Dulces 17

Seducción de hija.

Dulces 17

Hola me llamo Krissy y tengo 20 años y voy a relatarles lo que me paso a los 17 años con mi padre

Esa mañana buscando un libro que necesitaba para la escuela y buscando entre los libros de mi padre, encontré un libro, de pequeñas dimensiones, al hojearlo vi que se trataba de un libro erótico

fueron varias horas las que pasé leyendo aquella extraordinaria novela caliente que me excitó hasta la locura, me pasé casi toda la tarde disfrutando de su contenido que desde el principio me cautivó, pues trataba del sexo entre un padre y su hija menor de doce años que habían tenido relaciones sexuales incestuosas y ocultas a espaldas de su madre y hermanos.

al principio me sentí sorprendida, con el contenido del libro, pero a medida que me adentraba en la trama ésta me fue llevando y llevando poco a poco a crear imágenes y sensaciones tan profundas y excitantes que tuve que masturbarme no menos de cinco o seis veces, la situación que relataba el autor era tan sutil y deliciosa que no recordaba nada que me hubiera calentado antes como aquel libro. Al terminarlo de leer me dispuse a dejarlo de nuevo en su lugar, para que mi padre no notara su ausencia

Al día siguiente y estando en la escuela yo no podía dejar de pensar en aquel libro y las experiencias masturbatorias que me provocaba su lectura, y de cómo al cerrar los ojos la imagen de mi padre desnudo, acercándose hacia mi, mis manos acariciando su pene y un torrente de semen deslizándose por mi garganta, me humedecía la vagina. Sabia que pensar en mi padre como hombre no estaba bien, pero una serie de preguntas me tenia intrigada

¿Qué hacia ese libro en el escritorio de mi padre...? ¿Le produciría el leer ese libro, las mismas sensaciones que me producía a mi...? ¿Se masturbaría al leerlo...? ¿Pensaría en mi al masturbarse...? El sábado siguiente me encontraba sola con mi padre y decidí ver hasta que punto mi padre estaría dispuesto a llegar.

Nos hallábamos sentados en el sillón y yo me puse un tanto mimosa, le daba besitos en las mejillas y rozaba mis senos contra su pecho, me senté en su falda y sentí como su miembro comenzaba a crecer cada vez más, me tomo de la cintura y refregó su pene por mi cola, yo me hice la desentendida, él sabia que podía tenerme en ese mismo momento, pero decidió hacerme esperar. Con una gran sonrisa, me dijo hija me voy a bañar y se dirigió al cuarto de baño, dejando la puerta entreabierta. Una vez en el baño procedió a quitarse el pantalón y el calzoncillo, quedando totalmente desnudo de la cintura para abajo, pudiendo yo apreciar perfectamente desde donde me hallaba escondida el largo y endurecido miembro de cabeza pelada y enrojecida que se asomaba desafiante por encima de su velludo pubis.

Aquella visión tan nueva para mí me causó de manera inconsciente un escozor indescriptible en medio de mis pierna., Pero lo que ví que hizo después, eso sí que me causó una excitación mucho mayor de la que ya estaba experimentando oculta en mi escondite, yo no pude evitar bajar mis manos y llevarlas de una manera inconsciente hasta aquel recóndito sitio que se encuentra escondido entre mis piernas, pudiendo percatarme de que me hallaba totalmente inundada de fluido que me escurría por los bordes de mi vagina mojándome hasta lo indecible, induciéndome a tocar delicadamente la parte interior de mis labios haciéndolos después a un lado para internar uno de mis dedos en ese rinconcito del placer, mientras me tocaba delicadamente con otro dedo mi clítoris.

A pesar de lo excitada que me hallaba como consecuencia de aquella vista panorámica que se ofrecía ante mis ojos, y mientras me masturbaba con suavidad tratando de disfrutar al máximo posible de aquel momento tan sublime y novedoso, pude ver cuando mi padre enjabonaba su cuerpo, sus manos acariciaban su pene que no paraba de crecer, que no pude contener el aliento y me descargué sin control en mi primer orgasmo del día, teniendo que hacer tremendos esfuerzos para no gritar del placer que me causaba todo aquello. Claro que a pesar de haber tenido ese orgasmo tan violento y abundante, no perdí de vista ni por un momento a mi padre, que con los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia atrás y ajeno de mi presencia, o no, se deleitaba hasta el delirio, a tanta pasión contenida tuvo que venir por fin el obligado y ansiado alivio, comenzando a eyacular, pudiendo darme cuenta de cómo trataba de ahogar los gritos que le salían de su boca producto aquella fenomenal calentura, pronunciando mi nombre innumerables veces, Habiendo terminado la faena, se alejó del cuarto de baño. Yo me quedé por varios minutos escondida esperando a que él estuviera lejos de allí; sin embargo, no pudiendo contenerme más debido a la incontenible calentura que me embargaba, y oculta allí mismo donde me encontraba, me di a la tarea de masturbarme otra vez con una furia inaudita, recordando la figura de mi padre pronunciando mi nombre imaginando que su leche corría por mis mejillas. Mis orgasmos se sucedieron unos a otros de manera interminable, disfrutando con delicia de aquel momento tan precioso y que tan inesperadamente me causara aquel descubrimiento, mi padre me deseaba y yo a él

Hubo un momento en que estuve inclusive tentada de ir en busca de mi padre y abrazarlo y subirlo a la cama para que me hiciera todo lo que yo anhelaba, pero me contuve, aunque con mucha dificultad, deseando que realmente fuese él quien llevase la iniciativa y actuara como quisiera.

Pero esa historia se la contaré luego y si les interesa un beso.