EL ABUELO MATERNO Capitulo 19 1ªParte
Las amigas de Sonia tienen problemas, por culpa de una muchacha inmadura que aparece en la casa de los Adams, poniendo en problemas a todas RELATO DE SPANKING
EL ABUELO MATERNO Capitulo 19 1ª Parte
Los Adams residían en su vivienda en el fondo de un valle, rodeada de colinas colindantes entre las cuales, resaltaba la reformada construcción clásica de montaña, manteniéndose aislada de la población más cercana. Vivienda construida a principios del siglo XVIII por los Adams, siendo habitada por varias generaciones de la familia, llegando a nuestro tiempo presente por el Sr. Williams Adams y esposa Ingrid Adams. Por trabajo en la capital del matrimonio, durante años la utilizaron como lugar de reposo, fue su segunda residencia durante esos años, en la cual se refugiaban para pasar sus vacaciones, olvidándose del pesado trabajo en la capital, oficio siempre vinculado a la disciplina dadas las circunstancias de la época, en la cual el castigo corporal era habitual como medida de corrección.
En los últimos años la vivienda había sido remodelada, pasando a ser su residencia al retirarse viviendo en la tranquilidad del campo, dándole una apariencia del Tirol Austriaco claramente campestre de mediados de siglo, con una construcción clásica con bonita estampa unida a campos y prados verdes del paisaje, resaltaba al ser una vivienda de las tierras del Tirol en Austria. Por ello le habían dado aires nuevos, con muchos acabados realzados en madera, en las aristas verticales y horizontales que dividían las tres plantas, o haciendo resaltar las ventanas enmarcándolas en su fachada con triángulos rectángulos, con el fondo de obra pintada de blanco, el cual realzaba los trazos en madera envejecida. Dando así a las aristas de maderos envejecidos, remarcando sobre el fondo de obra, su tejado puntiagudo de pizarra negra a dos aguas el cual ascendía desde la segunda planta a las buhardillas de lo alto del cuarto piso, con hasta seis salientes de Buhardillas divididas entre la tercera y cuarta planta en la fachada principal, que la hacía más acogedora, dando una apariencia diferente a las viviendas de sus vecinos, realzando el contraste con la belleza del valle, del entorno que la rodeaba con frondosos bosques de robles e encinas, teniendo de fondo las cumbres de altas montañas nevadas.
El interior también había sido remodelado, reformando la planta baja de tal forma que la estancia era más acogedora, por ello tras atravesar el umbral de la puerta principal, se entraba a un espacioso salón a la izquierda, con una chimenea de piedra que encendida era ideal para descansar o simplemente leer, con a su derecha la cocina estando abierta al salón. Por lo que al hallarse en el salón o en la cocina se podía ver claramente las escaleras centrales que ascendían a la primera planta, con una baranda en ambos lados de madera torneada con faldón inferior. Por lo cual desde el rellano de la primera planta, la visibilidad del espacio era excelente. Por ser visible tanto el salón, como la cocina desde lo alto de las escaleras, fue motivo que estuviera aun castigada Sonia, dadas las costumbres de los Adams en la férrea disciplina, castigaron a su sobrina a tener que usar pañales como castigo, en la convicción que el hacerla avergonzar de sí misma, era el castigo adecuado para corregir su falta de formalidad.
Tras haber sido sorprendida infraganti hacía tres semanas por su tío Williams, en una situación que consideraron ser intolerable en una mujer de treinta y cuatro años. Mientras que la sobrina preferida de los Adams absorta en el tiempo, la encontró su tío en una postura de lo más informal. Sonia se hallaba acuclillada camuflándose entre la baranda de la escalera para no ser descubierta, espiaba a su tía Ingrid, que se encontraba sentada en una silla de la cocina, manteniendo boca abajo sobre sus piernas a su hija Susana, a la cual le estaba dando una azotaina con su zapatilla, viéndose desde la posición elevada de Sonia, como enrojecía cada vez más el trasero de su prima, a cada nuevo azote que implacablemente azotaba sus muy coloradas nalgas, teniendo las braguitas de algodón blancas con dibujos llamativos bajadas a la altura medio muslo, la contemplaba ensimismada con su mirada segura de sí misma. Había sido testigo minutos antes el escuchar la tremenda regañina de su tía Ingrid a su hija, esperando que de un momento a otro comenzase la azotaina que se le avecinaba. Tenía una posición envidiable para cualquier spankee como ella, el poder contemplar cómo se vieron cumplidos su presentimientos. Viendo como tía Ingrid teniendo a su hija en pie a su costado derecho, introducía las manos bajo la falda de Susana, al ver desde su posición como le bajo las braguitas, fue una visión extraordinaria para Sonia, que vio como lentamente fue enrollándoselas sobre sí mismas, hasta dejar el fondillo de las braguitas bien tenso y expuesto, el cual luego estiro del fondillo de la braguita hacia ella misma, para ver bien el estado deplorable de las braguitas muy mojadas, motivo el cual se unió a la tremenda regañina que le estaba echando a su hija, Sonia tuvo que agarrarse a la baranda, extasiada por su visión al ver como Susana se dejó llevar, al agarrarla de la mano izquierda su madre, la atrajo hacia sí misma obligando a dejarse caer sobre su regazo, una vez colocada y bien sujeta boca abajo, le sujeto el brazo derecho haciéndoselo colocar sobre su espalda, manteniéndoselo por la muñeca inmovilizado, y con el arte que caracterizaba a tía Ingrid, avanzo su pie derecho mientras no cesaba de regañar a su hija, dando un ligero golpecito con la puntera de la zapatilla, la cual quedo suelta del pie quedando huérfana en el suelo, solo fue necesario encorvar lo justo su cintura a su derecha, alargando su brazo para alcanzar por el talón la zapatilla de paño azul marino, con pequeñas margaritas blancas con el polen de fondo amarillo, en el centro del empeine en relieve sobre el paño azul marino, resaltando así sus pétalos blancos con su polen amarillo en el centro.
Al incorporarse armada su mano derecha con la zapatilla, Sonia observaba como su prima se agitaba nerviosa sobre el regazo, al ver como su madre ya tenía la zapatilla en su mano y que en breve iba a comenzar a darle azotes en el culo. La escuchaba como decía “…Mama,… no… Mama,… No…” Momento que al levantar el brazo en alto empuñando la zapatilla en su mano, Sonia excitada de la visión, se pasaba los dedos de su mano izquierda sobre su sexo cubierto por el fondillo de la braguita, tras pasarse los dedos tensando dicho fondillo marcaron la ranura de su sexo, extasiada ante su visión introdujo los dedos pulgar e índice, entre el fondillo de las braguitas, apartando el elástico ribeteado de la braguita, el cual se echó a un lado apartándose la braguita, sosteniéndose en equilibrio en cuclillas, se soltó de la baranda que se sujetaba con su mano derecha, la cual se llevó a su sexo ya desprovisto de la braguita. Viendo alucinada como la mano de tía Ingrid sobrepasaba por encima de su hombro, quedo claramente visible la zapatilla resaltando la suela de goma blanquecina en el aire a escasos metros de Sonia, así como el pequeño tacón en una pieza por el cual la empuñaba, viéndola bajar por la inercia de la fuerza empleada, bajar rápido impactando el colorado trasero de Susana, sus nalgas tras el impacto parecieron que ambas nalgas se separaban, y milésimas después se entrechocaban una con otra al juntarse de nuevo, los rápidos y certeros azotes de la suela de goma blanca de la zapatilla, arrancaban ligeros gemidos a Susana, con el temblor de sus piernas o el cómo su cuerpo por la inercia de los azotes se movía hacia adelante unos centímetros y recuperando la posición como si su trasero fuera en busca de los azotes, la cual mantenía la posición, sobre las rodillas de su madre, con sus piernas colgando semi-flexionadas inertes en el aire, moviéndose ligeramente por el efecto de la calurosa azotaina.
Susana al ser una mujer de treinta y dos años con un metro sesenta y cinco, su madre en cambio su estatura cercana al metro noventa y cinco, siendo una mujer corpulenta con cuerpo robusto, hacía que Susana diera la apariencia de ser una niña de diez años sobre su regazo. No alcanzando apenas apoyar en el suelo sus manos, y sus piernas no tocaban el suelo aunque estirase las piernas, durante varios minutos aguantó estoicamente, solamente con “Ayees” entrecortados al no tener tiempo entre azote y azote, por la rapidez que caían implacables resonando vigorosamente, sobre su ardiente trasero a esas alturas de la azotaina, pero su madre pretendía ser severa con su hija, pues estaba muy enfadada con ella, por ello centro sus azotes en la zona baja de sus coloradas nalgas, justo en el inicio de sus muslos logrando que su hija Susana, no pudiera aguantar el intenso fuego, en su coloradísimo trasero poniéndose a llorar a sus treinta y dos años como una chiquilla. Sonia muy excitada ante la escena. Admirando el erotismo la belleza de la escena, sin tener en cuenta que no estaba sola como ella creía. Tenía un perfecto ángulo de visión, del cual no perdía detalle alguno, sobre todo por la forma de contorsionarse de su prima en esos momentos por la severa azotaina, sobre las piernas de su madre a sus años, ante el intenso ardor que debía de sentir en el culo rojo escarlata, muy brillante a esas alturas de la azotaina resaltando la rojez. Mientras seguían cayendo azotes certeros con la zapatilla a Susana.
Sonia acuclillada muy confiada de estar sola en el rellano de la primera planta, mantenía con los dedos de su mano izquierda apartada la braguita, mientras que con los dedos unidos índice y anular de la mano derecha se frotaba trazando pequeños círculos rápidos en esos momentos sobre su clítoris, al mantener los labios exteriores separados con los dedos pulgar e índice de su mano izquierda, siendo sorprendida gimiendo de placer, al estar masturbándose con los dedos de su mano derecha teniendo muy humedecido su sexo, tras tener un nuevo e intenso orgasmo, viéndose obligada a apretar los labios y los dientes para no aullar de placer y acabar siendo descubierta… Pero… se quedó petrificada cuando una mano se posaba sobre su cabeza, mirando hacia atrás volviendo la cabeza se le helo la sangre de sus venas, al descubrir con cara de muy pocos amigos a su tío Williams tras ella, para el cual no pasó desapercibido descubrir unas gotas de fluidos en el suelo de madera…
Semanas después…
Fascinada una joven de unos veintidós años, admiraba extasiada la casa de los Adams, así como sus jardines con rosales en flor con multicolores rosas, rojas, amarillentas, blancas, rosas. Parada frente al porche de la entrada principal, como si hiciera tiempo que no las veía, teniendo una jardinera a los laterales del porche, con varias plantas de enredadera que cubría los pilares así como los dos extremos del porche, que luego ascendían por el mismo hasta alcanzar saliente del tejado angular del techo, y ascendiendo por la pared y toda la fachada de la casa. La joven que rondaría el metro sesenta y ocho, se aproximó hacia la puerta principal, con la intención de llamar a la puerta, cuando se detuvo en ese instante al escuchar un sonido peculiar, llamándole su atención el sonido que acababa de comenzar en esos precisos instantes. Un sonido que procedía del interior de la casa, el cual para nada le resulto ser desconocido para ella.
Alguien de la casa estaba siendo castigada en esos momentos, pues la joven desconocida era buena conocedora de las costumbres de la familia Adams, así como su estricta disciplina con su hija y su nieta. El sonido de los azotes le llegaba nítido para sus oídos procedentes del piso superior, levantando la barbilla miro hacia la primera planta para ver de donde procedían, descubriendo con la mirada una ventana abierta, por la cual le llegaba con nitidez el sonido, la ventana abierta daba al largo pasillo. Claramente la joven debía de conocer la casa para tal deducción. Escuchaba sin dudas que alguna de sus amigas debía de tener el trasero ardiendo, pues estaba recibiendo una fuerte azotaina de buena mañana, por el sonido de sus Ayees de dolor así como su llanto. Al ser una mañana fresca iba abrigada con un abrigo, que la cubría envuelta en él desde el cuello hasta debajo de la rodilla, lo que imposibilitaba ver como vestía la joven bajo esa prenda.
La joven dudaba si llamar a la puerta o marcharse por donde había venido, de todos los habitantes de la zona, la casa del matrimonio Adams no era una casa cualquiera para la joven visitante. Para ella no era ningún secreto lo que sucedía tras aquellas paredes. Pues las veces que la había visitado anteriormente, sabía muy bien el cómo llegaba a la casa de los Adams, bien fuera por la mañana o por la tarde, pero desconocía como saldría de ella por sus costumbres retrogradas. Pues muy rara vez había abandonado la vivienda al marchar de ella, sin salir con el culo abrasándole bajo sus bragas.
La madre de la joven visitante o para otras señoras vecinas residentes en el valle, las había escuchado hablar en sus reuniones cuando era una niña, hablar que los Adams estaban detenidos en el tiempo de primeros de siglo, una época en la cual la disciplina en el hogar era una costumbre, la joven nunca tuvo dudas referente a las amigas de su madre, que debían de haber tenido serios tropiezos en su infancia en aquella casa, incluyendo a su propia madre en su deducción, en su presencia no solían hablar abiertamente, pero como todas las niñas era curiosa y solía parapetarse escuchando tras la puerta oír de lo que hablaban.
Para los llamados caballeros o señores de la comarca, el orgullo o el honor era algo que estaba por encima de todo en la vida, no se les debía faltar en ningún caso el respeto. Una ofensa causada por una chica o chico en aquella época, si esta era en las inmediaciones de la casa, tenía serias consecuencias para ella o él, siendo requerida su presencia acompañadas por sus progenitores por el señor de la casa, el cual se encargaba de aplicar una estricta disciplina. Las cuales en muchos casos se tomaban medidas disciplinarias en el momento, dado que los habitantes se conocían entre ellos siendo como una gran familia, por ello los jóvenes tenían que ir con pies de plomo, asegurándose bien por donde pisaban, metafóricamente hablando no era por la seguridad al caminar, si no, todo lo contrario debían cerciorarse de no cometer algún error, pues sus consecuencias las padecían al instante, por cualquiera de los señores de la zona, lo cual significaba volver a casa con el trasero bien caliente.
La joven había escuchado infinidad de veces, hablar a su madre de aquellos señores, historias que la abuela le había contado a ella, así del cuidado que debía de tener cuando pasaba caminando por sus tierras, pues de ser sorprendida ella o con sus amigas, ellos aplicaban disciplina por sus propias leyes. Tras la puerta sin ser vista las escuchaba hablar a las señoras, y en una de esas veces escucho a su madre, refiriéndose a las veces que ella había sido castigada por los padres de los Adams actuales, los cuales en aquellos años tenían su misma edad, refiriéndole a las señoras reunidas, como la ponían con el trasero al aire bajándole las bragas o calzones de la época, aunque estuvieran presentes los dos hijos varones de los señores, Williams y Jacques.
La joven siendo ya una adolescente había escuchado a su madre hablarle sobre los Adams, al contrario que hacían de niña que no hablaban en su presencia, por ello la joven le decía muchas veces a su madre, la suerte que tenía al no vivir en aquella época, pues la madre le había contado historias sobre esa familia, sin especificar que la castigaban en el trasero, pero ella lo sabía de otras veces que había escuchado a escondidas, por ello en su adolescencia la aterraban los Adams.
…..
El solo pensar que debía ir ella esa mañana a su casa, apenas había podido dormir esa noche, teniendo sueños sobre una de aquellas historias, que la había hecho despertarse sobresaltada, haciéndolo toda mojada no procediendo de sudores precisamente, pues era su entrepierna la que se hallaba muy húmeda, viéndose obligada al levantarse a cambiarse de braguitas. Al igual que se encontraba el fondillo de sus braguitas en esos momentos, al escuchar el sonido de los azotes que resonaban por la ventana de la primera planta. En esos instantes embriagada por el sonido de los azotes. El sueño de esa noche le vino a la mente en esos instantes, recordándola como si la estuviera viviendo ella misma…
Estando aun en su habitación esa mañana, en el fondo lo que realmente deseaba, era que llegase cuanto antes el momento de su partida hacia la casa de los Adams. Por ello salió aquella mañana sin ni siquiera desayunar, haciendo oídos sordos a unas voces que la llamaban desde la cocina.
Apenas había caminado unos cientos de metros, cuando recordó que se le olvidaba hacer algo, lo que le había comentado su padre el día anterior, al parecer debía pasarse por la farmacia a recoger un encargo. Pero no le concedió importancia alguna, pues para ella solo tenía en su calenturienta mente, el deseo de llagar a la casa del abuelo de su mejor amiga María, la cual era casi de su misma edad, ella era un año y medio mayor que María. Al ser la vecina más cercana a su casa. Desde la llegada de su madre Susana, ella solía ir a jugar con la pequeña María. Por lo cual en innumerables ocasiones había tenido que aguantar el mal humor de los abuelos, por lo que era rara la visita que tanto María y ella misma no acabaran llorando en la casa, tras haber recibido sendas azotainas cada una de ellas.
Aunque últimamente no había podido ir con la frecuencia que le gustaría, al tener que ocuparse de ayudar a su padre como enfermera, aún no había finalizado sus estudios de enfermería. Hacía varias semanas desde su última visita, por lo que hacía varias semanas que nadie le calentaba el trasero. Su padre el Sr. Johnson el médico de la zona era estricto con ella, al igual que su madre Penélope quien también la castigaba con frecuencia, pero sus castigos eran más psicológicos que prácticos. Desde muy pequeña no recordaba que la hubieran colocado sobre las rodillas para darle unos azotes, a pesar que después de conocer a María hacia lo imposible para ser castigada por sus padres. Pero estos la castigaban sin cenar o sin merienda, prohibiéndole salir a jugar, y otros castigos similares.
Por ello la noche anterior cuando su padre le hablo, que debería pasar en la mañana por la casa de los abuelos de María, de la alegría que sintió en esos momentos, dejo de escuchar las palabras de su padre, dándole a conocer los motivos de su visita. No escucho nada de lo que le hablaba, pues su mente ya comenzó a cavilar que podría hacer, para nada más llegar meterse en problemas. Por ello había pasado tan malamente esa noche, teniendo pesadillas como dirían sus padres. Aunque para ella no resultaron ser nada desagradables, pues no paraba de pensar que iba hacer para ser castigada nada más llegar, que era lo que anhelaba desde que había vuelto a casa.
…Teniendo quince años, casi dieciséis fue cuando conoció por primera vez a María, tras enterarse su padre el Sr. Johnson, del regreso de Susana hija de los Adams con su hija pequeña, al día siguiente el Sr. Johnson se pasaba por la casa a visitar a los Adams, llevando a su hija ya una adolescente con él. Esa mañana que visito por primera vez a los abuelos de María, no es que pudiera jugar con ella, pues le extraño mucho que el primer día en la casa, ya la tuvieran castigada los abuelos por un asunto de estudios, por lo que solamente se pudo sentar junto a ella, en la mesa del salón saludándose por primera vez. Aunque esa vez le pareció que los abuelos eran unos seres odiosos, pues por estar hablando María con ella, vio como María le cambiaba su rostro y aterrada al ver como la abuela la levantaba de la silla, sentándose ella en la silla de María. Viendo la adolecente perpleja como apenas a dos metros de ella, la abuela la ponía sobre sus rodillas levantándole la falda y bajándole las bragas a las rodillas, viendo lo colorado que tenía el culo la joven María, así como si nada le importase a la abuela, la dio una larga azotaina con la mano poniéndole el culo más colorado aun. Al terminar de darle la azotaina a María, la abuela le subió las bragas enviándola a un rincón castigada de cara a la pared. Ese día de regreso a casa con su padre llevaba un sabor agridulce de su primer encuentro con María. Durante los días siguientes de esa semana, ella iba todos los días a jugar con su nueva vecina, pero no fue hasta la semana siguiente la que podría conocerla mejor, pues toda la semana María permaneció castigada sin poder salir de la casa, aunque la permitían hacerle compañía sentada junto a ella en el salón, siendo raro el día que no viera como la Sra. Adams, colocaba a Susana la madre de María sobre sus rodillas y la veía recibir una azotaina con la zapatilla o la propia María era colocada sobre sus rodillas, recibiendo una azotaina por dejarse molestar por ella. Fue justamente el domingo de esa semana cuando la abuela cansada de que molestase a su nieta, coloco a María sobre sus rodillas dándole una azotaina, y cuando acabo con María de darle la azotaina, con sorpresa vio como la abuela la agarraba a ella colocándola boca abajo sobre las rodillas, dándole una azotaina sobre las bragas. Esa noche cuando su padre fue a recogerla, no solamente fue el día que recibiera su primera azotaina, la cual la dejo con el culo ardiéndole como brasas al rojo vivo. Esa noche al llegar su padre a recogerla, le ardieron las mejillas por primera vez al ruborizarse por la vergüenza que sintió, pues tía Ingrid como ya la conocía en el presente, aunque en aquellos momentos aún era para ella la Sra. Adams, le refirió con todo detalle el motivo que había causado y le hubiera dado una azotaina a su hija. Como a la joven su padre nunca le ponía la mano encima, esperaba que la defendiera ante tía Ingrid y le recriminase que le hubiera calentado el culo, pero para su sorpresa…
(Sr. Johnson) -. Ingrid! Sabes perfectamente que Angie es como tu propia hija, tu eres su madrina, por lo tanto eres como su segunda madre para ella, si le has tenido que calentar el trasero, será porque te ha dado motivos para ello, no eres una mujer que castigue a una adolescente sin tener buenos motivos para hacerlo… Angie! Despídete de tía Ingrid, que nos vamos a casa!
…Esa misma mañana mientras caminaba hacia la casa de los Adams, le vino a la mente una de aquellas historias que había escuchado su madre contar a su abuela, escuchando tras la puerta cuando aún era una chiquilla, la misma historia que su propia madre había vivido en su infancia. Justamente había soñado esa noche con esa escena, pero en su sueño era la protagonista ella, siendo resultado de haberse despertado con el fondillo de sus braguitas muy húmedas. …Tras andar por entre unos matorrales creyéndose a cubierto, pudiendo observar al coronar los verdes prados al fondo del valle viendo su casa, al igual que desde lo alto podía ver la casa de los Adams en la parte Norte, estando la de sus padres ubicada al Este de las tierras de los Adams, bajando por la colina perdió de vista la casa de sus padres, dándose cuenta que entraba en las tierras de los Adams a pesar de las advertencias, pues el acceder a dichas tierras sin ser invitada por los Adams, era una falta que consideraban como una intrusión a sus tierras, dado los casos de encontrar a rebeldes que entraban a robar. Por lo que se podía encontrar brigadas de hombres vigilando el terreno, corriendo el riesgo de ser encontrada por los vigilantes, con lo cual corría el riesgo de ser arrestada llevándola a la casa de los Adams, sobre todo si no se hacía accedía a la hacienda por el camino principal de acceso, y ella para acortar distancias iba campo a través esa mañana, dirigiéndose hacia el pueblo, ahorrándose casi treinta minutos de camino, pero si era descubierta siendo una causa grave si la descubrían, por ello se escondía entre los matorrales. En su sueño era sorprendida por el capataz de las tierras de los Adams, que al parecer rondaba por los límites de las tierras con algunos de sus hombres de la brigada de vigilancia. Rodeando a la joven sin que ella se percatase de su presencia, hasta que al verlos aparecer los tenía ya detrás de ella, y apareciendo ante ella el capataz cortándole el paso, al tratar de huir se encontró rodeada. La joven sabía que había cometido un grave error, pues al verles aparecer se percató que había sido atrapada en sus tierras, apoderándose de ella el temor a las consecuencias de su torpeza.
La joven trato de disculparse de todas las maneras posibles, pero ya era tarde para sus explicaciones, la habían abordado entre los hombres, y agarrándola por la cintura fue izada, levantándola del suelo en volandas y viéndose colocada sobre el hombro izquierdo del capataz, la joven pataleaba para que la soltase gritando, a veces con esas brigadas el gritar la había salvado soltándola, pero en esta ocasión no le funciono al ser el capataz siendo la máxima autoridad en la zona, y este tomo medidas disciplinarias dándole unos buenos azotes en el culo, sintió como le ardía el trasero al sentir varios azotes de la mano derecha del hombre, tuvo la impresión que aquella mano debía ser de granito, por el dolor tan intenso que sintió y como le abrasaba el trasero, mientras que con la mano izquierda le sujetaba las piernas fuertemente impidiéndola patalear. Con sus puños cerrados golpeaba al capataz en la parte baja de la espalda tratando que la soltase, pero solo consiguió que arreciaran los azotes en su ya ardiente trasero, siendo estos más duros y fuertes. Al no poder soportar el intenso fuego en el culo, dejo de aporrearle la espalda, aun sintiendo algunos azotes más en su trasero, hasta que con un último y fuerte azote le dejo claro que debía portarse bien o recibiría más azotes en el trasero por aquella dura y pesada mano.
Sobre el hombro del capataz fue conducida hacia la casa principal, aunque ella desconocía hacia donde la llevaban, pues escuchando las risas de sus hombres que iban tras ella, prefirió cerrar sus ojos para no verles reír. Hasta que unos minutos después era bajada del hombro, poniéndola de pie mirando al rostro del capataz, la joven al ver unas vallas similares a las tierras de sus padres, pensó que la habían llevado hasta los límites de las tierras y que ahora la dejarían libre. Pero en esos momentos en su hombro derecho sintió como una mano la hacía girarse, la mano desconocida le palmeaba su hombro haciéndola girarse, quedándose muda al ver ante ella al Sr. Williams Adams, poniendo cara de sorpresa en su rostro, haciéndola volver a la realidad…del momento.
(Tío Williams) -. Buenos días Angie! No te esperaba tan temprano…! Tu padre me dijo que debías pasar primero por la farmacia a recoger un encargo, has debido madrugar mucho para ya estar aquí y además viniendo andando!
La joven recuperándose de la impresión causada en el primer momento, por la aparición de tío Williams ante ella, tardo unos segundos en responder al encontrarse confusa consigo misma, en gran parte por su imaginación en la cual iba abstraída de la realidad, tardo unos segundos en reaccionar pues en su imaginación estaba absorta por la situación que se había creado, estando el Sr. Adams con cierto protagonismo en su sueño, pues claramente iba tan inmersa en lo que había soñado esa noche, por ello tardo un poco en volver a la realidad tras el sobresalto de ver al Sr. Adams de verdad ante ella.
(Angie) -. Buenos… Buenos días tío Williams! No… me había dado cuenta que ha abierto la puerta… que me decía de unos…
(Tío Williams) -. No me iras a decir, que se te ha olvidado pasar a recogerlos?
(Angie) -. Oh! Es que… no se….- Tartamudeando pensó que lo mejor era decir la verdad. -. Lo siento tío Williams pero al decirme mi padre que iba a venir hoy, de la alegría de poder ver a María no preste atención. Pero…Si era eso lo que me decía…mi padre, ayer… puedo ir ahora tío Williams a buscarlos,… mejor voy a buscarlos…EH!
En esos instantes un todo terreno frenaba en seco, deteniéndose delante de ellos ante la puerta de la vivienda… era su padre…y por su forma brusca de frenar iba enfadado, pues él no solía conducir de aquella forma alocada, algo que asusto a Angie pues su padre no le daría unos azotes, pero su tío si se los daría…
(Sr. Johnson) -. Buenos días Williams! Aquí te traigo los inyectables que debía de traer esta sinvergüenza!!! Ahora debo marcharme o llegare tarde a la consulta, por la desvergonzada de mi hija!!! Pero antes me gustaría hablar contigo, referente a las notas de este trimestre de Angie. Toma los inyectables Angie! Y entra en la casa mientras hablo con tu tío Williams de tus malas notas!!!
Angie sorprendida de ver a su padre no abrió la boca, obedeciendo entro en la casa como alma lleva al diablo, quedándose muy sorprendida al conocer el motivo que deseaba hablar con tío Williams su padre, el mencionar sus malas notas la hizo estremecer, pues tío Williams le iba a dar seguro una buena zurra al entrar. Al entrar en la casa se llevó otra sorpresa no esperada. Pues había dado por supuesto al llegar a la casa, que Susana o María una de las dos estaba siendo castigada, pero al entrar las vio en la cocina acompañadas por tres chicas más, que al estar de espaldas a ella, no la escucharon entrar por hallarse la puerta abierta por tío Williams al salir, solamente verlas desde la puerta la hizo poner un rostro de sorpresa, por el estado colorado de sus traseros al ver sus braguitas y como tras ribete de puntilla blanca, sobresaltaban sus redondeadas nalgas muy coloradas.
Pues su primera impresión fue de sorpresa al verlas vestidas exactamente igual, las cinco chicas entre ellas María su amiga y la madre Susana, vistiendo una blusa blanca, y una falda tableada a cuadros con celosía amarilla y negra, al estar ligeramente inclinadas hacia adelante al estar preparando el desayuno, les pudo ver el fondillo de sus braguitas, y lo colorados que mostraban el inicio de sus muslos, bajo el ribeteado borde elástico de las perneras de sus braguitas, fijándose en el bulto que resaltaba el trasero de dos de ellas. Tres de ellas se les veía la parte baja de sus bragas que no les cubría su corta falda y sus dibujos variados mostrando por el ribete del elástico, lo colorados que tenían el culo, sobre todo dos de las chicas que estaban a su lado, a excepción de las otras dos que podía verles las bragas viendo claramente sus dibujos, ya que apenas sus faldas se las cubría, por el bulto que les hacía el pañal en sus traseros, comprobando que tía Ingrid seguía con sus costumbres, y que debían de haber hecho algo grave para llevar pañales, pues recordó que en varias de sus visitas había visto a María usarlos e incluso ella misma los había llevado pasando mucha vergüenza.
Al parecer ninguna de ellas se había percatado de su presencia, por lo que guardando silencio, sonreía admirando sus colorados traseros y viendo como los movían pues debía de dolerles o molestarles mucho, pues aparte de lo que estuvieran haciendo, al estar moviéndose atareadas, el trasero les debía de doler por la forma de mover sus caderas moviendo sus culos, debían de estar preparando el desayuno, pero aun así pudo ver como alguna mano se posaba sobre la falda o directamente sobre las bragas para sobarse el culo. Pudo reconocer a María y a Susana aunque estuvieran de espaldas, pero de las otras tres no sabía quiénes podían ser, hasta que Sonia se giró viéndola de pie en la puerta observándolas. Sonia la vio que estaba ensimismada observándolas a ellas y pendiente de las escaleras al verla mirar hacia ellas, de donde procedían los aullidos de dolor y el llanto de una chica, así como el inconfundible sonido de los azotes.
(Sonia) -. Chicas tenemos visita!!! Vaya… Si es la pequeña Angie… Vaya estirón que ha dado la mocosa, que cambiada estas! La última vez que te vi llevabas aun trenzas y coletas… Sácate ese abrigo que te vas asar de calor, teniendo tan cerca el fuego de la chimenea…
Angie no se lo hizo repetir pues se encontraba acalorada, por lo que su padre pudiera contarle a tío Williams, sacándose el abrigo lo dejo sobre el respaldo del sofá el cual delimitaba el salón, de la cocina, viéndola Sonia y las demás que Angie vestía una blusa azul celeste y una corta falda escocesa tableada a cuadros rojos con celosía negra.
Sonia fue hacia ella llevándose las manos al borde de su falda, estirándosela hacia abajo para no mostrar de mas, tratando de cubrir el pañal por la vergüenza que la viera la pequeña Angie, cogiendo el borde con los dedos estirándose la corta falda, iba darle unos besos a la recién llegada, cuando María se abalanzo sobre Angie abrazándose a ella, acabando las tres abrazadas, uniéndose Susana en el abrazo. Angie no perdió la ocasión para palparles el culo a María sobre su pañal y el culo, lo mismo que a Susana sobre sus braguitas, notando en sus manos el ardiente trasero de María y el de Susana no tan caliente, pero si noto como Susana se estremeció al tocárselo, debió de dolerle el culo al presionarlo con su mano. Demostrando lo morbosa que continuaba siendo tras el tiempo trascurrido, pues al separarse Susana de ellas, aprovecho para abrazarse a Sonia manoseándole el culo a placer, comprobando que lo tenía mucho más caliente que su amiga María, pasando su mano sobre las bragas tocándole el pañal.
(Sonia) -. Veo pequeñaja que no has cambiado, sigue gustándote sobarnos el culo, cochina! El tuyo está demasiado frio para mi gusto, pero como estés mucho por aquí! No tardaras mucho en tenerlo igual que nosotras…
(Angie) -. Porque lleváis pañal? Me muero de ganas por saber el motivo. .- Sonia poniéndose el dedo índice sobre sus labios la hizo guardar silencio. -. Y… de lo otro,… eso espero que llegue pronto, no he pegado ojo en toda la noche…pensando en que travesura hacer para verme sobre las rodillas de tía Ingrid… .- Cambiando su semblante poniéndose seria al recordar que su padre estaba afuera, hablando con tío Williams de sus notas, con lo que era cuestión de minutos que le diera una azotaina, pero actuó como si nada ocurriera. -. Me muero de ganas de volver a probar su zapatilla en mi culo…
(María) -. Siempre igual… pensando con el culo, en vez de con la cabeza… No te preocupes, apenas te vea mi abuela veras, como te lo va a poner!!! Está muy enfadada contigo porque no has llamado, no has escrito ni una carta en todo este tiempo, aunque conociéndote lo habrás hecho expresamente para que te caliente el culo nada más verte…
(Angie) -. Claro,… como a vosotras os calientan a menudo… pero a mí no me han dado azotes desde el verano…
(Susana) -. Ya te veo que eres la misma liante de siempre… .- dirigiéndose a Sonia que seguía magreando el culito de Angie. -. Sonia! Acabemos de preparar el desayuno para que esté a punto cuando entre mi padre, o de lo contrario nosotras acabaremos a punto… Y preséntales tus amigas a Angie, aunque una de ellas está en compañía de mi madre! Pues buena le está dando!!! Bueno parece que ya no! Ya no se la escucha aullar de dolor… aunque sigue llorando…ni tampoco los azotes…eso quiere decir que ha terminado de zurrarla! Pues llevaba rato llorando la muy borde…!!
(Sonia) -. Carolina siempre ha sido una cabeza loca, y lo ha demostrado que no ha cambiado. Ven Angie te presento a Megan y Laura, son mis íntimas amigas de la universidad, enseguida podrás ver a Carolina, no creo que tarde en bajar con tía Ingrid, te advierto que mis tíos no están de muy buen humor esta mañana….- Al decir que no estaban de buen humor los tíos, la dejo muy preocupada a Angie, pues ya se veía siendo castigada con el cinturón, si estaba su tío muy enfadado y eso la preocupo reflejándose en su cara. -. No pongas esa cara, no creo que se vayan a preocupar de ti, tienen otras preocupaciones más graves con Carolina, por eso la estaba castigando tía Ingrid.
Angie se abrazó a Laura dándole un beso en cada mejilla, mientras sus manos al ser más bajita que Laura, la agarro del culo metiendo sus manos bajo la falda toqueteando a placer el culo de Laura, notando el ardor traspasar el tejido de sus braguitas manoseándoselo y apretando con sus dedos, un hecho que no le gusto a Laura nada, empujando a la descarada la separo de ella, cruzándole la cara con una bofetada que le dejo los dedos marcados en la mejilla izquierda. Megan la saludo desde la distancia, pues vio como le había sobado el culo a Laura, con lo dolorido que lo tenía tras haber recibido una azotaina tanto Laura, como Megan hacia tan solo unos minutos, al estar las dos en la misma habitación, cuando deberían de estar cada una en la suya aguardando a tío Williams fuese a vestirlas.
Las chicas siguieron preparando tostadas para el desayuno, mientras Angie acariciándose la mejilla bien marcada por la bofetada recibida, introducía en la nevera el paquete que le había entregado su padre, mirando de reojo a Laura con los ojos encendidos de rabia, en breves minutos ya tenían la mesa preparada y se sentaron a la mesa esperando a que se reunieran con ellas los abuelos. Angie espero a ser la última en sentarse a la mesa, picaronamente para ver cómo se sentaban las demás, rogando que el tío Williams entrara y viera las marcas de la mano de Laura en su mejilla, con la esperanza que ello le hiciera olvidarse de sus notas. Viendo como Sonia estando a su lado, lo hacía muy lentamente apoyando el trasero sobre el asiento de madera, al igual que Laura a la izquierda de Sonia. Megan, María y Susana se sentaban enfrente de ellas, con vistas a las escaleras las cuales, también se sentaron con delicadeza al posar sus traseros, Susana fue la única que solamente hizo unas muecas al tener molestias, pues a las demás las vio hacer todo tipo de guiños y resoplidos como algún “Ayee” al mismo tiempo de Laura y Megan al unísono al posar el culo en el duro asiento.
Poco después entraba por la puerta tío Williams claramente disgustado, uniéndose a ellas a la mesa sin decir nada mirando a Angie, con su rostro claramente de enfado ninguna se atrevió abrir la boca, la única que miraba en todas direcciones era Angie, pues iba mirando a cada una de las chicas como resoplaban al estar sentadas a la mesa, pues las vio que estaban muy doloridas. Angie aun en pie girando la cara mostro como el que no quiere la cosa, dejando ver la mejilla marcada aun con los dedos de la bofetada. Tío Williams no se había percatado de ello, y no lo habría hecho si Sonia no le hubiera dado un codazo a Angie, pues había visto las intenciones de esta, pues sabía que sucedería si tío Williams le veía la mejilla a su ahijada. Pero si vio el codazo de Sonia a la pequeña, y enfadado le pregunto porque…
(Tío Williams) -. A ver Sonia!!! Porque le has dado con el codo a Angie? -. En ese instante al mirar hacia Sonia vio la mejilla izquierda de Angie con los dedos marcados por una bofetada, al estar de pie a la derecha de Sonia en el lugar donde la joven iba a tomar asiento en esos momentos. -. Y a ti que te ha ocurrido en la cara? Quien ha sido la que te ha pegado, seguro que has sido tú! Sonia!!! Ven aquí que te voy arreglar yo bien… -. Furioso ayudándose de las manos apoyadas al borde de la mesa, se ayudó de estas para echarse hacia atrás y desplazarse retirando así su silla hacia atrás, para poder colocar a Sonia sobre sus rodillas…la cual se le enrojeció su rostro del miedo, pero aun con temor tuvo valor para hablar…
(Sonia) -. No tío! Le ha tocado el… .- Angie respondió con rapidez cortando a Sonia, pues de haberle dicho que había sido por tocarle el culo a Laura, le hubiera dado la azotaina a Angie. En otras circunstancias se habría dejado acusar por Sonia, pues deseaba recibir una azotaina, aunque no del tío Williams pues si empeoraba su situación, no le iba a ir nada bien, pero en esos momentos sentía rabia hacia Laura, deseaba hacer que la castigara tío Williams por la bofetada que le había dado…
(Angie) -. Ha sido Laura!!! Tío Williams y sin hacerle nada, solo porque al abrazarla al presentármela Sonia, le he rozado el trasero sin querer… y me ha pegado…yo no sabía que la habías castigado…
Laura que estaba justamente sentada a la izquierda de tío Williams, ella con rostro de espanto al verle echarse sobre ella, solamente sintió como tío Williams la agarraba del lóbulo de la oreja derecha, haciéndola levantar de su silla atrayéndola hacia él, en breve se vio Laura echada boca abajo sobre las rodillas de tío Williams, el cual comenzó a darle azotes en el culo sobre las bragas blancas de algodón con dibujos de flores azules, dado que con la brusquedad la falda se le había levantado, escuchándose los sonoros azotes que le propinaba con la mano izquierda, dejando claramente patente su enfado, dándole una azotaina con la mano izquierda con fuerza haciéndole sentir lo enfadado que estaba. Tío Williams fue tan rápido al colocarla sobre sus rodillas, que cuando Sonia trato de excusar a su amiga. Su voz quedo ahogada por los azotes y los “ayees” de dolor de Laura, al tiempo que Laura era regañada. Mientras Sonia muy molesta miraba lanzándole rayos por los ojos a Angie, dejándole claro con su mirada que no pensaba dejarlo así, aunque ella misma acabara con el culo en el mismo estado. Espero a que acabase de darle la azotaina a Laura, y…
En esos momentos Sonia y Angie vieron en Susana le cambio el semblante de su rostro, poniéndose muy seria, no únicamente por estar presenciando desde muy cerca la azotaina que estaba recibiendo Laura, si no, al hallarse sentada a la derecha de tío Williams en la mesa, justamente enfrente del lugar que ocupaba sentada momentos antes Laura, por lo cual ella estaba a medio metro escaso del rostro de Laura, la cual al estar recibiendo la azotaina. Susana pudo ver claramente su cara de sorpresa al verse sobre las rodillas, mirando Laura a Susana sorprendida, viéndola como ante los fuertes azotes que resonaban en la espaciosa estancia, se ponía a llorar por la azotaina que estaba recibiendo, pues tenía el culo colorado e inflamado teniéndolo muy dolorido de hacía pocos minutos, Susana veía llorar a la pobre Laura que no se esperaba aquella reacción.
En esos instantes por las escaleras bajaba tía Ingrid, con el cepillo de madera en su mano derecha, y bajando detrás de ella a solo unos pasos de distancia, lo hacía Carolina viéndola muy compungida llorando, con su mano derecha secándose las lágrimas y con la mano izquierda se sobaba el culo por encima de sus bragas blancas de algodón con dibujos de lunares, rojos, verdes, azules, amarillos y negros. Susana al estar sentada mirando hacia las escaleras, pudo ver a Carolina como se sobaba el culo con vigor, señal inequívoca de lo mucho que debía de dolerle, así como al ir bajando las escaleras pudo verla, como introducía los dedos entre el elástico ribeteado de las braguitas, que estiraba de él aligerando la presión, que ejercía el elástico de las perneras en sus ardientes nalgas. Compadeciéndose de ella al verla, pues sabia por experiencia propia lo molesto que era bajar las escaleras, al ir introduciéndose las perneras de las braguitas entre las dos medias lunas del trasero, lo cual provocaba que el elástico presionase el culo y diera la impresión de estar mordiéndole la nalga dolorida del culo, sobre todo tras acabar de recibir una severa azotaina con el cepillo de madera de baño.
Angie al ver a Susana mirar atentamente hacia las escaleras, se giró viendo aparecer a tía Ingrid, inmediatamente dejando su lugar en la mesa, se levantó yendo hacia ella como si no ocurriera nada por su culpa, tratando posiblemente de aliviar la tensión en la atmosfera con Sonia, que ella misma había creado al acusar a Laura. Sin haber obtenido permiso de levantarse de la mesa, se levantó de su silla en la que se acababa de sentar, yendo a buen paso y con ello mostrando sus bragas blancas por el revuelo de su falda, pasando por el lado de tío Williams, deteniéndose a observar de cerca como le calentaba el culo a Laura, pero haciendo un alto unos segundos para poder verle el trasero colorado, no satisfecha de como se lo estaban poniendo, pues ella esperaba ver a Laura con las bragas bajadas y el culo colorado como un tomate maduro… viéndola como se retorcía de dolor sobre las rodillas echada boca abajo, pero poniendo cara de sorpresa al verla con las bragas puestas, con clara decepción que no las tuviera bajadas. A quien se había atrevido a darle una bofetada, luego como si tal cosa no fuera con ella, siguió hacia donde estaba tía Ingrid abrazándose a ella.
(Tía Ingrid) -. Ya estás aquí!! Hola pequeña!! Sabes que estoy enfadada contigo, no me has llamado, no me has escrito una carta para contarme como te iba…. Pero algo si te voy a decir, puedes dar gracias a que estoy cansada… si no te iba arreglar el culo poniéndotelo como te mereces, mira que tener varios suspensos este trimestre!! Que has hecho estos meses en la universidad…es que no estudiaba o no prestabas atención en clase? Te iba a poner el culo como te mereces, como le están poniendo el culo a Laura! Tu madre me lo conto el otro día, tus padres están muy decepcionados contigo por tus notas! Pero… y esto que es? Porque tienes los dedos marcados en la cara? Quien te ha abofeteado?
Angie volviendo la mirada hacia donde le estaban dando una azotaina en el culo a Laura, a la cual se la escuchaba aullar de dolor llorando, mientras los azotes continuaban cayendo rápidos, con un sonido peculiar seco al recibir la azotaina sobre las bragas, escuchando lo fuertes que se los estaban dando por el enfado de tío Williams, resonando uno tras otro en su trasero.
(Angie) -. Tía Ingrid ha sido esa….- dirigiendo con la mirada a Laura…
Sonia conociendo a Angie muy bien, ya se esperaba lo que iba a decirle a tía Ingrid, pues trataría por todos los medios empeorar la situación a Laura, pues ya de pequeña era tan liante como la propia María, pues estando las dos juntas se las componían solas para meter en problemas a Susana y a ella misma, pues las pequeñas siempre convencían a la abuela. Por ello Sonia se le adelanto esta ocasión a Angie, dejándola cortada con la palabra en la boca… Pues Sonia al ver sus intenciones al verla levantarse, hizo lo mismo que Angie y cuando esta se disponía a mentir a tía Ingrid, para culpar a Laura tratando de empeorar su situación. Sonia se colocó entre ambas dejando tras de sí a Angie, con cierto riesgo para ella misma al encararse con su tía…
(Sonia) -. Tía Ingrid no la hagas caso!! Angie ha mentido a tío Williams!!! Yo le he presentado mis amigas a Angie. Eso es cierto, pero esta sinvergüenza al entrar en silencio a la casa, nos ha visto el culo a todas, pues cuando he descubierto que había llegado y que estaba en la casa, nos estaba observando sin tan siquiera saludar al entrar, la hemos descubierto espiándonos, nos ha visto lo colorado que teníamos el culo todas, y cuando hemos ido hacia ella a saludarla Susana, María y a mí misma nos ha tocado el culo, nos lo ha manoseado a conciencia al saludarnos y darnos un beso…tal…y como…hace… siempre. .- En ese instante Sonia tartamudeo varias veces, al ver que estaba metiendo en problemas a sus primas y así misma, pero a pesar de ello, no pensaba en dejar que Angie se saliera con la suya, por lo que continuo Sonia... -. Luego… tía Ingrid… le… he presentado a Laura y ha Megan haciendo Angie lo mismo con Laura, tocándole el culo descaradamente haciéndole daño, pero… Laura no está… acostumbrada… como… nosotras… a sus… manoseos y le ha cruzado la cara… Quizás puede que no debiera habérsela dado… algo de culpa puede que tenga Laura, pues…quizás… no… debería haber actuado… así. .- Sonia tras darse clara cuenta que se había sobrepasado, había hablado de más, trato en el último momento arreglar el desaguisado, pero viendo el semblante de tía Ingrid como cambiaba, se dio cuenta que no había hecho más que empeorar la situación. -. Quizás no ha debido dársela pero ella desconoce vuestras normas tía, pero Angie si las conoce y sabe lo que os molesta que nos manoseemos entre nosotras…
Tanto Susana y María fulminaron a Sonia con sus miradas, pues acababa de meterlas en serios problemas a ellas, no solamente a sí misma al confesar que se habían toqueteado el culo entre ellas, pero por defender a su amiga Laura las había implicado a ellas. Cierto que no era culpable Laura, pero ahora todas iban a seguir su misma suerte por defenderla Sonia.
Tía Ingrid tras las palabras de Sonia que se confesaba culpable, al mismo tiempo que había tratado de exculpar a Laura, cogiendo de la mano a Sonia haciéndola caminar a su lado, la condujo casi arrastras hacia una de las sillas de la cocina, rápidamente para encargarse de Sonia, la cual ocupando la silla que estuviera sentada Angie, ya tenía a Sonia sobre sus rodillas levantándole la falda y bajándole las bragas, comenzado a soltar los adhesivos del pañal, cuando su marido intervino deteniendo a su esposa. Cuando aún mantenía a Laura sobre sus rodillas llorando, con su mano izquierda posada sobre el ardiente trasero de la muchacha, que sollozaba por el fuego que sentía al abrasarle el trasero… tío Williams había escuchado a Sonia y por ello había dejado de calentarle el culo a Laura…
(Tío Williams) -. Cariño espera un momento antes de ocuparte de esa sinvergüenza, puesto que el problema va más allá, debemos ser coherentes con los hechos, por lo que debemos ocuparnos de todas ellas, por lo cual será más idóneo que vayan al despacho todas!!! Y he dicho todas!!! Parece mentira a la edad que tenéis! Y a pesar de ello, que sois ya todas unas mujeres echas y derechas, nos ponéis en esta situación inverosímil para vuestra edad! Pues nos lo dejáis muy claro! Como así lo queréis, ya podéis ir preparando el culo todas!!! Vuestra tía y yo mismo os vamos a quitar esas ganas de provocarnos, vamos a calentaros el culo a todas, tu Megan también al despacho!!! Estas metida en este embrollo que habéis provocado, ya podéis id todas a mi despacho y esperadnos en la puerta!!! Tu Carolina también al despacho!!!
Mientras hablaba le subió las bragas a Laura, pues se las acababa de bajar al escuchar a Sonia, y sentándola sobre sus piernas, la cual se abrazó a su cuello sollozando, aunque fue una acción breve. Pues al acabar de hablar la hizo bajar de sus rodillas depositándola en el suelo poniéndola en pie, dándole un fuerte azote en el culo, enviándola hacia la puerta que daba al pasillo que conducía a su despacho. La cual sobándose el trasero con las dos manos, giro la cabeza hacia Sonia mirándola muy seria y moviendo la cabeza negativamente, al pasar a su lado…
(Laura) -. Más te hubiera valido estar con la boca cerrada, por defenderme cuando ya no había solución, pues ya me había calentado el culo a base de bien, me estaban castigando, y ya no tenía remedio. Ya me hubiera yo ocupado de esa diablesa de Angie!! Pero ahora en buen lio nos has metido a todas!!! Pues primero me has defendido! Y luego me has echado a los tiburones como carnada!!! .- Laura le recriminaba a Sonia haber intervenido, mientras se frotaba el trasero con las dos manos por encima de las bragas. -. Primero me has defendido, y luego me echas la culpa que no debía de haberle dado la bofetada… Vaya joya estas hecha… niña!!! Si siempre defiendes así? Más te vale estar callada… y encima, aun no nos has contado por qué llevas pañales…
María que pasaba en esos momentos al lado de Laura, se la quedó mirándola…
(María) -. Aun no os lo ha contado? Aquí,… quien te ha defendido a ti, cuando ya no había solución posible tras la azotaina que te estaba dando mi abuelo! Esta podía haber estado con la boca cerrada y el coño cerrado también!!! Justamente por tener el coño abierto masturbándose, ahí arriba en el rellano de la escalera… la atrapo mi abuelo masturbándose en cuclillas escondida, viendo como la abuela le daba una azotaina a mi madre, la sorprendió corriéndose a la muy cochina!!! Tenías que haber visto la azotaina que le dio mi abuelo con su cinturón, le puso el culo de color negro a azotes y cuando se enteró la abuela…. Le cayó la del pulpo a esta, con la zapatilla!!! Desde entonces como castigo tiene que llevar pañales! Yo los llevo porque se me escapo el pis, recibiendo una azotaina con el cinturón, mojando los pantalones a mi abuelo, la abuela al enterarse me puso pañales como castigo, pero a mí al menos para hacer aguas mayores lo pido y puedo usar el servicio. En cambio ella tiene que hacérselo encima todo, quizás por eso no os ha contado nada, porque le da vergüenza! Así lleva tres semanas y el tiempo que aún le queda… Pues la abuela aún está muy cabreada con ella y esto no la va ayudar en nada…
(Sonia) -. Estas más guapa callada!!! Lo sabias?
(Laura) -. Tú también, estas más guapa callada!!! Como en el despacho me vuelvan a castigar, no te vuelvo hablar…
(María) -. Pues lo tenemos crudo, guapa! Incluso Megan que no tiene culpa alguna y no ha hecho nada, no se va a librar de la azotaina que nos van a dar a todas… y… encima Angie se saldrá de rositas como siempre…no sé cómo lo hace pero siempre se libra o recibe menos que nosotras!!!
A los pocos minutos todas iban andando una detrás de otra hacia el pasillo, poco después aguardaban en el pasillo frente a la puerta del despacho. Carolina sollozando aun y sobándose el culo suavemente con las dos manos con la falda levantada, acariciándose repetidamente una y otra vez moviendo las manos arriba y abajo frotándose por encima de sus bragas el trasero. Mirando a unas y otras sin saber porque estaba ella también en el pasillo. Susana mirando a Sonia con una mirada que la fulminaba en silencio, pues estaba claramente en ese embrollo por ella. Laura se acariciaba suavemente el trasero, mientras se frotaba un muslo contra otro, pues al tener el culo ardiéndole como brasas al rojo, no hacía más que mirar a Carolina como se sobaba ella el culo, se frotaba los muslos al tener el fondillo de sus braguitas muy mojadas, y sentía como unas gotas le bajaban por los muslos, pues aunque había llorado como no recordaba, con la azotaina que acababa de recibir, al dársela sobre las bragas le había encantado, aunque le dolió muchísimo. Megan muy callada no decía nada, miraba al suelo por lo avergonzada que estaba consigo misma, pues mientras todos estaban pendientes de lo sucedido en la cocina, durante ese tiempo ella había pasado desapercibida por completo, y mientras su mejor amiga Laura estaba aullando de dolor con la azotaina, ella a escondidas tenía sus manos bajo la mesa tocándose, creyéndose que nadie se había dado cuenta de nada, hasta el momento que tío Williams se refirió hacia ella, enviándola al despacho como a las demás, al parecer él tío Williams sí de debió darse cuenta de ello. Y ahora Megan al estar junto a sus amigas, se sentía muy avergonzada de sí misma o si se llegaba a conocer lo que había hecho a escondidas. María por el contrario hablaba con Angie despreocupada, ambas estaban en un extremo comentando lo sucedido, mientras los minutos pasaban para las chicas muy nerviosas, temiendo unas que les llegase el momento de entrar al despacho, mientras otras como María o Angie comentaban la suerte que tenían, al ser castigadas juntas las dos en breve, mientras tanto tío Williams y tía Ingrid no aparecían por el pasillo.
En la cocina tía Ingrid tomaba asiento en su silla con delicadeza, apoyando su trasero muy suavemente en el asiento de la silla, en ese momento Williams se levantaba de su silla, caminando los cuatro pasos que lo separaban de su esposa, a la cual la sujeto por las axilas impidiendo que se sentara.
(Tío Williams) -. Nada de eso mi pequeña Ingrid, estamos a solas por tanto siéntate en una de las sillas de las chicas, en un asiento duro de madera para sus doloridos traseros, al igual que tú también estas castigada como ellas… además me gusta ver como remueves el culo en la silla, y esta silla no es para ti, está es demasiado blanda y confortable al ser demasiado cómoda para tu trasero…
(Tía Ingrid) -. Willy podrías hacer la vista gorda por una vez! No te imaginas como se removía Carolina, el trabajo así como la fuerza que he tenido que hacer para mantenerla sobre mis piernas, trabajo que me ha costado sujetarla para que no se escapase, pues tenías que haberla visto como removía el culo de un lado a otro, y como sus piernas pataleaban en el aire o como trataba de retorcerse con sus caderas al intentar revolverse sobre mis piernas, intentando escapar a los azotes que le daba en el inflamado trasero con el cepillo. Ha sido una gozada verla eso sí, así como el escucharla llorar moqueando por la nariz, con nuestra hija o nieta no podemos disfrutar lo mismo que con estas chicas. Lástima que no le haya bajado las bragas, me hubiera encantado verle el culo como se iba poniendo carmesí.
(Tío Williams) -. Seguramente que sí! Y hubiera sido fantástico vérselo… Pero sabes perfectamente que ocurre con los poros de la piel, no hubieran aguantado una azotaina tan severa como se merecía Carolina. La madera del cepillo es lo que tiene, que es un instrumento disciplinario único!! Pero tiene el defecto, que abre enseguida los poros de la piel, las otras chicas lo toleran bien, en cambio Carolina tiene una piel muy sensible, y los poros se le revientan enseguida, habrías acabado dejándole el culo en carne viva sangrando. Una de las razones de hacerlas utilizar las bragas de algodón, es porque el tejido es más grueso que las braguitas que usan ellas habitualmente, aparte de que ya tienen el culo muy inflamado todas ellas y a pesar de lo que debe molestarles, se siguen comportando como chiquillas, ya has visto la última chiquillada de hoy. A Laura a pesar de haberle dado una azotaina al ir a vestirla, pues las muy sinvergüenzas en vez de estar cada una en su habitación esperándome, se encontraban las dos en una misma habitación, sabiendo que debían de estar en la suya esperándome. Tenías que haberlas visto como se ha asustado al verme entrar, cuando me han visto entrar por la puerta y las he regañado por desobedientes, estaban aterradas cuando he ido hacia ellas y las he puesto sobre mis rodillas, al bajarles las bragas he visto porque estaban aterradas, las tenían las dos tan mojadas que las podías escurrir de su estado. Y esa sinvergüenza de Laura… Con las bragas limpias de tan solo diez minutos que las llevaba puestas, cuando la he puesto sobre mis rodillas en la cocina, ya volvía a tenerlas empapadas.
(Tía Ingrid) -. Y ahora… que vamos hacer con ellas? Pues tú y yo sabemos de sobras que la culpable de todo ha sido Angie… he escuchado un motor antes? Lo que imagino que Angie no ha pasado por la farmacia del pueblo, esa diablilla de nuestra ahijada desde su primera azotaina, siendo una adolescente y probó las mieles del spanking, ahora cada vez que viene se las ingenia sola para meterse en problemas…
(Tío Williams) -. Y que esperabas…? Si estuviste una semana castigando delante de ella a tu hija y también a tu nieta casi todos los días, y cuando dabas una azotaina a María, ella se quedaba aterrada pensando que luego la castigarías a ella, al ser la verdadera culpable de distraer a María en sus deberes. Me acordare toda la vida de la carita inocente con la que se quedaba, mirando a nuestra nieta con el culo como un tomate, y mirándote a ti si ibas a por ella para ponerla sobre tus rodillas, ella miraba a María estar castigada cara a la pared y ella deseaba estar a su lado, pero en cambio se quedaba sentada aburrida al no poder jugar con María. Luego María hizo el resto, menuda pieza es ella. De tal palo tal astilla, su madre era igual de niña, aunque ella no se dio cuenta que le gustaba recibir azotainas, o de lo que se había convertido hasta que se fue de casa. Por aquel entonces la Agencia Miller me hicieron el favor de investigarla, ella al no ser feliz con su marido ya que pocas veces tomo medidas, y cuando lo hacía no lo hacía correctamente, más bien lo que hacía era maltratarla y no se comportaba como ella deseaba, por ello volvió a casa al verse sin dinero con una adolescente. Lo que es la vida, eh? Estoy de acuerdo contigo que la culpable es Angie, la he pillado esta mañana escuchando como le dabas la azotaina a Carolina. Vaya susto se ha llevado cuando le he puesto la mano sobre el hombro… Pero que quieres hacer… Después de castigar a Laura, y con la confesión de Sonia estaba claro que todo había sido cosa de Angie, pero como siempre Sonia ha pecado de inocente. A pesar de los años que tiene, ella misma no contenta con meterse en la boca del lobo, ha metido a las demás en problemas, confesando que se han metido mano entre ellas, y saben que eso es muy grave en esta casa. Nosotros solemos a veces hacer la vista gorda cuando las vemos, pero si se meten ellas mismas en la boca del lobo, deben ser castigadas todas ellas y Megan no se librara, porque la he sorprendido tocándose y mordiéndose el labio, por ello me he dado cuenta que se estaba masturbando, con sus manos bajo la mesa, viendo como castigaba a Laura dándole la azotaina frente a ella. Fíjate que era la más mojigata de las tres, y ha resultado ser más spankee que ellas, al ser en esta casa la primera vez que la han castigado, siendo ya una mujer, pues creo que de niña si le daban azotes sus padres.
(Tía Ingrid) -. Acabamos de desayunar y nos encargamos de ellas, no? Sabes que esta mañana tengo trabajo que atender, y que no puedo posponerlo más, ya debía de haber ido ayer a encargarme de Penélope Johnson, pues su marido me comunico que había vuelto a gastar más de lo debido, y que era necesario volver a ponerla en su lugar, ya sabes que al menos una vez al mes, se hace la descarriada esposa que se gasta dinero en compras absurdas, he de hacerle la visita a pesar de la vergüenza que pasa, pues a pesar de los años, aun no es capaz de confesarle a su marido nada, a pesar que es el quien me llama cada vez que hace una trastada su esposa.
(Tío Williams) -. Eso te dice ella? Bueno que se puede decir de John Alexander Johnson!!! Quiere demasiado a su esposa y a su hija para castigarlas él mismo, pero si vas a su consulta podrás ver como a su secretaria la castiga con severas azotainas, no se libra de recibir cuando es necesario, y Penélope lo sabe porque ella y Maggie la secretaria son amigas íntimas se cuentan todo. Cuando eran novios más de una vez, la pude ver varias veces sobre sus rodillas, incluso al poco de casarse también le calentó el culo en mi presencia alguna vez, pero al quedarse embarazada de Angie cambio todo, desde entonces no ha vuelto a castigarla, muy a pesar que Penélope pone de su parte para que la castigue. Que dios coja confesada a Angie, como llegue el día que haga enfadar a su padre, la quiere con locura y no la quiere lastimar, pero como siga así se va arrepentir la niña… Pues su padre con sus dos metros diez centímetros de estatura y se gasta el paisano un cincuenta y dos de pie, el día que le haga sacarse la zapatilla se va arrepentir, por ello lleva siempre la clásica espandenya catalana de paño liso de lona y suela de esparto llamada de “siete vetas” al estar fabricada a mano, la clásica de los payeses o agricultores catalanes. Porque le gusta castigar a su secretaria con la zapatilla, él es como tu Ingrid, es de usar la zapatilla. Él tiene confianza en nuestra experiencia, pero no permite que me encargue yo de ella, porque es muy celoso y no quiere que otro hombre toque a su esposa, pero en cambio no le importa si se encarga de castigarla otra mujer, en su caso tú eres la idónea. Y no le digas nada a Penélope, pero es John quien no la quiere castigar, porque ella se lo ha pedido varias veces y como no le hace caso malgasta el dinero que gana John! Tratando de molestarle para que la coloque sobre sus rodillas y la castigue como hacia cuando eran novios. Pero todo tiene su límite en la vida, y para avergonzar a su esposa lleva unos años que te la trae el mismo a ti. Con ello consigue que durante unas semanas se comporte como es debido, pero a pesar de la vergüenza sigue probando a ver si logra que se canse!!! Ya que somos familia en cierta forma al ser los padrinos de Angie. Pero no te preocupes porque deben de estar al caer, no creo que tarden mucho en llegar, luego subes a la sala de arriba a la buhardilla que está totalmente insonorizada y las chicas no oirán nada, así te encargas de ella.
….
Williams estaba en lo cierto al decir que Penélope, detestaba que su marido John la llevase o llamase a tía Íngrid para ocuparse de ella. La primera vez fue una encerrona que John preparo en su casa, al no saber qué hacer con su querida esposa que no hacía más que despilfarrar dinero, utilizando a Ingrid que tampoco estaba enterada de sus planes. El artífice de la encerrona fue Williams en combinación de John que le había pedido su ayuda. Pero debía de ser sin que ninguna de ellas lo sospechase, algo que no fue difícil por el fuerte carácter de Ingrid. Pues para ella veía a Penélope como a una niña caprichosa y consentida, pues era cerca de veinticinco años más joven al tener cuarenta y un años. John tenía cuarenta y cinco años cuando se casó con Penélope de veinte años, John tenía la misma edad que Ingrid. En aquellos años John era profesor de Penélope que estudiaba medicina, a la cual en la universidad tuvo que castigarla varias veces, en aquellos años aún estaba vigente el castigo corporal, acabando por enamorarse de su profesor. Tuvieron por aquel entonces marcharse los dos, al quedar desprestigiado en la universidad al casarse con una alumna y ella abandono su carrera.
Dicho día habían quedado para cenar en casa de matrimonio, pero Williams acudiría a la hora de la cena. Williams como buen conocedor de su esposa, sabía que si la picaba un poco John, esta acabaría con su límite de paciencia, no siendo nada difícil que ocurriera si lo hacía bien, por ello estando en las habitaciones John pico a Penélope que le hiciera a Ingrid, un pase de los modelitos que se había comprado. Diciéndoselo en un tono socarrón a su esposa, aprovechando que se había comprado un monto de vestidos sin hacerle falta, justamente hacia una hora que habían discutido, teniendo una fuerte discusión justo poco antes de llegar Ingrid, Penélope hizo un intento hacerle enfadar para ocuparse de ella, en ese momento llegaba Ingrid entrando en la casa encontrándose con el panorama, la cual se enteró por el propio John de la discusión, y al pedirle a su esposa que le hiciera el pase de modelitos, estando aun enfadada al no lograr su objetivo, se puso a cambiarse de modelitos delante de Ingrid, la cual viendo con el descaro que desfilaba, como Williams había sospechado perdería la compostura, acabando Penélope sobre sus rodillas boca abajo recibiendo una azotaina con su zapatilla, pues ya en aquellos años ya la utilizaba como nadie, llevando una en el bolso por si era necesario tener que utilizarla. Desde ese día para la vergüenza de Penélope, cada vez que se excedía comprando John llamaba a Ingrid, acudiendo a darle su castigo a Penélope. La descabellada argucia de John y Williams salió a las mil maravillas.
(Tía Ingrid) -. No exageres tanto… si nos lo pasamos nosotros mejor que ellas, no hay más que verte lo fogoso que estas estos días…en la cama!!!
(Tío Williams) -. Cuida ese vocabulario o veras como te dejo el culo!!!
En esos momentos entraba por la puerta la pareja que esperaban…
(Sr. Johnson) -. Quien es más fogoso…? Porque como me saque la zapatilla Ingrid…Veras tú!
(Tía Ingrid) -. Nooo… Que me das miedo! Pero desde que tenemos invitadas en casa, cualquier día nuestra cama se va a partir en dos!!! Hace horas extra!!!
(Tío Williams) -. Ingrid!!! Se acabó!!! Te he avisado, ya que estas aquí John, llegas justo a tiempo,… Haz los honores y que pruebe tu famosa zapatilla, justamente estábamos hablando de ellas.
(Sr. Johnson) -. Pues por mí no hay problema, veras como va a bailar sobre mis rodillas!!!
Ingrid al ver a su marido serio, vio que no estaba bromeando así que se levantó de la silla, avanzando hacia las escaleras huyendo de la recién llegada pareja, parándose a escasos metros rezando para sí misma que John no le tomase la palabra a Williams. Pero este conocía bien al marido de Ingrid, sabía que no lo decía en broma por su tono de voz. John Alexander Johnson con paso decidido, avanzo hasta donde estaba Ingrid, la cual vio con sorpresa, como acabo bajo su brazo sujeta en volandas por la cintura, cargando con ella bajo su brazo derecho mientras Ingrid pataleaba fingiendo estar aterrada, ya que se reía al llevarla así…como si fuera una niña. Así la llevo hasta una de las sillas en la que tomo asiento dejando en el suelo a Ingrid de pie a su costado, la cual se quedó algo perpleja pues esperaba que la hubiera colocado sobre sus amplias piernas boca abajo, pero lo comprendió rápido el porqué. Ya que John con decisión se subió la pernera derecha del pantalón por debajo de la rodilla, viendo ensimismada Ingrid como se desataba de la pantorrilla los cordones entrelazados y atados a media pantorrilla, descalzándose sacándose la famosa zapatilla, observando Ingrid con los ojos abiertos como platos al blandirse en el aire en forma de vaivén por su flexibilidad, la zapatilla era gigantesca al ser del número de pie de talla del cincuenta y dos, agarrándola por el talón con su mano derecha, se incorporó rodeando con su brazo derecho armado con la zapatilla, la cintura de Íngrid al tiempo que la atraía hacia él, dejándose ella que la atrajera hacia él, la hizo echarse sobre sus rodillas boca abajo. En breve ya tenía la falda tableada plisada por debajo de la rodilla, la cual se la levanto con las dos manos tras dejar la zapatilla sobre su espalda. Con parsimonia fue levantada y doblada en varios dobleces la larga falda sobre su espalda, dejándola con las bragas de algodón blancas con rosas amarillas de buen tamaño, siendo unos colores muy llamativos y horteras por lo chillonas que resultaban sus bragas cubriéndole el trasero, pero solo fueron por unos instantes, ya que introduciendo los dedos en la cinturilla le bajo las bragas a las rodillas, sin más, sintió de buenas a primeras lo que abrasaban sus nalgas con la zapatilla de suela de siete vetas de esparto, sintiendo porque su marido le había hablado de ella, dándole la razón que resultaban temibles, pues la estaba sintiendo en su todo trasero, comprobando como se lo abrasaba a cada azote que recibía. John al verla como tenía el culo de morado, no se extrañó nada que lo tuviera en ese estado, pues conocía bien a Williams y lo experto que era en su trabajo, no sintió ninguna lastima por ponerle en breves instantes el culo como un tomate maduro a Ingrid, la cual trato de soportar el aluvión de azotes con aquella zapatilla del cincuenta y dos, la cual por su enorme tamaño le abarcaba prácticamente las dos nalgas a pesar de la robustez de sus nalgas, resultándole imposible a los pocos azotes no ponerse a patalear igual, que hacía unos minutos al hablar ella misma de cómo pataleaba Carolina, pues en esos momentos Ingrid aún se movía mucho más, sintiendo arder su trasero a cada impacto de aquella zapatilla, maldiciendo como siendo tan ligera le pudiera arder tanto el culo con esa zapatilla. Las lágrimas de toda una señora de sesenta y cinco años no se hicieron de rogar, pues la zapatilla estaba causándole estragos en su trasero, que lo sentía arder como el mismísimo infierno.
Después de diez largos minutos la dejo incorporarse de sus rodillas, poniéndose en pie al tiempo que se inclinaba y subiéndose las bragas con cuidado al pasárselas por el trasero, dejando caer la falda por su propio peso, sobándose posteriormente con vigor el culo, haciendo todo tipo de guiños que se dibujaban en su rostro congestionado, pues le ardía horriblemente, maldiciendo para sus adentros aquella zapatilla endiablada, que la había zurrado a base de bien, comprobando ella misma las palabras de Williams y de lo estricto que era en el uso de la maldita zapatilla. Cuando pasado unos minutos cogió resuello…y llenando sus pulmones de aire, pues tenía pensado decir algo que no le iba a sentar nada bien a John Alexander Johnson, sabiendo que eso le podría costar una nueva azotaina, pero le había gustado y deseaba probarla de nuevo…
(Tía Ingrid) -. Llévate esas malditas zapatillas o les pego fuego, guau como duelen…Son odiosas les voy a pegar fuego como las dejes por ahí…!!!
No pudo seguir hablando Ingrid, pues sus palabras molestaron a John Alexander Johnson, tal y como Ingrid esperaba, lo cual al tenerla aun a su lado la hizo inclinar bajo su brazo izquierdo, al tiempo que él arqueaba su pierna para sostener a Ingrid sin poderse mover, levantándola en volandas del suelo, Williams que estaba a dos pasos se le acercó a ella y le ayudo a John a levantarle la falda a su esposa y bajarle las bragas de nuevo a las rodillas, nuevos azotes de la zapatilla volvieron hacer abrasar el culo a Ingrid, la cual se vio sorprendida que su marido le sujetase la falda, mientras John le asestaba fortísimos azotes en el culo de nuevo, volviendo las lágrimas aparecer en sus ojos, fue una azotaina en toda regla que hacía a Ingrid patalear como una mocosa, agitando sus piernas arriba y abajo o lanzando patadas al aire, siendo muy muy rápidos y certeros los azotes que resonaban en la cocina y el salón. Al dejarla en el suelo se sobaba con desesperación el culo sobre la falda subiendo y bajando sus manos frotándose con fuerza, sintiendo como al incorporarse sus bragas caían a sus pies por sus saltos que daba por la manera que le ardía el culo, acabando por salírsele las bragas por sus pies pisándolas.
(Sr. Johnson) -. Vuelve a referirte así a las zapatillas y te pongo sobre mis rodillas de nuevo!!!
Penélope fue la que recogió sus bragas del suelo, riéndose al ver como se frotaba el culo, se las entregó a Ingrid, aunque tuvo que esperar a que se las pudiera entregar,
(Penélope) -. Me ha gustado verte que te hagan patalear, igual como me haces a mi patalear cuando me zurras! Que rápido has logrado que John te zurre, y yo en cambio nada de nada…
Ingrid viéndola sonreír porque la había zurrado su marido, puso rostro severo mirándola, y una vez que Ingrid dejo de estar ocupada durante unos segundos sobándose el culo, antes de corresponder del gesto y aceptar sus bragas. Le hablo a Penélope esposa de John, pero antes de hablar miro a ver dónde estaban los hombres por si acaso…
(Tía Ingrid) -. Vaya marido tienes hija, “AUuuu” como duelen las condenadas zapatillas, yo no le llego ni a las suelas con las mías…
(Penélope) -. Ya me gustaría sentirlas como tú, pero conmigo no las quiere usar…
(Sr. Johnson) -. Os estoy escuchando!!! Y si contigo no te doy con ellas, es porque cuando me enfado no respondo, no puedo controlar mi mal humor… Sabes que no te quiero lastimar…
(Penélope) -. Excusas! siempre las mismas excusas…!! Si me tiene alguien que castigar prefiero que seas tú, aunque no te controles… veintidós años escuchando la misma escusa, si eres severo será porque lo merezco, y eso que hago méritos a postas!!!
(Tío Williams) -. John!! Tu esposa te está hablando de una forma que yo no se lo consentiría a Ingrid…
(Sr. Johnson) -. No creas que no tengo que hacer esfuerzos para no ponerla sobre mis rodillas…
(Penélope) -. No cal que insistas Williams, siempre está igual, que si esto o que si aquello, o no me controlo… siempre igual… o es que se cree que cuando me trae a que Ingrid, se ocupe de mí!!! No me hace llorar cuando se encarga ella de castigarme? Porque lloro a mares…y me deja el culo morado varios días…
(Sr. Johnson) -. En casa hablaremos…
(Penélope) -. Es que no dices siempre que esta es nuestra casa? O solamente lo es cuando te interesa, no le has visto el culo a Ingrid…? Qué más da me lo vea a mi Williams que es de la familia!!! No dices eso siempre, que Williams es como un hermano para ti…
(Tío Williams) -. Penélope perdona que te lo diga, pero te has pasado…
(Penélope) -. Porque me he pasado? Es que cuando éramos novios no me sacudió más de una vez en tu presencia, y entonces tenía el culo más bonito o igual que ahora…N…
No pudo Penélope continuar hablando, porque John la agarro causando el revuelo de su falda ondulada circular del coqueto vestido, la cual se le levanto al llevar el vestido ajustado a su cintura por el cinturón de mismo vestido que ceñía su esbelta figura, viéndosele las bragas blancas así como sus bien torneadas piernas sin medias, llevándola arrastras hacia la silla, que había ocupado hacia unos instantes con Ingrid, colocando a su esposa sobre sus rodillas a la cual le levanto la falda negra ondulada circular, dejándola en braguitas azules color que le encantaba a él y por eso se las ponía ella, introduciendo los dedos en la cinturilla se las bajo apareciendo unas preciosas nalgas blancas, a las cuales comenzó a zurrar con la zapatilla vigorosamente, haciendo llorar a su esposa desde los tres primeros azotes, aunque no es que fuera por el dolor, es que siempre lloraba enseguida incluso cuando la castigaba Ingrid, soportaba muy mal el dolor y esa mañana le estaba doliendo como nunca, por lo que estuvo llorando durante toda la azotaina, la cual duro varios minutos poniéndole el culo muy colorado, durante casi quince largos minutos estuvo llorando a lagrima viva, pero al contrario que Ingrid que había pataleado y separado las piernas, Penélope aceptaba sumisa la azotaina sin apenas agitarse, aunque la azotaina le dolió horrores mientras la recibía. Cuando el marido la dejo levantarse con el culo completamente de un colorado escarlata brillante, lloraba a mares mientras se acariciaba el culo a dos manos, su rostro bañado en lágrimas que descendían por sus mejillas, pero en sus labios se dibujaba una tenue sonrisa de felicidad, abrazándose a al cuello de su marido el cual la consoló acariciándole la espalda, mientras ella no paraba de sobarse el trasero del fuego abrasador que sentía en él.
(Tía Ingrid) -. Como estas Penélope? Como te encuentras?
Penélope trato de responder a Ingrid, aunque al estar sollozando e hipando tras recibir la azotaina con la zapatilla, comprobó lo severo que era su marido y que él tenía razón, pues la azotaina le dolió demasiado, pues hacía años que no la colocaba sobre sus rodillas, pero a pesar de tener el culo abrasándole como si tuviera brasas al rojo vivo, se vio en la necesidad de esperar unos segundos y coger aire respirando hondo, pues a pesar de lo que le había dolido la azotaina y lo mucho que había llorado recibiéndola, se sentía así misma muy bien, con la mirada perdida recordaba cómo había actuado Williams con su esposa, así como había incitado a John su marido, para que le diera la azotaina a su esposa Ingrid. En esos momentos recordando esa situación con Ingrid y recordando cómo le había puesto el culo, respondió a su amiga Ingrid sonriendo pícaramente…
(Penélope) -. Ingrid. Que como me encuentro? UFFF… Pica…pica el culo… Estoy para que John me coja bajo su brazo y en volandas me lleve corriendo a casa y ver si partimos la cama…
Al responder a Ingrid de esa manera tan descarada, Penélope se sintió zarandeada mirando a su amiga, pues a espaldas de ella John la había agarrado del brazo y atrayéndola hacia él, arrojándola tal y como la hacía girarse, bruscamente la coloco sobre sus rodillas nuevamente, levantándole la falda ondulada negra con rapidez. Aún mantenía en su mano derecha la zapatilla, comenzando a propinarle de nuevo una azotaina a su esposa, la cual aún tenía las bragas bajadas en sus rodillas. Acabo igual que Ingrid al llegar a la casa, sobre las rodillas de nuevo de John, dándole una nueva azotaina tras levantarle la falda, en esta ocasión si pataleo con sus piernas, pues su marido estaba muy furioso con ella por utilizar ese vocabulario, con lo cual esta vez le daba la azotaina con más fuerza que la anterior, haciéndola retorcerse sobre su regazo y agitando las piernas alocadamente por lo mucho que le dolían los azotes en su ya muy abrasado trasero, llorando nada más colocarla sobre sus rodillas. A pesar de la envergadura de su cuerpo, tenía serios problemas para mantener a su esposa sobre sus rodillas, con lo cual la coloco sobre su muslo izquierdo, subiéndole la falda totalmente por encima de la cintura, con lo cual deposito a su esposa sobre su pierna izquierda, Penélope con su sexo apoyado por encima de la rodilla de su marido, se frotaba el sexo sobre el pantalón, separándole así sus piernas quedando su sexo muy expuesto. Con la pierna derecha de John, se la paso por encima de las de su mujer inmovilizándoselas para que no pudiera patalear, la zapatilla caía a los pocos segundos una y otra vez sobre el totalmente indefenso trasero, haciéndola aullar de dolor a cada azote de la zapatilla que se blandía sobre sus nalgas, doblándose la zapatilla juntándose la puntera del empeine, con la mano derecha con la cual sujetaba la zapatilla. En esta ocasión la azotaina duro mucho más que la primera, dejándole el trasero con claras zonas del color de una berenjena. Cuando la ayudo a reincorporarse la coloco sobre sus piernas sentada, Penélope le pasó la mano derecha por el cuello a John abrazándose a él, apoyando la cabeza sobre su pecho, mientras lloraba desconsolada por el intenso dolor de su culo desnudo, mientras su mano izquierda se lo sobaba así misma. John Alexander Johnson la acurrucaba contra su pecho, con su mano derecha habiendo dejado caer la zapatilla, le acariciaba la espalda suavemente, mientras con la izquierda le acariciaba el culo ardiente, al tener la falda toda arrugada por encima de su cintura, por lo que mostraba Penélope su cuerpo desnudo de cintura hacia abajo sin importarle.
(Sr. Johnson) -. Ya ves lo que ocurre si me haces enfadar, te he puesto el culo morado! .- John le hablaba en el oído a su esposa en susurros, que Williams y Ingrid que estaban a pocos metros no le escuchaban, aunque John les veía como les miraban. -. Ya ves lo que me has obligado hacerte…
(Penélope) -. Gracias… Pero aun así… prefiero que seas tú, quien me… ya me entiendes…
(Sr. Johnson) -. Ahora mi pequeña te vas avergonzar? Después de lo descarada que te has comportado, obligándome a zurrarte de nuevo…
(Penélope) -. Ha valido la pena esperar veintidós años… a que te decidieras como hacías cuando éramos novios, entonces no lo dudabas… y no dabas nada flojo.
(Sr. Johnson) -. Sabes que me has mojado el pantalón? Eres una cochina!!
(Penélope) -. Y que esperabas…
(Sr. Johnson) -. Pues prepárate al llegar a casa… te voy a dar una de bien buena por estar desnuda delante de los voyeur de Williams e Ingrid que nos están mirando!
(Penélope) -. Oh!
En ese instante trato de bajarse la falda cubriéndose, John la dejo en el suelo. Agachándose él para subirle las bragas a su esposa ajustándoselas a la cintura, siendo necesario volver a mostrar su desnudez para subírselas levantándole la falda…
(Tío Williams) -. Para cuando pareja…? Parecéis tortolitos hablando en susurros! Vosotras dos deberíais ir a arreglaros esas caras llorosas, así no podéis presentaros ante las chicas, aunque no vais a poder sentaros cuando nos ocupemos de ellas… deberías encargarte de tu hija, ya va siendo hora que conozca a su padre, sobre todo cuando se saca la zapatilla… Antes habíamos hablado que me encargase yo por sus malas notas, pero el más indicado de hacerlo eres tú, será una sorpresa para ella. Y no debes preocuparte por lo que pueda pensar tu hija, ella es más spankee que tu esposa o al menos igual…
(Tía Ingrid) -. Menuda sorpresa se va a llevar, y no te dejes influir porque se ponga a llorar enseguida, es como tu esposa! Se pone a llorar enseguida pues no soporta nada el dolor, pero en cambio ella lo hace porque es demasiado picara! Se cree que no nos damos cuenta, piensa que así se libra de recibir como las demás, pero hoy de nada le va a servir llorar, porque hoy tenemos sobrados motivos para castigarla de verdad, y todos estamos muy enfadados con ella por sus malas notas!!!
(Sr. Johnson) -. Siempre he pensado que erais equitativos a la hora de castigar vuestras pequeñas, y que tratabais por igual a Angie, al igual que tu sobrina, tu hija o tu nieta!
(Tío Williams) -. Por supuesto que somos equitativos por igual. Pero eso no tiene nada que ver con la forma de corregirlas, es sencillamente que Angie es más inteligente que ellas, se las sabe ingeniar como ella sola, cuando hace las travesuras es como si las tuviera calculadas antes de hacerlas, se las ingenia para que ella sea la inocente, siempre cogemos a las demás con las manos en la masa, mientras Angie aparece ante nuestros ojos como la víctima, siendo culpable por estar al lado de las demás, pero manteniéndose al margen de ellas. En alguna ocasión la hemos pillado infraganti, y esas ocasiones ha recibido ella sola por las dos. Pues en esos tiempos Sonia aun no vivía con nosotros. Pero Angie nunca es acusada por las demás, pues ellas conocen bien que si culpan a alguna de algo que hayan hecho, deben de estar bien seguras de ello, porque de lo contrario el castigo lo reciben ellas. Excepto esta mañana… Pues se ha ido a meter con una de las amigas de Sonia, Laura. Y esta le ha cruzado la cara a tu hija. Cuando he entrado después de hablar contigo, la he encontrado con la mejilla marcada con los dedos de una mano, he preguntado qué había sucedido, y Sonia iba a hablar, pero Angie más viva la ha cortado diciendo que había sido Laura. Para la desgracia de la muchacha, ella estaba sentada a mi lado, nada más enterarme la he colocado sobre mis rodillas inmediatamente. Cuando ha bajado mi esposa Ingrid de ocuparse de Carolina, tu hija ha ido a saludarla corriendo. Ingrid al abrazarla no se le ha pasado por alto, cómo tenía la mejilla marcada. Tu hija debería estar muy desairada con ella por la bofetada e iba a excusarse de nuevo culpando a Laura, pero en esta ocasión Sonia se había puesto entre medias de tu hija y su tía Ingrid contando lo ocurrido de verdad. Al parecer al ver en la entrada a tu hija, mi sobrina, mi hija y sobre todo María, mi nieta! Han ido abrazarla y tu hija ni corta ni perezosa les ha magreado el culo a las tres, algo que tienen totalmente prohibido hacer entre ellas. Siempre y cuando no nos enteremos son libres de actuar, pues es normal que chicas spankee´s como ellas, se masturben e incluso se puedan acariciar, pero eso sí! Que nosotros no nos enteremos, porque de enterarnos se ganan una buena… Como te iba diciendo… Sonia le ha presentado sus amigas a Angie, y por lo que hemos sacado en claro, Angie ha abrazado a Laura tocándole el culo a conciencia como a las otras tres había hecho poco antes, pero Laura que acababa de recibir una azotaina en su habitación por mí, tenía el culo dolorido y se ha separado de Angie empujándola, al tiempo que le cruzaba la cara. Por lo que se puede deducir, que yo he puesto a Laura sobre mis rodillas calentándole el culo bien, sin tener culpa de nada la muchacha, pues… hablando y que quede entre nosotros, es una reacción lógica la que ha tenido Laura al cruzarle la cara… Sonia como era su amiga íntima, la ha defendido a capa y espada ante nosotros. Angie al mantenerse callada al ser acusada, nos ha desvelado claramente quien de las cinco era la verdadera culpable. Por lo que ahora será castigada seriamente por ese motivo, sumándole las malas notas que ha sacado este trimestre en la universidad. Pero ya ves lo que son las cosas… Sonia al defender a Laura, no se ha dado cuenta que al defenderla explicándonos lo sucedido, acababa de poner en riesgo a mi hija, mi nieta y así misma al reconocer que se habían magreado el culo, pues conociéndolas bien, ellas no se habrán quedado dejándose tocar. También se lo habrán tocado a tu hija. Así que ahora tenemos a siete chicas entre los veinte y treinta y cuatro años para zurrarles el culo en mi despacho donde nos aguardan, esperándonos que vayamos y nos ocupemos de ellas…
(Sr. Johnson) -. Deberías ir al colegio Williams! Yo cuento cuatro chicas solo, pues esa Laura ya ha sido castigada por error, y la otra que desconozco su nombre no ha hecho nada al parecer pues no la mencionas, al igual que la séptima que no sé quién es…
(Tío Williams) -. Son siete John! Son siete!! Además no estaría mal que me echases una mano con ellas, pues Ingrid ya la has visto como lleva el culo de morado, y con la azotaina que la acabas de dar, no creo que este en situación de encargarse ellas. Te cuento… A Laura se ha ganado unos azotes, porque la muy cochina… se ha corrido estando sobre mis rodillas, es una acción obvia no lo podemos negar, pero está muy feo que lo haya hecho tan descaradamente!!! Suspirando y estremeciéndose de placer estando sobre mis rodillas. En cuanto a tu hija Angie ya conoces los motivos. También he de encargarme de Sonia, al igual y por el mismo motivo mi hija Susana, como no, mi nieta María. Carolina por que anoche castigue a Sonia por su culpa y ella se libró de malas maneras. Que ella es de la que no sabes nada, y luego la que llamas desconocida, es Megan, porque mientras estaba dándole la azotaina a su amiga y compañera, la muy cochina se estaba masturbando a escondidas teniendo las manos bajo la mesa, entre el escándalo que se ha formado, se ha debido creer que nadie la había visto.
(Sr. Johnson) -. Estoy de acuerdo que se la merecen todas ellas, pero porque tienes que ocuparte tu solo, yo podría ocuparme de alguna o de todas ellas.
(Tío Williams) -. Debes de estar cansado después de haberle dado dos azotainas a Ingrid y dos azotainas más intensas a Penélope en pocos minutos…
(Sr. Johnson) -. Sabes? Me gustaría encargarme de las siete, no siempre tengo el placer de poder ocuparme de siete mujeres, con perdón por hablar así de tu hija y nieta. Estoy pensando que a Angie le vendría bien esa lección de ser la última en recibir, la angustia de esperar su turno la carcomerá por dentro, que te parece Williams?
En esos momentos bajaban las escaleras Ingrid y Penélope las dos muy sonrientes sobándose el trasero descaradamente mirando hacia sus maridos, los cuales al tenerlas a su lado, tío Williams le dio una palmada en el culo a Ingrid y John lo imito dándosela a Penélope.
(Sr. Johnson) -. Muy descaradas bajáis las dos, no os parece desvergonzadas? Creo que os merecéis otra azotaina, tu qué piensas Williams?
(Tío Williams) -. Si no estuvieran las siete muchachas esperando nerviosas, nos podríamos ocupar de estas dos sinvergüenzas…
(Penélope) -. A saber lo que estaban organizando estos dos…pájaros! John le he pedido prestadas unas bragas a Ingrid, las mías que llevaba estaban…
(Sr. Johnson) -. Pero que descarada te estas volviendo tú! .- Levantándole la falda les hecho una ojeada a las bragas, dándole una sonora palmada sobre ellas. -. Bonitas braguitas… desconocía esa faceta de ti Ingrid, no sabía que las usaras tan coloridas…
(Tía Ingrid) -. No son mías John! Las mías le van grandes a tu mujercita, se le caerían por si solas al suelo, tu mujer tiene talla de niña, esas braguitas son de mi sobrina Sonia… Y no digas eso de mis bragas porque ya las has visto lo chillonas que son, así le gustan a este…
(Tío Williams) -. Este tiene un nombre, Eh! “Está claro”!!! Bromas aparte! Pues cuando estabais en el baño arreglándoos, estábamos hablando como ocuparnos de las chicas o el volver a daros una azotaina a cada una de vosotras, por lo sinvergüenzas que sois!!! Pero después de calentar vuestros traseros, John Alexander Johnson me estaba proponiendo ocuparse el de todas ellas!!! Que te parece a ti, Ingrid? Así nosotros estaríamos observando cómo se encarga de las muchachas, estaremos muy cómodos en el sofá sentados, al menos yo!!! Vosotras no creo que estéis muy cómodas! Lo único que te pediría John, es que con Laura y Sonia no seas muy estricto con ellas, van bien servidas las dos! Laura no es tan grave lo que ha hecho, de Sonia esta madrugada ha recibido una buena azotaina, por haberme despertado en mitad de la noche, aunque la culpable ha sido Carolina, y encima ella se ha librado por comunicar su deseo de marcharse de la casa. Pero esta mañana estaba muy arrepentida y la hemos dejado quedarse. Por ese motivo ya ha sido castigada, pero queda pendiente que Sonia haya recibido esta noche una azotaina por su culpa, al presentarse de madrugada en su habitación. Y de las demás solo tienes que poner en especial atención con Carolina, pues Ingrid le acaba de calentar el culo de buena mañana con el cepillo, pero ya sabes lo que ha hecho y es algo que no está nada bien, lo dejo a tu criterio ya te he contado los motivos porque deben ser castigadas todas ellas, en cuanto a tu hija… como creas conveniente ocuparte de ella, pero va a ser toda una sorpresa cuando conozca que te vas a encargar tú, cuando vea que es su papá quien le va a calentar el culo… Pues nunca le has dado unos azotes, y no será porque no se los mereciera… las has consentido demasiado todos estos años… al igual que a tu esposa Penélope! Espero que después de hoy se te hayan abierto los ojos, ya has visto la muy… “Cochina” como te ha dejado la pernera del pantalón de mojada… Bueno y no solo ella, Ingrid también te la ha dejado buena…
(Sr. Johnson) -. No me lo recuerdes!! Mira como los llevo!!! Si fuera por mí… os volvía a poner sobre mis rodillas…
(Penélope) -. Por mi cuando quieras… .- Al hablarle se levantó la falda por detrás, dejando verle las bragas de algodón blancas con florecillas rojas visibles, y segundos después se las bajaba ella misma, mostrándole el culo que ya se le estaba poniendo morado, el cual fue hacia ella, pero ella subiéndose las bragas hecho a correr, teniendo que detenerse a los pocos metros por el dolor en el trasero, teniendo que sobárselo por las punzadas que sintió en las inflamadas nalgas… -. “Ayee” como duele…!!! Pero me encanta…
(Sr. Johnson) -. Os dais cuenta!!! Me habéis pervertido a mi esposa, pero la veo tan guapa como cuando tenía veinte años… tiene él mismo aura de felicidad en su rostro, después de haberle calentado el culo, esta tan preciosa como Ingrid, también tiene ese aura en su rostro que refleja lo feliz que esta, a pesar del estado de su trasero…
(Tía Ingrid) -. No te creas que siempre una está de esta manera, cuando hago una trastada y la hago yo, espero que luego Williams se ocupe de corregirme, al igual que deberías hacer tu con Penélope, a la cual hacia virguerías para llamar tu atención y no se la prestabas. Eso es similar cuando tengo un error, el cual es real sin yo provocarlo, lo cual no es buscar las consecuencias, es simplemente porque ocurren cosas. Y… esta Williams que aunque no sea provocado, me arregla igualmente quiera yo o no quiera! Entonces te aseguro que no tengo esta aura como dices, pero es a lo que te arriesgas cuando vives con un spanker. Pero luego cuando lo recuerdo y el culo ya no me duele, reconozco que me lo merecía aunque el motivo no lo hubiera provocado para ser castigada.
(Tío Williams) -. Quien te dice que cuando no lo deseas y cometes un error fortuito yo no me doy cuenta? Te has parado a pensar cuando esas situaciones se dan, porque no soy tan estricto contigo? Aunque con la azotaina te haga llorar igualmente? Primer síntoma notorio que hace que me dé cuenta, lloras enseguida en esos casos! Segundo síntoma visible, tus bragas están secas! Y no estas nada mojada en esos casos! Pero estés mojada o tus bragas secas o llores enseguida!!! Si haces algo que está mal, aunque esto sea sin desear castigo, acabas de reconocer que has hecho algo mal, y en ese caso es indiferente si lo has hecho a cosa hecha o no, el castigo es merecido de todas…todas!!!
(Tía Ingrid) -. Vale… GRRR.. Eso es lo peor de todo! Que siempre tiene la razón!! Bueno Penélope vienes conmigo? Mientras vosotros acabáis de hablar, que tal si nosotras dos nos adelantamos a quitarles los pañales a Sonia y María, para ser castigadas y cambiarles las bragas si están mojados sus pañales, me acompañas Penélope?
(Continuará…)