EHT (6): Se agrega una shemale
Una nueva integrante se une al harén de Diego gracias a los poderes de la hipnosis
El hipnotzador tibetano (6)
Se agrega una shemale
Esa tarde Diego había profundizado como nunca en la mente de Giannina. La bella joven era toda una pervertida y solo tenía que convertir en realidad sus más extravagantes deseos. Después de sodomizarla la usó como almohada mientras buscaba en internet para llevar a la práctica lo que había averiguado.
Ella era switch así que disfrutaba tanto ser dominada como dominar. Ya había convertido a Héctor, su enamorado, en toda una putita. En la intimidad él usaba vestidos y ropa interior de mujer y no había vuelto a penetrarla, mientras que ella sí lo hacía con frecuencia con la ayuda de un strap-on. Pero eso no era suficiente.
Además ella ansiaba vengarse de Karolina quien le había hecho una mamada a Héctor en el viaje de estudios que habían hecho hace unos meses en compañía de toda la clase. De eso se había enterado gracias a la hipnosis y a pesar de que él estaba realmente arrepentido. Giannina no podía olvidarlo ni dejar de pasarlo por alto. Tenía que vengarse de esa resbalosa.
Y como siempre Diego encontró la solución. Navegando por internet encontró una página de shemales o mujeres con pene. Es decir varones con cuerpo de mujer gracias a las cirugías y las hormonas. Escogió a la que le pareció más exuberante y femenina ya que la mayoría tenías rasgos masculinos.
La llamó esa noche y fijó una cita para el día siguiente. Se llamaba Mishelle y tenía una voz ronquita muy excitante. Ella le preguntó si quería un servicio “completo” con lo cual le sugería que fuese él quien gozaría de los placeres del sexo anal a lo que Diego respondió que verían como resultaba el momento.
La shemale llegó puntalmente a la habitación de hotel. Diego quedó sinceramente impresionado al verla. Era alta y usaba un vestido negro muy ceñido al cuerpo. Tenía una figura espectacular. Pero recordaba que en las fotos se la veía con un instrumento de buen tamaño.
Se saludaron. Él le pagó el precio acordado, bastante alto porque la había contratado por varias horas. Era necesario por si ella no caía en la trampa y porque igual necesitaría tiempo para modificar su mente.
Ella anunciaba en una agencia pero parecía ser independiente. Así que no habría problemas de llamadas inoportunas, pero él se encargó de aclarar previamente que detestaba las interrupciones por lo que la shemale le dijo que pondría su celular en modo silencioso.
Luego del pago, ella entró al baño y se cambió. Salió vestida con un conjunto rojo muy sexy. Se notaba un bultito sospechoso en la entrepierna pero no del tamaño que las fotos mostraban en su página web.
“¿Cómo empezamos?” – preguntó Mishelle.
“Veamos cómo me lo chupas” – dijo Diego.
Se sentó al borde de la cama y ella se arrodilló frente a él luego de poner una almohada debajo de sus rodillas. Empezó a lamerle los testículos con habilidad. Tenía unos labios carnosos, fruto de una cirugía experta para implantarle colágeno seguramente. Luego de ponerle el preservativo, lamió su pene de arriba abajo mientras lo miraba para ver el efecto que tenía en Diego. Él sonreía mientras le hablaba sin parar para ir preparándola sin que le diera cuenta con mensajes subliminales de relajación y confianza.
Mishelle era muy hábil con la lengua pero empezó a sentirse extrañamente cansada. Él no paraba de hablar y la interrumpía con frecuencia para que mirase su mano. El hombre le decía que era precoz y por eso la interrumpía. Empezó a marearse un poco. Quiso parar pero él le dijo que siguiera. Ella continuó. Otra interrupción. Luego siguió aplicándole al pene. Y otra interrupción para que mire su mano. Algo en su interior le decía que estuviese a la defensiva pero pronto su mente empezó a nublarse. Se sentía bien abandonarse así. Dejar que su lado femenino ocupase completamente su mente.
“Sigue, sigue así precio” – decía Diego – “no pares, así, muy bien. Detente un momento, mira mi mano, así, bien. Ahora sigue, sigue. Más fuerte.”
Diego notó como Mishelle lamía los testículos y luego bajaba un poco para lamerle la región perianal. Seguramente así lo preparaba para la penetración anal. Pero Diego no había ido allí para eso. Pronto haría su jugada.
“Ahora Mishelle, ponte de pie” – dijo él de pronto.
Ella obedeció. Algo mareada. El la sostuvo y luego de pronto usó otro timbre de voz.
“Estás cansada, muy cansada. Mira mi mano, no dejes de mirar mi mano. Relájate, mira mi mano y relájate. Ahora DUERME, DUERME PROFUNDAMENTE”.
Le dio un tirón hacia abajo y ella se derrumbó sobre él. Fulminada completamente. Durante una fracción de segundo su mente había quedado completamente indefensa y el hábil hipnotizador, gracias a sus años de entrenamiento en el lejano Tíbet la había dominado.
De ahí todo fue más fácil. Profundizo la hipnosis. La despertó y la durmió varias veces. Le ordenó que le hiciese dos mamadas espectaculares para evitar las distracciones. Fue una mañana donde ella cambió su vida.
Al finalizar, ella le devolvió el dinero y le dio la dirección de su casa, el teléfono y demás datos personales. Quedó a su disposición para otros encuentros con él y otras personas.
El siguiente fin de semana Giannina le dijo a Héctor que le tenía una sorpresa. Él ni se imaginaba que sería. Cuando estuvieron en el hotel se enteró de que harían un trío. El se quedó completamente sorprendido cuando vio la exuberante anatomía de Mishelle pero tragó saliva de terror cuando vio lo voluminoso de su instrumento.
“Esta noche ambos serán mis juguetes” – dijo Mishelle asumiendo el rol de Ama.
Arrojó el strap-on de Giannina a un lado de la cama y les ordenó que se desnuden. Ellos obedecieron de inmediato. Las enormes tetas de Mishelle atraían poderosamente a Héctor pero el grueso instrumento que se levantaba como un mástil entre las piernas de la shemale, lo atemorizaba. Giannina en cambio estaba completamente excitada. Quería ser dominada y penetrada por esa gruesa barra de carne.
La shemale se tendió en la cama y les ordenó a ambos que lamiesen su cuerpo. Héctor y Giannina se dedicaron a sus enormes tetas y luego bajaron a su pene. Se turnaron para lamerlo y aprovechaban para darse besos cuando sus lenguas coincidían.
Luego Giannina le hizó un beso negro a la shemale mientras ella sodomizaba a Héctor. El gozó como nunca porque el pene de Mishelle era más grande que el strap-on que usaba su novia y además era mucho mejor la sensación de carne que el plástico.
Después le tocó el turno a Giannina la cual tuvo que ser amordazada porque sus gritos eran verdaderos alaridos. Mishelle la penetró vaginalmente y luego analmente. Su poderoso instrumento amenazaba con partir a la bella joven que nunca había probado una verga de ese calibre.
A pocos pasos, Diego lo observaba todo, como testigo excepcional. Ya que gracias a la hipnosis estaba completamente invisible para ellos. Se deleitó con la penetración doble de Giannina. El pobre Héctor llevaba meses sin darle a su novia pero esa noche lo hizo. La joven casi se desmayó de placer. Quedó a un lado como un trapo mientras Héctor y Mishelle se besaban como dos amantes y luego se penetraban por turnos. Era un espectáculo un poco grotesco para los ojos de Diego que los observó unos instantes y luego se echó a los hombros a Giannina y se la llevó a otra habitación.
Mishelle somodomizó a Héctor varias veces pero él también lo hizo con verdadero deleite. Se sentía en el paraíso siendo llevado a un terreno nuevo de placeres con esa espada carnosa dentro de sí.
Diego agregó así una shemale a su colección de esclavos gracias a la hipnosis.