Dulce hogar 18

Un amigo visita el hogar y nadie se queda sin brindarle atención, el matrimonio, su hijo y la mucama

Recomiendo para una mejor comprensión del relato, leer previamente las entregas anteriores.

Marcela

DULCE HOGAR   18

Un viernes a la noche se recibió la visita en la casa de Rita y Mariano, de Horacio. En aquella oportunidad Marisol había salido con su novio Adriano y su grupo de amigos, con los que ella se comportaba como la más inocente criatura. Damián esa noche no tenía nada arreglado con su novia Tamara, por lo que estaba en su casa a la espera de que ella lo llamase, mientras tanto se entretenía en su cuarto con la computadora. Sintió que había sonado el timbre de la casa, pero de eso se encargaba Romina o su madre, por lo que no prestó demasiada atención y siguió concentrado en tratar de pescar algo con su computadora. Grande fue su sorpresa cuando de paso hacia la cocina, se encontró en el comedor con Horacio, que era quien había hecho sonar el timbre y charlaba con sus padres.

-      Como estás muchacho, tanto tiempo que no nos veíamos – saludó Horacio.

-      Bien, gracias, acá estoy dedicado a mis estudios.

-      Ya veo, porque hoy es día de salida y no creí que estuvieras en tu casa.

Mientras charlaban, Horacio disimuladamente palmeaba la espalda de Damián y en un momento de descuido de los padres del muchacho, la bajó hasta acariciar las nalgas, para después echarle una mirada como diciéndole: tenemos una cuenta pendiente, muchacho. Damián aprovechó que sus padres retomaban la charla con el amigo de ellos, para escabullirse y refugiarse en la cocina, junto a Romina, con quien mantuvo el siguiente diálogo.

-      Romina, que alegría verte, que tienes para convidarme?

-      Lo que tu desees te preparo – le contestó – y después si quieres hacemos algo.

-      Dale, es buena idea, porque hoy parece que no salgo. Ven a mi cuarto que tengo la compu, me entretengo con ella hasta que llegues.

-      Cuando termino me voy, pero antes me doy una ducha, te parece?

-      Excelente, te voy a esperar desnudo, para no perder tiempo.

-      Sí, pero no te vuelvas apurado como tu padre, eh?

-      Ok.

Por su parte Horacio y el matrimonio de Rita y Mariano, charlaban distendidamente de sus cosas, en este caso estaban esperando que Damián volviera a su cuarto y Romina al suyo, ya que tenían algunos planes para la noche que estaba comenzando. Cuando finalmente quedaron en soledad, Mariano le preguntó a su esposa en un aparte, aprovechando que Horacio había ido al baño, si estaba segura de lo que iban a hacer y ésta le confirmó que era hora de dar otro paso adelante en su vida.

-      Mira que de esto no hay vuelta atrás – le dijo Mariano.

-      De que me puedo arrepentir? tenemos un matrimonio abierto, en nuestra relación hacemos participar a nuestra mucama, a nuestros hijos, hemos tenido historias fuera de casa por separado, porque no hacerlo con este amigo que nos puede hacer entrar en otro mundo que no conocemos? – explicó Rita, refiriéndose al mundo que ellos sabían frecuenta la esposa de Horacio.

-      Sí, es verdad, vivamos la vida.

-      Interrumpí algo – dijo Horacio al acercarse a la pareja que charlaba en voz baja.

-      De ninguna manera, te estábamos esperando para invitarte a nuestro dormitorio.

-      Encantado de acompañarlos – respondió Horacio, frotándose las manos.

Se fueron los tres hacia el cuarto matrimonial, Rita caminaba adelante, Horacio en segundo término y cerraba la caravana Mariano, que caminando atrás de su amigo, aprovechaba para ir tocándole el culo con disimulo, cosa que él repetía con Rita, sin que ésta se inmutase. Al pasar por el cuarto de Damián, lo hicieron tratando de no hacer ruido con las pisadas y una vez dentro del cuarto, cerraron la puerta y por primera vez en mucho tiempo lo hicieron con llave, porque en esta oportunidad no querían ser interrumpidos por nadie. Rita se acercó a los dos hombres y apoyando sus manos en los hombros de ellos, los atrajo hacia su cuerpo y comenzaron los abrazos, besos y caricias sin pudor alguno en trío.

Horacio se acercó para besar a Rita en la boca, con la lengua afuera ante la atenta mirada de Mariano, que los soltó para que pudieran besarse más cómodamente y aprovechó para despojarse de toda su ropa y después comenzó a quitarle la ropa a su mujer, que seguía enredada entre los besos, el abrazo y las caricias de Horacio. De alguna manera Mariano la despegó a su esposa de los brazos de Horacio y la ayudó a desnudarse, mientras el amigo hacia lo mismo a toda velocidad. Cuando Horacio quedó desnudo, el matrimonio se paralizó para mirarle la pija parada como la tenía, los huevos y lo bien que mantenía su cuerpo, sin panza, con el sexo depilado, parecía un modelo a pesar de la edad que tenía.

También Horacio miró las desnudeces de Rita y Mariano, concentrándose mucho más en la mujer que en el hombre, de nuevo alargó las manos y Rita se volvió a enredar con el amigo de su esposo, en una lucha cuerpo a cuerpo, ahora los dos desnudos y excitados. Mariano se colocó del otro lado de su mujer, formando entre los tres un solo cuerpo de lo apretados que estaban.

-      Te la quiero meter un poco Rita, pero antes me gustaría que me la chupes, quieres hacerlo? – le dijo Horacio a la mujer de su amigo.

-      Por supuesto que te la quiero chupar y después me la metes, que quiero sentir una verga como la tuya, bien larga y gruesa.

-      Ey, que la mía no es para destapar botellas, pero no está mal tampoco – se quejó Mariano, que estaba como a un costado de lo que pasaba en su dormitorio.

-      La tuya es hermosa cariño, pero esta es más grande. A ti te amo, con Horacio es solo sexo, no olvides eso – le aclaró Rita.

-      Exacto, muy buena la aclaración, esto es solo sexo, yo tengo mi esposa, la que amo profundamente y la que quiero que conozcan y compartan cama con ella. Es algo especial, pero les aseguro que sabe hacer gozar a la gente – dijo Horacio.

-      Está bien, no nos enfriemos, vamos a coger, que para eso estamos juntos.

Lo típico en este tipo de encuentros se dio, mientras uno se la ponía, el otro se la hacía chupar y cambiaban las posiciones y en este caso Rita era la favorecida, ya que tenía a dos hombres para ella sola. Fue Mariano el que propuso la doble penetración y Rita feliz se relajó para poder tener dos vergas clavadas en su cuerpo, una por adelante y la otra por atrás. Y todo ese movimiento de penetraciones, mamadas y las continuas sobadas a sus tetas, la llevó a tener un orgasmo de esos que son difícil de olvidar y quiso después de gritarlo con todas sus fuerzas descansar un poco, ya que comenzaba a tener molestias en el cuerpo, producto de todo lo que hizo y le hicieron hacer. Se tiró sobre la cama, tratando de recuperar el ritmo normal de respiración y quedaron los hombres a su lado mimándola, cosa que no estaba muy acostumbrada con su esposo.

Pero le encantó que mientras ella se relajaba su esposo la acariciara, arrodillado sobre la cama, con el cuerpo apoyado sobre el de ella, ya que le besaba el cuello, le hacía mimos en los brazos, en las mejillas, le besaba la frente y de pronto sintió que su esposo cambiaba su respiración por otra más profunda, tomando aire en grandes cantidades y apretándola con mucha fuerza, llegó a morderle el cuello por lo que ella lo retó y se lo sacó de encima por la marca que le podría quedar.

-      No, pero que me haces Mariano, me vas a marcar – se quejó Rita y después entendió lo que había pasado.

-      Ahhh disculpa, ahhh ajjj mmm – Mariano se quejaba como si un tren le estuviera pasando por arriba.

-      Shhh tranquilo, tranquilo, amigo – decía desde atrás Horacio, que lo había penetrado al hombre de la casa en presencia de su esposa.

-      Horacio, lo estás cogiendo? – preguntó Rita.

-      Sí, era su turno, déjalo disfrutar, que a él le gusta mucho esto que le hago – respondió Horacio.

-      Ya veo, con razón tan amiguitos ustedes dos – decía Rita.

-      Es solo sexo, querida, tú decías eso hace apenas unos minutos atrás.

Y Horacio se lo cogió a Mariano hasta que pudo terminar y le llenó el culo con su leche, que Rita vio después como descendía por sus piernas y le brotaba del culo, cuando quedó tirado sobre la cama, boca abajo, con el culo roto y lleno de leche. Así quedó Mariano tirado al lado de su esposa, los dos se reponían de una deliciosa cogida, mientras Horacio se había tirado atravesado a los pies de la cama, a descansar después del desgaste recién efectuado.

Desde el dormitorio de Damián, que tenía como invitada a Romina, a pesar de estar muy compenetrados con todo lo que estuvieron haciendo ellos, no podían dejar de escuchar los ruidos que venían del cuarto de los padres. Por esa causa, dado el morbo, el desenfado y la falta de prejuicio que tenían todos los integrantes de la familia, decidieron después de echarse un primer polvo ir a visitar a sus padres, ignorando que Horacio estaba dentro de esas cuatro paredes.

-      Dale Romina, vamos al cuarto de los viejos, jugamos un poco con ellos y en una de esas regresa Marisol y nos sorprende  – propuso Damián.

-      Ok, yo sigo con ganas de coger, no sé qué me pasa, cada día tengo más – le contestó Romina.

Y desnudos como estaban se fueron al cuarto de sus padres, Romina llevaba puesta un par de medias que le llegaban a la mitad del muslo, lo que había sido un pedido de Damián. Dieron tres golpecitos a la puerta y tomando el picaporte intentaron abrirla pero sin suerte, porque estaba con llave. Adentro estaban en el momento del relax, lo que se les interrumpió ya que se sobresaltaron por el llamado inesperado.

-      Quien es – dijo Rita.

-      Soy yo ma’ – dijo Damián – abre la puerta que está Romina conmigo, venimos a hacerles un visita a ti y a pa’.

-      Uy, ahora no, querido, estamos cansados – contestó Mariano.

-      Si no abres la puerta, es que están haciendo algo y lo que sea que estén haciendo, lo tienen que compartir con nosotros – dijo Damián, pensando que estaban consumiendo alguna sustancia ilegal.

-      Está bien Mariano, ábreles, en esta familia no tiene que haber secretos.

Cuando se abrió la puerta y lo vieron a Horacio desnudo en la cama, Romina se llevó las manos a la boca y Damián se quedó helado. Ahora entendía porque Horacio era tan amigo de su padre. Al mismo tiempo se acordó del favor grande que le había hecho a él y de lo bien que la había pasado en su casa, junto a su hermana y la rabia que tenía al principio decidió transformarla en deseo sexual. A Romina no hubo que hacer mucho esfuerzo por convencerla de que se integrara a esa cama, ya que estaba Rita que era el amor de su vida.

Damián se lanzó sobre Horacio y mirando a sus padres y de reojo a Romina, se abrazó al hombre dando una explicación al respecto.

-      Este hombre es una buena persona, a mí me sacó de una encrucijada y desde ese momento lo quiero – dijo Damián, hecho lo cual se arrodilló, tomó la verga de Horacio y se la empezó a mamar – para que hemos venido sino para esto, glup splash glup.

-      Bien hijo, pero tu puta, ven a mamarme la verga o te despido ahora mismo – le dijo Mariano a Romina, que se lanzó sobre la verga de su patrón.

-      Ojala esta propuesta la tuviera todos los días – dijo Romina guiñándole un ojo a su señora, que se lanzó sobre ella para chuparle el orto.

-      Ay Damián, que gusto me da que estés tan resuelto, porque después de cogerme a un tipo, me dan ganas de cogerme a otro – dijo Horacio.

-      Mmm, que rico, a que no? – dijo Damián.

-      Te juro que si te coges a mi hijo, te rompo el culo – le dijo Mariano a Horacio.

-      Ahora tengo dos motivos para hacerte el orto, precioso – dijo Horacio.

Entre los cinco cogieron de todas las formas posibles, demostrando Damián la madurez que había adquirido, al lanzarse en primera instancia sobre Horacio, sin importarle que sus mayores afectos en la vida estuvieran presentes. Después de eso, con el orto latiéndole por la dilatación que había tenido al soportar la verga grande y gorda de Horacio, se tiró encima de su madre, para cogerla con todo el amor del mundo y Rita lo recibió de la misma forma y con gran deseo.

Cuando llegó a la casa Marisol, Horacio ya se había retirado y encontró a toda la familia revuelta. En el cuarto de su padre estaba durmiendo Romina en la cama matrimonial, mientras que en el dormitorio de su hermano encontró a su madre. Y todos estaban desnudos, ya que se veía que había bombachas, calzoncillos, camisones y pijamas por toda la casa. De todos modos, ella no iba a dormir sola y se metió entre su hermano y su madre, con quienes pasó la noche.

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-      Me perdí algo anoche, verdad? – le preguntó Marisol a su hermano, luego del desayuno.

-      Mmm, te cuento, vino Horacio a visitarnos, yo me escabullí y me fui a dormir, la invité a Romina así que nos divertimos un poco, pero mientras hacíamos lo nuestro sentimos que en el cuarto de los viejos estaba pasando algo. Así que nos fuimos con Romina para integrarnos y divertirnos todos juntos – le contestó Damián.

-      Entonces la pasaron bien anoche?

-      Mejor de lo que piensas, pero todavía no terminé de contarte, al querer entrar al cuarto la puerta estaba cerrada con llave.

-      Qué raro, ellos nunca cierran la puerta.

-      Hay una explicación: dentro de la habitación estaba Horacio.

-      Nooo. Horacio? – Marisol quedó impresionada al principio y se rió después de asimilar la noticia – Si estaba Horacio dentro de la habitación, estaban cogiendo, obvio.

-      Excelente deducción, te cuento que Horacio nos cogió a todos, a papá, a mamá, a mí y a Romina, no se salvó nadie, pero a él también se lo cogió papá, así que también hubo verga para Horacio, todos dimos y recibimos.

-      Me la perdí – exclamó Marisol – otra vez será.

-      No va a faltar oportunidades – cerró la conversación Damián.

Luego charlaron de Tamara, Andrea y como seguían las cosas por aquel lado. Damián estaba extrañando a su novia, hacía más de una semana que no se hablaban, aunque Marisol le había anticipado que su novia estaba enseñando modales a Andrea y eso la tenía muy ocupada.

-      Tienes que tener un poco de paciencia hermanito, está enseñándole muchas cosas a Andrea, la quiere sacar buena y en cuanto a hombres, no te preocupes que no hay ninguno cerca, ni siquiera en miras de haberlo. Solo tú le interesas a Tamara – le aclaró Marisol.

-      Mmm no sé qué decirte, no puedo olvidarme de ella, te juro que si pudiera lo haría – afirmó Damián.

Tamara tal como había dicho Marisol, profundizaba su relación con Andrea, le enseñaba lo que ella quería que aprendiese en cuanto a comportamiento, como expresarse, vestirse, maquillarse, etc. Pero además le exigía que se esmerara al máximo en sus estudios, ya que Tamara pretendía que se recibiera lo antes posible, para lo cual le había exigido que incrementara las horas de estudio. Estimaba Tamara, respecto de este tema,  que además de mayores ingresos obtendría un mejor servicio por cuanto la carrera de informática que cursaba Andrea, le podría ser muy útil para el manejo de la computación.

No estaba pensando en cosas sueltas Tamara, pensaba en espiar gente de la que ella pudiera nutrirse, revisar cuentas, sobre todo le interesaba enterarse de las relaciones que la gente oculta, cada cual sabe por qué. Todo eso para Tamara se traducía en ingresos, lo cual tenía que obtener más temprano que tarde. Pero por ahora estaba centrada su atención en conseguir la obediencia de Andrea, la cual debiera ser incondicional, absoluta, sin quiebres por ningún lado. Para esto, todos los días la tenía en su departamento, antes de que fueran a la universidad y después de la misma, para que el sometimiento sea total. Andrea llegaba al departamento de Tamara para preparar el desayuno de su vecina y así comenzaba todos sus días.

-      Buenos días Tamara, desayunas en la cama? – le decía Andrea, luego de haber ingresado con una llave que Tamara le había entregado, para que le preparase el desayuno y abriese las ventanas del departamento.

-      Mmm, si, tráelo acá, estoy cansada y hoy tengo un día largo – le respondió Tamara, que había bajado el nivel de agresión hacia Andrea, en la medida que la chica se esmeraba por hacer las cosas a su gusto.

-      Enseguida lo tienes, ya está listo – y se dio vuelta y cargó el desayuno en una bandeja para alcanzárselo a Tamara.

Mientras ésta desayunaba, Andrea le preparaba la ropa que fuera a ponerse, según las indicaciones que le daba y el baño, para que estuviera a temperatura agradable. Antes de desayunar por lo general orinaba en el inodoro, en cuyo caso Andrea sin indicación previa, se acomodaba para higienizar con su lengua la vagina de Tamara, solo estaba exceptuada Andrea de realizar este trabajo denigrante, cuando su vecina decidía orinar en la ducha.

En la soledad de su departamento, muchas veces Andrea se planteaba como soportaba ella tanto mal trato, insulto, desprecio y no podía entenderlo. Sin embargo jamás se había planteado alejarse de su vecina dominante, porque el solo pensarlo la hacía sentir mal, por el contrario, en sus pensamientos estaba siempre la idea de acercarse más a ella, ya que su límite no lo había alcanzado y ni siquiera lo veía cerca, era capaz de hacer por Tamara mucho más de lo que hacía, aunque no sabía qué.

El acto denigrante de lamer la concha de su vecina después de cada orinada, no era nada, había sido solo el principio. En ocasiones Tamara le pedía que la limpiara cuando todavía quedaba algún chorrito de meada por salir y eso se lo hacía a propósito, para regarle la cara con su orina, salpicándole la ropa y mojando el piso del baño. En cuyo caso, siempre la escena terminaba así:

-      Pero que haces tarada, es posible que no sepas tratarme como te lo pido – le decía Tamara – vamos aprende a tragar lo que salga de mi cuerpo y además me limpias el piso, tiene que quedar impecable, nada mejor que tu lengua para eso.

-      Si Tamara, tienes razón, fue mi culpa – Andrea se inculpaba y le daba a entender a Tamara que podía seguir agregando vejaciones a su trato.

-      A ver, a ver, ponte atrás que quiero tirarme un pedo, vamos rápido.

-      Sí, ya me ubico – Andrea colocaba su cara pegada al culo de Tamara, separaba las nalgas, ya con la bombacha baja, le avisaba a su vecina que estaba lista – ya estoy Tamara, estoy preparada.

-      Ahí va, ya sale – y prrr prrr soltaba un pedo, dos, lo que fuese en la cara de su sumisa vecina – te gustó idiota?

-      Mmm horrible Tamara, un olor muy feo, pero sale de tu cuerpo y está bien para mí.

-      Más te vale – la amenazaba Tamara.

Pero todo esto no fue nada, como Andrea se adaptaba a sus pedidos sin quejas, pasado un tiempo Tamara le indicó que tenía ganas de cagar y que lo haría con ella a su lado en el baño. La obligó a que absorbiera todo el mal olor que se gesta en ese acto y al terminar solamente le dijo, que ni pensara en el papel higiénico, con lo cual Andrea cuando su vecina se levantó y separó las nalgas, pasó su lengua por el orto, limpiando también toda la zona de la zanja de algún pedacito de caca que pudiera haber quedado. En esta ocasión Tamara le permitió que escupiese lo que hubiera sacado de su culo, pero Andrea le contestó que ya había tragado todo.

-      Te tragaste mi mierda, idiota?

-      Sí, Tamara, pensé que tenía que hacerlo.

-      Bueno, ahora entenderás porque te tengo prohibido pensar, te servirá como alimento, así que mejor me lo agradeces.

-      Gracias Tamara por permitir alimentarme de tu cuerpo.

-      De nada.

De la misma manera, cuando Andrea preparaba alguna comida que a su dominante no le gustaba, Tamara la llamaba a ella y le pedía que se pusiese con la boca abierta, colocada hacia arriba para escupir lo que no quería tragar, sin contar con el reto que le pegaba después de esa acción.

-      Aprende que eso que preparaste no me gusta, te lo tienes que tragar y no volver a hacerlo más, de acuerdo?

-      Si Tamara.

Todas las conversaciones entre ellas terminaban con un si Tamara, por lo cual la dominante seguía agregando pedidos caprichosos, sin encontrar límites por parte de la sumisa.

Después del encuentro que tuvieron con Marisol, en donde la iniciaron a Andrea en el sexo lésbico, volvieron a repetir esa experiencia notando que la sumisa, había asimilado todos los conocimientos y se manejaba dando y recibiendo placer, completamente a gusto. Tamara consideró entonces que ya estaba para más y se la ofertó a Marisol para que la llevara como ofrenda a Elba, la mujer de Horacio. Esta sería una prueba para Andrea, que si la realizaba de acuerdo a las expectativas, sería un logro para Tamara, ya que la podría acompañar a reuniones o fiestas a cambio de dinero.

Para las relaciones heterosexuales, necesitaba la colaboración de Damián, pero todo tenía que ser gradual. Primero tenía que arreglar algunas cuestiones con su novio, establecer pautas de comportamiento y de sumisión a sus pretensiones. Por esa razón decidió decirle a Marisol que le envíe a su hermano, para que la pasase a buscar a la hora acostumbrada, como antes lo hacía. Al día siguiente lo tuvo a Damián llamando desde la planta baja, por el portero eléctrico, a su querida Tamara.

-      Ya bajo – le contestó simplemente y cortó Tamara.

-      Buenos días Tamara – dijo Damián y tras su novia vio aparecer la figura de Andrea – hola, buenos días Andrea. Ambas jóvenes respondieron el saludo y esperaron a que Damián les abriese la puerta.

-      Tú te sientas adelante – le dijo Tamara a Andrea, que se colocó frente a la puerta por donde tenía que ascender – y tú aprende que la primer puerta que tienes que abrir es la mía, de acuerdo? Después sube el resto.

-      Ok Tamara, lo que tú digas.

-      Muy bien Damián, vas progresando. Primero la dejamos a Andrea, ok?

-      Si Tamara.

Cuando quedaron en soledad dentro del vehículo, Tamara comenzó a hablarle a Damián relatándole sus planes para el futuro inmediato. Le dijo al muchacho que ella lo consideraba su novio, incluso algo más que eso, muy a pesar de todo lo que ella hacía con otras personas.

-      Es necesario que aprendas que el sexo no tiene nada que ver con los sentimientos. El sexo es frotarse con otra persona, que si la quieres, mucho mejor, pero si no la quieres, tienes que entender que no significa nada, no deja huella – le dijo Tamara.

-      Tengo que aprender a manejar los celos – acotó Damián.

-      Exacto, tienes que aprender a diferenciar lo que es amor y lo que es sexo. Yo te amo a ti, pero por necesidad tengo sexo con otras personas. Y muchas veces lo haré en tus narices, tal como ocurrió la noche que pasamos en la casa de Nino, recuerdas?

-      Como me podría olvidar de esa noche.

-      Sin embargo, cuando nos fuimos, yo me fui contigo, porque es a ti a quien amo.

-      Claro, eso es lo que tengo que aprender a digerir.

-      Tienes que hacerlo o nuestra relación terminará y esto lo digo en serio. Te necesito y te quiero, eso no lo dudes – le confesó Tamara muy seria, en la puerta de la universidad, todavía sobre el vehículo que desde hacía varios minutos estaba detenido en la playa de estacionamiento.

-      Yo también a ti, Tamara – le contestó Damián.

-      Entonces marchemos juntos, no nos estorbemos y si yo tengo que actuar, tú me dejarás hacerlo y no interferirás. Siempre serás lo primero para mí.

-      Está bien, trataré de comportarme como me pides que lo haga.

-      Y si alguna vez coqueteo o más que eso con otra persona, te aconsejo que no te metas, más bien aléjate si sufres por eso y no me estés espiando, a menos que eso te haga calentar.

-      Estaré a la altura de las circunstancias, Tamara.

El día transcurrió normal, durante toda la jornada estuvieron juntos, Tamara lo puso al tanto de todo lo que hacía con Andrea y también le recriminó por no haberla sabido seducir cuando ella le dijo que la tomara.

-      Si yo te digo que hagas algo, lo tienes que hacer. Cuando te di permiso para que usaras el cuerpo de Andrea, la dejaste escapar, eso no puede volver a repetirse.

-      Estaba muy nervioso, ahora sabiendo como piensas y cómo quieres que me comporte, te aseguro que haré lo que me pidas, máxime sabiendo que no lo tomarás como una falta mía – le contestó Damián.

-      Ahora está tan mansita Andrea, que cuando te digas que la tomes, ella solita se quitará la ropa y te abrirá las piernas, ya verás que no me equivoco.

Marcela   ( marce459@live.com.ar )

C O N T I N U A R A