Dulce Adolescencia (I)

Juventud...

Dulce Adolescencia (I)

Daniela.

El alto volumen de la música resonando en mi habitación me da el “feeling” para prepararme previo a la mega rumba de Marcos, es su cumpleaños.

Me coloco una franelilla que deja ver un poco mi par de tatuajes en la espalda, un pantalón negro algo pegado al cuerpo y estoy lista para irme.

Pase por el regalo de Marcos, una chica que siempre ha querido conocer; y mientras ella se arreglaba yo compartí una deliciosa escena con su compañera de habitación, ambas son universitarias y las conozco por medio de mi prima Tatiana que comparte curso con ellas.

El estruendo del reggaetón se oía a una cuadra de distancia; me adentre a la casa buscando abrazarlo y por supuesto cumplirle el sueño presentándole a la chica. Tras saludarlo me aleje para dejarlos a solas. Los menores en la fiesta eran de nuestra edad, 16 años, pero gracias a nuestra divina costumbre de rumbear los fines de semana, la fiesta estaba repleta de personas un poco mayores, 22 años máximo; note que el padre de Marcos había sido bastante generoso con las instalaciones y con el licor, sobraba la cerveza y hasta una mesa de pool estaba en el living; mi siguiente punto a observar fueron las chicas, estaba repleto de mujeres hermosas. Busque una cerveza bien fría y ahora debía buscar a una chica.

El ambiente estaba en un punto perfecto, algunos bailaban, otros en la mesa de pool, conversando en la entrada, otros tal vez fumando alguna hierba a escondidas; pero una chica sentada en el sofá, solitaria y con expresión de cansancio llamo mi atención.

Me acerque.

  • ¿Por qué tan sola? – me miro con desconcierto. - ¿Quieres bailar?

  • Creo que me estas confundiendo con alguien más – afirmo seria.

  • Yo no lo creo – le sonreí observando su cuerpo delicadamente formado que detonaba juventud, tal vez tendría mi misma edad.

Sin decir nada y mirándome feo se levanto para irse.

  • ¡Que carácter! – dije para mí misma.

  • No le pares prima ¡es una mojigata! – dijo de la nada Tatiana, tomando asiento a mi lado.

Valentina.

Mis padres y yo pedimos alojamiento en casa de mi tía, mientras fumigan y acomodan el departamento que papa recién ha adquirido, al fin nos olvidaremos de pagar alquiler; aparte la zona es bastante bonita cercana de mi tía y de mi futuro colegio.

Es viernes, es el cumple de mi primo Marcos y el tío José no reparo en gastos, mientras ellos bebían adultamente en el jardín, la fiesta de los jóvenes se llevaba a cabo dentro de la casa; me senté sobre el sofá, no aguantaba el cansancio, esta semana ha sido por mucho la más complicada y agotadora; quisiera retirarme, pero por cariño a mi primo no lo hago.

De pronto llega esta chica y frenteramente me invita a bailar, es atractiva no lo niego, pero aun así no estoy lista para “salir del closet”, mucho menos en la casa de mi tío y mucho menos con alguien imprudente. Eso me dio el empujoncito para retirarme pero Marcos me retuvo a un paso de tener éxito.

  • ¿A dónde vas?

  • A la cama, creo que ya no aguanto más.

  • ¿Y que harás allá? ¿Ver el techo? Con este escándalo no conciliaras el sueño – se rio.

  • ¡Puedo intentarlo! – exclame resignada, abrazándome me giro de vuelta a la fiesta.

  • Nada de eso, vente pa’ acá – su mirada se fijo en el medio del living – además no querrás perderte este espectáculo – se fue silbando fuertemente acompañando el ruido de la escena y formando parte del circulo que lleno de mirones rodeaba el espectáculo. No aguante la curiosidad y cual oveja me acerque.

Daniela.

  • ¡Diablos Tatiana! ¿Qué carajos haces aquí?

  • ¡Primita pero que cariñosa estas! – Cruzo sus piernas y me entretuve observando lo que su falda no lograba ocultar – jajaja ¿te enojo que la nerd te rebotara?

  • ¿Cómo sabes que es nerd?

  • ¡Por Dios! ¡Mírala! – me señalo a la distancia, la chica hablaba con Marcos - ¡se le nota a kilómetros!

Reímos.

  • ¿Entonces te pico? – dijo acercándose peligrosamente a mí.

  • jajaja no vale, pero me sorprendió encontrarte aquí, ¿Cómo llegaste?

  • Los años te ponen lenta prima, yo también conozco a Marcos y a más de la mitad de la gente que está aquí ¿recuerdas?, además como perder una oportunidad de reencontrarme contigo – sonreí.

Tatiana y yo tenemos una incestuosa aventura desde aquel verano en que ambas descubrimos el manjar de los placeres sexuales.

Comenzó a mover su cuerpo al ritmo de la música.

  • ¡Ven! ¡Vamos a bailar!

Tatiana sinceramente cada vez que la veo esta mas buena.

Como buena narcisista que es, nos introdujo al medio de la improvisada pista, esto olía a espectáculo.

Su cadera se movía de forma perfecta, y se acercaba a mí para rozarme demencialmente sexy. Su cabello rubio suelto acompañando el movimiento, mis manos delineando sus costados hasta caer ajustadas en su cintura.

Se giro quedando de espaldas a mí, su mano abrazaba mi cuello y me pegaba más a ella, la fiebre de su falda con velocidad subía a mi cabeza; un círculo de personas se había formado a nuestro alrededor, dicha atención la haría muy feliz.

Rozándome plenamente con su área trasera bajo al ritmo de la música, logrando que se remangara un poco su falda y el publico entrara en éxtasis, los silbidos se hacían presentes mientras ella subía del mismo modo, rozándome y enloqueciéndome mas, excitándome un tanto más para, muy coordinada con la música, girarse justo al final de la canción y plantarme un maravilloso y poco recatado beso francés que termino por explotar la fantasía de los presentes.

  • Ahora tendrás que hacer algo con la calentura que tengo – susurro a mi oído.

La tome de la mano y la guie a las afueras del grupo, pase cerca de Marcos, me abrió paso sabiendo que iría a aprovechar alguna de sus habitaciones.

Valentina.

Era la chica la fuente del espectáculo, la gente alrededor estaba extasiada, entre ellos obviamente mi primo; me acerque a él y hablando alto pregunte quienes eran.

  • La de franelilla es Daniela una amiga; la de la divina faldita es su prima Tatiana – al termino de la explicación, Tatiana bajo al ritmo del reggaetón rozando plenamente su trasero contra el cuerpo de Daniela.

  • ¡Oh por Dios! ¡Amo a esas dos! – dijo mi primo chorreando babas.

La música termino con un beso para nada inocente entre ambas, por  muy mala clase que me parecía la escena debía aceptar que si era provocativa y que ambas eran muy atractivas.

Daniela tomo de la mano a su prima y se dirigió en mi dirección, Marcos les dio espacio para que salieran del círculo mientras los espectadores suplicaban a gritos por más show.

Daniela me miro envuelta en picardía y tuvo el descaro de guiñarme el ojo antes de proseguir.

  • ¿A dónde van?

  • jajaja ¿a dónde crees? – Marcos reía – a mi habitación, ¡pervertidas esas! – Mis ojos como platos – ¡diablos hubiese instalado una cámara! – refunfuño y partió.

Yo no podía creer aquello, ¡qué clase de desvergonzadas eran ese par!, mis padres están en el jardín, ¡mis tíos! ¿Qué pasaría si las encontraba en esas?

Yo claramente estaba mucho mas indignada que mi primo, que el resto de la noche solo supo andar pendiente de las chicas y de beber.

Un par de horas luego, al fin las vi bajar.

No me aguante y fui a enfrentarlas.

Daniela.

Bañada en sudor me metí en la ducha de Marcos, Tatiana me siguió; pensé que si ya le había impregnado las sabanas con nuestra presencia pues no habría mayor daño en ducharnos también, solo esperaba que el pervertido ese no tuviese una cámara instalada en su cuarto.

Baje con Tatiana, quería cerveza y baile, conquistar otras chicas, ¡Disfrutar!; me fijaba hacia qué lugar ir cuando la chica del sofá se planta en mi frente impidiéndome el paso con cara de asesina en serie.

  • ¡Hay que ver que son bastantes sin vergüenzas! – Tatiana se carcajeo.

  • ¡Oye pero si te invite a bailar y no quisiste!, no me vengas con celos ahora – me carcajee y ella enrojeció.

  • ¡No seas tan imbécil! ¿Cómo te atreves a fornicar en mi casa?

  • ¡Ya va carajita loca! ¡Bájale dos a tu flow porque no sé quién diablos eres! – Tatiana no paraba de burlarse – además niña ilusa y mentirosa esta es la casa de mi amigo Marcos.

  • ¡Marcos es mi primo, y yo estoy viviendo aquí! – hablando del diablo… Marcos apareció y medio ebrio abrazo a la chica.

  • Por lo que veo ya conociste a mi primita – esta última lo alejo.

  • ¡Suéltame! ¡Estás borracho!

  • ¡Y tu estas de mal humor!

  • Vamos Dani no pierdas tiempo con niñas estúpidas – me pidió Tatiana halándome hacia la fiesta.

Me acerque a la chica antes de irme.

  • Si no quieres ver fiesta – me avecine más a sus labios - ¡no vengas a una!

Me aleje riendo.

Baile, bebí, bese chicas hasta el amanecer y al fin partí a mi casa.

¡Lástima!, la primita de Marcos era hasta bonita pero estaba muy loca.

P.D: Se que mi final anterior les consterno, pero deben entender que era el final adecuado para la historia! gracias por los comentarios y valoraciones. Carolinas9, tu lo viste venir jaja, me agradan mucho tus comentarios. gracias a todos, espero disfruten este nuevo relato.