Educando a la administrativa-4-

Laura sigue con su educacion

Fueron pasando los días. El culo de Laura fue mejorando y casi se podía sentar de forma normal. Todos los días practicaba la mamada de pollas. Notaba su mejoría. El uso del huevo vaginal se hizo habitual tanto en las sesiones de prácticas como en la oficina. La mayoría de las noches me quedaba en su casa por lo largas que eran las sesiones.

Me hacía mucha gracia verla en el trabajo, como trataba de que no se notara que estaba excitada y de repente venia corriendo a mi despacho para suplicar que parase o que le dejase correrse. Unas veces le decía que se corriera allí mismo, otras la mandaba al baño. Esto último le avergonzaba y temía que pudiera entrar alguna compañera. Por cierto no volvió a dar motivo para un castigo y decidí no aplicarle el que teníamos pendiente por correrse sin permiso. Un poco la teoría del palo y la zanahoria.

Me confesó que lo que más le gusta era que me corriera en su cara.

-¿Por qué? –le pregunte-

-Me siento sucia, una puerca que no sirve para otra cosa y eso me pone muy cachonda.

Un viernes le dije que íbamos a salir. Que se pusiera especialmente bella y sexy. No hacía falta que se lo dijera ya que sabía que me gustaba presumir de mujer cuando salíamos.

Al recogerla me lleve una sorpresa ya que realmente estaba muy sexy. Lleva un mini vestido negro con un generoso escote que realzaba sus pechos. Las piernas estaban enfundadas en unas finas medias también negras y cuando le abrí la puerta del coche y le di un beso de bienvenida, pase la mano por su culo note que no llevaba bragas.

-Eres una guarra –le susurre en el oído- mira que ir sin bragas.

-Si quieres me las pongo.

-Ya no hace falta. ¿El huevo vaginal?

-En el bolso.

Subimos al automóvil y antes de arrancar le dije

-Ponte el huevo.

Se ruborizo.

-Aquí puede verme cualquiera que pase, busca algún sitio más discreto.

La mire fijamente. No hizo falta nada más. Lo saco del bolso y abriendo las piernas, se lo introdujo.

Arranque camino del restaurante y puse el marcha le juguetito en la posición uno.

Después de cenar fuimos a un club de tema bdsm, iba a ser su debut en público, pero claro Laura no lo sabía.

Su cara fue de completa sorpresa cuando entramos. La decoración era exquisita. Nos acomodamos en la barra.

-¿Qué te apetece tomar? –le pregunte-

-Necesito algo fuerte, quizás un whisky con hielo.

Pedí dos. Mientras que mirábamos la sala. De repente me dio un pequeño codazo.

-Mira –me dijo-

En una mesa había dos tipos y una chica que le estaba mamando la polla a uno de ellos mientras que el otro la azotaba el culo.

-Aquí eso es normal –le comente-

Note como se puso nerviosa y otra vez colorada. Dos o tres hombres me saludaron.

-Laura, por si no te has dado cuenta, este es un local del mundillo  bdsm, vienen amos, amas solos o con sus sumisos o sumisas.

-Entiendo.

-Eres una chica lista.

Pedí otros dos whiskys. Al rato se acerco un amigo.

-Buenas noches Luis –dijo ignorando por completo a Laura-

-Hola –conteste-hacía tiempo que no nos veíamos.

-Cierto, pero has sido tú el que no ha venido.

-Últimamente he estado ocupado.

-Ya veo a la nueva perra.

-Es su primera visita.

Hablábamos de ella como si Laura no nos oyera, como si fuera un objeto, durante la conversación puse en marcha el huevo en la posición dos.

-¿Puedo?

-Por supuesto querido amigo.

El hombre se saco la morcillona polla, quedándose de pie junto a la barra. Mire a Laura y le hice una seña con la cabeza. Me dijo que no con la cabeza. Aumente la velocidad del juguete vaginal y le volví hacer la seña.

Dudo un par de segundos pero se puso en cuchillas y comenzó a acariciar el pene ofrecido, luego lo hizo con la punta de la lengua y a continuación se lo introdujo en la boca. No dejo de mirarle a los ojos en todo el rato.

El juguete iba haciendo su trabajo y Laura estaba muy excitada. Me percate que podía correrse en cualquier momento y lo mejor era que no sabía ni podía pedir permiso para hacerlo. Pero decidí ser bueno, dado que se estaba portando bien le susurre al oído que podía correrse después de que lo hiciera mi amigo.

De pronto el hombre le agarro la cabeza, moviéndola a un ritmo fuerte y se corrió en su boca, dejando la verga dentro por lo que Laura tuvo que tragarse el semen vertido. Al momento se corrió ella haciendo esfuerzos para que no se notara mucho. Los gemidos quedaron ahogados por la polla en boca.

-Gracias  Luis–dijo mi amigo- Menuda puta tienes, se ha corrido.

Se abrocho el pantalón y se marcho

Laura se incorporo, dio un trago a su copa, permaneciendo callada.

Salimos de local y puse dirección a mi casa. Era la primera vez que la llevaba.