Duramente (2)

volvía a azotarme duramente, una vez tras otra, intercambiando una nalga y otra, yo pensaba que no iba a poder soportar mucho tiempo así, sin embargo cada vez me iba poniendo más caliente y mojada.

A 4 patas me dirigí a la cocina, me incorporé para coger el plato, llenarlo de agua y ponerlo en el suelo, me agaché y sacando mi lengua lamí el agua, la verdad es que tenía bastante sed, casi me había quedado sin saliva y no tardé mucho en acabar con el agua, me volví a incorporar para llenarlo de nuevo y seguidamente volví a lamerlo hasta acabar con toda el agua, había saciado toda mi sed, mientras Él, sentado en el sillón no dejaba de mirar como lo hacía, como magnetizado se levantó, se agachó a mi lado y metió un par de dedos en mi coño que hicieron que me derritiera de placer. - Tengo ganas de follarme este coño tan rico que tienes, pero has de hacer meritos para ello, primero me apetece azotarte un poco. Se levantó, fue por la fusta. - Ofréceme tu culo zorra, me apetece azotarlo un rato. - Señor - dije elevando mi culo hacia Él - le ofrezco mi culo de zorra para que lo azote todo lo que le apetezca, yo recibiré encantada los azotes que quiera darme, será todo un honor para mí ser azotada por Usted y me quedaré quieta mientras lo hace. Antes de comenzar, cogió el huevo vibrador y lo metió en mi coño, con el mando en su mano, lo encendía y lo apagaba a su voluntad. Comenzó a descargar azote tras azote con la fusta, con furia, los primeros no me dolieron demasiado, pero mientras caía uno tras otro, empezó a dolerme, a picarme, tras varios azotes, mientras encendía y apagaba el huevo, tb hizo delicias en mi clítoris con un par de sus dedos, yo mientras disfrutaba, intentando olvidarme del dolor de mi culo, pero cuando notaba que me sobrevenía el orgasmo, volvía a azotarme duramente, una vez tras otra, intercambiando una nalga y otra, yo pensaba que no iba a poder soportar mucho tiempo así, sin embargo cada vez me iba poniendo más caliente y mojada. Cuando se cansó de azotarme, su erección era nuevamente imponente, se puso de rodillas delante mía, agarrándome del pelo y volvió a follarme la boca, literalmente, no tuvo ninguna contemplación, no empezó despacio, no, me la metió hasta el fondo y sin más tardar su ritmo fue frenético, casi sin darme tiempo a respirar, me atragantaba con su poya, me daba tos, pero lo aguantaba como buenamente podía, no me daba ningún respiro, sentía su poya abrirse paso entre mis dientes, hasta llegar a provocarme nuevamente arcadas, las cuales resistía estoicamente. Paró, pq estaba cansado, hacía un rato que se había corrido y aun le quedaba un rato para volver a correrse, sin que me dijera nada cogí su poya con mi mano y seguí masturbándole, deprisa, para que no echara en falta mi boca y así pudiera respirar un poco , puesto que casi me hace vomitar unos segundos antes. - Puta, que bien lo haces, se nota que sabes diferenciar un buen rabo de los demás y tratarlo como se merece, dedicándole tus mejores caricias, tanto con la boca como con la mano. - Por supuesto Señor, su rabo es el mejor rabo con diferencia que he probado y me encanta lamérselo. - Así me gusta zorra, que te deleites con mi rabo, acabarás conociéndolo perfectamente, de las veces que lo probarás. Y acto seguido volvió a meterlo en mi boca, mi mano seguía masturbándolo y mi boca lamiéndolo, de vez en cuando me cogía del pelo y me obligaba a agacharme para que le lamiera la pelotas, cosa con la cual tb me deleitaba, las atrapaba con mi boca y tiraba suavemente de ellas, para soltarlas abriendo mi boca, en lo que Él aprovechaba para volver a meterme su poya en mi boca y volver a follármela. Perdí la noción del tiempo, solo sé que me tuvo en esa postura mucho rato, se me habían dormido las piernas, los brazos, yo diría que se me había dormido casi todo el cuerpo, pero a Él casi que no le importaba, siguió follándome la boca, hasta que nuevamente estuvo a punto de correrse. - Abre tu boca perrita y saca la lengua, seguramente volverás a tener sed y te voy a dar de beber, seguro que nuevamente lo estás deseando. Acto seguido comenzó a correrse en mi lengua y en mi boca. - Trágatela toda, no quiero que desperdicies ni una sola gota, límpiame la poya tb, la quiero reluciente, esto aún no ha terminado - rió maliciosamente y yo me excité más aún.