdimos de camino a la capital por una tormenta de arena. En cuanto a Yoguana, que tiene un fuerte dolor de estómago, con cagalera incluida, pero que ya está bastante mejor. Ni una palabra de lo que vamos a hacer en la capital. Solo que, desde allí, ya veremos hacia donde partimos. Por último, somos una familia normal. Tony y Bárbara son marido y mujer, al igual que yo y Jocelyn. Lisbeth es vuestra hija y los chicos indios son nuestros empleados ¿alguna pregunta?

Nadie preguntó nada.

. - de acuerdo entonces. Nos uniremos a la caravana, para ir más seguros. Ahora iré a hablar a Yoguana de lo que tiene que decir si le preguntan sobre su estado.

Según nos aproximamos a la caravana, muchos ojos se fijaron en nosotros. Conté una docena larga de carromatos. Al llegar junto a ellos, se nos acercaron mujeres, muchas mujeres. Vamos, que no vimos ni a un puto hombre en toda la caravana. Iban armadas hasta los dientes.

. - buenas noches, venimos de lejos y vamos hacia la capital. ¿Podemos ir con vosotras?

. - hombres, por fin, hombres -dijo una de las mujeres, fijando sus ojos en mi paquete con un descaro que rayaba en la mala educación. De ello se dieron cuenta nuestras propias mujeres.

. - claro, sean bienvenidos. Aparquen detrás del último carro.

La que hablaba era una mujer de mediana edad y con unas protuberancias mamarias que tiraban para atrás. Enseñaba media teta de cada una, tanto que parecían que iban a salir volando en cualquier momento. Eran como el doble de grandes que las de Bárbara y mira que las de Bárbara eran grandes, pues éstas eran el doble, nada de XXL, sino XXL al cuadrado.

. - ¿dónde están los hombres? -pregunté-.

. - solo llevábamos un guia, nosotras somos quienes llevamos los carromatos. El pobre murió por la mordida de una serpiente.

. - ¿no es mejor colocar los carros en círculo, para mayor seguridad?

. - ¿entiendes de caravanas?

. - no mucho, pero eso lo saben hasta los niños de pecho. Así como están ahora colocados los carros se está más expuesto a los indios -dije mirándoles los flotadores ahora yo a ellas también descaradamente- así nos protegeremos mejor de cualquier ataque, sean de indios o forajidos.

Las mujeres se miraron las unas a las otras y habló la de las tetas grandes.

. - ¿puedes encargarte de dirigir la caravana? nosotras no tenemos ni pajolera idea. Creo que hemos estado dando vueltas en círculo y ya casi no nos queda agua y víveres, pocos nos quedan ya.

. - por mí no hay problema. Al menos hasta la capital. Por cierto, ¿cómo es que solo hay mujeres en esta caravana?

Las mujeres se echaron a reír. Desde luego la pregunta se las traía. No había que ser muy listo, pero tampoco iba a llamarlas lo que a mí me parecían, era mejor que las guarras se definieran ellas mismas. No está bien decirles en la cara que todas y cada una de ellas tenían unas pintas de furcias que tiraban para atrás.

. - ¿no te has dado cuenta que esta es una caravana de putas?, sí, vamos a un campo minero a dejar limpio a quien consiga sacar algo de oro, pero antes nos pasaremos por la capital, nos han dicho que allí hay buen material -dijo con sorna la jodida, mirándome el paquete de nuevo-.

. - ¿y cómo vamos a pagarle a este buen mozo el ser nuestro nuevo guía? -Dijo la puta de las grandes tetas y que parecía ser la madame del grupo-.

. - pues de la misma manera que al anterior guía, en carne. ¿Estás de acuerdo, guapo?

. - no será necesario, muchas gracias, ya estoy servido. Os presento a mi mujer, Jocelyn, mis suegros, Tony y Bárbara, su hija Lisbeth y nuestros dos empleados, flecha Veloz y Yoguana, que está en el carromato convaleciente de un fuerte dolor de estómago.

. - es una pena, no me hubiera desagradado pagarte como te mereces. Me llamo Elizabeth, Ely para los amigos y bueno, al resto de mis chicas ya las irás conociendo. Esto va por todos los chicos, si tenéis necesidad, no dudéis de utilizar a cualquiera de mis chicas, hasta la capital son totalmente gratis.

. - ¿usted también? -Pregunté con una sonrisa y mirándole las tetorras-.

. - por supuesto, yo la primera, pues no soy de piedra.

. - muy bien, ahora que me habéis puesto al mando, os ruego que me obedezcáis y sigáis las siguientes normas básicas. Cuando vayamos en fila y yo del aviso de “ nos atacan ”, sean quienes sean, todo el mundo y digo todo el mundo, formaremos un círculo con los carromatos y se armarán con lo que tengan a mano y comenzáis a disparar, las que sepan. Las que no, os ocultáis bajo los carros. En cuanto al agua, un par de kilómetros más adelante hay un riachuelo, allí nos podemos aprovisionar mañana, ya hoy es tarde. También deciros que ibais en dirección contraria. Por la mañana debemos de tener el sol a la espalda y por la tarde, lo tendremos de frente, así nos llevará hacia dónde vamos. Una última cosa, a partir de hoy habrá guardias de día y de noche. Serán en grupos de cuatro y cada una se pondrá a un lado del círculo para abarcar los cuatro puntos cardinales. Echaremos a suerte quienes y con quien, además del tiempo de guardia que habrá que hacer. Como hay muchas personas, la mayoría podrá descansar, mientras unos pocos vigilan para el resto. ¿Alguna pregunta?

. - que estás buenísimo. Solo de verte, ya me he corrido un par de veces -dijo una delgaducha, con largas y afiladas tetas-.

. - oye guarra, deja en paz a mi marido o te saco los ojos -dijo Jocelyn, dando un paso adelante. Tuve que detenerla con un brazo-.

. - no te enojes, Jocelyn, seguro que no te quiso ofender, ¿verdad, delgaducha?

La susodicha se echó a reír.

. - respóndele, Lily -habló la jefa-.

. - claro, mujer. Era para romper el hielo. Me llamo Lily -dijo y se acercó a Jocelyn y le dio un besito en los labios, luego fue a por mí y me dio otro a mí, más pronunciado y con lengua. Seguidamente se pasó al resto de mi “ familia ”, a todos y cada uno les dio un beso, a excepción de Yoguana, que no estaba allí, claro.

El resto de putas, haciendo fila, iban diciendo sus nombres y besando al personal. No tengo que decir que, a un servidor, a Tony y a Águila Veloz, nos metieron las lenguas hasta el gaznate.

Hasta Elizabeth se apuntó al carro, siendo la última. Cuando me fue a dar su beso, sus tetas impedían que nuestros labios se pegaran, como así al resto de los míos, por lo que tuvimos que hacer malabarismos para lograr nuestro objetivo de besarnos. Una vez todo el mundo presentado, di la primera orden como guía oficial de la caravana de furcias.

. - bueno, pongamos los carros entonces en círculo, por favor.

Todo el mundo subió a su carromato y en un momento, aquello era una redondez perfecta. Después bajamos de los carromatos para hacer un fuego y hacer la cena, la cual era comunitaria, allí todo el mundo trabajaba, si no trayendo leña, limpiando, atendiendo a los animales o haciendo la comida.

. - Sr. Salvador, por favor -me dijo la madame de aquellas putas- Nos hemos quedado casi sin comida y no tenemos ni gota de agua. Mis chicas y yo misma estamos sedientas. Veo que tenéis dos vacas, ¿nos podrías dar algo de leche para beber?

. - por supuesto, Sra. Elizabeth. Nuestras vacas serán vuestras vacas también. Compartiremos cuanto tengamos con el resto.

Las chicas, en tropel, se acercaron a las vacas y comenzaron a mamar directamente de las tetas de los animales. Como eran demasiadas y no podía esperar, una de ellas se fue hacia el toro y metiéndose debajo, comenzó a comerle la polla al bravo animal. Al final su boca se llenó de su rica leche natural. A la chica le brillaban los ojos.

. - por favor, seamos civilizados. Que dos ordeñen a los animales y repartan después la leche entre las demás. Eso que hacéis es anti-higiénico.

. - perdona a mis chicas. Llevamos días sin agua y no digamos de leche.

Al final cogieron un par de cacharros y ordeñaron a las vacas, así todo el mundo se tomó su vaso de leche calentita.

Un rato después cogí un viejo periódico que encontré y se lo di a Ely para que pusiera el nombre de cada una de sus pupilas, yo hice lo mismo con los míos.

. - haremos un sorteo para las guardias, así nadie dirá que se abusa de ella.

. - me parece bien.

Se pusieron todos los nombres de todo el mundo, menos el de Yoguana. Luego recortamos cada nombre y los echamos en un cacharro.

. - chicas y chicos, acercaros por favor. Vamos a sortear las guardias. Sacaré de cuatro en cuatro los nombres. Esos serán los grupos. Las guardias serán de dos horas. Luego se continuará rotativamente. Serán los mismos, pero a diferentes horas, según toque.

Revolví los nombres y sin mirar saqué cuatro papeles.

. - Lily, Berta, Jocelyn y Sara, vaya, vaya.

Aquello no le hizo la menor gracia a mi chica, pero había que joderse.

Continué sacando papeles hasta acabar el cacharro. Al final, solo quedó un papel.

. - solo queda un nombre. Veamos quien es.

Todo el mundo rio, pues el mío aún no había salido. Con una sonrisa que hizo correrse a la mitad de la troupe, saqué el papel.

. - Salvador. Ese soy yo.

Todo el mundo rio a carcajadas.

. - bueno, puesto que soy el guía, estaré exento de las guardias, es lo legal, ya que estoy de guardia todo el día, no voy a estar también toda la noche. Necesito descansar yo también, me parece a mí. Pero, aun así, vigilaré que todo el mundo haga su guardia, sin dormirse. Flecha Veloz y yo saldremos a cazar cerca de la caravana mañana. Necesitamos carne fresca. ¿Qué reservas de comidas tenéis, chicas?

. - lo que se está cocinando es lo último -dijo Ely-, ya te dije que íbamos en círculos y la comida fue disminuyendo.

. - de acuerdo. Bárbara, como antes dije, compartimos nuestra comida con las chicas. Ahora estamos todos juntos y debemos ayudarnos.

. - me parece bien, pero la racionaremos para que nos dure más.

. - querida suegra, me refiero también a las reservas que tienes guardadas.

. - no te entiendo, Salvador.

. - me refiero a tus pechos lecheros. Las chicas están sedientas y te pido por favor, que sacies su sed, pues ahora tenemos esas dos vacas y mañana agua, pero más adelante, no podremos abastecernos de agua porque no la hay.

. - ah, te refieres a eso. Por supuesto Salvador. Chicas, acercaros, por favor y tomaros un buche de leche cada una, así completáis la que os habéis tomado de las vacas.

Bárbara se sacó ambos pechos y las chicas, menos Ely, volvieron abalanzarse hacia los pezones de la vaca lechera humana.

. - tranquilas, tranquilas chicas. De dos en dos, hay para todas -dijo sonriendo y sintiéndose feliz de nuevo por ser el motivo de tanta alegría-.

. - Ely -dije-, ¿qué hay de tus pechos?, ¿no tienen leche?

. - hay hijo, estos pechos tan grandes solo sirven para amamantar a los hombres, pero solo psicológicamente, no tienen ni una gota de leche.

. - pues es una pena. Ahí dentro caben sus buenos litros.

. - así es la madre naturaleza, querido.

. - mira, he leído que cuanto más se mame unos pechos, más posibilidades hay de que produzcan leche, aunque no se haya estado embarazada. ¿Por qué no hacemos la prueba y te dejas mamar por el grupo a todas horas, para ver si esto que he leído, se confirma? Con tu leche y la de Bárbara, podríais abastecer a todo el personal. Nos esperan días difíciles y sin agua a la vista después del riachuelo, sería una ayuda para todos. Es solo una sugerencia, solo eso.

. - ¿tú también me mamarias?

. - desde luego. Yo el primero.

. - pues entonces -dijo Ely- lo haremos así, nada se pierde. Chicas, a partir de ahora todas y cada una de ustedes, no parará de mamarme los pezones, os turnaréis para mamarme, al resto también se lo permito. Quiero contribuir en la alimentación de la caravana, eso me daría una gran satisfacción no solo personal, sino sexual, para qué vamos a negarlo, ¿empiezas tú, Salvador? -Dijo ella, sacando ambas perolas-.

. - por supuesto -dije acercándome a su lado-.

Ella se había sentado en un alargado banco y yo me senté junto a ella. Mi boca comenzó a mamar. Efectivamente, de allí no salía ni gota, pero, aun así, era afrodisíaco mamar aquellos chupetes que tenía por pezones. Eran de un palmo de largos, exagerando un poco. Sí señor, no me cansaba de mamarla.

Al otro lado vino Tony y se agarró el otro pezón-chupete y no paramos de mamar a aquella exuberante mujer.

La portadora de tremendas tetas, estaba disfrutando como Dios y un orgasmo explotaba en sus bajos. Su olor, unido a la mierda que tenía encima de no lavarse por falta de agua, llegó a mis narices. Hice como que no me daba cuenta, pero desde luego, aquella tetuda necesitaba un buen baño de coño, sí señor.

Un buen rato después, acabé mi mamada y me sustituyó Lily. Allí la dejé y me fui hacia mi “ esposa ”, a la cual, delante de todos, le saqué sus pechitos y di comienzo a otra mamada. La chica no sabía dónde meterse, pues le daba vergüenza. Aun así, se corrió de gusto de que yo fuera su “ marido ” y se dejó mamar, acariciándome la cabeza.

La leche de Bárbara casi había desaparecido, pero aún quedaba un poco, por lo que se acercó a Ely, a la cual seguían mamando sin contemplaciones.

Bárbara se puso delante de ella y le puso un pezón en su boca. Ely se lo agradeció, pues también tenía sed. Mamó con el mismo ímpetu que sus chicas de ambas tetas, hasta dejarla seca del todo.

. - gracias, Bárbara, ha sido un bonito detalle.

Cuando una de las chicas dejó de mamar, Bárbara se sentó en su sitio y continuó con la teta de Ely. Allí se quedó un buen rato, cada persona del grupo debía aportar su granito de arena, para el bien del futuro de todos.

La mamada no pudo resistirse y se metió la mano en el chichi y se hizo una paja que hizo retumbar todo el banco, haciendo sonreír al respetable.

(Parte 22 de 31)

FIN