Dulce espera
Adrián debe de instalar unos electrodomesticos a una linda señora que está en estado de buena esperanza.
Las Aventuras eróticas de Adrián Laffite.
DULCE ESPERA.-
(Esto es un relato totalmente ficticio, cualquier parecido con personas o hechos sería una mera coincidencia)
Adrián es un joven de 24 años, un metro ochenta, pelo negro y ensortijado, igual que el de su madre, una hermosa isleña casada con un francés que llegó a las Islas y prendado de la hermosura de la bella canaria ya no volvió a su tierra. Los verdes y chispeantes ojos de Adrián eran herencia de su padre al igual que su gran amor al trabajo bien hecho.
El padre de Adrián, montó en Las Palmas un pequeño negocio de estos que se dedican a solucionar todos los pequeños (o grandes), problemas que suelen presentarse en un hogar, y la cosa funcionaba bastante bien para vivir holgadamente, aun a costa de trabajar duro.
Mercedes (Merche para sus amigos), la hermosa canaria y madre de Adrián, manejaba la parte financiera de la pequeña empresa, Pierre, el padre ayudado por un joven, solucionaba todos los encargos con rapidez y eficacia, y a la empresa nunca le faltaba el trabajo, de hecho casi era imposible atender a todos los clientes, y de esta forma los dos hijos del matrimonio, Adrián y Lucía podían estudiar tranquilamente sin problemas económicos.
....Pero, si amigos, en la vida siempre hay un pero. Y el pero de esta familia se presentó en forma de camión cargado de vigas de hormigón, que perdiendo el control un día de lluvia se precipitó contra la camioneta de Pierre, muriendo este en el acto.
Bien, no nos ahondemos en la parte amarga de la historia que esta es para que lo paséis bien, no para entristeceros.
Adrián dejó de estudiar y se hizo cargo del negocio, sabía varios idiomas y era muy listo, y con la ayuda del joven que ayudaba a su padre, pronto cogió las riendas del negocio siempre tutelado por su hermosa madre. Su hermana pudo continuar estudiando y los intereses de la familia no se mermaron debido a una cuantiosa indemnización que pagó el seguro del camión.
Pues bien, ahora que ya conocéis al protagonista de nuestras aventuras, vamos a empezar el relato propiamente dicho.
Las ocho de la mañana, en el despacho de Merche...
.- Hola, mamá, buenos días ¿que tenemos para esta mañana? Adrián llegaba un poco mas temprano para preparar la furgoneta y las herramientas.
.- Hola Adrián, pues creo que con esta nota, vas ha tener trabajo para todo el día, es una señora, que llamó a antes de ayer, se está mudando a un piso nuevo y creo que necesita que le instales todos los aparatos y muebles del piso antiguo, Tomás ( el joven ayudante de la empresa), trabajará en el resto de las urgencias de hoy.
.- Vale, pues entonces salgo para allá.
.- Adrián....
.- Si, dime
.- se amable con ella, al parecer está un poco delicada y muy nerviosa por el traslado, además creo que es francesa y no entiende muy bien lo que le dicen.
.- No te preocupes, ya sabes que soy un figura para tratar a los clientes.
.- Venga, no seas presumido y a trabajar
.- Ok, me largo.
Y cogiendo los bártulos, se dirigió a la urbanización que marcaba la nota.
En 20 minutos estaba ante la puerta del nuevo piso de ....Mme. Dupree, pulsando el timbre, e intentando imaginar la fea cara de mal genio de la tal Madame.
Se abrió la puerta,(Adrián ya se había identificado a través del portero automático) y Adrián contempló estupefacto a la tal madame...
Una hermosa mujer de unos 30 años, alta con una melena pelirroja hasta media espalda, una simpática carita salpicada de suaves pecas, unos ojos de color verde y unos labios carnosos como fresas maduras le estaba invitando a pasar, pero él ni se enteraba, continuaba mirando a la bella dama y futura mamá, porque lo delicado que tenía aquella espectacular señora era una hermosa barriguita de 6 o 7 meses, preciosa como toda ella, la piel blanca como el nácar, un short blanco con la cremallera medio abierta debajo de la tripita apenas cubría el vello de su pubis, que se adivinaba rojo como el fuego, y una camisa blanca sin mangas, solo con dos botones superiores abotonados que dejaban entrever unas enormes senos, que seguro debían ya de albergar el alimento para el bebe, la camisa se abría sobre su ombligo dejando a la vista la totalidad de su embarazo. Ninguna otra prenda al menos que se viera cubría aquel cuerpo de ángel...
.- Monsieur, Monsieur, quierres tu pasarr?.
La suave y dulce voz de aquella criatura, le devolvió a la realidad.
.- Perdón, señora, perdóneme pero...pero..
.- ¿Esperrabas encontrar una otra persona?
.- No, No, es que en la oficina me dijeron que estaba Ud. un poco delicada, pero...pero..., no me figuraba que fuera este tipo de...de..., bueno que estuviera Vd. en estado de buena esperanza.
.- ¿te molesta mi estado, monsieur?
.- Oh, no, por Dios, al contrario, me encanta...bueno perdón, no quería decir esto, es...
.- Bueno Monsieur, pasa que no vas a estar en la puerta tout le jour.
Poco a poco Adrián fue reponiéndose de la primera impresión y metió en el piso todo el material que llevaba consigo.
.- Me han dicho en oficina que tu hablar mi idioma.-
.- Si señora
.- ¿tu molestar si hablamos en francés?
.- No señora en absoluto.
Y a partir de este instante la conversación se desarrolló en francés, que como es natural Adrián dominaba a la perfección.
.- Por donde empezamos Señora? justo cuando hizo esta pregunta, Adrián se dio cuenta de que ella también le observaba con detenimiento y admiración mal disimulada y se prometió dominar la situación desde aquel momento.
.- La cocina por favor. Y no me llames mas señora mi nombre es Monique
Había un fregadero nuevo que instalar y conectar el lavavajillas y el horno.
Adrián se puso manos a la obra, al estar tumbado el suelo conectando grifos y desagües, se dio cuenta que ella se había sentado frente a él en una silla de la cocina para ver como realizaba el trabajo, la cremallera del short, se había abierto un poquito mas y de reojo Adrián intentaba ver algo del vello rojo de la dama.
No tardó en ver premiado su esfuerzo, en el ir y venir de un sitio a otro de la bella, la abertura se hizo mas patente y unos rizos pelirrojos asomaron tímidos sobre el fondo blanco del pantaloncito.
Aquello hizo que el sexo de nuestro amigo, adquiriera lentamente el tamaño de batalla, es decir 19 centímetros largos de carne caliente y palpitante contenidos con esfuerzo por el pantalón corto de trabajo.
Como es natural, aquel aumento de volumen no pasó desapercibido para Monique, sonrió suavemente y se prometió en silencio hacer sufrir un rato a aquel hermoso joven, su marido hacia tres meses que estaba en Paris y ella se sentía un poco abandonada.
Adrián había empezado a sudar, el día era caluroso y metido allí debajo y con el panorama a la vista la cosa se estaba poniendo al rojo.
.- Monsieur...
.- Me llamo Adrián.
.- Bien Adrián, podrías instalarme una persianita de ventilación debajo del fregadero?
.- ¿donde exactamente?
Ella se agachó, mejor dicho se puso en cuclillas justo frente a la cara de Adrián para señalarle el sitio exacto donde quería instalar la rejilla, como es natural la cremallera se abrió del todo y dejó al desnudo todo el pubis de Monique, Adrián noto como su verga saltaba dentro del pantalón.
.- Justo aquí. Señalò ella esforzándose.
Adrián la tenía tan cerca que notaba su perfume, aquello no se podía resistir, el liquido preseminal, empezaba a manar de su glande y no tardaría en manchar el pantalón beige.
Ella se inclinó un poco mas y claro, perdió el equilibrio, Adrián la sujetó con fuerza antes de que cayera sobre su pecho, se incorporó y la levantó sin esfuerzo.
Los dos quedaron pegados uno junto al otro, él notaba como su barriguita se apretaba contra su vientre, la volteó suavemente y apoyó sus nalgas contra su pene que estaba hinchado al cien por cien, abrió los dos botones de la camisa y dejo al descubierto los hermosos senos de la mujer que no se resistía a las caricias, sus manos sopesaron con ganas aquellos globos blancos coronados por una aureola enorme de color rojo oscuro y un pezón en el centro que crecía tibio y desafiante por momentos.
.- Esto no estaba en el presupuesto Adrián.
.- No te preocupes, no voy a cobrarte nada por estos extras, espero que mientras estoy en este agradable trabajo no se presente tu marido.
.- Tranquilo, está en Francia, arreglando sus negocios.
.- Y como puede dejar sola una mujer como tú?
.- Somos bastante liberales, el tiene sus líos y yo los míos, incluso a veces nos reunimos con los líos de ambos.
.- Vaya a esto le llamo yo ser moderno. Y ya tranquilo en este aspecto Adrián empezó a trabajar a la hermosa y embarazada pelirroja, tal como en casa le habían siempre enseñado.
Primero la sentó en uno de los sofás todavía protegidos con una blanca tela, la despojó muy suavemente del pantaloncito y ya totalmente desnuda se arrodilló frente a ella abriéndole las piernas y dejando al descubierto su lindo conejito cubierto de pelo rojo, brillante ya, por los líquidos que empezaba a segregar. Un aroma a sexo de hembra caliente empezaba a inundar la estancia, aquello embriagaba a Adrián, separó con ambas manos los labios exteriores de la vagina y hundió su lengua en la cavidad tibia y húmeda que se ofrecía a su paladar, ella al notar el cuerpo extraño en su parte mas sensible emitió un grito de placer y agarró con fuerza la cabeza de Adrián apretándolo con fuerza contra su sexo mientras acariciaba los negros y ondulados cabellos del hombre que la estaba haciendo gozar, aquello era la gloria para Monique, entre la mudanza y el viaje de su marido, hacia mas de 4 meses que no estaba con un hombre y el que la estaba lamiendo sabía bien lo que hacía, era necesario aprovechar aquel encuentro, aquel chico que tenía entre las piernas sabía como hacer gozar a una mujer y ella se iba a aprovechar de ello.
Adrián seguía con sus caricias, tocaba los puntos mas sensibles, se metía en los repliegues mas escondidos haciendo que la mujer, gimiera cada vez con mas fuerza.
Con una mano se quitó el pantalón corto así como pudo sin dejar de meter la lengua en el sexo de Monique, su miembro se mostró por fin en todo su esplendor provocando un grito de admiración de la mujer.
Adrián para que no aflojara el tamaño empezó a masturbarse. Su mano libre apenas abarcaba el grueso del apetecible miembro de Adrián y ella no apartaba los ojos de la hermosa verga.
La visión del sexo de aquel chico, aceleró sus pulsaciones y sitió que en unos segundos sentiría un orgasmo. Se abandonó a las caricias y dejó que la explosión de placer se apoderara de su cuerpo, se abrió mas y dejó que fluyera la miel de sus entrañas.
Adrián notó como ella se iba a correr, la tensión de su cuello, sus ojos en blanco, su abandono total al placer le advirtieron del orgasmo, pero el no se apartó ni un milímetro de aquella vagina ardiente, al contrario, abarcó con sus labios todo el perímetro de la vulva de la mujer y recibió en su boca la agridulce descarga de sus tibios jugos, después se levantó despacio hizo que ella se tumbara de espaldas en el sofá y la penetró con mucha dulzura, con mucha suavidad como si temiera hacer daño al bebe que latía en las entrañas de la hermosa pelirroja, después sin apoyarse en su vientre, se agachó y busco su boca, la beso y dejó que los jugos de ella, se deslizaran en su propia boca, ella sabía que lo haría, y degusto con placer el elixir que él le brindaba, después buscó su lengua y se unieron en un beso sin fin.
Levantó las piernas todo lo que pudo para facilitar la penetración del hombre y dejó que él se moviera....quería sentir mas orgasmos...quería gozar mas...aquel muchacho era un dios.
CONTINUARA ( si lo habéis encontrado pasable)