El amanecer de Laura
En el relato anterior, Laura se inicia en el arte de la prostitución. Se va introduciendo en un mundo de placer y perversión.
EL AMANECER DE LAURA.
Como les conte en mi relato anterior, mi marido siempre me decía antes de casarme que era una hermosa hembra, una mujer hecha y derecha, una mujer como las hay muy pocas, alta, de una cintura de avispa, con una cola maravillosa, unas piernas muy torneadas, muy lindas, especialmente cuando uso zapatos de tacón alto, unos senos prominentes, talla máxima 108, que llaman especialmente la atención de todos los hombres, lo notaba porque muchas veces me dijeron en la calle tetona rica y otras cosas que poco a poco me iban llegando muy adentro, lo que me calentaba y me mojaba.
Mi cara es muy dulce, blanca de pelo negro, lo que hace destacar aun más mi sexy figura. Un lugar muy especial de mi cuerpo es mi sexo, el cual tiene los labios separados, muy carnosos, como invitando a refregarse y a recibir lo que sean necesario. Yo no sabía que este atributo podía enloquecerme de placer y también enloquecer a los hombres. Rubén, mi marido comenzó a agregar a partir de este momento, después de mi estadía en un negocio de prostitución del puerto, que yo era una mujer hecha para ser penetrada y gozar, que existía como mujer solo para darle placer a los hombres, me insistía que por ningún motivo podía tener más de un encuentro sexual de una noche con un hombre, y que jamás debía siquiera tener curiosidad por el nombre o dirección de quien me estaba culeando.
Es decir, que no podía repetir encuentros sexuales, siempre debería ser con hombres nuevos. En todo caso, en una misma noche, podía culear todas las veces que quisiera con el mismo hombre, pero luego nada más, no se podía repetir otro día. Que podía sacar mucho dinero de mi, explotándome sexualmente. La primera vez que me dijo esto, que fue en la casa de putas después de haber sido probada o catada sexualmente por el gordo proxeneta, me dio risa, ya que lo encontraba demasiado rico para cobrar por ello.
Después de que me culeo el gordo, me limpie en un baño que había ahí mismo, al regresar, me pasó un vestido precioso, de una sola pieza y me dijo el gordo proxeneta, póntelo en pelotas, sin nada de ropa abajo, solo con las medias y el liguero que las sujete. Me puse el vestido, era de seda y se pegaba a mi sensual cuerpo, tenía un solo botón para abrochar, a la altura del ombligo, estando abierto hacia arriba. Dejando la punta de los pezones al aire o si me movía un poco, toda la o las tetas afuera, exibiéndose a quien quisiera tomarlas. Después del botón del ombligo, se abría hacia los lados, dejando todo mi sexo a la vista. Por detrás, tenía una abertura que llegaba a la cintura y que [permitía fácilmente meter las manos.
Bien, dijo el gordo a mi marido. Vamos al salón de las putas. Caminé adelante, mientras ellos decían que buen poto tiene, le vamos a sacar mucho dinero. El gordo le dijo a mi esposo, tu si que sabes elegir las perras, esta es la mejor que me has traído, pero en realidad las otras han sido buenas y me han reportado mucho dinero, así que como siempre hacemos buen negocio e insistía buen poto y como se mueve la perra. Espero que vuelva loco a mis clientes, ya es medio tarde y se encuentran medios calientes.
Entramos a un salón grande, donde habrían unas seis mujeres y unos veinte hombres, bebiendo y atracando, algunas parejas se besaban entusiastamente y se manoseaban en sus partes íntimas. Al entrar, llamé la atención pues al moverme, se me salió un seno, un hombre me tomó por la espalda y apretándome contra su cuerpo, donde pude sentir un enorme paquete en mi trasero, me agarró la teta y me dijo deja ayudar a guardarla y al hacerlo se salió la otra y también me la apretó, recorriéndola hasta el pezón, lo que me exitó.
El gordo se puso a hablar con unos clientes, diciéndole que tenía carne nueva, (esa era yo), que quienes querían probar esta maravilla, debían pagar y bien, que quienes lo hicieran lo disfrutaría y agregó algo que me llamó la atención, les dijo: A esta perra yo ya la probe y realmente es maravillosa, es tan rica que cuando se lo metí en la vagina, era como meter el miembro en un brasero, me lo calentó desde la punta hasta las bolas.
Un hombre de un porte de cerca de los dos metros, macizo, enorme, con un bulto enorme, se veía como una fiera, me llamó la atención. A el se dirigió el gordo, ofreciéndome. El individuo le dijo, es muy caro lo que pides. Pero vale la pena le dijo. A ver veamos, preséntamela. Me hizo una seña para que me acercara. Saluda me dijo. Yo lo salude con un beso en la boca, ardiente, de lenguas. El respondió mi caricia preguntándome: Como tienes tus tetas, yo le respondí, míralas y pruébalas. Como tienes la chucha, tócala para que la disfrutes le señale calentonamente. El gordo dijo, vamos a una pieza interior, el gigante nos siguió, entramos a la pieza el, el gordo y cuatro amigos, también entró mi marido que se ubicó discretamente. Veamos la mercadería,. Yo puse un pie en la cama y otro en el suelo, abriéndose el vestido, pudiendo mostrar mi sexo peludo con los labios medio abiertos, deseosa de ser penetrada. Mis dos tetas, orgullosas en el aire. El dijo, voy a tocar la mercadería, no vaya a ser falsa y me agarro la chucha y comenzó a manosearme metiéndome los dedos, jugueteando con el clítoris, sorpresivamente, introdujo su dedo gordo enorme, del porte de un pene en mi vagina y dos de sus dedos en mi ano, comencé a sudar de caliente. Sacó las manos y tomó mis tetas, las que a pesar de ser tan grandes, estaban a disposición de toda la mano. Luego, sacó un fajo de billetes y se lo pasó al gordo, quien se retiró del lugar.
Bailemos me dijo, me tomo de la cintura y yo puse los brazos en su cuello, mientras las lenguas se fundían en un fogoso beso. El acarició mi cintura y de allí fue subiendo por los costados hasta manosear mis senos, apretándolos, bajo su otra mano y metió un dedo en mi vagina, encontrándola totalmente húmeda. Comenzó a masturbarme con muchas ganas y a meter dos dedos en el ano, llevándome al placer extremo. Me paso a uno de sus amigos, quien también me tomo, metiendo sus manos por el borde central del vestido, acariciando mis nalgas, apretándolas y metiendo una mano en mi poto y la otra en mi chucha, comenzando a jugar con mi clítoris. Nuevamente goce con ansias, luego vinieron los otros dos amigos y me comenzaron a manosear sin siquiera preguntarme nada o saludarlo, se los agradecí porque estaba tan caliente que no quería pensar en nada, solo pensaba en lo que me estaba pasando, solo quería gozar y ya me imaginaba ensartada. Solo quería abrirme de piernas y sentarme en todas esas pijas.
El grandote estaba sentado en el sillón y hacia allá me empujaron, quedé sentada a horcajadas sobre el, me miraba lascivamente sin decirme nada, nuestros labios, boca y lengua se entrelazaron con ansias, mis tetas quedaron totalmente al aire, pues al sentarme sobre el, se salió el único botón que lo abrochaba, quedando sentada en sus piernas totalmente desnuda. El me ayudo a sacar las mangas y el vestido cayó al suelo, quedando solo en medias y liguero. Sus enormes manos recorrían todo mi cuerpo, jugando con mi clítoris, amasando fieramente los senos, metiendo un par de dedos en mi trasero, recorriendo una y otra vez mis muslos. Miro a un costado y sus tres amigos se estaban desnudando, y uno de ellos avanzó masturbándose, corriendo el forro de su miembro hacia atrás, mostrándome la cabeza completamente afuera, era grande y gordo, se acerco a mi y me lo pasó por las mejillas, a la segunda pasada comencé a darle besos y a pasarle la lengua, lamiéndolo y luego chupándolo. Otro llegó por detrás de mí y puso su pija en mi hombro. Yo la sentí y la tomé con la mano y también comencé a chuparla alternadamente con la otra. El grandote sobre el cual estaba sentada a horcajadas, se reía y me hablaba cosas que me calentaban, sin dejar de manosearme el clítoris y mi ano, produciéndome un placer indescriptible.
Mi marido en un rincón, miraba pacientemente, con una cara de exitación y poniendo los ojos blancos, realmente lo estaba gozando más que yo. En esos momentos al verlo así, me sentí feliz, y me di cuenta cuanto nos amábamos. Ver así a mi marido me enardeció y comencé a comportarme como una fiera, deseando solo ser penetrada, pero mis cuatro amigos, solo querían que se las chupase, no obstante, el grande continuaba con los dedos en la vagina y en el ano, jugueteando con sus pliegues. Me di cuenta que estaba exitado mucho, por la forma como me metía los dedos y me decía que quería que saliera más jugo.
Me empujaron sobre la cama, chupando en todo momento las tres pijas, el grandote metio su lengua traposa en mi sexo y comenzó a mordisquearme el clotoris, gemía enormemente, y me decían, deja de gemir tan fuerte, sino van a venir acá todos los hombres que están en esta casa de putas y van a tratar de adelantarse a nosotros. Fue tanto, que de repente me fui cortada, llegando al climax reiteradamente y pidiendo más. Fue entonces, cuando el grandote se salio de abajo y se desnudo, mostrando una tranca descomunal, hasta ese momento yo me había comido solo vergas de tamaño normal, pero nunca una cosa como esa, se me hizo agua la boca. Era impresionante! Media como 11 pulgadas o mas y era casi 2,5 pulgadas de grueso!, era como el mango de un bate de béisbol!. no pude evitar de susurrar esa cosa no me va a entrar, pensé un poco desilusionada, pero al mismo tiempo pude sentir como mi vagina ardia de deseo.
Estábamos en la cama y el separó a sus tres amigos diciéndoles, me toca a mi, mientras avanzaba masturbándose lentamente, corriendo el forro de esa enorme tranca hacia atrás, dejando una inmensa cabeza afuera. . "chúpamela" me ordenó La tomé en mis manos y le di unas langueteadas, desde la cabeza a los testículos, pasando por su ano, sin dejar nada donde no besar y lamer. El comenzó inmediatamente a gozar y pude sentir como de la enorme punta, salía permanentemente un muy pequeño reguero de semen, de lo caliente que estaba. Sentir el gusto a semen de ese enorme miembro, me calentó aun más y me hizo gemir como una perra desesperada. Se dio vuelta y comenzamos a hacer un sesenta y nuevo, es decir yo le chupaba la pija y el chupaba mi sexo, jugueteando con su lengua en mi clítoris separó los labios vaginales aun más, expuso el clítoris y empezó a chuparme en una forma increíble, mientras tanto fue acariciando mi culo con dos dedos. Jamás había estado mas a cien!. "ooooohhhh que me haces, que me haces que deliiiiicia!, "
Yo jadeaba y gritaba de placer, estaba enloquecida, totalmente desinhibida, mire a mi esposo que me guiño mientras se masturbaba. Me encantó que me vea desnuda gozando con otros hombres, .chupándole la verga mientras el metía su gruesa lengua en mi vagina y su dedote en mi culo, yo ondulaba mis caderas como culeando, diciendo obscenidades, jadeando, gritando de placer.,. "No puedo mas .métanmelo maricones, no doy mas! "No todavía putita" me dijo te falta un poco para estar lista.. Me éxito aun mas que me diga puta me sentía puta y eso me apasionaba "realmente es verdad" pensaba- "soy una puta pero super perra, la más perra entre las perras lo que pondría seguramente muy orgulloso a mi marido.
Me acostaron de espaldas, me separaron con fuerza las piernas, y uno de los amigos me la metió entera y comenzó un interminable mete saca, golpeando mis nalgas con unas enormes bolas cada vez que lo metía al interior mío. Sentí de repente que el se puso tieso y gozando sentí como mis interiores se llenaban de jugo, de semen. El lo sacó y lo llevó a mi boca, donde yo con gran ansias lo limpie y le saque todos los restos de semen y jugos vaginales. Con mi lengua lo limpie detalladamente desde el ombligo hasta el hoyo del poto. Termino y veo a mi costado en la cama al grandote con esa tranca enorme que me mira y masturbándose me dice que me siente arriba de él. Cuando lo veo masturbarse, me baja una calentura increíble, ya que me imaginaba esa cosa tan grande con el forro a la entrada de mi sexo y toda pelada adentro de mi.
Me acerque lentamente, separé mis piernas y miré esa asta de bandera enorme que me esperaba, fui bajando mis caderas lentamente, ondulando suavemente, circularmente. "Estoy en el cielo" pensé "Es increíble y delicioso" Empecé a cabalgarlo moviendo las caderas y frotando mi tetas endurecidas y turgentes en su peludo pecho, lo empecé a besar y le dije, Me estás llenando, nunca me había pasado una cosa así, se me va a rebalsar mi vagina, todo esto con vos entrecortada y gemitoza, comencé a dar gritos de placer y calentura, gritaba y jadeaba y miraba a mi esposo mientras tenia por primera vez múltiples orgasmos . Seguí bajando, no me cabía completa, asi que me contenté con empezar a moverme sentada en la punta. Fue entones cuando el grandote se enojó y ardiendo de deseo de penetrarme, separó violentamente mis dos piernas, las que quedaron en el aire, sin sustento donde sujetarme y todo ese enorme miembro se introdujo en mi quedando semidesmayada.
No tuvo ninguna contemplación, con sus piernas me tiraba hacia arriba y hacia abajo, penetrándome una y otra vez. En cada entrada y salida yo creía llegar al cielo, más aun cuando el se detenía y me dejaba ensartada hasta sus testículos. Tenía un placer tan grande, increíble que yo pudiera haber soportado esa cosa tan desproporcionada, pero sin embargo, era verdad, estaba completa entre medio de mis piernas, empujándome todos mis interiores hacia arriba. Grite como jamás lo había hecho antes, me entregue como nunca, ofrecí todo mi cuerpo para que el saciara su calentura y lo gocé a su ritmo. Era maravilloso, nunca había sido culeada de esta forma. Era interminable y yo no quería que esto terminara. De repente me dijo "Voy a acabar puta caliente, si quieres lo saco .". "Noooo," le rogué "lléname con tu deliciosa semen", empecé a sentir chorro tras chorro de leche caliente en mi chucha. Comencé a sentir como esa enorme tranca se comenzaba a desinflar, como si se estuviera achicando, y la sacó y de mi chucha empezó a botar montones de semen agarre su verga y la chupe llena de pasión y mas deseo. En esos momentos me dijo, dejame bien limpio, tengo tus jugos de hembra caliente hasta en mi poto, deja mi verga lista porque en un rato más te voy a culear por el culo Yo sabía que eso iba a ser difícil, pero de escuchar sus palabras nuevamente me exité y comencé a dirigir a otro de sus amigos a mi chucha, comenzando nuevamente a gemir y gozar. Me sentía insaciable, todo lo encontraba poco, goce a ese desconocido entregándole lo mejor de mis incansables movimientos hasta que sentí como lanzaba todo su semen en mi interior. Mis labios vaginales estaba completamente abiertos y chorreando semen.
Mi marido no pudo resistirse más, avanzó con su verga en la mano, me puso boca abajo y lucho por ensartarme por el culo, lográndolo rápidamente. Se giro dejándome expuesta al otro amigo del gordote, quien avanzó abrió mis piernas y puso la punta de su pija en mi chucha, y coordinadamente con mi marido la metió completa. Era demasiado para mi, estaba teniendo múltiples orgasmos, Al que me culeaba por la vagina comencé sin querer a arañarlo de deseo y luguria, llevando la inciciativa en las soeces palabras que les decía.
No me importaba nada solo en esos momentos era que me culeen y me hagan gozar. Sentí en esos momentos como ambos, coordinadamente se estaban yendo cortados y a pesar que los insulté diciéndoles cosas para que reaccionaran y retardaran un poquito, no lo pude lograr, y ambos comenzaron a inundarme con semen tanto la chucha como el poto. Hubo una cosa que me volvió loca de placer, que quería que no terminara nunca, mi marido comenzó desde abajo a metermelo en la chucha y el otro me lo metía en el ano, provocando un gran intercambio de ambos sementales. El semen que salía de mi chucha lo metía en el ano y al revés, el semen que chorreaba del ano, lo metía en mi chucha. Que delicia más grande. Luego de unos minutos de estar disfrutando, limpie a ambos machos, dejándolos nuevamente exitados al pasarle la lengua por sus partes más íntimas y reservadas. Me sentí en la gloria y felíz de haber sido culeada intensamente. Esa noche era mi noche de lujuria y placer, la que afortunadamente aun no terminaba.
El grandote que estaba exitado con el primero que me había culeado y que había echado el semen en mi vagina, se acercaba a la cama. Le vi en sus ojos el intenso deseo de mi poto, sabía que eso para mi iba a ser doloroso, ya que significaba ser sentada en una gigantesca estaca por el ano, sin contar con alguna crema que permitiese que se dilatase para poder resistir el embate. A pesar de eso, se me hizo como latidos en el ano, deseoso de ser penetrada.
Me dijo, que pena que estés tan lubricada con tanto semen, ya que me habría gustado metertelo sin esa preparación, para que veas lo que es bueno. Pocas veces he estado con perras como tú, creo que eres magnifica parea culear. Sus palabras causaron en mi un efecto demoledor, le había demostrado ya a mi marido que realmente era la puta más perra de la cual deberá sentirse orgulloso, quien le daría más dinero y quizás podría ser un ejemplo para las otras putas. Estaba muy felíz, por tal razón me abrí de piernas en cuclillas rozando mi cabeza en la cama y lo dejé que comenzara a montarme y luego a penetrarme. Yo tenía semen que chorreaba hasta los tobillos, por lo que el dijo lo voy a lubricar mejor, y comenzó a recorrer su pija por todos los lugares donde habían restos de semen, tanto de sus amigos como de mi marido y una vez hecho esto, comenzó a tratar de introducirlo en mi ano, no lográndolo.
Le dije: "Eso es imposible tu pija jamás pasaría a mi interior " "Vas a ver que si"me respondió, "yo no la voy a meter tu vas a ensartar tu culo en mi verga ". Y siguió y el colocó la punta de su herramienta contra el esfínter de mi ano ., Empieza a menear esas maravillosas caderas perra me dijo sujetándome firmemente pero sin penetrarme. Sentí una sensación indescriptible en mi ano y empecé a menearme, fui sintiendo como a poco mi esfínter se aflojaba y como el semen de sus amigos y mi marido lubricaban mi apertura, no sentí ningún dolor, solo un placer increíble que aumentaba mas y mas. Sentí esa carne caliente penetrándome y le pregunte "Como lo estoy haciendo" "Lo estas haciendo muy bien" me dijo "como la puta caliente que eres". Eso me ayudó aun mas y empuje y empuje hasta que sentí sus huevos pegados en mis nalgas. "Como lo he hecho" le volví a preguntar. "Lo has hecho muy bien como la puta necesitada que eres, ahora te voy a culear y a hacerte gozar como nunca lo haz hecho!"
Se acostó de espaldas sobre la cama mientras yo estaba empalada, sentada sobre esa tranca y moviendo mis caderas enardecidas. Me metió un dedo en la chucha, luego otro, separó mis piernas y le dijo a su otro amigo, "que esperas, métele la verga a la chucha, vamos a hacer un sándwich con esta puta". Su amigo estaba hipnotizado masturbándose suavemente, se acerco y me fue metiendo su herramienta en mi chucha. Me sentí como una reina, una perra ensartada por dos machos, reventando de pasión, casi sin poder respirar. De nuevo el jamón del sándwich, que cosa más rica.
Dando alaridos, todos tuvimos orgasmos sucesivos, y tanto mi culo como mi chucha se llenaron de leche, chorreando por las comisuras de los labios y del ano. Lo Limpie con mi boca desesperadamente, lo que me provocó una gran calentura, logrando levantar los ánimos y sosteniendo nuevos encuentros con el grandote, sus tres amigos y por supuesto mi marido fue el último, y cuando me echó en mi interior el poco semen que le quedaba, acabando me dijo: "Ahora si que eres una buena puta, pero para ser puta perra, te falta mucho."Yéndome cortada, teniendo múltiples orgasmos, con voz entrecortada jadeante le dije: "Si, tienes razón, me falta mucho para ser una autentica perra, no se si algún día podré lograrlo, pero te prometo que haré todo lo posible si tu continúas enseñándome. Te suplico que no te vayas a aburrir si ves que no logras los resultados en un plazo prudente". Parece que mis palabras le gustaron, porque me besó con gran pasión y me dijo que me amaba más que nunca. El grandote y sus amigos ya se habían ido y nosotros seguimos culeando un rato más. Gocé como nunca y disfruté ese amanecer.
Si les gustó mi relato a las mujeres, ellas pueden escribirme al email: ttronador@hotmail.com . Y con mucho gusto les responderé.