El alter-ego
En una época de mi vida, mi pareja y yo vivíamos en ciudades diferentes, por lo que sólo nos veíamos los fines de semana y hablábamos por teléfono semanalmente. Me daba la sensación de que no sabía nada de lo que hacía a diario y cada vez hablábamos menos.
En una época de mi vida, mi pareja y yo vivíamos en ciudades diferentes, por lo que sólo nos veíamos los fines de semana y hablábamos por teléfono semanalmente. Me daba la sensación de que no sabía nada de lo que hacía a diario y cada vez hablábamos menos.
Por eso me hice pasar por otra persona y contacté con mi esposa por internet. Fue en una web de viajes y de forma inocente por el foro de dicha página empezamos a compartir impresiones sobre viajes, recomendaciones de viajes, etc. Nos gustaba debatir y dichos debates continuaron en un chat, en el que una vez por semana aproximadamente hablábamos.
Empezamos a coger bastante confianza y cada vez hablábamos de temas más personales. Empecé a hablar de temas que no conocía de ella y de esta forma conseguí indagar en temas que a un extraño contarías pero no a tu pareja. Hablamos sobre antiguos novios, experiencias, etc.
Mi pareja es bastante decente y tradicional con respecto al tema del sexo, por lo que me ponía la idea de que mi pareja hablara de sexo con otra persona, por lo que le pregunté sobre con quien había disfrutado más de sexo, experiencias picantes que había tenido, posturas preferidas, etc .Me enteré de que lo hizo en un cine con su antigua pareja, que una vez se enrolló con una mujer para probar, de las tentaciones que tuvo para ponerme los cuernos, y más cosas de este estilo. Me di cuenta que era menos modosita de lo que pensaba.
Hablando de posturas sexuales, me dijo que solía hacer la del misionero, así que yo le recomendé que probara la posición del perrito, que es una de las que más nos gustan a los tíos. También le dije que también nos gustan mucho los coños totalmente rasurados y ella me dijo que nunca se lo había rasurado.
El siguiente fin de semana como siempre, la fui a visitar a su ciudad ya en el papel de novio. Le vi con más ganas de sexo que otras veces. Me dijo que me quería dar una sorpresa y que entrara dentro de 5 minutos en su habitación. Al pasar ese tiempo, me la encontré encima de la cama con el vello púbico totalmente rasurado y a 4 patas, dejando nada a la imaginación. Me excité muchísimo en el momento, ya que la conversación con mi alter-ego le había influido y había cumplido al pie de la letra lo que le recomendé. El sexo fue bestial, los dos acabamos exhaustos.
Al despedirnos el domingo porque me iba, me iba con alegría porque sabía que las conversaciones por chat le ponían y tenía toda esa semana para hablar con ella.
Esa semana retomamos como no las conversaciones por chat y conseguí que me contara sus fantasías sexuales. Una de ellas era la de estar completamente desnuda mientras un hombre totalmente vestido se la follaba y hacerlo en el mar. Cada vez me contaba todo sin tapujos, incluso conseguí que me reconociera que también le gustaría probar una gran polla a ver que se siente, ya que sus parejas sexuales la tenían normal. Eso me puso a mil, nunca me la hubiera imaginado que dijera esas cosas y menos a un extraño. Luego me reconoció que se rasuró el vello púbico y que practicó la postura del perrito con su novio. Dijo que estuvo bien y que le excitó mucho estar totalmente expuesta enseñando su coño rasurado a su novio. Unos días después me reconoció que se masturbó pensando en un negro follándola en la postura del perrito. Era una pasada, me contaba de todo ya. Había cogido muchísima confianza con mi alter-ego y podía conocer sus deseos más íntimos. Me enteré también que no solía chuparle el pene a su novio porque le daba un poco de vergüenza. Así que como imaginareis le puse de deberes que se la chupara como una actriz porno. Además le recomendé que se comprara un gran consolador para sus momentos de soledad entre semana.
Al reencontrarme ese fin de semana con mi novia esperé con ansia el fruto de lo que había sembrado en el chat. En la mañana del sábado me desperté sintiendo unos labios en mi pene…. Nunca me la había chupado de esa forma. Parecía que le excitara chupármela ya que le tocaba su vagina y ésta estaba súper húmeda. Me corrí en sus tetas. Ese finde follamos unas cuantas veces. Aprovechando que bajó a la calle a hacer unos recados, rebusqué entre sus cajones y en un sitio bastante oculto le encontré un consolador con forma de pene negro de grandes dimensiones. Me hice una paja memorable.
Las semanas siguientes fueron del estilo. Cada vez estaba más desinhibida, aunque me dijo que se compró un consolador pequeño y que lo usó sólo dos veces. Yo sabía que no era pequeño, jeje. Me reconoció que le excitaba que un extraño le pusiera deberes sexuales cada fin de semana y que ella obedeciera. Me contó que con su novio muy bien pero que le falta algo. Yo le dije que centímetro de pene y ella se rió. Dijo que quizás sí. Yo como mi alter-ego le dije que tenía un pene gordo de 23 centimetros y que a alguna chica le hacía daño al entrar. Ella me dijo que con una buena lubricación entra todo. Como deberes, entre algunas cosas le dije que fuera a las piscinas públicas y que en un descuido fingido le enseñara las tetas a unos chicos. Además le dije que fuera a un concierto que iba a ir con falda y sin bragas. Ahí sí que me puso reparos. Dijo que estaba loco que había gente que conocía y que iban a pensar que era una guarra. Al final me dijo que lo intentaría. Ella veía casi mis deberes como obligación.
Como una chica obediente me dijo que el martes fue a las piscinas públicas como yo le dije. Me contó que se puso un biquini para nadar. Había muchísima gente, por lo que decidió dejarlo para otra ocasión. El jueves también había mucha gente aunque estaba decidida a hacerlo, por lo que buscó un grupo de chicos en la piscina y se fue hacia allí. Se aflojó los tirantes de la parte de arriba del biquini y se dispuso a salir del agua. Notaba como se le bajaba el biquini y se veían sus tetas en todo su esplendor. Ella se hizo la despistada y estuvo expuesta durante 10 segundos delante de dos chicos jóvenes. Les miraba de refilón y notaba sus miradas en sus hermosas tetas. Ella comentó que le gustó la experiencia y que aunque le dio mucha vergüenza, notó como se humedecía su vagina y que esa noche se masturbó pensando en lo que pasó en la piscina.
En cuanto a lo del concierto, me dijo que al principio pensó que ni de broma iba a quitarse las bragas. Después de unas cuantas bebidas fue al baño a orinar y se excitó al pensar el ir sin bragas, asi que al final se decidió y se las quitó. Me dijo que notaba como fresquito por debajo pero excitante. Me comentó que en la barra empezó a hablar con un chico muy guapo. Entre la borrachera y la ausencia de bragas, estaba muy suelta, por lo que al de poco el chico empezó a entrarla. Ella decía todo el rato que tenía novio pero el chico insistía. Fueron a bailar un rato. El chico se pegaba mucho, lanzaba de vez en cuando besos al cuello, a veces la mano se le iba al culo de ella… Parece ser que el chico lo hacía como por descuido todo, pero ella empezó a excitarse un poco aunque siempre tenía presente que nunca engañaría su novio. Cada vez le besaba más en el cuello y le tocaba más el culo. Como ella no decía nada, en un momento él le agarró el culo con las dos manos y debió darse cuenta que no llevaba bragas. A ella le excitó la idea de tener tan cerca unas manos de un extraño de sus partes pudientes. Se excitó mucho más y los besos de él se acercaban cada vez más a su boca, además de que él se acercaba cada vez más al bailar y en algún momento ella sintió que su pene estaba en erección. Al final sus labios entraron en contacto. Ella se intentaba apartar, pero en un momento se encontró entrelazando lenguas con ese chico. Mientras se enrollaban él le intentaba meter mano por debajo de la falda. Le dijo que sólo podía tocarle el culo, por lo que notó sus fuertes manos estrujándole con fuerza su culo desnudo. El chico no besaba muy bien, por lo que un rato después se cansó y le dijo que se encontraba mal y que quería ir a casa. Ahí acabaron los deberes de ese día.
Después de que me contara esas experiencias, yo no podía pensar en otra cosa. Me masturbaba continuamente pensando en mi recatada y aniñada novia en esas situaciones.
Esta es la primera parte. Continuará