El abuelo Paco

Aquí les dejo el relato número 7 de mi nueva obra de título: “Relatos calientes para dormir mejor”. Espero les guste la historia de Fita una joven muy especial con una forma de practicar sexo muy especial que se reparte por doquier en Alcalá de Henares. Espero que les altere algo la escena con el travesti brasileño...

Sin más preámbulos, aquí le dejo el relato:

...

Este relato he de contarlo necesariamente, en primera persona.

Hola a todos, soy Fita…, antes Afrodita.

Que mi madre me pusiese al nacer, hace veinticuatro primaveras, Afrodita, solo fue una pesada broma del destino, por culpa de un novio perroflauta o hippie, como antes les llamaban, que había conocido al final de la década de los 60, y que había estado en primera línea en mayo del 68 en París.

Eso me contaba mi madre, cuando estaba medio borracha y nostálgica.

Al final, todos me llamaban Fita, incluso hace unos pocos meses me cambié el nombre en el registro civil, porque estaba harta de ver las caras de tantas personas perplejas cuando leían en mi carnet de identidad, o en algún documento administrativo mi nombre completo.

Soy alta, morena y con ojos negros. Me gusta llevar el pelo muy corto, incluso a veces bastante rapado.

Al llevar gafas dicen que resulto muy sensual. Creo que llevan razón, Morgana me lo dijo desde el primer día.

Vaya nombre también el de Morgana. Enseguida les hablaré de ella y de cómo nos conocimos.

Antes quiero rematar lo del nombre de Afrodita.

Como todos ustedes saben, Afrodita es la diosa griega de la belleza, la sexualidad y del amor, y no en el sentido que todos hoy entendemos como amor, sino más bien en un sentido más erótico que otra cosa.

Iré al grano, o casi al grano.

Por cierto…, Paco no es mi abuelo.

Se le digo, por si acaso ustedes querían leer un relato de sexo filial o incestuoso.

Que mi madre me enseñase a lamer el coño a una tierna edad, solo hizo en mí, despertar una sexualidad genéticamente dormida desde el principio.

La muy guarra me comía el coño y me hacía comérselo a ella.

El caso es que me gustaba y me sigue gustando.

Tendría que acudir muy pronto a ver a especialistas.

Tuve varios hasta que di con los mejores.

Mis terapeutas sexuales actuales y definitivos, José Miguel y Verónica, ambos buenísimos profesionales, me dicen en broma que soy la “más” de todo, seguro que llevan razón, como leerán todos ustedes más adelante.

Fui a verles hace un par de años, creyendo que tendría un problema sexual dimanante de traumas sexuales de mi infancia, cuando apresuradamente y por sorpresa mi madre me hizo adelantarme a mis tendencias sexuales.

Que sepan que estoy agradecida a mi madre por enseñarme cosas, aunque a destiempo, pues creo que eso me ha hecho madurar mucho más deprisa.

José Miguel y Verónica, me aseguraron que mi cabeza estaba totalmente bien, que lo único que me ocurría es que tengo una sexualidad hiperactiva y que lo único que tenía que hacer a su juicio es evitar malos entendidos, que fuese siempre con la verdad por delante y que disfrute del sexo, pero sin hacer daño a nadie.

Un buen consejo.

Estoy enamorada de una princesa de cuento, así describo yo a Morgana, una increíble modelo de color, que pasa largas temporadas de viajes profesionales, aunque siempre saca algunos días libres para venir a Madrid a disfrutar de un maravilloso sexo conmigo, que a veces nos hace ocultarnos del mundo durante varios días.

No viene nunca a casa, le gusta invitarme a suites de grandes hoteles. Puede permitírselo.

Conocerla fue algo especial. La noche que nos conocimos, ella estaba muy borracha y yo poco más o menos. Comiéndome el coño vomitó y me puso perdida. No me molestó aquello, aunque ella se sintió avergonzada a la mañana siguiente cuando lo recordó.

Estamos unidas por un vínculo sexual y emocional muy grande, aunque también por un sentimiento amoroso muy especial.

Desde aquella primera noche somos inseparables, eso sí, cuando ella se escapa, o se puede escapar.

Somos ambas muy guarrillas.

No se asusten por lo que les voy a contar.

Nos encanta hacer el sesenta y nueve, estando “en esos días”.

Son varios años de relación y nuestros meses lunares se han acoplado al unísono. Nos hemos hecho gemelas en nuestros ciclos ovulares.

En cierta ocasión, antes, durante y después de nuestro ciclo, incluso estuvimos encerradas siete días en un hotel de Mallorca. Somos incansables en la cama.

Ambas somos multiorgásmicas.

Por cierto, le pongo los cuernos constantemente. Necesito sexo prácticamente a diario, no un sexo convencional o a la usanza, sino sexo muy especial.

Les cuento

Quizás sean mis traumas sin resolver, o quizás mi hipersexualidad, como dicen mis terapeutas.

Creo que ella lo intuye, aunque no estoy del todo segura.

¿Preparados para la sorpresa?

Empezaré a soltar la bomba, aunque los más avezados de todos ustedes, seguro que ya lo estaban viendo venir.

Me encantan los hombres mayores, pero muy mayores, pero no hombres mayores atractivos, no, que va.

Los que busco son todo lo contrario.

Busco abuelillos constantemente para comerles la polla y a veces follármelos, si se les pone dura.

Puff, se habrán quedado de piedra. ¿Verdad?

Les contaré la historia que comencé con el abuelo Paco, al que yo llamo cariñosamente también “mi abuelo Paco”,  hace ahora mismo más de un año, concretamente ya catorce meses.

No es el único abuelo que me he mamado y follado.

Empecé hace varios años y continuaré muchos después de que él se me vaya. Se tendrá que ir, por imperativo natural.

Ha habido varios cientos de ellos, pero él, es especial, al menos para mí.

Aún estoy estudiando en la universidad, obviamente en la de Alcalá, aunque no les diré el qué exactamente, pues no quiero que nadie vaya allí a molestarme.

Mi vida universitaria es impoluta.

Mi madre me costea sin problema tanto los estudios como los gastos de estancia en un apartamento de alquiler aquí en Alcalá de Henares, gracias al enorme retiro económico que le proporciona su último marido y al que apenas tuve el “siniestro” placer de conocer.

Soy una brillante estudiante. He sacado incluso algunas matrículas de honor, y suelo tener bastante tiempo libre porque mi mente es privilegiada y no necesito estudiar mucho. Sé lo suficiente para poder sacar dinero a cualquier persona que lo tenga, solo con hacerle un numerito. Aunque quiero centrarme en mis estudios. Tengo un gran proyecto en mi cabeza, quizás se lo comenté a todos ustedes.

Me gusta pasear por los parques de mi ciudad. Muchas veces a disfrutar de la naturaleza, pero muchas más veces para “cazar” abuelillos.

En especial me gusta mucho ir a pasear por el Parque de Camarmilla, que llega incluso al arroyo, como sabrán los del lugar.

Tiene de todo este maravilloso parque, como saben todos los alcalaínos o complutenses, como allí les dicen. Yo también me siento ya,  alcalaína.

En Carcamilla hay zonas infantiles y zonas para ejercicios. Me hacen gracia los mayores esforzándose en sus ejercicios. No tanto los niños jugando. Mi espíritu maternal, de tenerlo, aún está muy dormido.

He ido a cazar abuelos por muchos sitios. Allí “cacé” a Paco.

Es fácil, solo sentarse a su lado y darles conversación verde. Se ponen como motos. La mayoría se creen que estoy loca cuando les propongo ir a su casa.

El abuelo Paco me siguió la corriente y terminamos en su casa. Nos reímos mucho. Eso es fundamental para mí.

Nos contamos todo. Es encantador.

Es más bajito que yo. Medirá 1,65 como mucho. Le faltan algunos dientes, aunque no muchos. Es aseado. Huele bien. Más bien feíllo, pero muy gracioso. Unos kilillos de más, por su afición a las cervecitas. Se ríe cuando me cuenta que no se la ve al orinar.

Me piropeó al verme pasear y le pedí permiso para sentarme a su lado.

-          Claro guapa, siéntate a mi lado, pero no muy cerca que te puedo dar un calambre.

-          ¿Cómo?

-          Si, morenaza de ojos negros, que tengo mucha corriente estética.

-          ¿Será estática?

-          ¿Cómo te llamas?

-          Fita.

-          ¿Te llamas mucho a ti misma?

-          Es usted un cachondo. ¿Verdad?

-          Al cuadrado.

-          ¿Cómo?

-          Fita, me río de mí mismo y además estoy siempre cachondo.

-          ¿Hoy también?

-          Siempre Fita.

-          ¿Tiene usted sitio en casa?

-          Claro.

-          ¿Me llevas?

-          Claro.

-          Pero si vienes, no te conformarás con un solo polvo. ¿Verdad?

-          Por supuesto.

-          ¡Trato hecho!

Tan natural me resultó, que me sentí tremendamente excitada desde el primer momento.

Mis bragas estaban totalmente húmedas. Menos mal que siempre llevo unas de repuesto en mi mochila.

De camino a su casa, me contó que se había divorciado tres veces. Tenía 78 años. Había sido contable.

Sus mujeres le habían abandonado por caliente, me dijo.

Que le apetecía a todas horas, y que si bien al principio lo soportaban, al final se cansaban. Disfrutaba de una buena pensión. Iba muy bien arreglado.

Íbamos hablando y le preguntaba cosas. Soy muy curiosa, pero no chismosa. Me gusta hablar mucho. Soy muy extrovertida. Espero que se hayan dado cuenta.

-          ¿Cuántas pensiones paga usted a sus ex?

-          Ninguna. Las tres eran funcionarias. Tenían sus propios ingresos y no quisieron nada. Solo ajustamos el dinero del banco y nada más. Se llevaron sus cosas y punto.

-          ¿Muchas novias?

-          Todas las que puedo. Contigo, si todo sale bien, 314.

-          Ja, ja, ja…. ¿Y será verdad?

-          No lo dudes Fita.

Entre risas y bromas llegamos a su casa. Era un apartamento muy limpio y luminoso. Todo ordenado. Oliendo muy bien.

Nada más cerrar la puerta me cogió el glúteo izquierdo y no lo soltó.

Le toqué. Tenía una erección importante para su edad. Como era normal en mí, lo primero que hice fue hacerle sexo oral hasta el final, de rodillas en la entrada.

Él lo disfrutó mucho, lo notaba, por la forma de sujetarme la cabeza.

Después de descargar su caliente y sabroso fluido en mi boca, saboreé y tragué  su néctar agradecida.

Me invitó a comer. Había preparado el día anterior, un arroz con pollo al curry con setas, que estaba sabrosísimo.

Hablamos mucho de todo mientras comíamos y en la sobremesa tomando un café que me había preparado. Pasamos un rato genial, hablándonos de nuestras cosas mutuamente. El café estaba buenísimo. Era de una marca y modelo que nunca había visto. Era  una Senseo y las cápsulas en vez de aluminio eran como de una especie de papel y en forma redondeada.

Me encantó el detalle. Intento ser lo más ecologista que puedo. No podemos tratar al mundo así.

Me miraba y se reía, enseñándome sus mellas.

Con sorna me dijo que tendría que cocinar mañana otra vez, que solía cocinar cada dos días, y así tener más tiempo para salir a ligar. Paco es un auténtico cachondo.

Quizás me estaba invitando.

Sin sorna, le dije:

-          Mañana cocinaré yo.

-          Me parece bien. (Me dijo de forma natural).

Soy una buena cocinera y pretendía ver a mi nuevo amante al día siguiente. Realmente pretendía verlo muchas veces más.

Quería volver a verlo sin duda muy a menudo, algo en él me encantaba, sin saber lo que era.

Los otros abuelillos, me los follo, y no necesito volver a verlos, salvo que esté muy cachonda, pero con Paco era especial. Será por su potencia sexual o por su gracia.

Seguro por ambas cosas, aunque quizás la primera pesa mucho.

El resto de la tarde la pasamos oyendo música y practicando más sexo. Llegué a succionarle jugos hasta en tres ocasiones más. En la última ya no le salió apenas leche. Realmente disfrutaba de aquella gorda polla dentro de mi boca. Su sabor cálido y la sensación de ella dentro de mi viciosa boca, me producía constantemente una sensación de preorgasmo en mi vientre.

Él me sorprendió practicándome un sexo oral digno del mejor amante. Sin duda, tenía mucha experiencia. Cuando me lo comió por primera vez aquella tarde, sentí como mi cuerpo vibraba de placer. Soy viciosa y mucho, pero “mi Paco” me hacía desarrollar en mi interior una predisposición, una adicción diría yo, a desear verlo miles de veces más...

Reposábamos de tanto y morboso sexo, cuando me acordé de lo que me había dicho por la mañana...

Con sorna le dije:

-          ¿Entonces 314?

-          Si Fita.

-          Te lo enseñaré

Se levantó a por una agenda negra de hojas intercambiables y me la enseñó.

Era bastante voluminosa, con las primeras hojas y las pastas envejecidas. Tenía mucho encanto el exterior y también, el interior.

Esperen...

La última anotación era 313. Natalia. Debajo del título, varias anotaciones de fechas. La última de la semana pasada. Al lado de cada anotación una valoración. Le había puesto un 7 en su último encuentro.

-          ¿Qué me pondrás a mí?

-          Lo que te mereces, un 10.

-          ¿Puedo cotillear?

-          Sí, claro.

Ojeé varias atrás. La 299. Mónica. Solo una anotación del año anterior. Valoración, un 5.

-          ¿Sólo un 5 para Mónica?

-          Pues sí, me lo pasé bien en los preliminares, pero ni sabía hacer buen sexo, ni quiso aprender. No hubo química. Ambos necesitábamos estar con alguien, pero no hubo lo que se necesita que haya. Fue muy agradable. Estaba muy para su edad.

Miré la primera, Maribel. Una anotación con fecha de hacía más de sesenta años. Sin valoración.

-          ¿Sin valorar?

-          No hubo sexo, fue mi primera novia, teníamos apenas 9 años  recién cumplidos. Éramos medio primos y solo hubo un poco de manoseo y dos inocentes besos. Solo valoro el sexo, aunque lo anoto todo respecto a mujeres.

-          Qué curioso.

-          Seguro que encuentras alguna que no me he follado después de magrearla. (Sonrió).

Paco llevaba con mucho detalle todas las mujeres que habían pasado por su vida. Obviamente me contó que el sexo llegó un poco después de los nueve años. Que había sido con una prostituta, como era la costumbre antiguamente. Que algunas fueron solo novias por un día, y otras lo fueron incluso durante muchos años.

-          Mira la número 289.

-          Esa fue mi última esposa.

Comprobé por curiosidad. El nombre, María del Carmen. Hojas y hojas de anotaciones, centenares de anotaciones, fechas y valoraciones. Las primeras muy altas, las últimas bastantes más bajas.

-          ¿Esta última anotación es la última vez que lo hicisteis?

-          Así es Fita. Lo anoto todo sobre el sexo con mis novias. Una manía.

-          Es curioso. Nunca había visto algo semejante.

Fue una tarde gloriosa y tremendamente divertida. Lo pasamos genial. Al final se quejó de que estaba algo dolorido. Pero se quedó muy contento, su cara al despedirse lo decía todo.

Me encanta mi Paco. Tiene cada ocurrencia. Un día se le ocurrió llamar a un travesti negro que era todo un armario y además tenía un súper aparato, solo para ver cómo me comía aquella trompa de elefante.

He de contarles por su notoriedad aquella escena...

Aquella enorme pollota negra dentro de mi boca apenas me dejaba respirar y cuando después de mis lamidas viciosas, ese falo XXXL que incluso crecía más en mi cavidad bucal y que obviamente, por imperiosa necesidad biológica, aquel contrastado néctar blanco terminó llenando mi boca hasta más de su máxima cabida, llegué a sentir necesidad de toser tan intensamente, que parte de aquel semen sabroso y gratificante se me escapó por la nariz, llegando a dejar dos caminos de nieve en aquel negro sendero que era el pubis eficazmente depilado de aquel travesti brasileño de nombre Lucinda.

Mientras ocurría esta increíble escena yo tumbada en la cama con aquella trompa en mi boca, mi Paco, me follaba excitadísimo como si de una máquina de taladrar se tratase, llenándome de leche mi vicioso coño que también me hacía sentir un enorme orgasmazo al sentir rebotar toda su caliente leche en el fondo de mi cueva hambrienta aquel día tan especial.

Aunque morboso y excitante aquel trío, le dije a mi agasajante abuelito, que me consultase antes la próxima vez. No busco cualquier sexo oral, aquel fue excepcional, aunque si busco sexo, es aquel sexo que quiero tener yo, con quien quiero y cuando me apetece.

Quiso hacer un trío con una de sus novias, pero al final,  Floren, (Florencia), se cortó mucho y apenas disfrutó al principio. No estaba acostumbrada. Cuando empezamos a jugar y le tapamos los ojos, se relajó. Ella no quiso comérmelo, pero yo si disfruté de su sexo, estaba sabrosísimo.

Desde que lo conozco, hace ya más de un año, Paco y yo,  hemos hecho cientos de veces sexo, especialmente sexo oral, aunque también le he dejado penetrarme en varias ocasiones. Hemos hecho decenas de posturas que él a su edad pudiera practicar.

Me río mucho con él.

Haciendo, o intentando hacer algunas posturas de las más raras, se partía de risa y me hacía reír con su risa contagiosa. Me llenaba de gozo intentando agradarme y satisfacerme,  y él siempre terminaba con agujetas.

Es algo celosillo, pero se le va pasando.

Se cortó mucho cuando le dije que me tenía que presentar a todos sus amigos, vecinos y conocidos de su edad, para hacérmelo con ellos.

Los que no tenían sitio, eran casados o con pareja,  los citaba en casa de Paco.

Para que no se enfadase mucho, ideamos un plan que le encantó,  para que nos pudiese ver, excitarse y luego terminar con él, cuando el invitado se había ido.

Pusimos una cámara oculta en el dormitorio principal y él lo veía todo en otro de los dormitorios a través de la pantalla de una televisión.

Una de las primeras veces, después de comerme otra polla, me dijo:

-          ¿Te lavarás la boca antes de besarme?

Me reí. Lo decía medio en serio y medio en broma.

Realmente le besaba con ganas. No solo era sexo, era un sentimiento “especial”. Obviamente no es amor, eso es solo para mi Morgana.

Él sabe, se lo he dicho muchas veces, que la saliva es antiséptica.

Nos entretuvimos mucho los dos haciendo de “detectives” al ir a comprar lo que necesitábamos para colocar la cámara oculta.

No he llevado la cuenta durante este tiempo, pero calculo que entre unos y otros he estado casi con unos 75 abuelitos conocidos, vecinos o amigos de Paco, o amigos de sus amigos. Además de atender a Morgana cuando venía y unos “extras” que han salido entremedias.

Llamo “extras” a hombres o mujeres que no son mis “abuelillos” o Morgana.

Si alguna persona me resulta chocante o es especial por algo, también me la follo, sea hombre o mujer. Hago colección, siempre que ellos accedan, que a veces me he llevado un chasco.

Una vez me follé a un enano y otra vez a un jugador de baloncesto altísimo de uno de los equipos de segunda división de cerca de Madrid. No puedo decir más.

Las mujeres policías me ponen mucho, pero no todas entran en el juego. Tengo que cuidar mi lenguaje cuando les pregunto algo con doble intención.

Un día me follé a un gordo muy gracioso. Tenía un intenso brillo en sus ojos.

Me hubiese gustado comerle el coño a una docena de abuelas cachondas, que olían muy bien y que tenían sus permanentes recién hechas, pero como pueden suponer no tuve mucha suerte. Solo pude estar con una, y claro, solo porque había sido cupletista de joven,  había vivido algo la noche y tenía una mentalidad liberal.

Sigo hablándoles de mi abuelo Paco.

Paco está súper feliz conmigo y yo con él.

Junto a él y sus conocidos, satisfago mayoritariamente mis necesidades sexuales extraordinarias, al margen de mi novia, que ya ven..., bueno..., leen  todos ustedes,  que son muchas.

Él ahora ha cambiado algo su dieta, está comiendo más saludable y además, está tomando mucho potenciador sexual natural como Maca, Jalea Real, Tribulus Terrestris,  Muira, Gingsen, Gingko, Shilajit o Epimedium… Lo prueba todo.

Hemos investigado en Internet y en una herboristería cercana compramos lo que quiere empezar a probar.

En aquella tienda de productos naturales, había un dependiente con una cresta rosa y no pude resistirme. Quedamos allí mismo aquella misma noche, pues tenía llaves. Me gusta también, pero no tanto como mi abuelo Paco. Tiene una polla larguísima, la más larga que me he comido y follado. Me llega al final de la garganta y me hace cosquillas cuando se corre. Ya me lo he follado una docena de veces.

Mi abuelo Paco,  lee muchas horas sobre todas esas plantas que potencian el sexo. Yo le digo que al menos esté un mes con cada una para comprobar si realmente hacen efecto.

Sea lo que sea, todo le va bien. Cada vez está más cachondo.

Ha cambiado mucho sus rutinas últimamente. Follamos mucho y nos calientan nuestros juegos voyeristas, vamos los de él.

Ha perdido algo de peso y se encuentra en plena forma. Le vacío dos o tres veces por semana y todos tan contentos.

Soy feliz con mi doble o triple vida.

Amo a Morgana, disfruto de mis mejores orgasmos con ella, ella también conmigo, lo noto. Nos gusta follarnos también la una a la otra. Tenemos un par de arneses con strap on de enormes dimensiones, para cuando queremos sentirnos llenas.

Mi adicción sexual la completo con Paco, sus amigos y mis conquistas especiales.

Algo revolucionado está el barrio. A alguno se le habrá ido la lengua un poco. Los abueletes a veces son unos putos cotillas y no pueden tener la puta boca cerrada.

Él dice que soy su nieta. Me refiero a mi abuelo Paco.

De todas formas, por precaución y discreción, les advierto a mis abuelillos antes de hacerlos míos, que tienen que ser discretos, que lo nuestro es un secreto, y que sean cuidadosos con lo que hablan.

Algunos tienen la lengua muy larga y la polla inhábil. Pero disfruto de comer sus vejestorias pollas, aunque no se pongan del todo duras.

Seguro que alguna de las vecinas de mi abuelo Paco, las mujeres tenemos mucha intuición, se imagina algo.

Me encantan los viejecitos, especialmente poco atractivos. Aunque a mi abuelo Paco cada vez lo encuentro mucho más guapo. Ya le he dicho que se arregle la boca.

Aunque a mí no me importa. No tiene mucho tiempo para el sexo estando conmigo, pero quiero que se la arregle para que pueda ir conociendo a alguien, por si lo dejamos algún día.

Me hubiese gustado hacer tríos con él, y con alguna abuela. Es muy difícil. Lo hemos comentado varias veces. Lo de Floren, no pudo repetirse.

Como anda bien de dinero y no le importa, a veces ha contratado a la puta más vieja que ha podido encontrar. Ese era mi capricho.

Me encanta comerle el coño a una abuela, siempre que su olor sea a colonia de puta, como denomino a sus perfumes fuertes.

La última nos había gustado mucho, se llamaba Reme y repetimos con ella de vez en cuando, más o menos cada quince días. El último día no se lo creerán, creí que a Reme le daba un infarto cuando comiéndole el coño, empezó a correrse como una loca e incluso ella llego a asustarse, al sentir como el corazón se le aceleraba. Me dijo que mi comida le había producido el orgasmo más brutal de toda su vida y mira que tenía historias la Reme después de casi cincuenta años de prostituta. Me ha contado episodios dignos de hacer dos o tres libros... José Miguel y Verónica me han propuesto que les cuente esas historias para que queden para la posteridad en un libro.

Voy terminando, que no sé qué decirles más.

Espero que les haya gustado mi relato, a mí me encanta el sabor de mi abuelito Paco, salvo cuando come verdura, especialmente espárragos o brócoli. Yo creo que se mantiene bien, por la verdura que come. Le encanta.

Soy feliz como soy.

Cuando me falte mi abuelo Paco, me buscaré otro parecido, quizás ya haya salido un sustituto aventajado, alguno tengo en mente, pero mi abuelillo Paco es muy especial.

Abuelitos de los parques, decidles cosas a las chicas de todas las edades, siempre que sean mayores de edad, y si me queréis ver y que os seduzca, venid por Alcalá de Henares, principalmente por el parque de Camarmilla, de vez en cuando voy por allí cuando me quedo sin abuelillos que echarme a la boca.

Besos y lamidas en vuestros nabetes añejos..., pero deseados por mí, por siempre.

FIN.

Espero que les haya gustado este relato y disfrutado de sus escenas de sexo, de diferente intensidad.

Como siempre decirles a aquellos de ustedes que deseen comunicarse conmigo, pueden hacerlo sin límite alguno a través de mi correo electrónico, prometiéndoles contestar a todos.

Seguiré publicando uno a uno todos los relatos d este nuevo libro y al final, incluso publicaré la obra completa con prólogo y agradecimientos para que puedan disfrutarla en su totalidad.

Mi anterior obra ya publicada y en el mercado está a su entera disposición, su título: “Memorias de un depravado”. Tienen una copia también publicada en todorelatos y no tienen necesidad de gastarse nada de dinero.

Uno de mis próximos proyectos es un libro que tengo en marcha de título provisional: “Historias reales de cornudos complacientes”. En ella pretendo contarles diez historias reales noveladas con escenas de sexo morboso. Aún puedo integrar un par de historias más si alguno de ustedes, quiere que su experiencia quedé para la posteridad..., cambiado, eso sí, los nombre y localidad de los protagonistas.

PEPOTECR.