Editora agresiva

No hay nada más efectivo para aumentar la productividad de un escritor erótico que tener una editora agresiva.

Editora agresiva

El día se levantaba y hoy tenía que realizar una de esas labores que como autor me desagradan. Venderme. Así que tras desayunar y pegarme una buena ducha vino Michelle.

Michelle era mi editora. Nació en Dijon y era tremendamente eficiente. Gracias a sus habilidades negociadoras había alcanzado el éxito como escritor hasta niveles insospechados. Definitivamente nuestro éxito era más de ella que mío. Pero se podía decir que formábamos parte de un buen equipo. Yo escribiendo historias y ella consiguiendo que dichas historias pasasen a ser best seller mundiales. Era tremendamente feroz para conseguir excelentes tratos para que nos publicasen poniendo empeño en unas excelentes campañas de Marketing que hacía que mis libros pasasen a estar en las listas de más vendidos en todo el mundo. Y eso es lo que íbamos a realizar hoy. Marketing. A mi pesar, ya que nunca me ha gustado esto. Ella lo sabía pero a pesar de mis protestas imponía su voluntad.

Eran las 10 de la mañana y vino a recogerme a mi habitación. Llamo al telefonillo y le abrí.

-          ¡Vamos Manny! ¡Deja de holgazanear! ¿No ves la hora que es? ¡Y por favor aféitate antes de salir!

-          ¡Que sí!¡Que sí! – protesté

Termine de arreglarme y salimos a su coche. Ella tomo el volante y me puso en el asiento de copiloto.

-          No pongas esa cara.- dijo Michelle

-          Ya sabes que no quiero ir.

-          Quieras o no quieras tienes que hacerlo ¿Como se supone que vamos a informar de nuestro nuevo libro si el autor se esconde? Tienes que dar la cara.

-          Vale, lo que tú digas. Pero si me preguntan cosas incomodas…

-          Te sacaré. No te preocupes.

Michelle era eficiente y trabajadora. Estaba rozando la treintena y como ambiciosa que era estaba llegando a la cima del mundo editorial a tan temprana edad. Morena de pelo rizado, ojos azules cielo, era definitivamente hermosa y su cuerpo era muy atractivo. La vi en mucha de sus discusiones en los tratos. Estaba claro que hacía uso de su atractivo a nuestro favor. Había que ver como se quedaban alguno de los hombres embobados al verla.

-          ¡Apártate pedazo de inútil! – gritaba Michelle dando al claxon.

Un coche estaba bloqueando la calle en la que estábamos al intentar maniobrar al aparcar. Llegábamos tarde y Michelle estaba especialmente nerviosa. Levanto el dedo corazón en dirección al coche.

Al fin llegamos a nuestro destino. Hotel Ritz de Paris. Entramos al hotel y nos dirigimos a la sala de conferencias donde ya los periodistas mostraban signos de impaciencia.

-          Disculpen la tardanza. Hemos sufrido un atasco al venir. – intervino Michelle tomando el micrófono de la mesa.- Pueden comenzar la entrevista.

-          Jean Claude de Liberation. ¿Puede hacernos una breve reseña de su nuevo libro?

-          Se titula “La academia de Safo”. Esta situado en la guerra del Peloponeso en la Grecia clásica. Versa sobre las aventuras que viven una poetisa del reino de Lesbos y un capitán del ejército de Esparta.

-          Francisco del diario Clarín. ¿Cuáles son sus expectativas de ventas en esta nueva obra?

-          Muy buenas- intervino Michelle- Como todas los escritos de mi representado esperamos llegar al top ten de la lista de Amazon en cuestión de semanas.

La sala se lleno de cuchicheos ante el exceso de confianza de mi representante.

-          Ryan de Reader Digest. Puede adelantarnos algo sobre la siguiente. ¿Algo en mente?

-          Pues la verdad es que no sé. Acabo de terminar esta y ahora necesitaré un tiempo para ir masticando ideas.

-          Díganos entonces un poco sobre su proceso creativo.

-          Trabajo esencialmente sobre personajes. Es el pilar principal de mi trabajo. Esencialmente de la Prima Donna. A partir del personaje femenino principal voy hilando todo el tejido sobre el que se conforma la historia definitiva.

-          Cabe resaltar que al parecer todos los personajes femeninos de sus obras son de carácter fuerte. ¿Algún motivo en particular?

-          Si, buen apunte. No sé muy bien que contestar. Puede ser porque es mi ideal de mujer. Alguien que no se detiene ante nada de las dificultades con las que se enfrenta. Galatea, el personaje de este nuevo escrito, sigue también dicho esquema.  Y con respecto a su primera pregunta mi próxima obra quiero ambientarla quizás en un lugar exótico. El Japón o quizás la India. ¿Una Geisha tal vez?

-          Thomas de New York Times. Una de sus anteriores obras: Mil y una noches con Scherezade ha tenido un enorme éxito entre las lectoras de países musulmanes. Pero al parecer un imán le ha lanzado una fatwa contra su obra. Según dicho edicto usted denigra a la mujer árabe y la incita a actuar contra Ala con pensamientos lujuriosos.

-          Si, ya conozco de esa fatwa. Por mi parte paso olímpicamente de lo que haya dicho ese señor. Y quiero añadir una cosa. Que sea tan leído por parte de mujeres del mundo musulmán denota desde mi punto de vista un ansia erótica insatisfecha. Es una lástima, creo. Porque solo hay que darles la libertad que se merecen. No hay nada más intenso para un hombre que tú le gustes a una mujer y que esta se entregue a ti voluntariamente. El sexo se vuelve una pasada de esta forma y no como una sumisión impuesta desde una perspectiva religiosa sobre los roles que deben adoptar hombre y mujer.

-          Jessica de Vanity Fair. Según nuestras fuentes recientemente han llegado a un acuerdo con respecto a los derechos de su opera prima “La odisea de Virgilio”. La Metro Goldwin Mayer quiere llevarla a la gran pantalla. Ya se está hablando de ciertos nombres, como que Lilith sea representada por Chalize Theron. ¿Tiene algún preferido para el papel de Virgilio?

-          ¿Puede ser … yo? – bromé

Toda la sala rio a carcajada limpia ante mi ocurrencia.

-          Lidia de la revista “Que me dices”. Ha sido usted muy estricto con respecto a su vida privada. Pero el público desea saber, señor Manny. ¿Qué valor le da a los rumores que dicen que usted tiene un affaire con su editora aquí presente?

Esa pregunta era una de las que no quiera oír por nada del mundo. Me encogí en la silla mientras multitud de voces gritaban una pregunta detrás de otra sobre asuntos sobre mí más allá de mi vida profesional. Los flases de las cámaras se sucedían y yo me sentía atrapado. Quería salir de allí. Eso no les debería importar a mis lectores. Malditos buitres. Michelle me miro y tomo la palabra.

-          Manny no dará más declaraciones. La conferencia de prensa ha terminado.

Salimos de la sala mientras los paparazzis insistían en acosarnos con sus fotos mientras yo me tapaba la cara. Maldita sea, todo iba tan bien. Siempre tiene que haber un maldito parasito de la prensa rosa que lo jorobe todo. ¿No tienen un famosete al que agobiar? Nos metimos en el coche y salimos lanzados en dirección a mi Hotel. Conseguimos despegar a toda esa panda de cotillas.

Llegamos al hotel y fuimos a la suite presidencial que teníamos reservada. Necesitaba relajarme después de tanta tensión así que me metí en el Jacuzzi. Estuve en torno a media hora disfrutando de las relajantes burbujas. Tras ese tiempo Michelle entro en el cuarto de baño.

-          Vamos. Ya has descansado suficiente. Hora de trabajar

-          ¡¿Qué?!

-          Si, tú próximo libro. ¿O qué pasa? ¿Te piensas retirar quizás?

-          ¡Pero si acabamos de presentar el último! ¿Ya quieres que comience otro?

-          Sin excusas. Tus lectores te esperan impacientemente

-          Pero por lo menos espera que este llegue a las librerías.

-          Ni eso. Arriba.

-          Déjame al menos que me vista.

-          No hay nada que no haya visto ya. Así que no te hagas el pudoroso conmigo.

La juntaletras tenía razón. Michelle y yo somos amantes. Ella es ardiente hasta límites inauditos. Se puede decir perfectamente que es mi musa. Parte de lo que he escrito esta tangencialmente inspirado en las tormentosas sesiones que nos pegamos. Pero vamos, era inaudito. Recién publicado un libro ya me estaba exigiendo otro. Llevaba un ritmo infernal que iba camino de agotarme como escritor. Me puse el batín tras secarme y me dirigí a la salita a abrir el portátil. Ocurrió lo que me temía, el síndrome de la página en blanco. Nada. Ni una sola idea, cero. Allí me detuve mirando como parpadeaba el cursor.

-          ¿Qué te pasa?

-          Lo que me pasa es que así no funciono. Tengo que descansar un poco.

-          Ya has descansado de sobra. Hemos recorrido la ciudad de las luces. La torre Eiffel, los campos elíseos, el Louvre. ¿Qué más quieres?

-          Vale, vale. Pero ahora estoy en blanco.

-          Qué tal si comienzas con lo que has dicho de la Geisha. Sitúa la historia en el Japón medieval.

-          De acuerdo. Voy a enfocar la historia por ahí. A ver que me sale.

-          Bueno ve comenzando, vuelvo en una hora. Me  voy de compras. He visto unos diamantes chulísimos en una tienda. Por 15.000€. hasta luego

-          Hasta luego

Michelle cerró la puerta y yo me concentre en mis pensamientos.

-          ¡15.000€, Madre del amor hermoso! Es una manirrota.

Volví a mirar al portátil, lleve mis manos al teclado y trate de arrancar. Empecé por un ligero boceto con el arco argumental básico. Luego a buscar nombres japoneses. Como buen aficionado al hentai no iba a ser difícil. También tenía que empaparme de historia japonesa, empecé por consultar la wikipedia para ir tomando apuntes generales sobre ciertos aspectos del shogunato.  Tras varias horas de documentación previa me anime a escribir un poco los inicios del primer capítulo. Pero tras escribir las primeras páginas me atasque. Quería darle los primeros momentos calientes a la historia y no terminaba de hacerme a la idea de cómo encajar las piezas. Así que otra vez la pesadilla del escritor. El síndrome de la hoja en blanco.

A las pocas horas volvía Michelle. Venía con un montón de bolsas con las marcas más conocidas de la moda. Aparte tenía ya puestos los pendientes.

-          ¿Así que una hora?

-          Lo siento. Ya sabes que con esto de las compras me pierdo. Debemos salir de parís o nos arruinaremos.

-          Te arruinarás tú porque yo no he comprado nada. Solo a los restaurantes que te has empeñado a ir.

-          ¿Bueno y como te ha ido? Porque tienes que sacar otro superventas. Yo ya estoy haciendo planes para que el año que viene presentemos en Londres. Quiero comprar en la city.

-          A veces me siento como un negro. Un día de estos vas a querer firmar tú mis libros.

Michelle se detuvo a mirar la pantalla y observó mis escasos avances.

-          ¡Solo eso! Te he dicho un año, no un siglo.

-          ¡Jolines! Hago lo que puedo.

-          ¿Qué tienes pensado escribir ahora?

-          Pensaba poner a la Geisha realizando su primer servicio.

-          ¡Aja! Escena sexual.

-          Si pero. Hoy no estoy inspirado.

-          Recuerda que soy tu musa. Y sé lo que necesitas- me dijo realizando esa mirada pícara que tenia ella.

Sus manos fueron a por mí pantalón mientras me daba un húmedo beso en la boca. Me quitó el cinturón y bajo la corredera hasta abajo. Con su mano busco mi pene y lo extrajo. Suavemente mientras nos besábamos su mano comenzó a masturbarme. Michelle me tenía loquito y rápidamente consiguió que se me pusiese dura como una roca.

-          ¡Ay! Mi pervertido adorable. Sigue trabajando mientras yo sigo con mi tarea. Tengo que animar a mi protegido.

Michelle se arrodillo tomando un almohadón para estar cómoda.  Busco mi pene con su lengua y le dio un suave lametón que me estremeció de arriba abajo. Yo me recoloque para facilitar su felación estando allí sentado. Este juego lo habíamos realizado en muchas ocasiones. Me encantaba esa forma de inspirarme para las escenas calientes. Estar escribiendo una escena y a la vez sentir el placer de una rica mamada es una técnica fenomenal para poder ser especialmente creativo. Puedes trasmitir lo que sientes mientras su boca te da delicadas caricias. De esta forma me puse a trabajar. No quise hacer algo demasiado complicado. El cliente pediría un servicio equivalente al que yo estaba disfrutando.  Así que no necesitaba partirme mucho la cabeza. Solo tenía que teclear lo que me estaba haciendo Michelle. Y por el amor de dios. ¡Qué bien lo hace!

Es difícil resistir este placer. Sabe tener la adecuada cantidad de saliva para que este delicioso abrazo húmedo y caliente se deslice con facilidad sobre mi polla. Sobre la base aprieta con la fuerza justa con una de sus manos, ni demasiado fuerte ni demasiado suave en su paja.

Puede ver como su mirada se concentra en mis ojos. Parece que disfruta al ver como gozo. Su lengua traviesa recorre todo el tallo recorriéndolo de punta punta. Mientras mi glande palpita ella se entretiene en lamerme mis testículos que reciben agradecidos la caricia de su lengua.

Ella se baja un poco el vestido mostrando uno de sus pechos. Para calentarme más juguetea con él y deseo fervientemente que su mano fuese la mía. Posarme sobre su pecho y apretarlo y regodearme en su suavidad y esas curvas que me enloquecen.

Vuelve a meterse mi polla en la boca aumentando fuertemente el ritmo. Sus labios me aprietan deliciosamente en mi glande. La paja es fuerte y su lengua recorre con esmero mi capullo. Parece querer exprimirme mientras que su mirada lasciva es como si me diera el permiso para poder estallar. Cosa que ya no puedo evitar hacer.

Mis glándulas empiezan a vibrar. Me llega. Trato de poder mantener los ojos abiertos pero apenas lo consigo. Deseo percibir hasta la última fracción de segundo de dicho instante, pero el placer me puede. Mi cuerpo empieza a temblar y el esperma se derrama a borbotones en su hambrienta boca. Por su mirada denoto que ella también disfruta en recibir mi leche. Ni un símbolo de asco, todo lo contrario de deseo satisfecho. Su boca no se detiene durante mi orgasmo sino que lo acrecienta continuando la mamada, rebajando pausadamente la intensidad al mismo ritmo que mi placer.

Se retira y puedo ver mi simiente alojada en su lengua. Parece querer saborearla y poco después la traga como si de una delicatesen se tratase. Divertida me enseña su lengua limpia de mis fluidos. Un sentimiento ardoroso me domina, ese sentimiento que trato de evitar. Estoy enamorado de ella, aunque se perfectamente que ella no siente lo mismo por mí.

-          Me encanta esta parte de mis retribuciones. – me dice

-          Bufff. Tengo que parar un momento.

Michelle se levanta y mira la pantalla. Sonríe al ver nuestra escena descrita en el capitulo.

-          Si que somos un gran equipo. Esto esta colosal. Buen comienzo. Si terminas el capitulo en menos de una semana como gratificación te dejare que me des por mi culito. Solo para inspirarte, por supuesto.

Definitivamente estoy a su merced. Conoce perfectamente mis debilidades. Me siento un esclavo escribiendo para ella pero … no puedo evitar querer seguir estando a su lado.