El -Abuelo- de 50....
Ni por la mente tenia pensado aquello.
El "Abuelo" de 50....
Ni por la mente tenia pensado aquello
Os voy a contar la experiencia que tuve el fin de semana del 15 de Septiembre del 2002. A mi padre, un cliente suyo le regaló un fin de semana en el balneario de torre molinos . Yo ese fin de semana no tenía pensado hacer nada, así que me dispuse a pasar un relajante fin de semana. Me dispuse a hacer mi maleta. Contemple los bañadores y bikinis que tenía Yo siempre escojo mis bañadores de los más excitantes para el personal: los bikinis, muy pequeños y los bañadores, o blancos o les quito el forro para que se transparenten Evidentemente, no podía llevarme ninguno de ellos iba con mis padres, así que opté por uno azul, con estrellitas plateadas y unos volantitos en las caderas el único problema era que me lo había comprado hacía unos años y de culo se me había quedado un poco pequeño y se me metía por entre las nalgas pero bueno, era una manera encubierta de excitar al personal ¿No?. Salimos el viernes por la tarde y llegamos por la noche a torre molinos Ya esa noche tuve que masturbarme a base de bien en el cuarto de baño para aplacar mi calor. No me había llevado ningún vibrador así que empleé los cinco dedos de mi mano No paré hasta que tuve que recubrir mi boca para acallar mis gritos y mi mano quedo pringada de flujo mucoso
Mal asunto como me diera todo los días un calentón así El sábado se hizo más pasable con los baños y los masajes, por un día me olvide del sexo, completamente relajada, una delicia El domingo me desperté tarde y encontré en la mesa una nota: mis padres habían ido a visitar a un amigo a Murcia y me decían que volverían después de comer.. Bueno, me dedicaría al jacuzzi Me duché, me puse el bañador y como siempre se me metió por el culo Me puse el albornoz y bajé a la piscina termal. Llegué y vi que era la única que estaba allí bueno, miento. Había un señor, de unos 50 años sentado en la piscina muy cerca de la escalerilla de bajada. Durante un rato pensé si me metía o no pero al final decidí quedarme. Me despojé del albornoz y de espaldas a la piscina, me fui introduciendo lentamente en la pisci. Por fin, una vez dentro, me giré: el abuelete tenia la mirada clavada en mí no me extraña, le había ofrecido una visión gloriosa de mi culo. Sonreí y me senté pensando en si había ligado con un hombre que podía ser mi abuelo bueno, creo que mi abuelo es más joven. Volví a sonreír y, estirando los brazos a lo largo del borde de la piscina, apoyé la cabeza y me puse a mirar el techo el calor y el burbujeo me fueron adormilando, el calentón de la mañana se iba pasando, comencé a cerrar los ojos, cerrar los ojos
- ¿Perdona, bonita, te importa que me siente a tu lado?
Abrí los ojos y miré a mi izquierda. El señor se había acercado hasta mí y se había sentado ya a mi lado. Me desperté por completo. Como ya se había sentado, le dije que cómo no, pero me hizo gracia El señor me preguntó que de dónde era. De la capital, le contesté. Él me dijo que era del interior y que estaba haciendo un viaje de placer por El pais De repente, apoyó su mano en mi muslo, bajo el agua Veréis, yo soy enfermera y ya había trabajado con gente mayor y sé que muchos de ellos se apoyan en los lugares más comprometidos de la anatomía de una, pero sin malicia, así que no le di mayor importancia, dejé que se apoyara sin más problema. El señor me empezó a preguntar por mi edad y cuando le dije que tenia 24 años me dijo que una nieta suya tenía esa edad y comenzó a hablarme de su nieta. Mientras me la describía con un lujo de detalles anatómicos muy sospechosos, su mano comenzó a deslizarse muy lentamente hacia mi nalga. así, cuando terminaba de describirme los muslos de su nieta ("Las chicas de ahora lleváis unas faldas tan cortas "), su mano ya descansaba en mi nalga y mientras me contaba los lugares donde su nieta salía comenzó a amasarme el culo Yo le miré muy seriamente, a ver si se daba por aludido y dejaba los toqueteos, pero él seguía y a mí comenzaba a hervirme dentro de mí algo muy, muy conocido : "¡Dios mío! ¿Cómo voy a hacérmelo con un viejo?", pensaba, y cuanto más pensaba en ello, más me excitaba
Le miré a los ojos, por si se retiraba, pero mis ganas de que se retirara habían disminuido. Estaba entregada a él por completo. Entonces comenzó a hablar de la ropa tan, tan ajustada que se ponía su nieta ("Parecen, hija, que van desnudas ") y su mano comenzó a ascender por mi cadera hasta que comenzó a descender por mi pubis hasta mi entrepierna. Abrí mis piernas y comenzó a deslizar arriba y abajo su mano por mi coño, tapado por el bañador. Él ya no sé de qué hablaba, yo había echado la cabeza hacia detrás y había cerrado lo ojos, entregada cien por cien a los toqueteos del "abuelo" Retiró con suavidad la tela de mi bañador y suavemente, sin dejar de hablar introdujo un dedo en mi ya palpitante vagina. Resople, gemí un poco y él arreció en el mete-saca de su dedo, al tiempo que acariciaba mi clítoris con su dedo gordo Me mordía el labio inferior de desesperación por no poder gritar de placer Me estaba provocando un orgasmo bestial el vejete y yo no podía hacer otra cosa que resoplar y arañar las baldosas de la piscina termal Finalmente, el orgasmo me llegó de manera rápida. Agité mis piernas en el agua y él notó lo que me pasaba porque hundió su dedo en mi sexo hasta el nudillo Me relamí de gusto mientras las convulsiones de mi cuerpo y de mi útero me dejaban exhausta Finalmente me relajé y él, al notar mi laxitud, sacó su dedo y para finalizar su discurso, me dijo:
- ¡Ay! las chicas de ahora vosotras sí que sabéis disfrutar de la vida si me hubierais pillado de joven - "Joder", pensé,"Si lo pillo de joven, me saca el dedo por la boca".
Me quede descansando, anonadada y mirándole. Él, sonreía. Finalmente habló: - - ¿Te gustaría ver alguna foto de mi nieta?. Tengo en mi habitación unas cuantas.
Me lo pensé una milésima de segundo y acepté Salimos de la piscina. Me tuve que arreglar el bañador, pues me había quedado con el vello púbico al aire. Nos pusimos los albornoces y nos dirigimos al ascensor. Entramos en él y le dio a su planta. Mientras subíamos, me fijé en su entrepierna: el albornoz no podía ocultar un bulto descomunal cada vez alucinaba más con el "abuelo" . Respiraba entrecortadamente mientras avanzábamos por el pasillo a su habitación, el corazón me latía con fuerza a la vez que los labios de mi almeja Por fin llegamos a la habitación. Abrió la puerta y galantemente, me dejó pasar primero. Mientras él ponía en la puerta el cartel de no molesten, yo abrí el albornoz y lo dejé caer al suelo. Mis pezones estaban erizados en el húmedo bañador. Él se quedó mirándome y acercándose, lentamente, comenzó a retirar un tirante.
Cuando lo retiró, comenzó con el siguiente. Finalmente, tiró del bañador hasta la cintura, quedando mis Tetis al aire. Me miró un rato a la cara y de repente, se inclinó sobre mí y se metió un pezón en la boca. Me agarré a él para no caerme ¡Qué gustazo! Chupaba con fuerza mientras me amasaba la otra Succionaba con fuerza mi pecho Yo ya jadeaba, estaba cachondísima y no aguantaba más así que le separé de un empujón. Me empecé a desnudar por completo. Me quité el bañador, que había quedado en mi cintura. Me acerqué a él. Mi pezón estaba durísimo y su saliva había dejado un reguero en mi teta Me puse en cuclillas, le abrí el albornoz y de un golpe, le bajé el bañador hasta los tobillos Mujer más sorprendida en el mundo no ha habido otra De repente apareció un cacharro de 25 ó 30 cm en toda su gloria ¡¡¡Madre mía!!! Si mi coño estaba ya mojado, al ver tamaña polla, parecía un grifo de flujo
Me quedé boquiabierta sin saber que hacer Me decidí comencé a lamerle el cipote nada de lentamente como una loca comencé por los huevos, comiéndomelos con gusto y luego pasé al obús apenas me cabía en la boca era tremendo el viejo jadeaba y me agarraba del pelo me tiré un buen rato chupando aquel trozo de hierro, pero mi coño era un volcán y quería ser empalada ya mismo por el "abuelo", así que me levanté y me tumbé encima de la cama, abriendo al máximo mis piernas. Notaba el calor de mi flujo, escurriéndose de mi coño y resbalando entre mis nalgas. Sólo era capaz de articular una palabra:
- ¡Fóllame, fóllame, fóllame ! - El abuelete no necesito más; se puso de rodillas, delante de mí, levantó mis piernas y lentamente comenzó a meter su cipote en mi coño, lentamente, muy lentamente. Mi vagina empezaba a recibir al monstruo. Nada más meterla, me vino un orgasmo delicioso que me recorrió el cuerpo de arriba a bajo, hasta el último pelo de mi cuerpo Era increíble. Un hombre mayor me estaba llevando a unos orgasmos nunca conocidos por mí Continuaba su bestial avance en mi cuerpo, hasta que mi coño se dilató al máximo y la punta de su rabo llego hasta el fondo de mi vagina, tocando la punta de mi matriz. A partir de ese momento comenzó el mete-saca mas bestial de mi vida. Me follaba de una manera salvaje. Solo se oían mis sollozos, el chapoteo de su rabo en mi almeja y algunos comentarios que decía acerca de su nieta.
Mientras me alcanzaba en cuarto y quinto orgasmo y enroscaba mis piernas alrededor de él, hundió su polla hasta casi traspasarme el vientre. Comencé a sentir un calor dentro de mí. Se había corrido. Se quedó encima de mi un rato, jadeando y respirando. Se desacopló y se tumbó boca arriba en la cama, a mi lado. Yo dejé caer las piernas, mientras notaba como la mezcla de flujo y esperma se deslizaba en mi vagina, pugnando por salir al exterior. Respiraba profundamente, mirando al techo y analizando lo que me había pasado, cuando el abuelo volvió a la carga. En un par de minutos se le había vuelto a empinar Me agarró de la cintura y me puso de costado. Comenzó a pasar su resbaladiza viga por mis nalgas y de un golpe la volvió a introducir en mi mejillón el salpiconazo fue de aupa sonó como cuando tiras una piedra al agua ¡¡¡CHOOOFFFF!!! Y otra vez con el mete-saca, golpeaba mi útero y afuera, golpea mi útero y afuera, además, había hecho presa en mis Tetis y me las amasaba como si su salvación fuera en ello . Perdí la cuenta de los orgasmos, sólo recuerdo que tuve que hundir mi cara en el colchón porque me puse a gritar como una desesperada, gritaba y gritaba intentando ahogar mis aullidos, creo que dejé de gritar y me puse a llorar de puro gozo, ni siquiera me di cuenta de que se volvía a correr salvajemente Lo siguiente que me acuerdo es de el abuelo tumbado a mi lado diciéndome:
"Pobrecita, pobrecita " y acariciando mi pelo. Miré mi entrepierna y descubrí un emplasto mucoso y viscoso que se escapaba de mis labios para caer en el cama: Menuda manguera tenía Miré a su entrepierna y lo que vi ya no pude dejarme indiferente de nuevo estaba empalmado. Sin palabras. Volvió a montarme. La humedad era tal en mi coño que apenas había fricción y cada embestida era respondida por un salpiconazo sonoro Mi útero era un puro orgasmo y se convulsionaba tanto que parecía que me iba a salir por el ombligo.
Como ahora estaba encima de mí, aprovechaba para chuparme a base de bien los pezones, que estaban durísimos, tan duros que casi me dolían Me encontraba con la boca abierta, incapaz de emitir nada más que débiles gemidos cada vez que el abuelo se hundía en mis profundidades. De nuevo y por tercera vez se hundió hasta que su punta golpeó con la pared de mi vagina. Comencé a notar los chorros a presión inundar mi vagina se tiró casi un minuto eyaculando a golpes intermitentes ¡Increíble!. Se desacopló de mí con todo su cacharro pringado de crema Mi coño estaba abierto al máximo, derramando la mezcla de su lefa y mis jugos ¡Como me folle otra vez ! ¡Le volví a mirar y claro está ! ¡De nuevo empalmado! Esta vez no me pude callar: - - ¡Pero oiga (yo le llamaba de usted, educación ante todo) ! ¿No habrá tomado Viagra? - - Nada de Viagra, hija mía Todo natural , a mi difunta mujer la tenía por la calle de la amargura - "Y seguro que a tu nietecita también", pensé. Mientras ya se incorporaba para darme caña por cuarta vez, esta vez tomé el mando yo. De un empujón le tumbé boca arriba en la cama. Y me senté encima de él.
- Le voy a dar una cosa que seguro no le dio su mujer "ni su nietecita"- musité por lo bajo. - Agarré su monstruo y lo apoyé en mi ano. Si habéis leído mis relatos, sabréis que por ahí me ha entrado casi de todo Dejé la punta en la entrada y apoyándome en sus hombros, comencé a empujar poco a poco, rítmicamente. Notaba como mi esfínter se iba dilatando, poco a poco, como el alien iba entrando en mi recto. Empujaba un mucho y me salía un poco. así estuve hasta que los 25 ó 30 cm de carne se alojaron a pleno en mis intestinos En ese momento, me senté a horcajadas en él, mostrándole donde realmente tenía metida la polla hasta la empuñadura. Comencé la cabalgada ¡Acojonante! Era increíble la caña que me estaba dando un abuelo de 50 años ningún tío joven me había hecho sentir lo que él creo que a este paso me paso a ellos
Mi culo se había lubrificado de los juguillos que expelía su pene y se había dilatado lo conveniente entraba y salía sin dificultad de mis tripas. Estuvimos así un buen ratito, 15 o 20 minutos, un polvazo de impresión, hasta que en una de mis arremetidas, levantó sus manos hasta mis Tetis, me las estrujó como si intentara sacar zumo y con un débil gemido, abrió el grifo de la crema Notaba el cosquilleo en los intestinos, el calor que ascendía y luego resbalaba hacia arriba una corrida de un minuto de reloj este señor no tenía pelotas, tenia un deposito Al rato, detuve mis movimientos y me saqué el fláccido miembro del ano. Los grumos comenzaron a salir de mi ojete Estaba destrozadísima ¡Y yo que había venido a descansar!
Me recosté en su tripa, un poco voluminosa y cerré los ojos mientras notaba como los regueros salían de mis dos orificios, repletos y satisfechos Abrí los ojos .¿Qué os voy a contar? La polla estaba erguida como un menhir, brillante y mucosa de las folladas y las corridas Antes de que me reventara, no perdí la ocasión; agarré el cipote y me metí lo que pude en la boca. Oía como sollozaba el viejo de placer. Apretaba mis labios contra el tronco y ascendía, llevándome en mis labios la mas deliciosa crema que jamás había probado me tiré cerca de 2 minutos, pajeandole, amasándole los cojones y metiendomelos en la boca hasta que comenzó el festín ¡Qué pedazo chorro! El semen era liquido, cremoso y cálido apenas daba abasto mi boca, me resbalaba por los labios y caía en su pubis. Se tiró un minuto corriéndose, yo tragando y al final, otro minuto hasta que le dejé la polla reluciente, limpia y su vientre sin un átomo de esperma .¡Qué festín! Después de esta, el abuelete se quedó dormido como un tronco Yo, deprisa, me pude como pude el bañador, el albornoz y me fui corriendo a mi habitación. Me preparé un baño de espuma y traté de relajarme Hoy no iba a comer, tenía el estomago repleto Al día siguiente, el señor ya se había marchado. Jamás supe su nombre ni es probable que lo llegue a saber ni el de su afortunada nieta