Dulce hogar - 2

Damián somete a su hermana menor, haciéndole realizar determinadas prácticas sexuales en su beneficio

Recomiendo para una mejor comprensión del relato, leer previamente la entrega anterior.

Marcela

DULCE HOGAR

La convivencia entre ellas siguió con total normalidad, aprovechaban todos los momentos que la vida les ofrecía para estar a solas, para tener sexo a entera voluntad. Se comportaban de un modo prudente, jamás se arriesgaron a tocarse o besarse estando alguien de la familia en casa, lo que otorgaba un condimento más a la relación que mantenían.

Rita en cada uno de esos encuentros que mantenía con su amada Romina, intentaba hacerle entender su punto de vista respecto de la relación y el comportamiento que debían observar en el seno de la familia.

-        Para mí lo más importante es la familia, porque a partir de ella, puedo desarrollar mi relación contigo.

-        Si, entiendo, creo que sé lo que me quieres decir – le contestó Romina.

-        Amo a mi marido, quiero a mis hijos y también te amo a ti, pero todos son amores diferentes. A Mariano no lo puedo amar como te amo a ti, eso lo entiendes y tampoco quisiera vivir sin alguno de Ustedes dos. Y el sentimiento que tengo por mis hijos, tampoco es comparable a este otro amor, te queda claro?

-        Por supuesto, te entiendo y te repito que no tienes que darme explicaciones, soy tuya y haré todo lo que me pidas.

-        Ya te tomé como mi chica, más adelante seguramente te iré poniendo a prueba con otras exigencias, quiero ver cuánto hay de cierto en eso que me dices que eres mía.

-        Pídeme lo que sea y verás cómo te respondo.

-        Tiempo al tiempo, preciosa.

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Marisol esperó pacientemente la llegada de su hermano, lo hizo en su cuarto, al principio poniéndose al día con las tareas escolares y luego se entretuvo con la computadora, respondiendo mails en parte y más tarde chateando hasta que apareció Damián. Este venía de practicar tenis, así que luego de saludar a su hermana se dispuso a darse un baño reparador antes de proseguir la charla que tenía pendiente con ella.

Mientras se desnudaba en su cuarto, pensaba en su hermanita, lo linda que estaba, se propuso volver a desnudarla, para acariciar ese cuerpo tan bonito, pero hoy los mimos tendrían que llegar más lejos, ser más profundos o intensos y de pronto se dio cuenta que estaba teniendo una erección descomunal. Rápido se dirigió al baño y lo hizo tal como se encontraba, totalmente desnudo, llevando en la mano la ropa que vestiría después de la ducha.

Notó Damián que la excitación que estaba teniendo no le bajaba ni siquiera con el agua que mojaba su cuerpo, seguía manteniendo la verga dura muy a su pesar. Concluyó el baño, luego de secar su cuerpo y vestirse, su situación corporal no había cambiado mucho, así que cuando ingresó al cuarto de su hermana, lo hizo con cierto disimulo, para evitar ser descubierto por Marisol.

-        Ey hermanito, no tendrías que haber golpeado la puerta? – protestó Marisol ya que su hermano había ingresado como si nada.

-        No es para tanto, además ya te he visto desnuda, porque tendría que golpear?

-        Por educación digamos, así de simple.

-        Además ya te dije que a partir de anoche no se me hace necesario golpear.

-        Ok hermanito.

-        Bueno, entonces ahora que estamos solos y hasta que vengan los viejos, te quiero volver a ver desnuda, entiendes, en bolas, quítate la ropa y muéstrame lo linda que eres.

-        Anoche ya me viste desnuda, es que me vas a querer ver todos los días en bolas?

-        Es posible y eso tómalo como una norma, como el principio, cada vez querré más de ti y más.

-        Espera, tenemos que tener un límite, porque no estoy dispuesta a . . .

-        Basta Marisol o me haces caso o me voy y ya sabes en que termina esto.

-        Es que me vas a extorsionar toda la vida? Ya está, hice una macana y me la hiciste pagar anoche, ya está, ya te cobraste, dime hasta cuando quieres seguir torturándome – protestó Marisol al borde del llanto.

-        Creo que seguiré mientras pueda, dominarte para mí es un placer extremo, así que mientras me sea posible lo voy a hacer. Pero no quiero protestar más ni enojarme, si o no y listo. Basta de palabras.

Mientras su hermano le hablaba, no supo qué hacer, finalmente cedió a los caprichos de Damián y decidió darle un día más de crédito, a ver que se traía entre manos. Se iba a quitar la ropa, pero no dejaría que él la tocase de ninguna forma, en eso sería inflexible.

-        Está bien, me voy a sacar la ropa, me miras y ahí termina nuestra relación.

-        Habrás querido decir: “ahí empieza la relación”.

-        Lo que escuchaste es lo que dije.

-        Muy bien, no te molestes – Damián se levantó y se marchó sin decir palabra alguna ante la mirada absorta de su hermana.

Minutos después Marisol recibía en su casilla de correo un mail que le enviaba su hermano con un archivo adjunto, que se trataba de una filmación. Por supuesto que la intriga que le causó hizo que se arrojara sobre el aparato para enterarse de que se trataba el video recibido. Puso a descargar el video para verlo y casi se desmaya cuando se vio reflejada en el mismo.

Aparecía ella en la habitación de su hermano en camisón al principio y desnuda finalmente, acostada en la cama de su hermano con las piernas abiertas y el sexo expuesto, nada quedaba oculto, todo estaba a la vista e incluso se podía sentir su respiración y algún gemido. Por supuesto en el video no aparecía su hermano, quien gracias a la técnica del foto shop había eliminado todo rastro de su propio cuerpo. Marisol creyó que se ahogaba porque la respiración se le cortaba y le costaba aspirar el aire necesario para llenar sus pulmones, al mismo tiempo se le coloreaban las mejillas y sentía hervir la sangre, lo cual era una contradicción, ya que simultáneamente se ponía pálida y arrebatada a la vez.

Todo ello era producto de la indignación por el video que le había enviado su hermano, por una parte y por la otra el miedo a verse expuesta no solo ante sus padres y familia, sino ante el universo de personas conocidas. Ni siquiera apagó el aparato, dejó la pantalla encendida y corrió a la habitación de su hermano, iba a entrar sin llamar y se frenó de golpe frente a la puerta. Se sosegó lo que pudo y mediante un pequeño toque en la puerta dio aviso de su presencia.

-        Tardaste demasiado, putita, pasa – le contestó desde adentro su hermano, con un tono ganador y risueño.

-        No vuelvas a llamarme así – protestó Marisol, cerrando la puerta tras de sí.

-        Te llamo así solo en la intimidad, descuida, te seguiré llamando así porque eso me calienta mucho y a ti te gusta, lo sé.

-        Te equivocas, ni soy eso, ni me gusta que me llames así.

-        Quítate la ropita, vamos nena, no te hagas rogar – le dijo Damián pretendiendo no haber escuchado lo dicho por su hermana.

-        No vine a desnudarme, quiero saber por qué . . .

-        Que te desnudes dije, estoy esperando.

Damián estaba sentado frente a su computadora, con la silla girada hacia donde estaba parada Marisol, que lo miraba incrédula por lo que estaba pasándole. A su vez ella, que lo había estado esperando casi dos horas, se encontraba a punto de un ataque de nervios.

Y esto se debía a todo lo que le tocó vivir en las últimas horas, primero fue sorprendida espiando a sus padres, minutos después de haber visto ingresar al cuarto a la mucama, luego fue obligada por su hermano a desnudarse ante él e incluso sufrió proposiciones y algunos malos tratos como por ejemplo que la llamara putita como lo estaba haciendo ahora mismo. Además había recibido recién un video con carácter extorsivo y por último insistía su hermano en tenerla desnuda y a su disposición, con obvias intenciones.

-        Bueno, mejor te vas y terminamos con esto, es muy largo todo este tema. Ya me cansó – le dijo Damián.

-        No me voy hasta que me expliques porque me mandaste ese video.

-        Porque antes de enviarlo a la red para que se difunda, primero quería que lo vieras tu, no hice bien? – le dijo Damián poniendo la mejor cara de tonto.

-        Ni pienses en hacer eso, me destruirías, eres mi hermano.

-        Entonces sácate esa pollerita que tienes y muéstrame que bombachita tienes puesta.

-        No Damián, te pido que no me obligues a hacer esto, si quieres ver mi bombachita, te la muestro, pero no me pidas más – de costado, Marisol levantó su pollera y mostró la bombacha que llevaba puesta.

-        A ver, ven acá, que quiero tocar esa tela.

-        Solo eso, si?

-        Ven, acércate putita.

Sin decir palabra, pero frunciendo el rostro, Marisol se acercó hasta su hermano y éste metió su mano por debajo de la pollera para tocarle la bombacha. Obvio que lo que tocó fue el culo de la chica y lo hizo descaradamente.

Marisol, no reaccionó cuando su hermano le metió la mano por debajo de la pollera y luego tocó su cola metiendo los dedos por debajo de la bombacha. Uno de esos dedos, recorrió la zanja y llegó a tocar el orto de Marisol, quien lanzó un suspiro de forma involuntaria. Aprovechó Damián para tomarla con el otro brazo y atrajo el cuerpo de la chica junto al suyo, para descolocarla y hacerla caer sobre él.

La chica se apoyó con sus manos en el escritorio y con su cuerpo sobre el de Damián, que con ambas manos la toqueteaba por todas partes, hasta que ella pudo zafarse de la situación y pedir tregua, una tregua que no fue concedida y por el contrario,  envalentonó a Damián para lanzarse sobre Marisol y caer juntos sobre la cama, demostrándole el poder corporal que ejercía sobre ella. No solo en lo físico tenía superioridad, sino también mentalmente porque la tenía dominada, ya que se encontraba entregada, sin oponer resistencia.

Al momento de tenerla acostada sobre la cama, metió una de sus piernas entre las de su hermana para luego sacar su verga y hacérsela sentir entre los muslos. Marisol se sobresaltó y le pidió a su hermano que por favor no le hiciera nada, que se dejaría tocar y mirar, pero que no pasara ese límite, al menos hasta que pudieran hablar entre ellos. Le hizo saber también que estaba en una posición de sumisión y que se mantendría así mientras no le hiciera daño.

Ante esta petición de su hermana, Damián se calmó un poco y continuó su tarea de desvestir a Marisol sin oposición alguna y cuando la tuvo desnuda, la miró de arriba abajo, de un lado y el otro, comenzando luego a acariciarla y besarla como una muñeca, aspirando el aroma de su cuerpo en las distintas partes. Marisol no dejaba de temblar, por lo que Damián decidió que lo mejor sería no prolongar esa velada y permitirle que se vistiera, teniendo en cuenta que podrían llegar sus padres en cualquier momento.

La chica tomó su ropa, se la puso y arregló su cabello para quedar presentable por si venía alguien, antes de irse le dijo a su hermano que había llegado el momento de tener una charla para definir como seguiría la relación entre ellos.

-        A pesar de lo que puedas pensar, yo soy virgen Damián – le dijo convencida que su hermano pensaba lo contrario.

-        No te puedo creer, no me mientas, porque de eso me voy a dar cuenta con solo mirarte un poco ahí abajo.

-        No tienes necesidad de hacer eso, solo cree en mi, he decidido cambiar de actitud respecto a nuestra relación.

-        Ok, entonces quieres jugar a ser mi sumisa?

-        Pero que sea como un juego entre hermanos – contestó Marisol.

-        Como tu digas, esta relación irá de menor a mayor, de a poco me tendrás que dar todo lo que te vaya pidiendo, prometo hacerte gozar mucho, confía en mí.

-        Está bien, te puedo pedir algo?

-        Pide

-        Quiero ver tu cosa, hoy la sentí, tengo intriga por saber como es – algo se había despertado en la chica y era su morbo.

-        Cuando te digo putita no me equivoco, eh?

-        Te equivocas, solo curiosa, ya que tú me has visto desnuda a mí, bueno no hay nada de malo que me muestres lo tuyo.

-        Bueno, mira, te gusta? – Damián sacó afuera su verga, que había guardado mientras su hermana se vestía y se la mostró en estado morcillona.

-        Mmm no está mal, es un buen tamaño – le dijo Marisol luego de mirarla desde donde se encontraba, parada y apoyada en la puerta del cuarto, lista para marcharse.

-        Ven, tócala y fíjate lo suave que es la piel – le propuso Damián.

-        Mmm, bueno, no tiene nada de malo, a ver.

-        Con dos dedos no, tócala con toda la mano, envuélvela, vamos como lo haces con tu novio.

-        Si, es suave y como te late, te está creciendo, mejor me voy hermanito.

-        No seas puta, tócala un rato, porque no me pajeas un poco, ven, se buenita.

-        No, lo dejamos para la próxima, prometo que cuando volvamos a juntarnos estaré más buena, si?

-        Está bien, acuérdate lo que dijiste – y como pudo Damián metió su verga dentro de su pantalón, esperando que se le normalizara un poco, antes de cerrar la bragueta.

Como los padres tardaban en retornar al hogar, Damián se fue al cuarto de su hermana con la idea fija de hacerle terminar lo que habían estado haciendo hacía un rato apenas, no la encontró porque estaba en la cocina charlando con Romina, trataba de mantener de llevarla con una conversación que hiciera que le contara lo que hacía en el cuarto de sus padres.

Al no encontrar a su hermana, la llamó alzando la voz, logrando que la chica viniera de inmediato, una vez allí le propuso seguir con la charla interrumpida poco antes.

-        Está bien, pero Romina está cerca y anda dando vueltas por la casa, así que hablemos en un tono bien bajo.

-        Espera, pongo música para que tape nuestra charla.

-        Buena idea – respondió Marisol.

-        Como puede ser que seas virgen si tienes novio hace más de un año? – era la preocupación de Damián.

-        Con Adriano nos entendemos, no tenemos necesidad de hacer, digamos, que, bueno, nos arreglamos y yo sigo virgen, son cosas nuestras Damián.

-        No empieces a dar vueltas, me dices que eres virgen, eso quiere decir que nunca cogiste con tu novio, ni con ningún otro?

-        Por supuesto que no, soy virgen, no tengo necesidad de hacerlo, por quien me tomas?

-        Está bien, cuéntame entonces como se arreglan, que haces lo pajeas?

-        Mmm digamos que algo así.

-        Habla mujer, dime que es lo que haces o mejor aún, cuéntame cómo lo pajeas a Adriano?

-        Por favor no, Damián, déjame conservar algo de mi intimidad.

-        Se acabó tu intimidad, murió acá. Cuéntame de una vez, que no creo que sea nada grave.

-        Eres perverso, Damián, quieres saber que hago, se la chupo, eso es lo que hago, estás conforme, tu hermanita chupa vergas, eso querías saber.

Marisol, después de contar como se relacionaba sexualmente con su novio, se levantó y salió corriendo, avergonzada de haber dicho el método que ella empleaba. A Damián primero le causó gracia y más tarde cayó en la cuenta que podría haber herido el sentimiento de su hermana. Por lo tanto, fue a su encuentro y luego de disculparse por el mal momento que le hizo pasar, le trató de hacer entender que lo que ella hacía era algo muy común y no tenía que avergonzarse, sino por el contrario disfrutar el momento si a ella le gustaba lo que hacía.

Al rato llegaron sus padres y la casa volvió al ritmo habitual, compartieron saludos, la cena, algún programa en la televisión y finalmente cada uno a su dormitorio a descansar.

Damián esperó que se fueran cerrando las puertas y cuando estuvo seguro que todos descansaban, se encaminó hacia el cuarto de Marisol para continuar la charla de una manera apacible.

Su hermana se encontraba absorbida charlando por la computadora, al sentir entrar a su hermano sin llamar se sobresaltó, acto seguido se disculpó con él por la forma en que se había comportado luego de asumir que le hacía sexo oral a su novio.

-        No sabes cuánto me cuesta admitir que hago lo que hago y que no le estoy haciendo daño a nadie – le dijo con un tono culposo.

-        No tienes que sentirte mal por ese tipo de acciones, son de índole personal y cada uno es dueño de su intimidad. Desde ya que no dañas a nadie y por el contrario le proporcionas placer a tu novio y seguramente a ti misma – le comentó Damián.

-        Es así, como tú lo dices, hermanito.

-        Y bueno, quieres hacerme a mí lo mismo?

-        Soy tu hermana, como me dices eso?

-        Ya lo hablamos, no vamos a empezar de nuevo. Mira como la tengo.

Damián sin darle tiempo a pensar, se acercó hasta donde Marisol estaba sentada y extrajo su verga abriendo su bragueta y se la puso a 10 centímetros de la cara. Su hermana la miraba con los ojos que se salían de su órbita, lo cual percibió Damián, que se acercó aún más y se la pasó por los labios. Marisol cerró los ojos y apoyó sus manos en el cuerpo de su hermano, en una acción que en principio podría interpretarse como de frenar el acercamiento que estaba teniendo, pero en la realidad hizo lo contrario, evitó que Damián se pudiera retirar.

Con los ojos cerrados como los tenía no podía ver, pero si sentir el aroma que emanaba de esa verga rosada, que se deslizaba sobre su boca, de un lado al otro, tratando de entrar, de manera provocativa. Ella entreabrió sus labios y Damián empujó la punta de la verga para adentro, que fue acariciada de inmediato por la lengua que la recorrió en principio en la cabeza y más tarde en toda su extensión y desarrollo, siempre ayudada por sus manos. Marisol no podía permanecer con los ojos cerrados y los abrió para mirar el vientre de su hermano como se pegaba a su cara y con sus manos hizo fuerza para que se quitara el pantalón, tirando de la cintura hacia abajo.

Tenía deseos de acariciar el culo de su hermano, lo cual hizo cuando éste quedó con el pantalón a la altura de las rodillas y más suelta de cuerpo y liberada de ánimo, palpó los huevos, las piernas y hasta se animó a recorrer la raya del culo, tocándole el orto con la punta de los dedos.

Con la boca, luego de recorrer la verga a lo largo y a lo ancho, comenzó a hacerle un mete y saca, empujando con sus manos el cuerpo de su hermano desde la cola.

-        Qué bien que lo haces hermanita, se ve que tienes mucha experiencia en chupar pijas, eh putita?

-        Mmm me gusta glup chupar pija splash – le contestó sacándola de su boca.

-        Vamos chupa puta, vamos que te acabo rápido, vamos mmm – Damián estaba recaliente y lo estaba demostrando, porque a poco de ponerle la verga en la boca a su hermana, ya quería acabarle.

-        Si, hermano, vamos, vamos, avisa cuando estés por acabar así me la saco de la boca mmm – le avisó Marisol a su hermano.

-        Ni sueñes que la voy a sacar, te acabaré adentro putita.

-        No, eso no, mmm glup splash glup – le alertó Marisol – me avisas glup eh?

-        Bueno, te aviso, sigue chupando perra.

Damián fue regulando su calentura hasta que supo que invariablemente iba a acabar y ahí se afirmó con sus manos por detrás de la cabeza de Marisol, para que no pudiera retirar su boca y llenársela con su leche. Ella a su vez sintió que el comportamiento de su hermano estaba cambiando, porque percibía como le temblaban las piernas y le cambiaba su respiración.

En esa oportunidad cuando quiso sacarse la verga de la boca, notó que no podía mover la cabeza, por lo fuerte que la había tomado Damián, segundos después sintió la primera oleada de semen que le fue directamente al estómago, ya que pasó por la garganta casi sin sentirlo y luego si pudo descubrir el sabor, la densidad, la temperatura y la cantidad de leche que inundaba su boca, al ceder su hermano en la presión de sus manos sobre su nuca.

-        Eres un animal, hijo de puta, como me haces esto? Puajjj, me has hecho tragar tu leche, ajjj – protestó Marisol, mientras escupía y se quitaba la leche que le seguía saliendo a su hermano.

-        Ahhh, que bien que terminé, estuviste genial hermanita, no me digas que no te gustó tragarte mi lechita, eh?

-        No, no me gustó para nada, estuviste mal conmigo.

Damián tomó un poco de su semen, que estaba sobre el cuerpo de su hermana y lo llevó a su nariz para aspirar el aroma y luego se lo alcanzó a Marisol para que hiciera lo mismo. Pero la muchacha no quería saber nada de hacer eso, a pesar de lo que le insistía.

-        Solo toma el aroma que tiene y verás que no es desagradable – le decía Damián.

-        Porque no te lo tragas tú, después tomaré el aroma, quieres? – le contestó Marisol desafiante y ofendida.

-        Con gusto, es mi leche, porque no voy a tragármela – y Damián se tragó la muestra de su propio semen que había recogido con su dedo – ahora es tu turno.

-        Ya me hiciste tragar bastante, no quiero.

-        Solo te pido que lo huelas, no más.

-        Está bien, a ver a que huele? – finalmente Marisol aceptó lo que pedía su hermano y éste le acercó una gota de su esperma que todavía quedaba sobre el cuerpo de la chica.

-        Mmm no huele mal, pero mmm . . .

-        Ahora pruébalo, solo tómalo con tu lengua y siente su sabor, total ya has tragado y bastante por cierto..

-        Mmm no, mmm bueno, solo lo que tienes en tu dedo y ya basta Damián.

-        A que sabe? Que gusto le sientes? Dime perrita.

-        A nada, tiene que ser gusto a semen, a leche de hombre, tiene un sabor bastante particular, al menos me parece a mí.

-        Te ha gustado al menos?

-        No me disgusta, pero no quisiera volver a repetir lo de hoy, sabes?

-        Basta ya de negarte a todo Marisol, después termina gustándote lo que haces, me imagino tu pobre novio lo que habrá estado para que se la chupes la primera vez.

-        No tardé mucho en chupársela a Adriano, porque él no fue el primero, jajaja – a Marisol le brotó la risa cuando hizo el comentario a su hermano.

-        Y quien fue el primero, me puedes contar?

-        Preferiría no hacerlo – y Marisol súbitamente se puso roja al advertir que había cometido una indiscreción – mejor te lo cuento otro día, te parece bien.

-        Ok, ya me voy a enterar quien fue el primer tipo que te metió una pija en la boca. Te dejo, se nos hizo muy tarde, esto recién comienza, tenemos mucho por andar.

-        Mmm creo que sí, buenas noche para ti hermanito.

Al otro día no hubo encuentro entre los hermanos, ambos se la pasaron pensando el uno en el otro. Marisol pensaba en cómo serían los próximos embates de su hermano, hasta donde querría llegar, aunque por otra parte ya se lo imaginaba.

Para ella su hermano pretendía tener al lado de su dormitorio a una persona que le pudiera dar sexo de todas las formas posibles, sin oponer resistencia alguna, de forma de estar él siempre satisfecho, sin necesidad de andar buscando en otras mujeres lo que le daba su hermana. De esa forma, al no estar necesitado sexualmente, se iba a poder desenvolver de otra forma frente a otras chicas.

En cambio en la mente de Damián había otro tipo de pensamientos, digamos que lo que pensaba Marisol era cierto, pero él deseaba más que eso, pensaba recorrer un camino que su hermana no imaginaba.

Estuvieron dos días sin encontrarse, en la mente de ambos estaba bien presente la relación que los unía de una manera muy fuerte y cada uno también meditaba sobre este vínculo filial e incestuoso. Fue Marisol la que dio primer paso, yendo en busca de su hermano cuando después de ingresar a la casa, se enteró por Romina de la inesperada presencia de Damián.

-        No esperaba encontrarte hermanito – le dijo asomada a la puerta de su cuarto.

-        Deja las cosas de la escuela y ven que te estaba extrañando mucho.

-        Ok, me cambio y vuelvo.

Marisol retornó al rato al cuarto de su hermano, entró sin llamar, Damián estaba ordenando sus papeles y sonrió al notar la presencia que tanto esperaba.

-        Hum, no sabes los deseos que tenía de estar contigo a solas.

-        Me imagino, yo también quería verte, sabes que Damián, me pongo a pensar hacia dónde va esta relación y me da miedo, me siento algo perdida o confundida al menos.

-        No pienses, solo siente, goza si puedes y si no gozas házmelo saber, quiero que este camino que iniciamos sea de mucho placer para ambos.

-        Mmm, suena lindo así como lo dices.

-        Además, te pido que te relajes, esto es algo muy nuestro, íntimo, de acá no sale nada – le decía Damián tocándose el pecho.

-        De mi parte tampoco saldrá nada, te imaginas que a nadie le puedo decir esto que vivo contigo – le contestó Marisol.

-        Te dejarás llevar por mi entonces?

-        No tengo alternativa, verdad?

-        Es verdad, para ti es la única posibilidad, por eso te digo, relájate para gozar todo lo que hagamos.

Para asegurar la intimidad, Damián cerró la puerta de su cuarto con llave, bajó la ventana y levantó el sonido del equipo de música. Luego se acercó a su hermana y en voz baja, acercando su boca al oído, rozando con sus labios la oreja le dijo que se quitara la ropa, lo cual Marisol ya esperaba escuchar.

Sin pérdida de tiempo lo hizo, solo le pidió bajar la luz de la habitación, lo que aceptó su hermano, dejando el cuarto con una iluminación tenue, casi al borde de la penumbra. Con el cuerpo pegado al de su hermana, él también se quitó la ropa y le hizo ver y sentir el roce de su verga por las piernas, el vientre y finalmente, previo a acostarla en su cama, se subió a caballito de ella y acomodó esa pija endurecida entre medio de las tetas.

Aprisionó su verga entre las tetas, mientras Marisol miraba como podía.

-        Te gusta sentirla entre tus tetitas, eh nena?

-        Si y también me gusta sentir tu cola sobre mi panza, eso me calienta mucho – le contestó Marisol, cosa que Damián no esperaba oír.

-        Disfruta entonces pedazo de puta, mmm – Damián con sus piernas encogidas sobre la cama, apretaba fuerte el cuerpo de su hermana.

En un acto de arrojo, Marisol llevó sus manos hasta las nalgas de su hermano, acariciándolas, palpando esa carne para disfrutar la dureza que tenía. Eso la calentaba, cosa que Damián observó y por eso se refregaba sobre el cuerpo de su hermana, con mucho gusto para la chica. En esos movimientos hacia abajo y arriba, le hizo llegar la verga muy cerca de la boca y en otro acto involuntario de Marisol, más bien acto reflejo, ella abrió la boca como dando la bienvenida al pedazo de carne de su hermano.

Damián también se percató de eso y en vez de ponerle la verga en la boca, se la retiró y luego se la volvió a acercar y así jugó hasta que cuando Marisol menos la esperaba, se la metió para que pudiera chuparla a su gusto y antojo.

-        Pero como te gusta chuparla y después quieres que no te diga putita.

-        Mmm glup glup, me gusta, sí que me gusta, ya te lo había glup dicho splash.

-        Entonces chúpala bien y tranquila que esta vuelta no te haré tragar mi leche.

-        Mmm bueno glup splash.

Damián se hacía chupar la pija por su hermana hasta llegar al borde mismo de la acabada y ahí se controlaba para sacarla de adentro de la boca. Esto lo tenía planeado, quería hacerla gozar a ella y no ser él siempre el que llegara a lo máximo y su hermana nada.

Como primera medida se fue acomodando para abrazarla, colocándose de costado en la cama, enfrentado a su hermana, a la que hizo girar para poder besar como una hembra se merece. Marisol se sorprendió al tener a su hermano frente a sí misma, con idea de besarla, sin importarle que ella le hubiera estado chupando la verga y que tuviera la boca llena de ese líquido viscoso, preseminal. Sorprendida, aceptó el beso que le proponía su hermano y en poco tiempo juntaros sus lenguas, chupándose la una a la otra, retorciéndose y jugando, dando inmenso placer a los hermanos.

La boca de Damián se ocupó del cuello, de los hombros, bajando hasta las tetas, en donde se quedó un tiempo bastante prolongado, enloqueciendo a Marisol de la calentura, ya que su pecho era para ella una zona de extrema sensibilidad. No podía evitar lanzar gemidos y jadeos y su piel se erizaba cargada de electricidad. No dejaba de acariciar la espalda de su hermano, revolver el cabello y guiar su boca de una teta a la otra, lo que le proporcionaba terrible calentura.

En un momento Damián decidió abandonar las tetas para dar vuelta el cuerpo de su hermana y colocarla boca abajo, aprovechando entonces para besar y ensalivar toda la espalda, llegando hasta su culito que ahora se encontraba en pompa sobre la cama. Qué buena cola, que bien paradita que estaba, que bien marcada que tenía esa raya, era una zanja perfecta que con su lengua recorrió en toda su extensión.

Abriendo bien las piernas de Marisol, pudo ir y venir por esa zanja a voluntad, metiendo la lengua por todo su desarrollo, hasta llegar al punto más caliente, el orto. Ahí se detuvo para lamerlo suavemente y luego intentar penetrarlo con la lengua poniéndola en punta y jugar con ese asterisco marrón, tan sabroso y caliente. Levantando un poco el vientre de Marisol, pudo Damián llegar a sorber algo del flujo que salía de entre los labios vaginales, mojando el acolchado sobre el que estaban acostados.

Al percibir el agradable aroma y sabor de ese flujo, Damián la hizo girar nuevamente a su hermana, para dedicarse con esmero a besar y chupar esa concha tan prolija, depilada casi en su totalidad, la que constituía una fuente de inmenso placer. Claro que Marisol no se esperaba semejante tratamiento por parte de su hermano gozando con inmenso placer las caricias que estaba recibiendo.

-        Hay hermanito, que bien que me la estás chupando, dame mucha lengüita por favor, mmm – Marisol estaba descubriendo una nueva sensación, nunca antes había vivido esto que le daba su hermano. Los únicos dedos que tocaron su conchita eran los suyos, jamás había permitido que nadie se le acerque a esa zona, solo roces y sobre la ropa.

-        Mmm disfruta putita, que después te tocará a ti complacerme, si?

-        Lo que digas, me estás volviendo loca, mmm ahhh.

Mientras Damián chupaba la concha de su hermana, con sus manos acariciaba las piernas y tetas, pero considerando la respuesta de ella, las colocó en la zona que estaba chupando, para intensificar el tratamiento. Así con un dedo jugaba con el orto, dando vueltas a su alrededor y pujando muy suavemente como para entrarle y la otra, con dos dedos tomaba el clítoris y los masajes y fricciones llevaron a Marisol a una gran sucesión de orgasmos.

Era uno tras otro, Marisol saltaba en la cama y clavaba las uñas en el colchón y le venía otro y otro más y terminó pidiéndole a su hermano, que la dejara respirar, que deseaba reponerse de tan fuertes sensaciones, esto ocurrió cuando el placer comenzó a decrecer.

-        Me estás matando Damián, por favor para, déjame descansar un poco, ahhh, no doy más, que bueno todo lo que me has hecho, ahhh.

-        Te dije que te iba a gustar estar conmigo, esto recién empieza, perrita. Ya verás lo bien que te la haré pasar.

Cuando estuvieron calmados los dos, antes de vestirse, Damián le pidió a su hermana que le hiciera acabar.

-        No me vas a dejar así, eh – le dijo, en tono de reproche.

-        Está bien, ahora te hago unos mimitos, ya sé lo que quieres.

-        Bueno, vamos, dame una buena chupadita y ahora sí, quiero que sepas que te voy a terminar en la boca, así que vamos, chúpamela.

-        Está bien, dámela, pero quédate así que te la chupo como estás.

Para no ser menos, Marisol le pegó una chupada que lo dejó totalmente satisfecho a su hermano. Cuando éste estuvo a punto de acabar, le avisó y ella no movió la boca de manera que recibió todo el semen sin protestar y luego de que hubo salido la última gota, le hizo señas a su hermano de escupir lo que había recibido.

-        Ni lo pienses, te lo tragas todito, caso contrario lo voy a considerar como una muestra de que me tienes asco.

-        Mmm glup ahhh, ya está – le dijo y cerrando los ojos tragó todo el semen que había en su boca, para luego volver a abrirla enseñándole que la tenía vacía.

-        La próxima vez no quiero que esto se hable más, te lo tragas y listo, ok?

-        De acuerdo, prometo hacerlo como me dices.

Sin darse cuenta del paso del tiempo, se había llegado a la hora en que habitualmente llegaban sus padres. Romina, que había visto entrar a los hermanos y que sabía que estaba sola con ellos, estaba intrigada por saber que era lo que hacían, ya que ninguno se acercó a merendar, ni dio una vuelta por la cocina a buscar algún refrigerio, cosa que era lo habitual.

En distintos momentos de la tarde, trató de averiguar por donde estaban los hermanos, por lo que se trasladó hasta la sala, luego al dormitorio de Marisol y por último al de Damián, en donde escuchó la música que salía del equipo, vio algo de luz por debajo de la puerta y como el baño estaba vacío, supuso que los hermanos estaban juntos en la habitación que encontró cerrada.

La primera vez no se animó a llamar, aunque con disimulo trató de escuchar y los sonidos que su oído pudo recoger no eran de una conversación común, sino que le dio la impresión de que lo mejor era no molestar y retirarse.

Regresó más tarde y todo seguía igual, por lo que volvió a marcharse y finalmente, luego de ir y venir sin poder averiguar nada, pero estando segura que lo que estaba pasando era de la intimidad de ellos dos, decidió esperar hasta minutos antes que se hiciera la hora de arribo de los padres para golpearles la puerta. Esto no fue necesario, porque los hermanos se dejaron ver justo en el horario en que ella tenía pensado intervenir.

A Romina le quedó claro que algo estuvo pasando dentro de la habitación, le resultaba muy sospechosa la actitud de los hermanos, pensaba si esto que ella sabía no sería conveniente comentarlo con su señora Rita.

Marcela   ( marce459@live.com.ar )

C O N T I N U A R A