El agronomo

Llega a la quinta de mi padre un agronomo a hacer unos trabajos....

EL AGRONOMO

La primavera estaba apuntando cuando Paco llegó a la quinta.

Era un hombre bien puesto. Formal de buen trato, simpático, aunque a veces caía en pozos de tristeza o tal vez nostalgia.

Mi padre estaba experimentando unas nuevas semillas o algo así, entonces tuvo la idea de contratar a un experto agrónomo. Allí es donde apareció Paco.

Apenas llegó a la quinta que no era muy grande, pero que funcionaba muy bien, empezó a trabajar incansable. Andaba todo el día con una pala al hombro, bermudas de tela largas y un sombrero para apaciguar el sol que se hacía sentir, sobre todo a algunas horas.

Hicimos buenas migas desde el principio. Teníamos un trato especial, al menos yo notaba eso, me sentía bien con el. Me enseño a trabajar con las semillas, tal es así que me convertí rápidamente en su ayudante mas calificado.

Decía a veces, que le recordaba a su hijo y , mas de una vez lo sorprendí mirándome con un dejo de cierta nostalgia, y ternura.

Los días pasaban a ritmo enloquecido. Trabajábamos casi sin descanso, mi padre quería resultados, entonces Paco extremaba todos sus experimentos.

__¡Tu padre es ansioso!__ comentaba.

__¡Si, casi insoportable!!

__¡Bueno, es el patrón, hay que hacerle caso!

__¡Si tu lo dices!!__ dije riendo. Mientras seguíamos con la tarea que llevábamos a cabo. Separando y clasificando semillas.

__¿Te gusta este trabajo Paco?

__¡Sí claro!

__¡No extrañas a tu familia?__ pregunté

__¡Y si claro que si!

__¡Están mucho tiempo separados !__dije y vi el velado en su rostro. Como una sombra apareció en sus ojos, entonces decidí callarme la boca y seguir haciendo lo que estaba haciendo.

Fue hasta esa tarde misma, casi el atardecer de un día muy agitado que mi padre nos llamó a Paco y a mi y nos explico que debía marchar un par de días hasta la ciudad, unos 200 kilómetros al sur, a buscar unas herramientas y cosas para la granja que había solicitado y que aprovecharía para ir con mi madre y mis dos hermanos mas chicos.

Nos  quedaríamos a cargo de la granja Paco y yo.

__¡Mira Paco que no quiero que pienses que me excedo, si quieres puedes decirme que no y ya, lo entenderé!!__  explicó mi padre a Paco que sonreía

__¡Está  bien, cuidaremos todo lo mejor posible!!

__¡Sí papá no te preocupes!!

__¡Bueno, entonces en una hora marchamos!!__ sonriendo mi padre recogió las maletas. Preparo el auto y casi al anochecer de un día espléndido partieron.

Cenamos algo liviano con Paco y luego junté los trastos y lavé los platos y vasos. Pocas cosas al ser dos.

La noche se veía hermosa. Toda estrellada. Salimos al parque. Una luna redonda y blanca nos miraba.

Nos sentamos a la luz de la luna con un par de cervezas. Bebíamos tranquilamente. Paco además fumaba un cigarrito largo y negro.

__¡Es tan tranquilo aquí!!__ comentó

__¿Te gusta?__ pregunté

__¡Sí, si!!__ contestó y luego bebió un buen trago de cerveza.

__¡Me recuerdas a mi hijo!!__ de pronto dijo Paco

__¡Oh si!!__ balbucee

__¡Lo extraño tanto!!__ dijo de una manera muy extraña.

__¿Físicamente?

__¡Si, en todo, en como andas, en tu forma de hablar, como te mueves!!!...¡Bah no me hagas caso!!__ termino diciendo algo emocionado

__¡Esta bien Paco, no me molesta!!

__¡Traeré otras cervezas!¿Esta bien?

__¡Sí si!! __ dije ya medio mareado. No estaba acostumbrado a beber tanto, pero bueno nadie me diría nada. Además estaba a metros de la habitación.

Regreso el hombre con las cervezas. Lo vi bambolearse un poco. Ya venía bebiendo la suya. Me alcanzó la mía.

__¡Cuidado ya esta abierta!!__ me aviso y yo rápido le di un gran sorbo.

__¡Esta riquísima, bien  helada!

__¡Sí, está muy bien!!¿Quieres un cigarro?

__¡No, no está bien!!

__¿Nuca has fumado?

__¡No!

__¡Uh, bueno!¡A tu edad yo ya me había fumado unos cuantos, y otras cosas mas!!__ dijo riendo.

__¿Marihuana?__ pregunté inocente

__¡Claro!

__¡Guauuu!!__ exclame

__¡Tampoco es para vanagloriarse!!

Al rato nos decidimos por  irnos a dormir. El día había sido largo y la verdad es que estábamos muy cansados, al menos yo.

Paco se dirigió a su habitación y yo a la mía. El silencio más profundo se apoderó de toda la quinta. Solo algunos grillos se escuchaban. Los perros dormían tranquilos y yo decidí leer un poco antes de apagar la luz.

Al rato sentí un ruido por el pasillo. Creía que Paco andaba por el baño. Escuché un golpe leve en la puerta de mi cuarto.

__¿Sí?__ dije cuestionando quien era, no podía ser otro que el hombre.

__¿Molesto?__ preguntó el metiendo su cabeza sonriente dentro de la habitación

__¡No, por favor, pasa, pasa Paco!!__ dije intuyendo lo que deseaba aquel macho. Había olfateado seguramente mis ganas de ser poseído, tal vez el brillo de mis ojos me había delatado. Se acercó sonriendo, en sus bóxer. Mostrando sus brazos y su pecho fuerte y aún deseable. Casi sin panza.

__¡No deseaba molestarte!__ dijo justificándose

__¡No me molesta!__ se acercó y se sentó al lado mío, yo quite las sábanas , dejando ver mi cuerpo desnudo y frágil.

__¡Eres hermoso!¡Sí como te imagine!!__ lentamente tomo mi barbilla y paso su lengua por mis labios, yo no me moví, me quedé trémulo, ardiente, excitado, sintiendo como se levantaba mi pija. El ya perforaba mi boca, me invadía con su gordo molusco, besándome, muy caliente, su respiración se agitaba cada vez mas. Mis pezones se endurecieron de inmediato. Su lengua se chocó con la mía y sus manos acariciaron mi pene encabritado, mis bolas llenas de leche. Por mi parte, luego de un primer instante quieto, mis manos se llegaron pronto a su poronga creciente. La refregué sobre la tela, su cabeza asomó desquiciada. Corrí la tela, mientras la saliva nos chorreaba por la comisura de los labios, goteaba por nuestros pechos.

__¡Oh que bebe delicado eres!!__ me decía gimiendo en mi oído y eso me ponía a mil. Con sus manos fue recorriendo mi cuerpo. Hasta llegar a mis nalgas redondas y fuertes. Fibrosas. Las estrujó unos momentos sin dejar de besarme y chuparme las orejas en ningún momento. Todo aquello alternado con los dedos rozando mis erectos pezones y haciéndome retorcer de calentura y locura.

__¡Quiero perforar tu ojete!!

__¡Hazlo, estoy esperando, ahh, papi, si hazlo!!__ hundió al instante un dedo en mi húmedo agujero. Lo movió. Lo giró haciendo que todo mi ser estallará de felicidad y plenitud. Mordí su boca dejándola roja. Eso hizo que el macho aquel se encabritará aún más y hundió otro dedo. Iba y venía dentro de mi, haciendo que yo estallará de placer. Gimiendo y resoplando. Por fin se quitó la única prenda que llevaba puesta y su machete afloró totalmente, grande, duro, un mástil soberbio, grueso. Lleno de energía y vitalidad.

__¡Ohh acarícialo belleza, es todo tuyo, lo tengo para ti, anda, cómelo!!!__ casi me suplico. Haciendo una acrobacia llegué a su poronga firme, lamí. Pasé mi lengua retardando el mordisco. Demorando mientras el macho se perdía, se restregaba. Mis dedos tocaban jugando con sus bolas hinchadas, gordas y llenas del néctar que me daría en momentos mas o menos.

__¡Ohhh ahhh, siii, dame tu lengua, trágalo, así, así bebe, que belleza, me encantas!!!

__¿Te gusta papi?__ preguntaba quitando de mi boca el fierro que deglutía ferozmente. Lo volví a tragar sintiendo los músculos del macho que se tensaban como una cuerda a punto de estallar y cortarse.

__¡Ahhh, sigue, sigue ahhh, me encanta como tragas, eres un mamon exquisito!!!__ seguí chupando su garrote cada vez más duro. Nos acomodamos de tal manera, que en un momento mi ojete quedó a merced de su boca y su lengua no demoro un segundo en perderse en mi ojete abierto y dilatado, mojado, esperando que algo  largo y grueso ya entrara en el. Me moría de deseo, pero debería esperar unos momentos. Al paso su lengua se prendió a rozar mis bolas inflamadas, yo ya no daba más. Un hormigueo creciente se apoderaba de mi.

Las salivas inundaban nuestros genitales. Rebosaban. Grandes charcos se acumulaban en las sábanas retorcidas.  La calentura iba creciendo, aumentaba, las bocas succionaban con descaro y placer. Nada importaba en aquel instante , solo el macho que me daba tanto placer.

Corriéndose del lugar Paco me tomo de las caderas, mordió un poco más mis nalgas urgentes y poderosas. Chupo otro poco más mi agujero a punto de explotar. Dilatado ya, esperando, al fin  el garrote fue comiendo mi ojete.

Tragué todo al semental que me cogía suave, sin desesperación, pero con calentura infinita. Agarrado de mis hombros me bombeaba, haciendo que mis gemidos se sintieran cada vez mas fuerte.

__¡Oh que culito precioso tienes mi ángel!!

__¡Ahh papi coge mi culito es todo tuyo, ahhh estoy tan caliente!!!__ el macho sigue serruchando y mi pija escupe esparciendo los chorros de semen contenidos hacia ya un buen rato. Un largo gruñido sale de mi garganta. Me aferró a las sábanas manchadas y el hombre se aferra a mis caderas hundiendo un poco mas su daga en mi interior. Soplidos, quejidos, sollozos se mezclan en el ambiente cálido y erótico, que todo lo envuelve.

Paco besa y chupa mi cuello. Lo lame sin dejar de bombear. Aprieta mis pezones erectos. Con la yema de los dedos los fricciona. Los masajea, los últimos chorros de jugo quedan colgando de la punta de mi pija que aún se bambolea sin dormir. Aún sigue dura, y el hilo como de baba se estira.

__¡Humm belleza, belleza, me vas a hacer acabar!!!

__¡Ohh cuando quieras, lléname, lléname con tus jugos!!!__ el macho siguió empujando sobre mi, mis caderas parecían abrirse un poco más, mi caliente culito se sentía colmado, la barra de carne hundida se hinchaba un poco cada vez. Los gritos de Paco retumbaban cada vez más.

Explotó regando tremendamente mi culo. Me sentí rebalsado. Me había llenado con su leche espesa, a borbotones salía de mi cuerpo como catarata. El resoplaba en mi espalda y me mordía la nuca, chupando mi cuello. Aún con los sentidos inflamados, calientes, salvajes.

__¡Ahhh me has vaciado muchacho perverso!!!__ cayó sobre mi espalda, pegado a mí, agitado.

__¿Lo has pasado bien?

__¿Cómo?¡Me has hecho gozar como hacía rato que no gozaba!!¡Tu culito es precioso!!¡Necesitaba tener uno así!!

__¡Me encanta que te haya gustado!__ dije yo, sintiendo como el sacaba su garrote de mi interior y saltaban gotas de leche que corrían por mis nalgas.

Agitados caímos uno al lado del otro. Paco me beso furiosamente, como agradecido, por el polvo que le había regalado. Colocó sus brazos fuertes debajo de su nuca mirando el techo, hacia un poco de calor. El estaba inquieto, lo noté. Al momento se levantó de la cama.

__¡Voy a fumar afuera!!__ se puso de pie y salió desnudo como estaba. Al rato salí yo cubierto con un cubrecama, también desnudo, moviendo mi culo como una puta en celo. Estaba apoyado en una pequeña baranda que había en un porche de la casa, en realidad de una larga galería.

__¡Este es un lugar tan bello, que podría quedarme por siempre!__ dijo echando humo

__¿Y tu familia?__ pregunté mientras lo abrazaba por detrás, notando sus pezones muy duros.

__¡Eso es lo que impide ser libre de una vez!

__¡Entiendo!__ lo apreté con mi pecho y mi verga ya erecta rozaba sus nalgas duras. Masajee su pecho, en tanto el seguía fumando su cigarro. Con mis manos juguetonas llegué a su poronga que ya intentaba levantarse. La acaricié. Mágicamente se fue alzando y poniéndose tan dura como hacía un rato. Besé su cuello ancho.

__¡Que insaciable eres chico hermoso!!__ comentó el tirando el cigarro.

__¡Es que tú me gustas mucho y me pongo muy caliente!!__ una vez que dije así el se giró y pegando su boca a la mía nos fundimos en un largo y húmedo beso. Chupamos nuestras lenguas inquietas, fogosas. Con una de mis manos masajeaba su poronga como fierro. Los gemidos estallaban en el aire libre. La luna nos observaba como único testigo. El silencio era brutal y nuestros quejidos aturdían aquel lugar.

Me coloqué de rodillas y tragué su mástil erecto, salado, potente. El me aferró de los cabellos y acariciaba mi cabeza.

__¡Así lindo bebe, chupa la golosina, ahhh eres un glotón!!!__ Paco gruñía y yo tragaba aquella morcilla, me prendía a sus nalgas, las arañaba, hundía mis uñas en su carne. Jugaba con sus pelotas, mi lengua las rozaba, las mojaba, las acariciaba, hermosas bolas, rasuradas, sin un vello. Lampiño. Mamaba su tronco, con mis dedos, de vez cuando, acariciaba y tocaba mi trasero recaliente, me penetraba sin piedad, en el abierto agujero. Mi propia pija ya dejaba en aquella galería su rastro inequívoco y apuraba la chupada, en tanto Paco se apoyaba para no caer en la baranda.

__¡Ohh, ahh, sigue, sigue te daré la leche, quieres, ahhh, así mi bebe, así ya viene es toda para ti, tomaras la leche de tu macho, sí, sí, ahí va, es toda para tu boquita de gata tragona, ahhh, ahhh!!!__ convulsionado el macho empezó a largar su semen en mi boca. Tragué y tragué lo mas que pude resistir. Sus piernas temblaron, yo prendido a su herramienta la limpié y la deje brillante. Luego me puse de pie. El macho me abrazó y probo mi boca. Estuvimos besándonos largos momentos.

En un momento dado,  el fresco nos ganó la batalla y decidimos ir adentro y tratar de dormir un poco.

Al fin nos dormimos abrazados.

El sol del día siguiente era mucho mas abrazador. Parecía un típico día de verano, aunque estábamos en la flor de la primavera. Trabajamos gran parte de la mañana, en las tareas habituales que debíamos hacer.

Después de un rápido almuerzo, decidimos ir a la laguna cercana. Cargamos algunas cosas en la vieja camioneta de papá y partimos.

La soledad del lugar era especial. El sol estaba en su punto máximo.

__¡Por fin puedo quitarme esta ropa!!__ dijo Paco y se quedó en pelotas al instante. Salió corriendo al agua y se zambullo sin preámbulos. Lo seguí y estuvimos chapoteando un rato, con nuestras vergas alzadas al máximo. Muy excitados y alzados. Jugueteando. A pleno sol, me partió la boca de un largo beso, profundo, con su lengua perforando mi campanilla. Bajando luego hasta mis pezones y chupando, mordiendo, lamiendo, pasando su lenguona y haciendo que mi pija estuviera a punto de estallar, todo entre risas y manotazos.

Paco ya había hundido un par de dedos en mi ojete dilatado y rebosante de calentura. Todo esto sucedía en medio de la laguna, con el agua a la cintura. Su brioso mástil arreciaba ya con la punta asomando fuera del agua y mis dedos que lo tocaban y lo acariciaban, haciendo  la delicia del macho juguetón y ardido.

__¡Vamos ya fuera del agua que estas necesitando que te meta este pedazo en tu cola!!!

__¡Oh si papi, vas a cogerme bien cogido!!__ dije sonriendo y caliente

__¡No tengas duda bebe, eres un amorcito, listo para papi!!!__ nos tiramos en algunas toallas grandes que habíamos llevado. Yo de espaldas, abrí las piernas, y el sin perder tiempo metió su lengua en el anillo, abriéndome y escarbando un poco más. Mis gemidos retumbaron en medio de la nada. Sollozaba de tanto placer que aquel hombre me daba con su lenguona metida allí adentro mío.

Luego súbitamente subió un poco y se tragó sin perder tiempo, goloso, mis bolas, primero una, luego la otra y luego se comió mi verga a punto de estallar, la mamo, de forma salvaje, casi un caníbal, llevándome al paroxismo total y tomando toda mi abundante descarga, no largo mi pija hasta vaciarme por completo, yo sentí que volaba por las nubes.

Sin darle muchas vueltas llevó mis piernas hasta sus hombros y lentamente me perforó por completo con su poronga. Pegando hondamente con sus bolas llenas mis nalgas. Me bombeaba suave, mordiendo mis labios, deteniéndose, para luego volver a horadar, a empujar.

__¡Ahhh así papi, cógeme así, ohh me gusta tanto sentirte!!

__¿Te gusta mi pija?

__¡Sí papi dámela, métela bien adentro, ahhh, si, si!!!__ sollozaba de placer

__¡Ahh me encantas que lloriquees de gusto, eres tan putita!!!

__¡Soy tu putita papi, sigue, dame tu carne!!!__ aceleraba las embestidas y se frenaba con su vara inflamada dentro. Serruchaba otra vez, se detenía, y me daba unos interminables besos en la boca, chupaba mi lengua, y yo sentía latir su barra de carne en mi cola abierta. Yo abrazaba su ancha espalda. Apretaba.

El macho gemía. Me taladraba, bombeaba, le daba ritmo. Los gruñidos crecían. El sol nos calentaba apenas, estábamos debajo de un frondoso árbol. Aquel hombre me cogía inflamado de placer y locura. Acabó dentro de mí. Llenándome el culito. Convulsionando. dando temblores de muerte. Yo por ,mi lado también temblaba y sentía que aquel sería el mejor polvo de mi vida, pero al rato, cuando tomamos aire, nuevamente se metía dentro de mi ojete y me daba otro polvo mejor que el anterior.

Así pasamos aquella tarde. Paco me cogió tantas veces como pudo. Le entregué mi culito cuando quiso y por varios meses me convertí en su putita.

Cada vez que podíamos nos escabullíamos y me metía su poronga por el culo, en la boca, en mis manos. Gozábamos de todas las maneras posibles y en cualquier lado. Mis padres jamás sospecharon nada. Nunca nadie nos descubrió.

Pero todo llega a su fin y cuando su trabajo terminó Paco tuvo que marcharse a su ciudad, con su familia. Eso siempre estuvo claro, su familia era lo mas importante.

Al año siguiente busque una carrera que se pudiera estudiar en la ciudad donde el vivía y allí marché.

Acabo de tener su tremendo garrote en mi ojete y me hice un tiempo para contarles esta historia.-