Ejerciendo de novicia (2) : rutinas diarias

Me llamo Sonia tengo 33 años esta es mi historia

Las primeras semanas se impuso una rutina de  clase y estudio. Mi tutora ejercía con constancia y meticulosidad su labor.  Brillante, inteligente y con una amplia cultura. Los trabajos,  exámenes y distintas materias del curso las supervisaba, daba su apoyo , un nuevo punto de vista a cada una de ellas. También era inflexible en el orden y la puntualidad. No decía nada en la forma de vestir pero cuando alguna prenda no le gustaba arrugaba la nariz, empecé a conocer sus gestos y a ganar puntos. Los días pasaban tranquilos sin que nada alterase ese clima de college entregado al estudio.

Un viernes por la noche me quedé a terminar un trabajo mientras casi todas se iban a un concierto. Pensé que estaba sola en casa. Fui a la cocina y me encontré de repente a Lucía, que al verme se sobresaltó.

- Creía que estaba sola .

- Yo también , respondí riéndome.

- ¿No has ido al concierto?

- No, quería terminar el trabajo para el lunes así mañana puedo salir, Y tú cómo es que no has ido

- No me gustan los conciertos, demasiado barullo para nada.

- Iba a prepararme un chocolate, ¿quieres?

- Sí está bien.

Lucía parecía una de esas chicas tímidas incapaces de demostrar sus deseos. No encajaba con el prototipo de la hermandad, no pertenecía a ese grupo de chicas guapas y con cuerpos eróticamente atractivos. Di un sorbo al chocolate. Lucía se me quedó mirando y sorprendida noté que posaba sus labios en los míos,  una especie de beso robado, entre tímido y tierno.

- Perdona tenías, ahí un poco de chocolate, ya sabes

Di otro sorbo a la taza y esta vez el beso fue más profundo más intencionado.

- Te apetecería subir a mi dormitorio, no tiene obligación ya sabes sólo con las hermanas, pero..

Yo asentí, me apetecía, mucho, ahora más que nada.  Su dormitorio era más amplio y estaba mejor decorado que el mío. Nada más entrar Lucía me empujó  contra la pared. Llevó sus manos hasta la cintura y desabrochó la cuerdecillas del pantalón que cayó hasta los pies, me sentía gratamente desnuda, excitadamente desnuda. Su mano sujetaba mi cabeza mientras me besaba, un beso cálido con sabor a chocolate, su lengua se abría camino entre mis labios y juguetear dentro de la mía. La otra mano la deslizó acariciando mi sexo excitado y húmedo.

Me quitó la camiseta, y me tumbó en el borde de la cama. Se colocó de rodillas frente a mí. Sentí su lengua deslizarse por mi sexo, me dejé caer de espaldas sobre la cama. Notaba su lengua suave o dura, deslizarse deprisa o detenerse en algún punto, cuando llegó al clítoris introdujo sus dedos en la vagina  mientras succionaba el clítoris con sus labios. Mi cuerpo estaba tenso, excitadísima, lo curvé hasta que cayó casi relajado sobre la cama, no sé si me oriné o solo me corrí. Lucía tenía la cara manchada, de un líquido blanco abundante, jamás me corrí así, nunca el estado de excitación fue tan grande. Me quedé tumbada laxa sobre la cama. Recuperaba poco a poco la respiración.  Al fondo se oía el grifo del lavabo.

Noté la mano de Lucía en mi muslo, levanté la mirada y la vi, estaba desnuda y me pareció muy hermosa. Tenía un buen cuerpo, pequeños pechos de pezones oscuros y duros, y unas piernas estilizadas. El pelo recogido en una coleta. Estaba guapa de verdad.  Me puse de pie y la besé, ahora era yo quien se abría paso con mi lengua. La tumbé y apliqué mi boca a su sexo hasta que se corrió. Nos quedamos tumbadas uno junto a la otra, la oía respirar y eso me excitaba aún más. La besé y ella dándose la vuelta se tumbó boca abajo. La besé la espalda hasta llegar al culo, metí la mano y acaricié su sexo, ella abrió las piernas y dejó un hueco para mi mano, la frotaba despacio desde el orificio del culo hasta su sexo húmedo, al ritmo que ella marcaba con su cuerpo. Se volvió de repente besándome. Así pasamos la noche, caricias, besos, sexo.

Las semanas siguientes seguimos viéndonos casi a escondidas.

- Debemos evitar susceptibilidades. No estaría bien visto que tutora y novicia.. ya sabes, los puntos, las calificaciones.

Cada noche me colaba en su dormitorio. Nadie tan sensual, tan profundamente sexual como ella. Temí cierta adicción a su cuerpo.


El temido último día del mes había llegado. Nos reunieron a todas en el salón. Las cuatro sillas y una mesa, ahora más pequeña que la anterior y situada en un lateral. Las tutoras se colocaron detrás de nosotras y las hermanas mayores en frente como en un tribunal. El día de la evaluación.

La directora fue nombrando una a una. La que tenían puntos negativo, se desnudaban y se tumbaban en la mesa, las tutoras las sujetaban de las manos y las piernas. El ruido de la palmeta flexible de cuero chocar contra sus nalgas me pareció terrible. Se oían gemidos, y algún sollozo sordo.

Yo estaba tranquila ese mes tenía un  elevado número de puntos positivos. Sonia, oí decir a Lucía, 25 puntos negativos. Me quedé helada, casi si  respiración.

- Vamos , dijo Lucía

- Pero no puede ser .

- Vamos no lo hagas más difícil , me dijo al oído.

Me fui desnudando despacio, los zapatos, los calcetines, el pantalón, las bragas, la camiseta.

-         Túmbate, sobre la mesa, ya has visto a las otras.

Me tumbé, enseguida noté unas manos que me sujetaban por las muñecas y los tobillos estirando mi cuerpo.

- Cuenta cada azote, en voz alta, que te oigamos, si no cuentas será como si no lo hubieses recibido , dijo Lucía, pasando su mano a lo largo de mi cuerpo.

Primero oí el chasquido de la palmeta contra mis nalgas, luego un dolor y un calor insoportables, al final mi voz , uno . Cada azote era más fuerte, más doloroso, me faltaba la respiración, diez . Por mis mejillas rodaban ahora unas lágrimas que me nublaban la vista. Un dolor intenso sentí en los muslos, me ardían, veinte . Cada golpe era peor. Veinticinco ,oí por fin. Me dejaron suelta, apenas si podía moverme, como pude bajé de la mesa. Lucía me tomó del brazo y me colocó frente a las hermanas.

- El castigo ha sido cumplido , oí que decía.

- Podéis retiraos .

Lucía me acompañó a mi dormitorio.

- Será mejor que permanezcas boca abajo un rato, luego date esta crema . Me dijo mientras salía.

Me tumbé bocabajo en la cama. Las nalgas los muslos me ardían, lloré de rabia y dolor, me sentía traicionada, burlada. Poco a poco me fui relajando hasta quedarme dormida.

Un timbre me sobresaltó, miré en el panel, con la luz encendida el dormitorio de la directora. Me puse una bata y aún dolorida subí las escaleras. Llamé a la puerta. María José, la directora, estaba sentada en su escritorio.

- Pasa , me dijo en un tono serio

- Me vas a azotar más , la dije quitándome la bata y quedándome desnuda

- Lo merecerías, sí tal vez lo haga

La miré desafiante y me tumbé en el suelo bocabajo. Ella se acercó y me tomó por los hombros.

- No hagas el tonto , toma , dijo en tono conciliador alargándome la bata..

- Tenía puntos positivos sin embargo se me ha castigado y

estoy segura que has sido tú quien lo ha ordenado.

- Efectivamente he sido yo .

- ¿ Por qué? me he esforzado tanto

- Ya lo sé. Veamos cómo te lo explico para que lo entiendas. Pocas veces se presentan posibles líderes, líderes de verdad, aquellos que son capaces de dominar, de mandar, de ocupar un puesto importante. Tú eres una de esas personas. Una de las elegidas.

- ¿ Yo? dije sorprendida

- Sí, tú, tienes ese algo, especial, el carisma. Tu aventura con Lucía, podía echarlo todo a perder, si alguien más se enteraba tus logros siempre parecerían amaños de la tutora, tu amante.  Y lo que menos deseo es que el desprestigio arruine tu carrera.

- Pero…yo no sabía

- Yo lo sé todo, es mi obligación. Por eso he decidido cortarlo

- No sé que decir….estoy

- ¿Avergonzada?, me dijo pasando su mano por mi mejilla. Tú eres una persona muy especial para la organización y yo debo cuidar que no te tuerzas, aunque sea a base de azotes ¿Lo comprendes ahora?

- , dije confundida mientras notaba una lágrima corriendo por mi mejilla.

María José me dio un beso cariñoso y me despidió. Estaba avergonzada, mi aventura con Lucía había puesto en peligro mi carrera. Esa noche la pasé dolorida y llorando. Me prometí que nada torcería mi destino


Orden de la obra

1-   Juegos de iniciación

2-   Ejerciendo de novicia ( 1 ): llegada a la casa

3-   Ejerciendo de novicia (2 ): rutinas diarias.

Próxima entrega :  Ejerciendo de novicia(3) : una tutora especial.