Educando a mi vecina (2)

segunda parte de: Educando a mi Vecina “Después de lo sucedido en el anterior relato, considere que mi nueva zorrita estaba lista para ser introducida a nuevos placeres, en donde mi marido Alan hiciera realidad sus fantasías... y las mías también”

Educando a mi vecina

segunda parte

Hola de nuevo!..estoy aquí para continuar con el relato de esta vivencia tan reciente que he tenido.

"Después de lo sucedido en el anterior relato, considere que mi nueva zorrita estaba lista para ser introducida a nuevos placeres, en donde mi marido Alan hiciera realidad sus fantasías... y las mías también"

Desde aquel día en el que Carmen mi vecina descubrió lo delicioso del placer que provoca la autosatisfacción, no pasaba un solo día en el que ella no recibiera una llamada mía, para recordarle que hiciera diariamente su "tarea" con su nuevo "amigo" y sus 20 cm de longitud de un fino y texturizado caucho duro.

Según me contaba Carmen, buscaba hacérselo en las noches o en algún momento en que se quedaba sola, procurando ser cuidadosa de no ser descubierta por Samuel su marido, pues le seria muy difícil explicarle el origen del dildo si el lo llegara a descubrir, inclusive en una ocasión Samuel se percato del pecaminoso mini vestido azul que le obligue a comprar; extrañado le pregunto sobre la diminuta prenda, a lo que la pobre de Carmen solo atino a decir que no sabia de donde había salido, y que quizás era de la criada y que por error lo puso en la ropa suya.

Uno de esos días le llame por teléfono, justo al llegar de mi trabajo, me contesto su trabajadora domestica y enseguida me comunico a la señora de la casa. Carmen además de tener un cuerpo voluptuoso y generosamente dotado, poseía una voz dulce y podría decir que hasta cachonda y sexy, desde luego ella no tenia la menor idea de que su delicada voz al teléfono sonaba así y después de charlar de informalidades fui directo al grano, tratando de provocarla como era usual.

-Dime preciosa...en que piensas mientras te masturbas?- le pregunte a través de la línea telefónica.

-Tu ya sabes en que...por favor no me preguntes que me muero de la pena!- contesto algo perturbada por mi directa pregunta, pero aun así le seguí cuestionando obligándola a que me contestara. –E..n ..pues tu sabes..en tu m..marido..en el- respondió escuetamente para después disculparse y decirme que tenia que hacer algunos deberes por lo que debía colgar; acepte en ese momento aunque por mi mente ya pasaban algunas locas ideas de las cuales pensaba contarle a Alan mi marido para poder dar el siguiente paso en la "educación" de mi vecina.

Un par de días después me entere por medio de Alan que Samuel el esposo de Carmen, saldría de viaje a una convención de médicos y que estaría ausente un par de días, lo que me dio el pretexto de poder abordar definitivamente a Carmen.

Un día antes de que Samuel saliera de viaje llame a Carmen y le propuse que viniera a mi casa a tomar un café, ella acepto y a los pocos minutos llego y la invite a pasar para poder conversar con ella de algo importante.

-Oye linda!..supe que tu marido sale de viaje a una convención no es así??..quizás podamos organizar algo en tu casa para poder celebrar que vamos a estar de "solteras" el fin de semana..no crees?- le comente animada; para esto, tuve que "mentirle" diciéndole que Alan tendría que ir también a un viaje de negocios, los cuales hace frecuentemente. Tuve que decirle eso o de lo contrario seria muy posible que al saber que estaría con Alan y conmigo se acobardaría e intentara evitarlo.

-mmh!..esta bien, cuando te despidas de Alan vienes a mi casa y tomamos un trago- me respondió después de pensarlo un rato, acordamos pues que nos veríamos mañana en la noche después de despedir a nuestros respectivos maridos a su viaje. Después de un rato nos despedimos, no sin antes darle un cálido beso en su mejilla y un pellizco a su prominente trasero.

Llegado el día, trate de espiar para ver que efectivamente, Carmen despedía a su marido Samuel que salía con una maleta y abordaba su auto, poco después de irse, Alan salió con una maleta también, A lo lejos Carmen nos hizo un ademán de saludo, mientras mi marido y yo respondimos al mismo tiempo que nos hacíamos una señal de complicidad, pues lo único que Alan haría en el aeropuerto seria verificar que Samuel tomara su vuelo y después regresar a donde estábamos nosotras y "sorprendernos" con su presencia.

A los pocos minutos llegue a la casa de Carmen con un cambio de ropa, ante la mirad extrañada de mi vecina. –Veras Carmen, como hacia tanto calor ..pensé que nos vendría bien un chapuzón mientras tomamos unas bebidas- le comente mientras señalaba a su piscina que se encontraba en la parte posterior de su casa; ella no se opuso y me invito a pasar y cambiarme para entrar a la alberca.

Ella se dirigió a su recamara para buscarse un bañador, sin embargo la detuve diciéndole que tenia un traje de baño que le quedaría perfecto y que le había comprado como un obsequio de mi parte. Mi vecina trago saliva al darse cuenta de lo diminuto del traje de baño que le obsequie, le rogué que lo usara para complacerme, a lo que finalmente accedió no muy convencida; de todas maneras tomo el bañador y se fue a cambiar al baño.

Mientras, yo me desvestía y me ponía el mío, sin importarme que estuviera al aire libre en el patio de mi vecina. Mi bikini era de color blanco, de media copa y con tirantes abrochados por detrás de la nuca estilo halter, la parte de abajo era una pequeña tanga que solo cubría con un pequeño triangulo de tela mi depilada zona genital.

Sonó mi teléfono móvil, el cual conteste a toda prisa; era Alan que conducía de regreso después de cerciorarse que Samuel había tomado su vuelo. –de acuerdo, ven rápido bebe... no tardes, aquí te "esperamos"- le dije para después colgar, al escuchar que Carmen bajaba las escaleras hacia el patio trasero de su casa.

Ella apareció en escena apenada y a paso lento; se había puesto el bañador que debo de decir era de un estilo igual al mío, solo que en color negro y de una tela semi transparente que no dejaba mucho a la imaginación.

-Ven!.. acércate linda...te ves divina!!...déjame verte mejor!- le dije mientras ella se acercaba lentamente con un rojo ruborizándole las mejillas, mientras se aproximaba pude admirar sus enormes pechos apenas cubiertos por la trasparente tela tipo "nude" que permitía apreciar lo definido de sus pezones erguidos, además note que ninguna mata de vello púbico cubría su monte de venus, lo que me pareció genial, ella al notar que miraba me comento que se depilo a toda prisa para poder ponerse la tanga del bikini y que no se viera desagradable.

La noche era muy cálida y agradable, la luna llena iluminaba perfectamente nuestro entorno y la calefacción de la piscina era la adecuada, Carmen ya había mandado a los niños a dormir y para mi fortuna era el día de descanso de la criada y por lo mismo no se encontraba; me arroje al agua y nade hasta la otra orilla donde había un pequeño grupo de escalones que servían para entrar a el extremo mas angosto de la piscina, mientras, Carmen saco un par de vasos, un jugo de naranja y una botella de Vodka y los coloco en una pequeña mesita cercana a la orilla donde me encontraba.

-Vamos!!..entra al agua..esta deliciosa- le dije animando a mi vecina que ya preparaba dos bebidas para nosotras; ella finalmente acepto y bajo delicadamente la escalinata hacia donde me encontraba y me ofreció una de las bebidas, después, se lanzo para dar algunas brazadas y regresar y darle un sorbo a la suya.

-Realmente fue una buena idea Evelyn... nadar me ha relajado muchísimo- me dijo sonriente al mismo tiempo que chocamos nuestros vasos en señal de brindis.

Permanecí observando a Carmen, en su recorrido sobre el agua, era una buena nadadora, y en mis adentros pensaba que me gustaría tener esa figura después de haber tenido dos hijos. Le llame para que se acercara y mientras lo hacia, de un movimiento rápido me quite la parte superior de mi bañador quedando en "topless" ante el asombro de mi vecina. –Anda anímate!!.. quiero que nos sintamos libres esta noche!- le dije invitándola a hacer lo mismo. Carmen dudo un poco, pero finalmente y con algo de pena libero sus enromes pechos de su sostén e inmediatamente regreso al agua riendo como una chiquilla.

En eso se escucho el timbre del conmutador de la calle –Quien será a estas horas?- se pregunto preocupada Carmen. – Espera déjame ver quien es- le dije al mismo tiempo que salía de la alberca y me colocaba una toalla sobre mi cuerpo.

Presione el botón para abrir la puerta desde el conmutador de la cocina pues ya sabia que era Alan quien llamaba y era el momento de darle la "sorpresa" a mi vecina.

-Vaya!!..mira Carmen quien ha llegado!!..- le dije justo al mismo tiempo que Alan entro por la cocina hasta el patio. Mi vecina enmudeció y sus ojos se abrieron como platos y una palidez le invadió el sorprendido rostro al mismo tiempo que intentaba ocultarse. –Bueno... perdí el avión, y saldré hasta mañana..solo espero no importunarlas- comento Alan aparentemente apenado y mostrando la mejor de sus sonrisas. Carmen seguía sin pronunciar palabra..pero esta vez su rostro ya había cambiado de un color blanco a un rojo berenjena pues reparo en su semidesnudez y apenada no atinaba a cubrirse por estar exhibiendo sus formas delante de mi marido.

-Corazón!..estábamos tomando un trago y dándonos un chapuzón...si gustas puedes acompañarnos- le dije descaradamente ante la incredulidad de Carmen quien permanecía dentro de la piscina. Alan sonrió de nuevo y miro fijamente a Carmen quien tímidamente le invito a permanecer si era su deseo. –Gracias, afortunadamente entre mi equipaje tengo un traje de baño- menciono mi esposo al mismo tiempo que abría su maleta y se dirigía a el cambiador contiguo a el patio.

Mientras Alan se cambiaba de ropa, Carmen me dirigió una mirada suplicante de auxilio, la cual ignore volviéndome a lanzar a la piscina y alcanza mi trago que estaba en el otro extremo.

A los pocos minutos salió Alan luciendo un diminuto traje de baño que marcaba perfectamente su sexo por lo entallado de este; debo decir que Alan a sus 36 años se mantiene en una forma física envidiable y que su 1.85 de estatura y su atlético cuerpo lo hacen mas que deseable; todo esto que menciono no paso desapercibido para mi vecina que trago saliva al ver a Alan dirigirse a la piscina.

Alan de un espectacular salto se lanzo de cabeza a la piscina y de un par de brazadas llego rápidamente hasta donde yo me encontraba, dándome un cariñoso beso en mis hombros.

Carmen continuaba algo azorada y permanecía a unos metros intentando con sus manos tapar un poco sus desnudos senos mientras que nosotros jugueteábamos en la piscina como dos enamorados, sin embargo a una señal mía, Alan y yo nos acercamos mas a Carmen nadando por debajo del agua y sin que mi vecina lo notara llegamos justo enfrente de ella para su asombro.

-Carmen, quiero agradecerte por permitirme quedarme, pero no quiero incomodar- le dijo Alan a mi adorable vecina. –No..desde luego que no... eres bienvenido- le contesto ella con voz temblorosa y sin mirarle a los ojos pero firme. –Debes de admitir cariño que Carmen luce extraordinaria con este bikini no lo crees??- le pregunte pícaramente a mi esposo ante la reacción apenada de nuestra anfitriona. El sonrió y afirmo que se veía espectacular mientras miraba con deseo el cuerpo de nuestra vecina. Alan se alejo un poco para servirse un trago, momento que aproveche para acercarme a Carmen y susurrarle al oído –Que te parece Alan?..te gusta mas así semi desnudo?- le pregunte mientras permanecía detrás de ella sujetándole los hombros. –Sabes algo preciosa??... yo le conté a Alan que te masturbabas pensando en el...y le agrado mucho saberlo!!..- le dije suavemente mientras Alan se aproximaba de nueva cuenta hacia nosotras.

-De que hablan chicas??...- pregunto divertido mientras se acercaba justo frente a Carmen, ella respiraba agitadamente mientras volteaba de reojo a mirarme asustada ante mi revelación.

-Amor!!..creo que Carmen quiere decirte algo!..- afirme perversamente aprovechando la confusión y provocando un sobresalto en Carmen. Alan miro fijamente a los ojos de nuestra vecina que no pudiendo soportar la vergüenza bajo la mirada para evitar contestarle a Alan.

-Que vergüenza- gimoteo Carmen – Discúlpame por haber dicho eso...no se que estaba pensando- recalco mi vecina ante Alan que como respuesta solo guiño el ojo. Entonces; sin previo aviso coloque mi mano sobre uno de los pechos de Carmen quien asustada intento retirarse, pero para entonces Alan ya había tomado con ambas manos la cintura de nuestra vecina acercándola a su cuerpo . –Esta bien linda!..todo va a estar bien...relájate eres preciosa- le susurre al oído mientras permanecía detrás de ella y seguía masajeando sus tetas bajo el agua. –Deseas esto??- le pregunto Alan al mismo tiempo que tomaba una de sus delicadas manos y la colocaba justo en su enorme paquete que amenazaba ya con reventar el traje de baño.

-Alan..por favor!!..yo no..- intento protestar mi vecina, sin embargo Alan acallo su queja apoderándose de los delicados labios de Carmen, sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo.

Justo ahí volvimos a nuestra adorable vecina la "carne" de nuestro sándwich sexual, pues yo permanecía detrás de ella sujetándole ambos senos, y mi marido frente a ella restregándole el miembro y besándola apasionadamente.

Alan comenzó a hacer su tarea pues al ver disminuir poco a poco la resistencia de Carmen, retiro su boca de los labios de nuestra vecina para lamer y mordisquear su terso cuello y bajar lentamente hasta el apetitoso festín que eran sus deliciosas tetas; que como un niño glotón comenzó a morder y chupar con desesperación . –ummhh!!- fue el leve quejido de Carmen al sentir la succión de la boca de mi marido sobre sus sonrosados pezones, sus mamelones fueron tomado grosor al ser mordisqueados suavemente mientras la incansable lengua de Alan recorría cada centímetro de la blanquísima piel de las prominentes y redondas tetas .

Estirándome un poco alcance mi "desarmador"(como se le llama a la bebida del Vodka y jugo de naranja) para darle un sorbo y el resto derramarlo sobre los pechos de Carmen, provocando las delicias de mi marido que sorbía y disfrutaba la bebida derramada sobre esas formidables mamas tratando de no dejar ni una gota. Saque los cubos de hielo del vaso y suavemente con ellos le recorrí con un masaje a los endurecidos pezones de Carmen que al sentir el contacto con el frió, se erizaron aun mas, haciendo gemir suavemente a nuestra anfitriona que para ese momento estaba completamente a nuestra merced.

Deje a Carmen seguir siendo "trabajada" por Alan y aproveche para ir detrás de mi marido y bajar su traje de baño por completa y así liberar su magnifico miembro erecto bajo el agua, también le retire a Carmen su tanga para después hacer lo mismo yo y quedar los tres completamente desnudos dentro de la piscina de la casa de Carmen.

Alan tomo a Carmen de la mano y esta sin voluntad aparente de resistirse le siguió hasta la escalinata donde mi marido la alzo y la sentó poniendo su vulva a la altura de su cara, yo seguí de cerca toda la escena flotando y nadando alrededor tocándome la conchita excitada por todo lo que estaba viendo.

-ahhh!..ohhh!- gimió Carmen, al sentir la febril lengua de Alan recorrerle completamente su dulce coñito, haciéndola escuchándose por todo el patio.

Alan separaba con sus manos los labios interiores descubriendo su delicado botoncito, al mismo tiempo que con la punta de su lengua lo recorría de manera circular mientras dos de sus dedos se apoderaba de la abertura de su coño introduciéndose haciendo correr en caudal los jugos sexuales de mi adorable vecina.

Carmen se aferraba a la cabeza de Alan meciéndole con desesperación los cabellos, y sus jadeos hacían subir y bajar los portentosos senos que mostraban mas que evidente el intenso placer que le recorría las entrañas; ella volteaba a verme disimuladamente cuando me acercaba para ver como su coño parcialmente sumergido en el agua era devorado por mi esposo.

-Ahhhhh!!!..por Diooosss!! ...Ohhhh- Exclamo sonoramente Carmen al sentir los espasmos en su bajo vientre que le recorrieron el cuerpo acompañando el delicioso orgasmo del que era presa.

Mi marido no pensaba darle tregua, pues aun con la sensación del orgasmo en su vientre; tomo a Carmen y le dio vuelta para ponerla de espaldas a el y la obligo a apoyarse en la escalinata empinándola haciendo que sus grandes nalgas emergieran a la superficie, el subió dos escalones mas quedando su grueso falo justo apuntando a su culo. El apoyo la punta sobre la cavidad de la húmeda vulva y empujo suavemente hasta hacerla entrar por completo.

-ummmhhhhh!!!!- grito suavemente Claudia al sentirse completamente penetrada por Alan, que con el grosor de su miembro le llenaba las paredes de su vagina y con ambas manos tomo con firmeza su gran culo que se le ofrecía y empezó suave y lentamente a meter y sacar su viril miembro.

Decidí que era el momento de participar un poco y me acomode entre la escalinata y la tetas de Carmen y me coloque sentada justo frente a su cara para obligarle a comerme el conejito como hace unos minutos mi esposo se lo hacia a ella.

-Usa tu lengua conmigo zorrita- le dice mientras le tome el mentón para dirigirlo a mis labios abiertos cubiertos por mis fluidos íntimos.

Los embates que Alan le daba desde atrás le movían hacia el frente y le obligaban a hacer lo que le ordenaba, de modo que, sumisamente utilizo su lengua para recorrer dulcemente mi conchita, mientras mi marido la penetraba sin descanso.

Carmen cerraba los ojos y gemía desesperadamente ante el incremento de la velocidad con la que mi marido le ensartaba una y otra vez su gruesa verga haciendo un peculiar sonido por permanecer semi sumergidos en la piscina. El agua salpicaba hasta mi cara debido a la descomunal bombeada que Alan le daba a nuestra vecina, que como una tierna cachorrita usaba su lengua de abajo hacia arriba recorriendo mi coñito que estaba ya hinchado por tanta excitación.

-Auuuhhhh!!!...me corrooo!!..- grito con desesperación nuestra anfitriona, mientras empujaba su culo hacia atrás repetidamente, como buscando que la enorme polla de mi marido la atravesara por completo buscando así apagar el fuego que le quemaba el interior del coño y le recorría la piel erizando sus pezones y cabello.

El prolongado orgasmo que Carmen experimentaba le hizo encajar su cara completamente en mi chorreante vulva, que continuo lamiendo ávidamente como si manara de ella el mas dulce de los néctares. Por otro lado, el desgraciado de mi marido no había disminuido en lo mas mínimo las vigorosas embestidas, provocándole un segundo orgasmo, mas salvaje e intenso que el primero que hizo prácticamente chillar de placer a mi vecina; esto, no evito que Carmen dejara de comerse mi coño lo que me provoco que viniera casi al mismo tiempo que ella justo en su cara completamente empapada por mis jugos.

Alan salió de la piscina desnudo y aun con la verga completamente rígida se dirigió a prepararse una bebida, dejando a mi vecina completamente follada de pies a cabeza y sumergida aun en la alberca. Yo permanecí inmóvil al mirar que Carmen salía difícilmente y con piernas temblorosas del agua y tomaba una bata de baño para cubrirse su desnudez.

Carmen se introdujo a su casa sin decir palabra alguna e inmediatamente Alan fue detrás de ella, viendo esto me propuse entrar también detrás de ellos.

Mi vecina se detuvo en el cuarto de los pequeños y entro sigilosamente para no hacer ruido, solo para revisar que estuvieran bien. Alan entro lentamente detrás de ella y al verla agachada sobre el barandal de la cuna del mas pequeño, se acerco a ella por detrás y levantándole la bata paso libidinosamente sus manos acariciándole el culo y las caderas a Carmen que se sobresalto de que mi marido la hubiese seguido hasta ahí.

El muy carbón de mi esposo, ni se inmuto ante la reacción de Carmen y con agilidad inclino a Carmen un poco solo para clavarle la verga con suma facilidad en su aun húmedo coño.

-Noo por favor..aquí noo!!..los niños pueden despertar!!- lloriqueo asustada Carmen, al sentir nuevamente el enorme falo de Alan recorrerle sus paredes vaginales.

-No hagas ruido-le susurro al oído Alan, mientras empujaba mas hacia abajo a Carmen para que parara mas el culo, con lo cual apoyo totalmente sus tetazas en el barandal de la cuna del bebe.

Mientras yo observaba toda la escena recargada en el marco de la puerta, frotando con mis dedos mi aun mojado conejito.

El miembro de mi marido empujaba con fuerza nuevamente, haciendo chocar su pelvis con las prominentes nalgas de Carmen, que temblaban a cada sacudida, mientras ella se mordía los labios para no emitir ningún gemido. Cuando Alan sintió que Carmen se correría de nuevo, se detuvo en seco y la tomo de la mano para llevarla casi en rastra a la habitación donde dormía con su esposo.

Al entrar, Alan de un brinco se arrojo sobre la cama tendiéndose boca arriba, quedando su magnifica verga apuntando al techo, yo tome a Carmen y la conduje al lado de mi marido para que se subiera encima de aquel enorme trozo. Ella monto aquel grueso miembro arrancándole un suspiro al entrar por completo.

Alan tomo con firmeza aquel precioso culo mientras que Carmen comenzaba su movimiento al cabalgarlo lentamente; yo mientras tanto, busque colocar mi conchita justo debajo del rostro de mi marido y así quedar de frente a Carmen que con los ojos cerrados y apoyando las manos en el pecho de mi marido había empezado a mover cadenciosamente su prominente trasero al sentir todo el rigor y el grosor de la deliciosa herramienta de Alan.

Alan sabia bien que hacer y mientras era cabalgado por Carmen, con su experimentada boca me devoraba mi clítoris y con su lengua me penetraba el coño.

-Anda carbón, follate duro a esta putita- le ordenaba completamente excitada a mi marido que demostraba ser un auténtico macho al estarnos dando placer a ambas al mismo tiempo. La deliciosa sensación que me provocaba el sexo oral me hizo buscar los labios de Carmen que prácticamente tenia deformado el rostro por el placer que estaba experimentando. Lesbicamente nuestras lenguas calientes se entrelazaban una y otra vez y nuestra cálida saliva fluía por nuestras bocas jadeantes hasta caer por las comisuras, actuando poseídas por un enloquecedor placer.

-Auuuhhh!!!....asi, asi .. papacito..que me corrooo aaahhh!!- grito Carmen con todas sus fuerzas, haciendo estremecerme, al mismo tiempo, la muy puta cabalgaba furiosamente moviendo su culo a gran velocidad gimoteando como una zorrita en celo por el descomunal orgasmo que le produjo montar la verga de mi esposo. Casi al mismo tiempo una descarga me recorrió la espina, provocándome venirme fuertemente en la cara de mi marido que terminaba de comerme deliciosamente el coño.

Mi vecina callo desfallecida en la cama y Alan se incorporo para que le chupase la polla y hacerlo venirse de una vez. Ambas le lengüeteamos agradecidas el miembro empapado por los jugos de Carmen, y succionamos con vigor alternadamente el enrojecido y enorme glande recorriendo el grosor en una caliente mamada que provoco que Alan suspirara al fin liberando una espesa y caliente descarga de semen que cubrió parcialmente nuestros rostros.

Los tres caímos rendidos y entrelazados decidimos quedarnos dormidos un rato; ya entrada la medianoche Alan se incorporo y se marcho a la casa, yo decidí quedarme ahí y dormir desnuda con Carmen el resto de la noche, hasta que muy temprano por la mañana me duche y de un tierno beso me despedí de mi vecina, prometiéndole que pronto nos volveríamos a "reunir"

Mas pronto de lo que se imaginaba...

Evelyn.