Dulce Adolescencia (IV)

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Dulce Adolescencia (IV)

Daniela.

  • ¡Desgraciada eso fue a propósito! – me levante reclamándole; me tomo del pie izquierdo, me costaba mucho dolor afincarlo y un poco coja fui hasta quedar cara a cara con Alessandra; mientras nuestras respectivos equipos corrían para alejarnos - ¡eso fue a propósito! ¡Me tomaste del pie!

  • No creas que estas tan buena como para yo querer agarrarte de algún lado, el dolor de no poder vencer mi arco te tiene alucinando.

  • Daniela déjala, no vale la pena manchar el juego con una trifulca – me grito María empujándome hacia atrás.

Desde el instante en que supe que sería la deportiva quien vendría sabía que habría problemas.

  • Si Daniela escucha a tu equipo y apártate de mi camino.

Me gire para irme, no era el momento de cobrarme todas las que me debe.

  • A ver muchachas cuidado, las niñas de colegio andan frágiles hoy.

María tomándome con más fuerza seguía repitiéndome que dejara las cosas de ese tamaño.

Valentina.

Se estaban gritando cosas.

  • ¿Qué pasa Katy?

  • Esas dos se odian desde cómo un año.

  • ¿Por qué?

  • Alessandra y Daniela fueron muy buenas amigas, se iban de rumba y demás, yo las acompañaba a veces, pero bueno el día que Alessandra conoció a Tatiana todo cambio.

  • ¿La prima de Daniela?

  • Daniela me mata si sabe que te estoy diciendo esto; – la mire aun más curiosa – Alessandra estuvo con Tatiana cuando Dani tenía como una especie de enamoramiento hacia Tatiana. Alex siempre alego que Dani no le dijo nada, pero ella lo siguió viendo y sintiendo como una puñalada trapera.

Quede sorprendida, después de todo Daniela tenia sentimientos.

  • Claro y a eso le agregas que son nuestras rivales directas y nunca le ha podido marcar un gol, no es tan difícil ver que tanto se “aman”.

El árbitro dio un saque lateral a favor nuestro que no llego a mayores. Notaba a Daniela correr distinto, trataba de disimularlo pero pude ver que esa colisión la había lesionado.

El juego termino cero a cero; nos dieron permiso de volver a nuestros hogares, quede con Katy para vernos luego, debíamos hacer un trabajo de literatura juntas.

Vi a todas salir menos a Daniela, no pude evitarlo y no sé porque pero fui al vestuario a buscarla.

Daniela.

Otro juego más sin marcarle y aparte me había lastimado el tobillo. Tanto disimulo dio resultados pues no me sacaron de la cancha pero ahora padecería las consecuencias, se me había inflamado tanto en cuestión de minutos, espere a que todas se fueran, cosa que fue difícil y ahora ni si quiera podría sacarme los guayos por la hinchazón y el dolor.

Tenía los ojos algo aguados del dolor pero seguía tratando de sacarme el zapato.

  • ¿Tu orgullo no te dejo salirte de la cancha verdad? – Valentina estaba casi a mi frente sin que yo si quiera me hubiese percatado de su presencia.

  • ¿Por qué habría de salirme?

  • Porque te lesionaste. – la mire fijo.

  • Si quieres burlarte ¡lárgate!, no ando de humor.

  • No vengo a eso.

Abrió el botiquín de primeros auxilios saco algunas cosas y dejo su mochila de lado. Se acerco a mí.

  • ¿Qué haces?

  • ¡Quédate quieta! – tomo el guayo entre sus manos. Me quede inmóvil; me sonrió levemente antes de halar el zapato secamente, logrando sacarlo. Cerré los ojos y una lagrima salió – lo siento.

Guarde silencio mientras ella me quitaba la tobillera y las medias.

  • Esto va a doler, debes quedarte muy quieta.

Me halo y torció el tobillo, generándome el dolor mas hijo de…. que he sentido hasta que algo “traqueo”.

  • Ya está listo.

  • ¿Cómo carajos lo sabes?

  • Mis padres son médicos – la mire confundida.

  • ¿Por qué me ayudas?

  • No lo sé.

Pasaba sus dedos delicadamente por mi piel causándome un cosquilleo, supongo buscaba sentir mis tendones, pero me agradaba su tacto.

  • ¿A quién visitabas en el cementerio? – pregunte de la manera más inconsciente. Se levanto de golpe.

  • ¿Me has estado siguiendo?

  • No, solo me tope contigo – se giro para tomar su mochila e irse.

  • Valentina espera – me levante, se detuvo, no supe que mas decir, me sentí aun mas apenada que aquella tarde – gracias.

Asintió y siguió sin si quiera verme.

La verdad estaba muy agradecida, pues aquella terapia improvisada me permitió jugar los intercolegiales y ganar el título de nuevo. Admito que hasta deje de fastidiarla, y ella jamás me dirigió la palabra de nuevo.

Valentina.

Durante un minuto pude haber dicho que me sentía atraída por ella, durante un minuto pude haber dicho que su vulnerabilidad me había permitido verla sin mascaras; pero me sale con eso, ¿Qué diablos hace siguiéndome?

La tarde me vi con Katy según lo acordado. Tras hacer el trabajo fuimos a un café.

  • ¿Por qué lo niegas tanto Valentina?

  • ¿A qué te refieres?

  • Vamos, no juegues con mi inteligencia.

Nos observamos un instante.

  • Porque yo no soy como Daniela, yo no quiero que todo el mundo lo sepa y ser representante pro gay.

  • jajaja me agrada que te compares precisamente con ella

  • ¿Por qué?

  • Admítelo que te gusta.

  • No puedo admitir algo que no es cierto.

  • Sigan negándoselo hasta que se enamoren par de gafas.

Fruncí el ceño, e ignorándola del todo cambie la conversación.

Daniela hizo alguna especie de tregua de paz pues después del juego no volvió a molestarme y yo en cambio, no volví a hablarle más.