El abuelo (7)

Follada que en verdad era toda una masturbación oral, siendo forzado por sus dos manos, marcándome con frenesí esa follada de boca… aaahhh!!, cuyo final no fue otra que un estallido de semen, dándome a tragar toda su secreción de este viril abuelo… ooohhh!!.

El abuelo (7)

El pensar que la finalización de una gran amistad entre amigos, tuvo como culpables a mí por supuesto, pero sobre todo el que engendro todo, y por supuesto quien puso la puntilla… su padre. Hace a uno muchas veces valorar si vale la pena, dejarse hacer a cambio de una gran amistad, pensar que una gran amistad de tantos años se ha consumido en apenas tres meses. Tres meses en el cual me convertí en el juego sexual de estas dos personas, cuyos lazos fraternales no deseaba romper, debiendo de callarme y soportar sus deseos y lujurias. Y muchos os preguntaréis… ¿Cómo llegue hasta semejante situación?... pero para eso sería mejor que leáis mis anteriores confesiones ‘El abuelo’, pues no desearía resumirlas y que no de tiempo para mucho más. Bueno comenzaré, vale…

Tres meses de duro este asedio, y creo que mucho fue, sintiéndolo sobre todo por mi amigo Alberto, sintiéndolo porque el no tuvo la culpa de nuestra separación, aunque todo se inició por unos comentarios por su parte hacia mi persona. Comentarios que hizo que comenzara uno con el acoso, persona que consiguió sus pretensiones, pero que una de las tantas y de forma involuntaria, pues no hubo intención alguna, fimos descubierto por su hijo. Comenzando a raíz de esto, y también por un desliz mío, acabe siendo objeto sexual de este, persona fraternal que realizo todas sus fantasías a mi costa. Pero para fantasías realizada, podría decir que la echa por su propio padre, cuando este acabo por realizarla, aquella que tanto me pedía, aquella que no era otra que…

  • “¿Dime maricona… ¿Cuándo me vas a dejar compartirte con un amigo mío?”.

Dice y repite un día tras otro, cansado ante tanto acoso, me da por soltarle…

  • “Vale... pero, si accedo me dejaras en paz y no me lo volverás a decir más”.

Evidentemente peque de infantil, pero fue un momento de cansancio emocional, aunque luego para mis adentros, me decía como excusa que había accedido por el morbo y la curiosidad. Pero por muy increíble que fuera, aquel día me dejo en paz, no hubo acoso y menos refriega por cada esquina de la casa, simplemente accedió a mi petición. Ese día me marche a casa sin el sabor agrio de su leche en mi estómago, me marche sin dolor en mi orificio por sus tremendas embestidas, me marche apenado por desear su ‘atención’… uuummm!!. Pero no sin recordarme…

  • “Veras lo mucho que vas a disfrutar, ni te imaginas los sementales de mis amigos, ¡no veas, cuando te veas empalado… uuuffff!!”.

Pero lo cierto es que lo echaba de menos, siendo mi mayor pecado, pero al mismo tiempo mi debilidad, pero viéndose subsanada en el momento en que me da por atravesar el parque hacia el colegio o viceversa a casa. Recorrido que basta cambiar un poco, adentrándome por zonas más ocultas o simplemente ir a ciertas horas, donde siempre hay un maduro o maduros con indirectas, eso por no decir la cantidad de abuelos y ancianos que desean carne fresca… uuummm!!.

Como aquella vez que me senté en uno de tantos bancos que hay junto a la ‘Glorieta de Los Leones’, no pasando ni cinco minutos cuando un hombre mayor, persona que por su constitución y apariencia era todo un abuelito. Hombre que, tras mirarme, sonriente se sentó en un banco frente al mío, momento en que piensas… ‘Con todos los bancos que hay y se tiene que sentar precisamente en ese’, quizás ese pensamiento no fue otro porque esperaba alguien más joven, pero no me quedo otra que esperar que este se marchara. Pero en cambio, percibia como este se tocaba su entrepierna, inicialmente fue con sigilo y poco después con descaro, acabando por mirarle como este se sacaba su miembro fuera… uuummm!!. Aquello inevitablemente me encendió, comenzando a mirar de un lado hacia el otro, cerciorándose que no había nadie, acabando por levantarse y con mayor descaro que antes, cogió y se bajó los pantalones, enseñándome su miembro… uuuffff!!.

No estaba mal… tendría unos quince o dieciséis centímetros y unos huevos bastante gordos, este abuelete mientras se masturbaba a mi salud, no dejaba de sonreír alternando estas miradas lujuriosas con vigilar… uuummm!!. Como veía que solo le miraba, acabo por dirigirse hasta donde estaba yo, sentándose a mi lado y continuando masturbándose. Miraba muy serio, acercándose hasta que su rodilla dio con la mía, levantando su brazo y dejar caer su mano sobre mi muslo derecho, recuerdo que la aparte pero que este en segundos volvió a colocarla. Acabando por ascender hasta llegar a mi entrepierna, ¡comenzando a magrear mi miembro… ooohhh!!, aparte sus manos un par de veces, veces que no fue con firmeza cosa que lo noto, acabando por dejarle… aaahhh!!.

Viendo como este mostrando bastante soltura, sin dejar de masturbarse con su mano izquierda, comenzó con derecha a bajarme la cremallera de mi pantalón, introducir su mano dentro y tras coger mi miembro, acabo por sacármelo fuera y continuar masturbándomelo… ooohhh!!. Yo estaba en la gloria, mi miembro estaba duro y erecto, llegando incluso a emanar ciertas gotas de precum, cosa que este le dio por levantarse, no dejando de mirar a nuestro alrededor. Colocarse junto entre mis piernas, inclinarse lo justo para tomar mi mano y llevársela a su miembro, comenzando a masturbarse con mi propia mano, sintiendo su polla dura como una roca y muy caliente.

Quizás al notar este mi estado de obediencia, retiro su mano de la mía, dejándome a mí que continuara masturbándole, mano suya que acabo por posar y rodear mi nuca, comenzando a presionar hacia él. Evidentemente sabía lo que pretendía… no soy tan inocente, pues eso, continúo presionándome hasta que su glande rozaba mis labios. Acabando por ayudarse con su otra mano, no tuve que ni separar los labios, simplemente deje que este entrara, soltando ese abuelete desconocido un gemido, comenzando a moverse como si me estuviera follando la boca… aaahhh!!. En un momento dado, acabo por retirar su mano de su miembro, mano que sentí sobre mi pecho, primero sobre la tela de mi suéter y poco después bajo este, una vez que lo introdujo por el escote de este… uuummm!!.

Escuche a ese abuelete gemir una vez tras otra, dándome por pensar que pronto se vendría, abuelete que retirando su mano de mí ya dolorido pezones, acabo por posarla sobre mi nuca, siendo ahora dos manos quien marcaba con frenesí esa follada de boca… aaahhh!!. Follada que en verdad era toda una masturbación oral, cuyo final no fue otra que un estallido de semen, una gran acumulación de secreción de este viril abuelo… ooohhh!!. Acabándola por sacármela una vez que se corrió, cuyos restos dejo en mi boca y parte de mi estómago, sonriendo mientras me acariciaba la cabeza y la cara, siendo la primera vez en que le escuche hablar, pues me soltó…

  • “Ahora te toca a ti”.

Me quede sorprendido, pues normalmente con la mayoría de los que he estado, cuando acaban cogen y se marchan. Comenzando este a masturbarme, continuando con tal labor hasta que en no más de cinco minutos, acabe por descargar, labor que este tras verme satisfecho me soltó…

  • “Veo que eres de los que duran poquito, eso o es que estabas muy caliente, pero bueno, lo importante es que te has corrido”.

No dejándome de mirar, este continua sin dejar de sonreír al tiempo que me masturba, escurriéndome mi flácido miembro, diciéndome…

  • “Si quieres repetimos mañana, dime… ¿Cómo te viene mejor?, supongo que a esta hora y si quieres, nos vemos aquí mismo”.

Dice al tiempo que me da una palmada en mi trasero, pero creo que actué como suelo hacerlo en tales situaciones, respondiéndole con temor y dudas, soltándole un…

  • “Vale”.

Respuesta dudosa que, tras decir, acabe por marcharme, tomando cada una dirección. Pero mientras camino en dirección hacia la escuela, no dejo de pensar en esa experiencia, recordando de como se ha originado, como ha ido tomando cuerpo y sobre todo como ha finalizado. Pues, acabe por darle vuelta a mi respuesta, aunque para mis adentros, me decía una vez tras otra… ‘no asistiré’, aunque en verdad aquella pregunta me martillea una vez tras otra, no por lo que dice sino realmente es por cómo me lo he pasado, acabando por sopesar mi presencia. Ese día, tras salir de la escuela, acompañe a Alberto como era habitual hacia su casa, donde tras entrar y dar los saludos pertinentes al resto de su familia, pues soy una persona muy educada. Acabamos por meternos en su dormitorio a estudiar, aunque recuerdo que, en esos últimos meses de amistad, comenzábamos ya a ‘traficar’ con revistas pornográficas. Revistas que mi amigo Alberto, no dejaba de decir…

  • “Que ganas tengo de tener la edad suficiente para poder estar con una de estas chicas, dime José… ¿No tienes tú ganas de liarte con una mujer?”.

Pregunta que me sonaba con indirecta, como si no supiera la respuesta, siendo interrumpido al abrirse la puerta al aparecer su abuelo, persona paterna que venía a indagar que estábamos haciendo, como si sospechara algo extraño. Pero que en verdad notaba su mirada lasciva, mirada que deseaba algo que ese día no me encontraba con ganas de hacerlo, pues prácticamente iba ‘empachado’. Abuelo que no me quitaba ojo y que el mismo me decía con ironía…

  • “No me digas que ya has encontrado otra compañía”.

Calle y me marche, coincidiendo con el padre de Alberto en el ascensor, persona que comenzó a meterme mano al tiempo que me preguntaba…

  • “¿Cuándo te viene bien repetir lo del otro día?, no veas como estoy, no sabes bien lo mucho que me gusto follarte, ya que disfruto más contigo que con mi propia mujer”.

Padre que me hace saber que follar mi culito estrecho es más satisfactorio que el coñito de su mujer, pues a este prácticamente le entra hasta dos pollas de lo abierto que esta, confidencia que me corta, pero al mismo tiempo me excito. Haciéndome saber que mi culito es muy especial, pues le dio la impresión al penetrarme que era virgen por estrecho que era, sensación que tuvo al volverme a penetrar por segunda vez, sensación que se ha enamorado, pues no hay nada que dé más placer que follar un estrechito ‘coñito’, siendo precisamente el mío.

Pensando precisamente en esa mujer, esposa y madre de mi amigo Alberto, mujer que no me gusta, no porque sea mujer sino por su forma de ser, aunque eso no tiene nada que ver con el buen cuerpo que tiene. Pues las veces que la he visto en verano con ese trikini o en bikini, puedo decir que se le aprecia un buen cuerpo. Bueno eso por no decir la anécdota que tengo, como la de aquella vez que entre con urgencia en el baño, entre sin llegar a llamar a la puerta a modo de comprobar si estaba o no ocupado, madre de mi amigo Alberto a la cual me la encontré desnuda mientras se duchaba… uuuffff!!. Lógicamente aquello se quedó en eso no habiendo mayor transcendencia, pues tras disculparme y claro esta justificarme, está quitó hierro a lo sucedido y solo me soltó el sermón pertinente. Sermón que acabe por agradecérselo, finalizando entre bromas por flirtear con ella, pero no hubo nada más evidentemente. Pero volviendo a ese momento, cuando este hombre, no dejaba de decirme…

  • “Le compre a mi mujer unas prendas que la muy cabrona no se las quiere poner, pues dice… ‘Parezco una puta’”.

Dice y continua, mientras intenta introducir sus dedos en mi orificio a pesar de tener mis prendas puestas, diciéndome…

  • “Pues ya sé que puta se las va a colocar, además de ponértelas vas a venir con ellas puesta a mi trabajo, comenzando a comerme la polla bajo la mesa, ¡para luego follarte sobre la mesa de mi despacho… uuuffff!!, es una de mis fantasías más grande”.

Dice y me deja, pues el ascensor ha llegado por fin a la planta baja, recorrido que se me ha hecho eterno. Y mientras regresaba hacia mi casa, aquella propuesta de ese abuelito de mediodía, propuesta que sopesaba, comencé a pensármela mejor, quizás fuera por lo caliente que me había dejado el padre de Alberto. Llegas a casa y tras ducharme mientras me satisfago, toca cenar y a la cama, donde para quedarme dormido, no me queda otra que volverme a masturbar… ooohhh!!.

Al día siguiente se repite lo mismo, todo es la misma monotonía, saliendo del colegio y regresar a casa, almorzar y volverme a ir al colegio temprano, tras hacerle saber que me quedo en las inmediaciones con mis amigos, cuando en verdad me quedo dentro del parque, dando salida a mis vicios. Pero eso sí, antes de salir me dio por lavarme bien mi miembro, cosa que me dio por seguir por mi orificio, pues recordé como cuando este hombre comenzó a masturbarme, actuó primero como si estuviera pegajoso, cosa que me extraño. Pero me limpie por si las moscas, poniéndome un poco de crema hidratante, pues aun no tenía claro del todo que me acercaría, pero lo hice… ‘por si las moscas’.

Pero fue caminar hacia el colegio, acabando por adentrarme por el parque para acortar, ganando un tiempo precioso. Camine y sin darme cuenta, acabe por adentrarme, viéndome como me encaminaba hacia la parte trasera del ‘Monte Gurugú’ (lugar llamado, el cual se encuentra en el interior del parque). Tome ese camino hacía esa fuente, me vi caminar y la verdad sin idea de que estoy haciendo. Acabando viéndome volver a ese lugar del día anterior, volver a sentarme en ese banco, apareciendo en minutos ese hombre mayor… ese abuelete. Hombre extraño y al mismo tiempo desconocido, hombre al cual desconozco su nombre, pero claro esta él desconoce el mío.

Hombre que fue directamente al grano, digo esto, pues fue llegar y acercarse, colocándose delante de mí de píe entre mis piernas, viendo como descaradamente se baja la cremallera de su pantalón, introduce su mano en el interior y acaba sacándose su miembro… uuuffff!!. El viejo iba a tiro echo, pues fue sacarla y directamente me la metió en la boca, comenzando a chupársela, dedicándome a lamer su glande, capullo rojizo que babeaba precum, líquido que relamí y trague… aaahhh!!. Pero eso sí… muy agradecido, pues me lleve algún que otro comentario por mi buena labor, no dejando en todo momento de acariciar mi cabeza, cuello y espalda… uuummm!!. Acabando por advertirme en esta ocasión que se iba a venir, pero aun así no me permitió que me retirara, no quedándome otra que tragármela… ooohhh!!. No sacándomela de la boca como el día anterior, sino manteniéndola aun, nuevamente y mientras me sonreía, me volvía a soltar lo del día anterior, diciéndome…

  • “Bueno, pues ahora te toca a ti”.

Pero este, tras soltarme esto, prosiguió indicando…

  • “Metete hay detrás entre los arbustos, ve bajándote los pantalones y calzoncillos que ahora voy”.

Con sumisión, cogí, me levanté y me metí entre los arbustos, avanzando entre la maleza hasta dar con un claro, evidentemente este debía de conocer. Pero fue llegar y no deseando perder el tiempo, comencé a desabotonar el botón de mi pantalón, no haciéndome falta bajar la cremallera pues ya estaba bajada. Continúe bajándome los pantalones y calzoncillos hasta los tobillos, quedándome a la espera, no deseando que me haya dado plantón, cosa que no fue así. Nada más entrar este y verme, cogió y se agacho, tomando mi miembro y comenzar a masturbármelo unos minutos… uuummm!!.

Recuerdo que mientras me masturbaba con una de sus manos, sentía la otra acariciar una de mis piernas y la alternaba con mis nalgas, siendo muy agradable aquello… mmmm!!. Acabando por llevársela a su boca y chupármela, sintiendo como extrañamente me deslizaba por entre mis glúteos algo, algo que más tarde supe que era una toallita húmeda. Pues en no más de apenas cinco minutos, tras sacársela de su boca, me cogió del brazo, haciéndome girar y este agacharse nuevamente, comenzando por morder mis nalgas y besarlas… uuummm!!. Siguiendo por lamer entre mis glúteos, llegando a introducir la punta de su lengua en mí mismo orificio… ooohhh!!, mientras una de sus manos acariciaba mi pecho y la otra me masturbaba… uuuffff!!.

Aquello me gustaba y no iba permitir que este no acabara, dejándole hacer todo lo que quisiera, eso sí, mientras acabara por dejarme satisfecho. Pero sintiendo como en minutos se detenía, como si decir nada, comenzó a quitarme las prendas religada de mis tobillos y luego mi suéter. Continuando por juguetear con mi orificio mientras su boca se hacía con mi cuello y pezones, bueno eso por no mentar cuando me lamio las axilas… aaahhh!!. Pero este era muy malo, pues jugando con mi orificio, llegue a sentir como con uno de sus dedos, me perforo hasta los mismos nudillos, acabando por ponerme de puntillas… aaahhh!!, siendo en minutos cuando saco su dedos y ahora eran dos los que me dilataban… aaahhh!!. Acabando por correrme solo sin llegar a tocarme, mientras escuchaba como este reía, mientras me soltaba…

  • “Bueno, pues ya te has corrido, ¡no me dirás que no has disfrutado… eeehhh!!”.

Dice mientras saca sus dedos de mi dolorido orificio, dice y veo como se marcha, deteniéndose antes de desaparecer entre la maleza, volviéndome a soltar…

  • “Bueno hasta mañana, venga date prisa… que llegas tarde al colegio”.

Suelta y lo veo desaparecer entre los arbustos, quedándome yo allí desnudo, quedándome solo y comenzar a vestirme, quedándome con una extraña sensación de disfrute, satisfecho y con mi polla dura nuevamente… uuummm!!. Pero bueno lo dicho, ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).