El almanaque
Ella haria cualquier cosa por salvar su matrimonio, amaba a su esposo y seguiria sus locuras.
Aceptaría cualquier condición que el me impusiera para no perder el matrimonio luego de una fuerte discusión con mi esposo, y a instancias de todo el mundo que me recomendaba reconciliarme a cualquier costo, dado que la culpable era yó y que lo seguía amando.
Siempre mi esposo buscaba la forma de exhibirme y en más de una oportunidad me insinuó el estar con otro hombre, cosa que me negaba rotundamente, a pesar de que reconozco me gusta que los hombres me miren y me digan cosas.
Así fue que para hacer las paces debía aceptar cumplir todas las fantasías tanto de él como las mías de acuerdo a como mi marido las programaría.
Una tarde llegó de su oficina y observo que antes de entrar desinflaba un neumático de mi automóvil, cosa que me pareció extraña, pero no pregunté nada y opté por ver que se traía entre manos, luego de cenar y yá entrada la noche me pidió que me vistiera de una forma por demás provocativa, un vestido super corto pegado al cuerpo y con un gran escote que dejaba a la vista mis senos ante el mas minimo movimiento. Me dijo que saldría en mi coche y él me seguiría en el suyo, pero que en el momento en que se acercara debía desconocerlo y seguir adelante con la obra teatral que estaba preparando.
Me dio la dirección de una gomería de esas que atienden emergencias las 24 hs. , adonde debía dirigirme para que me arreglaran la pinchadura , así lo hice, llegué a ese taller y me atendieron dos hombres de mediana edad que no dejaban de mirarme con su babosa expresión de deseo por mi cuerpo mientras reparaban el neumático.
La verdad es que hasta ese momento no entendía muy bien el juego, pero al momento de pagar el servicio, noto que no había dinero en mi cartera, trataba de explicárselo a los hombres y que me dieran un tiempo para ir a buscarlo, a lo que se negaban y me decían que no me entregarían el auto hasta saldar la deuda.
En ese momento aparca mi marido en el taller, y como quien quiere la cosa pregunta a los hombres a qué se debía la discusión con tan bella mujer, ellos le explicaron y él les dijo:
-Hombres, ¿ven los almanaques que tienen colgados de la pared?, ( de mujeres desnudas)¿ no creen que esta dama es más bella que cualquiera de esas fotografías?
Por supuesto asintieron ellos, pero es nuestro trabajo y debemos cobrar por él respondieron
Estoy de acuerdo , pero hay formas y formas de pagar,¿ que le parecería si la dama aceptara posar para ustedes como en esas fotografías ?.
No cree Usted señora que con solo aceptar esta propuesta todo se solucionaría inmediatamente y podría continuar su viaje?
Estaríamos encantados dijeron apresuradamente los hombres.
Estoy de acuerdo asentí no muy convencida, pero solo mostraré mis senos ( que de última yá los habian visto por el escote, y de esta forma todo terminaría mas rapidamente), y solo prométanme que no van a tocarme y me dejarán ir una vez cumplido el trato.
Los dos hombres cerraron el local, y con mi esposo me llevaron hacia un depósito lleno de cubiertas , tendieron una toalla sobre ellas como preparándome un escenario, destaparon una botella de escocés y comenzaron a beber preparándose para el espectáculo, presionándome a que también bebiera con ellos. ( cosa que acepté pensando que me daría más valor para hacer esta locura.)
Al compás de una música que salía de una vieja reproductora, comencé a deslizar lentamente los breteles del vestido hacia abajo, descubriendo lentamente primero los hombros y luego los blancos senos hasta la altura del pezón, sin que estos se vieran. Ellos riendo, y muy exitados por las erecciones que se notaban en sus pantalones , me pidieron que siguiera , que el trato era como las fotos del almanaque. No me quedó opción mas que continuar, y además el alcohol estaba haciendo sus efectos y me sentía mareada, casi sin equilibrio, aunque mi mente era consciente. Bajé el vestido hasta la cintura, dejando mi ombligo al aire y todo mi torso totalmente desnuda. A estas alturas sentí cierta exitación y mi vagina comenzó a humedecerse, era demasiado morboso para mí estar de esta forma ante tres hombres yá muy calientes , y a total merced a que pudieran hacerme lo que quisieran, puesto que nadie me sentiría allí por mas que gritase pidiendo auxilio.
Por el mareo trastabillé y caí sentada ante unas gomas, mi marido se acercó como para auxiliarme pero de un tirón me extrajo totalmente el vestido, dejándome solo con una diminuta tanga. Ante esto, los dos hombres se bajaron el pantalón y comenzaron a masturbarse frente a mí, pidiéndome que me saque la tanga y que no me harían nada si cumplía sus deseos. Debo reconocer que ver esos miembros erectos aumentaban mi deseo, y accedí a quedarme totalmente desnuda, mostrando como de mi vagina fluía ese liquido viscoso y brillante que se deslizaba por mis nalgas producto de mi calentura.
Mi marido comenzó a besarme e incitó a los otros a que se acercaran y me acariciaran, así lo hicieron, sentía seis manos deslizándose por todo mi cuerpo, labios que lamían por todos lados, mis pezones estaban por explotar uno dentro de cada boca de esos hombres. No pude resistirlo, entre gemidos un largo orgasmo se apoderó de mí, y solo pude gritar ¡ Basstaaaaaa por favor! .
Los dos hombres hicieron un ademán de querer penetrarme, pero mi marido los detuvo, les dijo que cumpliéramos la palabra y que con lo que hice estaba por demás pago el servicio, ellos se detuvieron, pero nó antes de eyacular sobre mi cuerpo y dejarme toda regada de semen.
Mi marido les dijo que me llevaria a mi casa y que mañana pasaria a buscar el auto, me subí tal como estaba desnuda al automóvil y así fuimos a nuestra casa con el objetivo cumplido
Esto fue mi inicio, cambié totalmente de pensar, yá no haría falta que mi esposo me obligue a estos juegos, estaba dispuesta a todos los que se le ocurriera, nunca gocé tanto como esta oportunidad.