El amante de los tiempos, en 5 relatos (12)

Un relato de relatos. Diferentes lugares, diferentes épocas, diferentes personajes, solo uno fijo, el autor, en 31 trozos.

EL AMANTE DE LOS TIEMPOS, EN 5 RELATOS

(12-31)

ESCRITA POR: SALVADOR MORALES

© Todos los derechos reservados.

Desde atrás le apreté ambos pechos con mis manos, para besarle luego el hombre izquierdo. Seguidamente le pasé la mano derecha a todo su trasero, llegando a su vagina y metiendo varios dedos allí dentro. Todo ello, desde detrás suyo. Gimió como una perra que era.

. - oh, qué atrevido es usted, marqués.

. - y más que lo voy a hacer -le dije inclinándola hacia adelante. Su trasero, blanco lechoso, estaba a mi disposición. Me saqué el pito y allí mismo y sin anestesia, se la enterré hasta el omoplato-.

Gritaba como una cerda que la acuchillaba hasta desangrarla. Aun así, no paré hasta dejarle el culo rojo de color y de dolor.

. - vamos cariño, hazme disfrutar como sabes hacerlo -le dije dándole la vuelta y poniéndola a mamarme la polla-.

La tía, con dolor culero extra-fuerte, se inclinó y no paró de mamarme hasta que la detuve.

. - perfecto, Luisa. Veo que sabrás atender a tu futuro marido como Dios manda.

Con la misma la cogí por la cintura y sin capuchón que valiera, la senté sobre mi polla, mientras la llevaba contra una pared y le daba polla a destajo, mientras sus tetas se movían que daba gusto verlas.

Cuando me iba a correr, me la quité de encima y poniéndola de rodillas, la puse a mamarme la polla de nuevo. Exploté en su garganta y hasta que no me dio la gana, no dejé que sacara mi polla de su boca. Luego la senté en un sillón y abriéndole de piernas, le comí el chichi que estaba súper corrido.

Una vez terminada la velada, llamé a la servidumbre para que llenaran la bañera de agua caliente. Una vez hecho, de la mano, nos metimos juntos. Ella estaba como drogada y se dejaba hacer.

Yo mismo la enjaboné bien, para antes de salir de allí, volver a enculármela hasta volver a disfrutar de su portentoso culo, que, dicho sea de paso, estaba de puta madre, así como el resto de su hermoso cuerpo. Una pena de lengua sucia que tenía…

Dejé a la putera de Luisa en la habitación, de la cual no saldría en horas, pues el culo y resto de su cuerpo le dolían como si se la hubiera follado un regimiento de soldados sedientos de carne fresca.

Con Mauricio salí fuera del castillo a dar un paseo, pues después de una buena follada, nada como un paseo para recargar pilas, pues aún tenía a otra hembra esperándome.

Cuando subíamos una loma, vi que nos alcanzaba una amazona. Era la tal Juana la Loca, según su hermana.

. - ¿lo dejo solo, amo?

. - me temo que sí, cariño. Debemos ser respetuosos con las damas.

. - voy al pueblo a ver cómo va la construcción de la escuela.

. - sí, de paso mira si tenemos médico, no he visto ninguno ni en el pueblo, ni en el castillo. Si no lo tenemos, que busque uno el alcalde, atenderá a todos por igual.

. - a la orden, mi amo. ¿Algo más, amo?, hace días que no disfruta de mi rabo, ni de mi culo.

. - lo siento, cariño. Tienes razón y es que cuando hay tanta carne que me da placer, que he olvidado los modales. En cuanto tenga un hueco, tú y yo lo pasaremos juntos, te lo prometo.

. - gracias, amo.

. - anda, lárgate, que ya llega.

Venía con sus lanceros detrás.

. - buenos días, Sr. Marqués -dijo-.

. - buenos días, Juana.

. - sabe mi nombre.

. - su hermana, que la quiere tanto.

. - sí, ya.

. - dígales a los lanceros que se vuelvan. Ya no hay bandidos en mis tierras.

. - muy bien -se volvió y les ordenó regresar. A regañadientes se volvieron-.

. - no les ha gustado, marqués.

. - que se jodan.

. - tenían órdenes de papá de no dejarnos a sol ni a sombra fuera del castillo.

. - ahora está en mi casa y yo cuidaré de usted -dije marchando al paso-.

. - no lo dudo. ¿Era mi hermana la que gritaba como una loca?

. - así es. Le hice una revisión completa. Esa hermana suya tiene un cuerpo perfecto.

. - sí, lo sé -dijo mirando al suelo que pisaba su caballo-.

. - pero también le diré que tiene la boca muy sucia.

. - se refiere a lo que dice o a la boca en sí.

. - a lo primero. ¿Sabe cómo la llamó?

. - sí, lo sé. Juana la Loca.

. - ¿piensa como yo que su hermana es una jodida cabrona?

. - decir solo eso es quedarse corto, pero sí, ha acertado de lleno -dijo sonriendo por primera vez-.

. - preciosa sonrisa la suya, Juana.

. - gracias. Aunque la cara…

. - la cara no lo es todo. Vayamos hasta ese frondoso árbol y descansemos en su base.

Llegamos y la ayudé a bajar. Olía a gloria bendita. Luego saqué una manta de mi caballo y la tendí para sentarnos.

. - ¿tiene frío?

. - no especialmente.

. - entonces, ¿por qué va tan abrigada?, ¿no será que me tiene miedo?

. - yo no le tengo miedo a nadie -dijo sacándose ropa, dejando a la vista buena parte de sus pequeños pechos-.

. - ¿sabe a qué ha venido a mi casa? -le espeté-.

. - sí, me temo que sí.

De su corpiño tiré de un lazo y abrí un poco más el escote. Ella tragó saliva.

. - ¿aquí?, ¿en medio de todo?

. - en medio de nada, estamos solos.

Continué aflojándole el corpiño hasta dejar libre ambos pechos que abarqué uno de ellos con mi mano. Tenía un tacto sedoso. Luego metí mi boca para disfrutar de uno de los pezones. Ella echó hacia atrás su cabeza gimiendo bajito.

Mientras la mamaba, le metí mano bajo la ropa para llegar hasta su clítoris, pero no pude llegar, ni siquiera acercarme, pues me lo impidió con su mano.

. - no, por favor.

. - no seas tímida, todas tenéis lo mismo. A tu hermana no le importó que lo disfrutara.

. - yo no soy como todas las mujeres.

. - ah, ¿no?

. - no, yo soy un monstruo de la naturaleza -dijo y se puso a llorar-.

. - no será para tanto, mujer.

. - sí, soy un monstruo.

. - pero ¿qué cosas dices?

La chica giró la cabeza hacia un lado y apartó su mano de su vagina. Entonces con su visto bueno, fui apartando telas y más telas de su entrepierna hasta dar con algo que no esperaba encontrar. Aun antes de tocarlo, lo tanteé bajo la última tela. Aquello era una polla, una señora polla toda empalmada que recorría su muslo, pues estaba sujeta con algo.

La miré asombrado a ella y luego miré donde tenía mi mano. Aparté la tela y allí estaba una hermosa, larga y gruesa polla de tío en una tía.

. - la ostia puta, Juana.

. - sí, lo sé. Soy un engendro.

. - al contrario, cariño. Es algo que no sabía que existiera en una mujer. Solo faltaría que tuvieras una vagina pezuña de camello, ya sería el colmo.

La cara de Juana cambió drásticamente cuando me oyó decir aquello. Luego ella misma se apartó más tela y me enseñó una preciosa pezuña de camello.

. - oh, Dios mío. Pero qué hermosura -dije y no pude por menos que inclinarme y comenzar a comerme aquella vagina gloriosa-.

Juana gemía del placer que le estaba dando. Luego ella misma se soltó el pene endurecido por el deseo y saltó hacia mi cara, que de inmediato dejé de comerle la almeja para tragarme su portentosa polla de mujer.

Mamé y mamé hasta hacerla eyacular en mi garganta. Fue como si hubiera encontrado el cáliz de Cristo en su cuerpo.

. - ¿te gusta?, ¿te gusta?

. - ya lo creo, cariño. Serás mi esposa, Juana.

. - oh, gracias, gracias. No he podido dormir durante días pensando en el rechazo que tendrías hacia mí.

. - al contrario. Ya me gustaste por cómo hablabas, ahora me gustas más por cómo eres por fuera. Ya lo creo que me gustas. Eso sí, nada de celibato, pues soy el amo de estas tierras y tengo derecho de pernada.

. - ni yo te lo pediría. Solo con que me hagas tu esposa, tengo más que suficiente.

. - no solo eso, sino que ambos disfrutaremos de ambas pollas y de todos los agujeros que tenemos.

. - seré esa mujer silenciosa que estará allí para cuando quieras hacer uso de mí.

. - al contrario, serás activa en el castillo y resto de mis tierras. Tendrás a tu lado siempre a mi soldado Julio para protegerte, al cual puedes usar al igual que yo lo uso, así como al resto de la población, pues también tendrás el mismo derecho de pernada sobre todos ellos.

. - pero yo no podré…

. - ¿lo dices por el pene que tienes?, no te preocupes, se lo enseñaremos a todo el pueblo.

. - no, por Dios. No puedes hacer eso.

. - cariño, tarde o temprano lo averiguarán. Será mejor enseñarlo al pueblo, así se acabará los cuchicheos. Daré orden de que quien se ría o haga chistes al respecto, será expulsado de mis tierras. Se acabarán acostumbrando y tú a disfrutarlo con cuantos sirvientes quieras. He dicho -dije cogiéndole la polla muerta y volviendo a métemela en la boca para disfrutarla un poco más-.

Le pedí a Juana que no le dijera nada a su hermana y que deseaba disfrutar del cuerpazo de su hermana unos días más y me fue permitido. Solo cuando me hube saciado de su espléndido culo, vagina, boca, tetas y demás portentosas partes de su cuerpo, le dije que la ganadora del concurso en el que participaba, era su fea y a la vez hermosa hermana Juana. Se quedó de piedra, pero tuvo que joderse y nunca mejor dicho, pues se quedó bien jodida por mi polla.

La boda se celebró en dos semanas. Fue una fiesta por todo lo alto y no vista en la zona. Una vez se marcharon los marqueses de la Pomada y su hija Luisa, hice la petición de que viniera todo el pueblo para enseñarles algo. Todo el mundo asistió.

. - sean bienvenidos de nuevos. Hoy les convoco para algo que nos afecta tanto a mi esposa como a mí mismo. Les vamos a enseñar algo que seguramente no habrán visto nunca en una mujer al igual que me pasó a mí cuando lo averigüé la primera vez. Es por eso que quiero decir que a todo aquel que se mofe, cuchichee o haga chistes de lo que van a ver, serán inmediatamente puesto en el límite de mis tierras y no podrán volver nunca más. Dicho lo cual, vamos a enseñarles lo que queremos que vean.

Se hizo un medio círculo con toda la población fuera del castillo, pues no había espacio dentro del mismo.

La cara de Juana era todo un poema y el bochorno que iba a pasar no se lo deseaba a nadie, pero había que hacerlo, pues se averiguaría tarde o temprano y sería peor el remedio de ocultarlo que el enseñarlo a la población y acabar con las murmuraciones y chascarrillos.

Estando Juana de pie junto a mí, le levanté la ropa hasta más arriba del ombligo. Para la ocasión no llevaba bragas ni nada que se le pareciera. La visión del pene mirando al cielo todo endurecido más por el miedo que por otra cosa, fue seguida de un oooooooooohhhhhhhhhh largo de cojones. No podía impedirles al menos ese oooooooooohhhhhhhhhh, pero nada más.

. - id pasando delante suyo y contempladlo. Si queréis podéis tocarlo para confirmar que es un verdadero pene de hombre en una mujer. Pene que me dará muchas satisfacciones y del que estoy muy orgulloso de que mi esposa lo tenga y me dé placer con él.

La comitiva de parroquianos e incluso soldados del castillo, fue pasando y algunos tocando el duro pene. Una vez todo el mundo hubo pasado, les volví a hablar.

. - cómo han visto, no es brujería, ni nada parecido. Es solo un accidente de la naturaleza, al igual que a algunos les crece un dedo de más o de menos. Mi esposa será respetada como tal y no hace falta que os repita lo anterior. Ahora si me disculpáis, probaré una vez más la herramienta de mi señora esposa, que no me canso de disfrutar.

Me agaché ante Juana y di rienda suelta a mamarle su polla, la cual me comí sin freno, para al rato, darme la vuelta y levantándome la ropa, ponerle mi trasero en pompa para que lo disfrutara por primera vez y todo delante de mi pueblo.

. - adelante, querida. Démosle uso a tu maravilloso pene.

Ella tomó aire y cogiéndose la polla con una mano, apoyó la otra en mi cintura. Me la endilgó y comenzó a follarme como Dios manda, ante la atenta mirada de todos. Nadie osó reírse, ni mofarse, pues allí estaba Mauricio con la mano en su sable para advertir que allí nadie se reía de su amo y ahora su ama también.

Acabó corriéndose en mi culo. Una vez me la sacó, se puso a tomarse su lechada de mi ojete, para de inmediato, tomarme su polla y descargarla de todo resto de corrida láctea.

Una vez terminado el acto sexual delante de todo el mundo, nos tapamos nuestras vergüenzas y fueron desfilando ante nosotros inclinando unos el cuerpo y otros la cabeza. Cuando no quedó nadie, marchamos hacia nuestra habitación, donde nos desnudamos y volví a meter ahora mi boca en su jugosa vagina pezuña de camello. Así estuvimos hasta que llegó la noche y luego el día. Siempre dándonos placer bucal y/o de polla. Nadie osó molestarnos, faltaría más.

Un par de meses después, Juana lucía un precioso bombo, pequeño aún, pero un bombo, al fin y al cabo.

El médico contratado era un señor sin un pelo de tonto, por la sencilla razón de que no tenía pelo en su cuerpo, en ningún lado de su cuerpo. Por eso mismo se hizo médico, para saber más de lo que sabían sus contemporáneos. Se llamaba Ulises y viviría en el castillo. Estaba recién llegado, pues el anterior que el alcalde nos buscó, sabía bien poco el muy mamón. Este parecía más listo o al menos, lo parecía.

El alcalde venía con él en la presentación y no quería fallarnos de nuevo.

. - amo salvador, le presento al médico, el Sr. Ulises.

. - gracias, alcalde. Adelántese Sr. Ulises.

Juana estaba sentada junto a mí en el salón de recibimientos.

. - ¿en qué se ha especializado, doctor?

. - medicina general… -el hombre se quedó trabado, pues nunca había servido a un amo- …amo salvador.

. - ¿sabe la peculiaridad de mi mujer?

. - no, nadie me ha dicho que tenga algo en particular -dijo mirando al alcalde-.

. - perfecto. Querida, ¿puedes enseñárselo?

. - claro, esposo mío.

Se levantó la ropa y alzándose, se bajó las bragas. Salió a la luz su hermoso pene.

El médico se quedó asombrado. Había leído sobre él, pero nunca había tenido oportunidad de tener uno delante de las narices.

. - oh, por Dios. ¿Puedo acercarme y tocarlo?

. - adelante doctor -dijo Juana con una sonrisa. Ya no tenía miedo de enseñarlo-

El médico lo tocó con reverencia. Ella se lo destrabó del muslo y salió disparado. El médico no lo soltó.

. - vamos, doctor. Seguro que está deseando conocerlo bien. Pruébelo usted.

. - ¿puedo, amo salvador?

. - si mi mujer le ha pedido que lo pruebe, hágalo doctor, pero hágalo desnudo, por favor.

. - sí, claro.

Mientras el doctor se desnudaba rápidamente, despedí al alcalde y demás mirones del evento. Una vez desnudo, volvió a cogerlo y esta vez se lo metió en la boca y lo disfrutó, vaya si lo disfrutó.

. - ¿a qué espera doctor para montarse sobre el pene de mi mujer?, vamos, no sea tímido.

Con una sonrisa de lechuguino, se subió sobre la polla de Juana para después subir y bajar sobre él.

La misma Juana se bajó la parte superior y dejó sus pechos libres para que el buen doctor los saboreara, cosa que hizo de inmediato, sin dejar de follarse la polla de mi querida esposa.

Me acerqué a la pareja y viendo tan solitaria la polla del doctor, me la agencié en mi boca y la disfruté mientras ellos se lo pasaban en grande.

Al rato, Juana explotó en el culo del doctor, para de inmediato salirse e invitar al médico a una limpieza de polla en toda regla, cosa que hizo rápidamente, para después colocarse a lo perrito e invitar al médico a un enculado en toda regla.

Con la polla del doctor entrando y saliendo en el culo de Juana, yo aproveché la ocasión para estrenarle el culo al médico. Era un culo algo desigual, pero igualmente sabroso para mi polla.

La velada sexual acabó con un doctor derrengado por ambas partes.

. - Ahora doctor, quisiera que siguiera el embarazo de mi esposa durante toda su transición hasta que lo lleve a término.

. - por supuesto, amo Salvador.

. - no olvide que también tendrá que atender al resto del pueblo, pues es el único médico para todos.

. - así lo haré. ¿Podré hacer uso de cuantos cuerpos desee, amo?

. - para nada, el uso de pernada es solo para los amos del castillo y tierras aledañas. Usted debe buscarse sus propios polvos, a no ser que quiera volver a follar conmigo o con mi esposa y siempre que ella quiera, pues lo que es yo, siempre estoy dispuesto a tener una polla en mi culo.

. - entiendo, amo.

. - y ahora le daré las normas a seguir mientras esté en mis tierras y son las siguientes… -le hablé de que su cuerpo sería mío siempre que quisiera y también de mi mujer si así lo deseaba, de no mofarse del pene de Juana y de normas varias que incluía, nada de violar a nadie o sería colgado de los huevos, etc., etc.-.

La escuela ya estaba construida. No era una obra de arte, porque no lo era, pero para lo que iba a ser usado, servía perfectamente.

. - alcalde, el edificio de la escuela ya está, ¿dónde están los bancos para sentarse, además de la mesa, la pizarra, etc.?

. - se pidió el material al carpintero, pero aún no nos lo ha entregado.

. - ¿dónde está ese carpintero de las narices?

. - cuatro casas más abajo tiene el local, amo.

. - la madre que lo parió -dije marchando hacia allí y parándome un segundo- por cierto, vaya buscando un cura y el sitio donde vamos a hacer una iglesia, no solo de pan vive el hombre-.

. - ¿una iglesia, amo?, su padre era acérrimo enemigo de los curas. Decía que eran unos chupa-pollas.

. - sus pollas es lo que me voy a comer yo. Ve haciendo las gestiones y no olvides que deben ofrecerme pleitesías siempre que quiera y querré muchas veces. Me gustará hacérmelo en la sacristía, pero como toque a un solo monaguillo, dígale lo que le haré a sus pelotas.

. - sí, amo, pero no sé si querrán venir con las mismas condiciones que el resto.

. - entonces diles que se queden en sus conventos a follarse entre ellos, ya buscaremos por otro lado, siempre habrá un cura que le guste recibir por culo y dejar en paz a los monaguillos. Ahora voy a ver a ese mamonazo del carpintero.

El edificio necesitaba algunos arreglos, vaya carpintero de mierda.

Toqué en la puerta y no respondió nadie. Entré y aquello parecía abandonado. Olía a podrido y avancé hacia una de las puertas del fondo. Joder, había un muerto en la cama. No me acerqué mucho, pues la putrefacción era grande. Salí de allí y mandé llamar al médico que estaba atendiendo vecinos del pueblo.

. - ¿sí, amo?

. - vaya a la carpintería. Hay un hombre muerto en una cama y huele fatal. Dígame si murió de muerte natural o si estamos ante algo diferente.

. - voy, amo. Espere aquí, por favor.

. - eso es lo que haré, descuide. Estaré en la casa de los maestros, aún no les he echado la vista encima.

Mientras el médico iba hacia la carpintería, fui hacia la casita que habían hecho a los profesores, un matrimonio según mi petición.

Toqué en la puerta susodicha y me apareció una mujerona de grandes tetas y no menos grande su cuerpo. Al menos 1.90, media la mujer.

. - soy el Marqués de Morales. Venía a ver a la pareja de profesores que había pedido.

. - oh, sí, pase, Sr. marqués ¿o prefiere que le llame amo Morales?

. - mejor amo Salvador, es como me llaman todos.

. - perfecto. Pase, amo Salvador.

. - gracias.

Al ser la casa pequeña, en dos segundos ya estaba en medio de ella. Al poco salió otra mujer, esta era una hembra todo lo contrario que la primera, pequeñaja y algo enfermiza tenía la cara.

. - yo me llamo Sebastiana y ella Lucina. Somos los profesores que ha contratado -dijo la mujerona-.

. - yo había pedido una pareja de maestros.

. - es lo que somos. Una pareja. Yo hago de mujer y ella de hombre. Ya las hay en París y también en Madrid.

. - pero yo me refería a las parejas de siempre, un hombre y una mujer de toda la vida.

. - somos una pareja de nuevo cuño, amo Salvador.

. - ¿y en cuanto a enseñanza?

. - somos profesoras tituladas por la universidad de Salamanca, aquí tiene la autorización para enseñar.

. - muy bien, estarán a prueba, pues no me convence eso de una pareja de dos mujeres, pero, en fin, si es lo que se estila ahora, lo doy por aceptado, pero si veo que lo de la enseñanza no se les da muy bien, deberán volverse por donde han venido.

. - lo veo justo.

. - otra cosa, el alcalde les habrá explicado los pormenores de esta zona.

. - se refiere al derecho que tiene el marquesado de acostarse con cualquiera de la población.

. - así es.

. - es que a nosotras no nos gustan los hombres, nosotras tenemos sexo entra las dos. Ya le dije, yo hago de hombre y ella de mujer en la cama.

. - lo que hagan ustedes dos me da exactamente lo mismo. Sexualmente me pertenecéis, además de que soy el que les paga la mensualidad. Así que desnúdense, que voy a penetrarlas a las dos.

. - pero…

. - ni peros, ni gaitas. O se desnudan o se van por donde han venido. Tengo derecho de pernada sobre mis súbditos y usted al pisar mis tierras son ya de hecho, mis súbditos, así que estoy esperando…

Ellas se miraron aterradas y decidieron hacer lo que pedí, no en vano habían recorrido demasiados kilómetros para ahora volverse, ¿con que?, con nada.

Fueron desnudándose ambas hasta quedarse en sostén y bragas.

. - el resto, señoras.

El resto se sacaron sin muchas ganas. Una vez desnudas, sus manos intentaban tapar lo tapable, imposible en el caso de la mujerona, pues era demasiado material a tapar.

. - es suficiente, vestiros.

. - ¿Cómo?

. - que os vistáis. Se nota que no sois de esta parte del país y no conocéis la idiosincrasia de la zona. Cuando la entendáis, aquí seguiré estando. En cuanto se pueda, se amueblará la escuela, de momento habrá que esperar un poco más, el carpintero no ha entregado el material. Buenos días.

Salí de allí esperando encontrar al médico para que me dijera algo con respecto al muerto.

El hombre estaba potando a la entrada de la carpintería. Joder con el medico que nos habían mandado.

Al verme llegar, cogió aire sus pulmones y se alzó.

. - y bien, doctor, ¿qué me puede decir?

. - ha muerto de muerte natural por algún tipo de ataque interno mortal.

. - ¿nada de enfermedad de la que podamos temer que contagie a nadie?

. - nada de eso, muerte natural. Fue hace días y por eso está en tan mal estado, agravado por el ataque de algún animal que se ha aprovechado del cadáver.

. - ¿me está hablando de ratas?

. - así es.

. - Entiendo entonces que se debe hacer una limpieza general para erradicar a las ratas y demás animales que ataquen a las personas del pueblo.

. - eso me temo. Y tengo algunas ideas, si deja que se las exponga.

. - adelante doctor. Soy todo oídos. Pero antes, espere un segundo. Mauricio -dije llamándolo, pues estaba unas casas más allá hablando con una linda muñeca. Al verme, vino corriendo-.

. - ¿si, amo?

. - oye lo que nos tiene que decir el doctor sobre la limpieza del pueblo para erradicar a las ratas y demás animales maléficos para los pueblerinos. Adelante doctor.

. - gracias. En primer lugar, enterrar lo antes posible al fallecido. Luego hacer limpieza general en todas las casas de ratas. Tercero, canalizar los desagües del pueblo para que no pasen en medio del mismo, donde las pulgas y demás mosquitos vayan a su aire y, por último, multar a todo aquel que no siga unas mínimas normas de higiene no solo personal, sino de sus casas. Eso para empezar, luego se irá haciendo otras cosas según nos vayan apareciendo, pero lo principal es la canalización, eso atrae muchas enfermedades como las ratas y las pulgas.

. - las veo acertadas todas y cada una de ellas doctor. Mauricio, estás encargado junto con el doctor y el alcalde, de hacer lo que ha dicho. Los gastos irán a partes iguales del pueblo y de castillo, pues también haremos algo similar allí. En cuanto al carpintero, porque era el carpintero, ¿verdad, doctor?

. - yo no lo conocía, amo. Lo averiguaré.

. - sí es el carpintero, que venga el del castillo y lo sustituya, el colegio sigue necesitando el mobiliario para que empiecen los estudios de los chicos, que, por cierto, son dos mujeres y no una pareja que pedí, pero lo dejaremos estar. Si saben enseñar, será lo mismo para los chicos. Ahora poneros a trabajar.

. - amo, si estoy con esto, no podré protegeros.

. - no te preocupes, Mauricio, colócame otro cuidando de mi culo, pero a ti te necesito aquí, esto es más importante.

. - cómo ordene, amo. Si no le importa, le protegerá una mujer soldado que se nos ha enrolado recientemente.

. - no jodas, ¿y me lo dices ahora?

. - llegó ayer y le di el visto bueno, amo.

. - ya le daré yo el visto bueno también. Ahora a trabajar, pero antes un beso de cada uno.

El doctor se me acercó y nos dimos un beso de tornillo, mientras les metía mano a sus nalgas, para luego repetirlo con mi amado Mauricio. A este le metí directamente mano a su portentosa polla, sin sacársela, solo sobársela un poco.

Una vez besados a ambos, monté a caballo y partí hacia el castillo. Allí me di una ducha larga y tendida, pues la visión del muerto destrozado por las ratas me había jodido el estómago, a mí, hombre que rajaba con el sable al más pintado, pero era lo que había.

. - chicos, desnudaros y meteros en la bañera, estoy de un caliente que quiero que me descarguéis.

Los hermanos Jaime y Leticia sonriendo, se sacaron la ropa. De inmediato se hicieron dueños de mi cuerpo con sus lenguas y yo me dejé querer.

. - ¿os gusta estar a mi servicio, chicos?

. - sí, amo. Creíamos que iba a maltratarnos como lo hacía su abuelo con mis padres, pero ha sido, al contrario, nos ha protegido como lo hizo la señora Flora -dijo ella, Leticia, mientras le comía su chumino virgen-.

. - y tú, Jaime, ¿qué tienes que decir?

. - lo mismo que mi hermana Lety. Además, hemos estado hablando ella y yo y deseamos entregarnos por entero a usted, en cuerpo y alma, como se suele decir, amo. Ha sido muy bueno y debemos corresponderle adecuadamente.

. - mejor no, cariño. Quiero que seáis puros, los únicos puros del castillo y del pueblo casi. No me preguntéis por qué, pero ese es mi deseo, pero eso sí, menos penetraros, os deseo comer todo, así que entrégame tu polla, querido Jaime.

Sonriendo, Jaime acercó su pene endurecido por el deseo de entregarse y me la tragué haciéndole una mamada que descargué en mi boca. Sí, me gustaba mamar a aquel chico, así como sus huevos comérmelos también.

Su hermana intentó tragarse vaginalmente mi polla, pero se lo impedí.

. - no, cariño, tú también seguirás siendo virgen, al menos de mi polla.

. - pero amo, queremos entregarnos… -insistió ella-.

. - solo tu cuerpo, pero no os penetraré, eso os estropearía.

. - nosotros no pensamos eso, que nos estropearía. No hay derecho que nos dé todo y nosotros no le podamos dar nuestra virginidad, cosa que queremos darle porque se lo merece por bueno y compasivo con nosotros.

. - dame tu coñito y tus pechitos, eso es todo, cariño.

Ella puso su coño en mi boca y yo hice uso de mi lengua para darle placer que la hizo retorcerse y correrse. En eso llegó la inoportuna de Flora.

. - amo salvador, tiene una visita.

. - que espere, ahora estoy ocupado.

. - es una jovencita y viene con un bombo. Dice que es suyo.

. - vaya, esto es nuevo. Llévala al salón, estaré allí en un rato. Dale algo de beber y dile a mi esposa que deje la polla o el coño que se esté comiendo y que vaya allí.

. - sí, amo.

Mientras ella se iba, continué comiéndole el chumino a Leticia hasta hacerla gritar de placer, para luego comerme sus pechitos sabrosones que nunca me cansaba de comerme.

. - bueno chicos, habrá que dejarlo ya, tengo visita, pero antes dejadme comeros esa boquita vuestra que me vuelve loco.

Me hice dueño de ambas bocas por largo tiempo que no me cansaba de besar y usé la lengua en ambos. Como no tenía ganas de dejar de besarlos, continuamos y continuamos hasta que la falta de aire nos obligó a dejarlo hasta otra próxima vez. Aun así, nos volvimos a besar con un corto morreo, para levantarme y con una toalla, limpiarme los chicos el cuerpo. En eso Jaime se inclinó y empezó a comerme la polla descargada, al cual dejé que lo hiciera, pues me gustaba lo que me estaba haciendo este chico. Luego la sustituyó su hermana con la misma polla, no pudiendo sacarme más leche, por lo que les di un beso en la frente a cada uno y les pedí la ropa.

. - ¿y dices que el bebé que esperas es de mi esposo?

. - ¿es su esposo?, no lo sabía, pero sí, suyo es.

. - déjame ver tu barriguita, querida.

. - claro.

Clara, porque era la Clara del carromato que iba con su tutora y que me follé varias veces, se acercó a Juana, ofreciéndole su abultada barriga, levantándose la ropa, solo quedando oculto sus pechos y su chumino.

Juana, ni corta ni perezosa, le miró a los ojos y le fue bajando las bragas hasta aparecer los pelillos de su pubis. Clara se tensó, pero no hizo nada. Entonces Juana continuó hasta sacarle las bragas y ponérselas por las rodillas. De inmediato mi esposa le pasó varios dedos por su rajita abultada, para después inclinar su boca y comenzar a comerle allí abajo todo el mondongo, sobre todo el clítoris que casi tenía oculto por los abultados labios, como si fuera a explotar en poco tiempo y soltar al crío.

. - ¿qué hace, señora? -dijo ella sin apartarse, pues le gustaba como Juana le comía el chumino-.

. - ¿has empezado sin mí, cariño? -dije acercándome a las damas. Clara se giró la cabeza toda nerviosa- vaya, pero a quien tenemos aquí. Hola, Clara, cariño -dije acercándome y besándole los labios, mientras Juana continuaba comiéndole el abultado coño-.

Me senté al lado de Juana y miré como le comía el coño a Clara.

. - ¿y dices que es mío ese bombo, cariño?

. - no sabía que estuvieras casado y que fueras marqués, Salvador.

. - para ti, amo Salvador -dijo Juana en un momento que dejó de comer coñito, para volver después-.

. - perdón, amo salvador.

. - Clara, Clarita, Clara. Tienes poca memoria. Si no recuerdo mal, nos dimos gusto, sí, pero nunca me corrí en tu vagina y para quedarse preñada si no descargué ahí, difícilmente te iba a hacer un bombo como el que tienes.

. - bueno, a lo mejor me equivoqué.

. - ¿a qué has venido, Clara?  -le dije sacándole el traje por encima mientras Juana continuaba abajo disfrutando y haciéndola disfrutar-.

Con sus pechos pre-parto bien grandes, se los mamé y a fe mía, me gustaba mamárselos y ella se dio cuenta, respirando con fuerza, pues entre Juana y yo estaba disfrutando la de Dios.

. - me gustaría volverte a romper el culo, Clara.

. - ¿mi culo?, estoy a punto de parir.

. - por eso, no veas el morbo que me da que estés así.

. - y tu mujer…

. - mi mujer está de acuerdo que disfrute, lo mismo que yo con ella, si no, no te estaría comiendo el coño ahora mismo.

. - bueno, después de todo no he conseguido que nadie me folle por ahí desde que estoy así de preñada.

La Clara se levantó y casi se queda sin labios vaginales, pues los tenía entre sus dientes Juana. Una vez de pie, se dio la vuelta y se me agachó poniéndome el culo. Miré a Juana y con una señal, sonrió y se levantó, sacando su polla, para enterrársela hasta sus huevos vaginales a la desprevenida Clara.

. - oooohhhh, que gusto. Como en los viejos tiempos, cariño, digo amo salvador.

. - ya lo creo -dije sacándomela y llevándosela a la boca. Cuando se dio cuenta que mi polla no estaba en su culo, se giró y al ver a mi señora esposa follándosela, casi le da algo-.

. - Dios, pero…

. - tranquila Clara, sí, mi esposa tiene una señora polla y yo también. Anda, traga mi polla tiesa.

Tragó saliva la susodicha y tragó mi polla. Le dimos mandanga de la buena, entonces se corrió Juana y al poco lo hice yo. Fue sacarla de su boca yo y mi esposa de su culo, que Clara se cogió la barriga y rompió aguas allí mismo, poniéndolo todo perdido.

. - la ostia puta -dije- Flora, ven aquí de inmediato -grité-.

Flora, creyendo que era para hacerle una de tantas mamadas a sus tetas, venía con las ubres fuera de la ropa, pero no, no tocaba.

. - prepáralo todo, esta chica se ha puesto de parto. Que alguien avise al médico, está en el pueblo con Mauricio.

. - sí, amo.

Flora, experta en partos, lo preparó todo y dando las oportunas órdenes, llamó al personal. En cinco minutos Clara ya estaba en una de las camas siendo atendida por las sirvientas y mandado llamar al médico.

Las pollas de Juana y mía fueron limpiadas a base de mamadas por unas sirvientas cualesquiera.

La demora del médico no fue óbice para que Clara tuviera su niño de manos de una experta comadrona del castillo, no en vano había traído a bastantes críos a este mundo. El doctor solo fue testigo del amamantamiento de la criatura por su madre, añadiéndose de inmediato un servidor, pues me iba la marcha de mamar tetas lecheras de recién paridas, por lo que Clara tuvo que compartir sus mamas con su recién nacido y no una vez, sino el tiempo que estuviera en el castillo.

. - ¿por qué no se presentó voluntaria para ser sodomizada por el amo salvador? -preguntaba una aldeana a la mujerona maestra-.

. - ¿había que hacerlo voluntariamente?

. -  desde que ha llegado a sus tierras no ha hecho más que hacer el bien a su pueblo. Nos ha librado de una partida de bandidos que nos tenían doblegados y que mataban por matar usando lobos. Nos ha hecho una escuela. Nos está arreglando los desagües. Nos trajo un médico, a usted también y ¿todavía no comprende que es lo mejor que nos ha pasado en años?, si yo no fuera vieja iba a entregarme en sus brazos, por lo que entrego con gusto a mis hijos. Aún no los ha solicitado, pero sabe que cuando lo desee, allí estarán para darle el placer que se merece. No lo entiendo, la verdad. Hay que ser desagradecida con el amo que ha sido tan bueno con todos nosotros.

. - es verdad -dijo un labriego que estaba allí también- la otra tarde mandó a varios de sus soldados a cazar ciervos para alimentarnos y sin pedírselo siquiera. De inmediato le mandé a mi esposa para que se sirviera y por lo que me contó, la usó varias veces durante la anterior noche, llegando esta mañana muy satisfecha de haberle servido al amo, así de agradecidos somos en este lugar. Usted y la otra maestra no recibirán mis hijos hasta que se entreguen al amo en el castillo, eso se lo juro yo a usted.

. - de igual manera pienso yo, señora maestra. O dan servicio al amo o no verán a mis hijos tampoco -dijo otra aldeana de grandes pechos-.

El alcalde iba a su casa cuando lo detuvo la mujerona, la cual le dijo lo hablado con aquellos aldeanos.

. - ¿nos puede aconsejar, alcalde?

. - no soy yo nadie para decirles lo que tienen que hacer, bueno, sí, les diré, mi señora y yo hemos disfrutado dándoles y recibiendo placer anal y vaginal del amo, bueno, mi esposa en esos dos casos, yo solo anal. Con eso le digo todo, solo espero que vuelva a pedírmelo para estar allí de nuevo. Lo que haga usted y la otra joven es cosa de ustedes. Solo espero que el amo no sepa que se está echando al pueblo en contra, porque me pedirá que busque nuevos maestros y esta vez me cerciorare que sean hombre y mujer y casados como nos pidió. Buenos días.

La maestra se llegó hasta la casa que habitaban por cortesía del pueblo y, por ende, por mí. Su amiga, viendo la cara que traía, se preocupó.

. - ¿qué sucede, cariño?

. - tenemos que hablar, mi amor.

. - ¿de qué?

. - la gente del pueblo no nos enviaran niños hasta que permitamos que seamos sodomizadas por el marqués de los cojones. ¿Nos vamos o claudicamos?

. - no sé, mi amor. Ya viste que nos desnudamos y hasta casi…

. - lo sé, pero no llegó a hacerlo porque vio en nuestras caras que no queríamos hacerlo con un hombre.

. - y entonces ¿qué hacemos?, ya viste lo que ocurrió en el anterior pueblo y el otro también. En cuando supieron que éramos amantes, nos echaban de sus pueblos. Al menos en éste al amo del lugar no le importa que nos queramos siempre que sepamos enseñar -dijo la escuchimizada maestra-.

. - entonces duchémonos y vayamos al castillo y cumplamos con el ritual de este sitio. A lo mejor hasta nos gusta.

. - ¿amor y si nos deja preñadas?

. - bueno, ¿no sería eso bueno para nosotras?, yo no podría dejarte preñada, aunque quisiera y si el padre es todo un marqués…

. - coño, pues no lo había pensado. ¿Quieres tener un hijo entonces?

. - ¿y por qué no?, nos uniría más aún.

. - de acuerdo entonces, vayamos al castillo.

Mientras, en el castillo…

. - Clara, ¿de quién es el niño? -dijo Juana mientras la chica le comía la polla a mi esposa-.

. - la verdad es que lo desconozco. Desde que escapé del control de mi familia, he tenido que hacer muchos favores sexuales para sobrevivir, hasta que mi barriga era demasiado visible, entonces era como la peste y nadie me volvió a tocar hasta que llegué aquí.

. - ¿y por qué elegiste a mi marido por padre de la criatura?,

. - tú debes saberlo.

. - ¿por qué lo dices?

. - con ninguno disfruté tanto como con el amo Salvador. Hace que una se sienta una reina y no con los que copulé de camino aquí, donde todos eran unas bestias sin sentimientos y, además, eran muy sucios. Me daba ascos comerles la polla. Hasta uno la tenía gangrenada, suerte que me di cuenta antes de meterle la lengua. Solo de pensarlo, se me ponen los pelos del coño de punta.

. - eso sí, mi Salvador es muy limpio. Ordenó que se lavara todo el mundo al menos cada dos días y eso en estos tiempos es una burrada cuando lo normal es una vez al mes y algunos solo cuando llueve.

. - ¿te importa si me quedo por aquí un tiempo?

. - me gustaría. Así podré seguir comiéndote tus bajos, además de que Salvador pueda seguir usando tu cuerpo y sobre todo tus pechos lecheros. Espero que cuando tenga a mi niño, sea tan asiduo también a mamarme los míos.

. - y los mamaré, querida, no te quepa duda-dije entrando- solo que ahora no tienes leche y seguiré mamando los de Clara, si no te importa-.

. - para nada, mi amor. Se va a quedar un tiempo entre nosotros.

. - me alegro, Clara. Así te presentaré quien será tu amante oficial. ¿Te acuerdas de Mauricio?,

. - ¿aquel tío que te acompañaba?

. - ese mismo. Pues tiene una polla que cuando la empieces a disfrutar, ya no querrás dejar de hacerlo. Yo mismo soy asiduo receptor de tan preciada herramienta.

. - bueno, si es tan rica, ¿por qué no?

. - perfecto. Mauricio -grité sonriendo hacia la puerta-.

. - ¿si, amo?

. - es toda tuya. ¿Me acompañás Juana?, dejemos a los tortolitos solos un rato.

. - claro, mi amor.

Una vez fuera, Mauricio se hizo dueño del cuerpo de aquella pequeña putilla, a la cual sodomizó por el culo tantas veces que le ardía. Por orden del médico, se le prohibió usar la vagina, pero todo se andaría. Sin duda, la putilla de Clara había encontrado una polla a su justa medida. Lo malo es que hasta le gustó tanto a la muy cabrona que casi deja a mi amante y guardaespaldas defenestrado de tanto uso que le dio a su colita XXL.

. - son las maestras, amo -dijo Samuel a mi lado, mientras revisaba unos sacos de papas-.

Me giré hacia la puerta y allí estaban como dos estatuas.

. - pasad a mis aposentos -dije sentándome sobre un saco de maíz-.

. - buenos días. ¿Podemos hablar con vos, amo?

. - adelante, soy todo oído.

. - ¿puede ser en privado, amo?

. - Samuel es de toda confianza -dije acercando mi mano bajo su ropa y adueñándome de su polla que comencé a pajear suavemente, para sonrisa del mamado y terror de las maestras-.

. - de acuerdo. Lo hemos pensado mejor y nos gustaría… agradecer que nos haya contratado.

. - de nada, buenos días.

. - queríamos agradecérselo de otra manera…

. - no es necesario, tengo todo lo que quiero -dije tirando de la polla de Samuel para que la vieran las dos mujeres. Acerqué mi boca y le di un par de lametones-.

. - nos gustaría… darle placer, amo salvador.

. - ¿a las dos les gustaría?

. - sí, amo Salvador -dijo la mujerona-.

. - ¿tú también? -le dije a la piltrafilla-.

. - sí, amo Salvador -dijo ella ruborizándose-.

. - acercaros las dos y denle placer a mi segundo. Estará encantado de usar sus agujeros. ¿Verdad Samuel?

. - siempre dispuesto, amo. Siempre.

. - pues eso. Cuando queráis.

. - ¿pero no quiere que sea a usted a quien…?

. - es como si me lo hicierais a mí y hasta quizás intervenga, pero vamos, no tenemos todo el día.

. - fuego -gritó un soldado en una de las almenas-.

. - joder, os habéis salvado por los pelos. Echad una mano, para apagar el fuego -dije soltando la polla de Samuel y corriendo hacia la puerta. El fuego era en la herrería. El herrero salió en llamas gritando como un poseso. Era lo que tenía jugar con fuego, que un día te quemas-.

Rápidamente se formó una fila de hombres y mujeres con cubos de agua para apagar el fuego, mientras varias personas intentaban apagar la ropa del infortunado Javier, el viejo herrero de la barba.

El médico, que atendía en el castillo, llego rápidamente, pero solo pudo testificar la muerte del herrero, pues estaba prácticamente carbonizado.

Una vez el fuego apagado, se revisó la herrería. Al ser casi todo metálico, pocas cosas se habían estropeado. Solo algunos objetos de madera se perdieron.

. - chicas, podéis iros a dar clases. Decidle al pueblo que habéis cumplido y nos lo pasamos de miedo. Largo de aquí.

. - ¿sabía lo de…?

. - aquí las noticias vuelan. Largo, cualquier día de estos os hago una visita y acabaremos el asunto que tenemos pendiente.

. - sí, amo. Estaremos esperando.

. - vamos, marcharos, que tengo que enterrar a un buen hombre.

Sin esperarlo, la mujerona me dio un beso furtivo y salió disparada. La piltrafilla salió corriendo tras ella.

. - ¿por qué hiciste eso, mi amor? -le dijo la piltrafilla de mujer a la mujerona-.

. - si no puedes contra tu enemigo, únete a él. ¿No es así el dicho?, ¿me puedes creer que me he corrido en su presencia?

. - no jodas, sebas. ¿Ahora te gustan los tíos?

. - aún no lo tengo claro, Lucy. Aún no lo tengo claro.

. - pues vaya maricona que estás hecha. ¿Te cuento un secreto?

. - adelante.

. - estoy haciendo aguas. Yo también me he corrido y no solo una vez. Lo siento.

. - no lo sientas. A lo mejor quien está cambiando no es el mundo, sino nosotras, que nos estamos adaptando al lugar. Sea como sea, quiero quedarme, pues este lugar promete. ¿Viste la polla que se gastaba el segundo de abordo?

. - ya lo creo, si hasta le iba a pegar un mordisco cuando sonó lo del fuego.

Las dos se echaron a reír y continuaron caminando hacia el pueblo. Al día siguiente las aulas estaban llenas de alumnos enviados por sus padres putativos. Es más, una de las alumnas, de unos 25 años se les acercó y le cuchicheó al oído de la más esmirriada, Luciana, Lucy para sus amantes.

. - yo también soy como vos.

. - ¿cómo yo?

. - sí, como vos. Me gustan las mujeres también. En casa mamá y yo no paramos en toda la noche hasta que nos quedamos dormidas y me ha dicho que, si gustan, nos pueden hacer una visita siempre que quieran. En casa no hay ningún hombre que pueda molestar.

. - gracias, se lo diré a la profesora Sebastiana, ahora vete a tu asiento, por favor.

Cuando se lo dijo a su amante, Lucy insistió tanto que esa misma noche tocaron en la puerta de su alumna, saliéndoles al paso la madre de la chica. La sonrisa que les brindó la mujer fue suficiente para entrar y cerrar tras ellas. No salieron en toda la noche, pues tuvieron sexo las cuatro hembras hasta secar sus pozos vaginales.

Por supuesto esa alumna iba a aprobar todos los exámenes a base de comida de coño de ella y de su madre.

. - ¿Y por qué no la próxima vez que nos visite el amo para inaugurar la iglesia que estamos construyendo no le damos una sorpresa? -dijo una labriega desdentada-.

Era una reunión del alcalde con los del pueblo para informar de la construcción de dicha iglesia con gastos a cargo del castillo. Estaba concurrida la reunión.

. - ¿a qué se refiere, Rafaelita?

. - pues que en agradecimiento por todo lo que hace por nosotros, ofrecerle un ramillete de hijos vírgenes para que elija los que desee. Nunca hemos vivido tan bien desde que está entre nosotros. No así su padre, que era un despótico y solo quería una cosa, al menos su hijo es compasivo con su pueblo, nosotros también debemos serlo con él. Yo daré a mi nieta de veinte años.

. - y yo a mi hija de diecinueve.

. - sí, yo también ofrezco a mis gemelos de 19. Le gustará el ver que tienen un buen mandoble cada uno -todos rieron, así se fueron sumando más aldeanos ofreciendo sus hijos mayores de edad-.

. - seguro que le gustará la idea. Sí, así lo haremos, pero continuaremos también como antes, que se sirva de quien quiera, cuando quiera.

. - oh, por supuesto -dijo la desdentada- yo aún espero que me toque algún día. No follo ni se sabe desde cuándo. Mira que morírseme mi marido hace ya tanto… -nuevas risas-.

. - pues le hablaré de su petición al amo, a lo mejor hace una obra de caridad -dijo el alcalde riendo-.

. - ¿y por qué no?, las lleva haciendo desde que llegó -la gente volvió a reír las ocurrencias de la vieja-.

Por supuesto fui avisado con antelación por el alcalde el día que le hice una visita de trabajo, pues no quería cogerse los dedos y tener que pedir disculpas por el ofrecimiento de los aldeanos si la cosa no era de su gusto.

. - es de agradecer, alcalde. Me gusta la idea. En cuanto a la abuela desdentada, que se duche bien, se despioje y que venga esta misma noche. Le voy a dar para el pelo.

. - ¿de verdad, amo?, ¿no es una broma?

. - con las cosas del meter yo no bromeo. Además, nunca he desdeñado un coño arrugado. Hablando de otra cosa, ¿Ha contactado ya con los curas?

. - se lo están pensando, amo.

. - pues deles un poco de tiempo más y si no responden afirmativamente, busque en otro lado, que curas bujarras los hay a montones, si lo sé yo. Allá en París estaban todos los días en los burdeles los muy cafres.

. - así haré amo. Otra cosa amo…, no sé cómo pedírselo amo.

. - pues abre esa boquita y dilo, estamos entre amigos.

. - ¿no tendría un momento para disfrutar de mi ano?, hace días que no hace uso de él.

. - pero qué jodido eres. Cuando te sientas tan abandonado y no pueda porque esté ocupado con otros culos, avisa a Mauricio, la tiene más grande y siempre está dispuesto a romper un culo como el tuyo. Anda, desnúdate, me la estás poniendo dura -dije desnudándome mientras él hacía lo propio, cuando llegó su esposa-.

. - oh, querida, que bien que has llegado.

Sí, llego en el mejor momento. Nos pasamos una hora de disfrute entre los tres. Se me daban y yo a ellos. Al final, acabé comiendo en su casa, para después, reanudar la follada a tres bandas, hasta que decidí irme de allí o no lo contaba.

Cuando me presentaron al cura, el día siguiente…

. - sáquesela, padre. Quiero vérsela.

El cura no dijo esta boca es mía, se sacó la ropa por la cabeza, quedándose en pelotas.

(Parte 12 de 31)

FIN