El alumno de repaso

Un profesor no debería hacerlo, pero no me pude resistir...

Buenas, antes de empezar con este relato querría agradecer a todos los lectores que disfrutáis con los relatos y a los que escribís mensajes y correos muy positivos jejeje.

Hace unos años, cuando estaba en la universidad solía dar clases de repaso para ganarme algo de dinero. Mi especialidad eran los alumnos que les costaban la mates, sobre todo aquellos que peleaban con las funciones, matrices, derivadas e integrales en bachillerato. Al terminar esos estudios muchos alumnos se presentaban a la selectividad (exámenes de acceso a la universidad).

La historia de hoy se sitúa en esa época. Al empezar el curso me pasaron el contacto de una madre que buscaba clases de repaso de mates para su hijo. Una vez acordado el precio y el horario, empezamos las clases. El chaval se llamaba Samir y estaba haciendo segundo de bachillerato (años previo a la universidad). Quería mejorar en mates ya que quería estudiar una ingeniería.

El curso pasó sin mucha dificultades ya que era un alumno muy capaz y trabajador. No se despistó mucho ni cuando cumplió los 18 y los celebró como tocaba.  Cuando se acercaban los exámenes de selectividad iba 3 veces a la semana para terminar la preparación y asegurarse una buena nota.

Un caluroso día de mayo fui a darle clase como siempre. Solíamos hacer una hora y media de clase y ese día no fue una excepción. Samir me recibió con una camiseta manga corta y un pantalón corto que le marcaba muy buen culo. Creo que no llevaba calzoncillo. No me suelo fijar mucho en los alumnos pero ese día no me pude resistir. A pesar de esto, fue una mirada rápida al entrar a su casa mientras lo seguía hacía su habitación, lugar donde hacíamos la clase aunque su familia no estaba en casa. Me ofreció agua como siempre y no pusimos con las integrales.

Hacía el final de la clase, con un movimiento un poco brusco, Samir tumbó los dos vasos de agua y se mojaron algunos de los papeles de la mesa. Me salpicó bastante por toda la camiseta y él se mojó el pantalón también. Me quedé un poco sin saber qué hacer mientras él se levantaba y salía de la habitación en busca de un trapo y papel. Volvió con todo eso para secar la mesa y así poder recuperar un poco los papeles. Mientras secábamos la mesa me volví a fijar en su pantalón y como con el agua se marcaba su pene circuncidado.

S: Lo siento mucho! Veo que te has mojado la camiseta.

Y: No pasa nada Samir, solo es agua. Hace calor así que me iré más fresco a casa.

S: Toma la toalla para secarte un poco.

Intenté secar como pude mi camiseta pero fue en vano, mientras él salía otra vez de la habitación. Volvió con un secador para secar un poco los papeles que ya eran ilegibles y me lo ofreció para secarme la camiseta. No quería dejarme el secador y fue él mismo quién cogiéndome un poco de la camiseta me secaba las manchas de agua.

S: Ahora está mejor.

Y: Pues sí, gracias.

S: Tienes un buen pectoral eh. ¿Qué haces para estar así de bueno?

Me puse un poco colorado al oír ese comentario. Me pilló totalmente descolocado. Para no parecer más incómodo de lo que ya estaba, respondí:

Y: Mm, un poco de gimnasio, pero no tengo mucho tiempo para machacarme.

S: Pues se te nota muy buen cuerpo.

Y: Gracias jajaja. Acabamos la clase, que aún quedan 10 minutos.

Quería reconducir un poco la situación, ya que me notaba incómodo y ruborizado.

S: Bueno, vale. Pero me voy a cambiar el pantalón que lo tengo mojado.

Y: Como quieras.

Me levanté para salir de la habitación pero Samir tenía otros planes. En pocos segundos se había quitado el pantalón y lo había dejado encima de la cama. Pude comprobar que mis sospechas eran ciertas y el chico no llevaba calzoncillos.

En una mirada rápida vi como su pene era bastante grande y estaba un poco morcillona. Se giró para buscar otro pantalón y observé su culo sin ningún pelo y muy redondo. Me quedé de pie, sin salir de la habitación ni sentarme otra vez, contemplando es hermosura. Mi pene sí que reaccionó y se empalmó.

Samir se me acercó aun desnudo de cintura para abajo, con ese pene balanceándose.

S: Tengo que abrir el armario para coger otro pantalón jejeje.

Y: Mmmm… perdona.

Yo estaba completamente sonrojado mientras me retiraba un par de metros para dejarle abrir el armario. Se puso unos pantalones de un equipo de fútbol y se giró sonriente. “Veo que te ha gustado mi cambio de ropa” soltó mientras señalaba mi erección. “Mmm.. perdón, no sé… perdón” fue lo que conseguí balbucear en ese momento. “No pasa nada” dijo flojito. “Me gusta” susurró mientras se me acercaba.

Nos quedamos uno en frente del otro y sin contarse ni un pelo puso su mano en mi paquete. “Qué coño!” exclamé. “Parece bastante grande” me respondió antes de besarme. Intenté controlarme y no ceder ante esa decisión pero mi boca se abrió y dejó paso a su lengua. Me besaba torpemente mientras con las dos manos intentaba liberar mi polla. Mi cerebro se dejó llevar y él me desabrochó el pantalón. Mi pene empalmado por completo salió ansioso. “Sabía que tenías un pollón” me dijo mientras empezaba a jugar con mis 20cm. Me separe un poco de sus labios y con mis manos en sus hombros entendió que tenía que arrodillarse. Con muchas ganas intentó comerse todo mi rabo pero no podía y le daban arcadas. Él seguía intentándolo pero lo iba intercalando con una mamada más tranquila. Se le deba mejor mamar que besar. No creo que fuera su primera polla ni mucho menos a pesar de tener los 18 recién cumplidos. Viendo como tragaba mi polla sin descanso, lo vi bastante guapo. Era un chico de pelo oscuro, casi negro y siempre muy corto, con unos ojos verdes muy bonitos que resaltaban con su piel morena. Los labios eran gruesos por lo que me gustaban bastante pero el conjunto de su cara sin rastro de barba no era especialmente bello. Nunca lo hubiera definido como guapo a pesar de algunos rasgos verdaderamente bonitos, pero ahí arrodillado comiéndome el rabo lo encontraba especialmente guapo. No estuvo mucho rato chupándomela, aunque yo estaba disfrutando bastante así que me hubiera gustado que siguiera un poco más. Antes de levantarse, me quitó los calzoncillos y el pantalón que tenía bajados a la altura del tobillo.

De pie, me volvió a besar y nos quitamos la camiseta a la vez. Observé por primera vez su torso, con algunos pelos en el pecho y unos brazos y abdomen más bien delgados. Tenía un cuerpo bastante de twink pensé. “Estás buenísimo” me dijo mientras me tocaba el pecho y los abdominales. En ese tiempo el gym empezaba a dar sus frutos pero tampoco tenía unos abs muy marcados como me gustaría. Mientras exploraba mi cuerpo, toqué el suyo para buscar lo que aun escondía debajo del pantalón. Antes de quitarle el pantalón lo pajeé un poco y comprobé que no tenía un pene pequeño. Esta vez me arrodillé yo y le quité el pantalón que tenía una mancha de precum. Me quedé en frente de un pene muy bonito a pesar de estar circuncidado. No se depilaba pero no tenía mucho pelo, lo que le deba una belleza especial a ese pene totalmente empalmado mirando al techo. Le limpié el precum con la lengua antes de introducirme toda su polla en mi boca. Su precum tenía muy buen sabor, lo que me motivó aun más a darle la mamada de su vida. Calculé que medía unos 16 o 17cm, lo que era ideal para metérmelo todo entero en la boca. Él me cogía la cabeza para guiar la mamada, por lo que me dejé llevar un buen rato. Noté que le gustaba que me la tragara toda ya que me aplastaba la cabeza con fuerza contra su cuerpo. En esa posición, saboreaba y olía su vello púbico lo que me excitaba muchísimo. Hubiera estado más tiempo disfrutando de ese placer, pero otra vez paro la mamada y me hizo incorporar.

Le respondí tomando el mando de la situación y lo empujé a la cama. Lo tumbé para dejar su culo boca arriba y me lancé a comerle el ano. No tenía casi pelos lo que agradecí muchísimo. Él jadeaba bastante mientras mi lengua jugaba con su hoyo. Así estuvimos bastante rato hasta que quise meterle un dedo. Me paró en seco con un “No quiero”. Me retiré y me puse de pie. “No pasa nada Samir” le dije. “Es que no soy virgen pero de momento no me la han metido nunca y tu pollón me reventaría” me respondió. Sonreí un poquito y mientras le decía “todo tuyo” me giré para apoyarme a la mesa y ofrecerle mi culo perfectamente depilado.

Se levantó de la cama con su pene lleno de precum y me escupió en el culo unas cuantas veces. De pie, me dio un par de azotes y jugaba con su pene en la entrada de mi culo. Se escupió en la polla y después de pajearse un poco me la quiso meter. Al notar como su polla abría mi culo, lo detuve. “Ponto un condón mejor” le solté en voz baja. Parecía un poco triste ante esa situación. Se notaba que quería follarme a pelo pero no le dejé. Se acercó a un cajón y encontró un condón. Volvió a mi culo y lubricó con abundante saliva su polla con el condón puesto. Mi culo quería ser follado y Samir lo comprendió. Apoyó su polla en mi ano y con suavidad metió la punta. Hizo una pequeña pausa y la metió hasta al fondo. Solté un gemido al sentir su rabo todo dentro de mí. “¿No me has dio que era mío este culo?” me preguntó irónicamente. Asentí con la cabeza y eso fue para él como un pistoletazo de salida para embestirme violentamente. Me quería destrozar el culo. Quizás no besaba muy bien pero se notaba que era un buen activo que disfrutaba reventando culos. Me agarraba de la cintura para follarme sin parar, golpeando sus huevos contra mi culo sin descanso. A veces soltaba mi cintura para tocar mis abdominales y mi pecho o darme algún azote. Yo estaba disfrutando mucho con las ganas de ese chaval de destrozarme el culo. Con el reflejo de la ventana veía su cara de placer y rabia mientras no cesaba en sus embestidas. Dejé de masturbarme porque no quería correrme. Estuvo un buen rato follándome en esa posición pero empecé a notar que se cansaba. Sus embestidas no eran tan duras y jadeaba intensamente. Decidí cambiar de posición por lo que me puse completamente de pie para liberar a su polla de mi interior.

Se quedó sorprendido y aproveché su desconcierto para tumbarlo a la cama. Quería cabalgar un rato. Era una de mis posiciones favoritas y normalmente el activo disfrutaba mucho mientras mi culo subía y bajaba por su rabo. No fue una excepción con Samir. Cuando estaba él tumbado y su polla bien erecta mirando el techo, me senté encima de golpe. Con la misma violencia con la que él me había follado de pie, lo estaba cabalgando yo. El chico no sabía qué hacer, le ponía las manos por encima de su cabeza para que tuviera claro que era yo quién mandaba en aquel momento. Cuando las liberaba le dejaba que me tocara el cuerpo, le gustaba mucho mi pecho depilado por lo que vi, pero si quería agarrarme el culo o mi polla, le volvía a poner las manos en su cabeza. Fue un juego incesante, mientras mi culo se sentaba en su vello púbico una vez tras otra. “Me correré así” me avisó. “Córrete” lo ordené en ese momento. Empecé a masturbarme mientras me deleitaba con sus caritas de placer y sus gemidos. Parecía que me suplicaba. “Me corro” dijo entre jadeos cuando yo estaba completamente desbocado y pajeándome muy fuerte. No paré de cabalgarle mientras me repetía una y otra vez “me corro, me corro” hasta que le solté que me corría también. Bajé el ritmo de la follada pero sin dejar que sacara su polla de mi culo, mi polla empezó a soltar semen. En la posición en la que estábamos intenté controlar que saliera encima de su pecho pero al ver que él abría la boca, apunté a su cara. El primer trallazo fue a su barbilla pero más de uno entró en su boca o se quedó por sus labios. Cuando acabé de soltar leche, Samir se limpió con la mano para recoger toda mi lefa y tragársela toda. Me levanté con una sonrisa y miré su polla ya flácida bañada en su semen dentro del condón. Se levantó de la cama con intención de quitarse el condón pero le agarré la mano para impedírselo. Lo besé para notar el sabor de mi semen que aun tenía en su boca y algunos restos por su cara. Me arrodillé lentamente mientras le quitaba el condón con cuidado. Su pene flácido estaba bañado en su semen a pesar de que la mayor parte se había quedado en el condón. Le limpié bien la polla hasta dejársela bien limpia y así poder comprobar que su semen, y no solo su precum, tenía muy buen sabor.

Con su polla limpia salió de la habitación para tirar el condón. Aproveché para vestirme mientras él no estaba. Al volver, me encontró vestido y listo para irme. La clase había terminado. Me acompañó hasta la puerta aun desnudo por lo que al salir pude contemplar ese cuerpecito que me había follado inesperadamente.