E Principe Azul
Eva sostuvo el miembro mientras lo introducía delicadamente en el interior de Rosana, ella se abrió un poco más de piernas ahogando los gemidos de placer, viendo como "el principe azul" ingresaba entero en su vagina. Eva estaba sobre ella, acorralándola entre sus piernas.
Eva llegó salió puntual de la empresa, a las 18 hs ya se encontraba en el ascensor descendiendo a planta baja. Caminó por la peatonal de Florida (Un sitio mega turísco del Centro de Buenos Aires), y entre hombres y mujeres de oficina y turistas que no necesariamente esperan al verano o el invierno para invadir el país con sus múltiples acentos, Eva distinguió a una mujer vestida como esas bailarinas alemanas, que sostenía un cartel que tenía impreso en rojo sobre blanco "SEX SHOPP" en letras mayúsculas. Entonces recordó el suceso de hacia poco menos de una semana atrás, se acercó a la mujer y le preguntó dónde se encontraba el local. "Media cuadra para allá", dijo señalando con la cabeza a su izquierda. Eva salió del tumulto de la peatonal y se adentró en una calle desolada y gris, caminó con la cabeza en alto, esperando hallar el letrero, y lo vio con la misma letra y color que el cartel de la mujer disfrazada de bailarina escocesa. Abrió la puerta de vidrio polarizado al igual que la vidriera, y había cuatro filas de góndolas, tres mostradores y una pared repleta de films pornográficos de todo tipo. En las góndolas había de todo, desde lencería erótica hasta artículos sados como un bate de latex como de un metro con forma de pene beige que le causó gracia. No tardó en encontrar lo que buscaba, justo a tiempo cuando el dueño del local se acercó a preguntarle qué buscaba.
-No, gracias, ya lo encontré.
-¡Ah! ¿Juego de roles?
-No, es para mi novia.
El hombre habrió bien los ojos, la miró de arriba a abajo, y sonrió como pensando en algo sucio.
-Para el culo de tu novia querrás decir.
-Sí, exactamente.
Eva no paraba de reírse de los nervios. Volvió a lo suyo y rápidamente eligió un arnés de correas ajustables y luego pasó a ver los consoladores que imitaban penes erctor en todos los colores del arcoiris. Beige, fucsia, negro, grandes, gruesos, largos, finitos como lapiz de escribir, de todo un poco. Hasta que vio uno con arnés y todo en un aparador de cristal. Un consolador del tamaño justo, grueso y de color azul. No tuequesa, ni celeste. Azul.
-Me llevo este.
El hombre fue hacia ella casi trotando.
-¡Apa! ¡Que buen ojo que tenés, linda!
-¿Es el único?
-El único que no se vendía hasta ahora. Se los llevan rosas o beige.
-¿Cuánto cuesta?
-Te lo dejo en $400. - Eva lo miró con cara de "me estás cargando". -Aceptá la oferta, linda, o te lo dejo en $800 que es el precio real. Hacelo por tu novia.
-Está bien.
Sacó cuatro billetes de 100 de su billetra, le pagó al hombre y se retiró del local con el juguete en su caja y una bolsa negra. Llegó a su departamento y Rosana no estaba. La llamó al celular y ella le dijo que estaba en camino, que tuvo que tomar el subte porque el colectivo se descompuso. Eva la esperó, ansiosa por estrenar el juguete nuevo. Ya tenía consoladores pero esto sería bien distinto. Rosana abrió la puerta del departamento con cara de haber salido de una pelea en el ring.
-No-doi-mas.
A EVa se le desdibujó la snonrisa del rostro. Rosana comenzó a putear (insultar) al colectivero, a la línea del colectivo, a los pasajeros masculinos del subte que le tocaban la cola porque viajaban como en una lata de sardinas.
-No-doi-mas. Menos mal que es viernes.
.¿Querés que pida pizza?
-No, no, me va a caer pesado. Haceme un caldito, me voy a bañar, tengo un olor a chivo increíble. Nunca me olí tan feo.
-Ok, te la preparo.
-Gracias, amor.
-De nada, mi cielo.
Rosana se bañó, salió desnuda hacia el cuarto, se puso la pijama y se sentó a la mesa a tomar el caldo de espárragos que preparó Eva. Ella había dejado el juguete nuevo bajo la mesa ratona del libing. Rosana no lo había notado. Allí se quedaría hasta otra ocasión.
Al día siguiente Eva, como de costumbre, despertó antes que Rosana y la admiró por unos minutos, se veía hermosa hasta dormida, el cabello castaño oscuro como cortina sobre su rostro y sus parpados cerrados con las pestañas de camello; las tenía muy largas. Se levantó de la cama, se hizo una sola trenza prolijamente con su cabello color miel dejandose el flequillo de costado y fue a hacer el desayuno para llevarlo a la cama. Dos tazas de café, galletitas de agua con queso untable, y un regalo. Llevó todo en bandeja y despertó a Rosana con un "Buenos días, mi reina".
-¿Que tiene de bueno?
Rosana se desperezaba sin abrir los ojos.
-Bueno, hoy está soleado casi sin nubes. y mira lo que te traje.
Rosana abrió los ojos y al ver el desayuno se le abrieron más.
-¡Uy, que rico! Gracias, Eva. ¿Y eso qué es?
Rosana señaló la bolsa oscura con una galletita en la boca y otra en la mano.
-Adivina.
-Un huevo de chocolate.
-No.
-Un conejo de chocolate.
-No.
-¿Es algo con chocolate?
-No.
-Me rindo.
-No te voy a decir lo que es hasta que terminemos de desayunar.
-¡Que mala!
-Sí, soy mala, pero me amas.
-No, amo este café.
-¿Por qué?
-Porque me pone a mil para hacerte mía y solo mía.
-Aaaawww...Pero hoy no va a ser tan así.
-¿Por qué no?
-Mmmhhh...Ya vas a ver.
-Mi nena.
Se dieron un pico en los labios y continuaron desgustándose el café y las galletitas. En menos de 10 minutos las tazas estaban vacías y la bandeja y el alcoholchado de la cama llenos de migajas.
-Muy bien, ya estoy lista-, dijo Rosana sacudiéndose las manos.
-¿Para qué?
-Para saber qué carajo hay en la bolsa negra.
-Ok. Abrela.
-Insisto, ¿es chocolate?
-No, es algo mejor.
-Ojalá sean pasajes para la fábrica de Willy Wonka.
-Willy Wonka no existe.
-Vos no existís.
Rosana sacó la caja de la bendita bolsa negra, y al ver el contenido tras un papel plástico en el frente en forma de pene, abrió la boca y los ojos bien grandes. Abrió la caja y sacó al consolador azul puesto en el arnés de correas de cuero. Casí se escuchó en "ooohhh".
-¿Ahora si existo?
-Eva...¿De dónde...?
-Un sex shopp. Lo compré ayer.
-¿Y no me dijiste nada?
-Quería que fuera una sorpresa.
-¡Y qué sorpresa! ¿Por qué azul?
-Me llamó mas la atención, ademas sabes que detesto el rosa.
-Sí, ya sé...Es...perfecto.
-Tengo muchas ganas de cogerte con el.
Eva se lo dijo al oído, con voz seductora.
-Mmmhhh...¿Y me va a entrar?
-Creeme, voy a hacer que te entre.
-¿Y qué esperas?
Rosana le frotó la naríz con la punta del consolador. Las dos se rieron y se besaron. Rápidamente los besos pasaron a ser muy pasionales y las manos de ambas a estar en los pechos de la otra sobre las musculosas de sus pijamas. Desnudaron sus torsos mutuamente, Rosana se fue sobre Eva y se puso a lamer y chupar sus senos medianos y los pezones, dándoles inocentes mordiscos, acariciando todo su cuerpo. Eva suspiraba gustosa de placer. Rosana elevó sus enormes pechos sobre la cabeza de su novia, ella entendió la indirecta, los tomó con sus manos y mamó de ellos como una bebita. A Rosana le agradaba la sensación de la tibieza de su lengua y el frío del piercing de metal verde. Se excitaba más y llegaba a gemir. Volvió a besarla y entre tres besos le dijo:
-Vos podrás...cogerme con eso...pero primero yo te voy a hacer mía.
-Sí, amor...
Un último beso y de un tirón le quitó el short de la pijama y la tanga, juntitos. Los dejó a un costado de la cama, separó sus piernas y casi con desesperación, sumergió sus labios en su sexo. Eva soltó un gemido ahogado, Rosana la lamía, la miraba a los ojos y chupaba el clítoris. Eva echaba la cabeza hacia atrás y gemía de placer. Rosana su chupaba dos dedos y los introducía de golpe en su lubricada vagina, hacía un mete saca veloz, Eva jadeaba sintiendo su respiración entrecortándose y su corazón latiendo como a 200 latidos por minuto. Sacudía su caderas al ritmo veloz de los dedos de Rosana, hasta que por fin le llegaó el orgasmo y pegó un fuerte gemido, casi un grito, y los dedos de Rosana se emaparon en sus jugos. Ella dismunuyó la velocidad del mete saca, retiró sus dedos y se los chupó saboreando los jugos de su amada. La dejó recuperar el aliento y se estiró para buscar el arnés. Estaba en la punta de la cama.
-Te toca, amor.
Eva tomó el arnés con una sonrisa en el rostró, besó los labios de su novia y se puso de pie para clazarse el arnés y ajustarse la correa.
-Te vez sexy con ese pene azul en tu pelvis.
Rosana estaba tendida en la cama, apoyando su cabeza en una mano.
-Lo sé ¿Querés ponerle nombre?
-¿Por qué no? Que tal...principe azul.
-Es perfecto.
-Claro. Es azul.
Eva se le acercó riéndo y sosteniendo el pene de latex con una mano.
-Ponete cómoda.
Rosana solo tuvo que abrir las piernas. Eva frotó su sexo con el "principe azul", que enseguida hizo suspirar a Rosana.
-Hacé que el principe azul entre en su castillo.
Eva sostuvo el miembro mientras lo introducía delicadamente en el interior de Rosana, ella se abrió un poco más de piernas ahogando los gemidos de placer, viendo como "el principe azul" ingresaba entero en su vagina. Eva estaba sobre ella, acorralándola entre sus piernas.
-Te dije que iba a hacer que te entre.
-Aaaahhhh...Cogeme, Eva...
Eva no perdió tiempo en sacudir suavemente sus caderas y Rosana cerró fuertemente los ojos.
-Ooouuuhhh....Ay, sí, sí, sí...Seguí, Eva, seguí...No pares...
Eva siguió, un poco mas rápido, observaba y oía a Rosana sacudirse como una serpiente y gemir sin abrir los ojos. Ella estiró su mano, y a ciegas, se frotó el clítoris con los dedos y una sonrisa se dibujó en su rostro. Eso excitó también a Eva y ella también se mojó de placer. Rosana comenzó a jadear, el "principe azul" entraba más profundo gracias a los jugos que lubricaban su vagina.
-Aaahhh sí...Mi principe azul...-, gimió Rosana.
Eva se entusiasó y le dio mas duro hasta qu e le vino el orgasmo, pegó un grito que casi atraviesa las paderas, siguió frotando a ciegas su clítoris y Eva, despacio, retiró el "principe azul" empapado en los jugos de Rosana. La besó y ella la brazó con fuerza. El "principe azul" se refregaba entre sus cuerpos.
-Ay Dios, siento que lo extraño.
-¿A quién?
-A mi principe azul.
-¿Lo querés de vuelta?
-Sí...Lo quiero montar.
-Tus deseos son órdenes-, dijo Eva apoyando la espalda contra el respaldo de la cama. Rosana fue a sentarse sobre ella, el "principe azul" volvió a estar dentro de ella, y lo cabalgó apretandolo on sus musculos vaginales. Eva apoyó sus manos en sus caderas y observó sus senos saltando al ritmo de su cabalgata carnal. Los besó y chupó los dos pezones, Rosana aumentó la velocidad de su cabalgata carnal, gemiendo a gritos. Pegó un fuerte y largo gemido, de nuevo el principe azul se empapó en sus jugos. Rosana paró de cabalgar, Eva tomó su cabeza con ambas manos y la beso tiernamente. Rosana continuó presionando al "principe azul" en su interior hasta que se sintió exhausta y se retiró de encima de Eva para acostarse a su lado. Ella se quitó el arnés, lo tiró al suelo sobre la alfombra y se abrazaron y acariciaron y besaron con ternura y suavidad.
-La próxima...el principe azul va a entrar en tu castillo-, le dijo Rosana al oído.
-No puedo esperar a que entre.
-Mi nena...
Rosana la besó con pasión, la misma pasión con la cual venían amándose desde hacia un año y medio.
ES MUY LARGO MI ELATO PERO ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.
HASTA LA PRÓXIMA
;D