Edilma, la del servicio, deliciosa mamada
Edilma era sexual, era una mamadora experimentada y yo lo comprobé.
Edilma, la del servicio, deliciosa mamada
Edilma era una muchacha que hace algún tiempo había trabajado en mi casa, encargándose fundamentalmente del aseo. Ahora ya no se encontraba con nosotros en razón de que sus servicios no se hacían necesarios. Las circunstancias cambiaron y con el tiempo hubo necesidad de buscar a alguien que se encargara del arreglo del apartamento. Luego de varias ofertas y propuestas, se decidió hablar con Edilma quien, como antes dije, era una persona de plena confianza. Ella accedió, pues la remuneración y las condiciones le convenían. Por el horario que se escogió, Edilma llegaba al apartamento cuando yo estaba solo y tenía más o menos 1 hora para dirigirme a mi trabajo. Eso, como lo podrán imaginar, facilitó todo lo que iba a suceder. Sin embargo, los primeros días, fueron normales. Es decir, nada extraño sucedió entre ella y yo. Edilma no mostraba ninguna intención conmigo, ni yo tampoco me imaginaba algo con ella.
Pero, todo ocurrió un sábado. El viernes anterior yo me había tomado unos tragos y por tanto amanecí no solamente con dolor de cabeza, sino erótico en extremo. Estaba solo, a las 7 de la mañana, cuando Edilma tocó a la puerta y me levanté a abrirle. En ese momento, ella venía vestida común y corriente, es decir que solamente por ese aspecto no incitaba a nada.
Se dedicó a sus labores de arreglo del apartamento y yo volví a la cama. Me había quedado dormido y solamente me desperté cuando Edilma me dijo que si podía arreglar la habitación. Su vestimenta, mmmmmmm, ya era diferente. Se había puesto unos pantalones cortos y una playera que hacía que se dibujaran sus senos redondos. Había recogido su cabello en una cola y, sin duda, estaba provocativa. Mientras aseaba los muebles de la habitación, yo me dedique a mirarla con más detenimiento y mi verga se puso muy dura, incluso comencé a tocármela mientras miraba los provocativos muslos de Edilma, que se había agachado para hacer mejor la labor de aseo.
No se porque razón, dado que yo nada le insinuaba hasta ese momento, Edilma se sentó a un lado de la cama y me dijo que me notaba que estaba trasnochado, que donde había estado la noche anterior. Al verla sentada, mi erección fue mucho mas fuerte. Le dije que no me importaba la trasnochada sino que seguramente ella sabía que al otro día de unos tragos se amanece muy sexual, muy erótico. Y Edilma me dijo que si eso era problema para mi y le dije que si porque estaba solo y ella lo sabía.
Fue entonces cuando empezó la sesión mas deliciosa de sexo que yo habría de tener en los últimos días. Porque Edilma me dijo que ella estaba "a la orden" para lo que se me ofreciera, momento en el cual le dije que me gustaría mucho que se acostara conmigo, que yo la haría gozar, que yo necesitaba hacer el amor. Me dijo que si, pero que guardara silencio, que no le contara a nadie y para mi eso no habría de ser un problema. Me dijo que si a cambio le podía dar algo de dinero, porque tenía necesidad de adquirir unos elementos para su casa. Le dije que no había ningún inconveniente, incluso en ese momento le pedí que me pasara la billetera y le entregué una cantidad que ella fue a guardar al sitio donde se había cambiado de ropa. Aproveché para pedirle que colocara el seguro a la puerta de entrada para que estuviéramos mucho más tranquilos y así lo hizo.
Regreso a la alcoba y yo le pedí que únicamente se quitara su playera. Lo hizo, sus senos eran grandes, morenos, con pezones elevados, se ajustaban en el brasier blanco que se había puesto. Alzó la manta y se introdujo en la cama, inmediatamente se dio cuenta de que yo tenia una tremenda erección. De inmediato tomo mi verga entre sus manos y empezó a masturbarme como una experta, subía y bajaba, y yo aguantaba las ganas de darle en las manos todo el semen que tenia, pero era un placer inmenso, sus manos eran toscas pero la masturbada la hacía con dulzura y paciencia, no bruscamente. Yo gemía del placer y Edilma movía mas y mas sus manos,. En ese instante, le dije que se acostara, e inmediatamente me subí sobre ella, empecé a moverme, a chuparle los senos, a coger con mis manos su culo delicioso mientras seguía moviéndose como si la tuviera penetrada. Edilma jadeaba, gemía, estaba excitada, tenia ganas y me pedía que la penetrara, me lo pedía insistentemente, que estaba muy arrecha, que no apuntaba más las ganas, como pudo introdujo su mano y volvió a coger mi verga, como queriéndola dirigir hacia su concha, pero sin darse cuenta que aún tenia puestos los pantalones cortos con los que llegó en la mañana. Eso no fue problema para ella, bajó de la cama y se quitó los pantalones, solamente quedo con su brasier y así volvió a acostarse, a pedirme que le penetrara, que se la metiera toda, que tenia unas ganas locas de sentir mi verga dentro de ella. Yo, apropósito, no lo hacia aún, ella seguía pidiéndomelo, casi suplicando, cogia sus muslos y los abría y me invitaba a que le metiera toda mi verga. Casi quería masturbarse, yo me di cuenta que Edilma quería mi verga muy adentro de ella en ese instante. Me aproveché de la situación y le dije que yo conocía una manera cómo mi verga podría entrarle mucho mas delicioso, y me dijo que le dijera como, que ella hacia lo que yo quisiera, que quería sentirme adentro.
Le pedí que pusiera en mi verga toda la saliva que pudiera, que la embadurnara para hacerla mas suave, que así la penetraría muy rico. Edilma no tardo un instante, acepto lo que le pedí, bajo su cabeza y empezó a chupar mi verga, a mamarla como nadie lo había hecho, sacaba más y más saliva y la ponía en la punta, con su lengua mojaba todo el tronco, no se imaginan el placer que sentí, era algo delicioso, era un éxtasis, era algo que no se puede narrar. Me dijo, luego de esa deliciosa mamada, que ya, que le había puesto bastante saliva como yo le pedí y se acostó, se me ofreció, me dijo que ya, que se la metiera, que ella también quería gozar. Así lo hice, aprovechando que Edilma abrió sus muslos con las manos, estaba ansiosa, sudaba copiosamente, me decía "ya, penétreme por favor, hágalo ya, es que no se da cuenta que no aguanto más ?" y en ese momento le metí toda mi verga, mi verga resbaló, entro deliciosamente y empecé a bombearla, una y otra vez mientras me agarraba de sus senos y le besaba el cuello, ella pedía mas y mas, mucho mas, gemía, se movía, apretaba con sus piernas mi verga, me decía que quería todo el semen que yo tenia, que si yo quería me la podía comer todos los días, que estaba delicioso, dos bombeadas mas, solo dos más y le di un chorro de semen mientras ella me agarraba la espalda y me apretaba mucho mas hacia ella. Que delicia, nunca me imaginé que Edilma , aquella del servicio, mamara tan delicioso y fuera una verdadera puta en la cama, no sabia que hacia el amor de una manera tan rica. Quería seguir teniéndola. Ya les contaré mas aventuras con ella.