Durante la guardia del diario

De manera muy sexy Elvira siguió desnudándose y yo comencé a sacarme la ropa que ya me apretaba por la calentura que había agarrado con solo ver a mi compañera de trabajo portándose de esa manera.

Quiso la suerte de que me tomaran como redactor en uno de los diarios más importantes de mi país, no tarde nada en darme cuenta que la mayoría de los hombres que trabajaban conmigo eran muy mayores, en cambio las mujeres eran casi todas muy lindas, además de jóvenes.

Así fue como me fije en Elvira una mujer de unos 33 años con un fracaso matrimonial sobre los hombros y que actualmente estaba de novia con un compañero de trabajo mucho mayor que ella y que además era casado.

Elvira es una de esas personas muy abiertas al trato con la gente, que con su cordialidad logra que las personas que están a su alrededor se sientan cómodas.

Desde el primer día ella trata de hacerme sentir cómodo, me acompaño hasta mi oficina y a cada rato se acercaba para preguntarme sí me hacia falta alguna cosa.

Así fue como un viernes por la noche en que los dos estabamos de guardia se acerco hasta donde yo estaba para preguntarme si me hacia falta algo, yo no sé si fue por aburrimiento o si en realidad quise probarla, le conteste que no estaba seguro de que ella me podría dar lo que necesitaba.

Ella mirándome a los ojos me dijo que si yo tenía algún plan para matar el tiempo, fuera cual fuera, se lo digiera porque el aburrimiento y el calor la estaban matando. Acto seguido se dirigió hasta un escritorio que estaba en un rincón de mi oficina y se puso a trabajar, al menos eso creí yo.

Desde el rincón de mi oficina Elvira me miraba y yo notaba su mirada en mi espalda mientras trataba de concentrarme en lo que yo estaba haciendo.

Ella puso música en la computadora del rincón y luego me llamo por mi nombre, cuando gire la silla hacia donde ella estaba, comenzó a bailar sensualmente en su silla mientras me decía que ella si tenia un plan para pasar las horas de guardia que nos quedaban.

Yo automáticamente deje de hacer lo que estaba haciendo y me concentre en el espectáculo que mi compañera de trabajo me estaba brindando. Ella de golpe se fue sacando primero el saco, luego muy sensualmente la remera. Para luego ponerse el saco directamente sobre las tetas.

Se la veía muy sexy con ese atuendo, yo le aconsejaba que podía venir mas seguido a trabajar con esa ropa para que la jornada fuera más placentera. Y ella riéndose comenzó a sacarse la ropa que todavía llevaba puesta.

Mientras ella terminaba de desnudarse yo llame por teléfono al guardia de seguridad que en cualquier momento podía aparecer para decirle que si no había ninguna novedad yo me iba a ir a descansar un rato.

Con esto me aseguraba que por lo menos por una hora el guardia no iba a llegar a importunarnos.

De manera muy sexy Elvira siguió desnudándose y yo comencé a sacarme la ropa que ya me apretaba por la calentura que había agarrado con solo ver a mi compañera de trabajo portándose de esa manera.

Los dos sabíamos que las horas estaban por pasar muy rápido, que habíamos encontrado la manera de que la guardia que semanalmente nos tocaba hacer juntos pasara de la manera más agradable. Los dos sabíamos que estábamos por comenzar nuestra relación de amantes.

Lentamente me acerque hasta Elvira y comenzamos a besarnos como dos enloquecidos mis manos recorrían su hermoso cuerpo y mi lengua jugaba con la suya dentro de su boca.

Con un empujón Elvira me hizo sentar en la silla que ella había usado para hacer el show y arrodillándose frente a mi se trago mi pija por completo, que bien que me la estaba mamando, se notaba que era una mujer con mucha experiencia en lo que estaba haciendo.

Cuando ella noto que no faltaba mucho para que explotara en su boca paro en seco con la mamada y se sentó sobre mi pija tragándosela por completo, luego se quedó quieta en esa posición, se sentía muy bien las paredes de su concha apretando mi pija, luego comenzó a subir y bajar muy lentamente dándome mucho placer en cada movimiento.

Nos besábamos y yo me entretenía tocándole las Tetis y metiendole un dedo en el culo. Elvira se retorcía de placer y aumentaba el ritmo de la cabalgada, cuando le avise que ya no podía aguantar más ella se bajo de mi pija y se la volvió a meter en la boca y con dos chupadas me hizo acabar en su boca, pese a la cantidad que largue ella se trago todo y cuando se saco mi pija de la boca estaba limpia y lista para volverla a usar.