El accidente

Cómo un accidente de coche se convirtió en una de mis mas placenteras experiencias.

El accidente

Esta historia ocurrió hace ya diez años, cuando era un chaval de 16. Por aquella época vivía en la ciudad de Málaga, era un chico bastante formado para mi edad 1’75m y unos 68kg de peso, cuerpo bien formado, por las largas horas que he dedicado a la práctica del tenis desde niño.

Yo siempre he sentido una especial atracción por los hombres, de echo mas o menos desde que tuve doce años supe que era gay, y realmente no era algo que me traumatizase demasiado.

Cuando estaba en el instituto tenía bastantes amigos y amigas, muchos de los cuales conocían, mis gustos por un buen machote.

Una noche de verano, mientras estaba paseando por la playa, me di cuenta que había habido un accidente bastante cerca de donde yo me encontraba, era bastante tarde por lo que no había trafico alrededor.

Mientras me acercaba observé que salía un señor como de unos cuarenta años del automóvil, vestido impecablemente con un traje oscuro, en un principio nada más llegar junto a él le pregunté que qué tal estaba.

Me dijo que estaba bien, y que se encontraba un poco aturdido pero que nada demasiado grave, entonces llamamos a la grúa y esperé con él. Empezamos a hablar y me dijo que se llamaba Carlos, tenía cuarenta años y estaba en mi ciudad por trabajo. Debía medir 1.80m era moreno y parecía tener un buen cuerpo, o al menos eso parecía. No sé porque intuí que a Carlos le gustaban los jóvenes como yo.

En ese momento llegó la grúa hicimos todo el papeleo y se llevaron el coche. Una vez se habían llevado el coche, me preguntó si me podía invitar a una copa, por haberle ayudado y por haber sido tan amable con él, alo que respondí que sin ningún problema pero, que a esas horas un día entre semana no había ningún bar abierto. No hay problema, me dijo. Podemos ir al hotel que está aquí cerca. ¡Carlos se hospedaba en un hotel a cinco minutos de mi casa!.

Cuando íbamos andado hacia el hotel, me pregunto por mis estudios y cosas así. Yo sabía que mostraba mucho interés por mí, con lo que yo estaba encantado, porque realmente parecía mi prototipo perfecto, moreno con +- cuarenta años, y muy buen físico. Una vez llegamos al hotel, nos dimos cuenta que el bar estaba cerrado, entonces Carlos se puso un poco nervioso, no sé, se lo noté en la cara, y le dije que porqué no nos tomábamos la copa en su habitación. Carlos se empezó a reír en ese momento, y yo le pregunté que porque se reía, a lo que me contestó – chaval tú eres muy poco inocente, y entonces me empecé a reír yo también.

Subimos en el ascensor hasta su habitación, y nada mas cerrar la puerta se volvió hacia mi dándome un tremendo beso...

Empezamos a desnudarnos de forma violenta descubriendo que Carlos tenía un cuerpo perfecto, se notaba que iba al gym, tenía unos pectorales muy bien formados al igual que unos abdominales que debían ser marcados por horas y horas de gym.

Me entretuve en mordisquearle el cuello bajando poco a poco hasta sus pezones cubiertos por un poco de vello, eran pequeños y duros. El mientras me había quitado la camiseta y el pantalón, y me había dejado con mi slip marcando mi gran paquete.

El intento quitarme el slip pero no le dejé, empecé a desabrocharle el cinrutón y le quité los pantalones. Me fijé en el impresionante bulto que marcaba Carlos, que bien, me dije, por fín voy a disfrutar de una buena tranca para mí.

Me arrodille frente a él y le arranque los calzoncillos, apareciendo ante mi un cipote enorme, con unos 19cm y muy gorda, en ese momento no pude más que suspirar y decirle, que me dejase disfrutar de ese caramelo. Al instante estaba chupando ese pollón , introduciendo primero el glande y bajando lentamente hacia la base, al principio me costó un poco de trabajo pero en seguida Carlos empezó a bombear como si me estuviese follando la boca.

En un momento Carlos me empujó hacia la cama y me quitó el slip, mi polla ya no soportaba esa prisión por más tiempo, por lo que aparecieron de golpe mis 18cm, duros como una auténtica roca. Una vez tumbados en la cama, mientras yo me recreaba en chuparle cada uno de sus huevos y pasando suavemente de vez en cuando hacia su culo me pidió que me diese la vuelta. Me puso unas almohadas debajo de mi cintura me empezó a dar besos en el culo, abriendome las piernas, y dando pequeños mordiscos en mis muslos cada vez más cerca de mi agujero. Nunca me habían comido el culo con lo que estaba disfrutando muchísimo.

Así estuvimos durante unos cinco minutos yo disfrutaba como nunca, y el me dio la vuelta y comenzó a meterme un dedo en mi culo, mientras me susurraba al oido que me iba a partir el culo, que me iba a follar como nadie nunca lo había hecho.

Entonces, levantó mis piernas sobre sus hombros, y puso la cabeza de su cipote en la entrada de mi culo y poco a poco lo fue introduciendo hasta notar que sus pelotas chocaban con ni culo.

Al principio sus movimientos eran lentos, sacaba su polla casi competamente y la volvía a meter con un golpe seco que me hacía gritar de placer, yo estaba casi llegando al orgasmo sin tocarme, era una pasada estir ese trozo de carne perforarme con dureza, sentirme completamente lleno, en esos momentos yo ya no aguantaba más y me corrí como un loco.

Una vez me hube corrido el siguió penetrando me al mismo tiempo que decía que era un polvo magnífico que me iba a seguir partiendo el culo y que nunca me olvidaría de él, esto no hizo más que excitarme de nuevo, y tras intensifircar sus movimientos me dí cuenta que el estaba a punto de correrse, por lo que le pedí que se corrierse en mi cara, sacó su polla de mi dilatadísimo culo y comenzó a masturbarse a escasos centímetros de mi cara, yo mientras me masturbaba frenéticamente y en el momento que noté que él descargaba su caliente leche durante unos largos trayazos, yo no pude más que volver a correme y gritar como un loco, por el magnifico orgasmo que acababa de tener.

Después de descansar durante unos minutos nos duchamos y nos despedimos hasta un próximo encuentro.

Si les gusto por favor háganmelo saber.