Duro adiestramiento de una esposa infiel (2)

Salvaje adiestramiento de una esposa infiel en un restaurante por 4 rudos camareros y cocineros.

Duro Adiestramiento de una esposa infiel. (2ª parte)

He decidido salir a cenar y que la cena sea inolvidable para Silvia en su adiestramiento, pero primero decido vestirla para la ocasión para así exhibir a mi putita y que todos nos miren con envidia. Primero unos pantys prácticamente trasparentes que muestran más que insinúan, después una minifalda vaquera que parece más un cinturón que una falda y, finalmente, le pongo una camisa de seda escotada amplia que deja entrever sus hermosos pechos al aire y sobre la que se marcan sus pezones tiesos por la excitación de la situación. Finalmente Silvia enfunda sus piernas en unas botas de tacón alto hasta las rodillas que realzan sus ya de por si hermosas piernas. Una vez ha terminado le pido que se exhiba para mí y ella se pasea por la habitación insinuante, inclinándose para que pueda ver sus pechos colgando por el escote y finalmente me da la espalda y se inclina mostrándome así su hermoso culo que sobresale bajo la minifalda.

Pero aún falta el toque final, al decírselo Silvia me mira sorprendida

El toque final pregunta!

Ya te he dicho que esta noche será inolvidable para ti putita, quiero que la disfrutes y no la olvides le respondo.

Entonces saco un huevo vibrador que tenía preparado para la ocasión. Es un pequeño dildo, como un huevo, muy suave para colocar dentro de tu chochito depilado y accionarlo con un control remoto para que vibre en tu interior de diferentes formas y velocidades para que así te corras cuando yo quiera. Comienzo a lamer su coño hasta que sus labios comienzan a dilatarse y sus jugos a fluir, saboreo su dulce néctar en mi boca por unos instantes y entonces abro su chochito con una mano y con la otra introduzco el pequeño huevo en el interior de su coño. Entonces decido hacer una primera prueba y acciono el mando a distancia a la velocidad mínima, el pequeño huevo comienza a vibrar y desplazarse en el interior del coño de Silvia mientras su cara se desfigura por el placer a medida que aumento la velocidad. Silvia no puede más y cierra sus piernas con fuerza para sentir el suave dildo desplazarse por el interior de su coño y se lleva una mano al chochito mientras su espalda es recorrida por un estremecimiento de placer al correrse. Mira ya tengo los pantys mojados me dice mientras levanta la minifalda para que pueda comprobarlo. Esta noche terminarán totalmente empapados te lo prometo le respondo.

Decido ir en coche, pero aparco lejos del restaurante para poder ir caminando por la calle hasta el restaurante y así poder exhibir ante todos a mi zorrita. Te llevo agarrada por un brazo, mientras avanzamos podemos sentir las miradas de envidia de los que nos rodean y de los hombres con los que nos cruzamos y como se detienen para mirarte lujuriosamente. Todos estos se correrán esta noche pensando en ti te susurro al odio y una sonrisa pícara ilumina tu rostro y te relames de solo pensarlo mientras caminas y con cada movimiento de tus caderas sientes el placer que te proporciona el pequeño huevo en tu coñito al desplazarse.

Al entrar en el restaurante más de una cabeza se gira para admirarte mientras retiro la silla y te la ofrezco para que puedas sentarte .El camarero se acerca para tomar nota y puedo notar como sus ojos se van a tu escote. Cuando vas a pedir, acciono el mando y el pequeño huevo comienza a vibrar en tu interior produciéndote una descarga de placer que recorre toda tu espalda. Sorprendida, con tu rostro descompuesto por el placer no puedes articular palabra mientras aprietas tus piernas con fuerza y sientes como las descargas de placer recorren todo tu cuerpo al correrte. Consigues articular algunas palabras con dificultad y pedir, la excitación de sentirte observada y el placer es tal que apenas puedes contenerte.

La cena trascurre agradablemente, más de una vez puedo observar las miradas de los comensales masculinos intentando atisbar bajo la mesa tu chochito húmedo o tus tetas al inclinarte sobre la mesa. Mientras esperamos el postre decido que ya es hora de que nuestra putita se corra otra vez y activo el huevo, lo que te provoca un orgasmo que intentas disimular sin mucho éxito.

Ve al baño y quítate los pantys, le digo, así podrás sentir los jugos de tu coñito. Te levantas en dirección al baño, los pantys húmedos se pueden intuir bajo la minifalda. Espero ansioso tu regreso hasta que te veo aparecer nuevamente con tus piernas hermosas y torneadas cubiertas únicamente por las botas. Al llegar a la mesa sonríes, estoy intrigado porque, pero lo descubro en seguida, tiras la servilleta al suelo y te inclinas para recogerla exhibiendo tu culo y tu almeja a los comensales. Mi polla está a punto de reventar dentro de los pantalones, te follaría allí mismo ante todos. Entonces te sientas y mientras termino los postres no dejo de tocar tu chochito húmedo bajo la mesa.

Cuando solo quedamos nosotros en el restaurante me levanto y hablo con el camarero. Le propongo cerrar el local y que se follen a Silvia entre los camareros y cocineros. Estupefacto piensa que es una broma, pero insisto. Llama al cocinero y tras hablar un rato aceptan con la condición de poder disfrutar de ella sin límites ni condiciones. Me dicen que como señal de aceptación Silvia debe desbotonarse la camisa completamente.

Vuelvo a la mesa y le ordeno que se abra del todo la camisa. Atónita se resiste, pero le digo que es solo para poner cachondos a los camareros antes de pagar e irnos. Accede y sus tetas son visibles por todos. Un camarero cierra la puerta del restaurante y baja la persiana. En ese momento se acercan los 2 cocineros y le dicen, "esta es la puta que nos vamos a follar". Ella no entiende nada pero yo les contesto que ya pueden darle caña. La agarran mientras intenta resistirse, da patada y grita pero un bofetón la hace callar. Cállate puta o te vas a enterar. Me mira llorosa pero entiende que no puede hacer nada.

La tiran sobre una mesa, le arrancan la falda empiezan a sobarla con rudeza.

Los dos camareros con sus dedos comienzan a abrir los labios de su coño tirando de cada uno hacia los laterales mostrando a todos su agujerito vaginal completamente dilatado y chorreando fluidos. Después uno va introduciéndole dedos, uno, dos, tres y hasta cuatro metidos en su coño, moviéndolos dentro, girando la muñeca para hacer la cavidad más grande. El cuerpo de ella tiembla y se convulsiona, se siente cada vez más excitada, expuesta como un animal en una feria. Silvia levanta la cabeza y ve a todos los hombres con las pollas en la mano masturbándose. El hombre que antes había abierto su coño, esta vez se va hacia las nalgas, se las separa todo lo que puede, para después irle abriendo el agujero del culo. Entre escupitazos va lubricando el culo de Silvia, penetra su ano con 3 y luego 4 dedos sin hacer caso al dolor que le provoca. Poco después otro chico se acerca, y cada uno agarra una nalga y hacen presión cada uno hacia un lado para abrirle más el culo, dejando ver su profunda caverna oscura sin problemas. Mientras esto sucede las otras pollas pasan por la boca de Silvia, la cual las lame soportando el olor y acidez de esos miembros sin asear.

A continuación un cocinero se tiende en el suelo boca arriba y te ensartan sobre su polla sin pensarlo, mientras por detrás otro se inclina sobre ti apretando tus pechos y tus duros pezones. Así tu culo queda totalmente ofrecido. El otro cocinero te mete la polla hasta que sus huevos tocan tu culo y quedas penetrada por los dos, que bombean sin parar debido a la excitación. Tú sientes como los huevos golpean tu culo y las pollas entran y salen de tu cuerpo.

Todo te follan por delante y detrás, te pellizcan y aprietan tus tetas, golpean tu trasero y finalmente se van corriendo sobre tus tetas y en tu boca.

Cuando piensas que ya han acabado el cocinero y dueño del local te dice:

Quieta puta, esto solo ha acabado de empezar1!

Te coge por el pelo, acerca su polla a tu boca y empieza a mearse. Escupes la orina pero eso le provoca aún más. Te vas a enterar. Te deja en el suelo, va a la cocina y vuelve con varios enormes calabacines. Te voy a dejar tu culo como un túnel le grita. Entre 2 la inmovilizan, el tercero le abre las piernas y le unta el esfínter de mantequilla. El dueño del local empieza la introducción de un calabacín grande, poco a poco va venciendo la resistencia de tu esfínter. Gritas de dolor pero esto no amilana al dueño. Ahora coge un calabacín enorme, te lo enseña y tú le pides que no te lo metas, que te va a reventar. Me miras pero yo no te voy a ayudar. El dolor y los gritos son brutales, cada vez empuja con más fuerza. Al final tu esfínter se va abriendo y tragándose el descomunal vegetal. Lloras y los demás te insultan. Una vez que ha entrado el calabacín se levantan, te escupen y se mean encima.

El dueño del local se dirige a mí. Llévate esta puta y cuando quieras más, vuelve.

La recojo del suelo, no puede casi andar. Un hilillo de sangre baja por sus piernas desde su culo. La llevo a casa con dificultad.

Estoy contento, ya la tengo totalmente dominada y sin voluntad para oponerse, se ha convertido en una mujer sumisa, en una esclava sin voluntad. Su adiestramiento avanza perfectamente, pero aún me queda comprobar su resistencia al dolor.