El alumno holgazán II

Jhon Simmons logra el control sobre su profesora encontrando algo más de lo que había encontrado

John Simmons estaba en su habitación frente a su computadora había tomado control de la computadora de la profesora Rivers con ayuda de un virus y estaba  disfrutando lo que la cámara de la computadora captó durante la noche.

La profesora se había masturbado varias veces a lo largo de la noche antes de terminar rendida y desnuda sobre su cama.

— Creo que liberé a una fiera— dijo él mientras esperaba que sus planes se realizarán.

En ese momento en otro lado de ese pueblo la Sra Rivers se encontraba tomando un baño de tina, esa mañana se había levantado solo con una idea en la cabeza.

No importaba el cómo ni las consecuencias John Simmons debería terminar en su cama y tenía un plan para poder llegar a ese cometido.

Esa mañana se había levantado viendo que había dejado la computadora prendida, cuando se dispuso a apagarla noto que había una alerta por archivo malicioso en su computadora.

—¡Quiero ver cómo escapas de este chico listo!— dijo ella mientras estiraba una de sus piernas en la bañera.

Unas horas más tarde.

El teléfono sonaba en la residencia del joven Jhon y fue respondido por una mujer de unos 30 años de piel clara y ojos verdes.

— Buenas tardes, soy la Sra Rivers se encuentra Jhon, necesito hablar con él— dijo la voz al otro lado del auricular.

—¿Qué hizo el bribón esta vez?— respondió la mujer.

— Pudo haber infectado mi computadora con un archivo malicioso— respondió la mujer.

—¡Ese mequetrefe!, Se lo pasaré enseguida— dijo ella mientras se frotaba las sienes.

—¡Jhon ven aquí inmediatamente!— gritó la mujer.

Desde el otro lado de la línea la Sra Rivers pudo escuchar como el jovencito parecía tener una pequeña discusión con su tía antes que le pasara el teléfono escuchó a Jhon diciendo una frase que no pudo comprender.

Ella no tuvo tiempo de pensar en eso ya que la voz de su alumno se hizo presente en la línea.

— Buenas tardes Sra Rivers,¿En qué puedo servirle en este hermoso día de verano?— dijo él con su típico tono altanero.

—¡Ahorrese sus palabras muchacho!, Mi computadora detecto tu pequeño bicho— dijo la mujer al otro lado del teléfono.

—¿Y qué le hace pensar que fui yo?— respondió el joven.

— Estaba adjunto a uno de los mensajes que me enviaste chico listo— respondió la mujer con calma.

—Upss— se limitó a decir Jhon.

—¡Si, upss!— mientras decía eso ella soltó una pequeña carcajada— Jovencito, esto no se verá bien en su expediente.

— Espero que no tenga planes este día Sr, Jhon, por qué usted arreglará mi computadora— dijo ella directamente— ya que no creo que quiera ver al consejo disciplinario en verano—

— Usted gana Sra, Rivers iré enseguida— respondió Jhon con un tono de voz derrotista.

— Lo estaré esperando Sr Jhon— dijo la mujer con una gran sonrisa antes de terminar la comunicación.

En ese momento cuando Jhon colgaba el auricular el chico tenía una sonrisa pervertida que no trataba de ocultar, a su lado su tía tenía los ojos en color verde en posición de firme como si esperara algún tipo de orden.

— Tía Alice, la llamada era para ir reparar un par de  computadoras, regresaré hasta la cena— dijo Jhon mientras subía a su habitación pasando a un lado de la catártica mujer.

Un momento después bajó con un pequeño maletín y se acercó a la mujer para susurrarle al oído.

— Prepara el menú 37 para la cena y estaré de buen humor para una película— mientras decía eso dio un fugaz beso en los labios de su tía que pareció reaccionar.

Parpadeo un par de veces antes de decir a su sobrino.

— Procura no tardar demasiado en ese trabajo— dijo la mujer mientras se dirigía rumbo a la cocina.

— Ok Tía Alice te veré en la cena— dijo Jhon mientras salía por la puerta principal.

En ese momento la Sra Rivers estaba en su habitación escogiendo qué ponerse antes de la llegada de su alumno, se había colocado un conjunto negro semi transparente de corcet,tanga y ligero con medias que solía volver loco a su esposo, quería verse deseable, sin llegar a lo vulgar.

En ese momento se debatía entre una falda recta de color oscuro y una blusa blanca que la asia lucir como si estuviera en clases o un vestido corto con un estampado de girasoles un poco formal que ocultaria muy bien la lencería que pretendía usar pero dejará ver las medidas. Tras unos minutos se decidió por el vestido con unos tacones negros bajos.

Mientras se retocaba el maquillaje escucho el timbre de su casa. Sonrió con satisfacción ante el espejo mientras se dirigía a recibirlo.

Jhon miraba el reloj de su celular mientras miraba a su alrededor, buscando cualquier señal de vecinos entrometidos, para su suerte la zona donde vivía la profesora Rivers era bastante tranquila en ese momento.

La puerta se abrió y la profesora se presentó frente a él.

—¡Buenos días Sr John!— dijo la mujer en un tono que pese a sonar molesto parecía feliz— pase adelante la computadora está en mi habitación—

—¡Buenos días Sra Rivers!— respondió el joven mientras entraba en la casa.

Subió al segundo piso seguido por la mujer que miraba la casa notando los pequeños detalles de la vivienda de su profesora.

— Disculpe,¿Gabriela está en casa?— preguntó el joven mirando una puerta con un símbolo semejante a una media luna.

— No está de fin de semana con unas amigas— respondió la mujer mientras abría la puerta de su habitación— fue a conectarse con su espíritu protector—

A Jhon no le gustaba suponer que fuerzas sobrenaturales regían el mundo pero si esto no era suerte no sabía lo que era.

El entró a la habitación seguido por la mujer que cerró la puerta tras de ella, eso no inmuta en lo más mínimo al chico que solo podía pensar en lo que estaba apunto de pasar.

— No es necesario que se quede Sra Rivers— dijo él mientras se acercaba a la computadora.

— Nada de eso señor— respondió la mujer— no me arriesgaré a un nuevo momento de "debilidad"— dijo la mujer mientras que discretamente colocaba el cerrojo de su puerta.

El chico sacó su laptop y diversos discos duros así como equipo para trabajar en la computadora de la Sra Rivers.

Ella se acercó lentamente a él sintiendo la emoción del momento. Se acercó lentamente a la espalda del chico y le susurro al oído.

— Sabe algo, espero que pueda devolver el dinero que obtuvo por tratar de cambiar las calificaciones en mi computadora— dijo la mujer mientras se acercaba al joven.

—¿Cómo lo supo?— dijo Jhon fingiendo sorpresa.

— Llámenlo intuición femenina— le dijo mientras retrocedía un poco para dar espacio para que el joven pudiera darse la vuelta

— Ya me arreglaré con ellos...— empezó a decir Jhon fingiendo lo mejor que podía antes de ser callado por un pasional besó de la mujer.

Fueron unos minutos en los cuales el beso fue cada vez más intenso, la mujer estaba desatando toda su pasión y el joven solo la dejaba avanzar hasta que lentamente se colocaron sobre la cama.

Cuando se separaron ambos jadearon buscando aire fresco para sus pulmones.

— Ok chico listo hagamos un trato — dijo la mujer con un tono sensual mientras lleva sus manos a las tiras que sujetan el vestido— si usted me hace un pequeño favor, yo lo ayudaré a usted—

Tras decir eso soltó las tiras de su vestido y quedó en ropa interior frente a su alumno.

—¿Qué dices amigo?¡Tenemos un trato!— dijo la mujer mientras modelaba para él el pequeño conjunto de lencería.

— Como usted diga profesora— respondió él con una sonrisa —¿Por dónde empezamos?—

Mientras decía eso John intentó levantarse pero fue detenido por la mujer, quien lo detiene y lo hace volver a sentarse.

—¡Ah,ah! Señor Jhon yo soy la que está al mando— dijo la mujer mientras su mano habría el ziper del pantalón y sacaba el semi erecto falso del afortunado joven.

Inmediatamente empezó a masturbar al joven con lentitud hasta llevar al máximo la erección.

—¡Nada mal, jovencito!— dijo la mujer mientras veía con deseo la erección en su mano.

Sin mediar más palabras la mujer se llevó la erección directamente a la boca y empezó a realizarle sexo oral.

El chico no pudo evitar gemir de placer mientras recibía aquella felación, lamas espero que aquella tan estricta maestra fuera tan buena en las artes amatorias.

— Veo que disfruta esto Jhon— dijo la mujer mientras tomaba un poco de aliento y regresaba a su labor.

— No creo que usted sea tan buena en ésto— fue la respuesta del muchacho que apretaba las manos en las sábanas para no correrse aún.

Al ver esa acción la mujer no pudo evitar sonreírle con malicia y decidió demostrarle su experiencia real.

La sra Rivers aceleró la velocidad de la felación y empezó a acariciar suavemente los testículos del joven.

Jhon no pudo contenerse más y terminó derramando su semen en la boca de su profesora.

La mujer sintió el sabor salado y la sensación espesa del joven semen llenando su boca la cuál le hizo sentir como su sexo se humedecía.

Retiró lentamente sus labios del falo del joven afortunado paladeando el joven semen en su boca. Colocó suavemente su rostro a un lado del miembro semi erecto del joven y solo dijo.

—¿Qué le pareció jovencito?— dijo ella sonriendo de manera pervertida.

Jhon solo respiraba profundamente recuperando el aliento con un furioso sonrojo en su rostro.

—¿No me dirá que está es su primera vez?— dijo la Sra Rivers mientras acariciaba suavemente el falo.

Aquel joven respondió afirmativamente moviendo su cabeza.

Esa afirmación elevó la excitación de la mujer,la cuál frotó su rostro contra el miembro semi erecto.

—¡No se preocupe Sr Jhon, seré muy amable!— dijo la mujer que colocó al joven sobre la cama.

La Sra Rivers empezó a desvestir a su alumno con bastante calma disfrutando el control que tenía sobre él una vez que lo tuvo completamente desnudo ella se despojó de su sostén y tanga quedando desnuda frente a "un joven indefenso y vulnerable".

— Ok Sr Jhon vamos a ver si esa enorme lengua suya sirve para algo más que alardear— dijo la mujer mientras ella misma colocaba su sexo sobre la boca de su alumno.

Jhon no tardó en responder el desafío de su profesora lamiendo y besando aquel sexo que no tardó en humedecerse por completo.

— ¡Ahh!, Sr Jhon ahhh, me alegra saber que los videos porno que seguramente mira ahhh, son un excelente ¡Ahh!, material didáctico— dijo la Sra Rivers entre gemidos ahogados.

El chico no respondió simplemente continuó con su labor aumentando los gemidos de placer como respuesta natural de aquella mujer.

—¡Ohhh si, siga así, siga así!—  decía entre gemidos la señora Rivers sujetando la cabeza del chico contra su sexo.

— ¡Ohhh Siii me vengo!— dijo aquella mujer mientras sentía el orgasmo más intenso que había sentido en años recorriendo su cuerpo.

Al sentir eso Jhon intentó contener el caudal de jugos íntimos que derramó la mujer directamente en su boca.

El pudo sentir los suaves temblores que recorrían el cuerpo de la mujer mientras luchaba por mantenerse en pié.

— Espero que aún no esté cansado— dijo ella mientras acariciaba suavemente el falo del joven— ¡porque aún falta la mejor parte!—

Una vez que estuvo segura de que el pene del chico estaba nuevamente en su máximo se colocó suavemente sobre él.

— Listo o no hay voy— dijo la señora Rivers al momento de introducirse ella misma el joven falo a su intimidad.

—¡ Que apretadita está se siente muy bien!— dijo Jhon sintiendo la intimidad de su profesora.

— ¡Y usted no está nada mal para su edad!— respondió la mujer cuando su intimidad abrazó el pene de su alumno.

Ella estaba llevando el ritmo de la penetración subiendo y bajando sus caderas lentamente, con una mano libre guiaba el rostro de su alumno para que esté le lamiera los pechos y chupara sus pezones.

— ¡Así continúa así!— decía aquella mujer sintiéndose cada vez más cerca el orgasmo.

— Tal.. ves.. yo..— dijo Jhon fingiendo estar preocupado por lo que ocurriría.

— ¡No te preocupes estoy operada córrete sin preocupaciones!— respondió la mujer mientras aumentaba el ritmo de la penetración.

Jhon sólo sujetó fuertemente las caderas de la mujer y derramó su simiente en su interior, la mujer sintió aquel líquido fluyendo dentro de ella lo que le provocó un orgasmo que la dejó sin fuerzas.

Jhon sintió como las defensas de su profesora estaban bajas por lo que se acercó lentamente al oído de la mujer y le susurro

—servus dormit—

La mujer cayó inconsciente en los brazos del chico el aprovecho eso y empezó a acariciar con descaro el maduro cuerpo a su disposición, azotando sus nalgas sintiendo su firmeza, él tenía una mirada maliciosa en su rostro.

Minutos más tarde..

— Soy una puta sumisa y obediente, obedeceré cualquier orden de mi amo...

Esas eran las únicas palabras que salían de la boca de la Sra Rivers mientras está se encontraba atada sobre su cama con unas gafas de realidad virtual en sus ojos y unos audífonos inalámbricos en sus oídos con vibradores insertados en su vagina y culo.

Mientras eso pasaba Jhon estaba revisando la computadora de la mujer, le había dado curiosidad el hecho de que ella durmiera en su estudio y no en la alcoba principal.

Lo primero que encontró fue que ella y su esposo habían ido mucho a terapia de pareja y no había funcionado estando al borde de un poco amigable divorcio donde ella no caería muy bien parada.

Pero aún así su historial de compras indicaba que había comprado artículos muy costosos para un sueldo de maestra, además de tener una cuenta bastante gorda en un banco de California lejos de la mirada de su esposo aunque la prostitución le vino a la mente sabía que no la podía ejercer en este pueblo sin que todos lo supieran y no viajaba con la regularidad necesaria para juntar esa cantidad de dinero.

—¿Que estás ocultando cariño?— dijo el chico mientras revisaba más a fondo.

Una serie de correos entre ella y la subdirectora de la escuela no parecía ser algo extraordinario hasta que en las mismas cadenas se habían unido un par de mujeres del pueblo.

Pero sabía que tendría que esperar para preguntar ya que el cerebro de su nueva esclava  se "resetearia" cuando termine con su nueva programación.

Un gutural gemido a su espalda le indicaba que su maestra había asimilado su nueva programación y había caído en un profundo sueño.

Él se limitó a desearla y retirarle los aditamentos excepto por los vibradores los que se quedarían dentro de ella hasta que se quedarán sin batería.

—¡Háblame cuando despiertes cariño!— le dijo Jhon mientras le daba un beso en la mejilla y salía de la habitación.