Durante un viaje a sudamerica con mi amigo

Dos compañeros de trabajo se trasladan a Sudamérica para un trabajo, y les acompaña la mujer de uno de ellos. Durante la estancia allí, la mujer incurre en infidelidad con el compañero de trabajo de su esposo

Me llamo Ayose, estoy casado y padre de dos hijos. En el momento en que ocurrieron los hechos que les voy a narrar, yo tenía cincuenta y seis años. Pese mi edad, mantenía mi apariencia física bastante bien cuidada, practicando deporte con frecuencia, al margen de no ser mal parecido, o al menos, eso dicen de mí. Las canas que tengo lejos de hacerme más viejo, me hacen más atractivo, en opinión de mi esposa y de mis amigos. Tengo una estatura de 1,87 aunque no soy muy grueso, más bien de cuerpo delgado. Respecto a mi profesión, le comentaré que soy ejecutivo de una sociedad multinacional dedicada a la Venta de Maquinaria industrial. Dado el carácter internacional de la empresa, viajo con relativa frecuencia, especialmente por Europa, Asia y América.

Mi antigüedad en la empresa data de muchos años, aunque pese a ello, tengo algunos compañeros de trabajo que son mucho más jóvenes, entre ellos debo destacar a Isaac. Este, es un ingeniero bastante cualificado, que cuenta con una edad inferior a los 40 años, y que normalmente suele acompañarme en los viajes, especialmente cuando se trata de la instalación o reparación de maquinaría pesada de cierta importancia.

Isaac se encontraba casado con una preciosa mujer llamada Lisa que apenas contaba con 32 años de edad. Esta mujer no es muy alta, pero sin embargo tiene un cuerpo escultural, unos pechos muy bien puestos, algo voluminosos, sin ser excesivos. Pero sobre todo, destacaba su trasero, el cual me dejaba parpadeando cuando la veía caminar delante de mí.

Tanto mi esposa como yo coincidíamos en celebraciones de la empresa o en fiestas, e incluso tuvimos alguna cena juntos ambos matrimonios. No puedo soslayar, que pese a ser la esposa de mi amigo Isaac, era una chica que me trastornaba, y en ocasiones fue mi fuente de inspiración en mis fantasías masturbatorias. Era obvio que la diferencia de edad entre ambos era bastante abultada, por lo que tenía descartada cualquier tipo de relación con la misma.

Sin embargo, un buen día la empresa nos envió, tanto a Isaac como a mí, para solventar unos problemas importantes que habían ocurrido en las instalaciones de un cliente de gran importancia, pero que requería nuestra presencia en Centro América, casi en el interior de Panama. Dada la distancia de la capital, y las dificultades que conllevaba el traslado de maquinaria o repuestos necesarios, a valorar una vez en el lugar, conllevó que previéramos una estancia algo larga, de varios días en Costa Rica.

Cuando teníamos previsto el viaje, Isaac me indica que su mujer nos iba acompañar, ya que quería conocer Panama, que tanto le habían hablado. Mi esposa no podía acompañarnos ya que tenía problemas de trabajo, por lo que evidentemente yo iba acudir solo.

Durante el viaje desde Madrid a Panamá, todo fue bien, y al llegar nos quedamos en la capital y nos hospedamos en un hotel en la ciudad de Panama. Sin embargo, la industria donde había que llevar a cabo la reparación se localizaba en la Provincia de Veraguas, que se situaba a unos 300 km de la capital. Por otro lado, las carreteras eran bastante complicadas por lo que desplazarse hacia allí en coche se hacía casi un infierno.

A la mañana siguiente dejamos a Lisa, la cual se quedó en el hotel, y nos dirigimos al lugar donde radicaba el problema para el cual nos habían enviado. Como estaba bastante alejado de la ciudad donde nos hospedamos, y tardaríamos varias horas en llegar, tomamos inicialmente un tren hasta Santiago, y de allí un coche hasta el lugar concreto. Ya en el lugar, constatamos el problema, y dado que mi actividad era ejecutiva me reuní con los directivos de la empresa del cliente y buscamos una solución. Había cambiar una maquina muy compleja por otra que había que traer desde la capital y que tardaría en llegar algunos días. Ello suponía que Isaac tenía que quedarse a dirigir todas las operaciones a pie trabajo y tendría que estar algunos días y noches en el citado centro de trabajo, una vez hubiera llegado la maquinaria.

Isaac quedó preocupado por su esposa, y le dije que no se preocupara, yo intentaría que ella estuviera lo más confortable posible, y que como iba a tener bastante tiempo libre, podría enseñarle los lugares mejores de la zona. No le quedó otro remedio que aceptarlo. No obstante, le indique que hasta que llegara la maquinaria, podía volver y regresar cuando supiera que estaba a punto de llegar. Y así lo hizo.

Una vez de vuelta en la capital, ellos pudieron disfrutar juntos de los dos días siguientes, pero al tercero, Isaac se vio obligado a regresar donde se ubicaba la industria, previendo que iba a estar casi una semana sin ver a su esposa. Ese día acompañe a Lisa a visitar la ciudad. Y durante el trayecto ella me comento:

Creo que ha sido un error el venir yo. Mi marido estará muy ocupado y además preocupado por mí.

Lo siento Lisa. No preveíamos esta complicación. Pero no te preocupes conozco bien el lugar y te enseñare la zona en mis horas libres.

Muchas gracias. Es que sola no me atrevo a salir por estos lugares. Y estar todo el día en la piscina del hotel, la verdad, no me agrada.

Esa tarde visitamos la ciudad, y quedamos en un conocido Restaurante para cenar. Y así estuvimos durante dos días más enseñándole los diferentes lugares de la ciudad de Panama. Entre muchas conversaciones surgió el tema de los hijos, y ella me confesó que no había tenido descendencia, que ella lo ansiaba, pero que habían tenido dificultades pese haberlo intentado. Llegue a conocer entre copa y copa, que ella estaba tomando un tratamiento de fertilidad recomendado por el ginecólogo.

Al día siguiente comprobé que no tenía nada que hacer, así que le dije que podíamos ir por la mañana a una playa cercana, con aguas transparentes en pleno Mar Caribe. Ella se lo pensó ya que entendía que era algo raro acudir a una playa con otro hombre distinto de su marido. Pero luego me llamó, indicando que su marido la había animado a acompañarme.

Nos dirigimos a unas playas a menos de una hora y media de la capital. Hacía un calor insoportable, que por otro lado era obvio, ya que Panamá tiene un clima tropical. Yo portaba por toda indumentaria, una bermuda y una camiseta. Lisa por su parte llevaba una especie de blusa blanca muy escotada, por cierto y, una falta bastante corta. Teniendo en cuenta que llevaba bastantes días sin estar con mi esposa, al ver aquel portento de mujer, mi aparato reproductor se revolucionó y me costaba evitar mi constante erección ante la visión de su cuerpo.

Comprobamos que la playa era muy extensa, con una arena blanca y unas aguas totalmente transparentes. Ella quedó encantada. Solo se veían algunas parejas a lo lejos. Nos quitamos la indumentaria y comprobé que Lisa utilizaba un bikini muy pequeño, y su parte alta dejaba ver una parte de sus buenos y sugerentes pechos, y abajo era una braga muy pequeña aunque sin llegar a ser tanga. Como me quedé mirándola, ella me dijo:

Oye Ayose, ¿tan mal estoy, que no dejas de mirarme?

Todo lo contrario Lisa. Esta muy bella. La verdad “no pensé que tuvieras un cuerpo tan hermoso”. Siempre te había visto con traje, y no había descubierto la preciosidad que lleva por dentro.- sé que me propase, pero me salió del alma.

Lisa enrojeció y luego se sonrió:

Gracias, pero no debe decirme esas cosas, soy una mujer casada, y además, estamos casi solos en esta playa casi desierta.

Bueno Luisa, que seas casada, en modo alguno supone que no pueda uno expresarte lo bien que estas. Sabes que soy un caballero.

Nos metimos en el agua por el calor tan insoportable que existía, y al regresar a la orilla pasó por delante de nosotros unas parejas, que ante el asombro de ella, iban totalmente desnudos, como Dios los trajo al mundo.

Oye…¡No me dijiste que esto era una playa nudista!. Me dijo algo preocupada y con cierto reproche.

Nunca había venido. Tampoco me dijeron nada en el hotel al respecto. De todas formas, esto esta tan desértico que la gente puede hacer lo que quiera. Además esta playa es muy grande. De todas formas ¿no te irás asustar por ver a unos jóvenes desnudos? Le conteste.

¡Ya….por supuesto que no!. Pero resulta incomodo ver a gente desnuda y uno con ropa. Me contesto.

Bueno Lisa, j aja…¡eso tiene fácil solución!. Podemos quitarnos nosotros los trajes de baño y quedarnos como ellos.- le dije sonriendo.

¡Eso es lo que tú quisieras!. ¿No pretenderás que me desnude aquí delante de ti, verdad?. Me contesto con cierta ironía.

Yo no he dicho eso, ni lo he pretendido. Solo te he dicho que si te sientes incomoda podemos estar como ellos. Tampoco pasaría nada por desnudarnos. Aquí no nos conoce nadie.

Que gracioso…¿pero estas tú? me dijo algo contrariada.

Bueno si yo me desnudo ¿también estarás tú? Quien va a decir nada.

Conmigo no cuentes. Me contesto enfadada.

Era una broma Lisa. No te enfades. Estas muy bonita como estas, diviértete que para eso hemos venido…… Pero ¿dime una cosa?.. ¿nuca has hecho toples? Me atreví a preguntarle.

Sí, claro. Pero con mi marido delante.

¿Te da vergüenza hacer toples ante mí? ¿Crees que si lo haces te voy a violar? Le dije con todo mi morro.

Ya sé que no me vas a violar, pero me da mucho corte.

Se quedo en silencio, y luego me dijo: - cuando has venido a este tipo de playas ¿has hecho nudismo?

Algunas veces. Total nadie me conoce. Le conteste.

Y ¿no te da ningún corte?

Porque había de darme. Ellos nos ven a nosotros más raros que nosotros a ellos ¿no crees?

Puede ser que sí. Pero aún así me da mucho corte.

Nadamos un rato, y luego dimos una vuelta por la playa caminando. Realmente no parecíamos una pareja, ya que mi edad en comparación con la de ella, parecíamos padre e hija.

Al llegar a una especia de dunas, observamos atónitos como una pareja estaba haciendo el amor sin importarles la gente que pasara. Pudimos comprobar que el chico tenía una polla bastante larga, y penetraba a lo chica con gran fuerza. Me percate de que Lisa se turbó ante aquella escena.

Joder …¡no se cortan para nada!. – me dijo con bastante asombro.

Bueno como te dije, normalmente aquí nadie conoce a nadie. Hacen lo que el cuerpo les pide.

Ella me mira a la cara y me contesta: Oye… para ser algo mayor eres bastante liberal. ¿No crees?

No tengo ningún prejuicio, si te refieres a eso.

¿Me dices que no te importaría hacer lo mismo en un lugar como este? Me pregunta ella nerviosa.

Te aseguro que ningún problema.

Me estas sorprendiendo. No me lo puedo creer. Y además tú, con tu edad.

Me rebote y le dije: Que pensabas. Acaso eres de las que piensa que con mi edad ya no practico el sexo?

No, bueno….. pero tendrás menos necesidades. Me han dicho que a esa edad lo hacen esporádicamente. Me contesta ella.

Ja ja. ¡No sé quién te ha contado tamaña tontería!. Yo, donde me ves, aún suelo hacerlo dos y hasta tres veces a la semana con mi esposa y, te aseguro que mantengo una buena virilidad.

No lo creo. ¡Los hombres todos son iguales!. Mucha palabrería pero a la hora de la verdad nada de nada. Me contesto algo indispuesta, y pensando que estaba exagerando..

No me crees lo que te digo. ¿Crees que fanfarroneo?. Pues contéstame a una pregunta si te atreves a contestar: ¿cuántas veces a la semana lo haces con tu esposo, si puede saberse?

Eso es íntimo. Me dice ella ahora nerviosa, sin saber cómo contestar, viéndose atrapada con mi pregunta.

Bueno, yo te he contestado. Me parece que por la expresión de tu cara “lo hacéis muy esporádicamente”. ¿me equivoco?. Sería capaz de apostar que la mayoría de las veces, quizás menos de una vez a la semana.

Ella callo y bajo la cabeza, por lo que supe que había acertado.

De todas formas no me creo que tú lo hagas hasta tres veces en la semana. Eso son fanfarronadas del típico “macho hispánico”. Me dijo sonriendo.

Que tu marido no pueda hacerlo, o no tenga ganas, no quiere decir que yo tenga que ser igual. Le conteste algo molesto.

Ya, pero… venga ya ….. ¡eres más viejo que él!.

Y ¿crees que por eso soy menos potente sexualmente? ¡Te llevarías una verdadera sorpresa Lisa!

La notaba algo furiosa, pero además excitada. La conversación nos había puesto a los dos algo calientes. La realidad es que ver aquella pareja haciéndolo antes nuestras propias narices y hablando de aquellos temas, la morbosidad era manifiesta.

Bueno dejemos esta conversación- me dijo finalmente.

Volvimos al hotel y por la tarde la invite a cenar. Al terminar le dije si quería ir bailar a una discoteca. – bueno, salvo que seas tan conservadora que pienses que con ello le estas siendo infiel a tu esposo.

Ella agredida en su interior, aceptó ir. Ya en la misma, la música y el alcohol fueron haciendo efecto, y al rato comprobé que estaba totalmente desinhibida, y además se pegaba a mi cuerpo en las canciones lentas. Yo estaba con una calentura de mil demonios, dado el tiempo que llevaba sin practicar sexo, por lo que mi poderoso pene se increpó destacando bajo el pantalón y presionando constantemente el pubis de Lisa. Sabía que ella lo había notado. Me había percatado que al principio hacia esfuerzos por separarse, pero con el discurrir de la noche, ya no puso pegas y hasta me atrevería a decir que era ella la que buscaba el contacto físico con mi vástago.

Ya algo tarde, me dijo que era hora de regresar al hotel. Subimos y la lleve hasta su habitación, y cuando me iba a despedir, y sin pensarlo, viendo su rostro tan sensual cerca de mí, la tentación me llevo a besarla labios. Ella, reaccionó y me soltó “una bofetada” que sonó como un testarazo en todo el pasillo. Con tanta fuerza me propinó la bofetada que al momento me broto sangre por la nariz.

Al ver la sangre que estaba manando por mis fosas nasales, se asustó y note que se arrepintió diciéndome: oh lo siento no quería hacerlo..

Yo, me apresuré a bajar al servicio médico del hotel y me cicatrizaron la herida sin más complicaciones. Subimos nerviosos, y ella entró en su habitación y yo en la mía, sin decirnos nada más.

No sabía si por la mañana sería capaz de salir conmigo nuevamente. Recapacitando me di cuenta de que me había propasado. Yo era un hombre maduro de 56 años y ella una mujer de solo 32 años, y que para colmo era la esposa de un compañero de trabajo.

Sin embargo, esa misma noche ocurrió que su esposo me llamó para decirme que, como era domingo, y ¿por qué no aprovechábamos e íbamos a ver el Parque Nacional cercano a Santiago y de camino pasaban por allí y lo saludaban a él?.

-¿crees que tu mujer querrá hacer un viaje tan largo? Le dije, más preocupado por si le decía algo de lo ocurrido.

-seguro que sí. Ya se lo he comentado, está de acuerdo.

-pues por mí, no hay problema- le conteste.

A la mañana siguiente, tras encontrarnos en la sala donde se impartía el desayuno, quedamos en tomar el tren hasta Santiago. Y así lo hicimos, y luego alquilamos un vehículo hasta donde el trabajaba. Ella durante el trayecto intentó evitar conversaciones muy intimas y no hablamos sobre lo ocurrido aquella noche. Llegamos a tiempo de almorzar con Isaac, y tras terminar, nos dijo que el Parque Nacional cerraba a las seis, por lo que deberíamos dirigirnos ya al mismo.

Lisa intentó decir que no, ya que quería estar un tiempo con su esposo, y creo que evitandome. Sin embargo, Isaac el dijo que no podía que le habían llamado de la fabrica y tenía que marchar ya.

Note que Lisa, quedo muy decepcionada, e incluso tuvo una pequeña discusión con su marido, que no me paso desapercibida.

Sin embargo Isaac, tuvo que marchar a la fábrica, por lo que nos despedirnos del mismo, y nos dirigimos al citado Parque. Durante el trayecto apenas habló y vi que iba bastante enfadada.

Una vez visitado el mismo, sin que Lisa mostrara mucho gusto por la visita, decidimos regresar a Santiago. Al llegar a la estación nos indican con supresa mayúscula, que el tren se había retrasado. Según nos indicaron había caído una gran tormenta en el recorrido y que existían desperfectos en la vía que estaba intentando solucionarlo, y que no sabían cuándo iba a llegar. Al final casi con tres horas de retraso llegó el tren, pero ya bastante cansados.

Al sentarnos verificamos que éste iba repleto de viajeros. El vagón donde nos toco viajar, era de segunda clase, y había mucha clase de gente de aspecto sudamericano. Los rasgos de las caras pusieron bastante nerviosa a Lisa. Además observe, que enfrente de nosotros se sentaron dos mujeres bastante jóvenes, las cuales “comenzaron a mirarme de una forma bastante provocativa”. Escuche que una de la decía a la otra en voz baja pero perfectamente oíble: “a este le echaría yo un buen par de polvos. Has visto el bulto que tiene en el pantalón. Esta buenísimo el cabron”.

Lisa no podía creer lo que estaba ocurriendo. Pero le dije que se tranquilizara con la mirada.

Todo se agravó cuando intente ir al baño, ya que al momento se levantó una de ellas y me siguió. La verdad es que la tía estaba bastante buena, y antes de llegar al baño, me dijo:- “quieres que entre contigo y te hago una buena mamada, será barato”. Yo me reí, y le dije: “venga anda, estas muy buena, pero ahora no tengo tiempo para eso”. Tras orinar volví al sitio, pero aquellas tías seguían erre con erre sin importarles la presencia de Lisa, y me dijeron: “venga tío, anímate puedes tenernos a las dos por poco dinero. Además veo que tienes buen paquete, seguro que suficiente para ambas”.

No supe como contestar, pero aquello sublevó a Lisa, la cual se dirigió enfadada hacia ellas y les dijo: -vdes no tienen vergüenza. ¿Cómo se atreven?.

-¡y a ti que te pasa niñata!. ¡Seguro que lo tienes a palo seco!. No ves como está el hombre, si llevaba un paquete de cuidado y seguro que lleva tiempo sin correrse. Seguro que “eres una estreñida de esas”, ja ja. Le contestó una de ellas soliviantándose y haciéndole frente a Lisa.

-yo “estreñida”.. Pero ¡que te has creído!.. dijo Lisa, fuera de si.

-venga Lisa, tranquilízate. No le hagas caso. Le tuve que retener, ya que se iba a enzarzar en una conversación nada agradable con ellas.

En ese momento llegamos a una estación de transito, y Lisa me dijo, totalmente encolerizada: -por favor bajémonos aquí. No soportó más seguir aquí.

-¿estás segura Lisa?. Aun queda un buen trecho, es de noche, pero la vi tan descompuesta, y su mirada era tan desafiante, que le dije: ¡como quieras! ¡es tu decisión!.

Ella no se lo pensó más, y se levanto y salió por el pasillo, por lo que no tuve más remedio que seguirla. Al descender del tren comprobamos que era una estación de transito.

No me dijo más nada, permaneciendo con una cara de enfado de mil demonios. Le dije, creo que será mejor ver a qué horas pasa el próximo tren ¿te parece?.

Ella no me contestó, y sin responderme nos dirigimos a donde vendían los billetes, con la finalidad de poder tomar otro posterior, y nos dijeron:- pues, no sale hasta mañana sobre las 12 horas, además han existido unos problemas de lluvias y la vía está cortada. ¡Lo siento!.

Totalmente descompuesto por la noticia, le pregunte al dependiente-¿existe alguna hotel por aquí cerca donde podamos pasar la noche?

  • a unos doscientos metros de aquí existe una posada, pero, si le digo la verdad, ¡no creo que tengan habitaciones!. Ha marchado mucha gente hacia él a la vista de que las vías están cortadas. Pero, pueden preguntar, no obstante. Nos lo dijo sin mucha convicción de que fuéramos a encontrar alojamiento.

Lisa no me quería decir nada, y bajo la cabeza. Sin más nos dirigimos hacia la Posada, pero en el trayecto, para colmo de males, nos cogió un “palo de agua” en el camino, que nos dejo “empapados”, el agua nos calo por todos lados.

Lisa me dijo:- no me lo puedo creer que me este pasando esto. A mí no. ¿Por qué habré venido a este vaje?.

No le quise contestar, y entramos como pudimos a la Posada. Al momento nos indicaron que no tenían habitación alguna, y que en los alrededores tampoco existía. Me fije en la cara de Lisa, y casi le da algo. Suponía, que teníamos que dormir fuera, o en la estación a la intemperie, y todo ello por su decisión alocada de bajarse del tren.

No obstante, al ver su cara de angustia al mirarme, me acerque al posadero, y le dije: mire, seguro que por 200 Dólares Vd puede buscar algo en donde podamos quedarnos.

El posadero cuando vio los 200 Dólares, me llevo aparte, y me dijo:- tenemos una pequeña habitación en la zona del ático. Es muy reducida, tiene un pequeño baño, con ducha. La utiliza una hija mía cuando viene. ¡Si esperan un poco podemos habilitarla!. ¡Es cuanto puedo ofrecerles!.

Le dije que me bastaba. Lisa no me dijo nada, pero mientras esperábamos, aun casi totalmente mojados, fui a una cantina cercana y pedí unos bocadillos y una botella de licor con la finalidad de calentarnos, y unos chocolates y otras cosas para comer.

-al menos no nos moriremos de hambre, y podremos calentarnos con algo de licor. ¡No pude conseguir otra cosa!.

Ella asintió con la cabeza resignada.

El posadero no hizo subir, verificando que estaba en el último piso, y era una especie de ático. La habitación era reducida, y solo tenía una pequeña cama pegada a la pared, con una mesita de escribir una silla, el baño, y un espejo (verificando que las dimensiones del espejo eran grandes para la pequeña habitación). Había pegatinas en la pared, constatando q ue era del cuarto de su hija.

Una vez cerramos la puerta, y tras marcharse el posadero, ella me dijo:

-pero. ¿Dónde voy a dormir yo?. Solo hay una cama, y para colmo “es tan pequeña”.

.-buenos Lisa, al menos tenemos esto. ¿No querrás quedarte en la estación a la intemperie, con el frio, y además con nuestras ropas empapadas?.

Ella callo. Y le dije: -mira creo que al menos hay agua caliente. Porque no entras tu primero y te duchas, y así te quitas esa ropa mojada y la ponemos a secar.

-pero. ¿Qué me pondré luego?. No tengo otra ropa!- me dijo dubitativa.

-Lisa. Yo tampoco tengo otra ropa. Pero, con la que tenemos puestas no podemos dormir, está empapada, y además podemos coger una pulmonía. ¿No querrás eso verdad? y mucho más en estos países donde la sanidad es complicada.

-Pero … ¿no pretenderás que me acueste desnuda dentro de la cama, contigo?. Me dijo ella con cara de alarma.

La mire y le dije: - Lisa. ¡Tú haz lo que quieras!. Yo me voy a quitar la ropa, que estoy hasta tiritando de frío, y a darme una ducha. Luego me meteré en la cama, e intentaré dormir.

Al ver que ella no se decidía, me desprendí de mi ropa, y verifique que hasta mi slip estaba totalmente empapado. Viendo que el baño era muy pequeño y que prácticamente de veía todo casi desde la habitación, opte por desnudarme ante ella, y quedé con mis pelotas al aire, y sin más me metí en la ducha.

Me di cuenta de la cara de circunstancias de Lisa, que miro hacia otro lado al ver mi tranca colgando, la cual pese a estar mojada y en reposo, mantenía una buena longitud.

La verdad es que al menos el agua caliente me reanimó, y tras secarme con una toalla, que para colmo no era muy grande, salí del baño con ella enrollada a la cintura. Y dirigiéndome a ella, le dije:- deberías ducharte. Te sentirás como nueva. Venga no seas cabezota, que luego te vas a enfermar, y en estos países no se sabe. Voy a tomarme el bocata, ya que tengo un hambre de perros.

Viendo que no le presté más atención, ella se comenzó a desnudar y se quedó solo con sostén y braga, que estaban igualmente empapados. Sé que se los quitó dentro del baño y los dejo por fuera. Yo me comí el bocata y unos vasos de licor, y me subió el calor inmediatamente. Tome mi ropa y la suya y lo coloque sobre una especie de hilo que colgaba, a fin de que se pudieran secar algo.

Al rato salió ella. Llevaba solo una toalla que tapa la parte de su vagina, y con una mano se intentaba tapar sus pechos sin conseguirlo. Joder aquella nena estaba cañón. Me di cuenta de que iba a ser un verdadero sufrimiento dormir en aquella pequeña cama con ella al lado.

-anda come algo. Verás que te recuperarás pronto.

-pero, ¡por favor no me mires!.- me dijo ella.

Le conteste: mira Lisa. Vamos a pasar toda la noche juntos. Creo que debes olvidarte de tus prejuicios. Te voy a ver desnuda de todas formas. Anda échate un trago de esto que te animará.

Creo que como yo no le daba mucha importancia, ella al final cedió, y retiró las manos de sus pechos. La realidad es en cuanto los vi, me di cuenta de que eran preciosos. Todo un pedazo de hembra.

Tras comer con bastante apetito, ella tomó casi dos vasos de licor. No estaba acostumbrada a ello, pero se ve que la animo y la hizo más desinhibida. La realidad es que el licor era bastante fuerte, y de mucha graduación. Era obvio, que Lisa no estaba acostumbrada a beber este tipo de licor tan fuerte.

-creo que se me ha subido a la cabeza, me dijo, al poco tiempo sonriendo.

Al final tanto moverme, hizo que mi toalla se desprendiera y cayera al suelo, quedandome en pelotas. Ella se sonrió forzadamente, pero luego se puso colorada al ver mi aparato genital. Tengo una buena pieza, muy superior a la media, y aún en estado de reposo ya era bastante grande, y además con un grosor nada desdeñable. Creo que aquello asombró a Lisa, y note como abrió los ojos como platos.

Le dije: -lo siento….mira… total. Ya me has visto. Al diablo la toalla, y me quede desnudo ante ella sentado en la cama. Creo que será mejor que nos metamos en la cama para no volver a enfriarnos. Quieres ponerte por este lado, o cerca de la pared. ¿Te doy a elegir?, aunque vamos a estar estrechos de todas maneras.

-oye. Me mira a la cara y me dice: ¿De esto no le dirás nada a mi esposo? ¿Verdad?. Si se llega a enterar seguro que se separa de mí. Fue lo siguiente que me dijo.

-claro. Ni tu tampoco se lo comentarás a mi esposa. Sé que es una situación algo embarazosa, pero tampoco la hemos buscado de propósito.

Me mira nuevamente y me dice: -ya sé que me reprochas, por haberme bajado del tren. Pero aquellas mocosas me estaba sacando de quicio.

-olvídate de eso ya. No te reprocho nada. ¡Lo pasado, pasado está!.

Ella ante mi sorpresa, opta por quitarse la toalla que estaba bastante húmeda y se queda completamente desnuda. Ante mi mirada, ella se mete en la cama pegándose cuanto pudo a la pared. De todas formas se desnudó dándome la espalda por lo que pude apreciar su precioso trasero. Yo me metí detrás de ella.

Era tan estrecha la cama que teníamos que dormir bastante pegados uno al otro, por más que no quisiéramos.

-no pretenderás aprovecharte de mi esta noche- me dice ella de pronto.

-Nunca me he aprovechado de nadie. Nunca haría algo que tu no quisieras, pero, “debes reconocer que esta situación es algo comprometida”. Nunca he estado desnudo con la mujer de un compañero, en la misma cama.

  • Tampoco yo he tenido una situación igual. Joder ¡creo que no tenía que haberme bajado del tren!. Me contesto ella.

-no sé. ¡Creo que ya es tarde para arrepentirse! ¿No crees?.

-pero es que aquellas tías me soliviantaron. Y añade: Y ¡tú no hacías tampoco nada!. Me dijo como reprochándome.

Aquello si que era bueno. Encima de reprochaba -¿yo?. Que querías: “que accediera sus deseos”.

-¡llamarme a mi estrecha!. Y, ¡que no te tenía satisfecho…! joder, vaya putonas. Eso jamás iba a consentírselo.

-ya. Debes comprender que eso es muy típico por aquí.

-ya. ¡Seguro que si llegas a venir solo y te vas con ellas!- me dijo ella mirándome a la cara.

-le conteste, pegándome a su cuerpo: ¿estás celosa? Parece que sí. Vaya vaya ¡estas celosilla!.

-yo… me contesto ella, casi revolviéndose, y poniéndose completamente roja.

-pues….. no se… te noto bien caliente Lisa. Veo que andas muy excitada.

-yo… ¡cómo te atreves!. Me contesto ella muy nerviosa.

-creo que la situación tan morbosa, te ha puesto cachonda. ¿Lo vas a negar también? Le dije.

Se revoto, y me dijo: claro que sí. ¿Acaso te has creído que soy como aquellas putas?. ¿No creo que pienses eso de mi?.

-claro que no eres una puta. Pero, ¡se cuando una mujer está caliente y cuando no!. Y tú ahora mismo, estas súper cachonda.

Ella me dice, con evidente excitación, pero mirándome de forma casi retadora: ¿Y cómo sabes que estoy cachonda?. Ni que fueras adivino.

En el fondo ella, le gustaba la conversación, verificando que era bastante morbosa. Por ello continúe y le dije:- Vamos Lisa, se que “tienes que tener la vagina totalmente empapada”, ¡y puedo asegurar que no es del agua!. Llevas varios días sin hacer el amor con tu marido, y sé que estas deseosa. Es más, creo que te enfadaste esta tarde porque querías hacerlo con tu marido y no pudiste. ¿Me equivoco?

-quee….. Claro que no estoy deseosa. ¡Joder tú de qué vas!. ¡Que soy la mujer de tu compañero de trabajo!.Me di cuenta de que había acertado de lleno, pese a que ella lo negara.

-eso no tiene nada que ver ahora. Para mí, ahora mismo eres una mujer. Eso sí, pero…. ”que esta como un tren, y a la que desearía hacerle el amor toda la noche, y de diferentes maneras”-le conteste tratando de aparentar total normalidad.

Ella me mira, sin creerse a la cara algo sorprendida y me dice: -pero … ¡joder, si que eres directo!. Eso no puede negarse. Pero…por supuesto que no voy hacer el amor contigo .¡estás loco!... ¡ pero, que te has creído.!.

-solo te digo, que ahora mismo te volvería loca, que te haría mía. Sé que has visto mi tranca y estas pensando cómo sería cuando entrara en tu coñito. ¡Puedes negarlo si quieres, pero sé que lo estas pensando! Le conteste totalmente salido, y ya sin muchas contemplaciones.

-no pretenderás violarme y aprovecharte de la circunstancia ¿verdad?. Me dijo algo desafiante. Aquella situación se ponía sumamente interesante.

-te juro que ganas no me faltan. Pero, ya te dije que no haré nada que tú no desees. ¡Espero poder aguantarme, pese a tenerte desnuda a mi lado!. le volví a contestar.

-creo que será mejor que tratemos de dormir- me dijo ella algo nerviosa.

-acaso crees que podrás dormir sin saciar la calentura que tienes-le dije nuevamente.

Ella se gira hacia mí. Nuestros cuerpos están casi completamente frente a frente, podía sentir el calor de su cuerpo desnudo. Y ella hace algo que no me esperaba, baja su mano y alcanza mi tranca, que ya estaba con una dureza increíble por la palabrería, y la aprieta en sus manos. Noto la sorpresa en su rostro al notar las contracciones de mi pene.

Y con la misma, me besa en la boca. Yo abrí la mía y comenzamos a besarnos apasionadamente. Lisa estaba totalmente ardiendo, su boca quemaba. Aquella mujer era puro fuego.

Ella mantenía agarrada mi tranca, que por cierto ya estaba bien dura y preparado para lo que iba a venir. Mientras la besaba ella no me soltaba la polla. Comencé acariciar los labios de su vagina desnuda, y ella gimió. Al momento le palpaba su clítoris sin meter los dedos entre los labios, Lisa estaba bien mojada y excitada.

Pero sorprendentemente ella me detiene, me pone boca arriba, baja por mi abdomen y observa mi pene, y me dice: -joder, sí que es grande. Jamás pensé que pudieran existir tan grandes. Creía que solo aparecían en las pelis. Dios que venas..

Y sin más, se arrodilló frente a mí, mientras bajaba me besaba el pecho, el abdomen hasta llegar a tener la cara enfrente de mi polla y mientras me la agarraba con una mano, con la otra se acariciaba su vagina, húmeda y caliente. Empezó a lamerme el tronco desde la base hasta por fin llegar al glande, lo lamió delicadamente, lo besó y por último se lo metió en la boca. Fue poco a poco introduciéndola en su boca, cuanto pudo, y comenzó a mamarla de forma increíblemente sexy, me miraba a los ojos mientras lo hacía y de repente me dijo: - ¿crees que aquella putitas del tren lo harían igual?.

-por supuesto que no. Joder Lisa, lo estás haciendo muy bien.- sigue preciosa.

Me hizo una garganta profunda bestial, creí que me corría ahí mismo, pero no podía ser, no podía terminar tan pronto. Así que la aparte, la levanté y la tumbé encima de la cama boca arriba, y me dispuse a comerla su rico sexo. Comencé a lamer sus labios, por fuera, por dentro, con la misma lengua me abrí paso hacia su clítoris que estaba deseando probar, jugué un rato con él mientras Lisa se retorcía de placer y gemía, lo cual me puso aun más cachondo.

-oh cabron que bien lo haces. Joder sigue así… comételo ohhh así vamos cabron… hazme correr…lo necesito

Pero no me distraje, seguí comiendo ese exquisito manjar, metía mi lengua dentro de su vagina, bebía sus ricos fluidos cuando ella tuvo un orgasmo entre gemidos y gritos.

Entonces después de acariciar un poco su clítoris con mi glande, me decidí que era hora de penetrarla. Ella me mira a la cara y me dice:

-No sé si debo continuar. Lo necesito. Pero, antes debes saber “que estoy ovulando”. Y “no estoy protegida”, mi marido y yo queremos tener un hijo.

-Por eso estas tan caliente. ¿Verdad?. Uf estas quemando. No creo que puedas resistirte. Necesitas mi polla dentro con urgencia.

-pero. ¡Sabes que puedes dejarme preñada!. – me dijo.

-Intentaré correrme fuera. Pero tampoco te prometo nada- le dije con total calentura.

¿Cómo que lo intentarás? ¿No pretenderás embarazarme verdad?

-me tienes tan arrecho, que no te prometo nada. Solo sé que quiero follarte cuanto antes. Deseo echarte el mejor polvo de tu vida. Y tú, se que deseas lo mismo.

-joder, que cabron eres. La verdad es que estás loco- me dijo.

Mientras le hablaba ya había metido mi glande y parte de mi nabo en ella, y, sacándolo casi del todo y viendo que ella comenzó a jadear, sin previo aviso la metí más de dos terceraspartes de mi tranca de una sola embestida, mientras besaba y apretaba sus tetas.

-ohh cabrón despacio ohhhhhhhh como me abres, joder que polla tienes…oh si papito… joder lo necesitaba… siii

Era evidente que no estaba acostumbrada a una polla de la mía. Ella totalmente agitada me cogió de la espalda y me rodeó la cintura con sus piernas, y me miró a los ojos, como queriéndome desafiar a que era una mujer para aguantar toda mi polla.

Por lo que de un golpe de riñones le aloje toda mi tranca, hasta la misma base, en su vagina. – oh me rompes… oh cabron como estás.. oh.. me abres toda.. oh si como me llenas… ooo

Me detuve un poco para que se acostumbrara a mi tranca, y me dijo: me la has metido muy adentro. ¡Me tienes ensartada!. Joder me siento llena por dentro. Ella mientras, con sus manos palpa y observa que mis testículos, que están pegados a su culo. La tenía toda dentro. Y sorprendida exclama: ¿me la has metido toda?

Hasta los huevos. Le conteste excitado.

Luego comencé a bombearla, dentro fuera, dentro fuera… y continué así sin parar, así estuve un rato dándole embestidas fuertes y rápidas, mientras ella gemía:

-oh sigue así.. ho papito si dame más… o si me vengo o Dios siiiii

Note al momento su orgasmo, intenso, profundo, y como eso la dilató bastante, ya que comprobé como mi polla la penetraba ahora con mayor facilidad.

Luego me detiene, me dio la vuelta, y ella se puso encima. Observa mi tranca, y mirándome a los ojos, con gran parsimonia se va dejando caer poco a poco hasta clavarse mi polla íntegramente. Luego comenzó a cabalgarme como una jabata,

-oh que buena polla tienes. Oh Dios …. Me voy a correr de nuevo.. oh siiii. Yvolvió a tener ese segundo orgasmo.

La descabalgue, me levanté y me puse de pie, y la tome hasta colocarla al borde de la cama, y, tomando sus piernas las puse sobre mis hombros y ante su mirara excitante se la enterré hasta la empuñadura. Joder que buena estaba la mujer de mi compañero de trabajo. Mi polla entraba como una exhalación dentro de su vagina, la cual notaba sumamente caliente. Era obvio que aquella hembra debía estar ovulando.

-Lisa. Eres toda una hembra de verdad. Qué buena estás. Creo que te voy a estar follando toda la noche preciosa.

-¿Te gusto de verdad?. ¿Lo dices en serio?. Me pregunto ella.

-Claro que si preciosa. Ya has visto como me has puesto. Eres una diosa.. ¿Cómo envidio a tu esposo?.

-lo envidias, pero te estás follando a su esposa ahora. ¡qué cabronazo eres!. Me contesto ella sonriendo.

Y no sabes con que placer te estoy follando.

Era alucinante, la cogía por el culo pasando mis brazos por debajo de sus rodillas, consiguiendo una gran apertura de ella y una penetración profunda y potente, ella gemía, yo también, note como se mordía el labio, eso me excito muchísimo, más aún.

-oh cabron me estas matando… oh.. qué gran polla. Sigue vamos… vas hacer que me corra de nuevo. Ohhh siii Dios no puede ser… me vengo de nuevo. ohh

Tras correrse. Me beso en la boca por primera vez, y me dijo:

-me tienes toda abierta. Seguro que mi marido lo va a notar. Pero ¡como me gusta!. Uff aún estás a pleno rendimiento. Que semental estas hecho.

Sin contestarle, la puse a cuatro patas al borde de la cama, y observe aquella hembra. Me agache detrás de ella, y acerque mi boca a su vagina le comencé a chupar de nuevo su coño, verificando que estaba embarrado de sus jugos. Le chupe desde el clítoris hasta el ano. Pero era obvio que seguía caliente.

Note que mi polla seguía con una erección de caballo, y sin más entre de nuevo en ella. Notaba como a medida que me la follaba su ano se abría. Me di cuenta ahí que su ano aún era virgen. Pensé como sería clavarla por ahí a aquella hembra.

Cuando la tuve completamente ensartada, la sujeté por la cadera y comencé a moverme frenético, metiendo y sacando mi tranca de su vagina. Mis movimientos, unos trepidantes y otros circulares, aumentaron, una y otra vez arremetía contra ella, mientras ella gemía y casi gritaba de placer; coloque casi en posición de perrito montándola, y alcance con mis manos sus preciosas tetas, y las comencé a masajear con una mano y las estrujaba a placer, y con la otra le acariciaba la nuca;

-oh si.. Cógeme la tetas… me gusta.. ohhhh si cabron… oh como me follas… Dios como te siento….

Y así, después de diez minutos, pude sentir cómo su raja me apretaba con mayor intensidad y su abdomen se contraía, señal inequívoca de que le había llegado un nuevo orgasmo; pero yo seguía bombeándola sin parar hasta que al cabo de 5 minutos más le vino otro, yo ya no puede más y le dije:

-oh Lisa, no puedo más. Necesito correrme, y creo que te voy a llenar...ohhh siiii me voy a correr dentro..ohhh siiiiii y sin previo aviso, me comencé a correr abundantemente dentro de su vagina, con una intensidad que hasta me sorprendió a mí mismo.

-oh no … dentro no… oh Dios te estás corriendo… me vas a preñar ohhhhh oh cabrón no me llenas… oooooooo no puede ser ooooo

La vagina de ella se vio inundada por mi leche mezclándose con las mieles de su orgasmo; al sentir mi venida me apoderé más de los abundantes pechos y los apreté con todo, soltando un gemido de absoluto placer.

-Joder Lisa que buena que estas. Tienes el coño bien caliente, necesitabas que te regara bien por dentro. Oh joder aún tengo más leche para tiiiii. Y seguí fallándola mientras seguían algunas lechadas mas.

Cuando termine ella, se salió, y se quedo sobre la cama mirando su abierto coño, y como sobresalían restos de mi semen por el mismo. Y me dice: .oh joder… te has corrido dentro te dije que estaba ovulando. ¿y si me has preñado?. Me dijo cuanto termine.

Mientras miraba su coño, y observaba la hilera de semen que salía del mismo, y discurría hasta su culo.

-Dios… me has llenado. Me has dejado bien llena. ¡Seguro que de esta me has preñado! Mi esposo nunca se corre de esa manera.

Ella se quedó mirando mi pene, el cual pese haberme corrido aún se mantenía con una semi-erección, y ante su mirada comenzó de nuevo a crecer. Ella me mira a la cara y me dice:

-¡serás cabronazo. Te estás volviendo a empalmar!. ¿Cómo puede ser posible? Pero…. ¡si te acabas de correr!.

-es que con un cuerpo como el tuyo lisa, tengo polla para darte toda la noche. Te lo aseguro.

-joder. Veo que lo dices en serio. ¿Quieres volver a follarme?...pero…. ¡no pretenderás correrte nuevamente dentro!.

Yo la mira a la cara, mientras me tocaba le nabo, y le dije:- creo que aún me queda una buena ración de lechita para alimentar ese coñito. Uf seguro que te llenaré nuevamente.

Mira mi aparato, y al ver cómo mientras le hablada iba creciendo hasta alcanzar nuevamente una erección soberana, me dice: - se te ha puesto nuevamente a punto. ¡Qué semental!

Y se colocó en la cama para que me la follara en plan misionero. Intuí que quería que mi leche se le quedara alojada bien adentro. Me coloque entre sus piernas, y se la fui metiendo muy despacio, para que sintiera la dureza de mi tranca.

-oh papito.. joder que gorda la tienes. Siento como me entra.. oh sii sigue así… me gusta. Oh como me abres el chochito…oh sii me gusta .. sigue clávame toda cabron…

Ella se contoneaba mientras le iba perforando su coñito poco a poco hasta que llegue al final. Se la había terminado de clavar hasta los huevos. Luego comencé un bombeo constante, lento, pero con metidas bastante profundas que golpeaban su cervit una y otra vez.

-o dios, me matas… sigue oh siiiiii mássssssssss

No tardó mucho en tener una nueva corrida con mi tranca dentro, yo comencé entonces a bombear más aceleradamente, hasta que verifique que estaba a punto de nuevo. Ella me miro a la cara, y se dio cuenta de que estaba a punto de correrme. Entonces me dice:- joder… no estarás pensando en correrte dentro otra vez. .. O si, cabron, estas pensando en correrte dentro. Lo veo en tus ojos.

Ella intenta quitarme, pero la sujeto bien con mis piernas cruzadas de tal forma que estaba a mi completa disposición, sin dejar de clavar una y otra vez mi daga en su desprotegido coñito.

-pero que pretendes: me vas a preñar…. Oh tienes que salirte.. no puedes volver a correrte dentro....

Yo no le respondí, sino que mis penetraciones se hicieron más profundas y más rápidas hasta que llegó el momento en que no pude más. Mi depósito de semen ya estaba subiendo por la uretra buscando la salida. Ella vio que estaba totalmente sometida y no podía evitar mi nueva corrida, y me dice:

-oh cabron estás dispuesto a preñarme. Hazlo… vamos lléname semental. Hazme un hijo… hazme el hijo que mi marido se niega a darme… ohhhhhhhhhhhsiiiiiiiiiiiii te siento… asiiiiiiiiiiii

Al momento comencé a descargar mi preciada carga dentro de su coñito. Pero era tantas las ganas acumuladas, que me desleche dentro de ella. No paraba de lanzar mi semen.

-oh cabron, como te siento…. Joder me vas a llenar.. oh siiii córrete asíiiii. Llénamee.

Cuando terminé me quede dentro de ella un rato, y en ese momento ella me mira a los ojos y me dice:- sabes lo que has hecho verdad. Te has corrido dentro, y estoy ovulando. Con la cantidad que me has echado seguro que me has preñado. ¿Cómo se lo digo a mi esposo?.

Sin contestarle la bese en los labios, y ella sintió que mi polla volvió a endurecerse sin salir de su coñito, y me dijo:

-oh cabrón. Te está creciendo otra vez. Te acabas de correr y ya estas así otra vez.

-Y creo que voy a follarte toda la noche. Te voy a dejar ese coñito inflamado de tanta polla.

Ella me siguió besando, y notaba que le estaba agradando como me la estaba follando, y me dijo_ oh sigue así. Follame vamos, no te contengas… ohhh si cabron, que polla tienes.. ooooo así … oooo como me llena esa polla.

Me la estuve cogiendo durante buen rato, y al final terminé de nuevo dentro de ella. Luego nos dejamos dormir, y a la mañana siguiente, nada más levantarnos volvimos hacerlo. Luego regresamos a la capital, y en el hotel estuvimos haciendo el amor hasta que llegó su esposo y luego regresamos a España.

Paso más de mes y medio, cuando Isaac me indica que iba a ser padre, que su mujer estaba embarazada. No le dije nada, pero sospechaba que pudiera ser del encuentro aquellos días. Pasó más de cinco meses y no llegue a ver a Lisa. Creo que ella evitaba contacto conmigo.

Ese primer encuentro fue en un Centro Comercial, ella no le quedó más remedio que saludarme al coincidir en un paseo del centro.

-Hola Lisa. Vaya, que preciosa te veo.

-Hola Ayose. Gracias.

  • ¿Qué tal llevas ese embarazo?. Ya sabes si es niña o niño?

-bueno bien. Me han dicho que será una niña.

-pues me alegro mucho.

La realidad es que estaba preciosa, aunque ya se le notaba su panza por el embarazo, su cara estaba más bonita, y los kilos que había subido la hacían muy sensual. Ella me vio mirando su cuerpo y me dijo:

-No me mires así. Sabes que aquello terminó. Nunca más podrá volver a ocurrir- me dijo sonrojada.

  • Bueno Lisa, solo estaba admirando tu cuerpo. El embarazo te ha hecho más apetecible incluso que antes. No puede evitar recordar los momentos vividos en aquellos días. Los he recreado en mi memoria multitud de veces.

Ella se turbó ante mis palabras y me contesto: - pero, aquello no puede volver a suceder. Estoy felizmente casada y ahora además espero una hija.

-No te voy a preguntar sobre el progenitor, ya que tampoco me vas a contestar. Pero no puedo dejar de pensar que pueda ser hija mía. Y como tal me gustaría ayudarte en todo lo que fuera necesario. No quiero ofenderte, solo ponerme a tu disposición por si me necesitas.

Ella se sonrojó demostrando que era muy probable que fuera producto de aquellos días en que ella se encontraba ovulando, y luego me dijo: -bueno Ayose, te dejo, voy con algo de prisa.

-Ni siquiera me vas a dar un beso.

Ella se rebotó, me miró nerviosa, y luego me dijo: -te he dicho que aquello se acabó. No insistas.

-como quieras. Ya te he indicado que estoy a tu disposición.

Paso el tiempo, y nació la niña. Sin embargo, no tuve oportunidad de ver a la menor hasta que la misma cumplió un año, ya que mi amigo tampoco me invitó al bautismo, creo que por insistencia de ella, pudiendo verla solo cuando paseaba por el centro comercial. Sin embargo, Lisa intentó en todo momento que no tuviera contacto con la menor.

La verdad es que aquello me molestó, ya que tampoco quería obligarla a tener relaciones conmigo, pero al menos quería ver a su hija, ya que presumía que yo era su progenitor. No obstante, ello me llevó a tener un cierto distanciamiento entre Isaac y yo, y rara vez tuvimos trabajos juntos. Sin embargo, el Consejo de Administración de la empresa me designó para ocupar un puesto de gran responsabilidad dentro de la misma. Por ello, Isaac paso a ser un subordinado mío.

Transcurrió unos dos años más, y yo mantenía una cierta distancia de Isaac y de Lisa. Pero, Isaac se vio envuelto en un grave fallo responsabilidad de la empresa con un cliente importante, que motivo que la empresa se viera obligada a sufragar una importante indemnización. Isaac quedó suspendido de empleo y sueldo durante tres meses. Aquello propició que el mismo cayera en una gran depresión, motivando que tuviera varias bajas posteriores a su incorporación. En un momento dado, le llamé a mi despacho y le indique que aquello no podía seguir así, que tenía que recuperarse y volver a su trabajo de forma normal, ya que la empresa estaba pensando en resolver su contrato de continuar la situación igual.

No paso más de una semana cuando sorpresivamente aparece en mi despacho Lisa. Tras hacerla pasar, y preguntarle que le traía por la empresa, ya que no era habitual, me dice:-

-Bueno Ayose. Sabes que mi esposo está atravesando una etapa muy complicada, con depresiones importantes tras aquel incidente.

-ya se lo he indicado, pero la dirección de la empresa me está apremiando, ya que de no recuperarse podrían llegar a prescindir de sus servicios.

-Y que va a ser de nosotros, si lo despiden. Seguro que le costará bastante buscar otro trabajo igual, y tenemos una hipoteca que pagar de la casa,… y seguro que eso le podría ocasionar una recaída menor.

La mire a la cara y le dije: - ¿Y que quieres que haga Lisa?. Yo he estado retrasando la situación sin tomar una decisión, pero la dirección me está apremiando. Es necesario que se recupere.

-No podrías ayudarle. El no tiene ya ni amigos. Creo que está bastante deprimido, y tengo miedo de que cometa cualquier locura. ….antes erais buenos amigos.

-Lo éramos, pero esa amistad no fui yo la que la rompió. ¿No crees? Sabes bien porque se ha roto. Le dije algo molesto.

Ella me dice: -venga seguro que puedes hacer algo. Eres una persona importante en esta empresa.

Y en ese momento ella se levanta de la silla y se acerca a la ventana de mi despacho, me dice: -tienes una vista preciosa desde aquí.

Me di cuenta en ese momento que Lisa venía con un vestido algo más corto de lo habitual en ella, y al acercarse a la ventana observe su precioso trasero, y aquellas piernas que me volvían loco. ¡Joder Lisa estaba mucho mejor que antes!. Note como ella me miro girando la cabeza. Era obvio, que se había dado cuenta como la miraba.

Luego mira la mesa de mi despacho y me dice:- ¡a cuantas te has cepillado sobre esta mesa!. Seguro que a más de una de la secretarias que he visto fuera.

Mi polla creció dentro de mis pantalones sin poder evitarlo. Y mirándola, note su mirada seductora, y tras indicar a la secretaria que no me molestaran, cerré la puerta del despacho. Note como se excito al ver que me acercaba hasta ella, y en cuanto llegue a ella, suavemente la obligue a sentarse en la mesa, y abriéndole las piernas morbosamente, detecte su tanguita minúscula que cubría su coñito.

Percibí la agitación de su cuerpo a medida que iba lamiendo sus muslos y me acercaba a su braguita. Al contacto con su braguita, mi lengua lamio la misma en el lugar donde se localizaba la raja, y al momento ella gimió:- oh que me haces…ohh.

Fui más osado y al momento aparte la tanga apareciendo su hermosa raja, con el vello recortado y sin poder contenerme puse mi lengua en su raja: - oh como… oooo Dios… siii cabron cometelo.