El africano estrenó mi culo: masaje con Vicen
Pedazo de orgasmo el que me proporcionó el masajista. Me mojé enterita
Después de la noche con Sara necesitaba darle un respiro a mi pobre cuerpo. En apenas 24 horas había tenido más sexo del que nunca me hubiera imaginado que pudiera soportar: había practicado felaciones, me habían sodomizado, había tenido sexo lésbico y me habían follado hasta la extenuación.
Cuando desperté, no sabía dónde estaba. Finalmente recordé haberme quedado dormida en la cama de nuestra pareja de anfitriones. Observé mi cuerpo desnudo y me dió un poco de asco: tenía restos de esperma por todo el cuerpo y sobre todo en la cara y el pelo. Yo recordaba haber tenido un par de orgasmos en los que llegué a orinarme, pero no recordaba que mi cara hubiera sido el sitio donde eyaculara Mamadou.
Me levanté de la cama y fui al lavabo. Allí había una nota de Sara donde me daba las gracias por la noche tan maravillosa que habiamos pasado juntas y nos invitaba a Jose y a mí a quedarnos esos días de vacaciones hospedados en su propia casa.
Después de ducharme y asearme, me vestí con un short y un top de algodón gris que Sara me había dejado preparados. Nada de ropa interior. La madurita de las trenzas quería tener disponibles mis pechos sin más ataduras y respecto a mi sexo, tampoco creo que hubiera soportado ninguna tanga.
Cuando bajé al piso de abajo, Mamadou pasaba por allí con sus herramientas de trabajo: no seáis mal pensados, no iba con la polla al aire. Se giró hacia mí y me dijo:
-Buenas tardes, señora Vicky. Espero que estés bien. El señor Jose está en la piscina con el señor Rafa
-Gracias Mamadou. Estoy bien, un poco cansada, sonreí, pero bien. ¿Tú estás bien?
-Sí señora, estoy bien. Con ganas de volver a estar contigo, pero bien.
-Todo llegará Mamadou. Ahora dime como se llega a la piscina
Por la cara de pícaro que puso el africano, estaba claro que tenía en mente volver a follarme antes de que acabaran nuestras vacaciones y, a decir verdad, yo también quería que aquella polla monumental volviera a taladrarme y matarme a orgasmos.
Siguiendo las indicaciones del negrito, llegué a la piscina, donde estaban Jose, Rafa y un amigo de éste. Un chico monísimo, escultural, más bajito que Jose y que Rafa, pero con un cuerpazo. Otra vez se estaba despertando la Vicky ninfómana y volvían a gustarme todos los tíos.
-Vicky, preciosa, dijo Rafa que fue el primero en verme. Jose está aquí. Ven que te presentaré un amigo.
Saludé primero de todo a Jose, dándonos un buen pico y apartando su mano de mis tetas.
-Este es Vicen. Es monitor de fitness y masajista. ¿Qué te parece?
-Encantada Vicen, dije yo. Se nota tu trabajo. Tienes un cuerpazo. Menudo machote. ¡Como todo lo tengas igual de bien hecho! Continué yo con picardía.
Vicen se acercó hasta mí y cuando iba a besar su mejilla, él me agarró la cara dulcemente y posó sus labios húmedos sobre los míos, forzando con su lengua la entrada de ésta en mi boca, donde no paró hasta encontrar la mía. Después de unos segundos que se me hicieron eternos por la sorpresa se separó.
-Hola Vicky. No sabes las ganas que tenía de besarte. Tú también estás muy buena. Desde luego, tu novio y esta pareja de degenerados han tenido un gusto exquisito.
-Bueno, bueno. Dijo Jose. Ya habrá tiempo de conoceros íntimamente. Yo estaba alucinada con las familiaridades con que se trataban aquellos tres.
-Vicky, Vicen está aquí hoy en calidad de currante. Con la caña que te dieron ayer, necesitarás que alguien se encargue de poner en forma lo antes posible a ese cuerpazo. Y ese es Vicen. Te va a dejar como nueva.
-No sé si será posible Rafa. Estoy destrozada. En este cuerpo no cabe más sexo.
-Tú no conoces a Vicen. Sabe tratar como nadie a las mujeres, dijo riendo. En serio, te va a dejar como nueva. Además, recuerda que tú y yo no hemos tenido sexo aún. Y me lo debes.
-Tú has oído eso Jose, dije yo. Este pedazo de macho me morrea delante de ti y este tiarrón me hace proposiciones deshonestas y no dices ni mú.
-Anda Vicky, respondió José. Si estás deseando follar con Rafa. No te hagas ahora la estrecha. Y sobre Vicen, no has mojado ya las bragas porque no llevas, pero seguro que tienes el coño babosito ya de pensar en él.
Era increíble. Mi novio poniendome de guarra y media delante de aquellos tíos que estaban deseando tener sexo conmigo.
-¿Quieres que vayamos ya a la sala de masaje, Vicky? Me preguntó Vicen
Era evidente que tanto mi novio como Rafa deseaban verme nuevamente en plena faena. Ahora bien, ¿Que sacaba Jose de todo aquello? ¿Había follado con Sara? ¿Quería follarsela? ¿Quería follar con Rafa, con Vicen o quería que Mamadou volviera a petarle el culo? La cuestión es que me estaba ofreciendo a todos los tíos como si fuera una puta cualquiera y aunque yo no quisiera reconocerlo aquello me estaba encantando. Nada como sentirse deseada por una serie de tíos a cual más macho, incluido mi propio novio. A decir verdad, Jose tenía razón: mi coño estaba muy sensible y ya empezaba a mojarse pensando en aquellos sementales. Me llevé un dedo a la boca y con la otra mano me acaricié sutilmente un pecho
-Está bien machote, ponme en forma.
No hizo falta decirlo dos veces. Vicen se levantó de la hamaca donde tomaba el sol, recogió una toalla y se dirigió hacia mí con una sonrisa en los labios. ¡Que bueno está el cabrón! Pensé. Ese cuerpazo de gimnasio, sin ser escandalosamente escultural, moreno, con solo su bañador tipo slip blanco marcando un buen paquetón, y con el torso sudado como a mí me gusta.
Cuando llegó hasta mí, me agarró de la cintura con su brazo, acercándome a su cuerpo y empezamos a caminar hacia la casa. Cuando le dimos la espalda a Jose y a Rafa, el muy cabrón bajó su mano de mi cadera hasta mi culo, apretándome el glúteo y dándome una sonora cachetada para que lo escucharan bien sus colegas, a parte de marcarme ante ellos para que supieran quien era el macho que iba a disfrutar de la puta que compartían.
Llegamos a una habitación pequeña. Un pequeño lavabo, un biombo que separaba dos espacios y ya está.
Túmbate en la camilla guapa, me indicó Vicen.
¿Boca arriba o boca abajo? ¿Que prefieres ver, mi culo o mis tetas?
Ya me enseñarás el culo, las tetas y el chochito si hace falta, niña, pero ahora ponte boca arriba y cuéntame cómo estás
Pues estoy en la gloria guapo. Tengo cuatro sementales que están deseando montarme. Uno ya lo hace habitualmente, dos me muero por catarlos y el tercero me montó de forma descomunal, una bestia de macho.
-¿Te lo hizo bien?
Me destrozó el muy cabrón.
¿Te dio por el culo?
Me empaló. Me rompió el caca. Estrenó mi culo, no me habían sodomizado nunca
-Lo gozaste por lo que veo, ¿verdad guarrilla? Lo veo en tu cara.
-Fue increíble, creo que me desmayé de dolor, o de gusto, no le sé muy bien. Creo que hasta me meé encima.
-Lo creo, he visto el cipote de Mamadou y te revienta seguro
-Lo gocé, pero prefiero que me reviente el coño. Me mojo sólo de pensarlo.
-Puedes tocarte el chichi si quieres, a mí no me importa.
No lo dudé. Metí mí mano bajo el elástico del short y busque con ansias los labios de mi coñito y mi clítoris y empecé a masturbarme haciéndome un dedo.
-Tú tampoco estás nada mal. Me gustaría verte la polla
-Jajaja, rio Vicen. Déjame que te quite el pantaloncito
Y diciendo eso, tiró del pantalón hacia abajo. Me lo saco y se lo llevó a la nariz.
-Me encanta el olor de una buena hembra cachonda.
-¿Te gusta como me masturbo? ¿Te gusta ver a una tía haciéndose una paja? ¿Te pone cachondo?
-Me gusta verte a ti, me pone cachondisimo la paja que te estás haciendo. Déjame que te quite el top y pueda apreciar esas tetas grandes tan hermosas, lo que hizo al momento sin que yo opusiera la más mínima resistencia.
-Te gustan mis tetas, le pregunté al tiempo que pellizcaba uno de mis pezones sin dejar de acariciar mi vulva, cada vez de forma más frenética.
-Me muero por comerte esas tetorras. Te lo
juro.
-Hazlo ya. Estoy a punto de correrme.
-Eso no estaría bien. Una hembra como tú necesita una buena follada.
-Me estoy imaginando que tú me estás follando. Estoy ensartada en tu polla. Joder que buen nabo que tienes.
-Aun no lo has visto.
-Fóllame
-No puede ser, nena
-Tienes la tranca durísima y una mancha en el bañador. Hazte una paja
Vicen se sacó todo el pollón de el bañador. No tenía un pene tan grande como Mamadou pero era preciosa. Lo que hubiera dado por descapullarla, llevármela a la boca y hacerle la mejor mamada que nunca le hubieran hecho. Se descapulló él mismo y empezó a menearsela. Estaba muy cachondo, se veía
-¿Te gusta ver cómo me la meneo?
-Tienes un pollón tío. La deseo en mi coño y también en mi culo
-Ya me gustaría darte caña so puta, pero es la noche de Rafa y no quiere que nadie te abra el chocho.
-Cómeme el coño entonces.
-Eres muy zorra. Te las sabes todas. Abre bien esas piernas y no le digas a nadie lo que te voy a hacer.
Vicen de levantó sin dejar de menearse la picha y sin dejar de hacerlo se amorró a mis bajos, metiéndome la lengua en el chumino, mordiéndome el clítoris y chupando todosis jugos.
-Aghhhh, me corro Vicen, que lengua tiene este chaval, no puedo más, me viene ya, siiiii que zorra soy
Me acababa de correr en la boca de Vicen y algo que nunca me había pasado antes, volví a soltar un chorrito de orina.
El chico se levantó, vino hacia mí y buscó mi boca, metió su lengua hasta mi campanilla y dejó los restos de mi corrida junto a su saliva en mi boca.
-Ahora te toca a ti. Abre bien la boca.
Mi sueño cumplido. Agarré aquel pedazo de carne caliente y me lo metí enterito en la boca.
El tío empezó a follarme la boca a toda velocidad. Con una mano sujetaba mi cabeza y con la otra magreaba mis tetas, pellizcando mis pezones. ¡Que guarra me sentía en aquel momento! Hubiera dejado que me dieran por el culo, por el coño y por la boca a la vez. ¡No es mala idea! Pensé. Mamadou por el coño, Vicen por el culo y Rafa por la boca. Me desperté del sueño con los gemidos del chaval
- Agggh me corro Vicky, Toma mi leche. Uahh, que bien me has ordeñado so puta. Me has dejado las pelotas vacías.
Me tragué todo el esperma que Vicen derramó con su eyaculación en mi boca. Luego cogí la toalla y me limpié la boca y el coño.
-Vamos Vicky, ahora toca el masaje.
-Está vez sin final feliz. Dije yo
-No te irás de estas vacaciones sin que te folle a placer. Te lo aseguro.
Y así acabó la tarde. Después de un buen masaje y pensando en qué me tenía preparado Rafa para la noche.