Educando a la administrativa-6 final-
Laura recibe el castigo pendiente
La mañana siguiente a la noche de sexo nos despertamos bastante tarde, como era sábado no importaba. Nos duchamos y mande a Laura a que prepara algo de comer.
Después de comer vimos un rato la televisión y mi perra se quedo dormida sobre mis rodillas. Que descansara, que la esperaba una buena noche. La noche de su castigo por negarse a una orden, luego dudar, aunque termino obedeciendo.
Cenamos también casa, un picoteo, no quería que fuera muy cargada.
-Esta noche me vas a castigar ¿no?
-Cierto. Arréglate que vamos a salir. Solo ponte un vestido corto y maquíllate.
-De acuerdo.
Fuimos al club bdsm ya que allí iba a ser realizado su castigo. Ella no esperaba que fuéramos y mucho menos que allí fuera corregida, aunque no le dije nada.
Entramos y tomamos una copa. Al rato fui a hablar con el encargado del garito.
-Oscar tienes un minuto –le pregunte-
-Para ti siempre –respondió-
Nos conocíamos hacía varios años.
-Tengo una sumisa que necesita un correctivo y había pensado en que fuera en la sala central.
-Perfecto, cuando quieras avísame y la presento.
-Está en la barra, la preparo ya.
-Ok.
Fui a buscar a Laura y la lleve a la sala que ya conocía y por la cara que puso se imagino lo que se le venía encima, pero no dijo nada. Junto a la tarima del centro le dije:
-Desnúdate y quítate los zapatos.
Obedeció aunque me pareció ver alguna lágrima en sus ojos.
Subió a la tarima, se puso a cuatro patas siguiendo mis órdenes. Le ate por las muñecas y tobillos.
Deje pasar un rato para que Laura pensara, luego fui en busca de Oscar. Yo volví junto a mi perra.
-Atención por favor –trono la megafonía del local- En la tarima central hay una sumisa que está a disposición de todos y todas que deseen usarla y castigarla por deseo de su Amo.
-Me podías haber avisado, cabron –me dijo-
Respondí con un fuerte azote en su culo.
Por otras ocasiones anteriores sabia que tardarían unos minutos en iniciar el castigo. Entre el público asistente los había de toda clase, los que quería usarla en exclusiva, los que no les importaba compartirla. Yo me busque un buen sitio de observación para ver el espectáculo y sobre todo la cara de Laura.
Primero se acerco un tipo de unos 45 años. Dio un par de vueltas sobre Laura y sopesándola.
-Pocas tetas, amigos -grito- pero buen culo, duro, prieto y poco usado.
Le dio varios azotes en las nalgas y luego en los pechos. Se acerco otro tío mas joven con una fusta. Le hizo un repaso por la espalda. El primero le metió la polla en la boca mientras que la joven perra recibía fustazos. Cuando este se canso, la ensarto de un solo golpe, debía estar chorreando literalmente. Los dos sabían lo que tenían que hacer y no tardaron mucho en correrse y Laura en tener sus primeros orgasmos ya que creo que fueron dos.
La dejaron tranquila unos minutos. Luego se acerco una mujer que de una cadena llevaba a un esclavo. La agarro del pelo subiéndole la cabeza.
-Si tu amo ha decidido que seas castigada así –dijo- es que no mereces otra cosa. La mayor vergüenza para una sumisa es que la folle un esclavo y el mío lo va hacer, aunque no lo merece pero por solidaridad le voy a dejar.
Delante de la cara de Laura le bajo el pantalón corto que vestía. Le quito la restricción que llevaba en el pene. Volvió a coger del pelo a la perra.
-Pónsela dura.
Acerco al sumiso y Laura comenzó a hacerle una mamada mirándole a la cara. Bien por ella hacia lo que le había enseñado. Enseguida se puso a tono, a saber cuánto tiempo llevaba sin correrse el tío.
Su ama le llevo de la cadena hacia la parte de atrás.
-Monta a la perra.
Inmediatamente la penetro. Viendo la cara de Laura pensé que mucho se tenía que esforzar el esclavo si quería hacer gozar a la chica.
Al rato, la mujer se acerco a la cara de Laura. Levanto la minifalda que llevaba y separo la parte delantera de las bragas o tanga, no lo veía bien.
Su primer coño, pensé, a ver cómo reacciona. Me miro y yo le guiñe un ojo. Comenzó a lamer el coño de aquella ama. Me percate que el sumiso bajo mucho el ritmo de la follada. Estaba claro que no podía correrse antes que su ama.
Tardo un buen rato en correrse. El perro acelero el ritmo y en un par de minutos se vació pero Laura no lo consiguió.
Fue pasando el tiempo, casi hora y media. Hubo de casi todo, castigos físicos, muchas folladas y varios orgasmos de Laura.
-Atención, atención –volvió a sonar la megafonía-
-Se me ha ocurrido –dijo Oscar- que me gustaría saber si alguna de las sumisas presentes estarían dispuestas de forma voluntaria en dar un respiro a su compañera y ofrecerle un orgasmo. No vale pedir permiso a vuestros dominantes, solo quiero saber las que lo harían libremente si pudieran.
Cuatro manos se izaron.
-Bien, eso se llama solidaridad –dijo el encargado-
-Ahora la pregunta del millón. Los propietarios de estas cuatro sumisas ¿las dejan?
No oí las respuestas, pero las cuatro mujeres fueron hacia Laura.
-Gracias amigos por su colaboración –dijo Oscar-
Una de ellas, la más alta, se metió debajo. Estaba claro que iba a comerle el coño. Otra, las menudita se tumbo sobre las piernas de la otra y quedo su boca justo en los pechos. Una morena se puso en las nalgas con intención de lamerle el culo y cuarta, una rubia de bote, comenzó a besarla.
Que yo sepa se corrió tres veces, quizás alguna más. Cuando se retiraron las chicas, fui a la tarima y desatándola. Cayo de bruces. La cogí en brazos. No hablo, no podía. La lleve a los baños.
-Dúchate, fuera te dejo la ropa.
Cuando salió y la vi, estaba linda, pero hecha unos zorros, le costaba caminar.
-Vámonos –dije-
Considere que era mejor ir a su casa. La ayude a acostarse. Le di un beso en la frente y me iba a despedir cuando me dijo:
-Necesito que me tomes.
-No estas en condiciones, Laura.
-Lo sé pero necesito que el último de hoy seas tú. Algo rápido, no quiero correrme, solo sentirte.
-Vale –conteste-
Se puso a cuatro patas en la cama, ofreciendo sus dos orificios. Evidentemente solo use su vagina. Al sentir la penetración se hecho para delante y se saco la polla.
-Por el culo, que es lo único que no tengo usado hoy.
-Te va a doler, no estas preparada.
-Compláceme por una vez, se bueno.
-Como quieras –le dije-
Trate de dilatar su esfínter con los dedos, hice lo que pude. Le penetre despacio. De vez en cuando se quejaba. Fui todo lo rápido que pude vaciándome en la primera ocasión que se presento.
Cayó sobre la cama, me acosté a su lado y la abrace.
-Gracias –murmuro-
Durmiéndose al instante.
Desperté por la mañana. Laura dormía. Desayune y le deje una bandeja con un desayuno frio y una nota en que le decía que pensara en lo ocurrido en los dos últimos días y que hablaríamos el lunes. Me fui a casa, yo también quería pensar.
Llegue un poco tarde al trabajo. La vi en su mesa y nos miramos le hice un gesto con la mano para que esperara, ya que al verme comenzó a ponerse de pie.
Poco antes de comer la llame y le dije que viniera al despacho.
-Siéntate –le dije cuando entró-
-¿Pensaste en lo que te dije?
-Si
-Yo también Laura. Toma
Le tendí un sobre.
-Es tu carta de despido, esta sin firmar, puedes hacer con ella lo que quieras.
-No entiendo, ¿ya no me chantajeas?
-No, puedes romperla o si quieres te la firmo, es un despido improcedente, denuncia a la empresa y saca una buena tajada.
Me miro a los ojos y rompió el sobre.
-Como te he dicho antes que yo también he pensado. Quiero que seas mía, pero por que tú hayas decidido entregarte. Serás un objeto más de mi propiedad. Lo primero que hare es marcare como tal a fuego. Vendrás a vivir a mi casa. Así ahorraremos el dinero que pagas de alquiler que me vendrá bien, seguirás trabajando pero yo manejare tus ingresos ya que una “cosa” no tiene finanzas. Serás una esclava en todos los sentidos. De cara a la familia y a la gente seremos pareja y haremos vida como tal. Piénsalo y me dices.
Se quedo mirando al suelo como un minuto o dos, pero se me hizo muy largo.
-¿Cuándo quedamos para que marques? –Fue su respuesta-
FIN DE LA SERIE.