El Actor Porno 3

La última pelicula.

Para la última escena de la película, Juan Luis me tenía reservada una sorpresa. Mientras yo estaba tumbada sobre Carlos comiéndole su enorme polla, sentí que algo entraba por mi ano, solté la polla de Carlos y dando un grito de sorpresa me giré y vi a otro actor como penetraba su falo de 25cm en mi ano, con cara de placer me volví hacía Carlos y le seguí comiendo la polla. Nacho, el actor que tenía detrás, me introdujo hasta el fondo sus 25cm de polla y empezó a moverse en círculos con su badajo dentro de mí, aquello era increíble, me encontraba insertada en dos pollas, una por la boca y otra por el ano. De repente sentí otra persona en la cama y vi que era Lucia. Se tumbó boca arriba y Carlos sacó su polla de mi boca y se la metió a Lucia por su vagina. Yo seguía con Nacho a mi espalda entrando y saliendo cuando Lucia empezó a tocar mis pezones como las mujeres sabemos que nos gusta, se me erizó todo el cuerpo, sin pensarlo dos veces empecé a hacerle lo mismo y ella me agarró por la nuca y empezamos a besarnos en la boca mientras nos masajeábamos los pezones una a otra. Nuestros machos no dejaban de darnos embestidas a mí por detrás y a ella por delante. Carlos junto nuestras cabezas, sacó su pene de Lucia y se corrió en nuestras caras, yo empecé a lamerle la cara a Lucia y ella a mi cuando sentí a Nacho que se corría dentro de mí. Mi cuerpo parecía querer salirse de mi piel cuando un cosquilleo lo recorrió de arriba abajo. Ellos se tumbaron sobre nosotras y empezamos a tocarnos todas las partes del cuerpo, yo me preocupé porque pese al exceso de excitación que padecía, mi pene no respondía a estímulos. Al final ellos acabaron de pie y nosotras de rodillas frente a ellos comiéndonos sus exquisitas pollas.

La tercera y última entrega de la peli tuvo más éxito todavía que las dos anteriores. Juan Luis me felicitó por mi coraje y yo le di las gracias por haberme dado esta oportunidad y haber hecho de mí la persona más feliz del mundo. Mis sentimientos también se veían afectados por las hormonas y ahora era más sensible así que empecé a llorar como una imbécil. Lucia me abrazó y me dio consuelo. Ahora me sentía muy vulnerable y frágil y agradecí su gesto. Juan Luis me dejó vivir en su piso con Lucia hasta que encontrase trabajo como agradecimiento a mi sacrificio. También me dijo que si quería seguir haciendo pelis porno tenía la puerta abierta siempre que quisiera pero como con estas películas yo había encontrado la fama y me aconsejó que dejara el porno y me aprovechase de la situación.

Yo seguí viviendo con Lucia, había ganado mucho dinero con las películas y no me corría prisa encontrar trabajo. Pasaron varios meses y mi apariencia era totalmente de mujer, mis curvas habían alcanzado su máximo nivel 105-60-93. Mi masa muscular había desaparecido por completo, ahora pesaba 54kg, tenía una figura de envidia para las demás mujeres pero yo también les envidiaba en algo, no dejaba de decírselo a Lucia, la imagen de Carlos follándome de cara como si me estuviese penetrando por mi vagina no se me iba de la cabeza. Lucia me apoyaba con cualquier decisión y decidí comentárselo a los doctores que llevaban mi tratamiento hormonal. Me hicieron varias pruebas, me vio un psicólogo y al final me dijeron que no es que me aconsejaban no operarme sino que me obligaban a hacerlo. Mi mentalidad no admitía ese pene y si no me operaba estaría toda mi vida con dudas y viviría muy confusa, así que me aconsejaban la operación. Le conté todo esto a Lucia entre lágrimas pero de alegría, ella me dijo que no me iba a abandonar y que estaría a mi lado siempre. Esas palabras me llegaron al alma y decidí dar el paso más importante de mi vida. Ingresé en una clínica en Barcelona y Lucia no se separó de mi ni un instante. Todo salió perfecto y a los 20 días me dieron el alta. Por fin era una mujer completa. Cuando llegamos a casa me desnudé y Lucia me dijo que era perfecta, ella también se desnudó y para que yo no tuviese dudas me mostro su vagina y vimos que eran muy parecidas. Yo me sentía extraña sin nada entre las piernas y cuando me daban ganas de orinar, la sensación era extraña, hasta que me acostumbré a todo eso. Tuve una gran idea y se la comenté a Lucia, esta me dijo que era genial y que tenía que llevarla a cabo si me sentía capaz. Cogí el teléfono y llamé a Juan Luis, le dije si había presupuesto para rodar la última parte y él me dijo que sí, entonces le conté lo de mi vagina y a él le pareció magnifico. Después me confesó que él ya lo había pensado pero que no quiso ni proponérmelo para no crearme más conflictos de los que tenía.

A las pocas semanas volví a actuar. Me cambié en el camerino y salí al estudio dispuesta a terminar la saga de cine porno que hacía ya más de dos empecé a rodar como varón y la acababa como mujercita. Como siempre empecé besando a Carlos pero esta vez en mi rostro se notaba sentimiento. Aquel chico había terminado por gustarme y cuando me rodeaba con sus fuertes brazos me hacía sentir en el paraíso. En la habitación nos desnudamos pero esta vez solamente me dejó las braguitas puestas y yo a él desnudo completamente. Nos tumbamos en la cama y cuando vi aquel enorme falo sentí una gran necesidad de llevármelo a la boca y así lo hice, él mientras empezó con los masajes hasta que todo su rico semen quedó disperso por mi rostro, poco a poco me lo fui tragando y entonces él empezó a quitarme las braguitas, me quedé desnuda completamente y me tumbé boca arriba sobre la cama, Carlos sabía lo de mi operación pero cuando vio la vagina donde siempre había visto un minúsculo pene se quedó parado mirando aquella rajita. Yo lo atraje hacia mí para que no dejaran de rodar ante la perplejidad de Carlos, acerqué su rostro al mío y empecé a besarlo, él me empezó a masajear los pezones y empezó mi excitación. Cuando yo ya estaba excitadísima Carlos acercó su pene a mi vagina y lo empezó a introducir. Aquello me hacía sentir extraña, nunca había sentido algo así, poco a poco fue introduciendo toda su verga en mi coñito y yo no dejaba de gemir de gusto. Acabó de introducírmela y se tumbó sobre mí, empezamos a besarnos y a acariciarnos. No lo podía creer, tenía a mi macho dentro de mí y lo tenía de frente, dentro de mi vagina, el éxtasis fue total. De repente empecé a sentir que aquello salía de mi vagina y luego volvía a entrar, el ritmo fue en aumento y yo ya no me podía concentrar en nada más, no podía más que gemir y gritar de placer. Un nuevo placer que me gustaba más todavía. Carlos me agarro por las piernas y yo lo abracé muy fuerte, se puso de pie y yo rodeaba su cintura con mis piernas y él me levantaba y me bajaba insertándome su mástil a cada movimiento, cada vez que me bajaba de golpe parecía que me iba a partir en dos, en estas estaba cuando noto otra polla entrando en mi ano, no lo podía creer, Juan Luis no me habló de esto pero de repente me vi con una polla dentro de mi ano y otra dentro de mi vagina. Nos tumbamos en la cama y empezaron a zarandearme como un trapo y yo no tenía un momento de descanso, noté toda la leche de Carlos dentro de mi vagina y me sentí más mujer que nunca, esa sensación solamente la podemos sentir las mujeres y yo me di cuenta que ya era una de ellas. Toda esa alegría, gozo, placer,… me hicieron perder el conocimiento de placer. Por fin, no me sentí, sentí como una mujer.