Dulce hogar 6

Una hermana que desea que su hermano esté feliz, está dispuesta a hacer cualquier cosa, no tiene límites

DULCE HOGAR   6

La ausencia de Bruno de su departamento el día que había citado a Damián,  se debió a que había concertado una cita con Marisol, luego de una conversación que había mantenido a espaldas del hermano. Ocurrió que la jovencita lo había llamado para que dejase de hostigar a su hermano, ya que lo notaba algo deprimido, después de todo lo que él le hacía padecer.

-        Es algo que te pido muy encarecidamente, déjalo a mi hermano, no le hace bien esto que tú le haces, queda muy deprimido – le decía Marisol en la conversación telefónica.

-        No creo que sea para tanto, pero bueno, si tú lo pides, veré que puedo hacer. Sabes que, me gustaría charlar esto contigo en forma personal.

-        No, no quiero juntarme contigo, no quiero que nadie sepa que hablo contigo.

-        Eso se arregla fácil, nos podemos encontrar en algún sitio reservado.

-        Ni pienso, a solas contigo, ni loca, no, eso si que no – contestó tajante Marisol.

-        Tu puedes haber pensado en mi departamento, no, yo te decía en un hotel, donde si algo no te gusta, tomas la puerta y te retiras.

-        No, hotel tampoco, no lo podemos arreglar por teléfono, te tengo miedo Bruno.

-        Por este medio es imposible, tenemos que sentarnos en alguna parte en donde te pueda mostrar lo que tengo de Ustedes y tu dirás cuanto amerita eso.

-        O sea que seguirás extorsionándonos hasta el cansancio.

-        No lo veo así, me prometieron algo que no me dieron, las promesas se cumplen si o si.

-        Está bien, donde nos encontramos y a que hora.

-        Que sea el mismo día y hora que Damián viene a mi departamento, yo dejaré a alguien para que lo entretenga, mientras nosotros resolvemos lo nuestro.

-        Ok y en que lugar nos juntamos?

-        Ya buscaré algo respetable para llevarte en donde puedas sentirte a gusto.

Bruno se dedicó a buscar un hotel que reúna condiciones de buen gusto, discreción y ubicación, la preferencia estaba orientada a alguno que estuviera en la periferia de la ciudad, de ser posible cercano a la residencia de Marisol. Cuando estuvo resuelto este tema se lo comunicó a la chica y convinieron en encontrarse a poca distancia del sitio en cuestión, donde la esperaría en su auto para partir juntos al destino acordado.

Marisol llegó vestida como la joven inocente que era, con una pollerita mini y una remerita corta que dejaba entrever con el movimiento la delicia de su piel abdominal, llevaba puestas medias cortas y calzaba unas zapatillas deportivas, estilo básquet. Todo en ella era frescura y espontaneidad, apenas se había maquillado, llevando en la mano una camperita liviana para utilizar al regreso.

Bruno apenas había llegado al lugar prefijado, detuvo el motor de su auto, se acomodó como para escuchar música de la compactera y mientras seleccionaba el disco adecuado sintió el golpe leve en una de las ventanillas que le anunciaban la llegada de Marisol.

-        Pero que chica más puntual que eres, recién llegué, casi lo hicimos juntos – le confesó Bruno, con una gran sonrisa, ya que tenía ciertas dudas acerca de la conveniencia de juntarse con esta chica o no.

-        Siempre soy puntual, es mi forma de ser.

-        Bueno, mejor nos vamos para el hotel, traje algunos videos que quiero enseñarte y luego decidiremos como sigue nuestra relación, te parece?

-        Vamos ya – le contestó Marisol.

El hotel era mucho más suntuoso que lo que Marisol esperaba, por eso no pudo reprimir el primer comentario de asombro, ni bien ingresaron ambos a la habitación.

-        Esta habitación te habrá costado una fortuna – se le ocurrió decir.

-        Digamos que no es un hotel barato, pero tu lo mereces, te imaginas que con una chica de tu categoría, que menos que este lugar – le comentó Bruno mirando como Marisol se ruborizaba – pero además, bueno, tu sabes, como están las cosas entre nosotros, no vas a pretender que lo pague yo solo el hotel, lo haremos a medias – poniendo un gesto totalmente inexpresivo, al notar la palidez que tomaba la cara de la chica.

-        Que dices? – protestó airada Marisol – yo no puedo pagar esta habitación ni con todos mis ahorros. Como chiste, no me gustó. Es más, ya no me gusta estar acá, me quiero ir.

-        Ey, espera, si quieres irte, puedes hacerlo, pero deberás pagar tu parte de la habitación – mientras hablaba con ella, tomó el teléfono y pidió que le subieran la cuenta, que pagaría mitad él y mitad la señorita que lo acompañaba.

-        Estás totalmente loco, como has hecho eso, yo le diré al gerente del hotel que yo no contraté nada – repuso Marisol, sin tener fe en lo que ella había dicho.

-        Está bueno, dile lo que quieras, yo dejo mi mitad y me voy, tú puedes llamar a tu padre o a tu hermano y que ellos te vengan a buscar.

-        Eres un desgraciado.

En ese preciso momento llegaba la factura del hotel, desdoblada en dos mitades, que hizo que Marisol se pusiera más blanca de lo que ya estaba. No podía creer que ese tipo que estaba con ella fuera tan cínico y comenzaba a vislumbrar que se había metido en un lío fenomenal, de donde tenía que salir ilesa y esa era la parte que menos podía creerse. Esto me saldrá caro, pensaba y lo bien que hacía y también pasaba por su cabeza, que estaba con el tipo había podido doblegar a su hermano y  que terminaría sometiendo a ella. O sea, según ella pensaba, estaba prácticamente entregada, esto lo daba como una batalla perdida, pero la guerra iba a continuar.

-        Bruno, no atiendas, espera, vamos a arreglar esto entre nosotros.

-        Bueno, veo que vas comenzando a entender. Mira, yo vine acá a mostrarte algo que tengo, no vine a pelear o discutir contigo, así que deja que yo lleve esto adelante, si? – propuso el amigo de su hermano.

-        No tengo alternativa, te escucho – le contestó resignadamente Marisol.

-        Así me gusta, que seas una chica comprensiva.

-        Sigue, por favor, estoy ansiosa.

-        Eso es malo, la ansiedad no es buena.

Bruno comenzó a desplegar toda su conversación incriminando a los hermanos de cometer actos incestuosos, reñidos con la moral, de forma de bajarle las defensas a Marisol. Le relató como su hermano se había relacionado con él, ofreciéndole los servicios sexuales de quien era su “hembrita” y que más tarde él descubrió que esa hembrita era su hermana. El arreglo entre ellos había sido que él prestaba su departamento a cambio de una mamada de la chica de Damián. Eso nunca se dio y todavía Bruno seguía esperando que le cumplieran la promesa.

Así que por ahí iba a comenzar la odisea de Marisol, cumpliendo la promesa de su hermano.

-        Yo quiero que sepas Marisol, que todo lo que te digo lo tengo avalado y comprobado por videos, así que hagamos todo en paz, relajadamente, sin discusiones odiosas – dijo Bruno, luego de su larga exposición.

-        Hablaste mucho y relataste todo lo que hemos vivido o para usar palabras más justas, lo que hemos padecido mi hermano y yo. Dime que más pretendes y terminemos – apuntó Marisol.

-        Te quiero a ti, escucha bien lo que voy a decirte, te daré dos opciones para que puedas olvidarte de mi.

-        Olvidarme de ti creo que será un imposible en mi vida.

-        Como quieras, las opciones son: te entregas a mí sin objeciones, en forma total o te entregas en forma parcial.

-        No te entiendo.

-        Te lo explico mejor, se que eres virgen, cuando digo que te entregas a mi sin objeciones, estoy diciendo que pretendo ser tu primer hombre y gozarte por todos tus agujeros, será una vez bien intensa, única, para después de eso considerar pagada toda la deuda.

-        Quieres mi virginidad, eso es lo que pretendes, ya me lo esperaba. Y cual es la segunda opción – preguntó Marisol, ansiosa como de costumbre.

-        La segunda opción es que te me entregues cuatro veces en forma parcial, serán dos mamadas y dos veces que me des tu colita, en cuatro días distintos.

-        Y porque cuatro veces?

-        Porque tengo unas fotografías tuyas chupándosela a tu hermano y dos videos de cómo le hice la cola a Damián, más lo que me debes del pago de este hotel. Si sumas te dará cuatro, el número de veces que te voy a tener para mi o bien puedes entregarte una sola vez y olvidarte del asunto.

-        Y quien me asegura a mi que no tendremos que volver a sufrirte porque sacaste nuevas fotos o filmaste esto o lo otro? Porque contigo es de nunca terminar – protestó Marisol.

-        Tendrás mi palabra que con cualquiera de las opciones que elijas, doy por cumplido el trato, total o parcialmente – le dijo Bruno.

-        Puedo pensarlo y te contesto en dos días?

-        No, quiero la respuesta ahora, para comenzar en este momento con el pago de la deuda.

Marisol pensó lo más rápido que pudo y decidió que entregarle la virginidad a ese muchacho era demasiado, prefería tener que soportarlo cuatro veces a darle algo que no merecía. Así se lo hizo saber y también decidió comenzar ese día por una mamada, que era algo que haría sin pensar demasiado y que no la cargaría de culpa alguna.

-        Bien, así es como eres, no das oportunidad a nadie, todo es ahora y rápido, empecemos por una mamada, prefieres acostarte o que yo me arrodille a tus pies, dime? – Marisol quería terminar con esta historia lo antes posible, este sería el primer capítulo.

-        Me gustaría verte arrodillada a mis pies, solo que mientras me la chupas, deberás mirarme a los ojos, eso me excita mucho, ok? – le propuso Bruno, acariciando su bulto, para despertar a su fiera.

-        Tú mandas, yo obedezco – respondió Marisol.

En un rápido movimiento, Marisol se colocó de rodillas ante el cuerpo de Bruno, quien continuaba estimulando a su verga, que estaba casi a punto para ser mamada. Con las manos a los costados de las piernas de Bruno, Marisol buscaba estimular la erección que ya se notaba por lo abultado del pantalón, con una de ellas bajó el cierre y fue el muchacho el que sacó la verga afuera que golpeó contra la frente de la chica.

-        Ey, cuida tus modales – le dijo Marisol – casi me das en un ojo, ya la tienes muy durita, mmm.

-        Vamos, chupa pequeña, que me parece que lo sabes hacer muy bien. Chupa y mírame con tus ojitos pícaros, eres hermosa Marisol.

-        Mmm, glup, splash, mmm que rica la tienes, me gusta cuando glup mmm tiene buen aroma glup splash mmm – le dijo Marisol, aplicándose cada vez más en su tarea.

-        Mmm sigue pequeña chupa pija, que bien lo haces, muéstrame tus tetas, quieres?

-        Bueno, mmm mira, acaba rápido, quiero tu lechita, vamos nene – Marisol se había compenetrado bastante y parecía estar disfrutando la mamada.

-        Como te gusta, a ver hasta donde te entra puta, traga, vamos, mmm.

Bruno teniéndola tomada de la cabeza, clavaba su verga hasta el fondo de la boca, pero no conseguía introducirla en su totalidad, dejando bastante afuera. Por su parte, Marisol disfrutaba del tamaño de la verga que se estaba chupando, que superaba a la de su novio y a la de su hermano. Bruno comenzó a bombear procurando terminar, con lo cual pasó de estar haciéndose chupar la pija, a estar cogiéndose por la boca a Marisol.

-        Mmm que rico, mmm dame tu leche bebé, mmm glup splash – y en instantes llegaron los temblores en el cuerpo de Bruno, seguido de un endurecimiento muscular, respiración agitada y luego entrecortada, que anunciaba la llegada del primer envío de semen dentro de la boca de Marisol.

-        Ahhh que bueno, que linda boca de chupa pija y mamadora que tienes perrita, ahhh que lindo mmm.

-        Mmm ajjj espera mmm glup – Marisol no lograba contener la cantidad de leche que le inyectaba Bruno, lo que percibió el muchacho cuando sacó la verga de la boca para regarle toda la cara.

Como lo haría la mujer mas desinhibida, Marisol recogió con sus dedos todo el resto de leche que tenía diseminada por su cara y ante el asombro de Bruno, se llevó cada uno de esos dedos a su boca, para tragar el semen dando muestras de hacerlo con sumo placer.

-        Mmm que rica tu leche, Bruno – le dijo y éste cada vez estaba más asombrado.

-        Me gusta saberte bien putita, espero que no te ofendas por lo que te digo.

-        Por supuesto que no me molesta, es que en este momento me siento así.

-        Que bueno sentirte hablar así.

Esa noche Bruno le comentó a Marisol mientras la llevaba a su casa, que una de las cuatro partes de la deuda, ya estaba saldada. Además le dijo que esperaba que en el futuro las relaciones entre ellos no se debieran solamente a un compromiso como el que ahora tenían, sino que fuera algo más natural.

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Cuando Marisol llegó a su casa, Damián aún no lo había hecho, por lo cual luego de comer algo liviano en la cocina, se fue a su cuarto y encendiendo la computadora, se dispuso a esperar el arribo de su hermano. El lo hizo casi dos horas después que ella, venía algo cansado y perturbado, cuando entró a su cuarto en busca de su compañía.

-        Que tarde que llegas hermanito, como te ha ido? – le preguntó Marisol.

-        No se que decirte, sabes que ir a casa de Bruno para mi no es algo grato.

-        Me quieres contar algo acerca de lo que hicieron hoy?

-        Mejor te lo imaginas, ya conoces a Bruno – le contestó Damián, tratando de cambiar de tema.

-        Se portó mal contigo Bruno? – Marisol pretendía que Damián le contase la verdad de lo que había vivido esa noche, sabía perfectamente que con Bruno no había estado, porque había estado con ella.

-        Te repito, tu sabes que cuando Bruno me llama es para . . .

-        Damián, no me hagas enojar, tu me dices que vienes de estar con Bruno?

-        Es que tu también pretendes humillarme? Que quieres que te diga lo que me hizo Bruno? Lo mismo de siempre, me violó como lo hace cada vez que lo visito, porque eres cruel conmigo? – le gritó Damián a su hermana, preso de una crisis nerviosa.

-        No pretendo humillarte, solo que me digas la verdad – protestó Marisol.

-        La verdad es que estoy destruido, destrozado, Bruno me está matando.

-        Mira hermanito, con Bruno se que no has estado, así que mejor me dices de donde vienes y que es lo que te ha pasado.

-        Y tu como sabes que no he estado con Bruno.

-        Pues porque Bruno estuvo conmigo.

-        Como dices?

-        Lo que escuchaste, me encontré con Bruno para buscar la forma de ponerle fin a todo esto.

-        No es cierto, me estás mintiendo.

-        Me llevó a un hotel y llegamos a un acuerdo para terminar con las extorsiones.

-        Te cogió? No puedo creer que seas tan puta, más estúpida que puta.

-        No me insultes, no me cogió y no soy lo que dices.

-        Que te hizo ese desgraciado? Dime la verdad, sea lo que sea.

-        Llegamos a un acuerdo, voy a tener con él tres encuentros más y dará por cerrado el trato y ya no habrá más extorsiones.

-        No seas idiota, tu te crees que él va a cumplir con lo que te dijo, te va a coger y te va a usar hasta que se canse, no tiene palabra, ni límites, ni nada.

Marisol, después de escuchar a su hermano dudó si había actuado bien o si se había equivocado, de todas formas la única posibilidad de terminar con las humillaciones era cumplir el trato pactado. Ella estaba dispuesta a cumplir su parte, pero si Bruno no cumplía con la suya, la situación se pondría más complicada. En ese caso habría que apelar a otro tipo de soluciones y estaba pensando precisamente en hablar con un amigo de su padre que era policía y que ella había notado que la miraba con mucha insistencia cada vez que visitaba a su padre. Pero esa alternativa sería para después de cumplir con lo pactado entre ella y Bruno, si éste no se comportaba como correspondía haría lo que fuese para destruirlo, inclusive entregarse a esa persona que tenía la edad de su padre.

Así fue que en un segundo encuentro que mantuvo con Bruno a escondidas de su hermano, en el departamento de éste, ni bien ingresó le preguntó que era lo que le había hecho hacer a Damián la última vez, ya que lo notó muy deprimido, como nunca lo había visto.

-        Además de lo mal que lo vi, no me quiso decir hasta ahora que cosa le pasó o mejor dicho, que le hiciste hacer tú – preguntó Marisol.

-        Nada que no haya hecho antes conmigo, simplemente le encargué a un amigo de confianza, que lo “atendiera” a tu hermano, ya que yo iba a salir contigo, recuerdas que acordamos reunirnos en la misma hora y día que iba a venir tu hermano?

-        Si, me pareció bueno eso, para que Damián no pudiese advertir que iría a encontrarme contigo.

-        Bueno, no puedo estar en dos lugares al mismo tiempo, por eso le encargué a una persona de mi confianza que se quedara en mi departamento esperando a Damián.

-        Esta bien, eso lo entendí, pero que más le has pedido a tu amigo?

-        Mira Marisol, quieres seguir hablando de esto o vamos a lo nuestro?

-        Solo dime que le pasó a mi hermano.

-        Ya te lo dije, nada que no le haya pasado antes, mi amigo se lo cogió y según me contó, creo que terminó gustándole a tu hermano.

-        Ya me parecía, no podía esperar otra cosa de ti, eres muy malo, no solo lo has usado tú, sino que también lo compartes con tus amigos.

-        No te voy a contestar, vamos al dormitorio que esto me está excitando mucho, te quiero hacer la cola, espero que hayas venido dispuesta.

-        Vine dispuesta a cumplir con mi parte del trato, haré lo que sea por terminar con todo esto.

A Bruno no le cayó bien la contestación de Marisol, pero le daba lo mismo, tenía a su disposición a una hermosa jovencita y la iba a disfrutar como correspondía.

La hizo desnudar y le pidió que se acostara en la cama y lo esperara mientras buscaba algún lubricante. Sin embargo Marisol lo que hizo fue quitarse sus pantalones para dejar al descubierto su hermosa colita, en esta oportunidad ese era el trato, no incluía ni mamadas, ni caricias en ninguna parte de su cuerpo. Bruno percibió la desnudez parcial de Marisol, pero hizo como que no vio nada.

-        Como verás, soy un tipo considerado, te pondré un gel que además de lubricante es relajante, de modo que no vas a sentir demasiado dolor cuando te meta verga.

-        Está bien, hazlo y por favor trátame bien, me siento humillada como una perra, como una prostituta.

-        Eres una perra pequeña, una putita en potencia, hay dos clases de personas, las que cogen por amor y las putas. Que yo sepa no estás acá en mi cama por amor a mi, ok?

-        Si, es así, me entrego por mi hermano, para que no vuelvas a humillarlo a él. Yo me he convertido en una puta por esa causa y no me arrepiento.

-        Bueno basta de filosofía, vamos ábrete las nalgas y muéstrame ese orto que tienes, mmm.

-        Eres muy ordinario, por favor no me hagas doler – Marisol tomó con ambas manos sus nalgas y separándolas le ofreció su orto a Bruno, para que lo untara con gel, pero éste antes se lo beso y chupó, embelesado por tener ante sus ojos una verdadera obra de arte, casi sin uso.

-        Hermoso culito, además que bien huele.

-        Mmm, me gusta eso, me calienta que me chupes el culo, mmm.

-        Solo te preparo para lo que viene después. Levanta tu culito, mejor ponte en cuatro, pero apoyas la cabeza entre las manos, sobre la almohada.

-        Mmm si, ya veo que quieres – Marisol dejó su culito bien levantado, las piernas bien abiertas, Bruno le seguía dando lengüetazos en su agujerito y de tanto en tanto se lo penetraba con la lengua en punta, enloqueciendo a Marisol de placer.

-        Bueno a ver como te portas – le dijo y tomando su verga, arrodillado como estaba entre las piernas de Marisol, apoyó el glande sobre el orto presionando para entrarle – vamos relájate puta, que te la meto, mmm.

-        Si, despacio que la tienes muy grande, mmm, ahhh.

-        Ahí va, nena, aguanta quietita, afloja el culito, vamos perrita, que te va a gustar, ahhh.

-        Si, la siento entrar, ahhh mmm, me duele, sácamela un instante por favor.

-        Mmm bueno – Bruno se afirmó con sus manos en la cintura de Marisol y simuló quitarle la verga del culo, tal como le había pedido la chica, pero por el contrario lo que hizo fue mandársela de un envión, bruscamente para adentro, haciéndole pegar un aullido de dolor.

-        Ayyy, que bruto eres, te pedí que me la saques y casi me la metes toda de un envión, ahhh ay ahhh sácamela, me estás matando – protestó gimiendo Marisol.

-        Ni loco te la saco, ya entró hasta los huevos, quédate quietita y afloja el culito, ya verás como empiezas a sentirte mejor.

-        Mmm bueno, sigue pero despacio ahhh.

El placer tardó en llegarle a Marisol, por el tamaño y la dureza que tenía la verga de Bruno, pero ese dolor fue retirándose de a poco hasta desaparecer y ahí la chica comenzó a exigir más acción por parte del macho.

-        Vamos, muévete más fuerte, quiero sentirte terminar, vamos, vamos – había logrado Marisol una muy buena dilatación, tal vez por la acción del gel, tal vez por la propia calentura que sentía al estar sometida por Bruno.

-        Va, ahí va, que no soy de fierro, toma puta, toma verga, ahhh ahhh.

-        Quiero tu leche, tu leche en mi culo, dame tu leche, mmm.

-        Ahí la tienes puta, ahhh ahí tienes yegua puta, ahhh mmm.

Fue una muy buena cogida que hizo que Bruno estuviera realmente satisfecho por la entrega de Marisol. Con esto la chica había saldado la segunda parte de su deuda, quedaban dos encuentros más para que Bruno dejara de hostigar a Damián, lo cual volvieron a hablar y quedar de acuerdo. Pero Marisol tenía una duda después de la conversación que había mantenido con su hermano, ya no confiaba en que Bruno cumpliera con su palabra, a pesar de eso, ella honraría el compromiso asumido hasta el final, no había porque adelantarse a los acontecimientos.

Marcela   ( marce459@live.com.ar )

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