El affaire

A veces me pregunto, porque no preste atención antes, un día normal y de repente nuestras miradas se cruzan, y pienso… no la había visto antes por acá.

A veces me pregunto, porque no preste atención antes, un día normal y de repente nuestras miradas se cruzan, y pienso… no la había visto antes por acá.

Hace aproximadamente un mes atrás me topé con esta chica de mi trabajo, no la había visto antes, llamó medianamente mi atención. Una vez la vi entrando mientras yo salía y al verla con ropa informal me dije para mis adentros que esta chica era de las mías.

Llegando un día al trabajo, me tocó entrar mas tarde que lo habitual, y ahí la vi otra vez, sentí su mirada en mí y le correspondí la mirada, pensando que miraría para otro lado, me sorprendió que siguiera mirando, hasta que volví en sí y me puse a hacer lo que tenía que hacer.

Me quedé pensando en ella, su mirada era bien intensa, provocaba algo en mí y no podía dejar de pensar en eso.

Los días siguientes fueron mas o menos similares, nos mirábamos, nos saludábamos y nada más, existía cierta tensión en el ambiente, pero no sabía de qué se trataba, hasta el momento.

Me junté con un amigo, nos fuimos a tomar algo y nos pusimos a conversar de la vida, le conté sobre esta chica, me preguntó como era y nos metimos en las redes sociales y la buscamos por su nombre, así veía que tal era. Acto seguido, uso mi Instagram para agregarla, asique quedó la solicitud pendiente de aceptar.

En la madrugada suena el aviso en mi teléfono, mi solicitud había sido aceptada, su perfil no estaba actualizado, pero subía historias todos los días, asiqué igual las miraba para conocerla un poco más, pero en la realidad, en el trabajo, no la volví a ver como por dos semanas, hasta que un día volvimos a cruzarnos, pero esta vez sin el hola protocolar que solíamos usar, solo nos veíamos y nada más. Pero no podía dejar de pensar en ella y quería avanzar, pero no sabía cómo, por lo que un día tomé coraje (a medias) e invité a todos en el trabajo a tomar chocolate caliente que recién había preparado, y en ese momento casi hablé con ella, fue re torpe todo, pero tenía que hacer algo para que supiera que me interesaba. Mas tarde ese día vi que me estaba siguiendo en Instagram, por lo que unos días después le hablé por el chat, y para mi sorpresa me contestó enseguida.

Cada día que pasaba, nos íbamos conociendo un poco más, la verdad que en el trabajo solo nos decíamos hola, pero la realidad es que por mensajes hablábamos todos los días. Hablando y hablando me desafió a acercarme a hablarle a ver si me animaba a hablar con ella en persona. Asique decidí hacerlo esa noche ya que teníamos una fiesta por la empresa y allí estaría.

Entre mis compañeros nos pusimos a tomar y charlar ni bien entramos, empezó a sonar la música un rato después y nos pusimos a bailar entre nosotros. Ya tenía varios tragos encima para cuando llegó ella, pero me acerqué igual a saludarla y le dije – ¿viste que si me animaba? – a lo que me respondió - ¡estás ebria! – y la verdad que si un poco, pero bueno con el correr del tiempo durante la fiesta me acerque nuevamente a ella para conversar, pero la verdad que mucho no recuerdo lo que hablamos, ya estaba en un punto de poco registro.

Al día siguiente los que entrabamos en el turno de la mañana, debíamos llegar a las 8 y como nunca, la mayoría llego antes de la hora, pero que parecíamos “ the walking dead ” lo parecíamos.

En eso, me llega un mensaje al celular de ella y dice: ¿viste lo que me escribió tu mujer?...

Honestamente pensé que lo que había pasado anoche iba a hacer que deje de hablarme, pero resultó todo lo contrario. Empezó a preguntarme que fue lo que había pasado y porque escribía eso. En resumidas palabras, la noche de la fiesta no había llegado a la hora que dije, llegué mucho mas tarde y muy mareada, por lo que mi esposa me quitó el teléfono de mis manos y se puso a revisarlo.

Ese fue el punto de quiebre de lo que me viene pasando hasta el día de hoy, ahí cuando leyó todos los mensajes entre nosotras, que no daban alusiones a nada, pero había cierta cuota de sugerencia de parte mía, no me creyó que en realidad no había pasado nada entre las dos, y le mandó un mensaje diciendo que ya sabía que yo la engañaba y no era la primera vez.

Yo siempre quiero creer que no tiene razón, pero sí la tiene, la he engañado, no a nivel sexual, pero si me he estado besando con otras personas.

La cuestión es que le conté todo eso y seguimos conversando de mi relación y otros temas, me sentía bien hablando con ella, me gustaba su forma de decir las cosas, de debatirme a cada rato todo lo que le decía, y la risa que me daba cuando bromeábamos de cualquier cosa.

Hasta que llegó el día que viajaba a mi país con mi mujer a ver a mi familia, cuando estábamos sentadas en el avión a punto de despegar, me aparece un mensaje de ella y justo lo ve, nos pusimos a discutir porque pensó que desde la otra noche a este momento yo debería haberla eliminado hace rato. Discutimos, nos peleamos, hablamos sobre separarnos, un tema que venía siendo recurrente en el ultimo tiempo, y esa noche hablé por chat con ella y le conté lo que pasó, por lo que me dijo que ella no quería estar metida en medio, mucho menos si no había pasado nada, asique me dijo que no habláramos más, y eso hicimos.

Pasaron 10 días y la verdad que no me había costado mucho dejar de hablarle, si bien no es que no pensara en ella, tampoco me quitaba el sueño. Volví al trabajo y estuve todo ese día resolviendo los pendientes y demás. Se terminó mi turno y baje a cambiarme a los camarines, estaba empezando a cambiarme, cuando siento que alguien me estaba mirando, al darme vuelta era ella, que con cierta cara de sorpresa se quedó pegada mirándome sin decir nada. Me acerqué a darle un beso y medio balbuceando me preguntó que cuando había vuelto y le dije que recién hoy había vuelto a trabajar. Al día siguiente yo estaba en turno y suena mi teléfono, era ella, en verdad ya la había eliminado por lo que solo me aparecía su número, y nos volvimos a hablar otra vez.

Ahora conversábamos por teléfono y en el trabajo también, cada vez que nuestras miradas se cruzaban, nos sonreíamos o hablábamos de algo. Finalmente coordinamos para juntarnos fuera del trabajo, las dos fumábamos hierba y queríamos fumar juntas. Conversamos de muchísimas cosas, nos reímos mucho y me di cuenta la cantidad de cosas en común que teníamos. Nos pusimos a caminar y me dice – ¿qué te parece si vamos a tomar una cerveza y seguimos charlando? – Asique ese fue el plan, nos dirigimos a un bar y pedimos cerveza. La conversación con ella además de ser divertida, me parecía sumamente interesante, y en muchos momentos perdí el hilo de la conversación porque cuando la miraba, solo tenía ganas de besarla.

Pedimos una segunda ronda de cerveza, y al ir terminándola vimos la hora y dijimos de irnos, ambas trabajábamos temprano al día siguiente, pero me llamó mucho la atención que antes de irnos dijera que si tomábamos una tercera ronda no sabia que podía llegar a pasar.

Quedé pensando en eso toda la noche, y en todas las veces que quería agarrarla a besos, pero luego pensaba en todas las indirectas que le tiraba y muchas veces me cortaba toda la onda. Asique llegando a casa le pregunte porque había vuelto a hablarme, después de todo lo que había pasado con mi mujer, y me dijo que porque le caía bien.

Yo no entiendo bien, ¿qué es lo quiere conmigo?, de repente tiene alguna que otra indirecta, pero otras veces me da a notar que no va a pasar nada entre nosotras, pero si ella esta saliendo con alguien, ¿por qué seguir hablando conmigo?, ¿por qué salir varias veces a fumar o tomar algo?, los saludos eran mas efusivos, si me veía enojada en el trabajo, se acercaba a hablarme y con voz suave, muy tiernamente me dice que no desperdicie mi tiempo en tonteras que eso no hacía bien, un día le preparé un desayuno, y para agradecerme me tomo del cuello con una mano, me abrazo fuerte, sentí todo su cuerpo pegado al mío y al despegarse e irse, sentí todo su aroma impregnado en mí, la sensación era demasiado placentera, esa fragancia entró en mi registro de aromas y ya nunca iba a olvidarlo.

Pero siento que me estoy entregando mucho en esto, que en principio no es nada, pero quiero que lo sea todo. Finalmente ella tiene su pareja y yo también la mía, aunque me conto que había sido infiel en el pasado, siento que no voy a tener cabida y probablemente no pase nada, y ya se nota demasiado el interés que tengo por ella, al punto que en el trabajo ya asumen que nos acostamos.

Me cansé de tener que ser super específica con ella porque supuestamente no entiende lo que quiero, y cuando lo hago, igual se hace la desentendida, yo no voy a estar todo el tiempo atrás de ella esperando que se de cuenta lo mucho que me gusta.

Asique hablando con ella al día siguiente, termine diciéndole eso, le pregunte si acaso tenía oportunidad, me contestó – no sé- y ahí me quedé, esa sensación incierta de que lo que me imaginaba no estaba tan errado.

Pienso en ella todo el día, quiero contarle lo que hago, que me cuente de su vida, reírnos, lo quiero todo, pensar en ella solo me trae una sonrisa a mi cara, y me recorre una sensación de calor por todo el cuerpo, yo se que no va a ser nada serio con ella, ya que me voy de viaje y es para largo, pero lo que me resta de tiempo, quiero estar con ella, quiero besarla, sentir sus labios junto a los míos, la humedad de su lengua, acariciar su cuerpo, su rostro, sentir su aroma fijarse en mí, el calor de su cuerpo, sentir que me estremezco al sentir el contacto de su piel con la mía, y aunque trate de evitar pensarlo, no puedo dejar de desearlo.

Pero de a partir de esa última conversación todo cambió, me dejó en claro que no iba a pasar nada, que no se iba a meter en una relación seria como la mía, dejamos de hablar tan seguido, cuando nos cruzábamos en el trabajo me ignoraba, y pasaba con aires de hacerse la interesante, asique me empezó a molestar esa actitud, por eso dejé de ser yo la que buscaba todo el tiempo hablarle, pasaron varias días donde no tuvimos contacto y empecé a decirme a mí misma, que ya no iba  a perder el tiempo con eso, si ella quisiera algo, se acercaría nuevamente.

Y así fue, varios días después, me volvió a saludar y nos pusimos a conversar, pero esta vez fue distinto, en resumen, me dijo que estaba soltera y que nos teníamos que juntar. Coordinamos para juntarnos al día siguiente, yo salí temprano para verla un rato ya que ella entraba en la tarde.

Nos juntamos en el camino y nos sentamos en un parque a charlar y fumar, nos pusimos a conversar sobre muchas cosas random , y en mi mente solo pensaba en como hacer para interrumpir todo y besarla, la observaba y me parecía que se veía hermosa, su pelo, su cuerpo, su forma de ser, todo me atraía, pero no me salía acercame ni hacer algo al respecto, se hizo la hora para que ella entrara a trabajar, asique nos paramos y nos despedimos.

Le escribí un rato más tarde diciéndole que se veía muy bien hoy, y que me la ponía difícil, porque tenía ganas de besarla y no podía hacerlo, me dijo que lo disimulaba bien porque ella no lo notaba, entonces pensé – ok, voy a dejar de disimularlo- esta vez me tiro al agua la próxima vez que la vea.

De repente, una sensación de seguridad se apoderó de mí y sentí que esta vez yo tenía la jugada a favor, solo debía usarla. No coincidimos por algunos días, por lo que no nos vimos, pero seguíamos hablando por teléfono, las cartas estaban tiradas sobre la mesa, ella ya sabía que me gustaba demasiado, y quería estar con ella, esta vez su discurso fue distinto, ya no era un tema por meterse en medio de una relación seria, sino porque me iba, cada vez faltaba menos para mi partida. Coordinamos para juntarnos, y lo hicimos.

Fuimos a tomar algo, como siempre, conversamos muchas cosas, se veía muy atractiva, su aroma me inundaba todos los sentidos, ya no escuchaba lo que me decía, mi visión de túnel solo me llevaba a pensar una sola cosa, y el momento era ahora.

Me acerqué lentamente, mirándola a los ojos, tome su cara y la besé, fue un beso suave, corto, pero con mucha carga emocional, sentía la sangre fluir por todo mi cuerpo, mis latidos se aceleraban y una electricidad corría por mis venas, me aleje de sus labios para mirarla y seguía con los ojos cerrados, se quedó mirando hacia abajo unos segundos y posó sus ojos en mí, nos quedamos sin decir nada por un momento, y cuando estaba a punto de hablar, fue ella quien me besó a mí, intensamente, con una mano en mi cuello y la otra arrugando mi ropa atrayéndome a su cuerpo, sentía todo su calor, sus latidos rápidos y por la fuerza con la que me estaba agarrando, sentí que era momento de irnos, pedimos la cuenta y nos paramos para irnos, íbamos tomadas de la mano, sin decir nada, pero sabiendo exactamente lo que pensábamos.

Antes de llegar a la salida estaban los baños, y sin pensarlo, me dirigí hacia allá, su mano apretó la mía con fuerza y al entrar, pusimos el cerrojo en la puerta y nos agarramos a besos, me apretaba fuerte contra su cuerpo, me costaba respirar de lo caliente que estaba, mordía mis labios y eso me ponía aún más, la empujé contra la pared, dejándola acorralada con mi cuerpo, que sostenía sus manos con fuerza contra la puerta, empecé a besar su cuello, lamiéndolo, y dando pequeñas mordidas, sentía su respiración entre cortada, y sus gemidos eran cada vez más fuertes.

Bajé mis manos lentamente, acaricié sus pechos, los apreté con fuerza, seguí bajando, hasta llegar a su entrepierna, pasé mi mano por encima del pantalón y haciendo presión sobre su vagina, le dije susurrando al oído que moría por hacerla mía. Rodeó sus brazos en mi cuello y agarrándome fuerte el pelo me partió la boca, sentí su lengua recorrer la mía hasta lo mas profundo, mientras nuestros cuerpos estaban totalmente pegados uno con otro.

La besaba, la mordía, pasaba mi lengua por su piel, solo quería sentir todo su cuerpo estremecerse al tocarla, abrí su camisa, y descubriendo sus pechos por sobre su sostén comencé a lamer sus pezones lentamente con la punta de mi lengua, haciendo pequeñas caricias con mi labio inferior y dándole pequeñas mordidas, su respiración se entrecortaba y sentía como sus manos me empujaban suavemente hacia abajo. Desabroché los botones de su pantalón y los bajé, pasé mi lengua por encima de su ropa interior y pude sentir lo húmeda que estaba, no tenía intensión de torturarla, bajé lo que quedaba de ropa y pasé toda mi lengua de abajo hacia arriba de una sola vez, escuché un pequeño grito ahogado y seguí haciéndolo, primero lentamente y luego mas rápido, sus manos afirmaban mi cabeza contra su vagina con fuerza, sentía todo su sabor en mi boca y me sentía a mil, estaba disfrutándola, sentía mi entrepierna con demasiada humedad, me paré rápidamente y mientras la besaba nuevamente, me bajé los pantalones con desesperación, agarré sus nalgas con fuerza hacía mí y poniendo su pierna alrededor de mi cintura comencé a moverme con ella, sentía su clítoris hinchado resbalando con el mío por tanta humedad, puso su cabeza en mi cuello, escuchaba al oído como me decía que no parara, sus suspiros me volvían loca, empezamos a movernos cada vez más rápido, sus gemidos ya eran exclamaciones de placer, sus uñas se clavaban en mi espalda, empecé a hacer mas presión contra su vagina, potenciando la sensación de placer mucho más, y en un grito ahogado, acabamos en un orgasmo muy largo.

Nos quedamos abrazadas un rato, recuperando el aliento, nos acomodamos las ropas y volviendo a la decencia, nos volvimos a besar, con la misma intensidad que cuando entramos al baño. Por lo que decimos continuar con esto, pero en un motel.

El resto de los días que me quedaban, seguíamos viéndonos a hurtadillas, charlábamos, nos reíamos, nos hacíamos cariño, teníamos sexo, pero todo concluyó cuando tuve que viajar y ya todo tenía que terminar, sentía muchas cosas por ella, movió la trayectoria de mi vida significativamente, pero no podía quedarme, la decisión ya estaba tomada. Pero no estaba cerrada la posibilidad de que algo cambiara en el futuro y nos volviéramos a encontrar, solo que yo no iba a forzar ninguna situación, solo lo dejamos fluir.

Fin.