El abuelo materno capitulo 7
...Sonia sigue teniendo serios problemas con sus tíos despues de su salida de fiesta... RELATO DE SPANKING
EL ABUELO MATERNO CAPITULO 7
…Sonia respiraba aliviada que su tío decidiese que ya iba bien servida, permanecía en su habitación suspiraba mientras se desvestía para meterse en la cama, había su mejor día en mucho tiempo, era gracioso para ella o así le parecía, pues estaba dolorida por la severa azotaina que su tía le había dado hacia poco y tenía en sus labios una sonrisa de oreja a oreja de felicidad, había estado toda la tarde y la noche con John, eso había sido como un sueño hecho realidad. Después de los hechos de la universidad, esta había sido su primera cita con él, y la había disfrutado por completo, incluso se había atrevido a provocarle para que la colocara en sus rodillas, acabando dándole una azotaina. Aunque temía que su osadía hubiera ido demasiado lejos, pues en el restaurante había muchos clientes que la podían haber reconocido o que conocieran a sus tíos. Pero por otro lado desechaba esa posibilidad, pues habían pasado muchos años desde cuando era una niña y pasaba las vacaciones con sus tíos. Se desabrocho los botones de su blusa, apareciendo unos pechos puntiagudos, al no tener mucho pecho no solía usar sujetador, a no ser que su tía se lo hiciera poner. Se desabrocho el botón y bajo la cremallera lateral de la falda y está por su peso cayo a sus pies formando una preciosa corona.
Se contempló en el espejo con una sonrisa, tenía el culo como un tomate maduro de colorado. Aunque ya no se veían los dedos de la mano de John, pues tenía todo el culo de un color rojo muy intenso…
(Sonia) .- Guauu!!! Como me duele el culo, coño!!! Pero que guay que lo tengo así de rojo, la tía es única con la zapatilla, duele horrores, pero que bien que la sabe utilizar…Huuummmm…
Estaba desnuda ante el espejo, pero había una visión que destacaba claramente, su cuerpo para su edad, su trasero resaltaba sobre manera sobre su cuerpo, sobre todo sus nalgas en estos momentos inflamadas por la azotaina recibida hacia tan solo unos minutos. Pero aparte de estar inflamadas, sus nalgas circulares en un tamaño justo y sobresalido de forma respingona, lo hacía resaltar de manera encantadora sobre su cuerpo. Pero esas redondeces perfectas, se hallaban completamente coloreadas de colorado, solamente y únicamente su superficie circular de su culo, lo que las hacia estar preciosas teñidas de ese rojo intenso. Incluso la azotaina dada por su tío con el cinturón, no le había dejado marcas del cinto, ni en el lateral de sus caderas ni los muslos, lo que indicaba que su tío en el manejo del cinturón no resultaba ser ningún novato.
Dejo de mirarse en el espejo al escuchar pasos en el pasillo, a paso raudo, se dirigió a su mesita de noche abriendo uno de los cajones, donde tenía sus braguitas, eligiendo la primera que su mano pudo coger, de manera rápida la paso por sus pies poniéndoselas, y la ser tan rápido se le olvido el dolor de su trasero, claramente dolorida se llevó su mano derecha al trasero alisando el trasero sobre sus bragas blancas con ramilletes de flores verdes, luego se giró a su derecha hacia la cómoda, sin dejar de sobarse el culo, sacando una camiseta blanca de tirantes con ribetes de puntilla. Al ponérsela bruscamente volvió a estremecerse al sentir miles de aguijonazos en su trasero, por lo que se acarició el culo con las dos manos, friccionando vigorosamente por encima de la tela de algodón de sus bragas, mientras de sus labios brotaban resoplidos tímidos, pero no sospechaba que aun podía estar en serio riesgo si entrase alguien en ese momento y la vieran frotarse el culo. Y en ese instante…
(Sra. Adams) .- Se puede saber qué haces aun levantada y sobándote el culo de esa manera? O es que quieres que te lo vuelva a calentar de nuevo con la zapatilla? -. Hizo ademan de quitarse la zapatilla, moviendo el pie hacia adelante y cuando iba a agacharse para cogerla, Sonia ya se había metido en la cama, como alma que lleva el diablo. .- Que no te vuelva a encontrar igual o vas a arrepentirte, entendido!!! Apaga la luz y a dormir… mañana apenas te despiertes ya te puedes poner a estudiar, ya hablare esta noche con tu tío. A ver si lo convenzo, no te creas ni por un momento que me estoy ablandando, pues estoy convencida que te la mereces, pero hoy ha sido un gran día para ti, aunque has sido una desvergonzada por comportarte de ese modo en tu primera cita, tu tío está en su derecho en pretender castigarte y está muy enfadado contigo, piensa darte una azotaina de las buenas mañana apenas te levantes!!! Pero por esta vez vas más que bien servida… vas a dormir muy calentita…
Sonia, paso la noche preocupada pensando que su tío tenía pensado castigarla apenas se levantase a la mañana siguiente, se quedó dormida por el agotamiento, tras todo lo que había pataleado cuando su tía le dio la azotaina con la zapatilla, sumado a todo lo que había caminado aquella tarde con John se quedó dormida de costado…
A la mañana siguiente…
En su cama estaba Sonia con los ojos abiertos, estaba preocupada, nerviosa, angustiada y temerosa a que en cualquier momento se abriera la puerta, apareciendo su tío enfadado. La noche anterior pudo mirarlo a los ojos cuando entro en su habitación, despedían fuego por ellos, también pudo ver la decepción del comportamiento de su sobrina preferida e única. Pero sobre todo, vio que se contenía por los pelos de calentarle el culo de firme. Cada vez que escuchaba pasos al otro lado de la puerta, se le estremecía todo el cuerpo, sin poder evitar ponerse a temblar, se calmaba un poco cuando el sonido se alejaba de su puerta. Entonces recordó las palabras de su tía, que la ordeno ponerse a estudiar nada más despertarse, así que se levantó con cuidado de la cama, pero de manera ligera, no fuera a ser que apareciera por la puerta, el culo ya no le dolía tanto, podía apoyar el culo sobre la cama pero las molestias eran muy palpables al apoyarlo sentándose al borde de la cama, con muecas de dolor se levantó. Se acarició el culo por encima de sus braguitas, dirigiéndose al escritorio lentamente, pues al andar su culo lo sentía como estaba ligeramente más pesado y este al contoneo de sus caderas, hacía que en la base de sus nalgas sintiera las molestias más acentuadas, pero llego a su escritorio, aunque sus últimos pasos apenas levantaba sus pies, en el rincón estaban sus cosas de estudio, pero antes cogió un almohadón del armario para ponerlo sobre la silla. Se sentó con mucha suavidad y se puso a estudiar… llevaría una hora estudiando teniendo que mover el culo de tanto en tanto, pues aun teniendo el almohadón bajo su trasero, al llevar sentada un tiempo, tenía la necesidad de levantar el trasero para frotárselo sobre sus bragas, antes de volver a apoyar el culito sobre su silla. De golpe el sonido de abrirse la puerta la hizo sobresaltarse sobre si misma… mirando hacia la puerta.
(Sra. Adams) .- Buenos días sobrina! Si fueses siempre igual de obediente no sería necesario calentarte el culo tan asiduamente… Puedes estar tranquila y seguir estudiando, pude convencer a tu tío esta mañana. Pero… que es, eso?. Eh! Que haces con ese almohadón bajo el culo? Ya te lo estas quitando y te sientas sobre la silla… Como vuelva a entrar y te pille otra vez con él, bajo el culo. Vas a ver lo que es bueno. Si te duele el culo! Es por tu mala cabeza! Por lo tanto si te duele. Te aguantas!!! Por cierto, como vuelves a estar castigada, debes vestir correctamente. Hoy tus primas llevan el vestido azul. .- Acercándose al armario abrió la puerta de este, extrayendo un vestido. -. Ven que te ponga el vestido! Estarías mejor en bragas como estas. Pero espero visita de una amiga, no quiero que te vea desnuda, si tienes que salir de la habitación mientras este ella en casa.
Sin dejar que se levantase de la silla, le paso el vestido por la cabeza. Luego la hizo poner de pie dándole uno, dos, tres, cuatro, azotes en el culo bien dados sobre las bragas. Le quito el almohadón de la silla, arrojándolo sobre la cama. Con gestos bruscos le ajusto el vestido bajándoselo, y ajustando la falda del mismo en su cintura, que le dejaba la mitad de sus bragas a la vista. Se lo abrocho en la espalda con cuatro botones. Entonces la tía separo la silla del escritorio sentándose en ella, la hizo darle la vuelta, poniéndola mirándola así misma.
(Sra. Adams) .- Sabes! Está muy mona mi sobrinita con este vestido. Llevas unas bragas muy bonitas, pero no son las que llevan tus primas!!! -. Dicho eso, paso sus manos bajo la falda y cogiendo el elástico de las bragas se las bajo de un tirón a sus tobillos, haciéndole levantar un pie y el otro, se las saco. .- Tráeme las bragas blancas con margaritas, son las que llevan tus primas hoy. -. Cuando Sonia se dio la vuelta para ir a por las bragas, recibió un fuerte azote en el culo desnudo, que hizo a Sonia dar un salto llevándose las manos al trasero. Momento después volvía con las bragas que le había pedido, y tuvo que cerrar los ojos cuando su tía le paso las perneras de las bragas por sus pies, y se las subía despacio por sus muslos, ajustándoselas a su cintura. .- Sabes! Está muy feo que hayas puesto un almohadón bajo tu culo sin permiso… Así, que te vendrá bien un recuerdo de lo que os sucede a las niñas de esta casa cuando son desobedientes!!! .- Dichas esas palabras, Sonia sospecho lo que iba a ocurrir. Y así fue, sin apenas tener tiempo de reaccionar, se vio boca abajo sobre las rodillas de su tía. Cuando Sonia se percató, ya había empezado su tía a darle azotes en el culo revestido por las bragas blancas de margaritas. .- Así aprenderás que en esta casa!!! No puedes hacer lo que tú quieras!!! Has entendido!!! Si quieres un almohadón para ponerte bajo el culo, debes pedir permiso!!! Que te has pensado tú? Pobre de tu culo como vuelvas a desobedecer a tía!!!
Rara era la vez que su tía le diera una azotaina con la mano, pero en estos momentos era la mano lo que estaba usando para darle una azotaina. Y no le estaba dando nada flojo, se esmeraba en hacerle retorcer sus caderas, mientras estaba sobre sus rodillas dándole la azotaina. No la sujetaba para que se estuviera quietecita, Sonia sabia por experiencia que no debía intentar levantarse o bajarse de las rodillas de la tía. Ello le habría costado una azotaina más severa y eso no lo deseaba Sonia. Ya que podría cambiar su suerte y enviarla a buscar el cepillo al baño, y eso a Sonia no le interesaba. Por ello, aunque el culo le estaba doliendo más de lo que a ella le podría gustar, permaneció sobre las rodillas mientras la tía seguía dándole aquella azotaina. Pataleaba con sus piernas, y con sus brazos luchaba por no caer de las rodillas, aunque cada minuto que pasaba, se lo hacía más difícil el mantenerse sobre las rodillas, pues la azotaina estaba siendo más larga de lo que podía imaginar Sonia. En un momento dado durante la azotaina, la tía introdujo sus dedos balo el elástico de la cinturilla de las bragas de Sonia, y tirando hacia arriba, le introdujo las perneras entre sus nalgas dejando sus enrojecidas nalgas al descubierto. Momento que los azotes arreciaron sobre su trasero desnudo muy rápidos, tanto que apenas podía mantener a Sonia sobre sus rodillas, pues está ahora se retorcía en el regazo, sus piernas alocadas pataleaban mucho más rápidamente, sus brazos ya no luchaban por intentar mantenerse sobre las rodillas, en esos momentos, su lucha era porque aquel torrente de azotes dejasen de azotarle su trasero dolorido y rojo. Lo sentía arder como si le hubieran puesto sobre su culo un brasero con sus brasas encendidas. Entonces sintió Sonia que su tía extrajo sus bragas de entre sus nalgas, y se las ajusto a estas quedando bien tensas, entonces la incorporo dejándola de pie a su lado acariciándole el culo por encima de las bragas, en un momento dejo su mano quieta en el culo…
(Sra. Adams) .- Así aprenderás… Siéntate en la silla y te pones a estudiar, no quiero escuchar ni el vuelo de una mosca, o vuelvo y te caliento el culo de nuevo, entendido? Y pobre de ti, como vuelva y te hayas puesto el almohadón de nuevo…sin permiso!
La tía se levantó de la silla, dejándosela a Sonia. Aunque no se sentó enseguida, espero a ver que hacia su tía. Aunque se dirigió hacia la puerta sin mirar atrás, saliendo de la habitación de Sonia.Cuando vio a su tía desaparecer se acercó al espejo, dado la escasez de la falda azul del vestido, no tuvo necesidad de levantárselo para ver lo rojo que se lo había dejado. No había llorado, pero sus ojos brillaban algo que revelaba lo cerca que había estado de hacerlo. Entonces miro el reloj, vio que la azotaina había durado unos veinticinco minutos sin pausa alguna, aunque a ella le había parecido más tiempo. Así estuvo un buen rato Sonia mirándose en el espejo, se giraba a un lado y al otro para verse el culo como se lo había puesto de colorado. Acababa de recibir una azotaina que la había hecho ver todas las estrellas del firmamento, su tía cuando aplicaba una azotaina lo hacía siempre a conciencia, sabia como calentar un trasero tanto si era de su hija o nieta o ella, Sonia. Pasados unos minutos sintiendo arder sus nalgas se sentó a estudiar en la silla siendo la falda tan corta, que el contacto al sentarse fue directamente sobre las braguitas y estas, era poca protección la que proporcionaba a su trasero, haciendo muecas raras apretando las mandíbulas. Unos minutos más tarde sonó el timbre, debía ser la visita que le había anunciado su tía.
Abajo en el salón se empezaron a escuchar voces, la conversación debía de ser muy animada, pues estuvieron hablando bastante tiempo. Sonia hacia esfuerzos por concentrarse en sus estudios, pero le resultaba muy difícil el concentrarse en ellos, pues su trasero, lo sentía que le abrasaba y necesitaba a casi cada momento cambiar la posición del mismo. Pero aun así, no lograba concentrarse en sus estudios. Por lo que después de mucho pensar, decidió bajar a la cocina a beber agua fresca, aunque su intención era otra, tener una excusa con la que dejar de estudiar unos momentos y poder darle respiro a su trasero sin el suplicio que resultaba para ella estar sentada.
Al salir de la habitación, las voces eran más claras y nítidas.
(Sra. Luisa) .- Ingrid, el mundo se está volviendo loco cada día más y más, es incomprensible la mala educación que hoy día se educa a las hijas, en mis tiempos por menos que puedas imaginar, ya me estaba frotando el culo a manos llenas.
(Sra. Adams) .- No hace falta que lo digas, Luisa! No hay más que ver cómo está el país. Pero en esta casa la disciplina está a la luz del día, pobre de mis pequeñas como alguna de ellas se porten como no es debido.
(Sra. Luisa) .- En nuestros tiempos estas cosas no sucedían, recuerdas a tu madre? La Sra. Irene. Ella sí que sabía llevar derechas a sus hijas, recuerdas las azotainas que nos daba cuando dábamos guerra? Y No le importaba ni lo más mínimo quien hubiera en la casa de visita, o que yo no fuera su hija, como se me ocurriera portarme mal, ya temblaba con solo escuchar su voz desde la cocina gritando, que iba a venir a arreglarnos. Me castigaba a mí, igual que a vosotras… y luego llamaba a mi madre para decirle que me había calentado el culo, lo que significaba, que al llegar a casa me iban a calentar de nuevo!
(Sra. Adams) .- Mi madre que en paz descanse la mujer, menudo carácter tenia, ella no entendía que una chica no se comportase como es debido, si la tenía que zurrar, le daba igual que estuvieran o no sus padres, se sacaba la zapatilla y vaya si la calentaba a base de bien!. Le daba igual quien fuese…
(Sra. Luisa) .- Menudos tiempos eran aquellos. Ya he visto antes afuera a tu nieta jugando, lleva el culo bien colorado… Se ve que en esta casa la disciplina aun es como antes.
(Sra. Adams) .- En esta casa la disciplina es algo muy serio, tanto mi hija y mi nieta lo saben muy bien, y… desde hace unos días mi sobrina también recibe como ellas, a pesar de sus años, que ya no es ninguna niña… Se vino a vivir con nosotros durante una temporada, y en esta casa se está, bajo nuestras reglas.
(Sra. Luisa) .- Pues… debe de ir mas derecha que una vela, conociéndoos. Tanto a ti Ingrid, como tu marido, recuerdo una vez cuando erais novios y se me callo refresco en sus pantalones, aun siento como me duele el culo al recordar aquel dia. .- En ese instante atravesó Sonia el salón para ir a la cocina.
(Sra. Adams) .- Has visto pasar a mi Sobrina? Te acuerdas de ella, cuando era niña?
(Sra. Luisa) .- Si, que me recuerdo de ella. Era la hija de tu cuñado, verdad? Solo la tenían a ella. Ya veo que también ha debido portarse mal, como lleva de rojo el culo! Veo que la haces vestir como a tu hija y nieta, veo que lleva el vestido tan gracioso como ellas,. Ahora que le veo el culo… Ayer en el restaurante del pueblo, que vergüenza Ingrid! Qué vergüenza!! Te crees que ayer una mujer, estaba cenando y la muy desvergonzada, provocando a su acompañante delante de todo el mundo, aquella mujer de haberla tenido a mi cargo, no se habría podido sentar en un mes. Qué vergüenza, delante de todo el mundo, comportarse como una pelantrusca… Y aquel señor que la acompañaba… tenia pinta de ser un caballero y… y… que vergüenza, Ingrid! Que bochorno pasamos por su culpa…
(Sra. Adams) .- No sé a dónde vamos a ir a parar… como se está volviendo el mundo… Mira te voy a presentar a mi sobrina, a ver si la reconoces y ella te recuerda…
Sonia desde la cocina había escuchado lo que hablaban, su rostro se puso de color rojo y más al oír que la iba a presentar a la amiga, Sonia sabía muy bien a que pelantrusca se refería aquella señora… intento volver a pasar desapercibida, hacia su habitación.
(Sra. Adams) .- Sonia! ven quiero presentarte a Luisa, a ver si te reconoce… .- Sonia intento hacerse la distraída, como que no iba con ella, pero su tía insistió. .- Sonia!!! es que no me has oído? Quieres que vaya a buscarte? Como me hagas levantar me voy a quitar la zapatilla y vas a ver tu!!!! Sonia!!! Ven aquí, te he dicho!!!
(Sra. Luisa) .- Déjala, Ingrid. Si está ocupada estudiando, déjala!
(Sra. Adams) .- Le he dicho que venga y va a venir! Luisa, es muy buena chica, aunque muy necesitada de una buena azotaina de tanto en tanto, le he calentado el culo esta mañana antes de venir tú. Sabes! Ayer salió y llego tarde, ya sabes lo que sucede en esta casa, verdad? Se llevó una buena zurra! Por eso está castigada en su habitación!
Sonia se acercó tímidamente con la mirada fija en el suelo, trataba de no ser reconocida. Si la Sra. Luisa la reconocía, estaba metida en un buen lio.
(Sra. Adams) .- se puede saber que te ocurre? Levanta esa cara, para que te vea Luisa bien… debe reconocerte de cuando eras una niña!
(Sra. Luisa) .- Deja a la muchacha, Ingrid! Está claro que le doy vergüenza… -. La Sra. Luisa se levantó acercándose a Sonia, y levantándole la barbilla para ver su rostro. Al vérselo, fue como si a Luisa le hubieran dado una bofetada, aunque la bofetada se la llevo Sonia por la mano derecha de Luisa. .- Es la pelantrusca del restaurante!!!
(Sra. Adams) .- Como!!! Qué! Mi sobrina! Es la pelantrusca? Estas segura Luisa? -. Una segunda bofetada del revés de la mano de la Sra. Luisa, en la otra mejilla de Sonia fue su respuesta.- Ahora sí que te vas a enterar tú!!! Vas a probar la zapatilla… Ya te advertí que desearas que no te reconociera nadie, así es como agradeces que te hayamos acogido como nuestra hija!!! Has hecho que seamos en esta casa el hazmerreír de todo el pueblo por tu culpa… no voy a poder mirar a la cara a mis amigas, sin que estas se mofen de tu tía!!! -. Sonia, con su mano izquierda se masajeaba la mejilla que había recibido la segunda bofetada. Como hechizada Sonia no se movió, escuchaba avergonzada el regaño de su tía y la veía acercarse hacia ella y como se arremangaba la manga de su camisa gris perla, como avanzo el pie derecho, y retirándolo quedo la zapatilla en el suelo, por el corto espacio de tiempo, el suficiente para agacharse y cogerla con la mano derecha, blandiendo la zapatilla en su mano, Sonia la pudo ver bien, la tenía muy presente a aquella endiablada zapatilla, hacia unos días pudo comprobar su suela de esparto trenzado y lo mucho que puede doler en unas manos tan diestras en su manejo, como las de su tía Ingrid. Era la clásica zapatilla de paño azul marino, este era un paño muy simple, apenas cubría poco más que los dedos de los pies, casi siempre veía que su tía la utilizaba a modo de chancla pisando el talón, con la suela de esparto fabricada a mano, el esparto trenzado sobre sí mismo iba tejiendo aquella suela terrorífica, solamente el feo aspecto ya tenía la semblanza de ser muy pesada, a pesar de tener una apariencia ligera, si ligera? Pero que resultaba muy dolorosa a su vez. Sonia retrocedía asustada, nunca había visto a su tía tan enfadada, pero su tía se acercaba a ella lanzando improperios. Se quedó paralizada a ver como su tía la sujetaba del brazo, y tiraba de ella conduciéndola hacia el sofá, Sonia apenas puso resistencia dejándose arrastrar hacia el sofá, en el cual estaba sentada junto con Luisa hacia unos momentos. Una vez sentada en el sofá y hubiera acomodado su falda, tiro del brazo de Sonia haciéndola caer sobre sus piernas, Sonia se dejó guiar y sintió como su cuerpo era echado, tumbado, sobre el regazo de su tía, con temor permanecía echada sobre las rodillas, con la falda levantada ya que está en el brusco movimiento de ser echada al regazo, la falda tableada del corto vestido quedo por encima de su cintura así que quedaron al descubierto sus bragas de margaritas bien a la vista. Su tía encolerizada cogió el elástico de la cinturilla de las bragas de Sonia, bajándoselas poco a poco hacia las rodillas donde las arreglo y acomodo las bragas bien colocadas, para que estas hicieran su función de trabar sus piernas y así privarla de libertad de movimiento, y no las utilizara llegado el momento para entorpecer la azotaina… la zapatilla no tardó en hacer danzar las nalgas desnudas de Sonia.
(Sra. Luisa) .- Dale fuerte a esta desvergonzada!! Que menee bien ese culo!!!
Algo que no resulto en vano, pues el culo de Sonia comenzó a menearse a cada azote de zapatilla, los primeros zapatillazos le hicieron menear sus caderas al ritmo que la zapatilla caía en la nalga izquierda y derecha. Sus manos entrecruzadas bajo su pecho sobre el muslo de su tía Ingrid, que a cada azote, se esmeraba que el próximo fuera más y más fuerte que los anteriores. Sonia por el contrario, actuaba como si aceptara la azotaina. Sabía que había creado un grave problema a sus tíos, para muchas personas lo más importante para ellos o ellas, es la apariencia que se da a sus vecinos. El orgullo de pertenecer a un lugar en el cual se han criado, y no podía haber peor para ellos, que su nombre fuera de boca en boca por todo el pueblo entre sus gentes. Sonia sabía que se merecía aquella azotaina, y en su pensamiento reinaba la intención firme de aguantar estoicamente el castigo, se la tenía bien merecida aquella azotaina.
Pero en aquellos pensamientos internos de su mente, no contaban con la firme intención de su tía, que le doliera no solamente su culo a caer la zapatilla sobre su trasero desnudo. Si no, que además la recordara por mucho tiempo. El trasero de Sonia no tardó mucho en sentir como le abrasaba cada vez más, sus piernas fueron las primeras en empezar a fallarle a su mente, pues estas empezaron a patalear de manera alocada, algunos azotes en la parte baja de sus muslos, hicieron que tuvieran los efectos deseados, pues las manos de Sonia ya no se podían mantener entre lazadas entre sí, intentando agarrarse a donde fuera para liberarse del aluvión de azotes que estaban haciendo mella en su pobre trasero. Su cintura tampoco la obedecía, pues se retorcía sobre sí misma en una dirección y otra, curvándose sobre sí misma. Cada nuevo azote de zapatilla, hacía que Sonia pataleara más fuerte con sus piernas, que apenas las podía separar por la resistencia que ejercían sus propias bragas, hacían de muelle o resorte en sus rodillas, impidiéndole separarlas o levantar para separar una de la otra. Algo que impedía poder retorcer su trasero sobre sí mismo… La zapatilla fatídica con aquella suela de esparto, estaba haciéndola que no pudiera pensar en nada mas, que en su dolorido trasero. Ya que este, cada vez que caía sobre el la zapatilla endiablada, le hacía soltar aquellos alaridos característicos de una chica cuando siente un dolor muy intenso, como ella en esos momentos que sentía su culo arder como si fuera un volcán entrando en erupción y explotando sin más. Así sucedió, exploto! No visceralmente, pero si, sentimentalmente. Rompiendo a llorar desesperadamente, su tía había ganado una vez más como siempre, sus nalgas inflamadas por la azotaina así lo predecían, sin poder hacer nada por evitar aquellas lagrimas… ni se enteró de nada cuando su tía ceso de darle azotes en el trasero. Era tal el dolor que sentía en él, que aunque hubiera cesado la azotaina, le parecía o le daba la impresión de que seguían calentándole sus dos medias lunas. Al final si volvió a la realidad, cuando su tía aun furiosa la incorporo bruscamente y cogiéndola del lóbulo de la oreja izquierda la llevo al rincón colocándola cara a la pared, además para que no pudiese sobarse sus nalgas, algo que deseaba desesperadamente hacer, pues sentía como sus nalgas palpitaban en su interior, había sido posiblemente su azotaina más severa, en esos momentos no podía pensar. Lo único que la preocupaba en esos instantes era el fuego que sus nalgas irradiaban.
En esos momentos Sonia tenía una desesperada idea, llevarse sus manos a su trasero. Pero ello la hizo meditar, que quizás no sería tan buena idea, sobre todo cuando su tía tras de ella, le levanto la falda, metiéndola entre su propia cinturilla, aunque era un vestido, en su cintura figuraba una especie de cinturón hecho con la misma tela que el vestido, su tía había mandado a la modista coserle ese cinturón, con una hebilla dorada que simplemente era un adorno, pero en la realidad, su función para la que había sido ideado, era para mantener la falda sujeta dejando así el trasero al aire, y en este caso a la vista de los presentes. La Sra. Luisa y su tía.
El resto de la mañana la paso en aquel endiablado rincón, ante la atenta mirada de las presentes que seguían hablando de ella, aunque no prestaba demasiada atención a sus palabras. Solo había varias ideas en su mente en aquellos momentos, una de ellas, era poder soltar su falda y que esta cubriera su castigado trasero, quizás así, aquella bruja de la Sra. Luisa, tal vez dejase de comparar el estado de su culo, y como este iba cambiando de color colorado intenso, a un color azulado. Otra de las cosas, seria bajar sus bragas a sus pies y así poder desprenderse de ellas y mandarlas bien lejos, así podría abrir sus muslos para aliviar aquel intenso ardor de su culo, el cual tras pasar varias horas la seguía mortificando deseando poder sobárselo, varias veces pensó en hacer bajar al menos una de sus manos, pero el temor a que comenzase de nuevo la azotaina, algo que no hacían más las dos señoras que recordárselo a cada momento de lo que le iba a suceder si bajaba una mano.
Había llegado el medio día, pronto seria la hora de comer. Sonia rogaba para sus adentros que llegase esa hora, así podría ir a arreglarse al baño para lavarse la cara, la cual la sentía pegajosa de sus lágrimas derramadas. Debía tener un aspecto horrible.
(Sra. Adams) .- Susana!!! María!!! Traedme aquí vuestros traseros ahora mismo… .- No tardaron más que unos segundos en bajar de sus habitaciones, donde permanecían por orden de la madre y abuela. María fue enviada a su habitación, cuando entro debido al ruido de los azotes. María disfrutaba sobre manera, cuando era castigada su madre o su prima Sonia. Siempre cuando eso sucedía, ella intentaba estar presente para presenciar el castigo. .- id las dos a lavaros las manos para comer, e id rápido!!! O iré yo misma a buscaros!!!
Sonia tuvo que escuchar los comentarios de aquella bruja, la Sra. Luisa.
(Sra. Luisa) .- Veo que tu hija no lleva el trasero colorado. Me resulta extraño vérselo blanquito…
(Sra. Adams) .- Si, tienes razón. Es poco habitual en ella. Últimamente se está comportando, pero si le bajas las bragas, veras que lleva el culo aun marcado de su última azotaina.
(Sra. Luisa) .- Bueno mi estimada amiga. Como vais a comer, va siendo hora que me marche a casa.
(Sra. Adams) .- Tranquila Luisa. Estas invitada a comer si lo deseas, comeremos en cuanto vuelva Williams.
En ese preciso momento entraba por la puerta…
(Sr. Adams) .- Luisa! Que tal estas, veo que estas tan guapa como de costumbre.
(Sra. Luisa) .- Hola Williams! Tu siempre tan zalamero con las mujeres… Debes vigilarlo mejor Ingrid, no puedes dejar que este galán salga a la calle sin vigilancia…
(Sr. Adams) .- Luisa, Luisa… no juegues con esas cosas o acabaras sobre las rodillas de Ingrid. Ya veo que ha estado ocupada con mi sobrina Sonia… Que ha hecho esta vez, Ingrid?
(Sra. Adams) .- Mejor que no quieras averiguarlo! Por cierto, he invitado a comer a Luisa.
(Sr. Adams) .- Y que tenemos para comer? No huelo a nada, que has preparado?
(Sra. Adams) .- No he preparado nada. He pensado que ya que a la niña le gusta tanto dar escándalos públicos, que mejor que ir a comer fuera, y que vean en el pueblo lo que les ocurre a las Adams cuando no se comportan como es debido, va a resultar muy instructivo para Sonia, tu qué piensas? Luisa.
(Sra. Luisa) .- No está nada mal pensado. Pero no veo que castigo puede ser ese para Sonia ir al restaurante, la verdad no veo que vaya a ser instructivo para ella…
(Sr. Adams) .- Bien pensado Ingrid, arregla a las niñas para salir comer!
La Sra. Adams se levantó del sofá pasando por delante de Luisa, echándole una mirada perversa… Y en un susurro solamente audible para Luisa…
(Sra. Adams) .- Tu Luisa, si no quieres acabar con el culo como mi sobrina, no vuelvas a hacer esos comentarios sobre Williams, no te pienses que él, lo ha dicho por decirlo… Sube a mi habitación y espérame allí, ahora iré yo!!! .- Levantando la voz, se dirigió a su sobrina -. Sonia! súbete las bragas y vamos al cuarto de baño asearte un poco! .- Ingrid al ponerse de pie, recordó que en todo el tiempo que llevaba sentada en el sofá, aun no se había puesto la zapatilla, así que introdujo su pie en ella, y miro a su amiga, luego miro sus zapatillas, como indicándole a su amiga Luisa, …“ Ahora las vas a probar, tú”… luego camino hacia su sobrina, que se estaba subiendo las braguitas con dificultad, así que su tía se las subió de una vez con un movimiento rápido, algo que hizo que Sonia gritara un “ AAAYYYY, tíaaa!” y le soltó la falda que por su peso un poco arrugada fue a su lugar. Cogiendo del lóbulo de la oreja izquierda, se la llevo hacia arriba, al llegar a la escalera, se giró… .- Nos acompañas, Luisa!
La Sra. Adams empezó a subir las escaleras, sin dejar de llevar a Sonia del lóbulo de su oreja izquierda. Luisa, caminaba detrás de ellas apenas a unos metros. Tenía una visión inenarrable del trasero de Sonia, como se le balanceaba su corta falda tableada al subir cada escalón, y podía ver sus bragas de algodón blancas de margaritas, y entre los ribetes de puntilla de las bragas, asomaban parte de sus nalgas, amoratadas tras pasar su tiempo desde la azotaina en la mañana. Así como la base de su culo se le veía todo muy colorado, resaltando sobre la blancura de sus bragas y la blancura de la parte baja de sus muslos. Una visión muy coqueta para Luisa, ya que había el añadido que Sonia intentara apoyar su mano derecha su palma, por encima de sus bragas, pero apenas se rozaba con las yemas de los dedos las braguitas.
Al llegar al rellano, la Sra. Adams entro al baño siempre llevando a Sonia del lóbulo de la oreja, le bajo las bragas de dos tirones bruscos, a los que Sonia protesto, y la hizo sentar en el inodoro para hacer pis. Entonces dejando a Sonia, asomo la cabeza por la puerta, vio a su buena amiga Luisa, y con la cabeza moviéndola hacia su derecha mirando a una puerta, la seña a Luisa era clara, la invitaba a entrar tras aquella puerta. Y moviendo sus labios sin articular palabra… ”ahora voy yo” … volvió adentro del baño. Cogiendo un trozo de papel higiénico seco a Sonia el sexo húmedo y con alguna gota de orina. Sonia se levantó y su tía le subió las bragas, no sin antes observar el fondillo de las bragas, viéndolas completamente mojadas. Pero aunque era muy visible la humedad, se las subió de dos movimientos y ajustándoselas a la cintura, tras haberle levantado la falda para ajustárselas mientras le regañaba susurrando… ”Cochina! Como te has mojado las bragas. Pues así las vas a llevar…” la empujo hacia el lavabo y le lavo la cara, luego se la seco con la toalla. Le pasó el cepillo sobre el cabello, y entonces pensó en hacerle dos coletas, así le daría un aspecto más aniñada. Minutos después salían amabas del baño…
(Sra. Adams) .- Ahora baja y te pones cara a la pared en el rincón! -. En ese momento salían de sus habitaciones Susana y Maríacon sus vestidos azules .- Bajad vosotras también abajo, y mirad que hacéis, no quiero peleas entre vosotras y no os manchéis los vestidos o vais a sentir la zapatilla en el trasero vosotras también… Yo voy arreglarme para salir a comer…
La Sra. Adams se quedó en el rellano viendo como las pequeñas bajaban las escaleras y desaparecían de su vista… entonces se dio la vuelta caminando hacia su habitación donde la aguardaba Luisa, su amiga. Entro en la alcoba cerrando a su vez la puerta, mirando a su amiga Luisa fue hacia el vestidor, en la misma entrada se desabrocho la bata de estar por casa quitándosela quedándose en bragas y sujetador. Como estaba de espaldas a Luisa, esta veía su trasero cubierto por aquellas grandes bragas de algodón, con unos dibujos, llevaba rosas grandes con sus pétalos de colores múltiples, azul, verde, amarillo, rojo, violeta, etc… la verdad eran unas bragas con unas rosas muy visiblemente chillonas a la vista. Y algo que no sorprendió nada a Luisa, ver que la parte del trasero que no cubrían las bragas, estas estaban muy rojas.
(Sra. Luisa) .- Veo que Williams sigue con su afición de calentarte el trasero…
(Sra. Adams) .- Tu, calla!!! Que a ti si te lo voy a calentar bien!!! Ven aquí pelantrusca!!! Como vuelvas a coquetear con mi Williams te pongo el culo que te van a saltar llamas de puro fuego. Y quítate esa falda de tubo, así no me molestara….
La Sra. Adams se sentó en el borde de la cama, avanzo su pie derecho y luego lo retiro suavemente, mientras Luisa mirando cómo se sacaba la zapatilla sonreía. Luisa observando como empuñaba la zapatilla su buena amiga Ingrid, en vez de quitarse la falda, se la subió enrollándola sobre si misma hasta dejarla en su cintura, dejando al descubierto unas bragas negras de encaje. Luego se acercó hacia Ingrid y se echó sobre su pierna izquierda, de manera que su entrepierna quedaba apoyada por encima de la rodilla de Ingrid, y su cuerpo quedaba sobre la cama echada, su trasero quedaba bien expuesto que sin apenas esfuerzo, Íngrid lo tenía por entero a su merced para azotarle el trasero a placer. La zapatilla no tardo nada en azotar aquellas nalgas bien predispuestas a la azotaina, Luisa lejos de aullar de dolor, de su garganta emanaban gemidos de puro placer, el culo comenzó a arderle de lo lindo, y sus gemidos cada vez eran más fuertes, sus piernas ni se movían, pero en cambio su entrepierna no hacía más que sobarse sobre la rodilla de su amiga azotadora, a través del negro encaje se podía ver lo rojo que se le estaba poniendo el culo. Ingrid por su lado sonreía viendo como su amiga frotaba su sexo en su pierna a través del fondillo de sus negras bragas de encaje, y como esta, dejaba de frotarse y se quedaba desmadejada. La muy guarra se había corrido en sus bragas. La mano de Ingrid dejo caer la zapatilla al suelo, y ahora le acariciaba las nalgas, sintiendo como el calor que emanaban de ellas, le calentaba la palma de su mano. La mano de Ingrid bajo a sus muslos, centrándose en acariciar el sexo de su amiga a través de las bragas, zona que estaba muy húmeda, los dedos juguetones de Ingrid, se introdujeron por entre el elástico del fondillo de las bragas, sintiendo en sus dedos el calor que emanaba su sexo muy mojado, introdujo uno, dos, y tres dedos, masturbando a Luisa y manipulando su puntito, Luisa volvió a frotarse en el muslo de su amiga, ahora más rápido, pues estaba bajando en su interior un segundo y más fuerte clímax.
(Sra. Luisa) .- Huuuummmm, siiiiiii!!! Ojala mi James, me calentase así… No tendría que recurrir a ponerte celosa, para pasar estos momentos geniales…
(Sra. Adams) .- No seas cochina o te zurrare de nuevo!!! Y nos están esperando abajo, Williams se cansa rápido de esperar, o bajamos rápido o subirá el, y entonces iremos todas las mujeres con el culo caliente!
(Sra. Luisa) .- Es que acaso no es así? Porque tú también lo llevas bien colorado!
Unos minutos más tarde…. Bajaban las escaleras entre bromas. Abajo estaba Williams con las chicas preparadas para salir, en su rostro se reflejaba su mal humor por la espera…
Salieron de la casa subiendo al vehículo, iban en la ranchera que era de diez plazas. Subieron delante, Ingrid y Luisa en los asientos delanteros, las niñas subieron a los asientos traseros, la primera en subir fue Susana que no tuvo problemas para sentarse, la corta falda del vestido se le subió, sentándose sobre las bragas en el asiento. Luego subió María, que si tuvo algunos problemillas al apoyar su trasero en el asiento, por ultimo subió Sonia, que no sabía cómo poner el culo, intento sentarse sobre una pierna colocándola flexionada en el asiento y así, su muslo derecho se apoyaría sobre el izquierdo, dejando el culo sin tocar el asiento, pero su tía la estaba observando y cuando Sonia iba a sentarse, la tía tiro del pie flexionado, cayendo bruscamente Sonia sobre el asiento, que al igual que sus primas, se sentó sobre sus bragas de margaritas, aullando de dolor al sentarse.
Durante el trayecto apenas hablaron, Sonia y María se movieron varias veces intentando acomodar sus traseros. El señor Adams aparco el vehículo a tres manzanas del restaurante, en el mismo restaurante hubieran encontrado parking pues este disponía de un parking para clientes. Pero estaba claro que la intención era otra muy distinta. Bajaron del vehículo, sobándose sus traseros Sonia y María por encima de sus bragas. Ingrid y Luisa también descendieron, Luisa se pasó la mano por el trasero de su falda ligeramente, mientras Ingrid sonreía pícaramente.
(Sra. Adams) .- Vosotras tres caminad delante nuestra!
Las chicas se pusieron en marcha, tanto Susana, Sonia y María tiraban de las cortas faldas hacia abajo, pero sus cortos vestidos no iban a cubrir sus braguitas por mucho que tirasen de ellos. Iban las tres rojas de la vergüenza, pero sobre todo Sonia era la más avergonzada pues sabía que llevaba su trasero más rojo que un tomate maduro, y además se estaba poniendo morado por momentos. Susana y María se avanzaron hasta el parque que se veía al final de la calle, Sonia pensó que también podría ir con ellas…
(Sra. Adams) .- Sonia!!! A donde te crees que vas? Ellas pueden ir al parque si lo desean, tu ahí quieta, camina! Que te vean bien todos!!! Ya que te gusta dar el espectáculo en público, que todos te vean bien como llevas el culo por desvergonzada!!!
Lo dijo en voz alta para que fuera escuchada por los viandantes que se cruzaban en esos momentos con ellos, y giraron sus cabezas viendo el trasero a Sonia. Una de las señoras que miraron, lanzaron una exclamación de sorpresa al ver el trasero morado de Sonia.
Sonia deseaba que se la tragase la tierra, estaba pasando más vergüenza que nunca. Una pareja de ancianos adelantaron a Sonia, iban en bicicleta paseando.
(Anciano) .- Has visto como lleva el culo?
(Anciana) .- Si, así aprenderá modales!
La Sra. Luisa escucho aquella habladuría entre los ancianos, y sonreía al verle el trasero a Sonia, caminando delante de ellas.
(Sra. Luisa) .- Lo está pasando muy mal tu sobrina.
(Sra. Adams) .- Ella se lo ha buscado! Que todos la vean bien. Que sepan que en mi casa hay disciplina, y que lo que hizo delante de todo los clientes del restaurante, no es digno de una señorita…
Sonia miraba al suelo, no se atrevía a levantar su mirada y ver cómo la gente que se cruzaban se volvían a mirarla, primero escuchaba sus susurros y luego aquellas muestras de que era justo el castigo.
(Pareja 1 hombre) .- Has visto, es la chica que monto la escena en el restaurante ayer…
(Pareja 1 mujer) .- Hay que tener poca vergüenza de caminar por la calle, después de la escena de ayer! .- La pareja 1, paso de largo tras cruzarse con Sonia. Seguían hablando de ella, y en una mirada de la mujer hacia atrás, vio su corto vestido. - Cariño has visto como le han puesto el culo? Bien empleado que le esta!
(Pareja 1 hombre) .- Ah!!! Debe ser la sobrina de los Adams. Era cierto el rumor, que a su hija y nieta la calientan a menudo el trasero, haciéndoles vestir de esa manera. Has visto va enseñando las bragas a su edad! Creo que tiene treinta y dos años, es profesora de una universidad, y mira cómo lleva el culo. La han castigado como se merece por lo de ayer. Espera vamos a saludar a Williams.
(Pareja 1 mujer) .- Hola Williams!
(Sr. Adams) .- Maggie! Thomas! Que es de vuestras vidas, hacía tiempo que no hablábamos…
(Pareja 1 hombre) .- Hola Williams! Sí que hacía tiempo, si! Veo que vais de paseo, es vuestra sobrina?
(Sr. Adams) .- Si! Vive con nosotros por unos días. Sonia! ven acércate. .- Sonia se acerco a su tío que la reclamaba -. Te presento a Thomas, un buen amigo de la infancia y su esposa Maggie. He escuchado que estabais hablando de lo de ayer, de ella.
(Pareja 1 hombre) .- Si, comentábamos mi esposa y yo, el mal comportamiento que tuvo en el restaurante ayer. Ya veo que ha recibido su justo castigo.
(Sr. Adams) .- Si, mi esposa Ingrid se ha encargado de calentarle el trasero como es debido, pero aun ha de pasar por mis manos!! No te creas desvergonzada que después de la vergüenza que nos estás haciendo pasar, esto va a quedarse así. En cuanto lleguemos a casa puedes prepararte…!!! .- Regaño a su sobrina delante de los amigos, esto hizo que Sonia se pusiera a llorar de la vergüenza .- Y no llores que aún no te he tocado yo, la paliza que te ha dado tu tía, no es nada con la que te voy a dar yo!!! Hasta luego amigos, Thomas… Maggie… .- se despidieron de los conocidos y delante de ellos, Williams le dio a Sonia un fuerte azote en el culo. - sigue caminando, desvergonzada!!!
Sonia avanzo varios pasos, saltando de un pie a otro, y sobándose el culo con las dos manos vigorosamente, aquel azote, la había sorprendido. Pero lo que más le sorprendió, es que se lo diera su tío en plena calle y plena de transeúntes que se reían del azote recibido en el culo, Sonia.
En ese instante volvieron aparecer Susana y María, que venían discutiendo entre ellas, ya en la puerta del restaurante, iban a entrar cuando de sorpresa tanto Susana, como María, recibieron cada una un fuerte azote en el culo por encima de sus bragas de margaritas de su madre y abuela, la Sra. Adams.
(Sra. Adams) .- Chicas! Compórtense como es debido!!! Dejad de hacer ese escándalo! Y entrad dentro… .- Sonia en ese momento pasaba por delante de su tía, y al igual que sus primas se llevó una fuerte palmada en el culo, por encima de sus bragas.
(Sonia) .- Jooo, tíaaa. Que he hecho… .- Sonia había levantado la voz más de lo debido, todos los clientes del restaurante, miraron hacia la puerta.
(Sra. Adams) .- Como te atreves de hablarme así…!!! .- Ni se lo pensó dos veces, agarro a su sobrina del brazo y la hizo darse la vuelta, metiendo la cabeza y medio cuerpo bajo su brazo izquierdo, al inclinarse sus bragas quedaron expuestas ante todos los clientes, y así, le dio una buena ristra de azotes bien sonoros y fuertes en el culo, por encima de las bragas, agarro la cinturilla de estas, pretendía bajárselas, pero levanto la vista y vio como todo el mundo la miraba, entonces soltó la cinturilla de las braguitas y le dio, unos azotes más soltándola. .- Camina!!! .- Luego paso por entre las mesas hacia la que ya ocupaban su marido, Luisa y las chicas. -. Perdonen las molestias, pero es que al enterarnos de lo que hizo nuestra sobrina ayer, eso me crispa los nervios. No imaginan la vergüenza que mi marido y yo hemos pasado al enterarnos de lo sucedido, por eso la hemos traído al restaurante, para que se disculpe ante todos ustedes… Sonia!!! No, nos avergüences más y discúlpate ante todos los clientes!!!
Sonia miraba a su tía ensimismada, no sabía qué hacer, ni que decir… ahí estaba en el centro del comedor, sobándose el trasero a dos manos con el culo ardiendo y todas aquellas personas mirándola a ella.
(Sr. Adams) .- Sonia! todas estas personas esperan tus disculpas o…
Sonia miro desde donde le hablaba su tío, y con los ojos abiertos como platos, vio asustada que se había sujetado la hebilla de su cinturón y comenzaba a desabrochárselo, si antes no sabía dónde meterse, ahora no sabía a donde mirar…
(Sonia) .- Señores!... Señoras! Desearía… que perdonasen… -. Tartamudeaba al hablar, estaba roja de la vergüenza, se tenía que disculpar ante todos y allí estaba ella, sobándose el culo, con aquel corto vestido azul, enseñando sus bragas de algodón blancas con margaritas, tras las cuales y las partes de sus nalgas que no cubrían, se le podía ver lo morado que tenía el culo, además de colorado por la ultima azotaina de su tía ante ellos, los clientes. .- desearía… que perdonasen… mi comportamiento en el día de ayer, poco digno en una chica de mi edad.
(Sr. Adams) .- Bájate las bragas!!! Muestra a todos que has sido castigada por tu mal comportamiento de ayer….- Sonia con su rostro rojo de la vergüenza, miro hacia donde estaba su tío, este ya se había soltado el cinturón y estaba agarrando la parte de la hebilla para tirar de ella y sacar el cinturón de las presillas de su pantalón. Así que ante esa alternativa, no tuvo más remedio que introducir sus manos bajo la corta falda y bajarse las bragas lentamente..- Date la vuelta y que todos te puedan ver como llevas el culo de morado, de la azotaina que has recibido, esta misma mañana…-. Sonia cerro los ojos, y fue girándose sobre sus pies. .- Ya te las puedes subir, desvergonzada!!!
(Cocinero) .- Señores Adams, gracias a ustedes por traer a la responsable de los actos de ayer, que resultaron sumamente bochornosos para mis clientes, creo que hablo por todos los presentes y por los que no se encuentran en estos momentos, pero sí estuvieron ayer en la bochornosa escena, en nombre de todos aceptamos sus disculpas. Aunque ayer ninguno de nosotros sabíamos quién era la joven que armo el escándalo, de haberlo sabido. Usted señor Williams, habría recibido las quejas formales mías. Ya que conociendo su manera de ser, y su honorabilidad la cual siempre ha sido intachable, habríamos dado por supuesto que la responsable seria castigada de la manera más efectiva para un caso así. Sin tener duda alguna de la efectividad de que sería impuesto el necesario correctivo, una vez más. Aceptamos sus disculpas Sonia Adams.
Los Adams comieron en silencio, Sonia apenas pudo probar bocado por la vergüenza pasada, aparte de que su trasero le dolía horrores, apenas soportaba estar sentada pero dar muestras de debilidad y cambiar de posición su trasero habría sido lo que más deseaba, pero habían demasiadas miradas que no hacían más que observar su comportamiento, muchas de aquellas miradas hubieran disfrutado viéndola levantar su culo y cambiarlo de posición. Pero lo peor de todo era lo que rondaba por su cabeza o por su mente, el saber que aún tenía que volver a casa y porque sabía que aún no todo había terminado, en cuanto llegasen de regreso a casa, lo iba a saber y rápido.
El retorno a casa fue bajo un silencio sepulcral, nadie decía nada, incluso la parlanchina de Luisa que nunca podía dejar de hablar, iba callada. Por otro lado, Ingrid no hacía más que mirar a su sobrina, su cara de indignación todavía la tenía muy presente. Aquello para Sonia no podía significar nada bueno, pero después de las palabras del dueño del restaurante, el honor de sus tíos no sería puesto en duda, por lo tanto nadie en el pueblo lo iba a mirar con ojos diferentes o con recelo. Pero todos habían dado por algo realizado, que quien la había castigado había sido él, cuando en realidad aun no lo había hecho. Pero lo había dejado bien claro, se encargaría de ella nada más entrar en la casa.
Finalmente llegaron a la casa, su tía junto con Luisa se bajaron dándose un abrazo de despedida, Luisa tenía su utilitario aparcado delante de la puerta y debía volver a casa antes de que lo hiciera su marido. Luego se apearon Susana y María, entrando en la casa y subiendo a su habitación. Después de ellas, con serias molestias al hacerlo, fue Sonia. Entro en la casa, subió al piso de arriba y espero junto a la puerta del baño a que subiera su tía Ingrid. Su tía no tardo en subir a cambiarse de ropa, al verla en la puerta del baño.
(Sra. Adams) .- Que haces ahí, Sonia.
(Sonia) .- Tengo que hacer pis… y te esperaba tía.
(Sra. Adams) .- A buenas horas quieres comportarte como es debido! Venga entra, que te pondré para que hagas pipi. -. Entraron juntas al baño, su tía le bajo las bragas y la sentó en el inodoro, cuando acabo la aseo, y le subió las bragas ajustándoselas a su cintura, tal y como estaba la hizo inclinar hacia adelante, bajo la tapa de inodoro sentándose en él, luego acabo de colocarse a su sobrina sobre sus rodillas y le bajo las bragas, la azotaina no tardo apenas tiempo, la indignación que llevaba en el coche durante todo el camino de regreso, empezó a cobrarse su indignación dándole una sonora azotaina a Sonia. Cuando pensó que era suficiente le subió sus bragas. Sonia tenía los ojos abnegados en lágrimas, su tía le permitió ahora si ponerse de pie. .- Ves a tu habitación y espera a tu tío, no creo que tarde mucho en subir.
(Sonia) .- Tengo las bragas muy… me las puedes cambiar, tía?
(Sra. Adams) .- No, no te las puedes cambiar, si, ya las he visto que las llevas muy mojaditas, pero créeme, tú tío ni se va a fijar en ese detalle, está muy indignado contigo.
Entro en su habitación cerrando a su vez la puerta, se dirigió al espejo a mirarse el culo. Se bajó las bragas hasta la base de sus nalgas para mirárselo, le dolía muchísimo, mas con la azotaina que le acababa de dar su tía, estaba muy indignada con ella, sobre todo de la manera que le había hablado al entrar en el restaurante, ya en ese momento iba a bajarle las bragas, pero entonces debió recordar donde se hallaba, y que no era el momento. Volvió a subirse las bragas ajustándoselas bien. En breve las volvería a tener bajadas de nuevo, y esta vez sí, que iba a recibir una sonora azotaina, como muy dolorosa para ella. Estaba resignada a lo que se le venía encima. Se acercó a la ventana, desde ella pudo ver como su tío cerraba la ranchera en el cobertizo que hacia la función de garaje. Vio salir del cobertizo a su tío, llevaba en la mano algo. No pudo verlo con claridad, pero le pareció que era un cepillo de baño. Se puso a temblar solo de pensarlo. No sabía bien que hacer, aguardar sentada… mejor no, pensó. Ya le dolía mucho el trasero como para acentuar ese dolor. Las bragas le molestaban horrores, pues eran de costuras y estas se le clavaban en el inflamado trasero. el elástico parecía que le fuera a cortar las nalgas, pero nada podía hacer por evitarlo, era una de las reglas de la disciplina, debían usarlas de este tipo de braguitas cuando estaban castigadas, las bragas sin costuras estaban prohibidas mientras se estuviera castigada, y Sonia llevaba unas horas que estaba castigada y re castigada.
La puerta de la entrada de la casa se acababa de cerrar, debía de ser su tío. Pues sus primas habían sido las primeras en entrar, su tía claramente había subido también. De ello era consciente Sonia, pues le había dado una azotaina en el baño. Solamente podía ser su tío, Sonia se acarició su culo, como si fuera la última vez que lo fuera a poder hacer, pues si su tío subía a por ella cepillo en mano, durante mucho tiempo no se lo iba a poder tocar por el escozor horrible que ello le supondría, y eso ella lo sabía muy bien.
Escucho que alguien subía las escaleras, luego los pasos por el rellano, Sonia sentía un nudo en la garganta, sentía la sensación de que en cualquier momento se le iba a salir el corazón por su boca. Tenía un temor que se acentuaba por momentos, sobre todo cuando aquellos pasos se detuvieron delante de su puerta. Sentía su estómago vacío, pero más lleno que nunca, pues cientos de mariposas revoloteaban dentro de él. Casi le dio un sincope cuando vio que giraba el pomo de su puerta, y que esta se abría. Ahí estaba el, parado en el umbral de su habitación, entro con pasos cortos, ni se molestó en cerrar la puerta. Le pareció que lo hacía para que sus primas pudieran escucharla berrear y llorar apenas comenzase su castigo. Camino lentamente hacia ella, deteniéndose apenas a medio metro de ella. Sonia no podía mirarle a la cara, miraba al suelo arrepentida de su comportamiento. Pero sobre todo al ver aquel viejo cepillo de madera en su mano derecha, la atmosfera estaba muy cargada de la tensión, esta se podía cortar con un cuchillo de lo densa que era.
(Sr. Adams) .- Puedo saber en qué diablos estabas pensando! Para comportarte hoy de esa manera tan alocada! Sabes. Tu tía hoy solo pretendía darte una lección, no pretendíamos pasar la humillación que nos has hecho pasar. En qué diablos pensabas? Es que siempre te tienes que comportar como una niña? Es que nunca vas aprender a comportarte como la mujer que eres!!! Se puede saber cómo puedes hacer las cosas que haces, es que no tienes conocimiento alguno? Ayer saliste con quien en futuro puede que sea tu marido, y te comportaste como una chiquilla con él, porque pretendías divertirte un poco, bien, eso no es ningún pecado. Pero tenías que hacerlo en este pueblo? Donde nos hemos criado tu padre y yo, así como tu tía. Tenías que hacerlo aquí justamente para dejarnos en mal lugar a nosotros que siempre te hemos mimado como a una hija? No podías haber entrado hoy al restaurante como una persona más, pasar la vergüenza por llevar el culo en ese estado y volver para casa… Tenías la necesidad de responderle a tu tía con esos modales? Ante todos nuestros amigos y conocidos, después de la que montaste ayer? Tenías que hacerlo! Qué diablos esperabas que hiciera tu tía? La has puesto en evidencia ante todos. Has puesto en evidencia a mi esposa!!! Es que no te das cuenta de que haces daño a los que te quieren? Si! Puede que seamos unos tíos tuyos muy estrictos, que se nos vaya la mano con facilidad y os calentemos el culo más de lo debido, pero has demostrado pequeña sinvergüenza! Que no somos lo suficiente estrictos contigo. Pero eso va a cambiar, te voy a dar la azotaina que llevas días pidiendo a gritos…te voy arreglar bien a ti, desvergonzada!!! Lo de hoy es lo que colma el vaso…
La agarro del lóbulo de la oreja izquierda, llevándola hacia la silla del rincón, en donde estaba el escritorio de Sonia con sus libros de estudio. El tío Williams se sentó en la silla, poniendo sobre sus rodillas a Sonia, la coloco sobre ellas boca abajo, sujeto su mano derecha llevándola sobre su espalda doblando su brazo y sujetándola de la muñeca sobre ella. El culo cubierto con las bragas blancas de algodón con flores de margaritas, su tío no lo dudó un instante e introduciendo sus dedos entre el elástico de la cinturilla de las bragas, se las bajo lentamente dejando su amoratado trasero desnudo, su tío le acomodo las bragas sobre las rodillas, empezando sin preámbulo alguno con el cepillo, estaba decidido a darle una severa azotaina después de lo sucedido, el cepillo la hacía retorcerse cada vez que lo sentía caer sobre su trasero desnudo. Sus lágrimas no tardaron en aflorar de sus pupilas, tenía el trasero muy dolorido y el cepillo con pocos azotes le habían dolido demasiado para no llorar, la azotaina no fue muy larga, pues el cepillo pronto hizo que sus nalgas, enrojecieran hasta hacérselas arder como brasas encendidas y se pusieran más oscuras.
La dejo sobre la cama sollozando, con el culo en llamas. Había resultado un día complicado para Sonia.
(Continuará…)