Ejercicios de calentamiento

Mientras le empujaba hacia dentro del baño entre besos, él acariciaba mi culito y jugueteaba con los hilos de mi tanga provocándome un gusto tremendo al hacerlos desaparecer entre mis nalgas y mi rajita, se me escaparon varios gemidos.

Siempre había habido cierta atracción entre nosotros desde muy jóvenes pero por circunstancias de la vida nada ocurrió hasta hace poco…

Éramos amigos desde el instituto y salíamos de copas siempre juntos con el resto de los amigos, yo acababa de abrir mi pequeña empresa textil al poco de terminar la carrera. El también la había terminado por lo que estaba buscando trabajo y preparando pruebas para preparador físico y estaba un poco agobiado con el tema del dinero por lo que como siempre me había propuesto hacer algo de ejercicio pero por mi trabajo apenas conseguía organizarme le propuse que se convirtiera en mi entrenador.

Siempre había pensado que él estaba realmente bueno, y alguna fantasía en mi cabeza había surgido pensando en el en la que había terminado pajeándome pero nada más, sólo simples fantasías.

El día que comenzó nuestro entrenamiento lo noté especialmente nervioso iba con sus bermudas deportivas y una camiseta de manga corta bastante ajustada a su torso por lo que me pude deleitar un poco con la forma de sus músculos.

Pasamos a la habitación de la que hice que fuera mi gimnasio y comenzamos a estirar…

Se coloco en una posición bastante pegada a mi cuerpo teniendo en cuenta la sencillez de los ejercicios,me extrañó, pero en realidad me gustaba y quería que se acercara más, de repente, en un movimiento que hizo para ayudarme note la fuerte erección que tenía cuando su polla rozó mi trasero, él se dio cuenta y salió apresurado hacia el aseo supongo que a sofocar sus deseos, tengo que decir que el hecho de que mi cuerpo le provocara una erección fue de lo más excitante.

Así pasaron los primeros días de entrenamiento convirtiendo aquello en mi juego particular, calentarlo mediante los ejercicios que me proponía, pero me quedaba la espinita de por qué no hacía algo, sabía que el siempre había sido demasiado considerado con las chicas pero sinceramente me picó el hecho de que tuviera que marcharse con una erección en sus pantalones en vez de quedarse conmigo a acabar.

Hasta que un día, un viernes, me pase de la raya y haciendo unos ejercicios de Pilates le puse las tetas en la cara, yo iba con un top que dejaba que se me marcaran los pezones, y al verme de ése modo no pudo más y se lanzó a besarme y acariciarme mis tetas con unas ganas tremendas, me puso muy caliente, no sé la razón por la que me asusté y me marche de golpe hacia el baño…

Estaba realmente sudorosa y cachonda, y por qué no decirlo, temblorosa así que decidí darme una ducha, no sabía si él seguía ahí fuera esperando una explicación pero me quité los pantalones y el top, y en el momento en el que iba a quitarme mi tanguita sonó mi puerta, era él, no se había marchado, tenía que aprovechar la situación, no podía cagarla 2 veces, no quería hacerlo…

Abrí la puerta con tan sólo la toalla cubriendo mi cuerpo casi desnudo y allí estaba él con la disculpa marcada en la cara, antes de que pudiera hablar le di un apasionado beso en la boca mientras nuestras lenguas jugueteaban la una con la otra.

-Lo siento no sabía que ibas a ducharte, ¿estás enfadada por lo de antes?- me dijo, - la verdad es que me has pillado desprevenida, pero he de reconocer que deseaba que lo hicieras- dije mientras le empujaba hacia dentro del baño entre besos, él acariciaba mi culito y jugueteaba con los hilos de mi tanga provocándome un gusto tremendo al hacerlos desaparecer entre mis nalgas y mi rajita, se me escaparon varios gemidos.

Le quite la camisa para deleitarme con sus perfectos músculos y comencé a besarle el torso, cómo veía que lo deseaba me quité la toalla para que pudiera ver mi cuerpo desnudo y dejando evidenciar que estaba totalmente disponible para él.

-Uf, joder- me dijo al verme, y me sentí poderosa, sabía que podría hacer con él y con su cuerpo lo que quisiera, comencé a besar su torso bajando por su ombligo para terminar quitándole los pantalones para ver su enrome polla totalmente erecta, nunca me había imaginado que la tenía de ése tamaño, siempre bromeábamos entre amigos sobre el tamaño de sus penes pero nunca oí nada acerca de la suya me la imaginaba más bien normalita, quería probar su sabor así que le quité los bóxers y comencé a masajearla lamiendo su puntita cómo si de un caramelo se tratara, de repente me la metí entera en mi boca aumentando de ritmo, sabia que le estaba dando muchísimo placer al oír sus gemidos - uff me corro- e hizo el amago de retirármela de la boca pero le dije que no me importaba que quería saborearlo y así hizo, derramó su líquido caliente por mis labios.

El verlo disfrutar de ésa manera me puso de repente muy ansiosa. Me hizo levantar y me empujó hacia la ducha y me quitó el top para así lamer mis tetas, me daba pequeños mordisquitos en los pezones haciendo que soltara pequeños grititos  cogió un poco de jabón y me enjabonó enterita poniéndome más cachonda si cabe yo hice lo mismo por todo su cuerpo y el ver correr el agua por su pecho enjabonado me encendió aún más, me quitó el tanga y comenzó a acariciar mi coño con sus dedos, los metió en mi agujero para luego dármelos a probar, tenía muchas ganas de que me follara, de tener su polla en mi interior pero el bajó besándome con su lengua por mi vientre y acariciando con la punta los labios de mi rajita, yo necesitaba que me penetrara ya por lo que se lo dije- quiero que me folles ya, necesito tu polla dentro de mi- vaciló un momento sabedor de que eso me ponía aún más y disfrutando de que se lo pidiera así pero cuándo no me lo esperé me cogió del culo, me levantó a peso y me la clavo de golpe toda entera haciéndome soltar un fuerte gemido de placer, mi espalda chocaba con las paredes de mi ducha mientras él me decía:- te gusta preciosa? O quieres más fuerte?-  sólo pude decir – ahhh si dame másss- mientras el aumentaba el ritmo, al rato me bajo al suelo al ver que estaba un poco cansada y apagó el grifo y me giró de cara a la pared y me acorraló para poner mi culo al su alcance, me besaba por la espalda mientras su polla jugueteaba con mi culito, cuándo , de repente y sin avisar me volvió a penetrar con la misma fuerza que antes mientras sus manos agarraban mi culo para marcar el ritmo, poco después vino mi orgasmo y el suyo a la vez, pretendía correrse fuera pero quería notar su leche dentro de mí y cómo tomaba  píldora no hubo ningún problema, al momento note cómo se vaciaba en mi interior dándome un gusto tremendo.

Nos quedando ambos exhaustos y fuimos a tumbarnos un rato en mi cama abrazados, le propuse que se quedara a dormir en mi casa porque lo de esa tarde no era más que el principio y el aceptó sin dudarlo pensando exactamente lo mismo.

Tuve que marcharme al taller a solucionar algunos asuntos que me habían surgido, mientras estaba sentada en mi despacho comencé a pensar en lo ocurrido y me puse muy acalorada e incluso tuve un pequeño estallido de placer al recordarle acorralándome en la pared de mi ducha por lo que me masturbe pensando en todo aquello para poder sofocar las ganas de sexo que tenía,- más tarde- pensé sonriendo.

Compré algo para cenar además de unas fresas con chocolate, que sabía que le encantaban y regresé a casa.

Le encontré en el jardín en mi piscina dándose un baño. Verle con el pantalón de deporte pegado al cuerpo hizo que se me disparara el corazón, que bueno estaba, pensé.

-Perdona, tenía calor y me he dado un baño, espero que no te moleste- me díjo.

Le dije que no pasaba nada y que había traído comida, le di un beso que sólo era un adelanto a lo que le esperaba ésa noche y nos fuimos a comer al jardín.

Estuvimos hablando de varios temas un rato y cuándo pretendió ir a cambiarse los pantalones mojados dije – Espera, que nos queda el postre- saqué las fresas y me puse a devorarlas pensado en la mamada que le hice antes, eso pareció llamar su atención, así que unte un poco en sus labios para luego dejárselos bien limpios con los míos, el hizo lo mismo conmigo.

Noté que llevaba ya una buena erección, así que le dije- Ven, quiero mejorar lo de ésta tarde- y le conduje de la mano hasta mi cuarto dónde me besó cómo si estuviera desesperado desnudándome de repente casi por completo, sólo me dejó puestas mis braguitas brasileñas de color negro, me tumbó en la cama y cogí el tarro con el chocolate y comencé a untar su torso desnudo para poder limpiárselo con mi lengua, estaba riquísimo.

Le quité los pantalones mojados dejando libre su enorme polla para poder lamérsela a placer, le unté un poco de chocolate y comencé a chupar cuidadosamente cómo si fuera un caramelo ya que no quería que se volviera a correr aún, cuando se la dejé bien limpia, me pidió que parara, cogió de mi cómoda un pañuelo y me vendó los ojos con él me dijo bien despacio al oído:- ahora te toca a ti disfrutar, no quiero que te muevas- , unto chocolate en mis pezones, que estaban bien hinchados de excitación y me los lamió, yo comencé a soltar suaves gemidos cuándo me daba pequeños mordiscos , bajó lentamente por mi vientre deteniéndose en mi ombligo dónde metió su lengua, para luego pasar de largo por mi coño y deteniéndose en mis muslos.

Muy lentamente me bajó la braguitas, y me unto un poco de chocolate por fuera de mi rajita para probarlo directamente de ahí, desplegó mis labios y con la lengua comenzó a darme pequeños toquecitos en mi clítoris, aquello me estaba volviendo realmente loca de gusto, poco a poco comenzó a lamer con mucha más fuerza y penetró con su lengua en mi agujerito, entraba y salía, al momento vino mi orgasmo, soltando mis jugos en su cara, pero a él no pareció importarle.

Me quité la venda de los ojos y le até las manos al cabecero de la cama, verle así dejando todo su cuerpo a mi voluntad me puso muchísimo –ahora verás- le dije al oído y cogí su pene y sus pelotas y comencé a lamerlas y succionarlas con mi boca, después comencé la chúpasela con más fuerza mientras le miraba a los ojos, era realmente excitante ver su cara de gusto, antes de que se corriera me coloqué a horcajadas encima suyo y metí su polla en mi coño para poder cabalgarle con fuerza, el roce de su pene con mis paredes me volvía loca así que tuve otro orgasmo casi al momento, al poco llegó el suyo e hice que soltara su leche en mis pechos.

Estábamos realmente agotados así que me limpie las tetas de su semen, y nos quedamos dormidos en mi cama totalmente desnudos por la mañana me desperté temprano y  vi que no estaba en mi cama y fui a la cocina a por algo de comer, y allí estaba él con el torso desnudo y unos bóxers puestos.

– cómo ha ido la noche?  – le pregunté,

-increíble- fue lo único que pudo contestar.

Después de ése día cada vez que terminamos su entrenamiento nos relajamos del mismo modo.