Dulce hogar 15

Las relaciones se vuelven cada vez más intensas, las caretas van cayendo y la realidad se muestra tal como es, padres, hermanos, novias, empleadas, todos terminan de la misma forma

Recomiendo para una mejor comprensión del relato, leer previamente las entregas anteriores.

Marcela

DULCE HOGAR   15

Cuando Marisol lo fue a visitar a su cuarto, no se sabe si en busca de sexo o para tener noticias de su noviazgo, encontró a su hermano con una seriedad que no era característica en él. Se preocupó en principio, aunque pensó que podría tratarse de que haya tenido una mala noche. Si en ese momento le hubiera preguntado a Damián que tal había sido su noche, seguramente no le habría sabido contestar si buena o mala. Porque venía de estar en la casa de su novia, había tenido sexo, sí, pero no con ella, al contrario, un extraño amigo de su novia le había roto el culo delante de ella y luego lo había obligado a chuparle la pija. Y su novia? Bien, gracias, ella también le había hecho una mamada a ese amigo, lo que había provocado que Damián, que estaba encerrado en la cocina, se había hecho una paja, caliente de saber lo que su novia estaba haciendo. Realmente le resultaba difícil explicar la noche que había vivido en compañía de Tamara y Gerardo.

De todos modos Marisol quería saber algo, insistía que le contara que estaba haciendo con su vida, con su novia y si ella seguía en sus planes.

-      Claro que existes, eres mi hermana, te amo como a nadie y ya que estás acá, no te quieres quedar a dormir conmigo? – le dijo Damián.

-      Por supuesto, espera que cierro mi cuarto y vuelvo.

Dejó su camisón sobre la silla, se quitó su bombachita y se acostó metiéndose entre los brazos de su hermano, totalmente desnuda, una de sus piernas la colocó en medio de las de Damián, con su muslo tratando de encontrar la verga que estaba necesitando esa noche y que tan feliz la hacía cada vez que la tenía adentro. Pero su hermano esa noche parecía estar cansado, la hizo dar vuelta, que le diera la espalda y ella se colocó de esa forma, pensando que tal vez le quisiera hacer el culo, pero tampoco quería eso. Solo pensaba en dormir Damián y ella se abandonó a la voluntad de su hermano, suponiendo que estaría agotado. Sin embargo no era eso lo que le estaba pasando a su hermano, lo que tenía era una profunda depresión causada por lo que había hecho frente a su novia, la humillación sufrida y el mal trato que recibía hiciera lo que hiciese. Damián se durmió abrazando a su hermana y llorando en silencio.

Por la mañana, cuando despertaron los hermanos se encontraron abrazados entre sí, Damián con la verga endurecida como cada mañana, con el agregado que tenía las piernas de Marisol entre las suyas. Su hermana tenía sus pechos aplastados contra el cuerpo de su hermano y mantenía el mismo deseo de tener sexo que la noche anterior.

-      Quieres que te la chupe hermanito? Te noto muy excitado.

-      Mmm bueno, llénala de saliva y te cojo, no, mejor hacemos un 69 y después nos echamos un buen polvo, quieres? – propuso Damián.

-      Sí, no sabes cuánto te deseo y lo celosa que estoy de Tamara.

Tal como estaba previsto, se acomodaron para darse un buen 69 y cuando sintieron que tenían buena lubricación natural, se acomodaron en la posición del misionero, Damián le echó un regio polvo a su hermana, que por lo rápido que él acabó, hizo imposible que Marisol alcanzara un orgasmo.

-      No me puedes dejar así, quiero echarme un polvo yo también, frótame la cachu suavecito que acabo enseguida – le propuso Marisol.

-      Te la chupo si quieres?

-      Está llena de tu leche, estoy chorreando, no, no se puede, tócame, hazme la paja.

-      Te la chupo, es mi leche, mmm.

Damián se bajó y le chupó la concha, degustando su propia leche tal como la noche anterior lo había hecho con la de Gerardo. La suya le pareció más amarga, pero supuso que se debía a que venía mezclada con el flujo que salía de la concha de su hermana. De todas formas, todo lo que le llegaba a su boca, tragaba a gusto, a tal punto que le hizo levantar las piernas a su hermana, sosteniéndolas con sus manos y colocado entre ellas, no permitió que se le escapara una sola gota de su propio semen.

Más tarde recordando lo que había hecho, se arrepintió pensando que tal vez se estuviera poniendo cada vez más marica, lo cual lo hacía sentir bien en el momento, pero arrepentirse de la acción transcurrida ella.

Cuando por la tarde volvió a tener un momento de soledad con su hermana, le pareció oportuno contarle de a poco como era la realidad de su relación con Tamara, desde su carácter fuerte y autoritario, hasta su visita al consultorio de su padre y por último lo vivido con Gerardo. No ahorró detalles, todo tal cual sucedió con pelos y señales, quería tener la opinión de su hermana, para saber qué rumbo debía tomar en lo sucesivo.

Marisol se impresionó cuando le relató lo que había vivido con Gerardo, no así lo que había pasado en el consultorio de su padre, ya que lo conocía de sobra y eso estaba dentro de lo posible. Pero lo de Gerardo era otro tema, se trataba de otro tipo más que se lo cogía a su hermano. Ya la lista estaba tornándose numerosa, Bruno, Leandro, Mariano, Gerardo y esto sin contar a Horacio, que si bien no se lo había cogido, se había hecho chupar la verga por él. Sin embargo, lo bueno del caso de su hermano era que no se le notaba que le gustaran los tipos, se desenvolvía como un heterosexual, las chicas gustaban de él y nadie, a no ser los que lo conocían íntimamente, podía decir que fuera marica. Por otra parte a la hora de chupar una concha, ella podía dar fe que era un experto y ni que hablar a la hora de ponerla, mientras que su padre la hacía llorar del dolor que le provocaba, su hermano la hacía llorar pero de la calentura que le hacía alcanzar.

-      Entonces no te molesta mi comportamiento, hermanita?

-      No, al menos mientras me sigas atendiendo como hasta ahora.

-      Me quedo más tranquilo, ahora con respecto a Tamara, voy a ver como sigo, porque por una parte me humilla, pero por la otra gozo como loco, me entiendes, no es loco lo que me pasa?

-      Y ella en la cama cómo es? Como se porta? – preguntó Marisol.

-      Ella es como eres tú con Adriano, no pasó de una mamada.

-      Todavía no cogieron ustedes?

-      No se deja, siempre me sale con algo y se pudre todo.

-      Ella sabe que nosotros tenemos relaciones?

-      No se lo dije y no creo que papá le haya dicho.

-      Porque no se lo dices, a ver cómo reacciona, a lo mejor hacemos un trío y de ahí en adelante comienza a cambiar un poco.

-      Dale, voy a probar con eso.

En la primera oportunidad que tuvo Damián de volver estar a solas en el departamento de Tamara, intentó seducirla con sus mejores modales sin éxito, ella lo esquivaba, lo eludía, evidenciaba de forma clara que no tenía intenciones de dejarlo acercar a su novio.

-      No te das cuenta que no tengo deseos que me beses? – le decía Tamara a su novio, cada vez que éste se le acercaba para hacerle algún mimo.

-      La verdad es que tengo más éxito con mi hermana que contigo – le respondió Damián, para ver si le despertaba curiosidad la frase que había dicho.

-      Entonces ve a tu casa y dale besos a tu hermana, además puedes intentar tocarle el culo, seguro te dará un palo por la cabeza – le contestó Tamara, con malos modales.

-      No es mala idea, pero te equivocas, Marisol sería incapaz de hacerme daño, mucho menos contestarme mal como lo haces tú a diario.

-      Entonces ve y acuéstate con tu hermana.

-      Eso lo hago a diario, aún antes de comenzar nuestra relación.

-      Cómo? No me digas que te coges a tu hermana? Eso es incesto, te convertiría en un pervertido.

-      Escucha Tamara, no soy ni el primero, ni el último que se coge a su hermana, es común el sexo dentro de las familias, lo que no es frecuente que se divulgue, pero que ocurre dalo por hecho.

-      Dime que es verdad que tú y Marisol tienen relaciones? O me estás jodiendo?.

-      Te lo juro.

-      Que putita que resultó tú hermana, con esa carita de ángel que tiene, si hasta parece que fuera virgen la turrita.

-      Ni de la oreja es virgen, yo me encargué de enseñarle alguna que otra cosita.

-      Eres un pervertido, incestuoso y maricón, la verdad que no te falta nada.

-      Me voy, no dejas de agredirme, siempre me tratas como lo peor.

-      Cierra la puerta cuando salgas, putito – le contestó Tamara terminando la conversación, segura que volvería por ella.

Cuando Damián llegó a su casa, fue al encuentro de Marisol para contarle lo ocurrido en casa de su novia y fundamentalmente como se había retirado después de haber sido agraviado por ella.

-      Por lo que tú me has contado, te ha tratado como siempre, solo que ahora agregó la palabra “incestuoso”, no veo porque tienes que estar tan molesto.

-      Me pone frenético que no me dé bola y que me esté agraviando o tratando mal en forma permanente – le decía Damián a su hermana, cuando le sonó el celular. Se detuvo para contestarlo, porque era Tamara quien lo estaba llamando.

-      Dale, atiende – le dijo su hermana.

-      Si, Tamara, te escucho – contestó Damián.

-      El viernes por la noche me invitaron a una reunión en la casa de unos amigos, me quieres acompañar o voy sola? – le dijo Tamara.

-      Creí que habíamos roto la relación, recuerdas cómo me echaste e insultaste – contestó Damián.

-      Por qué te dije putito te enojaste? Acaso no lo eres, jajaja – le dijo divertida Tamara.

-      No lo soy y tú lo sabes, pero no importa, si quieres que te acompaño, con gusto lo haré.

-      Puedes invitar a tu hermana, si quieres, seguro la va a pasar bien.

-      Si me prometes que me tratarás bien a mí, la llevo, no quiero que me hagas hacer papelones delante de ella.

-      Alguna vez te sentiste mal estando conmigo?

-      Si, la vez que vino Gerardo, no la pasé bien.

-      Mmm me parece que me estás mintiendo, yo te estuve observando y no me dio la impresión que la hayas pasado mal, a mí no puedes mentirme.

-      Bueno, a qué hora quieres que pase a buscarte?

-      Que sea a eso de las 22, vendrás con Marisol?

-      Dalo por hecho.

Los hermanos luego del llamado de Tamara, se estuvieron mirando en silencio unos segundos, para luego continuar el diálogo.

-      Me invitó a una reunión el próximo viernes en la casa de unos amigos.

-      Genial, ya ves que si no le interesaras, irías sola, sin embargo te invita para que la acompañes.

-      Me parece que te equivocas, pero hay algo más, me ha dicho que te invite a ti también, que descuenta que la pasarás bien.

-      Mejor aún, no solo te considera a ti, sino que no le soy indiferente, si así lo fuera no me invitaría.

-      Creo que no sabes en que te estás metiendo, Tamara es una chica muy difícil, siempre se trae algo entre manos – sentenció Damián.

-      De todos modos en una reunión, seguro la pasaremos bien, si se porta mal, igual nos divertiremos nosotros y si es algo aburrido, nos volvemos y listo, no te parece? – contestó Marisol, simplificando el pensamiento escabroso de su hermano.

-      Veremos quién tiene razón, hermanita, pero por las dudas prepárate por lo que pueda llegar a ser esa reunión.

-      Yo se me cuidar, no te hagas problemas y estando los dos juntos, que nos puede pasar que ya no nos haya pasado, jajaja.

Ese viernes a la noche, Damián manejaba con Marisol sentada a su lado, para pasar por la casa de Tamara e ir juntos a la reunión de sus amigos. Marisol llevaba un vestido muy liviano de color negro, con breteles, elastizado hasta la cadera y suelta la falda, con detalles de lentejuelas y bordados, la espalda al aire le daba un toque de mucha sensualidad.

El lugar de la reunión era un loft muy espacioso en donde vivía el anfitrión al que apodaban Nino, quien era un hombre que estaría llegando a los 50 años, alto, viril, se lo notaba muy educado y jovial. Fue Tamara la que contó que Nino tenía una particularidad física que lo hacía por demás interesante, de esto se hablaba en el camino hacia su morada.

-      A Nino lo conozco desde hace bastante tiempo, en realidad él es un viejo amigo de mi madre, que después por esas cosas de la vida me encontró a mí viviendo en la misma ciudad que él. – contó Tamara – Supongo que fue mamá quien le dio mi dirección y bueno, cada tanto me invita a sus reuniones.

-      Pero no has contado que cosa lo hace diferente, en lo físico me refiero – le dijo Marisol, que escuchaba atenta a la novia de su hermano.

-      Ah, sí, me olvidé, resulta que Nino tiene una “cosa” que mide más de 30 centímetros, de verdad, me entiendes?

-      Qué? Es un monstruo, un caballo la tiene tan grande. Estamos hablando de . . .

-      Si, obvio que está hablando del pene – dijo Damián que estaba siendo excluido de la conversación.

-      De la verga, nene, dilo con todas las letras – corrigió Tamara.

-      Uy mi Dios, pobre la chica que lo tenga que aguantar jajaja – dijo Marisol.

-      Te acostumbras mamita, te acostumbras a todo, es cuestión de relajarte – le agregó Tamara – no es así amor? – dijo dirigiéndose a Damián en tono de burla.

-      Eso no es asunto mío – contestó Damián queriéndose salir de la conversación, a la vez que excitado por lo que hablaban en su presencia su hermana y su novia.

-      No sé, me gustaría que lo vieras desnudo y después me digas que no es asunto tuyo – le replicó Tamara.

-      No te metas con mi hermanito, que yo lo defiendo – dijo alegremente Marisol – que es bien machito.

-      Por supuesto – contestó Tamara, riéndose a carcajadas – me encanta tu sentido del humor, cuñada, vamos a ser muy compinches, lo presiento.

Damián cada vez que era humillado por su novia, no podía dejar de excitarse, manejaba hacia casa de Nino pensando porque los había invitado Tamara, sabía muy bien que algo se traía entre manos, sobre todo al haberla invitado a Marisol. No se equivocaba, ya que la mencionada reunión, había sido organizada por un grupo de amigos de Nino, que se juntaban para disfrutar de sexo grupal en un sitio alejado de bares, pubs o saunas adonde podía llegar a haber periodistas en buscas de caras conocidas, como era el caso de la mayoría de los asistentes. Los amigos de Nino eran empresarios o gente de la política que por sus cuestiones de trabajo o de familia, debían mantenerse a distancia de la prensa.

Al fin llegaron y fueron recibidos por el mismo Nino, quien saludó efusivamente a Tamara y también, por qué no, a la misma Marisol, a quien no conocía pero la que ligó un beso en la boca al igual que la novia de Damián, quien solo recibió un “hola, que tal” por todo saludo. Nino caminaba hacia el interior llevando tomadas de la cintura a ambas mujeres, apretándolas contra su cuerpo, incluso bajando la mano hasta alcanzar la raya de la cola en el caso de Tamara, ante el creciente odio que comenzaba a tomarle Damián, olvidado y humillado atrás del grupo.

El ambiente tenía una amplitud considerable, había una barra, un bar y mini cocina tras ella y sillones dispersos por toda la superficie con muy poca iluminación y excelente música. Nino les fue presentando a Marisol y Tamara a sus amigos, olvidándose de Damián, no sabía éste si adrede o involuntariamente, así que había quedado solo en el medio de unas pocas personas, todas ávidas de acercarse a las dos únicas mujeres presentes. En la barra había dos hombres tomando un trago, que fueron los únicos que parecieron no interesarse en las chicas y por el contrario a Damián le dio la impresión que lo estaban observando a él. No sabía si esto se debía a que se habían dado cuenta de cómo lo dejaron abandonado o porque no pertenecían al grupo de personas que estaban merodeando a las mujeres.

Cuando Damián vio un hueco como para acercarse a su novia, tomó coraje y lo hizo pero fue rechazado de una forma que no esperaba.

-      Ni se te ocurra molestarme y deja que Marisol se cuide sola, en todo caso yo le estaré vigilando – le dijo Tamara cambiando su rostro sonriente por uno serio, enojado – si te necesito, te llamo.

-      Escucha Tamara, yo . . .

-      F u e r a   de mi vista – le dijo Tamara, remarcando bien la palabra fuera.

Dio vuelta sobre sus pasos y quedó de frente al bar, así que bajó la vista y se acercó a pedir un trago. Se acomodó en una banqueta y tuvo que pasarse las manos sobre sus ojos para comprender lo que estaba viendo, para entender que no era una alucinación suya. Uno de los hombres que estaba al lado del anfitrión, tenía tomada a su novia de los brazos y la estrechaba contra su cuerpo dándole un terrible beso, con quiebre de cintura y todo. La muy puta de Tamara, al doblar la espalda, se tomó del torso del hombre y se notaba perfectamente como deslizaba sus manos por el cuerpo, en clara señal de asentimiento.

En seguida buscó con la vista a Marisol y para su sorpresa, su hermana también estaba decidida a no perder el tiempo y se encontraba sentada sobre las piernas de un señor que se veía mayor a su propio padre. Aun así, ella lo besaba como si fuera el novio de toda la vida, cuando no hacía ni media hora que estaban en esa “reunión de amigos”. La persona que atendía el bar tuvo que llamarlo un par de veces para avisarle que tenía servido el trago que había pedido, ya que estaba absorto mirando a su hermana y a su novia. Con la copa en la mano y prestando atención a los movimientos de las dos mujeres que él había llevado, descubrió que nuevamente estaba excitado sin remedio, de una manera brutal producto de la humillación ahora por partida doble.

Lo sacó de su ensimismamiento la voz de uno de los dos hombres que estaban en la barra, banqueta por medio con su posición, que lo invitaba a que se acercara a compartir el trago y la charla. Así se enteró que estos dos hombres, tal como se había imaginado, no pertenecían al mismo grupo de amigos de Nino que revoloteaban alrededor de Tamara y Marisol. Se acercó Damián y se presentó para charlar con estos dos hombres, Gabriel y Santino, ambos cuarentones, de físico generoso, muy corpulentos y en apariencia divertidos.

-      Mucho gusto, soy Damián.

-      Mi nombre es Gabriel, eres amigo de Nino?

-      No, en realidad vine acompañando a las chicas – contestó Damián.

-      Yo me llamo Santino, no te había visto nunca por acá.

-      Es mi primera vez – dijo Damián, tratando de ser gracioso – jajaja.

-      Esperemos que no sea la última – le contestó Gabriel, que parecía ser el que llevaba la voz cantante.

-      Mmm no sé, digo, no se a que tendría que volver – Damián pensaba que no tenía ningún sentido concurrir a una reunión con la novia, cuando ésta se anda besuqueando con todos, menos con él, que es el novio.

-      Todavía no te imaginas lo divertidas que son estas reuniones, yo la primera vez que vine, en los primeros minutos pensaba igual que tú.

-      Espera a ver cómo se va animando a medida que pasa el tiempo, esto aún no ha comenzado – agregó Santino.

-      Pero que es lo que ocurre, acaso hay un show? – preguntó Damián.

-      De alguna manera el show lo damos nosotros, los que asistimos, ya verás – aclaró Gabriel.

-      Tal vez un karaoke o juegos o qué? – Damián estaba cada vez más intrigado.

-      Espera que esto se caliente un poco, de hecho porque no nos cuentas quienes son las niñas que trajiste? – preguntó Gabriel.

-      Me da vergüenza decirlo, pero una es mi novia y la otra es mi hermana – dijo Damián, cuando sintió que su verga comenzaba a crecerle al sentirse más humillado aún, ya que ambas mujeres, las dos únicas hasta ese momento, estaban dando un espectáculo bochornoso para él.

-      En serio que la morocha esa . . . – dijo Santino señalando a Tamara que tenía su pollera levantada casi hasta la cintura y por momentos se le veía la tanguita que no tapaba nada, por otra parte.

-      Si, en realidad ya no sé si es mi novia – con algo de tristeza, pero siempre excitado contestó Damián, interpretando la pregunta que no se animó a terminar su ocasional amigo – y en cuanto a mi hermana, es mi culpa haberla traído y no me animo a interrumpirla por la reacción de la otra.

-      Así son las mujeres, por eso nosotros preferimos divertirnos de otra manera, verdad Gabriel?

-      Ni te imaginas lo bien que la pasamos – contestó Gabriel a su amigo, no sabiendo bien como interpretar Damián estos comentarios que se hacían ese par de gigantones.

-      Ven, acércate que te diré un secreto – le dijo Gabriel a Damián.

Damián, que estaba sentado al lado de Santino, tuvo que pararse para llegarse hasta el lugar en donde estaba sentado Gabriel, dándole la espalda de momento al otro hombrón, porque en realidad ambos eran dos pedazos de tipos que impresionaban por su contextura física. Gabriel le apoyó una de sus manazas en la parte posterior del cuello atrayéndolo y sujetando su rostro junto al suyo para enterarlo del secreto que decía que tenía para él. En realidad lo que hizo Gabriel que impresionó a Damián, fue meterle la lengua en la oreja y aplicarle un soberano chupón en el cuello, que tomaron desprevenidos al muchacho. Este se tiró hacia atrás, justo hacia donde estaba Santino, que ni lerdo ni perezoso, con sus brazos lo apretó contra su cuerpo, para estamparle otro chupón en el cuello, desde atrás, que dejaron a Damián totalmente descolocado e indefenso. Si bien él no se esperaba este tipo de demostraciones, se quedó fuertemente impactado por el poder físico de esos hombres, ante los cuales estaba totalmente desarmado y se sentía indefenso, sin fuerzas para nada.

En  seguida ambos largaron una carcajada, festejándose mutuamente el ataque propinado a Damián, lo que para ellos significaba una broma, para Damián había representado un ataque a su hombría, la que ahora sentía a la altura del piso.

-      Ey amigo, que fue una broma, nosotros somos dos buenas personas, no te confundas, de acuerdo? – dijo Gabriel, avistando a Damián sorprendido por demás.

-      Está bien, lo tomo así, pero no me gustó, me sorprendió de Ustedes, los tomé por dos hombres serios – dijo Damián.

-      Es que somos serios – contestó Santino.

-      Si, cuando dormimos, jajaja – agregó Gabriel – más allá de las bromas, porque no nos divertimos un poco nosotros también – dijo señalando hacia el grupo de tipos que tenían tomadas a Marisol y Tamara.

-      No, yo paso – dijo Damián – preferiría irme, pero no puedo dejarlas solas acá entre esos bárbaros.

-      Ven – volvió a decirle Gabriel – quiero decirte algo, pero no a los gritos.

-      Dime, te escucho – le contestó Damián, alargando su cuerpo pero sin despegarlo de la banqueta en donde estaba sentado.

-      Anda, no seas tímido, que mi amigo no muerde – dijo Santino y lo empujó a Damián para que se levantase y con su brazo en la espalda del muchacho lo acercó hasta él.

-      Tú sabes lo que se dice de Nino? – le dijo Gabriel en voz baja.

-      No, no lo conozco, recién me lo han presentado cuando llegué acá – contestó Damián, sintiendo como Santino se le pegaba desde atrás.

En ese punto Damián percibió que lo estaban encerrando entre Gabriel y Santino, mientras uno le hablaba en voz baja, el otro le cerraba el paso desde su retaguardia, por lo que cuando quiso librarse de esa posición incómoda, lo que sintió fue un pantalón abultado que le hizo pensar que estaba en problemas. Trató de agacharse y salir de entre los dos corpachones que lo tenían arrinconado, pero la fortaleza física de ambos prevaleció sobre su agilidad y escuchó a Gabriel que siguió hablándole.

-      De Nino se cuenta que tiene una verga de más de 30 centímetros, no sabías eso? – continuó diciéndole Gabriel.

-      En realidad si, lo había comentado Tamara, mi novia, en el auto, pero no le creí, pensé que lo decía para impresionar a mi hermana.

-      Sabes que más se dice de él? – agregó Gabriel, con Santino que seguía sin moverse de su lugar, cerrándole el paso a Damián y arrimándole la verga descaradamente, que por otra parte tenía endurecida.

-      No, no sé nada de él, que más debo saber? – contestó Damián.

-      Que cada vez que se organiza este tipo de reuniones, después de juguetear con las chicas, se come algún muchachito.

-      No me imaginaba tal cosa, alguno de sus amigos se come? – preguntó Damián entre tímido e intrigado.

-      No, equivocado – respondió Santino – le gusta la carne joven, no se si me entiendes?

Después de contestar la pregunta de Damián, Santino volvió a darle un chupón en el cuello, pero ahora tomándolo del pecho y apretándolo contra su cuerpo, de forma que sintiera en profundidad la dureza de su bulto. Damián intentó desprenderse del gigante que lo tenía tomado, pero Gabriel al percibir esta reacción se le pegó a la oreja para decirle que no intentara rechazarlos, porque ellos sabían lo que hacían y con quien estaban. Esto paralizó aún más a Damián, además del miedo a ser violado por estos dos gigantes, el desconcierto por lo que le estaban diciendo. Que podrían saber ellos de con quien estaban, era lo que él se preguntaba, sin embargo ellos tenían algún dato de él que los hacía actuar con total naturalidad.

Así fue que lo llevaron alzado hasta un apartado rincón del loft y lo recostaron en unos almohadones. Santino se sentó sobre ellos, teniendo siempre a Damián aferrado contra su cuerpo y Gabriel desde adelante, desprendió el pantalón del muchacho para quitárselo, al igual que el calzoncillo y el calzado que llevaba puesto. Mientras Santino le acariciaba el pecho y lo besaba desde atrás, Gabriel se ocupó de chuparle la verga, que tenía parada al máximo y sus huevos, mientras acariciaba la zanja y con sus dedos hurgaba el orto, que para ellos era el premio mayor.

-      No tiene sentido que te resistas, sabemos que esto te gusta tanto como a nosotros – le dijo Gabriel mientras le chupaba la pija, huevos y trataba de llegar con la lengua hasta el culo – splash glup mmm.

-      Puedo soltarte? Prometes quedarte tranquilo y portarte bien? – le dijo Santino a Damián que cada vez se resistía menos.

-      Sh-shi si, suéltame, me voy a portar bien – Damián terminaba dándose por vencido y dejando hacer a los dos hombres, no tenía sentido oponerse a ellos, no podía y además ya no quería.

-      Muy bien, verás cómo nos divertiremos los tres.

-      Está bien, solo que no quiero estar con Nino, si? – dijo Damián – no me cae bien.

-      Ojo, que nosotros también calzamos buenas vergas, no te creas que no te vas a tragar algo interesante hoy – agregó Gabriel.

Mientras se iban poniendo de acuerdo, Damián cedió en su resistencia y ambos amigos fueron apreciando el cuerpo del muchacho centímetro a centímetro, lo desnudaron íntegramente y a medida que lo hacía, lo besaban, lo chupaban, lo acariciaban y todo con mucho esmero y también podría decirse con gran experiencia. Damián mientras esto sucedía, les comentaba que a él le gustaban las mujeres, trató de explicarles como era su experiencia con hombres, pero prefirió callarse y dejarlos actuar, porque por momentos le hacían alcanzar mucho placer con sus lamidas y chupadas y se dio cuenta que a esos hombres, no les interesaba en absoluto lo que él decía.

Se lo disputaban entre ambos como si fuera un muñeco de peluche, estuvo a punto de tener un orgasmo de tanta chupada que le daban por todo su cuerpo, verga, huevos, culo, piernas, cuello, pecho, orejas, besos de lengua y hasta la planta de los pies le besaron y chuparon, estaba en la gloria Damián, hasta que en una de esas vueltas que le hacían dar para mimarlo, se encontró de frente con una verga gorda y grandota esperándolo. Por poco pierde un ojo, se la aplastaron contra la cara, sintió los huevos en su rostro y luego la pija bajando, buscando sus labios hasta encontrarlos y tratando de separarlos para finalmente penetrar en su boca. Ahora le tocaba a él utilizar la lengua, que solo había usado cada vez que lo besaban en la boca.

Era impresionante la verga que estaba chupando, por fortuna tenía aroma agradable, por eso la chupó primero por miedo, por obligación y luego por placer, ya era un gusto chupar esa verga, soltó sus manos para acariciar piernas, cola, huevos, hasta la panza de ese gigante que lo cogía por la boca mientras el amigo le seguía chupando su pija, que en comparación no era nada, muy pequeña resultaba. Pero Damián no aguantaba más, el tener esa pija grande en la boca, el haberse podido soltar para acariciar el cuerpo del hombre a voluntad, hizo que le llegaran contracciones y su primer acabada. Quiso avisar, pero no pudo, no tuvo tiempo, no quiso, no supo y acabó como cuando le acababa a Marisol en la boca o a su mamá, acabó en la boca de un hombre que no se quejó por esa acción suya.

-      Ahhh que bueno ajjj que placer glup splash ahhh me gustó mucho – decía Damián, incrédulo por lo que había podido hacer.

-      Disfrutaste pequeño? – le dijo Gabriel, que era el dueño de la verga que tenía Damián dentro de su boca.

-      Si, ahhh glup splash – Damián seguía empeñándose en dar una buena mamada, luego de la acabada que él había tenido en boca de Santino.

-      Mmm que rica tu lechita muchacho – le dijo Santino – te das cuenta como lo estamos pasando bien?

-      Si, ahora entiendo glup splash a que se referían glup splash ajjj cuando me lo decían – Damián no dejaba de chupar la pija, cada vez con mayor pasión.

-      Ahora ahhh vamos muchacho, más lengua putito, que te vas a tragar mucha leche, vamos mmm – y Gabriel le metió tanta leche a Damián que no se esperaba.

-      Ajjj glup ajjj me ahogo ajjj déjame respirar – decía Damián recibiendo su primera carga de leche.

-      Ahora me la tienes que chupar a mí, eh? O quieres que te coja primero? – le decía Santino, que era el único de los tres que no había terminado.

-      Estoy cansado, me duele la boca, yo . . . – no lo dejaron terminar la frase y ya lo estaban acomodando en cuatro sobre los almohadones.

Gabriel lo había tomado de las axilas y lo tenía de frente a él, que estaba sentado con sus piernas abiertas, cuyas rodillas tenía presionando sobre el torso de Damián, para que no se moviese. Desde atrás Santino se estaba preparando para clavarle su verga, pero dado el tamaño de la misma, buscaba entre sus ropas un sachet de lubricante que siempre llevaba por las dudas tuviera algún encuentro como este. Mientras Santino buscaba el gel, Gabriel no quería perder el tiempo, ni tampoco dejar que Damián se enfríe, por lo que aprovechando la posición de sus cuerpos, lo acercó a su verga y le pidió que se la siga chupando un poco más hasta dejarla bien limpia. Así estaba Damián entretenido, con su culito para arriba, cuando Santino se le acercó desde atrás y le apoyó la cabeza de la verga en el culo, presionando para que le entrara, haciendo fuerza con sus manos que agarraban las caderas del muchacho y separaban las nalgas. Un poco de presión, un poco más y la cabeza entró.

-      Ajjj ahhh que dolor, espera ahí un poco, que se me acostumbre el culo, glup – Damián tenía la cabeza de la verga de Santino dentro de su culo y la pija de Gabriel en su boca.

-      Tranquilo, tranquilo, pero sigue chupando, no te distraigas, ya te la va a poner toda, tranquilo muchachito.

-      Un poco más, vamos – dijo Santino y empujaba con su cuerpo para adentro.

-      Ay que duele, la tienes muy glup splash grande.

-      Sigue chupando puto, que mi amigo te la va a poner toda.

Santino tenía a Damián tomado desde sus hombros, para que no pudiese sacar su cuerpo para adelante y despacito le iba entrando cada vez más su gorda verga. Cuando Damián sintió los huevos de Santino golpear su culo, no podía moverse, tenía la boca acalambrada de tener la pija de Gabriel dentro y el dolor era insoportable. Aun así, Santino comenzó a moverse, lo hizo suavemente y fue incrementando los movimientos, más y más y Damián se fue acostumbrando, su culo se había dilatado, su sistema nervioso estaba relajado, ahora comenzaba a gozar de esa cogida que le estaban dando en la casa de Nino.

No se inmutó cuando en medio de la cogida, con Santino dándole fuertes y sonoras arremetidas y con Gabriel empujando desde su cabeza para clavarle dentro de la boca la pija al máximo posible, percibió unos flases que él interpretó como algo de las luces del ambiente y no le dio mayor importancia. En realidad se trataba de unas tomas fotográficas que le habían hecho su propia hermana y su novia, para inmortalizar la cogida brutal y caliente que estaba recibiendo.

Cuando Santino le acabó, sintió algo que le quemaba las entrañas, era la leche caliente del gigante que le estaba perforando el culo y que por unos instantes le había apoyado el cuerpo sobre el suyo, casi llegando a aplastarlo, cortándole la respiración. Había quedado aplastado entre el cuerpo de Gabriel y el de Santino, siendo él el jamón del sándwich.

-      Qué tal si nos comportamos como gente decente y nos vamos a reponer energías al bar? – propuso Gabriel.

-      De acuerdo – dijo su amigo.

-      Nos tenemos que vestir – agregó Damián.

-      No, no hace falta, ya estarán todos en pelotas.

-      A ver – dijo Damián y se paró y comprobó con sus propios ojos lo que estaba pasando.

Su hermana, según él creía poder ver y distinguir, estaba cogiendo como la peor de las putas, con dos tipos, tipo película porno. Mientras ella cabalgaba a uno de ellos, el otro la tenía tomada del pelo y la cogía por la boca.

El caso de Tamara era peor aún y ahí Damián volvió a excitarse en forma rápida haciendo crecer el tamaño de su verga, la cogían entre tres. Según él veía, dos tipos la sostenían con las piernas abiertas, para ayudarla a tragarse la terrible poronga de caballo que tenía Nino. Parecía que la sentaban sobre una estaca y eso lo excitó muchísimo, más pensando que con él ella no se había dejado coger.

-      Vamos a la barra, nadie tiene la ropa puesta, a quien le puede importar vernos a nosotros desnudos – dijo Gabriel.

En la barra estaban entretenidos degustando algunos bocadillos acompañados de ricas bebidas, los tres desnudos cuando los amigos le propusieron a Damián intercambiar datos para un nuevo encuentro. Mientras conversaban tanto Santino como Gabriel, no podían dejar de tocarlo, sobre todo la cola y así en segundos se encontró Damián con una mano tomando la verga de Santino y con la otra la de Gabriel, él parado entre medio de los dos junto a la barra, con uno chupándole el cuello y el otro metiéndole un dedo en el orto, cuando volvió a sentir otra descarga de luz tipo flash, pero ahora no le quedó duda que alguien estaba sacando fotos, pero bueno, nadie de los presentes era un santo, no se iba a hacer problema anticipadamente, no creía que esos flases pudieran ser para él.

La noche terminó de a poco, luego de tanto mimo todos fueron recuperando sus ropas y llegó el momento de marcharse. Marisol fue la que se acercó a Damián para decirle que era hora de irse y que lo esperaban en la puerta para el retorno a casa.

-      Y ese dinero? – la pregunta que Damián le hacía a Tamara y Marisol en el viaje de vuelta, era porque ambas venían contando dinero, lo que resultaba raro.

-      Que te piensas que estuvimos haciendo? – contestó rápido y mal Tamara.

-      No me digas que cobraron por . . . – dijo Damián.

-      Obvio que cobramos o crees que esos viejos de mierda son mi tipo? – volvió a contestar Tamara de mala manera.

-      Yo no sabía, pero bueno, no me quejo – dijo Marisol, mirando alternadamente a su hermano y a Tamara.

-      Trabajas de puta? – le dijo Damián a Tamara.

-      Me pides perdón ya mismo o te cago a cachetazos, puto de mierda – Tamara cada vez se encontraba más desencajada.

-      Per- perdón, no me esperaba que hicieses algo así.

-      Ya vamos a hablar cuando estemos solos, ahora está Marisol acá y ella es un encanto, no merece esta escena.

-      Está bien.

-      Mira estas fotos Marisol, no son un amor? – dijo Tamara, alcanzándole el teléfono a Marisol.

-      Uy hermanito, como saliste aquí, bueno en esta ya no quedan dudas de tus gustos.

Las fotos que estaba viendo Marisol eran las que le habían sacado a Damián cuando tenía un tipo clavándole su culo y él se la chupaba al amigo y la otra cuando estaba en el bar con una verga en cada mano y los dos tipos asediándolo. En ambas fotos se lo veía feliz y contento, en ninguna se podía decir que lo estuvieran obligando a hacer algo que él no quisiera hacer, de ahí el comentario de su hermana y la risa sarcástica de su novia.

-      Tu hermano es flor de trolo, Marisol, lo que pasa que no lo quiere asumir. Yo aun así lo quiero y no voy a renunciar a él – dijo Tamara.

-      No soy trolo, no sé qué me pasó hoy – dijo Damián.

-      Hoy y ayer y la otra vez y la primera y la segunda, vamos hermanito, no te sientas mal, pero tampoco quieras hacerme creer que no te gustan los hombres? – contestó Marisol a Damián que la escuchaba incrédulo por la forma en que se expresaba.

-      Tienes que ver como en mi propio departamento se lo cogió un amigo mío – dijo Tamara refiriéndose a Gerardo – el pobre es inválido, pero de la verga viene como un fenómeno, sino que te lo diga él, que bien que se la clavó.

-      Ah, esa no la sabía – dijo Marisol – así que ahora le das también a los discapacitados, yo creí que el enano había sido una excepción, pero veo que no.

-      Qué? Te cogió un enano también? – le dijo Tamara.

Damián no hablaba más, solo manejaba, quería llegar lo antes posible a la casa de Tamara, para que ella baje y volver a su casa urgente. Lo que más le molestaba era estar tan excitado cuando ambas mujeres lo estaban denigrando con las cosas que le decían. Si seguían hablando así de él, terminaría acabando dentro del pantalón, se iría en seco.

Marcela   ( marce459@live.com.ar )

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