El alter-ego (4)

Intenso relato. Fiesta con juegos en la casa de Raúl y Julia. Morbo garantizado

Como decía en mi relato anterior, conocimos a un grupo de gente en la playa, nos caímos bien y decidimos organizar una cena. Los dos chicos Miguel y Luis, que vinieron de Madrid, eran bastante majos y conocieron hace una semana al matrimonio. La chica, que se llamaba Beatriz, era oriunda de allí y trabajaba en la única clínica veterinaria que había, Hecho por el que conocía desde hace dos años al matrimonio ya que éstos tenían un perro que murió hace unos meses a los 14 años y como estaba muy delicado de salud, le solían llevar a esa clínica. Beatriz era muy tímida aunque al pasar los días se abrió más a nosotros y la verdad es que me cayó muy bien. Era bastante inocente y modosita y casi siempre estaba hablando sobre perritos abandonados ya que ella colabora activamente y de forma voluntaria con una protectora.

El apartamento de Raúl y Julia, el matrimonio, estaba muy bien. Era bastante espacioso. Tenía 4 habitaciones, un salón grande y un gran porche con jardín, piscina y acceso privado a una pequeña cala. Esa misma tarde Noelia y yo fuimos a comprar las bebidas y el resto cada uno su tarea asignada. Quedamos en el apartamento a las 8 y nos dispusimos a prepararlo todo. Miguel y Luis estuvieron preparando los cócteles de bebida. Me di cuenta que quizás habíamos comprado demasiado.  Raúl era un cocinitas, por lo que prácticamente toda la cena la cocinó él. El resto nos dedicábamos a limpiar los cacharros y a preparar la mesa que colocamos en el jardín. Durante el día hizo mucho calor, así que a esas horas ya se había ido el bochorno. Durante el día hacía 38 grados y a la noche la temperatura bajaba a la nada desdeñable cifra de 27 grados, por lo que se podía estar agradablemente en traje de baño.

La cena en el jardín fue bastante agradable. Había un par de farolas que no daban demasiada luz pero suficiente para vernos las caras y lo que había en la mesa. Eso y la música chill-out brasileña que puso Julia, dio una atmósfera relajante.

Cuando acabamos de cenar fuimos a sentarnos alrededor de una gran mesa de jardín al lado de la piscina. Las sillas eran de mimbre y bastante cómodas. Ahí estuvimos bebiendo los cócteles aunque ya habíamos bebido vino durante la cena. La mayoría estábamos bien aunque tanto a Noelia como a Beatriz se les notaban los ojos achispados. Noelia normalmente casi no bebía y Beatriz nos reconoció durante la cena que ella tampoco.  Se sucedían las conversaciones y todos interveníamos, creando bastantes momentos de risas. Parecía que el grupo funcionaba y nadie se quedaba excluido. Cada uno tenía sus características y encajamos bastante bien. La conversación duró bastante, por lo que cada uno nos habíamos bebido una media de 3 cócteles por cabeza. Yo ya estaba bastante contentillo y alguno y alguna tenían ya voz de borracho. Como estábamos muy animados, alguien sugirió jugar a un juego de beber y picante. Nos decidimos poner reglas nosotros.

Utilizábamos cartas de baraja española. Iba por turnos y cada uno tenía que coger una carta cuando le tocara. Si salía una carta de oros, Había que dar un beso a la persona que te tocara al tirar un dado. Si te tocaba en otro turno a la misma persona, la intensidad del beso crecía. Por ejemplo, la primera vez era un pico, la segunda abriendo los labios, la tercera morreo con lengua de 5 segundos y así sucesivamente. Si salía espadas había que quitarse una prenda. Como era verano y no teníamos muchas prendas, te quitabas una prenda si te salían 3 veces espadas en 3 turnos. Había 3 comodines, por lo que si no querías quitarte una prenda tenías que tomarte dos chupitos de tequila a palo seco. Si tocaba copas, tenías que tomar un chupito de tequila y si tocaba bastos había que hacer una prueba o responder a una pregunta íntima. Esto se decidía tirando un dado. Si salía par la primera opción y si salía impar la siguiente. Para no pasarnos, teníamos que estar de acuerdo todos menos al que le tocaba la carta a la hora de poner la prueba,

La gente se apuntó a la idea entusiasmada, incluso Beatriz, que era la más tímida. Sacaron unas botellas de tequila y unos vasos de chupito y empezó el juego. Yo cuando bebo me pongo cachondo, así que se me pasaron varios pensamientos obscenos. Por una parte me gustaría ver a mi novia siendo besada, desnudada, etc como es lógico y ver a Beatriz sin ropa o haciendo cosas picantes ya que no le pegaba nada y además me daba mucho morbo. Ya os dije que las chicas inocentes y modositas me ponen mucho.

Al principio el tema iba un poco suave, todavía nadie se había quitado ninguna prenda, los besos eran entre risas y las pruebas bastante inocentes. La cosa se empezó a caldear cuando a Beatriz le tocó un beso de 10 segundos con mi novia. La gente ya empezaba a perder ropa y alguna chica ya había utilizado el comodín de los dos chupitos de tequila. Estábamos muy borrachos y cada vez que tocaba contar algo íntimo, la gente ya contaba cosas bastante sexuales. Por ejemplo Miguel dijo que había participado en un trio o que el matrimonio hacía sexo anal. Cosas así…. A medida que nos adentrábamos en la noche la gente ya estaba casi sin ropa sobre todo los chicos. A Luis por ejemplo sólo le quedaba de quitarse el traje de baño. Me tocó varias veces besar a Beatriz. La última vez fue un beso de 20 segundos con lengua. Beatriz besaba muy bien. Tanto su lengua como sus labios eran bastante suaves. Nos besamos muy despacio, como disfrutando cada segundo que pasaba. Al acabar el beso vi cómo me miraba furtivamente. Me ponía además mucho, cuando Noelia se besaba con otra persona. Los últimos besos fueron bastante largos y se besó con casi todos. Parecía que al final disfrutaba bastante.

Ya empezó a haber gente totalmente desnuda. Luis definitivamente, después de gastar todos los comodines, se despojó el bóxer y mostró un pene de tamaño normal que se estaba poniendo morcillón. También se quedó desnudo Raúl, el marido de julia. La verdad es que tenía el pene bastante grande.

La primera chica que dejó sus tetas al aire fue Julia. Tenía la marca del sol en el pecho, por lo que estaban bastante blancas. Tanto sus tetas como sus pezones eran bastante grandes. Se guardó de manera prudente dos comodines para evitar quitarse la braguita del bikini. Además, le tocó una prueba bastante morbosa. Tenía que salir de la piscina como si fuera Halle Berry en una película de James Bond. Daba gusto verla con las tetas mojadas. Cuando estábamos todos los chicos desnudos, sólo Julia había enseñado algo. A Noelia le faltaba un comodín para quitarse la parte de arriba del bikini y a Beatriz se le acabaron los comodines. Al fin le tocó la tercera carta de espadas y se tuvo que quitar la parte de arriba de su bikini. Lo hizo de manera lenta. Primero se desató con delicadeza el nudo de su cuello, después el enganche de la espalda y dejó caer de manera lenta el sujetador del bikini. Al principio se tapaba un poco las tetas con las manos pero ya en seguido mostró sus pechos a todos. Como no había ido mucho a la playa, tanto sus tetas como su torso estaban del mismo color. Eran unos pechos medianos, de bonita forma y con piel de porcelana blanca y pezones de tamaño normal pero con un color bastante rosáceo. Tenía unas tetas preciosas. Empecé a sentir cómo la sangre me bajaba hacia abajo y tuve que taparme un poco para que no se me notara la erección, que cada vez me costaba más a medida que a Beatriz le tocaba besar a algún chico desnudo durante bastantes segundos.

La primera chica desnuda fue Julia. Tenía depilado el pubis salvo un poco en la parte de arriba de la vagina. Le quedaba muy bien. Enseguida cruzó las piernas y casi no se le veía nada. Unos momentos después me excité muchísimo cuando mi mujer se quedó con los pechos al aire y le tocó besar a Beatriz durante 30 segundos. Anteriormente nos dimos cuenta que los besos igual duraban demasiado, asi que les pusimos de tope 30 segundos de duración pero con una modificación. Cada persona que se iba a dar un beso tenía que tocar de mientras alguna parte de la anatomía de la otra. Para ello había que coger una carta cualquiera. Si no salía figura no se tocaba nada, si salía sota o caballo el pecho y si salía rey el pene o la vagina según fuera el caso. En el caso de que salieran 4 veces en diferentes turnos cuando tocaba beso, un rey, a partir de ese momento, y en las siguientes veces que tocara otro rey, se chupaba durante 30 segundos el pene o la vagina del que te tocara. Las posibilidades eran bastante pequeñas, asi que no era muy descabellada esta norma.

Pues por gracia de estas modificaciones nuevas, dio la casualidad de que tanto a mi novia como a Beatriz les tocó besarse y tocarse las tetas mutuamente. Fue una experiencia deliciosa. El resto aplaudíamos y ellas se reían pero parecía que les daba mucho morbo. No se cortaron nada.

Llego un momento en el que casi no nos quedaban cosas íntimas que contar ya que todos se habían sincerado bastante, así que las pruebas eran cada vez más picantes. Hubo una que me tocó a mí en el que con una venda en los ojos, tenía que adivinar tocando cual era el pecho de mi novia, el cual adiviné, pero de paso le toque las tetas tanto a Beatriz como a Julia. Uno de los mejores momentos llegó cuando se rompieron las estadísticas y a julia le tocó realizarle una felación a Miguel. Vaya caras de placer que ponía el bueno de Miguel. Raúl miraba sin decir nada pero se le notaba taparse la erección con las manos.

Llegó un momento en el que estábamos todos muy desinhibidos bajo el influjo del morbo del juego y del alcohol. Noelia y Beatriz estaban ya totalmente desnudas. La vista del coño de Beatriz me ponía sobremanera. Era un coño delicado, con su ya sabida apariencia de su piel de porcelana y una rajita deliciosa. Su vello púbico no estaba depilado, pero como era tan escaso se le veía totalmente su deliciosa rajita. Que delicia. Fantaseaba con la idea de probar ese manjar tan delicado. A mi mujer ya la tenía muy vista, pero todos estaban viendo su coñito depilado ya que además le tocó que Raúl le comiera el coño. Mientas se lo comía, el pene de Raúl crecía y crecía mientras Noelia apenas podía ahogar sus jadeos. Yo estaba que no podía más. Ya directamente dejamos el juego y poníamos pruebas. Estábamos todos a mil. Por ejemplo a Julia le tocó enrollarse con su marido y Luis mientras les tocaba sus penes. A mí me tocó chupar las tetas de Noelia mientras ella se la chupaba a Miguel, a Beatriz le tocó ponerse a 4 patas y tocarse delante de todos. Se le veía que lo estaba disfrutando y todos al verlo. Al final empezaron las primeras penetraciones. El primer afortunado fue Miguel. Le tocó introducir su polla en el coño de Julia durante 10 segundos. Les costó no follar. A partir de ese momento todo era así, pero una imagen que no se me quitará nunca de la cabeza era la de Beatriz a 4 patas siendo follada por la gran polla de Raúl y chupándosela con avidez a Miguel. Como me hubiera gustado estar ahí. Tampoco se me olvidará a mi mujer follando durante 10 segundos con Luis. Ella estaba encima de Luis y todos veíamos muy bien la penetración.

Al final todos decidimos acabar la velada de una forma especial. Como había 3 chicas y 4 chicos, nos dividiríamos para dormir de la siguiente forma:

En la cama de matrimonio iban a dormir una chica y dos chicos y en las otras dos parejas de chico y chica. Lo que saliera en el sorteo era definitivo y no se podía cambiar. La suerte cayó de mi lado. A mi novia le tocó la cama de matrimonio con Raúl y Luis, a Julia le tocó con Miguel y a mí con Beatriz. No cabía en mí de júbilo. No hace falta decir que todos teníamos que dormir desnudos.

Al final Beatriz no era tan modosita. El juego debió despertarle su interior más salvaje. Follamos de todas maneras. Ella alcanzó varios orgasmos y yo pude disfrutar de su hermoso cuerpo y degustar el delicioso néctar de su vagina. Incluso una vez pude correrme en su boca y se lo tragó todo. Se le quedó algo de semen en sus mejillas pecosas. Me dejó el pene limpito.

El día siguiente cuando me levanté me vestí y vi que estaba ya todo el mundo levantado. Tenían una charla animada pero sin comentar nada de la noche anterior. Recogimos y limpiamos todo lo de la cena y cada uno se fue a su casa.

Con todas estas emociones, decidí darle a mi alter-ego Jon unos días de vacaciones. Dos días después recibí un email en la cuenta de Jon de parte de Noelia. Era bastante largo. Me describía el famoso día de la cena. ‘Que emoción’ pensé. Y empecé a leer.

Relataba más o menos lo que yo había vivido, pero comentaba sensaciones propias que no me había comentado todavía. Destaco que comentó que se sorprendió a si misma excitándose al ver por primera vez el enorme pene de Raúl y sus morreos con Beatriz. Decía que le parecía una muñequita y que daba besos muy suaves y dulces. Se alegraba por dentro cada vez que le tocaba con ella. La vez que se morrearon durante 30 minutos y se sobaron las tetas ella decía que no podía más, que le daban ganas de chuparle y darle mordisquitos en sus hermosos pezones e incluso saborear sus flujos vaginales. Pensó que igual era por el morbo de estar con una chica, ya que alguna vez se había besado con alguna chica pero no había tenido tendencias lesbianas. Dijo que todavía seguía pensando en ella mientras se masturbaba. La deseaba. Le pareció espectacular cuando la embestían a 4 patas mientras realizaba una felación. Comenta que se puso un poco celosa cuando veía a su novio liarse con Beatriz y Julia. Ella comentó que la cena fue in crescendo en cuanto a morbo y deseo sexual. Le dio pena que no se pudiera quedar a dormir con Beatriz por las reglas del juego, pero no le importó porque iba a experimentar por primera vez un trío y un pene tan grande como el de Raúl. A mi novio le tocó el premio gordo. Encima su habitación estaba al lado y escuchaba los jadeos de Beatriz que eran muchos.

Cuando entraron en la habitación, ella agarraba los penes de Luis y Raúl mientras Raúl le chupaba las tetas y Luis le tocaba su clítoris. Al de un rato se arrodilló y se puso a lamer sus penes. Estuvo casi todo el rato recreándose en el pene de Raúl. Mediría más de 20 centímetros y era bastante ancha. ‘Deberían hacer un monumento de esa polla’ ella pensó. Le pasaba la lengua por toda la longitud del pene mientras con la otra mano le tocaba los testículos. El glande casi no le entraba en la boca de lo grande que era. Se lo chupó como toda una actriz porno, con ansiedad, con vicio. De vez en cuando se la comía a Luis. Se la metíó casi en toda su largura en la boca. No sabía mal, pero todos sus pensamientos le dirigían hasta la polla de Raúl. Al de un rato le tumbaron en la cama y se turnaban para comerle el coño y las tetas. Le pusieron una venda en los ojos para que disfrutara más y no supiera quien le estaba haciendo qué. Llegó el momento en el que les imploró que la follaran. Primero empezó Luis mientras ella se la comía a Raúl. Estaba cachondísima.  Luis le puso a 4 patas y la follaba con violencia. Después llegó el momento en el que le tocaba notar el pene de Raúl dentro de ella. Le tumbo a éste encima de la cama boca arriba y se dispuso a hundirse en su enorme verga. Al principio le costaba entrar, ella tenía una vagina prieta. Pero poco a poco fue entrando. Primero el glande. Ella entraba y salía sobre su glande repetidas veces. El dolor del principio empezó a convertirse en un placer inmenso. Poco a poco se la fue metiendo más. Cree que iba ya dos orgasmos. Al rato ella entraba y salía de su polla con ritmo alto. Estaba disfrutando muchísimo. Ella siempre cuando follaba conmigo se contenía los gritos de placer, pero con Raúl le fue imposible. De vez en cuando ella se sentaba sobre su polla con toda ella dentro de su interior. Se sentía totalmente llena de polla. Era una sensación que ella no pudo describir. Era un placer indescriptible del que dice no haber sentido nunca. Perdió la virginidad otra vez. Además, mientras subía y bajaba a lo largo de la polla de Raúl le comía con hambre la polla a Luis. Incluso él se corrió en una ocasión en su boca. Luis debería estar muy cachondo al ver el espectáculo porno que tenía delante. No le importó que se corriera. Le hizo sentir como una estrella porno y no le importó. El semen abundante de Luis que no se tragó se le escapaba por las comisuras de los labios y se le iba deslizando por todo su cuerpo. Notaba el néctar de la pasión cayendo por sus morenos pechos, después por la tripa, hasta su pubis depilado. En un arranque de vicio se extendió con cara de lujuria el semen por todo el cuerpo. Se sentía la reina del mundo. Ya no era ella, era una mujer adicta a una polla. La de Raúl. Quería que esa sensación no se acabara nunca. Después de que Raúl la pusiera a 4 patas, después de haber practicado otras posturas, Raúl con rapidez sacó su polla de la vagina de Noelia y se la metió en la boca. Se iba a correr. Noelia se quería tragar todo su semen. Notar todas sus entrañas rellenas del elixir de la pasión. Por fin, Raúl entre jadeos de placer, soltó todo su semen dentro de la boca de Noelia. Era aún más abundante que el de Luis. Notaba grandes cantidades de leche dentro de su garganta, sintió como si eso fuera el fruto del placer inmenso que le proporcionó la polla de Raúl. Fue la primera vez que ingería tanta cantidad de semen. De hecho, yo solo eyaculé una vez en su boca y casi le dieron arcadas. Esta vez parece ser que le gustó el sabor. De mientras, Luis se la metía suavemente. La sentía mucho menos que la de Raúl porque su conducto vaginal había ensanchado. De todas formas también disfrutó y se comió su semen. Quedaron rendidos los tres encima de la cama y se durmieron. A las 5 de la mañana ella se despertó todavía con deseo. Se convirtió en una adicta a la polla de Raúl. Raúl estaba dormido y la tenía flácida. Se la metió en su boca y empezó a notar como crecía ésta. Raúl se despertó y le dijo que le acompañara a un sitio que le quería enseñar. Cruzaron desnudos por toda la casa y fueron desnudos bajo la luz de las estrellas cruzando el porche y yendo hasta la cala privada. Las vistas eran preciosas. Se la folló ahí hasta la saciedad. Probaron todas las posturas posibles. Esta vez quería notar el semen de Raúl dentro de su vagina. Raúl se corrió dentro ella echando sus chorros con fuerza dentro de las paredes y el fondo de su útero. Echó tanta cantidad que no le cabía dentro y estuvo chorreando un buen rato. Al final ella se metió en el agua para bañarse. Raúl ya se había ido. Se masturbó finalmente. Su excitación no se iba y tuvo que actuar al respecto. Necesitaba ir a dormir.

Este es el final de la parte cuarta. Nos vemos en el siguiente relato. Espero que os haya gustado