Educando a Marta (2) Segunda parte

Se trata de una ampliación del segundo capítulo, pues me dejé cosas sin poner, para no alargarlo demasiado.

Esta es una ampliación de la segunda parte del relato en el que narro cómo conocí a Marta, una chica caprichosa y malcriada y cómo, poco a poco la fui convirtiendo en una puta, sumisa,

escort

y gótica.

He pensado en hacer esta ampliación porque hay cosas sobre Marta y sobre el contrato de sumisión que firmó, muy importantes, y que los lectores/as,

deberéis

saber antes de pasar a leer la tercera parte de la historia de la educación y el cambio de Marta.

Sobre la salud física de Marta, no os he comentado que, algo que a mí me pone mucho, aunque pueda generar cierto rechazo, de hecho a Marta le crea cierta humillación, a la vez que morbo, es que Marta tiene un pequeño problema de pigmentación en la piel, en concreto, una mancha de nacimiento de color marrón en una pierna, yo se la vi desde el principio, pues ya el primer día que la conocí, en mi oficina, cuando fue a hablar de temas de bolsa, cómo llevaba una falda muy corta, pues se le veía la mancha de nacimiento.

Marta me dijo que ese era el motivo por el que le costaba relacionarse con hombres, pues le daba cierto grado de timidez y de inseguridad, ese que yo noté nada más verla y que me hizo darme cuenta de que Marta podría ser la sumisa, la puta, que tanto tiempo llevaba buscando y a quien poder modificar a mi gusto.

Tengo que decir, en este punto, que me gustan especialmente las mujeres con algún tipo de “situación” dermatológica, del tipo pecas, manchas, vitíligo y similares, por lo que vi en Marta, la opción perfecta, para, aparte de humillarla, haciendo que siempre tenga que llevar faldas o vestidos que le hagan mostrar la mancha de nacimiento, y, por otro lado, para que yo mismo me pueda excitar humillándola y exhibiéndola.

El otro problema físico de Marta, es en la zona de los ojos, pues, según me dijo cuando le pregunté, en el sofá del salón, mientras hablaba el sábado ese del que hablo en la primera parte del capítulo 2 del relato, sus ojos siempre habían sido su punto débil.

Cuando era una niña, tuvo el ojo derecho vago, y estrabismo en el izquierdo, del que tuvieron que operar a Marta, y quedó bien. Durante bastante tiempo, llevó parches cómo los que yo le hago llevar en varias partes del relato.

Años más tarde, cuando estaba estudiando la carrera de Farmacia, se le desprendieron las dos retinas, estuvo muy cerca de quedarse ciega totalmente, pero se operó y logró recuperar algo de visión, eso sí, sin gafas, apenas puede ver.

Estuvo durante cerca de un año, con diferentes vendajes en los ojos y tuvo que usar un bastón de ciega para poderse mover por la calle. Me dijo que aún lo guardaba, por lo que no tenía problema en traerlo algún día, si así se lo pedía.

Es por ello que, otra forma en la que disfruto humillando a Marta, cómo se verá en próximos capítulos, es haciendo que se deje las gafas en casa, no permitiendo que las lleve cuando salimos, y, a veces, tapando también el ojo por el que ve mejor. Aunque bueno, para Marta, es una excitación, más que una humillación. Y cada vez más...

Ahora aprovecho también para hacer una rectificación, y es que la tercera opción de mujer a la que Marta quería parecerse (Ver la primera parte del segundo capítulo), la de la cara tatuada, es de Serbia y no de Alemania, como, por error, expresé en el relato.

De todas formas, teniendo en cuenta que Marta tiene un pelo largo, negro y cuidado, decidí, cuando me dijo que quería ser una rubia tonta, que era mejor no ceder a sus caprichos, y que le quedaba mejor el papel de morena, tonta, pero gótica.

También decidí no tener en cuenta su límite de no tatuar la cara, pues la mujer esta serbia, sólo llevaba un pequeño tatuaje en la cara, así que me dio una buena idea para poder hacer a Marta algo similar.

Para los piercings, decidí que debía llevar en varias zonas, en especial, el del

séptum

, para poder ponerle una correa y tirar de ella, y varios en su coño, para poder cerrarlo y poner una especie de

corset

genital.

Le enseñé a Marta algún ejemplo, esta vez sí, de alguna mujer alemana, con todo el cuerpo tatuado, y le dije que eso era lo que quería para ella, sin importarme lo que dijera ni su opinión, al fin y al cabo, y así se lo dije, si quería llegar a ser una puta, debía aguantarse muchos de sus caprichos y obedecer.

Al final, en ese aspecto de los tatuajes, decidí dejar sólo libres de tinta, la zona de la mancha de nacimiento, para que pudiera seguir siendo humillada por ello, y las tetas, pues, cómo Marta las quería tener enormes, era mejor esperar, al menos, a que se las operase del todo, y luego, ya veríamos si tatuarlas o no.

De la mujer de Polonia que siempre va vestida de cuero y muy arreglada, la segunda de las tres opciones que Marta me propuso, sí que me pareció adecuada, y le dije a Marta que esa misma tarde de sábado, iríamos de compras, para empezar a llenar su armario con ese tipo de ropa.

Por supuesto, le dije a Marta que no habría ningún problema en probar los dos límites de la mujer de Polonia, pues también me gustan los abrigos de piel en mujeres (Y aprovecho para decir que también me gustan los toros) y que, en cuanto al tema de la caca, pues, por mi parte, sin problema, pero que, poco a poco.

También tengo que decir que Marta aceptó sin problema el tema de practicar nudismo, pues era algo que siempre habría querido probar, aunque el tema de la mancha de nacimiento, de nuevo, le había hecho tener cierta timidez, pues pensaba que todo el mundo se fijaría, al verla desnuda.

En cuanto al aparato dental, le dije a Marta que no sería problema, pues conozco a alguien que se dedica a esos temas y que podría ponerle un aparato dental, pero que eso podría ser algo incómodo y quizás, hasta doloroso, a lo que Marta me contestó que le parecía muy excitante. De hecho, noté cómo se excitaba al contármelo.

Finalmente, el tema de estar escayolada, le dije a Marta que, en la clínica donde le operarían las tetas y el culo, podría hablar con la cirujana y que, seguro que no habría problema en que también le hicieran probar diferentes escayolas, incluso de cuerpo entero si así lo deseaba.

Para acabar esta ampliación del segundo capítulo, pongo las normas a las que Marta se comprometió al firmar el contrato de sumisión.

  • Llevar siempre la ropa que yo ordenara, sin importar la temperatura exterior, que fuera invierno o verano ni lo que la gente dijera sobre ella, al verla así vestida.
  • El único calzado permitido son las botas altas, con, al menos, 7 cm de tacón y siempre, negras
  • La estética de la sumisa, Marta, será, en la medida de lo posible, gótica, y siempre deberá llevar maquillaje acorde a esta estética.
  • La sumisa, Marta, deberá llevar siempre que el Amo se lo pida, un

plug

anal, en su culo. * La dieta estará controlada por el Amo (Por mí, el autor del relato) y, de saltarse la dieta, (por parte de la sumisa, de Marta, en este caso), habría castigo, decidido por el Amo * La sumisa, Marta, deberá aguantar sin mear, al menos, diez horas entre meada y meada, de no cumplir con esta regla y mearse encima, el castigo, decidido por el Amo, podrá ir variando y en aumento, si la situación de mearse encima, por parte de la sumisa, se repitiera. * Es sólo deseo del Amo, los momentos en los que la sumisa, Marta, tendrá permitido llevar gafas, así como los momentos en los que la sumisa, Marta, deberá llevar los ojos vendados y/o tapados con parches oculares. * En la medida de lo posible, la mancha de nacimiento de la sumisa, de Marta, estará siempre visible y a disposición del Amo, para utilizar y exhibir, pero el Amo no podrá eliminarla ni operarla. * El cuerpo de la sumisa, de Marta, será operado en las siguientes partes: Tetas, siempre para aumentar, culo, también para aumentarlo. * En la boca de la sumisa, Marta, se le pondrá un aparato dental, y se hará lo posible para que la sumisa pueda ir probando, en su propio cuerpo, diferentes escayolas y vendajes. * El tamaño de aumento de ambas cirugías, será siempre decidido por el Amo, sin que la sumisa, Marta, pueda tener opinión. * Todo el cuerpo de la sumisa, Marta, a excepción de las tetas, la mancha de nacimiento y algunas partes de su cara, será completamente tatuado, con diseños que el Amo elegirá, sin que la sumisa, Marta, pueda opinar. * Los pezones, el coño, la lengua y la nariz de la sumisa, Marta, serán anillados con piercings, a elegir por el Amo. * La sumisa, Marta, deberá tomar el sol desnuda siempre que sea posible. Lo único que puede decidir la sumisa, Marta, es si usa o no protección solar * Es obligación de la sumisa, de Marta, acompañar al Amo, cuando éste se lo pida, ya sea a comer/cenar/actividades o incluso de viaje. * La sumisa, Marta, se compromete a dejar, mediante excedencia, su puesto de trabajo, pero teniendo en cuenta que siempre podrá volver a él, si decide abandonar su situación de sumisa. * Es también obligación de la sumisa, Marta, notificar al Amo, cualquier problema personal que pueda tener, para que el Amo pueda ayudar e intentar, en la medida de sus posibilidades, ayudar a la sumisa. * En cualquier momento, la sumisa, Marta, podrá abandonar la situación de sumisión, pero con la condición de no poder regresar nunca más a ella.

Ese fue el contrato que firmó Marta.

Por último, me gustaría comentar que el hecho de no poner diálogos en el relato, es por pura comodidad, me resulta más sencillo escribir todo del tirón e ir explicando y narrando las diferentes situaciones a las que Marta se va exponiendo.

El autor está abierto a recibir comentarios, así como sugerencias de modificaciones para realizar a Marta

También me gustaría hacer un llamamiento, por si hay alguna mujer interesada en que le pase lo que le pasó a Marta, el autor está abierto a escuchar propuestas de mujeres reales.