Ejerciendo de cupidos
Nos encontramos a unos amigos en el supermercado, a los que invitamos a la fiesta en la que presentamos a unos amigos para que se conocieran.
Al día siguiente a las once de la mañana nos despertó el teléfono. Raquel contestó con evidentes síntomas de estar medio dormida todavía.
¿Quién es? – respondió.
Hola cariño, soy María, no me digas que estáis durmiendo todavía – le dijo esta.
Claro, ¿qué esperas? que necesitamos estar descansados para la fiestecita de luego, o que te has creído – contestó Raquel - ¿y vosotros que? ¿Porque llamas tan pronto?
Pues te llamo, porque nos ha surgido un problema en el pueblo de los padres de Jesús y nos tenemos que ir para allí, por lo que no podemos hacer la fiesta. Y os llamaba para ver si vosotros o Eva la podíais hacer en vuestra casa – le dijo María a Raquel.
Por nosotros no hay ningún problema, la hacemos nosotros aquí. Espero que no sea nada demasiado importante lo del pueblo – contestó mi mujer.
No lo parece, pero tenemos que ir a ayudar un poco – dijo María.
Entonces llamo yo a Mario, para decirle que al final la fiesta es aquí. Y tú, te encargas de Eva y Luis, para que se traigan a Marta aquí – le comentó mi mujer a María.
Perfecto, ahora mismo llamo a Eva, para que se organicen también – contestó María.
Se despidieron, mi mujer diciéndola que les echaríamos mucho de menos, y la otra diciendo que se moría de envidia por no poder venir a la fiesta. Cuando colgó el teléfono mi mujer me contó lo que pasaba, por lo que nos levantamos para empezar a organizar todo.
Lo primero que hice fue llamar a Mario para decirle que al final la fiesta era en nuestra casa, lo cual no trastocaba mucho su agenda, ya que, también habíamos quedado en que viniese a nuestra casa, para ir luego directamente a casa de María y de Jesús. Por otro lado, mandé un mensaje a Javier para decirle lo mismo. Y finalmente nos pusimos a recoger un poco la casa. Como tampoco es que fuera mucha la variedad de productos que teníamos en la nevera nos duchamos y nos fuimos a hacer la compra.
En casa de nuestros vecinitos mientras tanto, y tras mandarle el mensaje yo a Javier este se levantó y se dirigió a la cocina, allí se encontró un mensaje de sus padres diciéndoles que se iban a pasar el fin de semana con sus tíos a un chalet que tienen estos en la sierra. Javier al leer esto vio la posibilidad de empezar el día de la mejor manera posible, y más recordando la noche anterior, por lo que se fue para su habitación se desnudó, y empalmado como estaba se dirigió a darle los buenos días a su hermana, la cual seguía dormida. Cuando entró en la habitación de su hermana se encontró con esta que se estaba desperezando, y al verle entrar completamente desnudo le dijo:
Pero que haces imbécil, no ves que te pueden pillar.
Que va, papa y mama se han ido a la sierra con los tíos, a pasar el fin de semana, por lo que la casa está libre – le contestó Javier, acercándose a su hermana.
Y que tío, ten cuidado – dijo Marina.
Anda no me seas mojigatilla, que después de cómo me comiste la polla ayer, mira como me tienes – contestó con una sonrisilla en la cara Javier, y acercándose a su hermana, que se había levantado y se estaba agachando a recoger unas cosas, la puso la polla delante de la cara.
Que pasa, que ahora como follamos ayer, cada vez que nos quedemos solos te voy a tener que chupar la polla – le dijo Marina levantándose y quedándose de frente a su hermano.
Pues la verdad es que no estaría mal, me parece una buena idea – dijo Javier con una sonrisilla.
Que salido estás tío – dijo Marina, girándose y dirigiéndose a la cama se empezó a quitar el pijama de dos piezas que llevaba, dejando sus tetas al aire y agachándose para quitarse el pantaloncito con un movimiento de culo muy sexy. – Y lo peor de todo, capullo. Es que desde que nos juntamos con los vecinos, yo también estoy salida perdida, anda ven aquí.
Javier se acercó a su hermana que se acababa de quitar toda la ropa, y se había subido a la cama. Y haciéndola que le dejara sitio se tumbó boca arriba metiéndose entre las piernas de su hermana, y empezando a comerla el coño, mientras esta se agachaba y se metía el pollón de su hermano en la boca.
Que cabrona estas echa, si estás empapada, seguro que estabas deseando follar – le dijo Javier, volviéndose a comer el precioso coñito de su hermana.
Y tú, que polla más dura que tienes, salidorro, que seguro que estás deseando volver a darme por culo – le contestó esta mientras trataba de tragarse toda la polla de su hermano.
Bien que lo sabes, te voy a ir preparando el culito que te lo tengo que volver a follar – le contestó Javier, y dicho esto empezó a meterla un dedo en el culo, pero tras comprobar la facilidad con lo que le entro, la empezó a meter un segundo y hasta un tercero.
AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, sí que bueno, no pares, cómeme el coño y prepárame el culito, para follármelo – le decía Marina a su hermano, mientras se metía y se sacaba la polla de este de la boca. Siguieron un buen rato así, entre comentarios de uno y otro, hasta que Javier, no pudo aguantar más y la dijo a su hermana:
Venga déjame sitio y ponte a cuatro patas que te la voy a meter hasta los huevos.
Marina hizo lo que su hermano la pedía se levantó dejando que él también se levantase de la cama y poniéndose a cuatro patas en el sitio que había dejado este, espero a que su hermano la empezase a dar por culo, de la misma forma que había hecho el día anterior. Javier que no se hizo esperar se abalanzó sobre su hermana, y empezó a meterla su polla por el culo.
AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, dios, pero que pedazo de polla tienes hermanito. OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHH, que placer, como me folla – decía Marina mientras su hermano empezaba a meter y sacar su polla de su precioso culo.
OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, y tú que pedazo de culo que tienes zorrita, como me aprieta la polla. Me encanta darte por culo. A partir de ahora ten por seguro que a la más mínima oportunidad te lo voy a follar. AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH – contestaba Javier a su hermana.
Tú sigue, no pares, métemela hasta el fondo, pero que cachonda me tenéis entre todos. AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHH – decía Marina recibiendo las envestidas de su hermano. Que empezó a darla azotes en el culo mientras sacaba y metía toda su polla en el culo de esta.
OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, dios pero que pedazo de culo que tienes Marina, como me gusta darte por culo, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH, me vas a hacer correr enseguida – le decía Javier a su hermana, mientras empezaba a disminuir el ritmo al que se la estaba follando, porque si no se iba a correr en un periquete.
Anda, túmbate tú en la cama y déjame ponerme encima – le dijo Marina a Javier. Este hizo lo que su hermana le pedía y tumbándose boca arriba dejó que su hermana se sentase sobre su polla metiéndosela por el culo.
Pero que tetas tienes tía como te botan, que cachondo me pone eso. AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, sigue así hermanita, pero que pasada es follarte – le decía Javier después de que Marina se sentase sobre su polla metiéndose la polla en el culo, y empezase a saltar sobre ella.
UUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMMMM, pero que polla más grande y dura tienes, AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, como me pone metérmela por el culito, te vas a enterar de lo que es una buena follada – le dijo esta, empezando a saltar sobre la polla de su hermano – AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOHHHHHHHHH, pero que pollón tienes capullo.
SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, y tú que culo, que pasada, me voy a correr, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro – le dijo Javier a su hermana, que sacándose la polla de este del culo, se agachó y se la metió en la boca para tragarse toda la leche que estaba soltando su hermano, la cual, no dejo escapar ni una sola gota.
UUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMM me encanta tu leche tío – le dijo Marina mientras terminaba de tragarse toda la leche de su hermano.
Te vas a enterar tú ahora – la dijo Javier. Y tumbando boca arriba a Marina se metió entre las piernas de esta y la empezó a comer el coño – Pero que rico está este coñito, joder.
AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, que bien lo haces, no pares que me voy a correr ya, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH – acabó corriéndose Marina, con su hermano comiéndose todos los jugos que salían del coño de su hermana.
Poco a poco se fueron relajando los dos tumbados sobre la cama, y tratando de recuperar el aliento.
Joder tío, esto es una putada, me encanta follar contigo, pero tampoco podemos hacer de esto una costumbre, que al fin y al cabo somos hermanos – le dijo Marina tratando de poner un poco de cordura a todo lo que estaban haciendo durante las últimas semanas.
No me jodas tía, a ti te encanta follar conmigo, tanto como a mí. Y no hay nada de malo en que follemos si nos apetece, siempre y cuando tengamos cuidado de que no te la meta por el coño – contestó Javier al comentario de su hermana.
Si tienes razón, pero a lo que me refiero, es que ahora vamos a ir todo el día calientes en casa, y con mamá y papá por aquí no podemos hacer nada, tenemos que tener cuidado no acaben sospechando nada – le explico Marina.
En eso tienes razón, tendremos que tener cuidado – estuvo de acuerdo Javier con su hermana.
Venga vamos a ducharnos, y nos vestimos, que esta tarde nos espera una buena fiesta, conociendo a los salidorros de nuestros vecinitos – dijo Marina levantándose y dirigiéndose al baño para darse una ducha.
Javier se incorporó sobre la cama para ver como su hermana salía de la habitación meneando el culito, y dirigiéndose al baño.
Pero que buenas estas cabrona – le dijo mientras esta salía de la habitación. Y levantándose finalmente, se decidió a salir de la habitación. Al pasar por delante de la puerta del baño, vio a su hermana que se empezaba a meter en la ducha, aquello le hizo que se le pasara por la cabeza bañarse con ella, por lo que se metió en el baño y abriendo la cortina del baño se metió en la ducha por detrás de su hermana.
Creo que necesitas que alguien te frote la espalda – le dijo Javier a su hermana, que se empezó a reír al verle dentro de la bañera.
Y luego me dirás, que necesitas que alguien te frote la polla, JAJAJAJAJAJA – dijo Marina, agarrándole la polla a su hermano que volvía a estar dura.
Eso estaría genial que necesito que alguien me la limpie – dijo Javier también riéndose.
Bueno que quieres, que te la limpie antes o después de que me la vuelvas a meter por el culo – dijo Marina sonriéndole.
Será mejor después – dijo Javier, que girando a su hermana y cogiendo una pierna de esta y poniéndola en el borde de la bañera, para que se abriera bien de piernas, la acercó la polla al culo y volvió a metérsela en él.
AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, joder pero que buena estas cabrona – la dijo, ya con su polla metida en el culo de Marina, y agarrándose a sus tetas, empezó a darla por culo de nuevo.
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que dura la tienes otra vez, me vas a dejar el culo como la cueva de Ali Baba y los cuarenta ladrones – le dijo Marina, que también se lo estaba pasando genial con los polvos que estaban pegando esa mañana.
Estuvieron follando un buen rato en esa postura, hasta que los dos empezaron a correrse de nuevo.
AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, me voy a correr de nuevo, que mañana más cojonuda – decía Marina corriéndose con la polla de su hermano metida en su culito, que siguió follándosela un poco más hasta que ya no pudo aguantar más.
Me voy a correr yo también, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII – dijo Javier. Marina sacándose la polla del culo de su hermano, se agachó y metiéndose la polla de este en la boca empezó a tragarse toda la corrida de este de nuevo.
Hoy no necesito desayunar con tanta leche que estoy tomando – dijo Marina riéndose.
Y yo encantado de que me ordeñes – contestó Javier.
Finalmente terminaron de ducharse y de limpiarse, y se fueron al salón tratando de aguantarse sin follar para llegar un poco descansado por la tarde, cosa que consiguieron a duras penas por lo que más tarde me contó Javier.
Mientras los hermanitos tenían su fiesta particular, nosotros estábamos en el supermercado comprando algunas cosillas para comer, la mayoría de ellas de picoteo, que para ser sinceros tampoco nos apetecía cocinar mucho. En eso estábamos cuando a mi espalda oí que me llamaban.
“Pero Jorge ¿Qué hacéis vosotros por aquí?” – Al girarme para ver quién era, me encontré con Héctor, el chico de una pareja que habíamos conocido en el crucero, y con la que habíamos tenido un escarceo en la fiesta final. En un principio me costó reconocerle, eso de que llevara ropa puesta no ayudaba. ;-)
“Ostras Héctor, no te había reconocido en un principio” – le dije acercándome a él, y estrechándole la mano.
“Pues yo os estaba mirando y me pasaba parte de lo mismo, decía ‘joder de que les conozco de que les conozco’, y es que claro, con la ropa puesta cambiamos un poquito” – dijo riéndose y dándola dos besos a Raquel – “¿Qué tal estas guapetona?”
“Muy bien, ¿y tú, machote?” – le contestó esta.
“No tan bien como tú, pero se hace lo que se puede” – le dijo a mi mujer riéndose.
“¿Dónde está Patricia?, ¿Ya la has dejado en casa?” – le pregunté yo curioso, por volver a ver a su mujer.
“Esta en el otro pasillo, ahora vendrá, que también esa hasta que se decide a coger una u otra cosa, pasan años” – me dijo Héctor.
“Que me vas a contar que no sepa” – contesté yo, ganándome la correspondiente colleja de mi mujer.
“Oye tú” – me dijo esta, riéndose mientras me daba la colleja.
En esas estábamos cuando por fin apareció Patricia.
“Anda pero si sois vosotros, ya me venía preguntando con quien hablaba este” – dijo Patricia, refiriéndose a su marido.
“No si a todos nos ha costado reconocernos vestidos de esta guisa” – la dijo mi mujer, mientras se acercaba Patricia para saludarnos dándonos dos besos a ambos.
“Si la verdad, es que cambia mucho la imagen, cuando estas vestido” – dijo Patricia, mirando para ver que no hubiese nadie alrededor que nos pudiese oír.
“Si es cierto, pero a mí me sigue encantando lo que veo” – la dije, guiñándola un ojo. Y es que Patricia, llevaba un pantalón corto y un top ajustado que realzaban sus tetas de una forma increíble.
“Eso” – dijo Héctor, mirando a mi mujer, que llevaba unos pantalones vaqueros cortados, y una camiseta blanca ajustada que la quedaba de fábula.
“Muchas gracias” – dijeron ellas al mismo tiempo – “vosotros también estáis muy guapos” – termino de decir Patricia.
“Bueno, ¿Qué hacéis por aquí? ¿Vivís cerca?” – nos preguntó Héctor.
“La verdad es que sí” – le dije yo terminando la frase, diciéndole el nombre de la calle donde vivimos.
“Joder, pues nosotros vivimos a 5 minutos de allí” – me dijo, terminando la frase con el nombre de la calle en la que viven ellos.
“¿Y venís habitualmente a hacer la compra aquí? – nos preguntó Patricia.
“La verdad es que no siempre, pero sí de vez en cuando, ¿y vosotros?” – la contestó mi mujer.
“Igual que vosotros, no siempre” – contestaron.
“¿Y os estáis dejando mucha pasta hoy?” – me preguntó Héctor.
“Un poco más de la que deberíamos, porque vienen unos amigos esta noche a casa” – les dije guiñándoles un ojo. Ellos se empezaron a reír, mientras Héctor nos decía.
“Mírales que cabroncetes, y nosotros desde que hemos venido del crucero, como que casi nada de nada” – dijo Héctor a modo de queja mirando a su mujer.
“Anda no te quejes tanto, que el otro día vino mi amiga Carmen a que la contásemos la experiencia, y te pusiste las botas” – le dijo su mujer dándole un golpe en el brazo.
“Pues si os decimos la verdad Patricia, nosotros no sé que nos pasa, pero llevamos unas semanas que no paramos” – le dijo mi mujer.
“¿En serio?” – le preguntó incrédula esta.
“De verdad de la buena” – dijo Raquel.
“Ellos sí que saben cariño, si es que nos juntamos con la gente equivocada en el crucero. Si nos hubiésemos juntado con ellos, seguro que tendríamos fiesta todos los días” – dijo Héctor guiñándola un ojo a su mujer.
“Oye que si queréis, os podéis venir, que donde entran 8 entran 10” – les dije, mirando a Raquel buscando su aprobación.
“Eso” – dijo ella asintiendo.
“Joder, no lo digáis dos veces que vamos para allí luego” – dijo Héctor.
“¿De verdad que no os importa?” – nos preguntó Patricia.
“Para nada, es más, si queréis os podéis venir ya con nosotros, y coméis en nuestra casa, así no tenéis que andar yendo y viniendo” – les dijo mi mujer.
“Por mi perfecto, que ya se lo que me apetece de almuerzo” – dijo Héctor, y nos empezamos a reír todos con su comentario.
“Pues está hecho, os venís con nosotros” – dije yo.
“Hecho” – dijeron todos al unísono.
Seguimos haciendo la compra, nos fueron ayudando y dándonos ideas sobre que preparar, y es que por lo visto a Patricia, la encanta cocinar por lo que fue de gran ayuda, y además se ofreció a hacer ella gran parte de los platos, aunque la mayoría no eran de mucha elaboración.
Terminamos de comprar todo, ellos se ofrecieron a pagar todo o parte de la compra, pero nosotros nos negamos, ya que dijimos que la fiesta la organizábamos nosotros, y que ellos iban a ser nuestros invitados.
Fuimos cada uno a la parte del parking en la que habíamos dejado el coche, indicándonos antes el coche que tenía cada uno para esperarnos a la salida del mismo, y que nos siguieran a nuestra urbanización. Cuando llegamos a la urbanización, esperamos a que ellos aparcaran y se subieran a nuestro coche, para entrar todos a nuestra casa directamente desde el garaje, y por supuesto, para aprovecharnos de Héctor y que me ayudara a subir las cosas a casa. Una vez aparcado el coche, y metidos en el ascensor, Héctor dijo:
“Joder, llevo un calentón ahora mismo”.
“Pues sí que lo llevas” – dijo Raquel que había puesto su mano sobre el pantalón, y le había agarrado la polla, la cual parecía estar durísima.
“No es el único” – dije yo también, esperando que Patricia hiciese lo mismo que mi mujer, cosa que no se hizo esperar.
“Pues sí, eso parece” – dijo Patricia, agarrándome bien la polla, la cual estaba bien dura también.
“Bueno chicos, os vais a tener que relajar, que primero tenemos que dejar todo esto guardado en la nevera” – dijo mi mujer sonriéndonos.
“Mierda” – dijimos Héctor y yo al mismo tiempo, mientras ellas se empezaban a descojonar, aunque también se las veía bastante acaloradas.
Por fin llegamos a nuestro piso, y Héctor y yo fuimos metiendo todas las bolsas en la cocina, mientras las chicas iban poniendo cada cosa en su sitio, cuando todo estaba dentro de casa y de la cocina, las ayudamos a guardar todo, y así terminamos mucho antes.
“Anda, sino son ni las 2 de la tarde, todavía podemos esperar un poco para hacer la comida, que además estos vendrán sobre las 7 de la tarde” – dijo Raquel, mirando el reloj que tenemos en la cocina.
“Bueno, os vamos a enseñar la casa” – dije yo abriendo camino. Les fuimos enseñando el salón, el baño, el cuarto de invitados, y nuestra habitación, cuando llegamos a ella, nos dimos cuenta que con las prisas de salir a comprar para que no se nos hiciera muy tarde, no habíamos hecho la cama.
“Joder no me acordaba que no habíamos hecho la cama, perdonar” – dije yo.
“No os preocupéis, si casi hasta mejor, lo único es que nos tenéis que decir donde podemos dejar la ropa” – dijo Héctor empezando a desabrocharse el pantalón.
“Hombre lo metemos todo en el armario” – dijo mi mujer pasando por delante de ellos, y abriendo el armario, les acercó dos perchas. En ese momento Héctor se terminaba de sacar el pantalón y el calzoncillo, y su polla empezó a botar de lo empalmado que estaba.
“No, si yo creo que por percha podríamos usar sus pollas” – dijo Patricia, viendo como yo también me estaba quedando ya desnudo, y mi polla estaba igual de dura que la de su marido. Las chicas se empezaron a reír.
“Venga, vamos a desnudarnos nosotras también, que si te digo la verdad, y viendo lo dura que tiene la polla Héctor, me apetece volver a follar con él” – dijo Raquel.
“Cabrona, y eso que vosotros estáis teniendo orgías cada dos por tres, pero nosotros una y gracias desde que hemos vuelto. Te puedes imaginar las ganas que tengo yo de follar con alguien que no sea Héctor” – dijo Patricia. Y empezó a sacarse el top que llevaba puesto, y cuando liberó sus tetas, estas empezaron a saltar de una forma increíble. Me encanta que unas tetas se muevan de esa forma.
“Menudas tetazas tienes Patricia” – la dije yo, empezando a acercarme a ella.
“Vamos Raquel, vete quitando el pantalón que desde que te he visto en el supermercado, no hago más que imaginarme metiéndote la polla otra vez en semejante maravilla” – la dijo Héctor mientras se empezaba a acercar a mi mujer, que ya se lo estaba quitando. Cuando terminó de quitarse el pantalón Héctor ya estaba junto a ella, por lo que mi mujer se agachó delante de él y le dijo:
“Anda ven que te la chupe un poco antes, para que me entre mejor” – y le guiñó un ojo en el preciso instante en el que se empezaba a meter la polla de Héctor en la boca.
A eso, yo ya estaba pegado a Patricia, que se estaba empezando a quitar el pantalón, y mirando como mi mujer se la empezaba a chupar a su marido. Según se terminó de agachar se encontró con mi polla delante de sus narices, yo la cogí la cabeza, y la empecé a meter mi polla en la boca.
“Anda demuestra a Raquel, que tú también la sabes chupar de puta madre” – la dije, guiñándola un ojo según me empezaba a hacer la mamada. Ella me miró sonriendo y empezó a gemir con mi polla dentro de la boca, y es que debían de estar realmente cachondos.
“OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien la chupas Raquel. AAAAAAAAHHHHHHHHHHH desde que os he visto hoy no hacía más que imaginarte metiéndote mi polla en la boca otra vez, tía buena” – le decía Héctor a mi mujer.
“SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que bien la chupas Patricia. Sigue así no pares que mira como me tienes la polla de dura” – le decía yo a Patricia, a la cual seguía agarrando la cabeza y tratando de marcar el ritmo de la mamada que me estaba haciendo.
Estuvimos todos un buen rato así, hasta que mi mujer decidió que ya era hora de follarse a Héctor, al cual tras decirle que se tumbara en la cama, ella se subió encima de él, y mirándonos a nosotros se empezó a meter la polla de este por el coño.
“Anda Patricia, súbete a la cama a cuatro patas, y empieza a comerla el coño a Raquel mientras se folla a tu maridito” – la dije yo. Patricia no se hizo de rogar y se subió a la cama de inmediato, según empezaba a comerse el coño de mi mujer que recibía las embestidas de su marido, yo me subí por detrás de ella a la cama, y apuntando mi polla que estaba increíblemente dura, se la empecé a meter por el coño.
“OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, joder Héctor pero que polla más dura tienes, y que bien me estáis follando entre los dos. AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, si por ahí Patricia, cómeme el coño por ahí. Que bien lo hacéis, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH” – decía Raquel, que por las caras que estaba poniendo se lo estaba pasando en grande.
“Pero que coñito más mojado tienes Patricia, seguro que estabas esperando recibir otra polla distinta a la de Héctor, durante estas últimas semanas” – la decía yo, aumentando el ritmo de la follada que la estaba dando.
“SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame así Jorge, no pares, que ganas tenía de recibir otra polla distinta a la de mi machote. OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, que bien me estas follando cabrón, sigue así” – me decía Patricia con mi polla entrando y saliendo de su coño.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, pero que bien follas Raquel, como te estas metiendo mi polla hasta las entrañas, me estas poniendo más cachondo si eso es posible. Y más viendo ese pedazo culo que tienes” – la dijo Héctor a mi mujer.
“¿Te gusta mi culo?” – le preguntó esta.
“Me encanta” – contestó Héctor.
“¿Te lo quieres follar? Dime que te quieres follar mi culo” – le provocó Raquel.
“Te quiero follar ese pedazo culo que tienes zorrita. Vamos sácatela del coño, y metete mi dura polla por el culo, quiero ver cómo te metes mi durísima polla por el culo zorra” – le dijo Héctor, el cual estaba cachondo perdido.
“Pues si me lo pides así, tendré que meterme tu polla por el culo” – le contestó Raquel, que levantándose un poco, se sacó la polla de Héctor del coño y se la empezó a meter por el culo.
“Mira cómo se folla mi marido, a tu mujer por el culo, seguro que te está poniendo la polla más dura todavía Jorge” – me dijo Patricia.
“Tú lo has dicho, me está poniendo más cachondo ver como se la meten por el culo a mi mujercita, y sobretodo ver lo bien que se lo está pasando, con la polla del cabrón de tu marido en el culo, mientras tú la sigues comiendo el coño” – le contesté yo a Patricia, “pero más cachondo me va a poner darte por culo a ti también”.
En eso, la saqué la polla del coño a Patricia, y apuntando a su precioso culito, se la empecé a meter en él. Su culito me recibió encantado, abriéndose a mi todo lo que podía desde un principio.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, si pero que polla más dura tienes, que bien me está follando el culo, métemela hasta el fondo, no pares, que me encanta que me follen el culo” – me decía Patricia, con mis huevos pegando en su culo, mientras mi polla entraba y salía de su culito.
“Toma polla por el culo, putita, pero como te gusta que te enculen” – la decía yo a Patricia, empezando a follármela por el culo bien duro.
“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, sigue así, salta sobre mi polla, métetela hasta el fondo zorrita” – le seguía diciendo Héctor a Raquel, “me vas a hacer correr cabrona”.
“Y vosotros a mí, cabrones, que bien me estáis follando” – le contestó mi mujer, que empezó a correrse, “AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, si me corro, me corro, no paréis ahora, me COOOOOOOOOOORRRRRRRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOO”.
“Yo también me corro, no pares ahora no pares, AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, me corro. Trágate mi leche cariño, demuéstrales a estos dos lo guarra que puedes llegar a ser” – le dijo Héctor a Patricia, que sacándole la polla de su marido a mi mujer, se la metió en la boca y se empezó a tragar la leche de este, que no fue poca, debido al calentón que traían la parejita.
Yo de momento seguía dando duro por culo a Patricia, y empezaba a notar que no iba a tardar mucho en correrme, afortunadamente para mí, Patricia estaba más cachonda que yo, y empezó a correrse también.
“SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me CCCCCCCCCCOOOOOOOOOORRRRRRRRROOOOOOOO pero que bien me estas follando tío, sigue dándome por culo mientras me corro” – me decía ella, llevándose una mano al coño y masturbándose mientras se corría. Aquello ya fue mucho para mí.
“Me corro yo también, me voy a correr UUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMM, ven aquí y trágate mi leche también Patricia” – y sacándola mi polla del culo y tras girarse ella se la metí en la boca empezando a correrme en su boca, “Toma leche zorra, toma toda mi leche trágatela hasta la última gota”.
Tras mi corrida nos tumbamos todos en la cama y nos quedamos descansando un poco, tratando de recuperar un poco el aliento del polvo salvaje que nos acabábamos de pegar unos a otros.
“Joder que ganas tenía de follar con otro tío, que desde que volvimos del crucero no había probado otra polla” – dijo Patricia, rompiendo un poco el silencio.
“Bueno tendremos que levantarnos a comer algo, que hay que recuperar un poco las fuerzas para esta noche, y tenemos que preparar todo” – dije yo, tratando que nos empezásemos a mover un poco para que luego no nos pillara el toro por los cuernos.
“Venga vamos a lavarnos todos un poco y vamos a comer algo, que este tiene razón” – dijo Raquel. Nos fuimos levantando todos de la cama, y fuimos pasando por el baño, mientras comentábamos lo bien que nos lo habíamos pasado follando, y que teníamos que repetirlo más a menudo.
A mí en particular me habían puesto muy cachondo los comentarios de Héctor llamando zorrita a mi mujer, cosa que ha esta no la gusta mucho, pero que con lo cachonda que estaba no había dicho nada. Y además tampoco había dicho ninguna mentira, ya que últimamente se me estaba volviendo muy zorrita.
Tras ducharnos todos nos fuimos para la cocina y empezamos a preparar algo de comida, a la vez que también preparábamos algunas cosas para la noche y las íbamos metiendo en la nevera. Y es que cuatro personas metidas en una cocina dan para mucho, y el trabajo allí cunde mucho más. Además, como ya he comentado antes a Patricia la encanta cocinar, y nos organizó a todos de maravilla para hacer todo más rápido.
Terminamos de preparar todo, y de hacer nuestra comida y nos fuimos al salón para comer desnuditos como estábamos todos. La comida fue muy amena contándonos como habíamos empezado a practicar sexo liberal, y como nos habíamos enterado de la existencia del crucero. Su historia era bastante distinta a la nuestra. Resumiendo, en un principio Héctor quería hacer intercambios de pareja, pero a ella no la hacía mucha gracia, hasta que fueron a un complejo nudista bastante famoso del sur de España, allí conocieron a una pareja, muy simpática y sin darse cuenta y entre juegos y borrachera una noche acabaron follando todos juntos, y es ahí donde Patricia descubrió que la gustaba el sexo de cualquier manera, y que mientras hubiese sinceridad entre la pareja, todo se podía hablar.
Acabamos de comer, y recogimos la mesa, metiendo todos los platos en el lavaplatos, y tras recoger todo nos fuimos al salón a ver una película, cada pareja en un sofá, para tratar de descansar un poco hasta que el resto llegase por la tarde-noche.
A las 5:30 de la tarde, Raquel se levantó del sofá y dijo:
“Venga vamos a ir preparando esto un poco para cuando lleguen los demás”. Y meneando su culito se fue para la cocina, seguida de Patricia, nosotros al verlas nos empalmamos un poco de nuevo, nos levantamos y nos dimos cuenta de cómo íbamos los dos. Nos empezamos a reír y le dije:
“Joder si es que están muy buenas, y nosotros muy salidos”.
“Ellas también están bastante salidillas, no te creas” – me contestó Héctor, mientras empezábamos a ir en dirección a la cocina.
“Te puedo asegurar que al menos Raquel, lo está y mucho. Que la gusta más el sexo, que a un tonto un lápiz” – le dije a Héctor.
“Patricia igual no te creas, que al principio no quería hacer intercambio de parejas y tal, pero cuando lo probó no veas el gusto que le ha cogido, cada dos por tres me está diciendo que haber con quien quedamos que necesita fiesta” – me fue contando Héctor.
“Pues ahora que sabemos que vivimos cerquita unos de otros, pues ya sabéis que cuando queráis nos llamáis” – le dije yo.
“Eso tenlo por seguro, que con el culo que tiene tu mujer te voy a llamar muchas veces” – y se empezó a reír, mientras nos metíamos en la cocina.
“¿De qué os reis vosotros dos?” – nos preguntó Patricia.
“De vuestros culos” – la contesté yo riéndome y guiñándola un ojo.
“Pues bien bonitos que los tenemos” – nos contestó Raquel.
“Precisamente por eso, que por culpa de ellos mirar cómo vamos todo el día” – les dijo Héctor señalando nuestras pollas. Ellas se empezaron a reír.
“¡Anda, salidorros! Ir al salón y apartar las mesas al esquinazo que vamos a poner toda la comida allí, para tener el mayor espacio posible en el salón para todos, y pegar los sofás a la pared también” – nos dijo Raquel.
“A sus órdenes, mi general” – dijimos Héctor y yo. Y salimos de la cocina para hacer lo que nos pedían. No tardamos mucho en hacerlo y volvimos a la cocina, donde nos encontramos a las dos agachadas y con el culo en pompa. Una estaba sacando cosas de la nevera y la otra estaba sacando bandejas de unos cajones para poner la comida que habíamos preparado en ellos. Nosotros al verlas en esa postura, se nos pusieron las pollas duras del todo, y las dijimos:
“No os pongáis en esa postura que luego nosotros tropezamos y tenemos un accidente”.
Ellas se empezaron a reír por nuestro comentario, pero no cambiaron de postura, y siguieron sacando las cosas, nosotros por nuestra parte empezamos a coger las cosas que ya había preparadas, y las empezamos a llevar al salón, para colocarlas.
Mientras estábamos en el salón, las oímos reírse pero no podíamos escuchar lo que decían, pero yo le dije a Héctor:
“Ya verás estas seguro que nos están esperando haciendo el tonto”.
“Pues que no lo hagan mucho, que yo voy a tropezar en serio” – me contestó este.
“Si yo también, y seguro que luego nos dicen que nos tranquilicemos, pero me juego el cuello, que las dos están igual que nosotros, con ganas de follar, que la espera de saber lo que nos espera luego me tiene cachondo perdido. Y es que el resto de tías están buenísimas, ya verás” – le dije a Héctor.
“Pues yo no creo que me logre controlar mucho” – me dijo.
“Yo tampoco” – le contesté, y empezamos a volver para la cocina, donde nos las encontramos en la misma postura revolviendo un poco las cosas a pesar de que ya habían sacado todo, y esperándonos para ver como reaccionábamos. Yo al verlas, me empecé a reír, hice que tropezaba, y según hacía el paripé de que me caía me dirigí a Patricia.
“¡Ay, que me caigo!” – iba diciendo yo según hacía que me caía, cuando llegué a su altura con una mano me agarré a su culo y con la otra apunté mi polla y se la metí en el coño.
“Yo también” – dijo Héctor, que imitándome se dejó caer sobre Raquel y la empezó a meter su polla en el coño, al igual que había hecho yo con su mujer.
“Pero chicos tener cuidado” – nos dijo Raquel.
“Eso, que ahora nos tenemos que controlar un poquito, para esperar al resto” – siguió Patricia. Yo empecé a follármela un poco, mientras ella empezaba a gemir. Mientras que Héctor hacía lo propio con Raquel.
“Sabéis que tenéis razón” – les dije, y se la saqué a Patricia, después de comprobar lo cachonda que iba también.
“Es verdad” – dijo Héctor imitándome.
“Bueno dejar que os las limpiemos un poquito” – dijo Patricia girándose, y metiéndose mi polla en la boca para dejármela lo más limpia posible, para luego. Raquel hizo lo propio con la polla de Héctor. Cuando terminaron de limpiarnos las pollas dije:
“Venga vamos a terminar de sacar y colocar todo, y recemos para que no tarden mucho en venir, porque si no nos van a pillar follando”.
“Pues vamos a tener que rezar mucho porque mirar como llevo la polla de dura” – dijo Héctor. Nos empezamos a reír al ver la expresión de sufrimiento que puso, y acto seguido empezamos a sacar todo, para el salón, cuando terminamos de colocar todo nos volvimos a sentar en los sofás, pero esta vez yo me senté con Patricia, mientras que Raquel lo hacía con Héctor. Patricia se sentó sobre mí dándome a comer sus tetas, mientras me agarraba la polla. Y en el otro sofá Raquel y Héctor estaban haciendo exactamente lo mismo. A los 5 minutos de estar así, tratando de aguantarnos sin llegar a follar, por fin sonó el timbre de la puerta.
“Ya era hora” – dije yo, levantándome para ir a abrir la puerta. Miré por la mirilla, y me sorprendió el ver a nuestros vecinos, que prácticamente llegaban una hora antes de la hora que les habíamos dicho. Abrí la puerta dejándoles pasar, y cerré enseguida, no fuera que pasase alguien por allí y me viese en pelotas y completamente empalmado.
“¿Que prontito venís?” – les dije.
“Veníamos a ayudaros un poco” – dijo Javier.
“¿y tú, ya estas así?” – me dijo Marina.
“Si tú supieras” – la contesté. Les indiqué que pasaran al salón donde se encontraron con nuestros amigos.
“Joder, que sorpresa, no esperábamos que hubiese nadie todavía” – dijo Javier fijándose en las tetas y el culo de Patricia. Mientras que su hermana no apartaba la vista de la polla de Héctor.
“Bueno, estos son Héctor y Patricia. Estuvieron en el crucero con nosotros y nos los hemos encontrado esta mañana en el supermercado cuando fuimos a hacer la compra” – les dije, mientras se acercaban y empezaban a saludarse dándose dos besos y estrechándose la mano los chicos.
“¿Vivís por aquí cerca? Porque tu cara me suena mucho. Me parece que sueles coger el metro a la misma hora que yo por la mañana” – le dijo Marina a Patricia.
“Ahora que lo dices es verdad, tú también me resultabas familiar. Y sí, vivimos aquí al lado” – contesto Patricia. Se terminaron de presentar, y seguían hablando, pero los dos hermanitos seguían con la ropa puesta, por lo que no me quedó más remedio que animarles a desnudarse también.
“¿A qué esperáis hermanitos para desnudaros?” – les dije, intuyendo las ganas que tenía Héctor de ver a Marina en pelotas, y es que la niña está realmente buena.
“¿Cómo que hermanitos?” – dijo Patricia.
“Joder, pensaba que os lo habíamos dicho. Que estos dos son hermanos, aunque no follan entre ellos, sí que les encantan nuestras fiestas y se están uniendo últimamente” – dije yo, guiñándoles un ojo a los hermanos, por si había metido la pata.
“Joder que morbo” – dijo Héctor.
“Si la verdad” – dijimos Raquel y yo, riéndonos.
“Tendréis morro, si os contamos la verdad, estos dos cabrones que nos están pervirtiendo. Hace una semana y pico, llegamos borrachos y necesitábamos su ayuda para que nuestro padre no nos pillara, y no sé cómo pasó, pero acabamos follando con ellos” – dijo Marina.
“Si, y desde entonces no hemos podido parar de dejar de follar” – dijo Javier sonriendo, y mirando a su hermana la hizo un gesto como si podía contar todo. Marina le dio su aprobación y este continúo diciendo:
“Tanto es así, que hasta ya hemos llegado a follar entre nosotros. Eso sí solo se la meto por el culito, para evitarnos sorpresas desagradables”.
“Madre mía, me estáis poniendo muchísimo más cachondo de lo que ya estaba. Menudo morbo” – seguía diciendo Héctor, “¿has visto cariño? A pesar de ser familia también se puede follar entre ellos, que sólo se trata de disfrutar de los cuerpos y del sexo”.
“La verdad es que morboso sí que es” – contestó Patricia, “pero lo que pasa, es que este se quiere follar a una prima mía que tiene 21 años y está muy buena, y no sabe cómo convencerme para que le deje intentar follársela”.
Nos empezamos a reír todos, por la cara que puso Héctor, y la expresión de reproche de su mujer, como diciendo ‘serás listillo’.
“Es que la teníais que ver, está tremenda, y me juego el cuello a que la gusta la fiesta un montón, porque se la nota en la cara” – nos dijo Héctor a todos.
“Pues chica, déjale que lo intente que yo también era muy reticente al principio, y te puedo asegurar que me lo estoy pasando impresionantemente bien. Estoy teniendo el mejor sexo de mi vida, con todos estos. Lo mismo tu prima hasta te lo agradece” – la dijo Marina a Patricia.
Con toda la conversación que estaban teniendo, nuestros vecinitos seguían sin desnudarse, y yo la verdad es que tenía ganas de volverla a ver las tetas a Marina, que desde mi punto de vista son perfectas, y ver la reacción de Héctor cuando las viera. Por lo que opté por ir hacia ella, y empezar a quitarla el vestido ajustado negro que traía, se notaba que no llevaba nada más debajo, por cómo se la marcaban los pezones.
“Bueno te voy a ir ayudando con esto, que hace mucho calor” – la dije a Marina, cogiendo su vestido por la parte baja y empezando a quitárselo por arriba. En el momento que se lo terminé de quitar, tendríais que haber visto la expresión de cara de Héctor.
“¿Te gusta lo que ves cariño?” – le preguntó Patricia a su marido.
“Increíble, pero que pedazo de polvo tienes tía. No me extraña Javier, que te la folles, porque está buenísima, menudas pedazo de tetas que tienes, y menudo culo” – contestó Héctor.
“Sí, pues ya verás tu Patricia, a ti también te va a encantar la sorpresa que te tiene preparada Javier” – dijo Raquel, que se había acercado a él, y mientras Javier se sacaba la camiseta que traía, mi mujer empezó a bajarle las bermudas, dejando su polla a la vista de todos.
“JOOOOOOOODDDDDDDDDEEEEEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRRR, menuda pedazo de polla que tienes chico. Que bien me lo voy a pasar con eso. No me extraña Marina que le dejes que te folle con semejante trasto te lo tienes que pasar de fábula” – dijo Patricia, empezándose a reír y siguiéndola todos por la expresión y la forma en que lo había dicho.
“¿Ahora me entiendes? Es que no podía dejar la oportunidad de que me follase, con la pedazo herramienta que se marca aquí el niñato” – explicó Marina.
Nos empezamos a reír todos por los comentarios de las dos. Según terminó de decir eso Marina, Patricia se acercó a Javier y le agarró la polla.
“Y encima está durísima” – dijo Patricia, mientras le agarraba la polla, “como me lo voy a pasar con ella”.
“Pues tranquilízate, y habrá que esperar a que llegue el resto de la gente” – dijo Raquel, riéndose, “además, no has visto todo, que uno de los otros chicos que viene, también tiene un pedazo trasto increíble”.
“No me digas eso que me desmayo” – dijo Patricia, poniendo una cara de alucinada increíble.
“Eso tía, no me digas que uno de los otros, también tiene una polla igual de grande que la de este” – dijo Marina.
“Si os lo digo, y os lo confirmo” – terminó de contestarlas mi mujer.
“Oye, que me voy a poner celoso, que yo pensaba que iba a ser el pollón de la fiesta” – se quejó Javier.
“Nosotros dos no decimos nada” – dije yo dirigiéndome a Héctor.
“Cariño, las vuestras no están nada mal, además las utilizáis de maravilla” – nos comentó Raquel lanzándonos un beso.
“Al menos nos queda ese consuelo” – contestó Héctor al comentario de mi mujer.
Mientras nos estábamos riendo, sonó el telefonillo de nuestra casa, lo que quería decir que alguien más había llegado. Esta vez fue Raquel la que fue a contestar y a abrir la puerta de la urbanización a alguno de nuestros invitados.
“Es el otro pollón del que os hablaba” – dijo Raquel cuando volvió al salón. Nos empezamos a reír todos por su comentario mientras seguíamos todos de pie. Héctor no podía quitar la vista de las tetas de Marina, y es que la niña tiene unas tetas preciosas.
“Cariño, se te está cayendo la baba con las tetas de Marina. Al menos trata de cerrar un poco la boca” – le dijo Patricia a su marido.
“¿y tú, que pasa? Que tienes pegamento en la mano que no le sueltas la polla a Javier” – la contestó este con un gesto de burla y riéndose también.
“Déjala hombre, que a mí no me importa” – le dijo Javier riéndose, y disfrutando de la medio paja que le estaba haciendo Patricia.
“Pues yo no voy a ser menos” – dijo Marina, y guiñándole un ojo a Héctor se acercó a él, y también le agarró la polla, “joder tío, sí que la tienes dura” y puso una cara de alucinada cuando le agarraba la polla.
“Tú me dirás con lo buenas que estáis todas, además a Eva también la conozco del crucero, y la tengo ganas, que por unas o por otras, no follé allí con ella” – nos dijo Héctor a todos, en el mismo instante en que sonaba el timbre de la puerta.
Esta vez la que fue a abrir la puerta fue mi mujer, lo hizo al igual que yo, en pelota picada y poniéndose detrás de la puerta dejo entrar a Mario, que tras cerrar la puerta la dijo:
“Esto sí que es un buen recibimiento Raquel” – le dijo dándola dos besos y agarrándola del culo.
“Para que veas. ¿Bueno y como es que has venido tan pronto?” – le preguntó mi mujer a Mario.
“Pues, estaba en casa sin hacer nada, y con un calentón de cuidado, y decidí venir hacia aquí, para ayudaros un poco si necesitabais ayuda, y así tocarte un poco el culito tan precioso que tienes antes de que llegue el resto” – le contestó Mario a mi mujer.
“Ya te veo yo a ti, el problema es que no eres el único que ha pensado esto” – le dijo Raquel, en el momento en que abría la puerta del salón entrando y encontrándose al resto.
“Joder que recibimiento más bueno” – dijo Mario fijándose en las mujeres.
Mi mujer se los fue presentando a todos, las chicas que ya habían soltado las pollas de Javier, y de Héctor, le dieron dos besos, y los chicos le estrecharon la mano. Cuando terminaron de presentarse mi mujer le dijo:
“Bueno dame tu ropa, que ya les hemos estado hablando de tus atributos, y ellas están locas porque les presentes a tu general”.
“Que cabrona eres” – le dijo a mi mujer, y mientras se reía se empezó a quitar la camiseta, Raquel se acercó a él y le desabrochó las bermudas y se las quitó dejando libre la pedazo polla de Mario, que estaba bastante empalmado.
“Joder, pues es verdad, no nos habías mentido para nada Raquel, menuda polla tiene Mariete” – dijo Patricia, empezándose a reír por su propio comentario.
“Yo no cuento cuentos, Patricia” – la dijo Raquel sacándola la lengua.
“Pues yo tampoco, y como no vengan pronto el resto, no respondo de mí. Que entre la historia de los hermanitos y lo buenas que estáis todas, necesito follar en cuanto antes” – dijo Héctor.
“¿Qué pasa que vosotros sois hermanos?” – les preguntó Mario, a nuestros vecinitos.
“Sí” – contestó Javier.
“¿Y como os ha dado, por meteros en estas fiestecitas tan buenas los dos juntos?” – les preguntó.
“Estos que son unos salidorros, y no paran de provocar” – dijo Marina sonriéndonos a Raquel y a mí.
“Que me vais a contar que yo no sepa. Si estoy aquí gracias a la cachondona de mi primita, que es amiga de estos dos” – les dijo Carlos.
“Es decir, ¿que a ti también te va lo del incesto?” – le preguntó Patricia a Mario.
“Claro, si vieras las tetitas y el culito, que tiene la cabrona de mi primita, me entenderíais” – dijo Mario.
“Es cierto” – dije yo.
“Has visto cariño, no pasa nada por follar entre primos” – le dijo Héctor a Patricia.
“Ya me doy cuenta cariño. Tu puedes intentar tirarte a mi primita cuando puedas, pero da por hecho que yo me voy a follar a tu hermano a la más mínima oportunidad, y me parece que no voy a tardar mucho en hacerlo, porque cada vez que viene a ver el futbol a casa, no para de mirarme el culo” – le contestó con una sonrisa Patricia a su marido.
“Genial, tu fóllatele cuando quieras, que a mí no me importa compartir todo con mi hermano del alma” – dijo Héctor.
Nos estuvimos riendo todos de la situación y el pique que se traían Héctor y Patricia, seguimos hablando todos. Les estuvimos contando como Mario empezó a participar en nuestras fiestas y como fue la primera vez que se lo tiraron su prima y mi mujer. Al recordar todo aquello, Mario se terminó de empalmar del todo, al igual que todos los tíos que estábamos allí.
“Joder como se te ha terminado de poner eso” – le dijo Marina mirándole la pedazo de polla que tiene, y se acercó a él, y le empezó a masturbar, mientras el empezó a tocarle las tetas y el culo, metiendo un dedo allí.
“Y tu que abierto tienes el culito, seguro que esta mañana te lo ha estado follando el cabroncete este” – dijo Mario, señalando a Javier.
“Y tanto, que para eso teníamos la casa sola para nosotros” – dijo Javier, “en cuanto me he dado cuenta de que estábamos solos me he ido a su habitación para follármela bien, que andaba con un calentón desde ayer impresionante”.
“Tu follándote a este pibonazo, y yo mientras haciéndome pajas, para que esta tarde no me corriera a la primera” – dijo Mario riéndose, y siguiendo metiendo mano a Marina por donde podía.
“Pobrecito el, tranquilo que ahora te desquitas con nosotras” – le dijo Marina, que seguía con su mano agarrando la polla de Mario.
“Sí, pues como no venga el resto rápido, me voy a empezar a desquitar ahora mismo” – le dijo dándola un azote.
En esas estábamos, cuando sonó el telefonillo, y estos debían de ser los que quedaban por llegar.
“Por fin llegan” – dijo Raquel, y fue a abrir corriendo.
“Pues que se den prisa en subir” – dijo Mario, que estaba realmente cachondo, y más con la pedazo de tía que le estaba haciendo la paja. Estuvimos esperando durante los pocos minutos que tardaron en subir sin decir prácticamente nada, y metiéndonos mano unos a otros. En cuanto sonó el timbre de la puerta fui a abrir tan rápido como Raquel había ido antes a abrir el portal por el telefonillo.
En cuanto abrí la puerta me encontré con Eva, Marta y Luis. Les deje entrar corriendo y cerré la puerta.
“Joder como vas” – me dijo Eva riéndose, “¿no habréis empezado sin nosotros?”
“Que va, pero porque no habéis tardado mucho en llegar que sino……” – le contesté, dándola dos besos y un azote en el precioso culito que se gasta. Eva venía con un pantalón corto vaquero, y un top blanco. Mientras que Marta, a la que también empecé a dar dos besos y me agarré a ese par de tetas tan impresionantes que tiene, venía con un vestido de una pieza blanco que dejaba poco a la imaginación. Tras saludar a las chicas, estreche la mano a Luis.
“Que pasa tío” – me dijo.
“Pues ya ves, que nos vamos a poner las botas ya verás” – le dije sonriendo.
“Y nosotras también, o que os creéis vosotros” – nos contestó Eva, que encabezando la comitiva se dirigió al salón abriendo la puerta. Allí se encontró a todos en pelotas y metiéndose mano.
“UY, que de gente, que bien nos lo vamos a pasar” – dijo Eva, “anda Héctor, Patricia, menuda sorpresa, ¿Qué hacéis aquí?”
“Nada que nos encontramos a Raquel, y Jorge esta mañana en el supermercado, y nos han invitado a unirnos. Y como ya te me habías escapado en el crucero, no quería desaprovechar esta oportunidad que se presentaba” – le contestó Patricia.
“Tú tranquilo, que ahora te desquitas y yo también no te creas” – dijo Eva acercándose a él y dándole dos besos, mientras le agarraba la polla.
Empezaron las presentaciones entre unos y otros, Luis mientras tanto me miraba como diciendo vaya pedazo de pivones nos vamos a follar hoy. A lo que yo solo podía sonreírle dándole la razón. Mientras se sucedían las presentaciones, las últimas incorporaciones seguían con la ropa puesta, pero en cuanto terminaron me acerqué a Marta y sin darla mucha opción la dije:
“Anda quítate esto ya, que están locos por verte las tetazas que tienes”
“Oye tú” – me contestó, pero me dejó quitarla el vestido bajándola los tirantes y sacándoselo por los pies, como el resto de las chicas no llevaba nada debajo.
“Joder que pedazo de tetas tía, estas buenísima” – dijo Mario.
“Eso” – saltaron Javier y Héctor a la vez.
Marta se empezó a reír, y se fue girando enseñándoles también el contundente trasero que se marca la niña.
“Bueno, tú también te tendrás que ir quitando esto” – le dijo Héctor a Eva, a la cual había cogido el top y se lo estaba sacando por la cabeza. En cuanto lo hizo, empezó a desabrocharla el pantalón, y se lo quitó también pegándola un buen azote, “menudo culazo que tienes tú también, te lo voy a follar pero bien”.
“¿Y tú general que tal anda Luis?” – le dijo mi mujer acercándose a él, y bajándole los pantalones y liberando el empalme que se traía, mientras el mismo se quitaba la camiseta.
“Pues saludando como siempre” – le contestó sonriendo.
Les estuvimos diciendo quienes eran unos y otros, estos últimos no fliparon tanto con la historia de los hermanos, ya que María y Jesús les debían de haber puesto al corriente de nuestras aventuras con los vecinitos, lo que si le sorprendió fue cuando les dijeron que ya habían follado entre ellos.
“Es decir, que al final la fiesta la han organizado para presentarnos a nosotros dos, y que tengamos con alguien con el que ir a las fiestecitas que se montan” – le dijo Marta a Mario.
“Pues por mi genial chica, tendremos que conocernos más a fondo” – contestó Mario acercándose a Marta y agarrándola las tetas, “Joder que tetas más impresionantes que tienes chica”
“Y tú, menudo pollón, estoy deseando que me la metas” – le dijo agarrándole la polla, y dándole un morreo.
“Bueno, venga que habíamos pensado un jueguecito para que nos lo pasásemos todos lo mejor posible y en la misma habitación” – dijo Raquel.
“A ver que han pensado estos dos salidorros” – dijo Marina, guiñándoles un ojo a todos los demás.
“Pues mirar consiste en el juego de las sillas, que todos conocemos, un chico se queda controlando la música en este caso será Jorge que sabe manejar la cadena musical, el resto de chicos se sienta en distintas sillas en círculo, y nosotras tenemos que ir andando alrededor suyo, y en cuanto se pare la música tenemos que sentarnos encima de alguno de los chicos, al cual nos empezaremos a follar, como alguna se quedará sin chico, esta se tendrá que hacer cargo de Jorge. En el momento que todos estemos sentados y organizados, tendremos que follar durante dos minutos que controlaremos con este cronómetro que tiene Jorge. Y después, vuelta a empezar. Los chicos que se corran pueden irse a una de las habitaciones a recuperar fuerzas, con alguna de las chicas que se haya corrido ya, o que les quiera acompañar eso a la elección de cada uno o una” – explico mi mujer.
“Joder, que bueno” – dijo Javier.
“Sí, la verdad es que mola” – continuó diciendo Mario.
Los chicos fuimos colocando las sillas, lo más rápido que pudimos, yo tomé mi sitio en el sofá las chicas se pusieron en fila rodeando a los chicos y yo puse en marcha la música, por lo que las chicas empezaron a andar alrededor de los chicos.
Los chicos que tenía de frente que eran Luis y Javier, me decían:
“Para la música de una vez cabrón, que tenemos ganas de follar”.
“Eso capullo” – decían también, Héctor y Mario. Mientras que las chicas me miraban cuando pasaban de frente a mí, y sonrían.
“Un respeto al moderador o no paro la música” – dije riéndome un poco de todos, y haciéndome el digno.
“Pues como no lo pares cariño, tu tampoco follas, y mira como tienes la polla” – me dijo mi mujer.
“¡Joder! Es verdad” – dije, y de repente paré la música, pillándoles a todos por sorpresa.
Todas las chicas intentaron sentarse sobre Mario y Javier, que eran los pollones del lugar. En el lado de Mario estaban Marta, Raquel y Marina. Aquí hubo poco por lo que pelear, ya que Marta es más alta y más fuerte que las otras dos, y se sentó sobre Mario abrazándose a él. Mi mujer que se dio cuenta de la circunstancia se giró rápidamente y se sentó sobre Luis, dejando a Marina sin pareja, lo que yo acepté de muy buen grado, ya que me apetecía follarme a la vecinita, que está tremenda. En el otro lado, Eva estuvo más rápida que Patricia y se sentó sobre Javier, mientras que Patricia lo acabó haciendo sobre su marido.
“Joder, con tanta polla nueva y que me toque sentarme encima de ti” – le dijo Patricia a Héctor riéndose y dándole un beso.
“Oye, que lo mismo estaba pensando yo. Con tanta tía por aquí y que tenga que acabar follando contigo” – contestó Héctor a su mujer.
“Anda ven Marinita, que les vamos a dar envidia” – la dije, indicándola con un dedo que se acercara.
“Joder Patricia, pues no eres la única que no va a probar polla nueva, que Jorge me tiene muy follada ya” – la dijo sonriendo cuando pasaba a su lado.
“Y más que te voy a follar ahora mismo” – la dije.
“UY, pues a mí no me importaría cambiar que folla de puta madre” – la dijo Patricia.
“Las reglas son las reglas y no se cambian” – dijo Eva, partiéndose el culo.
“Que cabrona” – contestó Patricia riéndose también.
Tanto Marta, y Raquel estaban calladas, ya que mientras el resto discutíamos ellas ya se habían metido las pollas de Mario y de Luis por el coño, y se los estaban follando muy lentamente.
“Anda vamos a poner el cronómetro que esos tramposos ya están follando” – dije poniendo el cronómetro, en el mismo momento en el que Marina se sentaba sobre mi durísima polla y me empezaba a follar.
“Pero que pollón tienes Mario, AAAAAAAHHHHHHHH” – empezaba a decir Marta, que dándole la espalda se había metido la polla de este por el coño, mientras este se agarraba a sus tetazas que no paraban de saltar mientras ella se metía y sacaba la polla de Mario del coño.
“Pues este no se queda corto, Joder, menuda polla Javier, OOOOOOOHHHHHHHH” – dijo también Eva que se había sentado de cara a Javier, y este se estaba comiendo sus tetitas, mientras esta saltaba sobre su polla.
“Y tú, menudo coñito más estrechito que tienes” – contestó Javier a Eva.
“OOOOOOOHHHHHHH, que cabrón eres pero como me gusta follar contigo” – me decía Marina, mientras saltaba sobre mi polla mientras yo sin poder responderla, me comía sus tetas.
“Vamos Luis, fóllame duro que hace una semana que no me la metes y te echaba de menos cabroncete. OOOOOOOOHHHHHHHH, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – le decía Raquel a Luis, mientras saltaba sobre su polla en la misma postura que estaba Marta follándose a Mario.
“Vamos cariño, fóllame como tú sabes que a mí me gusta” – le animaba Patricia a Héctor.
En esas estábamos cuando sonó el cronómetro.
“Joder, con lo bien que me lo estoy pasando” – dijo Marta levantándose y sacándose la polla de Mario del coño.
“No eres la única, que menuda polla tiene aquí el niño” – dijo Eva, cuando se levantaba sacándose la polla de Javier del coño.
“UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFF, que pena Marinita, con lo que me gusta follar contigo” – la dije sacando mi polla de su coñito, mientras ella se levantaba y se volvía a poner junto con las chicas, para la siguiente ronda.
“Venga, pon la música de nuevo cariño” – me dijo Raquel, que se estaba tocando el coño, con lo caliente que iba.
Puse la música otra vez, pero esta vez no tarde ni dos segundos en quitarla, pillando a todos otra vez por sorpresa, por lo que, la velocidad primo más que la fuerza, además que Marta se había quedado un poco mal colocada en el momento que corté la música, por lo que se quedó sin pareja, y yo iba a ser el afortunado que se la follase.
El resto de parejas quedaron de la siguiente forma, Marina se sentó sobre Javier, lo que este celebró agarrándose bien a sus tetas. Raquel se sentó sobre Mario. Patricia se sentó sobre Luis, y Eva lo hizo sobre Héctor.
Esta vez apenas tuve tiempo de poner el cronómetro en marcha ya que todos se pusieron a follar de inmediato, y Marta mientras preparaba el cronómetro saltó sobre mi polla poniéndome las tetazas en la cara.
“Anda cómeme las tetas que sé que te encantan” – me dijo nada más meterse mi polla en el coño.
“Encantado” – la contesté, y me amorré a ese pedazo par de tetorras que tiene.
“Joder hermanito, te estas poniendo las botas a darme por culo hoy” – le dijo Marina a su hermano.
“Y tú, bien que lo estás disfrutando que te encanta que te la meta por el culo” – le contestó Javier, que seguía bien agarrado a sus tetas, y con su pollón bien metido en el culo de su hermana.
“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, joder Mario pero que polla más grande y más dura que tienes, como la he echado de menos estos días” – le decía Raquel a Mario.
“UUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMM, Luisito que ganas tenía de que me metieras la polla, sigue así métemela hasta el fondo” – le dijo Patricia a Luis.
“Pues toma polla, que yo también tenía unas ganas tremendas de follar contigo Patricia” – contestó Luis.
“Vamos Héctor fóllame igual de duro que se está follando mi marido a la putita de tu mujer, vamos fóllame fuerte cabrón” – le dijo Eva a Héctor, que agarrándose a los pechos de Eva, y pellizcándola los pezones empezó a hacerla saltar sobre su polla.
“Toma polla zorrita, métetela hasta donde tú quieras que mira lo dura que la habéis puesto entre todas hoy” – contestó Héctor, con una cara de excitado impresionante.
Estuvimos todos follando, los gemidos se sucedían por todo el salón cuando volvió a sonar el cronómetro indicándonos el final del tiempo.
“Joder este juego va a ser una putada, cuando le empezamos a coger el ritmo del polvo tenemos que parar con todo el calentón” – dijo Héctor.
“Es verdad, tendríamos que aumentar el tiempo” – dijo Marta, que todavía no se había sacado mi polla del coño al igual que el resto de las chicas.
“Venga lo subimos a cinco minutos, pongo 3 minutos más para esta ronda, y continuamos” – les dije a todos, que seguían follando.
“Eso estaría mejor” – contestaron todos más o menos. Terminé de poner el cronómetro y continuamos como lo habíamos dejado, yo comiéndome las tetazas impresionantes de Marta, y dejando que me follara.
El incremento de minutos fue bueno para todos, algunos cambiaron de posturas como Javier y Marina, que se vinieron al sofá junto a nosotros, y tras poner a su hermanita a cuatro patas, la empezó a encular más cómodamente que sentados en la silla.
“Si hermanito métemela hasta el fondo, pero que pedazo de polla tienes” – le decía Marina a su hermano que se la estaba metiendo hasta el fondo.
Mario por su parte había tumbado a mi mujer en el suelo, y abriéndola bien de piernas se la estaba follando en la posición del misionero con todas sus fuerzas.
“Pero que buena estás Raquel como me gusta follar contigo” – le decía Mario.
“Y a mí, como me gusta que me metas semejante pollón” – le contestó Raquel a Mario.
Luis por su parte, había cogido a Patricia y la había apoyado en uno de los muebles que tenemos en el salón y se la estaba metiendo desde detrás, mientras se agarraba a su culo.
“Pero que coñito más mojado tienes Patricia, como se nota que tenía ganas de fiesta” – le estaba diciendo Luis.
“Que te voy a contar, si desde el crucero casi nada de nada” – le contestó.
“Entonces ahora me explico lo dura que tiene la polla Héctor, que me está matando de gusto” – dijo Eva, que seguía encima de Héctor saltando sobre su polla.
“Como no la voy a tener como una piedra, si estáis todas buenísimas” – contestó Héctor.
Entre comentario y comentario, gemido y gemido, y toda clase de sonidos de los distintos polvos que nos estábamos pegando unos a otros, volvió a sonar el cronómetro. Esta vez, sí que todos dejamos de follar rápido, ya que algunos empezaban a temer no tardar en correrse, y querían seguir con el calentón correspondiente sin correrse todavía.
Los chicos se sentaron y las chicas se pusieron alrededor de ellos en las mismas posiciones que estaban antes. Yo dejé preparado el cronómetro para que cuando parara la música no me distrajera mucho y me pudiese poner a follar tan rápido como el resto de la gente. Puse la música en marcha y empezaron a dar vueltas alrededor de los chicos. Esta vez la dejé correr más tiempo para que nos relajáramos todos un poco, aunque las chicas no dejaban de sobarse las tetas y los coños, y los tíos tenían bien cogidas sus pollas, mientras se masturbaban lentamente. Tras un par de minutos sin que nadie dijera nada, y con las miradas de las chicas cruzándose con la mía, me imagino para ver si podían adivinar cuando me iba a dar por parar la música, decidí que ya nos habíamos relajado todos un poquito y era hora de pararla otra vez. Todas empezaron a moverse rápidamente, Raquel se sentó rápidamente sobre Héctor, Marta lo hizo sobre Javier, Patricia se sentó sobre Mario y Marina sobre Luis. Eva que era la que quedó libre se vino directamente hacia mí. En lo que tardaba en llegar, agarrarme la polla y agacharse para chupármela un poco, yo puse el cronómetro en marcha, el resto de chicas ya se habían abalanzado sobre los chicos que las cogieron y cada uno se la empezó a follar como quiso.
“UUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFF, ahora el otro pollón de la fiesta, que bien me lo estoy pasando hoy” – dijo Marta, que tras ser tumbada en el suelo por Javier, la cual se la empezó a follar abriéndola bien de piernas y chupándola las tetazas que tiene.
“Joder pero que tetorras tienes Marta, que ganas tenía de comérmelas” – dijo Javier.
“Y tú, menudo pollón tienes como la estoy sintiendo, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH” – le contestó Marta, agarrándole de la cabeza mientras este le chupaba las tetas.
“Madre mía, pero que pollón tienes Mario, y encima que dura está” – dijo Patricia, “cariño, tenemos que quedar más veces con ellos, que me tienen que follar pollas como esta de grande de vez en cuando”.
“Cuando quieras cariño, que con tanta tía buena, ya sabes que yo me lo paso genial” – dijo Héctor, que había puesto a mi mujer a cuatro patas en el sofá junto a Eva y a mí, y la estaba empezando a dar por culo, “pero que culo tienes Raquel, no te importa que te lo folle ¿verdad?”
“Métemela por donde quieras Héctor, que yo me lo paso genial siempre y cuando tenga una polla metida en el cuerpo” – contestó Raquel girándose y mirándole a la cara con una sonrisa, y una cara de vicio impresionantes.
“Madre mía, pero que buena que estas Marina, que ganas tenía de follar contigo después de lo que me había contado Jesús” – dijo Luis, que seguía sentado en la silla, con Marina sobre su polla saltando, y poniéndole las tetas en la cara.
“¿Te gusta cómo te follo?, venga cómeme las tetas que me encanta que me las coman mientras me follan” – le contestó Marina.
Seguimos follando todos, algunos llegaron a cambiar un poco de postura, pero a los cinco minutos volvió a sonar el cronómetro, por lo que todos nos volvimos a levantar dejando de follar.
“Joder que bueno está siendo esto” – dijo Javier, levantándose del suelo, y ayudando a Marta a levantarse, “como mola follar de esta forma con todas vosotras”.
“Y a nosotras como nos gusta probar tanta polla distinta” – contestó Marta, agarrándole la polla, mientras se volvían a sus respectivos sitios.
Continuamos con el juego, alrededor de una hora más en la que todos follamos con todos, y en la que en más de una ocasión aprovechamos a follarnos los culitos de algunas de ellas. Al final decidimos que la siguiente ronda nos quedaríamos follando todos hasta corrernos, y así tomarnos un respiro, comer algo y recuperar un poco las fuerzas.
Puse la música en marcha, y esta vez la dejé mucho tiempo, casi hasta el final de la canción, con la intención de que la gente se relajara un poco y recuperara fuerzas para la última ronda. Lo bueno de controlar la música es que puedes controlar un poco a quien te apetece follarte, según por donde pares la música pillas a una de las chicas siempre más mal colocada que el resto. Y sinceramente, a mí me apetecía volverme a follar a la vecinita que está muy buena, por lo que cuando estaba en mala posición paré la música dejándola un poco descolocada. Marta saltó sobre la polla de Mario, Raquel lo hizo sobre la de Luis, Patricia lo hizo sobre la de Javier, y Eva sobre la de Héctor.
“Venga chicos todos a follar hasta correrse” – dije levantándome del sofá y besando a Marina según se acercaba a mí, “y tú te vas a enterar ahora”.
“Hazme lo que quieras” – me dijo. La puse a cuatro patas, en el sofá y me la empecé a follar por el culo, que no lo había probado en toda la tarde.
Luis por su parte hizo exactamente lo mismo con mi mujer, se la trajo al sofá y poniéndola junto a Marina, la empezó a dar por culo.
“Increíble, pero que pedazo de culo tienes Raquel, es una pasada follártelo” – le iba diciendo metiendo su polla en el culo de mi mujercita.
Marta por su parte había tumbado boca arriba en el suelo a Mario y se estaba sentado sobre su polla empezando a saltar sobre ella, mientras la votaban las tetas de una forma impresionante.
“SSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, venga fóllame Marta, pero que buena estas, menudas tetorras, AAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, que cachondo me estas poniendo” – le decía Mario.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, pero que pollón tienes tío, que bien me está follando tu polla, SSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, vamos a quedar un montón para follar tú y yo” – le contestaba Marta mientras seguían follando.
“OOOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, Dios mío, qué maravilla, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH” – decía Patricia con la pollaza de Javier metida en el coño, que la había puesto en el suelo a cuatro patas, y además la estaba metiendo un par de dedos en el culo mientras se la follaba.
“Pero que coñito más mojado tienes, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, y vete preparando que también que te la voy a meter por el culito” – le contesto Javier.
“Me la puedes meter por donde te apetezca, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, menuda maravilla, OOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH” – decía Patricia fuera de sí.
“¿Te gusta mi culito Héctor? ¿Te está gustando como me estoy metiendo tu polla por el culo?” – le decía Eva a Héctor, que se había sentado sobre la polla de este metiéndosela por el culo.
“Me encanta, en realidad me encanta follar con todas vosotras, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, venga métetela hasta el fondo que me quiero correr hay dentro” – le contestó Héctor.
“Jorge, ¿si te apetece cambiar por mí no hay ningún problema?” – me dijo Luis.
“¿Qué pasa que te apetece follarte a mi vecinita por el culo?” – le pregunté a Luis.
“Pues no estaría mal, que todavía no lo he probado” – me contestó.
“Luego me dirás que te encanta mi culo, y que si te dejo follármelo” – le dijo Raquel a Luis, sonriéndole, “pero a la más mínima oportunidad te vas a por cualquier otro nuevo”.
“Raquel, tu culo sigue siendo el mejor, pero es que el de Marina todavía no lo he probado” – contestó Luis tratando de justificarse.
“Anda vamos a cambiar” – le dije yo, que el follarme el culo de mi mujercita también me apetecía. Se las sacamos del culo a ambas, y tras cambiar nuestras posiciones nos las empezamos a follar por el culo otra vez, yo a mí mujer.
“A mí, para que preguntarme mi opinión” – dijo Marina, “dar gracias que voy con un calentón de impresión, y me da igual la polla, lo que quiero es que me folléis”.
Llevábamos follando un buen rato así todos, cuando la gente ya empezó a correrse.
“Me corro, AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que cabrón que pollaza tienes, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, sigue, me corro, me corro” – dijo Patricia, que ya estaba recibiendo la polla de Javier tanto en el culo como en el coño, ya que cada poco cambiaba de agujerito.
“Yo también me voy a correr joder, OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, pero que culito tienes Marina, que gozada, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – la decía Luis.
“Córrete en mi boca que me encanta la leche” – le dijo Marina. Luis se la sacó corriendo del culo a Marina, la giró y empezó a correrse en su boca y en su cara dejándola toda perdida de leche. Cuando terminó de correrse, Luis se sentó en el sofá para relajarse. Javier, se había levantado y Patricia se estaba dirigiendo a cuatro patas al sofá junto a Luis para relajarse y descansar un poco. Yo al ver a Marina otra vez disponible, se la saqué a mi mujer del culo y a por la vecinita que me fui. La puse otra vez a cuatro patas, y a metérsela en el culo de nuevo.
“Toma polla Marinita, pero que culito más agradecido tienes” – le dije a la niña.
“Y tu mujer que culazo tiene también, que bien me lo voy a follar” – me dijo Javier, que se había acercado a nosotros y se estaba empezando a follar a mi mujer por el culo.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, pero que pollón joder Javier, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII, métemela hasta los huevos” – le decía mi mujer, que se había empezado a besar con Marina, y la estaba limpiando toda la leche de Luis de la cara.
“OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, Eva, Evita, me vas a hacer correr, pero que culo tienes tía, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, como me lo estoy pasando hoy” – dijo Héctor que solo tuvo el tiempo justo de sacársela del culo y empezar a correrse en la entrada del agujerito de esta, dejándoselo completamente lleno de leche.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, joder yo también necesito correrme” – dijo Eva. Marta al oírla, se levantó sacándose la polla de Mario del coño, y metiéndose entre las piernas de Eva, que seguía sentada sobre las piernas de Héctor, empezó a comerla el coño a la vez que la limpiaba la corrida de Héctor, chupándole un poco la polla a Héctor también para dejársela completamente limpia.
“Venga Mario, dame por culo, ahora, que quiero sentir ese pollón que tienes por el culo” – le dijo Marta a Mario, que en tres movimientos se puso detrás de Marta y la empezó a encular.
“A esto es a lo que llamo yo, una primera cita en condiciones, en el que la chica me pide que se la meta por el culo” – dijo Mario, empezando a follarse el culo Marta, “¡y, menudo culo!”, terminó la frase.
“No aguanto más, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, me corro, me corro” – dijo Raquel, “menudo pollón tienes Javier, como me corro con el siempre”.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, chúpame el coño por ahí, que me corro, me corro, pero como sabes por donde tienes que comerme el coño, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH” – le dijo Eva a Marta, mientras se corría.
Raquel por su parte se levantó del sofá dejando un poco desamparado a Javier, yo me apiadé de él, y le dije:
“Anda fóllate el culito de tu hermana delante de todos, que vean lo bien que se la metes a la putita de tu hermanita, y Marta venir aquí que me vais a comer la polla entre Marina y tu hasta que me corra en vuestras bocas”.
Se la saqué del culo a Marina, y me senté junto a su cara, mientras su hermano se ponía detrás de ella, y se la empezaba a follar por el culo. Marta me hizo caso, y acercándose hasta mí, se puso junto a Marina y entre las dos me empezaron a chupar la polla. Mario por su parte, se había venido con Marta y seguía dándola por el culo.
“Yo no voy a aguantar mucho más, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, me voy a correr, me corro, me corro, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH” – dijo Marina.
“Yo también me corro, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, tomar leche tías buenas, tomar mi leche” – las empecé a decir, con mi polla metida en la boca de Marina, me empecé a correr allí, la cual no dejó escaparse ni una gota. Pero en el momento que me terminé de correr, se empezó a besar con Marta, compartiendo mi corrida con ella.
“Joder que bien, me han quedado los dos pollones para mí solita” – dijo Marta, “venga follarme los dos”.
Javier se tumbó boca arriba en el suelo, Marta se puso encima suyo metiéndose la polla de este por el coño, y a los pocos segundos Mario ya se la estaba follando por el culo. Ni dos minutos después Marta empezó a correrse.
“AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, me corro, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHH, me corro, SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que corrida más cojonuda, que pollones tenéis” – decía Marta corriéndose mientras los chicos se la seguían follando.
“Yo también me voy a correr joder” – dijo Mario.
“Y yo también” – dijo Javier.
Le sacaron las pollas a Marta, y Mario la puso de rodillas delante de su polla, metiéndosela allí con la clara intención de correrse en su boca. Javier por su parte, cogió a su hermana y arrodillándola delante de su polla se la empezó a meter en la boca.
“Venga Marina, cómeme la polla delante de todos, que vean cómo te tragas la leche de tu hermanito pequeño, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, toma leche, toma leche, AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH” – y terminó corriéndose Javier en la boca de su hermana, que se fue tragando lo que buenamente pudo.
“Vamos Marta, toma leche calentita, toma, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, me corro, que pasada, que bien la chupas” – dijo Mario corriéndose también en la boca de Marta.
Cuando terminamos todos, nos quedamos sentados entre los sofás y el suelo algunos.
“Joder que pasada, que bien me lo he pasado” – dijo Héctor, “sois geniales”.
“Vosotros también” – le contestó Eva.
“Vamos a tener que ducharnos un poquito, para refrescarnos y limpiarnos, y después comemos algo” – dijo Raquel.
Fuimos pasando todos por los baños, para limpiarnos, y cuando terminamos nos fuimos repartiendo entre las sillas los sofás con platos, e íbamos picando de lo que habíamos preparado, mientras hablábamos de un montón de cosas distintas. Entre ellas muchas del crucero. Los que no habían venido al crucero empezaron a decir que al año siguiente venían con nosotros. Poco a poco fuimos terminando de comer, sobró comida que decidimos dejar por allí, por si a alguno le apetecía picar algo en un momento determinado. Pero empezamos a recoger todos los platos, que en realidad era tirarlos a la basura ya que eran de plástico así como los cubiertos. A mi mujercita y a mí, que no nos gusta complicarnos. Cuando todo estuvo más o menos recogido y en orden, me fui a la cocina para lo yo llamaba el postre. Abrí la nevera y saqué un par de botes de nata montada, y los llevé para el salón donde el resto se había sentado en los sofás y en las sillas que por allí había. Con todas las historias que nos habíamos ido contando unos y otros acerca de cómo empezamos en este mundillo, y de las fiestas que nos habíamos montado en nuestras vidas, la verdad que uno que necesita poco para calentarse pues se calentó un poco más de lo normal, de ahí los botes de nata.
“Bueno, no es por nada, pero yo voy a empezar con el postre. ¿Alguna voluntaria?” – les dije a todos según llegué de la cocina. Se empezaron a reír.
“Joder estas salido cariño, con los polvos que nos hemos pegado hoy y mira como llevas la polla otra vez” – me dijo Raquel. Y es que, llevaba un empalme considerable.
“Oye, que no soy el único mira cómo van todos” – la contesté haciéndola ver que todos llevaban un empalme considerable.
“UUUUUUUFFFFFFFFFFFFF, tu déjale cariño, además con lo bien que come el coño, yo me ofrezco de postre. Anda ven aquí Jorge” –dijo Eva, bajándose del sofá y tumbándose en el suelo abriéndose de piernas.
“Déjame uno de los botes” – me dijo Mario. Se lo pasé, y haciendo bajar a Marta de una de las sillas en las que estaba, la tumbó también en el suelo y empezó a llenarla las tetas de nata, y un poco el coño también. Yo por mi parte, la había puesto un poco de nata a Eva en las tetas, y la había llenado bien el coño de nata. Cuando acabé le pasé el bote a Luis, que empezó a hacer lo mismo con mi mujer que se había abierto de piernas en el sofá junto a Marina, que también estaba abierta de piernas, y ya estaba recibiendo una buena ración de lengua en su coño por parte de Héctor.
“Es que a mí no me gusta la nata” – había dicho Héctor antes de empezar a comerla el coño a nuestra vecinita.
“Pues a mí me encanta” – dijo Javier, llenándola bien las tetas de nata a Patricia, y también el coño, y lanzándose sobre ella para devorarla.
Estuvimos todos comiéndonos las tetas y los coños de las chicas, la clara intención que teníamos era hacerlas correr, sin llegar a follárnoslas. Los gemidos de las chicas y los comentarios se sucedían por todas partes, mientras nosotros no apartábamos nuestras bocas de sus cuerpos.
“AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, pero que bien comes el coño cabrón, que bien mueves la lengua” – le estaba diciendo Marina a Héctor, mientras se pasaba las manos por las tetas.
“Sigue así, sigue así yogurín, pero que bien lo haces OOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH” – comentaba Patricia con la lengua de Javier recorriendo todo su cuerpo, ya que iba de una teta a la otra, y de ahí a su coño, en el que se entretenía, mientras también aprovechaba a meterla un dedo en el culo.
“OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que bien Luis sigue así, eso méteme un par de dedos en el culo, que me encanta, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH” – le indicaba mi mujer a Luis, encantada con el tratamiento que la estaba dando.
“Eso cómeme las tetas, no pares” – estaba diciendo Marta, que ya la habían comido toda la nata del coño y la estaban limpiando las de las tetas.
“AAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que bien lo haces Jorge, no pares, pero que bien comes el coño” – me decía Eva, con mi lengua centrada en su clítoris y un par de mis dedos metidos en su coño.
Seguimos comiéndolas el coño hasta que empezaron a correrse todas ellas.
“SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, pero que bien me has comido el coño cabrón” – me dijo Eva, corriéndose y dejándome toda la cara llena de sus jugos.
“Ha sido un placer Evita, me encanta comerte el coño y como te corres cuando lo hago” – le contesté yo.
“Joder con el niño, que me va a hacer correr ya, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, me corro, que me corro, joder Javier, que corrida más buena” – dijo Patricia corriéndose con la lengua de Javier todavía metida en su coño, y tratando de chuparla y dejarla lo más limpia posible.
“Que bien sabes Patricia, como me ha gustado comerte el coño” – le dijo Javier a Patricia.
“AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, si vamos que yo también me voy a correr, me corro, méteme un par de dedos en el culo Luis, sigue así, me corro, OOOOOOHHHHHHHHH que bueno” – se acabó corriendo mi mujer con un par de dedos de Luis en el culo, y la boca de este bien pegada a su coño.
“UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFF, que pasada Raquel, que forma de correrte” – la dijo Luis.
“Vamos Héctor, sigue así, que me vas a hacer correr a mí también, cómeme el coño bien, así no pares, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH” – le dijo Marina a Héctor, que mientras la comía el coño y la hacía correr no se soltaba de sus tetazas, y es que son una pasada, tienen un tacto increíble.
“Joder tía, como te has corrido, y que cachondo me has puesto con este pedazo par de tetas que tienes” – le contesto Héctor, agarrándola bien de las tetas pellizcándola los pezones y enseñándola lo dura que tenía la polla, tras haberla comido el coño.
“Venga Mario, no te cortes méteme la mano entera en el coño, mientras me comes el clítoris” – le dijo Marta a Mario, que todavía no había conseguido que se corriera. Pero obedeciendo a Marta empezó a intentar hacer lo que le pedía.
“Joder tía, que pedazo de coño que tienes como se traga cuatro deditos” – contestó Mario, mientras que seguía chupándola el clítoris, lo que provocó que Marta terminara por empezar a correrse.
“SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, que bueno, AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, que bueno tío, muchas gracias, me lo estoy pasando genial follando con todos vosotros hoy” – dijo Marta, que se la notaba que se lo estaba pasando genial.
Se fueron relajando todas, mientras nosotros nos fuimos levantando enseñándolas lo empalmados que estábamos todos. Yo acabé por coger uno de los botes de nata y tras levantar a las chicas del sofá me senté en uno de ellos, y me embadurne la polla de nata.
“Bueno chicas ahora os toca el postre a vosotras” – les dije.
“Vaya atracón de lácteos nos vamos a pegar hoy. Entre la nata montada y la leche condensada que seguro que nos vais a dar luego” – nos dijo Eva, sonriendo y arrodillándose delante de mí, para comerme la polla.
Javier se sentó a mi lado, y siguiendo el mismo proceso que yo, esperó a que Patricia se pusiese a chuparle la polla tal y como lo estaba haciendo Eva con la mía.
“Vamos Patricia, que yo creo que te encanta la repostería” – le dijo Javier, con su polla ya llena de nata y viendo como Patricia se la empezaba a chupar.
“UUUUUUMMMMMMMMM, deliciosa” – le dijo a Javier.
En el otro sofá se habían sentado, Mario, y Héctor, con el otro bote de nata y también se habían llenado las pollas de nata.
“Menudo empacho de polla-nata que voy a coger hoy” – dijo Marta, metiéndose la polla de Mario en la boca.
“No vas a ser la única” – dijo Marina, comiéndose la polla de Héctor.
Mi mujer y Luis estaban tumbados en el suelo, con mi mujer tragándose la polla de Luis hasta las amígdalas.
“No quieres un poco de nata cariño” – le dije ofreciéndola el bote que teníamos en nuestro sofá.
“Un poco quizá” – me contestó, agarrando el bote y vaciando lo que quedaba en la polla y los huevos de Luis.
“Joder que bueno, que cachondo me estas poniendo” – le dijo Luis a mi mujer, en el preciso instante en el que esta se volvía a meter la polla de este en la boca.
Nos estuvieron comiendo la polla y las pelotas a todos, dejándonos bien limpios, la verdad que era una pasada ver las ganas que estaban poniendo todas comiéndonos las pollas, y dejándonos los huevos bien limpios también. La verdad es que teníamos las pollas a reventar, y también nos apetecía empezar a follárnoslas a todas.
“Joder, yo no aguanto más” – dijo Javier, haciendo que Patricia le dejase de chupar la polla se levantó subiéndola en el sofá y poniéndola a cuatro patas se la empezó a follar, metiéndola su polla por el coño, “que ganas tenía de follar joder, no aguantaba más sin meterte la polla”.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, menudo pollón tienes Javier, que gozada, como me gusta que me la metas” – le decía Patricia a Javier, que no dejaba de bombear su polla dentro del coño de Patricia.
“Pues si tú te follas a mi mujer, lo más justo es que yo me empiece a follar a tu hermanita” – le dijo Héctor a Javier, y levantando también a Marina y poniéndola en la misma posición que estaba Patricia. Se la empezó a meter en el coño, tal y como se estaba follando Javier a Patricia.
“Fóllatela bien, que la encanta, y si yo fuera tú, se la empezaba a meter un poquito por el culo” – le contestó Javier a Héctor.
“Eso métemela también por el culo, que me encanta que me enculen, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH” – acabó reclamando Marina, que se la notaba que estaba muy cachonda.
“SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pues toma polla por el culo” – le contestó Héctor, sacando su polla de su coño, y empezando a metérsela por el culo.
“Vamos Marta, empieza a follarme, que yo también quiero meterte la polla” – le dijo Mario a Marta, mientras este se tumbaba en el sofá metiéndose un poco por debajo de Marina, y empezando a chuparla ese precioso par de tetas que tiene, mientras Marta se levantaba y se empezaba a sentar sobre la pollaza de Mario metiéndosela en el coño.
“OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, madre mía, pero que pollón tienes Mario, tú y yo vamos a follar todos los días a partir de ahora. SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – le decía Marta a Mario, saltando sobre su polla, mientras Héctor también aprovechaba a agarrarla el pedazo par de inmensas tetas que tiene.
“Joder que tetorras tienes Marta” – le decía Héctor mientras la agarraba bien las tetas.
“Ven aquí Evita, que yo también tengo ganas de empezar a follar” – la dije a Eva, y tumbándola en el suelo, y abriéndola bien de piernas, me metí entre ellas, y la metí la polla en el coño, “pero que coñito más jugoso y agradecido tienes tía, como me gusta follarte”.
“Y tu que polla más dura tienes, me encanta que siempre esté disponible para follarnos de puta madre” – me contestó Evita.
“Vamos con ellos” – le dijo Luis a mi mujer, que girándose se puso encima de Eva, en la posición del 69, y dándola a probar su coño, también empezó a comerse el coño de Eva, mientras yo me la estaba follando. Luis llegó por detrás y empezó a meterla su polla por el culo.
“Eso por el culo, SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que cachonda voy últimamente, siempre con ganas de que me la metan por el culo” – decía mi mujer. Que también de vez en cuando aprovechaba a sacar mi polla del coño de Eva y a chupármela.
“OOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHH, madre mía Raquel como me gusta metértela por el culo, me encanta agarrarme a tu culo y follártelo” – le decía Luis a mi mujer follándosela bien fuerte.
Así estuvimos un buen rato, follándonoslas a todas.
“Vete preparando Patricia que yo te la tengo que meter por el culo” – la dijo Javier.
“Tu méteme ese pollón duro como una piedra por donde te apetezca, pero métemela que me voy a volver a correr en breve” – le contestó Patricia.
“Y yo me voy a correr contigo, te voy a dar toda la leche que quieras y donde la quieras” – le dijo Javier.
“Joder todo el mundo metiéndola por el culito. Pues yo no voy a ser menos” – dije. Y sacándola mi polla del coño a Eva, y tras metérsela a mi mujer un poco en la boca para que me la pusiese más dura si eso era posible. Raquel apuntó mi polla al culo de Eva, y tras un simple empujón me entro hasta el fondo de su culo.
“Eso fóllatela bien por el culo, que mira el cabrón de su marido como me está dando por culo a mí” – me dijo Raquel.
“Eso métemela hasta el fondo Jorge, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII” – me decía Eva.
“Pero que culo tienes Marina, me voy a correr, que cachondo me tenéis entre todos hoy cabrones, me corro, AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – dijo Héctor sacándola su polla del culo a Marina y tras girarla y metérsela en la boca allí que la echó toda la leche que pudo.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, pero que buena que corrida más buena” – le dijo Marina a Héctor.
“OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, cariño yo también me corro, me corro, como necesitábamos una fiesta de esta, que cachondos estábamos” – dijo Patricia corriéndose a la vez que lo había hecho su marido.
“Ven aquí hermanita que nos han dejado libres estos dos, y te la voy a volver a meter por el culo” – le dijo Javier a su hermana.
“Venga cabrón, vuelve a meterme ese pollón por el culo, que me tenéis cachonda perdida entre todos vosotros, y solo quiero follar por donde sea, y que me la meta cualquiera” – le contestó Marina a su hermano, cuando se terminaba de subir al sofá, y preparándose para recibir el pollón de su hermano que ya estaba en posición de ataque.
“Joder pero que culo tienes tía” – le dijo Javier a su hermana empezando a metérsela por el culo, “como me gusta metértela en el culo, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH”.
“AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que pollón tienes, si lo llego a saber que me lo iba a pasar tan sumamente bien con tu polla. OOOOOOHHHHHHHH, hace años que te había pedido que me follaras cabronazo” – le dijo Marina a Javier, que no paraba de gemir, recibiendo los pollazos de su hermano en el culo. El cual tenía la polla increíblemente dura.
“Venga Marta, ponte a cuatro patas que eres la única que de postre no ha recibido enculada” – le dijo Mario riéndose. Marta no se hizo rogar mucho y se levantó para ponerse a cuatro patas en el sofá esperando el pollón de su nuevo amigo.
“Estas tardando Mario. AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, JOOOOODDDDEEERRRRRR, pero que pollón tienes tío, vamos métemela en el culo todo lo duro que puedas que me lo estoy pasando genial con tu pollón hoy” – le animaba Marta a Mario, a que se la follara más duro.
“Joder Raquel, me vas a hacer correr como siempre con mi polla metida en tu culo. AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro” – le dijo Luis a mi mujer.
“Yo también me corro, me corro, Luis, eso lléname el culo con tu leche que ahora se la va a tragar toda tu mujercita” – le dijo Raquel, que tras recibir toda la corrida de Luis en su culo y que este le sacara la polla del culo, se puso en cuclillas sobre la boca de Eva, haciendo que esta se tragara toda la corrida de su marido que la salía del culo.
“Yo también me voy a correr hermanito, vamos córrete conmigo, lléname la boca con tu leche de nuevo, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que corridón me estoy volviendo a pegar, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH” – no paraba de decir Marina que se la veía que estaba teniendo un orgasmo impresionante.
“Pues toma leche hermanita” – y sacándola su polla del culo, la giró y haciendo que abriera la boca, la metió su pollón en ella, “vamos trágatela toda, no dejes nada, que vean todos como te gusta tragar leche, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, toma corridón”.
Javier terminó por correrse llenándola su boca con su corrida.
“Que buena está, como me gusta la leche de macho ibérico” – dijo Marina, tragándose toda la corrida de su hermano.
“Mierda como me habéis puesto cabrones, que morbazo veros follar, me vais a hacer correr, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, OOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH” – les dije a todos, y sacando mi polla del culo de Eva, me puse de pie, y cogiendo a mi mujer por la cabeza, y que seguía de cuclillas sobre la cara de Eva, la empecé a meter mi polla en la boca, donde me corrí.
“Toma leche cariño, trágate la leche de tu amorcito, AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – la decía yo a Raquel, corriéndome de una forma increíble, y es que me había puesto muy cachondo toda la orgía que nos habíamos montado.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me vuelvo a correr, pero que pasada de tarde, me corro de nuevo, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH” – le dijo Marta a Mario, que seguía dándola por culo.
“Yo también me corro, me corro, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que gustazo, menudo culazo tienes Marta” – le dijo Mario a Marta, llenándola el culo de leche.
Nos quedamos todos más o menos tirados donde estábamos tratando de recuperarnos del pedazo de orgía que nos acabábamos de montar entre todos.
“UUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF, que pasada, chicos sois geniales, que forma de follar y que fiesta más cojonuda, muchas gracias por invitarnos” – dijo Héctor que seguía agarrándose la polla, y trataba de recuperarse.
“Sí la verdad, es que ha sido una pasada, yo me lo he pasado genial también” – dijo Mario, que había abrazado a Marta, y la estaba agarrando una teta, “y sobretodo, gracias por presentarme a este pedazo de mujer”.
“Lo mismo digo, sois la leche todos, y muchas gracias por presentarme a este pollón andante tan encantador” – dijo Marta agarrándole la polla a Mario.
“Vosotros sí que sois la ostia, nos encanta follar con todos vosotros, es una alegría teneros a todos aquí, y nos lo hayamos pasado tan bien todos” – dije yo.
“Eso y que sepáis que siempre que necesitéis de nosotros, solo tenéis que llamarnos” – terminó por decir mi mujer, “pero vamos procurar que tenga relación con el sexo”.
Todos se empezaron a reír con el último comentario de mi mujer, y poco a poco se fueron levantando, unos a coger algo de beber, algunos a coger algo de comer, y otros a lavarse un poco en el baño, como Eva y Luis, que nos informaron de que se tenían que ir prácticamente ya, puesto que al día siguiente tenían que levantarse pronto para una comida familiar, y no querían ir a la misma muertos de cansancio y sin apenas haber dormido.
“Bueno, nosotros nos duchamos y nos vamos a ir” – dijo Luis.
“Es una pena que no os podáis quedar un poco más” – les dijimos todos.
“Ya, pero es lo que hay” – contestó Eva.
“Yo me voy con vosotros, así me dejáis en casa” – dijo Marta.
“¿No me digas que tú también te vas? Si es por el transporte yo te llevo” – dijo Mario, que se le veía que le había encantado Marta, y no quería que se fuera.
“Me quedaría también pero mañana me tengo que levantar también temprano, y no quiero acostarme demasiado tarde. Pero vamos, si me quieres llevar por mi encantada, así ya te aprendes el camino de mi casa, para que vengas a follarme siempre que quieras” – le contestó a Mario con una sincera sonrisa.
“Pues me parece que yo también me voy a tener que ir chicos” – dijo Mario, dándonos a entender que se iba a dejar a Marta.
“Es decir, ¿Qué nos dejáis a los chicos del barrio solos?” – les dije.
“Eso parece” – nos contestaron las dos parejitas.
Se fueron duchando, y cuando salieron de la ducha se empezaron a vestir, una vez arreglados, todos nos levantamos para despedirnos prometiéndonos estar en contacto para repetirlo de vez en cuando, y si pudiese ser con María y Jesús mucho mejor. Una vez, se fueron nos dejaron a las otras tres parejas hablando de todo un poco, mientras íbamos comiendo un poco de lo que había quedado. Estábamos todos muy a gusto, hablando de distintas cosas, y estando todos desnudos, disfrutando de nuestros cuerpos. A eso de las doce de la noche, Marina dijo que ellos deberían irse a su piso.
“Porque, si Papá y Mamá no están aquí y no van a venir en toda la noche, nos podemos quedar aquí con ellos” – contestó su hermano.
“En eso tiene razón, si os queréis quedar aquí a pasar la noche por nosotros no hay problema” – les dije.
“Es más, si vosotros también os queréis quedar a dormir, lo podéis hacer” – les dijo mi mujer a Patricia y Héctor.
“Pues si no os importa, nos quedamos. No vaya a ser que nos perdamos algo” – contestó Héctor, mientras nos empezamos a reír todos.
“Bueno vamos a recoger todo, y ordenar un poco esto” – dijo mi mujer. Nos fuimos levantando todos, y empezamos a recoger todo, llevando las cosas que habían sobrado a la cocina, y poniendo las cosas en su lugar. Los sofás en su sitio y las mesas también.
“Al final, el desastre no parece tan grande” – dijo mi mujer, una vez estuvo recogido todo, a lo que todos estuvimos de acuerdo.
Nos sentamos en los sofás y empezamos a ver una película, una comedia bastante divertida con la que todos nos lo pasamos muy bien, con las situaciones ridículas que se estuvieron sucediendo. Cuando terminó la película seguimos hablando y comentado las situaciones de la misma, riéndonos un montón.
“Bueno habrá que ir pensando en irse a dormir” – les dije a todos, levantándome del sofá en el que estaba.
“¿Cómo nos vamos a ir dormir sin un último revolcón?” – dijo Javier, agarrándose la polla.
“Mira el jovencito, no ha tenido suficiente” – dijo Patricia, que estaba sentada entre él, y su marido, y alargando un poco los brazos les agarró a ambos las pollas, que se empezaron a empalmar rápido.
“Pues por mí, encantado” – dije acercándome de nuevo al sofá del que me acababa de levantar, y quedándome entre mi mujer y Marina, me empecé a masturbar, “bueno quien quiere empezar a chuparme la polla”.
Lo hicieron las dos al mismo tiempo, una se la metía en la boca y la otra me chupaba los huevos y se iban alternando.
En el otro sofá no paraban de meterla mano a Patricia, Javier la estaba sobando bien el coño mientras su marido la tocaba las tetas. Ella por su parte no soltaba las pollas de sus compañeros de sofá que ya parecían empezar a estar increíblemente duras.
“Nosotras dos pegándonos por una polla y mira a Patricia” – dijo mi mujer que se levantó y se fue al otro sofá, se arrodilló delante de Héctor y se metió su polla en la boca.
“Joder que bien la chupas Raquel” – le dijo Héctor.
“Y tu que polla más dura que tienes Héctor” – le contestó Raquel, volviendo a meterse la polla de este en la boca.
“Ven aquí Patricia que te vuelva a meter la polla en ese precioso y mojado coñito que te gastas” – le dijo Javier a Patricia, que se subió encima de él, empezando a meterse su polla en el coño.
“AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que polla más dura y grande tienes Javier, como me gusta que me la metas, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH” – le dijo empezando a botar sobre su polla.
“Mira que dura me tienes la polla Marina, me encanta que me la chupes vecinita, me pones a cien, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, vamos chúpame las pelotas también, así, así” – le decía a Marina mientras me estaba haciendo una mamada espectacular, me lo estaba pasando en grande, y más con las vistas que tenía desde arriba de sus impresionantes tetas.
“Pero que polla más dura tienes Jorge, me encanta chupártela cuando se te pone así de dura, UUUUUUUMMMMMMMMMM, y encima está buenísima” – me dijo mirándome a la cara y guiñándome un ojo, volviendo a meterse y sacarse mi polla de la boca.
“Vamos Raquel, déjame que te la vuelva a meter, que más dura por mucho que me la chupes va a ser difícil que se ponga” – le dijo Héctor a mi mujer, la cual se levantó y se empezó a sentar sobre la polla de Héctor dándole la espalda, y metiéndose la polla de Héctor en el coño, mientras este se agarraba a su culo, y la iba dando azotitos.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que polla más dura tienes Héctor, tanto te pone follarme, venga dame azotes, que me encanta mientras me meto tu polla” – le decía Raquel subiendo y bajando sobre su polla.
“Me pones a mil Raquel, tienes un polvo impresionante, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHH” – le contestó Héctor a mi mujer, siguiendo agarrándose a su culo, mientras esta se lo follaba.
“Ven aquí Marina, déjame que te la vuelva a meter” – la dije a nuestra vecina, mientras la levantaba, y la ponía a cuatro patas en el sofá, acercándome por detrás a ella, y empezando a follármela desde atrás metiéndola mi polla en el coño, y un par de dedos en el culo, ya que lo que me apetecía era follarme bien su culo, que se veía que lo tenía bien abierto.
“Joder que polla más dura tienes Jorge, AAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, no pares sigue así” – me dijo Marina.
“Venga ponte a cuatro patas en el sofá que vea tu marido como te metes mi polla por el culo” – le dijo Javier a Patricia, poniéndose a cuatro patas en el sitio en que estaba el sentado.
“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, joder pero que pollón tienes y encima con lo dura que se te ha puesto, OOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, me está perforando el culo de una forma genial” – le estaba diciendo Patricia a Javier, una vez este empezó a follársela por el culo.
“Pues si a mi mujer se la meten por el culo, yo voy a tener que hacer lo mismo” – dijo Héctor poniendo a mi mujer junto a Patricia, y empezando a darla por culo.
“Joder, que dura tienes la polla tú también Héctor, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, que bien me la estas metiendo” – le decía Raquel a Héctor, una vez que este ya se la estaba empezando a follar.
“Ya que estamos todos, tu no vas a ser menos, verdad Marina” – la dije a la vecina, y sin más historia la saqué la polla del coño, y se la empecé a meter por el culo.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero como me puede gustar tanto que me la metan por el culo. No pares Jorge, por lo que más quieras” – me decía Marina con mi polla entrando y saliendo ya de su impresionante trasero.
“Anda Jorge trae a mi hermanita para aquí, y las ponemos a las tres juntas” – me dijo Javier.
“OK, para allí que vamos” – le respondí, sacándosela del culo a Marina y llevándola para el sofá donde estaba el resto y poniéndola al lado de Patricia, volví a metérsela por el culo.
“No es por nada chicos, pero menudos tres culazos tienen estas tres” – les dije yo, fijándome en como los otros se estaban follando los culos de mi mujer y de Patricia.
“Si os apetece hasta podéis ir cambiando” – nos dijo, Raquel.
“No es mala idea, venga vamos” – dijo Héctor, que se la sacó a mi mujer, Javier se la sacó a Patricia, y yo se la saqué a Marina. Javier se puso detrás de mi mujer empezando a darla por el culo, yo hice lo mismo con Patricia, y Héctor empezó a encargarse del culito de Marina.
“Pero que pedazo de pollón tienes Javier, y que dura la tienes, es una pasada. AAAAAAAHHHHHHHHHHHH, como me gusta que me des por culo que semejante trasto” – le dijo Raquel a Javier, cuando se la empezó a meter por el culo.
“Venga anfitrión no te cortes un pelo, y fóllame el culo todo lo fuerte que puedas, que me encanta, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHH, si así, que dura la tienes Jorge” – me dijo Patricia, cuando ya empezaba a bombear dentro de su culo.
“OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, Héctor, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, sigue no pares, dame duro, con ese pollón tan duro que te gastas tú también” – le decía Marina a Héctor, que se lo estaba pasando en grande dando por culo a la jovencita.
Al rato de estar dándolas por culo, decidimos volver a cambiar. Yo me fui a dar por culo a mi mujercita, Javier se la empezó a meter por enésima vez a su hermana, y Héctor se ocupó de su mujer.
“Pero que culazo tienes cariño, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que pasada de culo tienes, como me gusta” – la decía yo a mi mujer.
“Que dura te la han puesto estas dos guarras cariño, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, y como sigas follándome de esta forma me vas a hacer correr enseguida” – me decía Raquel, “me corro, JJJOOOOODDDDEEEERRRRR, que me corro, cariño, pero que bien me estáis follando hoy entre todos”.
“Yo también me corro, me corro” - empezó a decir Marina, “AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH pero que bien me estás dando por culo hoy hermanito, menudo pollón tienes”
“Cabrona, me vas a hacer correr a mí también, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro” – la dijo Javier, sacándola su polla del culo y corriéndose en su espalda dejándola toda llena de su leche.
“Yo también me corro, cariño, pero que culo tan impresionante que tienes, AAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro” – la dije a mi mujer sacándosela del culo y corriéndome también en su espalda, y dejándosela tan llena de leche como se la había dejado Javier a su hermana.
“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, me corro cariño, me corro, SSSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – le dijo Patricia a Héctor.
“Yo también me corro, toma leche cariño, toma toda mi leche” – le dijo Héctor, empezando a correrse en su espalda tal cual lo habíamos hecho Javier y yo.
Nos quedamos relajados todos, las chicas se empezaron a levantar y fuimos pasando todos por la ducha, sobre todo ellas lo necesitaban ya que las habíamos dejados perdidas con nuestra leche. Cuando salimos de la ducha, ya sí que todos estuvimos de acuerdo que era hora de irse a dormir. Nosotros solo tenemos dos habitaciones y nos teníamos que organizar en ellas.
“Hombre yo creo que es justo, que yo al ser el anfitrión comparta la cama con dos bellezones” – les dije a todos, con una sonrisa, y tratando de aprovecharme de la situación.
“Es verdad, a mí me parece que también sería justo que yo al ser la anfitriona me dejarais a dos machotazos” – dijo mi mujer también.
“Venga, tenéis razón, Marina y yo nos vamos a dormir con Jorge, y vosotros dos iros a dormir con Raquel” – dijo Patricia. Todos estuvieron de acuerdo, por lo que yo agarré los culos de Marina y Patricia y me los llevé para el cuarto de invitados donde nos tumbamos en la cama con la clara intención de dormir, eso sí, las abracé a ambas agarrándome bien a sus tetas, mientras ellas me cogían de la polla y los huevos respectivamente.
Mi mujer, por su parte, cogió a los dos chicos por las pollas y se los llevó a nuestra habitación donde los dos se tumbaron uno a cada lado de mi mujer, agarrándola una teta cada uno mientras ella les tocaba las pollas.
Debido al cansancio y a los polvos que habíamos estado pegando durante todo el día, no nos dedicamos a follar entre nosotros toda la noche, sino que prácticamente al tumbarnos nos fuimos quedando dormidos, a pesar de lo apretaditos que estábamos.
Yo no sé el resto de la gente, pero yo dormí de maravilla, a pierna suelta, teniendo en cuenta que nos acostamos a la una de la mañana y que cuando me desperté eran las once de la mañana, y me desperté porque alguien llamó a la puerta. A pesar de que teníamos todas las puertas cerradas conseguí oír la puerta. Las otras dos chicas que estaban conmigo en la cama ni se enteraron y seguían durmiendo a pierna suelta. Me salí de la cama, sin moverlas mucho, y me dirigí a abrir la puerta, al pasar por el salón me puse un bañador que tenía tirado por allí, y fui a abrir la puerta.
“¿Quién es?” – pregunté, mirando por la mirilla.
“Soy Virginia” – me dijo nuestra vecina de arriba, que lo mismo venía a cobrarse una ración de carne por el ruido que la estuvimos montando el día anterior. Abrí la puerta y la dejé entrar.
“Hola Virginia, ¿Qué tal estas? ¿Y que se te ofrece?” – la pregunté, mientras me empezaba a quitar otra vez el bañador, ya que ella había visto todo lo que había que ver. Ella venía con una camiseta ancha de estar por casa, y un pantalón corto también bastante amplio.
“Nada tío, que se me ha caído una camiseta y necesito que me la des” – me dijo, mirándome la polla, cuando terminé de quitarme el pantalón.
“¿Se te ha caído o lo has tirado?” – la pregunté.
“No, se me ha caído, que estaba tendiendo la ropa y se me ha caído. Además aunque me apetece quedarme no lo puedo hacer, que mi marido se ha ido a jugar al golf y me recoge a la una para ir a comer a casa de sus padres, y todavía tengo que terminar de tender” – me contestó.
“Bueno como tú digas” – me dirigí a coger lo que me pedía, con ella siguiendo dentro de la cocina. En el momento que lo cogía miré para arriba, y vi que tenía todo tendido. Lo único que la debía de quedar era esa camiseta, “pero, serás golfa si lo único que te queda por tender es esta camiseta. ¿Seguro que no te quieres quedar un rato? ¿Qué hasta la una todavía quedan casi dos horas? Además seguro que nuestros amigos estarían encantados de que les hicieras un favorcillo”.
“No me tientes tío, que anoche me pusisteis a cien” – me contestó ella.
“Buenos días” – dijo Héctor, metiéndose en la cocina totalmente desnudo en el momento que giraba por la puerta, pensando que yo estaba con alguna de las otras dos chicas, ya que Javier y Raquel, seguían totalmente dormidos en la habitación, “Joder, Virginia, que haces tú aquí” – se sorprendió Héctor al ver a Virginia, y trató de taparse la polla.
“Joder, Héctor” – dijo Virginia, y se quedó alucinada al verle entrar, al igual que yo, al darme cuenta que se conocían.
“¿Ya os conocéis?” – les pregunté a ambos.
“Sí, Héctor es uno de los mejores amigos de mi hermano” – dijo Virginia.
“Eso lo explica todo” – la contesté yo. Héctor seguía sin saber dónde meterse, “Virginia es nuestra vecina de arriba, y ha venido a coger una cosa que se la había caído tendiendo” – le expliqué.
“Mírale, se ha quedado todo cortado. ¿Qué haces desnudito Héctor?” – le preguntó Virginia con una medio sonrisa en la boca.
“EEEEEEEEHHHHHHHHHH” – no sabía que responder Héctor, hasta que cayó en la cuenta de que yo también estaba desnudo, “joder, me parece que tengo poco que explicarte, porque Jorge también va desnudo y no te veo muy escandalizada por ello”.
Nos empezamos a reír tanto Virginia como yo, porque la reacción de Héctor fue de lo más normal.
“Alguna vez que se ha unido a nosotros aquí la vecina” – le dije a Héctor, “por lo que si quieres te puedes dejar el trasto al aire libre”.
“Si, pero menudo corte, luego cuando me la encuentre por ahí” – me dijo Héctor como negándose a descubrir su desnudez.
“No te preocupes, si quieres la quitamos la ropa, y así estáis igualados” – le dije a Héctor, y acercándome a Virginia para tratar de quitarla su camiseta.
“¡Oye, tu!” – me dijo Virginia revolviéndose, “que yo solo he bajado a por la camiseta”.
“Venga tontorrona, si lo estas deseando, además tú ya le has visto la polla a Héctor lo más justo es que le enseñes tus cositas a él. Además si te portas bien y lo haces, lo mismo hasta te follamos entre los dos” – le dije riéndome un poco de la situación a Virginia.
“Jorge eres un cabroncete, yo solo venía a por la camiseta y me subía. No me líes. Además el que apareció desnudito por aquí fue Héctor, yo no le dije que me enseñase nada” – me contestó Virginia.
“Pero chica ya que lo has visto, lo más justo sería que me enseñases algo tu a mí. Que además con el morbo que me está dando, mira cómo se me está poniendo la polla” – le dijo Héctor a Virginia, señalando su polla que se estaba empalmando
“Si, y luego se lo contarás a mi hermano, que me has visto desnuda. Que luego a los tíos estas cosas con tal de fardar se os escapan, a la más mínima oportunidad” – le dijo Virginia.
“Pues eso no te lo niego, lo mismo la próxima vez que Juan, se la esté metiendo por el culo a Patricia, le diré que su hermana tiene buenas tetas” – contestó Héctor, empezando a agarrarse la polla bastante dura que ya tenía, “además con el morbo que me has dado siempre Virginia, no sabes cómo me has puesto siempre”.
“Eso Virginia, mírale como tiene la polla, y mira cómo se me está empezando a poner la mía” – le dije, agarrándome la polla también.
“Que cabrones sois, al final me estáis poniendo muy cachonda. Y ¿con que a mí hermano también le gustan las fiestecitas estas? Si es que lo lleva en la sangre.” – dijo Virginia, “venga vamos al salón que no solo me vas a ver desnuda Héctor, me vas a tener que follar”.
“Te la voy a meter por donde tú quieras, tal y como hace tú hermano con Patricia” – dijo Héctor.
“Bueno, a todo esto, ¿a mí me dejaréis participar?” – pregunté yo.
“Desde luego, que yo voy a necesitar dos pollas, ya que estamos, lo hacemos a lo grande” – me contestó Virginia, abriendo camino cuando nos dirigíamos al salón.
Una vez, llegamos al salón se puso delante de uno de los sofás, donde nos hizo sentarnos, y una vez estuvimos sentados, empezó a quitarse la camiseta dándonos la espalda, la tiró en el otro sofá, y según estaba se giró tapándose las tetas con las manos, sin enseñárnoslas todavía. Nos estaba poniendo mucho más cachondos si eso era posible, las pollas las teníamos durísimas, o al menos yo la tenía que me iba a explotar. Se volvió a girar, y empezó a quitarse el pantalón que llevaba, para nuestra sorpresa debajo no llevaba nada, por lo que, aunque estaba de espaldas al estar agachada pudimos verla el coño.
“Joder que buena estás Virginia, ahora sí que te voy a tener que follar” – dijo Héctor, agarrándose la polla.
“Pues deja que te vaya preparando la polla” – le contestó Virginia, que agachándose delante de él, y descubriendo sus tetas, le agarró la polla y empezó a chupársela, “joder tío, ¿tan cachondo te he puesto que tienes la polla así de dura? Si llego a saber que se te iba a poner así, hace tiempo que te habría dejado follarme”.
“Es que menudo morbo, con las ganas que te he tenido de siempre. Sino pregúntaselo a tu hermano en cuanto le veas” – le dijo Héctor.
“Pues yo no le ando corto, que me estas poniendo muy cachondo vecinita” – la dije a Virginia, que dejó de chupársela a Héctor y empezó a chupármela a mí.
“Sí que se te ha puesto dura cabrón. Anda Héctor, no decías que me ibas a follar, pues estas tardando” – le dijo Virginia a Héctor, que se levantó del sofá y poniéndose detrás de ella, se agarró la polla, y apuntado a su coño, por allí que se la empezó a meter.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, pero que coñito más mojado y apretadito que tienes, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH” – dijo Héctor cuando se empezaba follar a Virginia.
“SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, sigue así Virginia, sigue comiéndome la polla de esa forma” – le decía yo a nuestra vecinita, que la estaba chupando de maravilla, metiéndose mi polla en la boca hasta las pelotas.
“UUUUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMM, pero que bien me estas follando Héctor, y que bien sabe tu polla Jorge. AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, pero que duras tenéis las pollas los dos” – nos decía Virginia. Estuvimos un buen rato follándonosla en esta postura, cuando a mí también me apetecía metérsela.
“¿Quieres que te la metamos los dos al mismo tiempo?” – la pregunté a Virginia.
“Si venga, métemela tu por el coño, y que el cabrón del amigo de mi hermano, me la empiece a meter por el culo, que seguro que lo está deseando” – nos dijo ella, por lo que me levanté del sofá, me tumbe en el suelo, y ella después de que Héctor se la sacase del coño, se sentó sobre mi polla y se inclinó sobre mí, se la metí en el coño y me empecé a comer sus tetas, mientras que Héctor se agachó detrás de ella, y apuntando su polla a la entrada de su culo, empezó a empujar metiéndosela allí, sin ningún tipo de problema.
“JJJJJOOOOODDDDDDEEEEEEEERRRRRRRRRRRRR, que bueno, si venga follarme, no paréis, que bueno, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – empezó a gritar Virginia con la doble penetración que la estábamos pegando, por lo que terminó por despertar al resto.
“Pero que jaleo es este” – dijo Javier, abriendo camino delante de las chicas.
“Joder Virginia” – dijo Patricia, toda sorprendida nada más ver a la hermana de su amigo, como estaba siendo follada por nosotros.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, hola a todos, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien me están follando estos dos, venga uniros a nosotros” – dijo Virginia, que ya estaba cachonda perdida, “pero dejarme a estos dos para mí, que me están follando de maravilla, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, seguir así, follarme duro”.
“Pues eso vamos a hacer” – dijo Javier, que se llevó a las chicas a uno de los sofás, se sentó en él, y Patricia, y su hermanita se arrodillaron delante de él, para empezar a comerle la polla, mientras que mi mujercita se subía de pie encima del sofá y abriéndose de piernas le puso el coño delante de la boca para que se lo empezase a comer.
“Joder Marina, poco has tardado en empezar a comerte el pollón de tu hermano. Si es que el otro día se te veía en la cara que te lo querías comer” – la dijo Virginia a Marina.
“¿Y qué esperabas con los espectáculos que me estuvisteis dando la semana pasada? Al final, tenía que probar este pollón” – contestó Marina. Virginia se empezó a reír, con la contestación y seguía disfrutando con nuestras pollas metidas en sus dos agujeritos.
“Y eso que todavía no ha visto lo bien que te entra por el culo” – dijo Raquel, que seguía con la lengua de Javier bien metida en su coño.
“Pues habrá que enseñarla como te da por culo tu hermanito” – dijo Patricia.
“Por mi encantado” – contestó Javier, apartando la boca del coño de mi mujer.
“Pues estas tardando, hermanito” – le animó Marina.
“Venga dejarme sitio” – dijo Javier, Raquel se apartó, y cuando este dejó su sitio en el sofá, lo ocupó ella abriéndose de piernas para que Marina la empezase a comer el coño. Patricia se subió al sofá y de cara a todos nosotros se sentó sobre la cara de mi mujer para que la empezase a comer el culo y el coño. Javier por su parte, se situó detrás de su hermana, y apuntando su polla increíblemente dura a la entrada del culo de su hermana, por allí que se la empezó a follar.
“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que pollón tienes Javier, como me gusta que me des por culo, OOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH” – le dijo Marina, en el momento que Javier la empezó a dar por culo.
“Pero que zorra eres Marina, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, como te lo vas a pasar pudiendo follarte semejante pollón siempre que quieras” – la dijo Virginia.
“Tranquila que te dejaré un poquito, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bien Javier” – contestó Marina.
“Y si no, tampoco te preocupes Virginia, que ya me encargaré yo de que tu hermano te la meta por el culo a ti también. Ya verás, que pedazo de polla tiene también” – la dijo Patricia a Virginia, guiñándola un ojo, “a mí me encanta cuando me la mete por el culo”.
“Que os lo habéis creído, yo no sé si sería capaz de dejarme follar por el cabronazo de mi hermano” – contestó Virginia.
“Pues tiene un señor pollón y folla de puta madre. Tú te lo pierdes sino te lo follas” – le insistió Patricia.
“Si Virginia no quiere nos lo presentáis a nosotras” – dijo mi mujer, con la clara intención de calentar más a Virginia.
“Hacer lo que queráis, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien me están follando estos dos” – seguía diciendo Virginia, con nuestras pollas metidas en sus agujeritos, y con su coño completamente empapado.
“Pero que pedazo de culo que tienes Virginia, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, que cachondo me has puesto, mira que dura tengo la polla” – le decía Héctor, metiendo y sacando su polla del culo de la hermana de su amigo.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, hermanito, pero que pollón tienes como me gusta que me folles así, dame fuerte, métemela hasta el fondo” – le decía Marina a su hermano que se le notaba que estaba muy excitado también, ya que se estaba follando el culo de su hermanita a un ritmo impresionante.
“Pero que culazo tienes hermanita, SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, como me gusta follártelo” – le contestó este a su hermana.
“OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, joder me vais a hacer correr que cabrones, me corro, me corro, pero que bien me estáis follando” – dijo Virginia, soltando una cantidad de jugos impresionante con su corrida.
La dejamos libre, y tanto Héctor como yo nos levantamos y nos fuimos a por nuestras mujeres, yo cogí a Patricia, y Héctor cogió a Raquel, las pusimos en el sofá a cuatro patas, y apuntando nuestras pollas a sus culitos nos las empezamos a follar por el culo.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, Jorge, pero que polla más dura tienes, que dura la has tenido todo el fin de semana, me encanta como me estas follando, SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, dame duro” – me decía Patricia.
“Y tu menudo culito más abierto que tienes, me encanta metértela, y follarte duro, vamos a quedar mucho por aquí todos nosotros para follar a partir de ahora” – la contesté, y seguí follándomela a un muy buen ritmo.
“OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que pedazo de culo que tienes Raquel, como me pone metértela por el culo, mira como me tienes la polla de dura, con lo cachondo que estoy” – le decía Héctor a Raquel, mientras se agarraba a su trasero y seguía bombeando su polla dentro de él, al mismo tiempo que la empezaba a dar unos azotes.
“SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, vamos fóllame duro, con esa pedazo de polla tan dura que se te ha puesto, OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que bueno, que bien me lo estoy pasando todo el fin de semana, que polvos más buenos” – decía mi mujer, que se la notaba muy excitada con toda la fiesta que nos habíamos montado el fin de semana.
“OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, pero como me pone de cachonda que me folles hermanito, con esa pedazo de polla que te gastas” – le dijo Marina a su hermano, mientras se corría, con la polla de este metida hasta lo más profundo de su culito.
“A mí también me encanta follarte, me pone a mil, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, UUUUUUFFFFFFFFFFFF” – le contestó Javier, sacándola la polla del culo a su hermana cuando esta se corrió. Se puso de pie, y mirando a Virginia se fue hacia ella, la plantó la polla delante de la cara, lo que Virginia entendió bien.
“¿Quieres que te la chupe Javier?, ¿Quieres correrte en mi boca?” – le preguntó Virginia a Javier.
“Sí, quiero que entre mi hermanita y tú, me comáis la polla hasta que me corra en vuestras bocas” – le contestó y haciendo una señal a su hermana para que se acercara, las puso su pollón delante de la cara. Ellas dos se miraron, sonrieron y mientras Virginia se metía el pollón de Javier en la boca, Marina empezó a comerle las pelotas. Se fueron intercambiando, todo el rato. Mientras Héctor y yo, nos seguíamos follando a Raquel y Patricia respectivamente.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, mierda me voy a correr, me voy a correr, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, pero que cachondo me ha puesto follar contigo Virginia” – dijo Héctor y se empezó a correr dentro del culo de mi mujer, llenándoselo de leche. La cual tras que se la sacara del culo, se subió al sofá y tumbándose en él, se abrió de piernas delante de la cara de Patricia.
“Vamos Patricia, límpiame la corrida del cabrón de tu marido, y cómeme el coño hasta que me corra” – le dijo Raquel a Patricia, la cual obedeció rápidamente a los requerimientos de mi mujer, empezando a limpiar todos los goterones de la leche de su marido que salían del culo de mi mujer, y aprovechando a comerla el coño, para tratar de hacerla correr. Aquella visión debió de ser ya mucho para Javier que también terminó por correrse.
“SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, pero que bien me estáis chupando la polla, OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH” – dijo Javier corriéndose en las bocas de su hermanita, y de Virginia.
“UUUUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMMM, ¿a qué sabe bien el cabrón de tu hermano?” – le preguntó Virginia a Marina.
“Si la verdad es que le sabe la leche de maravilla, y con semejante pollón lo hace más jugoso todo” – contestó Marina riéndose y terminando de tragarse los restos de leche de su hermano.
“Joder ya no aguanto más, yo también me voy a correr, AAAAAAAAHHHHHHHHHHH, OOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, toma leche, toma polla Patricia, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – le dije mientras me iba a correr, se la saque del culo y haciéndola girar, se la metí en la boca y me corrí allí, sin dejarla que se sacara mi polla de la boca, hasta que descargué toda mi leche.
Como ella todavía no se había corrido, tras sacarla mi polla de la boca la tumbé en el suelo, la abría bien de piernas, y me empecé a comer su coño de la mejor manera que sabía, metiendo un par de dedos en él, y otro por el culito. Aquello dio sus resultados porque un par de minutos después empezó a correrse.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien comes el coño cabrón, me corro, me corro, que corrida más buena, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – me dijo Patricia corriéndose mientras me comía su coño.
Nos fuimos levantando, y sentando en los sofás todos, ya más relajados tras el polvo que acabábamos de pegarnos, nos mirábamos todos unos a otros sin decir nada y disfrutando de nuestros cuerpos desnudos.
“¿Habrá que comer algo para recuperar fuerzas?” – dijo por fin Raquel.
“Tienes razón” – le contestó Marina, “vamos para la cocina, al menos a tomar un poco de café”.
“Bueno yo me voy a vestir y subo para arriba, que mi marido ya no tardará en llegar, y todavía me tengo que duchar, que mirar cómo me habéis dejado cabrones” – dijo Virginia, enseñándonos los chorretones de leche que no se había podido tragar y que la habían caído por las tetas.
“Venga vamos a movernos” – dije yo, nos empezamos a levantar. Virginia empezó a buscar su ropa, y empezó a vestirse.
“Como te vamos a echar de menos esta tarde” – la dijimos todos.
“Y yo a vosotros, no os creáis” – nos contestó, “pero vamos a vosotros mañana por la mañana os espero ver, que tenemos que pegar un polvo como el de ahora” – les dijo a los dos hermanitos.
“¡Oye! Que yo también estoy libre mañana, ¿Por qué no os venís a nuestra casa?” – dijo Patricia, tratando de unirse a la fiesta que se pensaban montar nuestros vecinitos.
“Por nosotros no hay problema. ¿Tú que dices Virginia?” – le preguntó Marina.
“Por mí genial, pero tenemos que volver prontito” – contestó esta.
“Eso está hecho, además tres tías para mí solo, quizá sea demasiado, sobre todo si están tan buenas como vosotras tres” – dijo Javier.
“Bueno me voy, que no quiero que se me haga tarde, quedamos mañana a las nueve en vuestra casa, para coger el coche e ir a la casa de estos” – dijo Virginia señalando a Patricia.
“OK. Eso está hecho” – contestaron todos. Virginia acabó saliendo de la casa y subiendo a la suya para esperar al cornudo de su marido. Menudo pedazo de mujer tiene y él sigue sin enterarse de lo bien que folla, y el sexo tan impresionante que podría tener con ella.
Nosotros tras llegar a la cocina empezamos a preparar cosas para comer, ya que realmente sí que necesitábamos recuperar fuerzas. Nos fuimos sentando en las cuatro sillas que teníamos en la cocina, y traje dos del salón para acoplarnos todos en la cocina, mientras hablábamos de todo el fin de semana tan cojonudo que estábamos pasando.
“Joder como te lo vas a pasar mañana Javier, menudo cabronazo estás hecho” – le dije, muerto de la envidia sabiendo que iba a tener a estos tres bombones para el solo.
“No te creas, que lo mismo llamo a su hermanito para que se una a nosotros, que esta con lo salida que está y lo salido que está su hermano ya verás” – dijo Patricia riéndose.
“Llámalo por favor no te cortes, que la muy cabrona bien que me insistía para que me follara a mi hermano el otro día, y ahora va diciendo que ella no sabe si sería capaz” – le pidió Marina a Patricia.
“Venga yo le llamo, para que se venga” – contestó Patricia que se fue a por su móvil, y llamó al hermano de Virginia que se llama Manolo.
“Hola, Manolo. Te llamaba para ver si mañana por la mañana estás libre y te quieres pasar por nuestra casa, que quiero que te unas a una fiestecita” – le dijo Patricia, con una sonrisa en la boca mientras nos miraba a todos y hablaba con él.
“¿Entonces estas libre? Pues mañana a las 9 de la mañana te vienes para nuestras casa, que ya verás que sorpresa más buena te tengo preparada” – le termino diciendo Patricia, “venga, un besito y hasta mañana”, colgó el teléfono y empezó a reírse.
“Joder, ya verás cuando vea allí a su hermana, que sorpresón se va a llevar” – dije yo.
“Sorpresa si, pero con lo salido que está no te creas que se cortará mucho” – dijo Héctor, “que alguna vez hablando del tema, diciéndole que su hermana estaba buenísima, y que tenía un pollazo, el me daba la razón, y me decía que cuando eran más jóvenes y todavía vivían en casa de sus padres, alguna vez la espió en el baño y se pajeó a su costa”.
“Que cabroncete entonces” – dijo Marina, “seguro que intenta tirársela”.
“Seguro, ese no se corta lo más mínimo” – dijo Héctor.
“Joder y nosotros nos lo vamos a perder” – dije yo riéndome, y muerto de la envidia de perdérmelo, y es que me daba un morbo la situación impresionante.
“No te preocupes que luego os lo contaremos” – dijo Marina riéndose.
Seguimos hablando de un montón de cosas, después de comer algo y reponer fuerzas nos fuimos para el salón para ver la televisión. Entre unas cosas y otras nos dieron las 3 de la tarde, y Héctor y Patricia decidieron que ya era hora de irse a su casa, que tenían cosas que hacer, y dejar cosas preparadas para el resto de la semana. Sin embargo nuestros vecinitos no tenían la más mínima intención de largarse de momento. Patricia y Héctor se fueron a vestir, una vez se arreglaron, cogieron sus cosas y tras despedirse de todos nosotros y de la promesa de una gran fiesta con nuestros vecinos al día siguiente nos dejaron solos con los hermanitos.
“Bueno cariño, a estos dos yo creo que les deberíamos cobrar alquiler, que no salen de aquí, y encima se lo pasan en grande con nosotros y nuestros amigos” – le dije a mi mujer guiñándola un ojo.
“Yo creo que sí que deberíamos” – me contestó ella riéndose.
“¡UY! Pero si tú ya te lo has cobrado Jorgito, con la de veces que me has follado el culo” – contestó Marina riéndose también.
“Además con el morbo y el espectáculo que os estamos dando follando entre nosotros, que se os nota que os pone mazo, ver follar a dos hermanos juntos” – me contestó Javier.
“La verdad es que es un morbo impresionante” – les contesté, “es una pena ser hijo único”, dije riéndome.
“Hablando de hermanos, ¿sabes de quien no sabemos nada cariño?” – me preguntó Raquel.
“No” – la contesté yo.
“De Edgar y Rosario” – me dijo ella.
“Joder, es verdad, con lo bien que nos lo pasamos con ellos, les podríamos llamar” – dije yo.
“Venga que voy a por el teléfono” – dijo Raquel, levantándose a buscar el teléfono.
“Son dos hermanos que trabajaban en el crucero, y que son mulatos e increíblemente atractivos, estuvimos follando con ellos, aunque no llegaron a follar entre sí” – les expliqué un poco quienes eran. En esas apareció mi mujer por el salón, ya hablando por teléfono con Edgar.
“Muy buenas machotazo, ¿Qué tal estáis? Pues mira, que estábamos aquí hablando con unos amigos, y hemos dicho, joder que será de Edgar y Rosario, y nos hemos decidido a llamaros” – estaba hablando Raquel con él, “que si estáis libres os podíais pasar por aquí. Sí. Entonces venís para aquí. Venga pues os esperamos, que tardareis alrededor de 1 hora. Genial. Un beso fuerte donde tú ya sabes”.
Mi mujer colgó el teléfono, y nos dijo lo que ya todos intuíamos, y era que los mulatitos venían para aquí, que los dos estaban libres, y a pesar que al día siguiente trabajaban, se pasaban por aquí a hacernos una visita.
Aquello, me terminó de empalmar, el saber que Rosario y Edgar venían, el recordar los polvos tan impresionantes que habíamos pegado con ellos, y la situación de tener a las dos parejas de hermanos en casa, me puso a cien y me empalmé como un colegial.
“Mírale, que salido está, que solo de pensar en la mulatita, como se le ha puesto la polla” – me dijo Marina, señalándome.
“Pues no es el único que mira a tu hermano como se le está poniendo también” – dijo Raquel, señalando al pollón de Javier, que se estaba empalmando también.
“Y que esperáis, si cada día con vosotros es una nueva sorpresa. Voy caliente aunque no quiera, me empalmo con nada” – dijo Javier riéndose.
Decidimos esperar a que llegaran los hermanos. Gracias a dios nos fuimos relajando y no estábamos empalmados cuando sonó el portero automático de la casa. Fui a abrir, y esperé en el pasillo a que subieran, cuando llamaron a la puerta les deje pasar, y les recibí en pelotas tal y como estaba.
“Pero Jorge, ¿ya estás preparado?” – me dijo Rosario mirándome la polla.
“Claro cariño, en casa siempre cómodo, además os tenemos preparada una buena sorpresa” – les dije.
“UUUUUUFFFFFFFFFFF me encantan las sorpresas” – dijo Edgar. Les indiqué que pasaran para el salón, y al abrir la puerta se encontraron con mi mujer, y los dos hermanitos que se habían levantado para saludarles, y que venían a hacerlo completamente en pelotas.
“Joder que bueno” – dijo Edgar, que no pudo apartar la vista de Marina, y es que nuestra vecinita está muy buena.
“Si, la verdad es que sí” – también dijo Rosario que se le fue la vista al pollón de nuestro vecino.
“Bueno, estos dos son Marina y Javier, son nuestros vecinos y al igual que vosotros también son hermanos, por eso nos hemos acordado de vosotros. Y como hacía mucho que no sabíamos de vosotros pues decidimos llamaros” – les dije, y les presenté a nuestros vecinos. Les saludaron con dos besos, y el muy cabrón de Edgar aprovechó para tocarla el culo a Marina. Javier tampoco se cortó mucho e hizo lo propio con el culo de Rosario. Mi mujer por su parte, al saludar a Edgar le agarró la polla por encima del pantalón.
“¿Qué tal está mi pollón?” – le preguntó mi mujer.
“Deseando la libertad, para que hagáis con él, lo que queráis” – contestó Edgar. Nos empezamos a reír por su sinceridad.
“Venga quitaros la ropa” – les dije, y acercándome a Rosario por detrás, la quité la camiseta ajustada que traía.
“Joder menudas pedazo de tetas, chica” – dijo Javier, y eso que todavía no la había quitado el sujetador. En cuanto la quité el sujetador, a Javier casi se le salen los ojos de las órbitas, y es que Rosario tiene unas tetas impresionantes, casi tan bonitas como las de Marina.
Por el otro lado, Edgar se había quitado la camiseta el mismo, y mi mujer le había empezado a quitar el pantalón. El muy golfo como sabía a lo que venía no llevaba nada debajo del pantalón por lo que su pollón en semi-erección apareció ante la alucinada mirada de Marina.
“Joder, es más grande que la tuya Javier, menuda pedazo de polla tienes tío” – dijo Marina. Que apenas podía cerrar la boca de lo alucinada que estaba con la pedazo de polla del mulatito.
“Pues si tanto te gusta, estas tardando en empezar a probarla” – le contestó Edgar a Marina, que por su parte no se cortó mucho, se agachó delante de él, le agarró la polla y empezó a lamérsela mientras este se termina de empalmar con el descomunal trasto que tiene.
“Joder, que grande es, no me va a entrar en la boca” – dijo Marina, y empezó a intentar tragársela, pero solo consiguió metérsela hasta la mitad, “menuda pasada de polla, chico”.
Mi mujer se arrodilló también junto con Marina, y empezó a chuparle las pelotas. Mientras yo terminaba de quitarla el pantaloncito que traía Rosario, para que Javier se terminara de deleitar con el cuerpazo de Rosario.
“Joder estas buenísima tía” – la dijo a Rosario.
“Muchas gracias, tú también eres muy guapo, y tienes una polla bastante grande” – le contestó Rosario un poco tímida.
“No seas tímida Rosario, si aquí todos sabemos a lo que venimos. A follar y a pasárnoslo bien con nuestros cuerpos” – la dije yo.
“Tienes razón, ven aquí que te coma la polla, que vengo muy cachonda” – dijo, y agachándose delante de él, empezó a comerle la polla a Javier.
Yo que estaba empalmado de impresión, me puse detrás de ella, y tras levantarla un poco el culito, la empecé a meter mi polla por el encharcadísimo coño que traía.
“Joder Rosario, sí que venías cachonda, que coñito más encharcado que me traes, que bien me ha entrado la polla” – la dije.
“SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame, no pares que vengo muy cachonda todo el camino sabiendo que me ibas a volver a follar” – me decía Rosario, sacándose la polla de Javier de la boca.
“Vamos chicas, quien quiere ser la primera en recibir una buena ración de polla, que mirar lo dura que se me ha puesto con vuestras mamadas y viendo cómo se follan esos dos cabrones a mi hermanita” – las dijo Edgar a Marina y a Raquel.
“Pues si no te importa Raquel, tengo unas ganas tremendas de meterme semejante pollón” – le pidió permiso Marina a mi mujer para ser la primera en recibir el pollón de Edgar.
“Todo tuyo, pero déjame un poco, que yo también quiero volver a sentir como me folla” – le contestó mi mujer.
“Tranquilas que hay para las dos de sobra” – contestó Edgar, haciéndose el gallito.
“Eso espero” – le dijo Raquel.
“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien la chupas Rosario como me estas poniendo de dura la polla” – le dijo Javier a Rosario, que se estaba metiendo la pollaza de Javier hasta la campanilla.
“OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, pero que coñito más rico tienes Rosario, me encanta follar contigo tía, que calentito está siempre” – la decía yo a Rosario, mientras no dejaba de meter y sacar mi durísima polla del coño de la dominicana, “joder, Javier tienes que probarlo, es una pasada”.
“Pues déjame sitio, que ya tengo ganas de metérsela, que como folle tan bien como la chupa, me lo voy a pasar en grande” – dijo Javier.
Yo se la saqué del coño a Rosario, y le dejé mi sitio a Javier. Me puse delante de ella, para que me chupara a mí la polla mientras Javier se la empezaba a follar.
“Venga méteme ese pollón que tienes a qué esperas” – le decía Marina a Edgar, que la estaba pasando su durísimo pollón por la raja del coño, calentándola lo más posible, para follársela sin contemplaciones. De repente, y de un solo empujón la metió la polla hasta la mitad en el encharcado coño de nuestra vecinita.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, pero que bueno, menudo pollón tienes, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, empieza a moverte, métemela hasta el fondo, no te cortes cariño” – le empezó a decir Marina a Edgar, disfrutando de la enorme polla del dominicano.
“UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFF, pero que coñito tienes que calentito y mojado Marina, como me aprieta la polla, me la está poniendo más dura si es posible” – empezó a decir Edgar, mientras se empezaba a follar a Marina, y la iba metiendo toda la longitud de su polla en el coño, hasta que por fin sus huevos empezaron a chocar con las nalgas de Marina.
“SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame, pero que pollón tienes tú también” - empezó a decir Rosario, con la polla de Javier, ya entrando y saliendo de su húmedo conejito. Poco más pudo decir, porque yo la agarré la cabeza, e hice que se tragara mi polla hasta la campanilla.
“¿A que es una pasada su polla Marina?” – la preguntó mi mujer a Marina.
“Es increíble, como la siento, que gozada, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSIIIIIIIIIIII, no pares Edgar, dame duro” – dijo Marina, mientras Edgar se la seguía follando metiendo su polla en el coño de nuestra vecina, hasta los huevos.
“Joder que bien, me lo estoy pasando, que coñito tienes Marina, me encanta” – le decía Edgar.
“Pues tu hermana, no se queda corta, menudo coñito tiene, UUUUUUUUUUUUHHHHHHHH” – empezó a decir Javier, que ya se estaba follando bien a Rosario, “¿no te la has follado nunca? ¿Por qué con lo buena que está yo ya me la hubiese follado?”
“No, pero ¿Qué estás diciendo? ¿Acaso te has follado tú a Marina? Porque también está buenísima” – le contestó Edgar.
“Pues sí que me la he follado. Últimamente a la más mínima oportunidad se la meto por el culo” – dijo Javier.
“Sí, y yo voy y me lo creo” – le contestó Edgar.
“Que sí joder, ¿Quieres verlo?” – le dijo Javier, dejando un poco alucinado a Edgar.
“Venga gallito” – le reto Edgar, pensando que Javier le estaba vacilando.
“Déjame sitio, ya verás” – le contestó Javier, sacándole su polla del coño a Rosario, poniéndose de pie, y dirigiéndose a donde estaba su hermana siendo follada por Edgar.
Yo aproveché la oportunidad, para poner a cuatro patas otra vez a Rosario, y meterla mi polla otra vez en su coñito, que parecía estar más mojado que antes.
“Joder, Rosario, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, pero que coñito que tienes, que mojadito que lo tienes” – le decía, mientras empezaba a bombear mi polla en su coño de nuevo.
Edgar por su parte, le sacó la polla del coño a Marina, y le ofreció su sitio a Javier, pensando todavía que este le estaba vacilando. Javier por su parte, llegó se puso detrás de su hermana, y apuntando con su polla a la entrada de su culo, se la empezó a meter.
“Pero que culo, más agradecido que tienes hermanita, AAAAAAHHHHHHHH” – le dijo Javier, a Marina.
“Y tú, que cabrón eres, pero como me gusta tu polla cuando me folla el culo, OOOOOOOHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – le contestó Marina.
“Joder, que pasada, pero que cachondo me estáis poniendo cabrones” – dijo Edgar, completamente alucinado viendo como Javier se estaba follando el culo de Marina, mientras tanto, mi mujer se había arrodillado delante de la polla del dominicano, y le estaba haciendo una mamada increíble.
“Por eso te decía, que es un morbazo impresionante follarse a tu propia hermana, a mi pone a mil, cada vez que se la meto, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, AAAAAAAHHHHHHH” – dijo Javier.
“Venga Rosario ¿Quieres que tu hermano te la meta por el culito?” – le dije yo, con mi polla todavía metida en su coño. Rosario se quedó mirando el pollón de su hermano, que estaba siendo devorado por mi mujer.
“Pues no me importaría, porque menuda pedazo de polla tiene. Me gustaría saber que se siente con algo tan grande metido” – me contestó Rosario, para mi sorpresa, ya que esperaba que en un principio se negara. Pero con el calentón que llevaba, se debió de sentir con ganas de probar cualquier cosa.
“¿De verdad Rosario? ¿Puedo meterte mi polla?” – le preguntó Edgar, que todavía no se terminaba de creer que su hermana le estuviese pidiendo que se la follase.
“Claro que puedes, es más, con el calentón que tengo ahora mismo, lo estoy deseando” – le contestó Rosario.
“Venga que te dejo sitio” – les dije, sacándole mi polla a Rosario, y dejándole mi sitio a Edgar. Este se acercó a donde estábamos, y arrodillándose donde yo había estado antes, se acercó al culo de su hermana, se agarró la polla con una mano, y con la otra agarró el culo de su hermana, fue acercando su polla al agujerito del culo de Rosario, y poco a poco empezó a intentar metérsela.
“Joder, pero que pedazo de polla tienes Edgar, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, como me está abriendo el culo, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, madre mía, es enorme” – le decía Rosario, cuando Edgar sólo la había metido el capullo.
“Y tu que culito tan rico y estrechito que tienes, SSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – le contestó Edgar, dando otro empujón y metiéndola hasta la mitad su polla.
Yo por mi parte, me había acercado a mi mujer, y tras ponerla a cuatro patas, empecé a metérsela por el culo también.
“Cariño, pero que pedazo de culo que tienes, me encanta follártelo, OOOOOOOHHHHHHHHHHH, UUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFF, no me extraña que todos estos cabrones a la más mínima oportunidad, te la quieran meter en él” – la dije, empezando a follármela bien duro.
“AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, pero que cachonda estoy hoy cariño, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, tu fóllame duro, que con lo dura que se te ha puesto la polla me encanta que me folles en plan salvaje” – me contestó ella.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, Javier pero que pedazo de pollón tienes, me encanta, me encanta” – decía Marina, prácticamente con los ojos en blanco.
“Pues anda que este, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFF, que pedazo de polla tienes Edgar, como me está partiendo en dos, ahora cada vez que nos quedemos solos en casa, me vas a tener que follar” – le dijo Rosario.
“A partir de ahora, te voy a follar siempre que pueda hermanita, que estas buenísima, mira que dura me has puesto la polla. Toma polla, toma polla, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, pero que coñito más rico tienes” – le contestó Edgar a su hermana.
“Marina, ¿me puedes hacer un favor?” – le preguntó Rosario.
“Claro” – contestó esta.
“Déjame a tu hermanito, que me quiero follar a los dos. AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, tiene que ser una pasada, recibir sus dos pollazas al mismo tiempo” – le dijo Rosario.
“Venga, y luego me los dejas a mí que yo también lo quiero probar” – la dijo Marina. Javier se la sacó del culo a su hermana, y se tumbó en el suelo boca arriba. Rosario que se había sacado la polla de su hermano del culo, se acercó a él, y poniéndose encima empezó a meterse la polla de este por el coño, se agachó para adelante, cosa que Javier aprovechó para comerse sus tetas.
“Joder Rosario, pero que coñito, y que tetazas tienes, me está encantando follar contigo tía” – le dijo Javier, mientras Rosario se lo empezaba a follar poco a poco, esperando que su hermano se acercase a ellos, y se la empezase a meter por el culo. Pero para eso tenía que librarse de la boca de Marina, que mientras Rosario se estaba acoplando con Javier, Marina se había levantado, y se había dirigido a donde estaba Edgar, y tras agarrarle la polla, se la estaba chupando de una forma increíble.
“Joder como la chupas, Marina, se nota que estas muy caliente, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHH, venga déjame, que al final me haces correr, y primero os tenemos que follar bien folladas” – le dijo Edgar a Marina, que finalmente le soltó la polla. Tras lo cual, Edgar se situó detrás de su hermana, y empezó a metérsela por el culo.
“OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, pero que pasada, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que bueno, SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, no paréis de follarme cabrones” – decía Rosario, con los dos pollones del lugar follándosela.
“Pero que zorrita, estas hecha después de todo hermanita. AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH” – la dijo Edgar.
“SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, dame así de duro, pero que cachondos te han puesto estos cariño, que dura tienes la polla, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH” – me decía mi mujer, mientras yo la seguía dando por culo, y es que tenía la polla increíblemente dura, de lo cachondo que me habían puesto todos hoy. Y el ver a Rosario empalada de semejante manera, me terminó de poner a mil.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, y tú que culito tienes, es perfecto” – le contesté, mientras me la seguía follando al mismo ritmo.
“OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH, si follarme no paréis que me vais a hacer correr, me corro, me corro, SSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, pero que corrida más buena” – dijo Rosario, corriéndose con las pollas de Javier y de su hermano metidas en sus dos agujeritos.
“Venga déjame sitio que es mi turno” – la reclamó Marina, que se la veía fuera de sí, con un calentón impresionante y deseando meterse los pollones de su hermano y del mulatito. Rosario a duras penas logro levantarse de donde estaba sacándose las pollas de su cuerpo, y la dejó su sitio a Marina. Que sentándose encima de su hermano y de cara a Edgar, empezó a meterse la polla de Javier por el culo.
“Joder que pedazo de culo que tienes hermanita, me encanta metértela por el culo” – le dijo Javier, mientras esta empezaba a meterse su polla por el culo.
“Venga Edgar, ahora méteme ese pollón por el coño, que me quiero correr tan bien como se ha corrido Rosario” – le pidió Marina. Edgar no se hizo de rogar mucho, y sin mucho esperar empezó a meterla su pollón por el coño.
“Pero que mojadito lo tienes, y con lo buena que estas, menudas tetas tía” – le decía Edgar, ya con la mitad de su polla metida en su coño. Empezaron a follársela bien duro entre los dos, ya que todos estaban muy cachondos, y parecía que les apetecía sexo duro. Mientras yo por mi parte seguía dando por culo a mi mujer.
“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, si Jorge cariño, dame así de duro que me voy a correr ya, venga córrete conmigo, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, OOOOOOHHHHHHHHHH, cariño pero que bueno” – me dijo Raquel corriéndose, lo que provocó que yo me empezase a correr también.
“SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, cariño yo también me corro, me corro, tomar mi leche” – le dije sacándosela del culo a Raquel. Rosario se había acercado a nosotros con la clara intención de que probar mi leche también. Raquel se giró y en el momento que me empezaba a correr, las dos me empezaron a chupar la polla, corriéndome dentro de sus bocas. Cuando acabé de correrme empezaron a besarse, compartiendo mi corrida entre ellas. Yo me senté en el sofá contemplando el espectáculo y viendo como los otros, ya se iban a correr también.
“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro cabrones, pero que pedazo de pollones tenéis tíos, SSSSSSSSIIIIIIIIII, pero que pasada de corrida estoy teniendo” – les dijo Marina corriéndose. Se la siguieron follando durante un par de minutos más, hasta que Edgar empezó a decir también que se corría.
“OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHH, me voy a correr, pero que cachondo me habéis puesto entre todos, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, me corro, ven aquí hermanita que me voy a correr en tu boca” – le dijo a Rosario, que se acercó a él, y metiéndose el pollón de su hermano en la boca, se la empezó a chupar, mientras este se corría dentro de su boca.
“Yo también me voy a correr, joder, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, hermanita, pero que culazo tienes, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro” – le dijo Javier a Marina, la cual se sacó la polla de su hermano del culo, y se la tragó al igual que toda la corrida que le echó en la boca, “pero que bueno, que bien la chupas Marina, me encanta cuando te tragas toda mi leche”.
“Y a mí me encanta tragármela cabroncete” – le contestó este.
“UUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFF, ha sido una pasada chicos, que bien me lo he pasada y follar contigo ha sido increíble Rosario” – dijo Edgar agarrándola el culo a su hermana, que se había sentado junto a él.
“La verdad es que nos lo hemos pasado genial todos” – dije yo.
“Si, esto tenemos que repetirlo muchas veces” – dijo Marina, “que con semejantes pollones y lo bien que folláis, me voy a hacer adicta”.
Nos empezamos a reír todos, nos fuimos sentando en los sofás, seguimos hablando de lo bien que nos lo habíamos pasado follando, y les explicamos, a cada pareja de hermanitos como nos habíamos conocido entre nosotros. Fuimos para la cocina estuvimos comiendo algo, tratando de recuperar fuerzas, ya que llevábamos un fin de semana de mucho ejercicio físico. Seguimos hablando de muchas cosas, nos volvimos al salón donde empezamos a ver la televisión, mientras hablábamos. A los chicos, tras comer y recuperar fuerza, y claro, con tanta belleza en pelotas delante nuestra, se nos empezaron a poner duras las pollas otra vez, en parte porque seguíamos hablando de lo bien que nos lo habíamos pasado follando antes.
“¿Qué pasa chicos que seguís queriendo jugar?” – nos dijo Marina, fijándose en lo duras que se nos estaban poniendo las pollas.
“Nosotros queremos jugar siempre” – le dije yo.
“Estos están así permanentemente, y a poco que les provoquemos los tenemos dispuestos” – dijo Raquel, “bueno, ¿a qué queréis jugar ahora?”
“A meteros la polla” – dijo Javier.
“Genial, porque antes os habéis dedicado a estas dos, y a mí me habéis dejado un poco olvidada. Así que ahora vosotros dos sois para mí” – les dijo Raquel a Edgar y a Javier, que se levantaron y se fueron hacía donde estaba mi mujer esperándoles en un sofá.
“Entonces, vosotras dos os vais a encargar de mí, que antes también me habéis dejado un poco olvidadito” – les dije a Marina, y a Rosario.
“Te vas a enterar tu ahora, te vamos a dejar seco” – me dijo Rosario, levantándose y viniéndose a donde yo estaba, se arrodilló delante de mí, y se tragó toda mi polla.
“Déjame un poquito a mí también” – le dijo Marina, acercándose a mí también y empezando a besarme pegándome bien sus tetas.
“Joder pero que buenas estáis” – les dije yo.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, pero que bien me vais a follar vosotros dos ahora” – les dijo mi mujer a Edgar, y Javier. Que la estaban restregando sus pollas uno, por la espalda y otro por la tripa, mientras la metían bien mano por las tetas, el culo, y el coño.
“Nos podríamos ir a las habitaciones que allí vamos a estar mucho más a gusto” – les dije a todos.
“Tienes razón” – me contestaron.
Nos fuimos levantando, y nos fuimos a las habitaciones. Los chicos se llevaron a mi mujer a la habitación de invitados, mientras yo cogí a las otras dos y me las llevé a nuestra habitación. Una vez allí dentro, me tumbé boca arriba y las dije:
“Soy todo vuestro, que mirar cómo me tenéis la polla de dura”.
“Y más dura que te la vamos a poner” – me dijo Marina, que acercándose a Rosario, se abrazó a ella, y empezó a besarla, poco a poco fue bajando hasta las tetas de Rosario y se las empezó a chupar. Menudo espectáculo, Rosario por su parte se dejaba hacer, mientras yo tenía agarrada mi polla, que incluso se estaba poniendo más dura con el espectáculo que me estaban dando. Marina se fue levantando y empezó a morrear otra vez a Rosario, al poco Rosario empezó a agacharse hasta llegar a las tetas de Marina y se las empezó a chupar de la misma forma, que unos segundos antes lo había estado haciendo nuestra vecinita.
“Pero que zorras que sois, como me estáis poniendo” – les dije, agarrándome la polla, y masturbándome.
“Venga vamos a por él, que al final se nos corre sin que le toquemos” – dijo Marina. Rosario dejó de chuparle las tetas, y se fue poniendo encima de la cama, a cuatro patas hasta llegar a mi polla donde se la empezó a meter en la boca, haciéndome una mamada espectacular.
“OOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, joder que bien la chupas Rosario, sigue así, que bien lo haces” – le decía yo, y es que me estaba haciéndome una mamada espectacular. Marina por su parte, se empezó a sentar sobre mi cara, para que la empezase a chupar el coño.
“Venga vecinito cabrón cómeme el coño, como tu bien sabes hacerlo” – me pidió Marina, ya con su coño sobre mi boca, el cual sabia a gloria con todos sus jugos por todas partes, y es que la niña estaba cachonda perdida.
“Pero que coñito más rico que tienes zorrita” – le decía yo comiéndome su coño lo mejor que sabía.
“Yo no aguanto más, necesito meterme tu polla en el coño” – me dijo Rosario, que se sacó mi polla de la boca, se levantó y empezó a sentarse sobre mi polla metiéndosela en el coño, el cual, estaba bastante húmedo por lo cachonda que se había puesto, con todos los jueguecitos anteriores.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que coñito más calentito tienes, OOOOOOHHHHHHHHHHH, sigue así, salta sobre mi polla Rosario, métetela hasta el fondo de tu coño” – le decía yo disfrutando del polvo que estábamos pegando los dos.
“OOOOOOOOHHHHHHHHHHH, UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFF, no pares Jorge, cómeme el coño así, que bien lo haces cabrón, que bien enseñado te tiene la putita de tu mujer” – me decía Marina, la cual se la veía disfrutar mucho de la comida de coño que la estaba haciendo.
“SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que polla más dura que tienes Jorge, UUUUUUUUUMMMMMM, como me gusta que me folles tío” – me decía Rosario, disfrutando del polvo que estábamos pegando. Estuvimos un buen rato así, hasta que Marina ya dijo que ella también necesitaba su ración de polla.
“Déjamele un ratito Rosario, que yo también quiero que el cabrón este me folle, que me encanta como lo hace” – le dijo Marina, levantándose de mi cara, y pidiéndola su sitio a Rosario.
“Ponte a cuatro patas Marina, que te vas a enterar, y tu Rosario, túmbate delante de ella, con las piernas abiertas, para que te coma bien el coño aquí la zorrita de mi vecina” – les dije a las dos, que me obedecieron sin rechistar. Rosario se tumbó delante de Marina, la cual ya se había puesto a cuatro patas, y estaba esperando que yo llegase por detrás para follármela.
“Venga Jorge a que esperas para follarme” – me pidió Marina, empezando a comerse el coñito de Rosario, la cual estaba completamente abierta de piernas, y disfrutando de como la estaba empezando a comer el coño Marina.
“Te vas a enterar tu” – le dije a Marina, la puse la polla durísima que se me había puesto en la entrada del coño, y de un solo empujón se la clavé hasta los huevos.
“OOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHH, joder, pero que coño más mojado que tienes, que bien te ha entrado” – le dije yo a Marina, empezando a bombear mi polla hasta lo más profundo de su coño.
“SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, fóllame fuerte, no pares, pero que cachonda estoy hoy, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH” – seguía diciendo Marina, cuando dejaba de comerse el coño de Rosario, y mientras yo me la seguía follando a lo perrito.
“OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, pero que bien lo haces Marina, sigue comiéndome el coño así, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH” – la decía Rosario, la cual se la veía que estaba disfrutando un montón con la comida de coño de Marina. Yo seguía agarrado al culo de Marina, y metiéndola mi polla lo más duro que podía, con el primer plano de la comida de coño, que la estaba haciendo a Rosario, y mientras ella misma se sobaba las tetazas tan impresionantes que tiene. En un momento dado, miré para abajo, viendo como mi polla entraba y salía del coño de Marina, y me fijé en lo abierto que la habían dejado el culo los otros dos pollones. Por lo que me entraron ganas de metérsela por allí también a nuestra vecinita.
“Te voy a follar el culo ahora Marina, que me está poniendo cardiaco” – le dije, sacándola mi polla del coño, y empezando a metérsela por el culo, el cual me recibió agradecido, se la metí hasta los huevos sin ningún problema.
“SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, métemela por el culo, que me encanta, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, que bien, como me gusta, sigue follándome así cabrón” – me decía Marina, la cual parecía que estaba muy cachonda, y que no iba a tardar en correrse, lo que nos acabó confirmando, “AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, me voy a correr, que bien que bueno, pero que cachonda estoy hoy”.
Una vez se corrió, se la saqué del culo, Marina a su vez, también se levantó, y me dejó a Rosario, entera para mí. Según estaba abierta de piernas me puse encima de ella, y se la empecé a meter por el coño, mientras la empezaba a chupar las tetazas tan bonitas que tiene.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, vuelve a follarme que me encanta sentir tu dura polla dentro de mí” – me decía ella.
“SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, y a mí me encanta metértela en este coñito tan mojadito que tienes” – le decía yo. Seguimos follando en esta postura, hasta que yo note que corría el riesgo de correrme, pero antes quería volver a dar por culo a la mulatita.
“Anda ponte a cuatro patas, que me apetece correrme en tu culo, y no creo que tarde mucho en hacerlo” – le dije a Rosario.
“Como tú quieras, por mí encantada que me la metas por el culo, me encanta como lo haces” – me contestó ella, poniéndose a cuatro patas, y esperando a que yo me terminara de acercar para meterla mi polla en el culo. Lo cual no tarde nada en hacer. Me puse detrás de ella, y apuntando con mi polla a su culo, por allí que se la empecé a meter, tan fácilmente como se la había metido a Marina antes, y es que, los dos pollones de sus hermanos se los habían dejado pero que bien abiertos.
“OOOOOOOOHHHHHHHHHHH, pero que culazo tienes tú también Rosario, como me estoy poniendo, pero que buenas estáis, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH” – les decía con toda mi polla metida en el culo de Rosario, el cual me recibía muy agradecido.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, pero que polla más dura y más rica tienes Jorge, como me gusta que me folle, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me vas a hacer correr, me corro, me corro, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH” – empezó a decir Rosario, que se estaba tocando el coño mientras yo la daba por culo. Al oírla ya fue demasiado para mí, y con lo cachondo que me habían puesto me empecé a correr yo también.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, yo también, ven aquí Marina, trágate toda mi leche” – le dije a Marina, que se acercó a mí, y cuando la sacaba la polla del culo a Rosario, se la metí en la boca a Marina, para correrme allí.
“UUUUUUUUUUMMMMMMMMMM, pero que polla más rica tienes, y que bien sabe tu leche” – me decía Marina tragándose toda mi corrida. Una vez me terminé de correr, y cuando Marina me había dejado la polla bien limpia, me tumbé entre las dos mientras ellas se recostaban sobre mí, y me sobaban por todas partes, acariciándome la polla también.
En la otra habitación, en el momento que les dejamos solos, se fueron para la cama, Javier se tumbó boca arriba, esperando a que mi mujer se la empezase a chupar.
“Venga, Raquel cómeme la polla, pónmela lo más dura posible que te vas a enterar de lo que es una buena follada” – le dijo Javier, a mi mujer, que no tardó ni medio segundo en empezar a meterse la polla de Javier en la boca, poniéndose a cuatro patas encima de la cama, y dejándole una vista espectacular de su culo a Edgar, el cual no desaprovechó la ocasión, y empezó a meterla su polla por el coño.
“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, pero que pollón tienes Edgar, como me gusta que me folles tío, es una pasada, SSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bien me lo voy a pasar con vuestros pollones” – les decía a los dos, mientras se seguía comiendo la polla de Javier, y siendo follada por Edgar.
“¿Qué te gusta más, que te la meta por el coño o por el culo?” – la preguntó Edgar a mi mujer.
“Lo que más me gusta es que folléis los dos al mismo tiempo, es decir, una por el coño, y otra por el culo, por lo que lo vamos a arreglar rápido” – contestó mi mujer, que moviéndose para adelante y sacándose la polla del coño de Edgar, se puso encima de Javier, y empezó a meterse la polla de este por el coño, “venga Edgar, ¿a qué esperas?, empieza a darme por culo”.
Edgar se puso detrás de ella y empezó a meterla su polla por el culo, mientras Javier ya se la estaba follando.
“Pero que culazo tienes Raquel, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIII, como me gusta metértela por el culo” – le decía Edgar.
“AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, no paréis, pero que pollones tenéis, como me gusta, OOOOOOOOHHHHHHHHHH” – decía mi mujer, disfrutando una pasada de la follada que la estaban pegando.
“Luego me dejas un poco, su culito, que yo también me lo quiero follar” – le pidió Javier, a Edgar.
“Eso está hecho” – le contestó este.
“OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, pero que cachonda estoy, no puedo parar de follar hoy, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, me corro” – decía mi mujer, dejándose caer sobre Javier, y terminándose de correr.
“Pero que putita eres Raquel, como te gustan las pollas” – la dijo Edgar.
“Me encantan, venga cambiar, que ahora es el turno de Javier de darme por culo” – les dijo. Edgar se la sacó del culo a Raquel, y se tumbó al lado de Javier, mi mujer se sacó la polla del coño llena de jugos vaginales de Javier, y se empezó a sentar sobre el pollón de Edgar. Javier se levantó rápido, y se puso detrás de Raquel, y empezó a follársela por el culo.
“Joder pero que abierto te ha dejado el culo” – la decía Javier, mientras empezaba a follársela de nuevo.
“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, pero que bueno, como me gusta sentiros a los dos dentro de mí, si follarme duro, follarme duro” – empezaba a decir mi mujer que estaba fuera de control.
“OOOOOOHHHHHHH, pero que culazo tienes Raquel, como se traga mi polla” – le decía Javier, metiéndola su polla hasta los huevos.
“Y menudo coño, más mojadito que la has dejado” – le dijo Edgar, que también la estaba metiendo la polla hasta las pelotas.
Estuvieron follándosela un buen rato, en esa postura, mi mujer que estaba cachonda pérdida, no paraba de moverse con las pollas de nuestros amigos metidas en sus agujeritos, lo que al final acabó provocando que se volviese a correr.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero que maravilla, que pedazo de corrida” – dijo Raquel, ya quedándose exhausta encima de Edgar. Ambos la sacaron las pollas de sus agujeros, y la tumbaron boca arriba en la cama, se arrodillaron delante de su cara, y empezaron a pajearse con la clara intención de correrse en su cara.
“Te vamos a dejar llenita de leche” – le dijo Edgar.
“Si venga machotes, llenarme entera con vuestra leche, la quiero en toda la cara, calentita” – les contestó ella.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro” – empezó a decir Javier, que acercándose más a su cara, empezó a lanzarla todos los lechazos en la cara, dejándosela prácticamente llena de su corrida.
“OOOOOOOOOHHHHHHHHHHH, yo también me corro, me corro, toma leche putita, en toda la cara, toma, toma” – le dijo Edgar, que acercándose a su cara después de que Javier se hubiese terminado de correr, también le lanzó todos sus lechazos en la cara dejándola completamente perdida de leche. Mi mujer empezó a coger lechazos con los dedos y se los llevaba a la boca, para tragarse su leche.
“Pero que rica, como me habéis dejado cabrones, me habéis puesto perdida” – les decía mi mujer, mientras se seguía chupando los dedos completamente embadurnados con la leche de los dos sementales de nuestros amigos.
“Joder que pasada, como follas Raquel, eres una máquina” – le dijo Javier.
“Es verdad, eres la leche tía” – corroboró Edgar.
“Gracias chicos, vosotros sois las caña también, y tenéis unas pollas increíbles” – les dijo, levantándose y dirigiéndose al baño para lavarse un poco.
Una vez acabamos todos de follar, nos fuimos para el salón donde nos encontramos de nuevo, y donde, Marina y Javier, decidieron que era hora de volver a su casa antes de que sus padres volviesen.
“Venga nosotros nos vamos, que sino nuestros padres nos van a empezar a llamar, preguntándonos donde nos hemos metido” – dijo Marina.
“Eso, será mejor que nos marchemos ya que se está haciendo muy tarde” – dijo Javier también.
Recogieron sus cosas, terminaron de vestirse, y se fueron de nuestra casa despidiéndose de Edgar y de Rosario, y prometiéndose unos y otros que se volverían a encontrar para follar tan bien como lo habían hecho esa misma tarde.
Nosotros al quedarnos con Rosario, y Edgar, nos empezamos a contar como habían transcurrido las dos últimas semanas en las que no nos habíamos visto. Ellos no habían follado prácticamente nada, sino que se habían masturbado unas cuantas veces, el uno delante del otro para calentarse pero sin llegar a follar, y que el hecho de haber follado aquella tarde entre ellos, les daba nuevas perspectivas de futuro. Con las historias que nos estábamos contando unos y otros, tanto a Edgar como a mí se nos empezaron a poner duras las pollas de nuevo. Y es que es difícil, no empalmarse cuando estás hablando de sexo y recordando todas las experiencias vividas durante las últimas semanas, y si encima tienes a dos bombones desnudos delante más todavía.
“Joder me estoy volviendo a empalmar, recordando todo de nuevo” – dijo Edgar, agarrándose la polla.
“Yo también” – le contesté imitándole.
Las chicas empezaron a sonreír, sin decir nada, se levantaron de los sofás, y arrodillándose Raquel delante de mí, y Rosario delante de su hermano, nos empezaron a comer las pollas de nuevo.
“UUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMMM, pero que bien la chupas cariño, como me gusta la forma en que me comes la polla” – le decía yo a mi mujer.
“UUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF, hermanita lo que me he estado perdiendo, que forma más rica de comerte la polla tienes, que bien lo haces” – le dijo Edgar a su hermana también.
“Joder que grande la tienes, apenas me entra en la boca” – le contesto Rosario a su hermano tratando de tragarse el inmenso falo de su hermano.
“Que dura se te está poniendo cariño, parece mentira que con el fin de semana que llevas de follar, se te siga poniendo así de dura” – me dijo mi mujer.
“Es que estoy salido, llevo un verano impresionante, y con lo buenas que estáis todas, pues así me tenéis, duro como una piedra” – le contesté yo, agarrándola de la cabeza y haciendo que se metiese mi polla en la boca hasta lo más profundo de su garganta. Estuvieron un buen rato, chupándonos las pollas, hasta que mi mujer se levantó quedándose de frente a mí, me miró, me sonrió y se giró, yéndose a donde estaba Edgar, se subió al sofá y de espaldas a él, empezó a sentarse sobre la polla del mulatito, metiéndosela por el culo.
“Vamos Edgar, métemela otra vez por el culo, que me tenéis a mil entre todos hoy” – le dijo, metiéndose ya el inmenso capullo de Edgar por el culo, “y tú Rosario, cómeme el coño”.
Rosario, la obedeció, empezó a comerla el coño a Raquel, alternándolo con los huevos de su hermano, y el cacho de polla que no la entraba a mi mujer en el culo. Yo al ver a Rosario a cuatro patas, me levanté del sofá, y me puse detrás de ella, empezando a metérsela por el culo.
“UUUUUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF, pero que culazo más agradecido que tienes Rosario, como se traga mi polla, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – le dijo yo, cuando ya se la estaba empezando a meter y sacar del culo.
“AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que polla más dura Jorge, venga fóllame bien el culo” – me pedía ella a su vez.
Nos lo estábamos pasando todos genial follando, cuando una de las veces que levanté la vista, y miré a mi mujer, la vi la cara de vicio que ponía, pidiéndome que me la empezase a follar por el coño, mientras Edgar seguía follándosela por el culo.
“Anda Rosario, déjame sitio, que la zorra de mi mujer quiere que se la meta por el coño mientras tu hermano sigue dándola por culo” – le dije a Rosario, que se apartó dejándome sitio. Me acerqué a mi mujer, y dándola un buen morreo, la acerqué mi polla a la entrada del coño donde se la empecé a meter, mientras ella seguía con la polla de Edgar bien metida por el culo.
Nos la estuvimos follando un buen rato, en esta postura, los gemidos de mi mujer, eran increíbles, se lo estaba pasando increíblemente bien con nuestras pollas bien metidas en sus agujeros, mientras Rosario, estaba en el otro sofá observándonos y completamente abierta de piernas se estaba metiendo tres dedos por el coño.
“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, pero que bueno, que pollas más duras y buenas tenéis, que gozada, OOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHH” – nos dijo mi mujer corriéndose. Yo se la saqué del coño, y me tumbé en el centro del salón con la polla mirando al techo, mientras mi mujer se levantaba sacándose la polla del culo de Edgar.
“Menudo pollón tienes tío” – le dijo sacándosela del todo.
“Venga Rosario ven aquí, que es tu turno” – le dije a Rosario, que se levantó de donde estaba y se vino hacia mí. Cuando yo esperaba que se sentara de cara a mí, metiéndose mi polla por el coño para dejarle su culito a su hermano. Nos sorprendió a todos, y se sentó de espaldas a mí, agarrándome la polla, la apuntó a su culo, y se la empezó a meter por el culo.
“Venga Edgar, méteme ese pollón por el coño, que necesito saber lo que se siente con semejante herramienta metida en el coño” – le dijo, dejándole un poco sorprendido.
“¿Estas segura?” – le preguntó.
“Claro, no te preocupes, que estoy tomando la píldora y no creo que vayamos a tener un accidente” – le contestó Rosario, Edgar por su parte, ya no se hizo de rogar mucho, y metiéndose entre las piernas de su hermana la empezó a meter su pollón por el coño.
“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, pero que gozada, menudo pollón tienes, OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, como me gusta, que me folléis los dos, como me lo estoy pasando” – nos decía Rosario, gozando de la follada que nos estábamos pegando unos a otros.
“UUUUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF, pero que culazo tienes Rosario, como me gusta metértela por el culo” – le decía yo.
“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, que coñito más rico que tienes hermanita, a partir de ahora te vas a enterar tú, te voy a follar siempre que pueda” – le dijo Edgar a su hermana. Al poco decirla aquello, Rosario también se empezó a correr.
“OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, pero que tarde más buena, como me lo estoy pasando, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH” – nos dijo corriéndose.
“AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH, yo también me corro, me corro, ven aquí Raquel” – empezó a decir Edgar, que cogiendo a mi mujer la metió la polla en la boca corriéndose dentro de ella. Yo mientras tanto seguía dando por culo a Rosario, pero también estaba a punto de correrme.
“OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, me voy a correr, me corro, levanta Rosario, que me voy a correr en tu boca, tal y como el muy cabrón de tu hermano se ha corrido en la boca de mi mujer” – le dije a Rosario, que se levantó se giró y se tragó mi polla sin dejar que me levantase, donde la empecé a echar toda la leche que tenía en mis huevos y con el trajín del fin de semana, ya no tenía muchas reservas, “toma leche, toma leche, trágatela toda Rosario, toma, OOOOOOHHHHHHHHH, pero que bien, que corrida más cojonuda”.
Cuando nos terminaron de terminar de limpiar las pollas, nos quedamos tirados donde estábamos. Poco a poco empezamos a recuperarnos, y como ya eran las diez y media de la noche pasadas, los hermanitos decidieron que era hora de irse. Se fueron a duchar, y cuando salieron se vistieron para irse.
“Bueno, no tenemos que dejar pasar tanto tiempo, para volver a vernos” – dijo Raquel.
“Desde luego que no” – contestó Rosario.
“Estamos en contacto durante la semana, y nos vemos una tarde, ¿de acuerdo?” – les dije a todos.
“Si, e intenta traerte a alguien nuevo, que me encantan tus amigos” – me contestó Edgar.
“Eso está hecho, además María seguro que también se apunta, que la encantará que se la vuelvas a meter” – le dije.
Nos terminamos de despedir y finalmente, y después de todo el fin de semana, por fin nos quedamos solos en nuestras casa. Empezamos recoger todo, ya que aunque nos habían ayudado un poco, había que recoger sábanas para limpiarlas, poner unas nuevas, y ordenar un poco mejor todo el desastre en el que se había convertido el salón durante las últimas cuarenta y ocho horas.