El abuelo del súper y las tiritas

Encontre una abuelo que le gustaba cazar conejos y tenia una buena escopeta.

No he podido escribir antes pues con el regreso de Paul y los encuentros con Ricardo el taxistas, he estado copada, bueno más bien surtida, pues mi pareja regreso tras unos días sin descargar, con los depósitos repletos y cuando descansaba se ocupaba Ricardo de completar los huecos, hasta que al final logre juntarlos pero eso si quieren se los cuento en el próximo relato, hoy les contare mi fortuito encuentro del supermercado.

Como les digo estaba en casa y necesitaba comprar unas tiritas pues los zapatos de tacón nuevos me habían hecho polvo los pies y por no ir a la farmacia me acerque a un pequeño supermercado que tengo cerca de casa, y aunque era tarde ya me di prisas para comprar antes de cerrar, pues esa noche cenaba con mi pareja fuera.

Hacía tiempo que no había ido y estaba todo cambiado, y aunque no es muy grande no daba con lo que buscaba, dirigiéndome al final tras ver unos carteles al fondo de un pasillo junto a la salida trasera de emergencia, donde estaban todos estos accesorios.

Me puse a ver las distintas cajas para ver alguna transparente cuando una voz ronca y varonil me indico en todo de información que esas que tenía en la mano eran magnificas.

Me gire y pude ver a un abuelo que posiblemente rondara los sesenta y tantos con una pequeña sonrisa y pidiendo disculpas por haber opinado, a lo que le dije, no se preocupe se lo agradezco, pues estoy con la duda, estos zapatos me están matando y me los traje para comprobar si me servían las tiritas.

Hice un ademan de mostrarse el talón y casi me caigo, sujetándome con mi mano sobre su hombro, al igual que el lanzo la mano a mi cintura para agarrarme, riendo los dos por la cómica situación.

Me dijo si no estoy yo se pega un buen talegazo , y es una pena que una hermosura de mujer le pase eso.. Yo agradecí el cumplido y le dije que era todo un caballero, a lo que el respondió, si me permite deje que lo sea completo y le ponga la tirita y así comprueba in situ si funciona.

Me dirigió con sus manos a unas cajas que había tras de mi a la altura de mi trasero haciendo la función de silla y me sentó sobre ellas, se agacho y tomo mi tobillo dispuesto a sacar el zapato y abriendo la caja tomo una tirita para ponerla.

Me dijo que los zapatos eran preciosos pero se quedaba con mi tobillo y mis piernas, que eran aun mas, yo continúe agradeciendo los cumplidos y subí mi pierna para que el pusiera la tirita, sin acordarme que no llevaba las bragas pues Paul me las prohíbe en casa y casi fuera también.

En ese momento me acorde e intente rectificar pero ya era tarde, pues la vista de coyote de aquel lince se dirigió como un misil al interior de mi falda que ahora estaba abierta mostrando mi rasurado sexo que esa tarde había acicalado.

Quedo parado un segundo y yo me ruborice rápidamente, fui a decir algo, pero su voz masculina y penetrante me corto y dijo, veo que la caja tiene premio, merece a veces un esfuerzo para esta grata recompensa.

Ahora yo fui la que respondió, y dijo, perdone no lo hice con intención, no me acordaba que.. …Volvió a cortarme y dijo rápidamente, de lo siento nada, todo un placer que permita a un viejo como yo un rato y unas vistas atan agradables, pues si las piernas son preciosas lo que veo lo supera y merece un premio.

Yo estaba algo cortada pero encantada de aquel trato y la situación me estaba poniendo algo caliente, cuando saco la tirita y la corto con la boca mirándome con la cara de pícaro, para colocarla sobre mi talón, a la vez que masajeo suavemente la zona para afianzarla y ponerla correctamente, tomando el zapato para acercarlo y colocarlo.

Yo indiscretamente mire su entrepierna que allí agachado como estaba marcaba un buen bulto, que por cierto, parecía haber crecido con la situación, mirándolo seguidamente a el pues lo cierto es que era un abuelo muy atractivo, alto y con buena planta, algo escaso ya de pelo en la cabeza, pero cortito y canoso, y muy bien afeitado en la cara, pues reflejaba brillo posiblemente de alguna loción.

Me puso el zapato a la vez que volvió a mirar a mi interior esbozando otra pícara sonrisa, diciéndome, ahora se levanta y comprueba si le hace daño pero antes deje me recree un segundo en esa belleza de gazapo que tiene ahí afeitado.

Yo me reí y le dije bueno ya lo vio es justo tenga su premio, y abrí un poco más las piernas mostrándole la raja abierta y ya mojada por la situación.

En ese momento me di cuenta se me había dormido una pierna, y medio riendo se lo dije, respondiendo el, que era experto pues a su mujer le solía pasar y le daba unos pequeños masajes para espabilarla rápido.

La tomo sentada como estaba y apoyándola sobre la suya agachado, comenzó a masajearla suavemente con aquellas varoniles y fuertes manos, subiendo poco a poco con delicadeza por mi muslo, cosa que agradecía entre el cosquilleo del despertar y circulación de la sangre, escapándoseme unos pequeños gemidos que el tomo como cumplidos para seguir un poco más.

Llego con sus dos manos al final del muslo y mirando con disimulo que allí no hubiera nadie, pues estábamos solo, acerco un par de dedos y con delicadeza rozo los labios abiertos de aquel supurante gazapo que estaba manando placer ya.

Me miro lascivamente y dijo, que pena no fuera mío esta noche pues lo iba a cazar bien con mi escopeta y me lo iba a comer todo.

Yo encendida como estaba ante aquel grato roce, ya algo más intenso, pues sus dedos ya casi entraban en mi gruta, apoye mi zapato en su muslo para quitarlo y con el pie lo dirige a su entrepierna, para presionarla un poco y testar la dureza de aquella escopeta, a la vez que le dije, hay tiempo para una cacería rápida si quiere, ya que veo que la tiene cargada y lista para disparar.

Mis palabras fueron el fosforo que encendió aquella mecha, pues sin apenas darme tiempo sus manos abrieron mis muslos para dar paso a su boca que comenzó a devorar con una maestría más propia de un actor porno, aquel mi conejo que ahora se abría en su esplendor para dar paso a su gruesa y musculosa lengua que con sabiduría recorría todos los huecos posibles, así como estimulaba de una forma magistral mi botoncito que estaba duro como un pezón , dándome un placer inmenso, a la vez que le balbuceaba entre gemidos para agradecer aquello.

Mi planta del pie no paraba de rozar su enorme paquete y aquello parecía iba a explotar, … yo pensaba para mí, dios la tiene enorme este abuelo, sin encima va a ser un superdotado..mmmm la quiero ver.. Esto último se me escapo y lo dije en voz floja, a lo que el retirando un segundo la boca dijo, tranquila que te la voy a dar rápidamente.

En ese momento me llego un orgasmo empapándole toda su boca con mis jugos, mientras el resoplaba de placer, … seguidamente se incorporó dejándome sentada allí con las piernas abiertas y el en medio, aflojo el cinturón , volvió a mirar atrás y vio no había nadie, dejando caer el pantalón y mostrando unos slip de pata blancos que no podían disimular la enorme erección que tenía aquello.

Se los bajo también solo pude decir … dios que rabo tiene…madre mia , es enorme .. el riendo la apoyo sobre mi conejo temeroso de aquel trabuco que lo miraba fijamente y desafiante, y tras unos pequeños golpes suaves y restregones de su hermosa cabeza rosada, ya algo rayada por la edad, pero hermosa y gorda, la guio con su mano para introducir la punta mientras yo respingaba de placer ante tan grato intruso.

Mientras con un golpe suave de cadera comenzaba a meterla en su totalidad, sus manos ahora soltaron mi blusa para dejar mis pechos al descubierto, siendo su boca ahora la que se agacho para comerlos , mientras con curvado cuerpo iba guiando su cintura en una sesión de lambada genial.

Era increíble que aquel bombón de abuelo fuera tan bueno follando, y como manejaba su arma… pues con aquellos movimientos circulares de cadera me tenía loca, y ya había vuelto a tener otro orgasmo, que ahora mitigo con su boca pues casi grito de placer.

Separo la boca y con tono lascivo, me dijo, ¿nena te gusta como corretea mi escopeta a tu conejo? .. Eres un encanto cielo, le dije, no se nota me tienes loca… el resoplo y volvió a sellar mis labios con los suyos a la vez que su lengua avasallaba la mía, persiguiéndola dentro de mi boca mientras ahora su ritmo era más intenso y las penetraciones más fuertes, sintiendo como su matorral de pelo que envolvía aquel arma, rozaban mis abierto conejo.

Oímos un ruido y paro segundo, para mirar atrás y al ver no había nadie reanudo la monta, gimiendo mientras me besaba, para dar lugar a otro orgasmo que silencio con su boca fuertemente contra la mía, a la vez que comenzó a tener espasmos su espalda para avisar que aquel cañón estaba echando fuego.

Si no estoy sentada me hubiera caído desplomada, pues la intensidad de aquel polvo fue genial, pero entre las cajas y aquel mástil que me perforaba y sujetaba lo tenía difícil para caer.

Aflojo tras medio minuto de pequeños golpes finales de cadera, a la vez que tomaba la respiración, saco aquel badajo enorme todo untado en mis jugos y restos de su nata, para golpear nuevamente mi vulva, a la vez que en tono irónico, la miro y le dijo, te has portado, veo que hoy dejastes el pabellón bien alto, riendo seguidamente mientras me miraba y volvía a besar.

Soltó sus labios, y me dijo, veo te gusto, aun este viejo sabe hacer gozar a una mujer tan linda como tú.

Yo le respondí, que había sido maravilloso, que no hacía falta le explicara cómo me lo había pasado, y que si me dejaba cuando tomara aliento se lo iba a agradecer.

Me dijo.. ¿Cómo me lo vas a agradecer si ya esto ha sido un premio para mí?

Yo le dije, espera y veras, y separándolo de mi lo gire para que tomar mi posición sentándolo sobre las cajas, reposando aquella enorme morcilla sobre ellas ,con la cabeza supurando aun alguna goza de rica crema, y sus colganderas bolsas debajo como empollando aquel rabo.

Me agache y le dije voy a devorar este manjar y sacar todos los jugos que le queden… a lo que respondió, .. mi niña no creo pueda darte mas ya tengo mis años y quede rendido, pero si es tu gusto el recrearte comiendo un rato , es toda tuya.

Yo agarrándosela con la mano la dirigí a mi boca y antes le dije, se va a sorprender de lo que puede dar esa escopeta, veras como dispara aun alguna bala mas esta tarde.

Comencé a saborear con dulzura mientras mi lengua limpiaba toda aquella enorme y rosada punta, jugando con su agujero que vi era un punto le gustaba pues, al rozarlo con el extremo de mi lengua, saltaba de placer…. Y gemía, a la vez con una mano agarre aquella bolsa enorme y comencé a darle suaves caricias testando aquellas viejas pero gordas pelotas que tanto me atraían,.

Abundaban un matorral de pelo negro y blanco en mayoría que me hacía cosquillas al comerlas, pues mi boca bajaba por todo aquel mástil , ahora medio dormido, para recrearse en sus depósitos, después volvía a subir lentamente y acababa absorbiendo la cabeza como si de una gamba se tratara.

Esto parecía dar resultado y tras cinco minutos de rica comida, las venas comenzaron a llenar aquel cañón para ir ensanchándolo y endureciéndolo.

Lo mire y tenía la cabeza pegada a la pared mirando cómo se la comía, con los ojos medio embobados por el embrujo del placer que le daba mi boca, a la vez que me decía suavemente, sigue así encanto sigue, que lo estas consiguiendo, dios no me lo puedo creer que esto me esté pasando ahora a mi….

Ayude con mi otra mano a mover ya todo aquel rabo subiéndola y bajándola por todo su cuerpo mientras mi boca succionaba su rugosa cabeza mientras la otra no paraba de masajear su huevos que se movían como encogiéndose y preparando la nueva descarga.

Otros cinco minutos encantadores así, y sus piernas se estiraron como resortes avisando de otra nueva corrida que ahora me dispuse a tomar como postre, no dejando caer ni una gota, pues la textura de aquella nata me encantaba y como ahora no fue muy abundante pude degustarla y tragarla en su totalidad.

El golpeo con su cabeza en la pared tras los espasmos de aquel orgasmos rico, y sujetándome mi cabeza fuertemente me agradecía entre balbuceos aquella rica mamada..

Chupe un rato hasta comprobar se encogía nuevamente y no quedaba nada en el tubo, para seguidamente levantarme mientras él me cogía fuertemente con sus manos para pegarme a él, besarme y decirme que había sido increíble.

Nos vestimos y miramos si alguien nos había visto, viendo nadie se había acercado, saliendo los dos juntos hacia la única cajera que estaba liada con su móvil chateando.. Nos vio y dijo, ah pero aún seguían dentro, pensé ya se habían ido.

No respondimos y pagamos los artículos para salir a la calle, donde nos despedimos tras pasarnos los teléfonos, pues eso no podía quedar en un solo encuentro…. Y efectivamente no quedo allí, pues a los pocos días recibí su llamada ……. Pero esto se lo contare en el próximo si veo les gusta mis gratas experiencias y me lo piden , pues sus comentarios son mi tinta para poder escribir más y contarles mis vivencia…y aunque no sea ético pedirlo, me encantan los comentarios.