Dspedida de soltera original

Unos dias antes de mi boda, mi novio y su familia me ofrecieron una fiesta de lo mas original.

Despedida de soltera original

Me llamo Puri, tengo 38 años y unos días antes de casarme en Febrero de hace exactamente diez años, me pasó algo extraordinario que deseo contar a todo el mundo por lo feliz que me sentí, pero antes quiero poneros en antecedentes. Soy de una familia adinerada, educada bajo la austeridad de la religión católica, donde el sexo es un pecado mortal, lo que no impidió que perdiera mi virginidad a los 17 años con un chico de mi edad, con más pena que gloria. Ramiro, mi actual esposo, es un hombre también procedente de una familia muy rica, concretamente del mundo financiero muy conocido en España, (que por razones obvias no voy a desvelar), y siempre me respetó; me tocaba las tetas y el chocho en el cine y yo le hacía unas cuantas pajas para calmar su furor sexual, pero jamás hubo penetración aunque por supuesto se que a mis espaldas se follaba a cuantas chicas se le ponían a tiro, que eran muchísimas, atraídas sin duda por su dinero. Nuestro noviazgo de mas de ocho años, se basaba en visitas a museos, cócteles de amigos y familiares, algún que otro baile y el cine que a ambos nos entusiasma, pero de sexo, apenas lo catábamos, ni siquiera hablábamos de ello. Hasta que llegó el día de mi cumpleaños, (tres días antes de la boda). El caso es que Ramiro llevaba bastante tiempo atrás diciéndome que el regalo que me tenía preparado me iba a sorprender bastante y además aprovecharíamos la ocasión para celebrar una pequeña fiesta familiar que se parecería a una despedida de solteros de los dos al mismo tiempo. Durante toda la semPuri anterior a la fiesta la familia de Ramiro, no hacía mas que cuchichear a mis espaldas cada vez que me veían y se sonreían como si todos conocieran el secreto menos yo. Por más que intenté sonsacar algo a la hermPuri menor de Ramiro, Pamela, una chica de 20 años con la que me llevaba bastante bien, no logré mas que frases como: "Ya verás, ya, como te va a gustar", "va a ser algo fabuloso, ya lo veras", etc. etc. Por fin llegó el día señalado, 15 de febrero. Mi cumpleaños y la fiesta que me tenían preparada. A las nueve de la noche, vestidos de etiqueta, un chofer nos llevó a Ramiro y a mí a un hermoso chalet que la familia de mi marido tiene en Aravaca, un pueblo muy cercano a Madrid. Fuimos los últimos en llegar porque toda la familia de mi entonces futuro esposo estaba allí, que no paraban de felicitarme y felicitarnos muy efusivamente. Estaban los dos hermanos mayores de Ramiro, Juan y Esteban, con sus respectivas esposas Natividad y DiPuri ; sus dos hermPuris, Adela, una mujer hermosísima de 29 años, con su esposo Manuel, también muy atractivo, y Paloma de la que ya os he hablado y su novio Luis . Esas eran las personas que yo conocía muy bien y me sorprendió bastante no ver a los padres de mi novio sobre todo viendo que el chofer que nos acababa de traer si parecía estar invitado a la fiesta. En el jardín se sirvió una cena muy abundante constantemente regada por vino de jerez y después pasamos todos a un amplio salón que ocupaba toda la planta baja del edificio, (unos 80 metros cuadrados), pero en el que extrañamente no había mas que un mueble, un amplio sofá muy cerca de una especie de plataforma preparada para teatro o música, y en el suelo alfombrado por completo, solo se veían multitud de cojines. El chofer era el encargado de servirnos las bebidas, dulces y cPuripés en una bandeja. Yo estaba en primera fila, sentada en el sofá rodeada por todos los varones y un poco mas retiradas las mujeres, todos ellos sentados en el suelo. De pronto se apagó la luz y se encendió el escenario al mismo tiempo que sonaba una música muy melodiosa. Aparecieron tres mujeres muy guapas y muy bien dotadas de curvas que ejecutaban la danza del vientre pero quitándose un velo del vestido a cada compás. En menos de dos minutos las tres mujeres estaban ataviadas únicamente con un diminuto tanga que era incapaz de ocultar sus vellos púbicos que sobresalían desafiantes por todos lados ante el jolgorio y silbidos del personal masculino. Juan, al verme la cara de desencanto me dijo:

"Tranquila pequeña ahora viene algo para ti".

Y efectivamente, apareció el hombre mas hermoso que yo había visto en mi vida. Un mocetón de 1.90 de estatura que llevaba por toda vestidura un pantalón vaquero, mostrando un pecho fornido, unos brazos enormes y una cara preciosa de color moreno claro. Era un atleta y se movía a un ritmo frenético moviendo las caderas alrededor de las bailarinas enseñándonos a todos el fenomenal trasero del que era poseedor. En un momento determinado, los cuatro bailarines se juntaron como una piña y la música cesó. Algo iba a suceder y algo se mascaba en el ambiente; todos estábamos a la expectativa y en unos segundos ocurrió: rápidamente las bailarinas se separaron del joven llevándose consigo una el cinturón, otra el pantalón vaquero y la última sus calzoncillos y allí en medio alumbrado por las luces del escenario quedó solo encima de una pequeña esfera que se movía muy despacio para que todos los presentes pudiéramos contemplar la maravilla que ese hombre tenía entre las piernas. La voz en off del chofer nos informó a todos:

"señoras ante ustedes David que llegará hasta 26 en unos instantes".

Fláccido como estaba y efectivamente lo que le colgaba entre las piernas debía medir unos 18 centímetros. Las bailarinas se arrodillaron y lamían el falo de forma alternativa sin que la plataforma dejara de girar de tal manera que veías la felación desde todos los puntos de vista posibles y a cada vuelta el fabuloso cipote iba creciendo y creciendo y engordando y engordando al son de la música melodiosa que de nuevo estaba sonando. Al rato la plataforma se paró frente a mí y de nuevo los cuatro formaron una piña de la cual lo único que veíamos era que las bailarinas habían perdido el tanga y mostraban su sexo desnudo, hinchado y abierto, brillantes por su lubricación, fruto sin duda de la excitación del momento. Silencio absoluto, todos esperando ver al jovencito en su mayor esplendor. Y así fue; pero esta vez la plataforma no se movió cuando las bailarinas se separaron y los focos se quedaron fijos en él. Sin duda alguna el espectáculo era sobre todo para mí. Una formidable estaca, dura como el acero, ,muy larga, larguísima, y gorda, muy gorda, apuntaba al techo mientras el joven con mucha lentitud se la meneaba sin dejar de mirarme a los ojos. Un redoble de tambores anunciaba algo, pero qué, me preguntaba. Allí tuve la respuesta: unos torrentes de semen salieron disparados de aquél cañón monstruoso dirigidos hacia mí; intenté esquivarlos pero cuatro brazos me lo impidieron; gotas y mas gotas que quemaban como la brasa, se posaron en mi rostro, en mis labios, en mi escote, en mi pelo, al mismo tiempo que la voz en off exclamaba:

"Querida Puri mister 26 es para ti." .

Todos se habían levantado y aplaudían mirándome y gritando:

  • "fóllatelo", "fóllatelo", "fóllatelo"

y Ramiro era uno de los que más gritaban. Cuando quise darme cuenta el atleta me estaba besando en la boca y tocándome las tetas y el culo, bajándome las bragas, palpándome el sexo humedecido de placer y yo completamente paralizada, estaba muy, pero que muy cachonda, llena de jugos, lubricada como en mi vida, y David me tumbó en la inmensa cama en la que se había convertido el sofá por arte de magia, se agachó abriendo al máximo mis piernas y comenzó a lamerme lentamente mi húmedo sexo. Su lengua me quemaba, de mi sexo no paraban de surgir fluidos que él devoraba con verdadero placer y lo mas extraordinario era que aunque sabia que todos nos estaban mirando no me importaba, yo allí tumbada boca arriba, totalmente vestida aunque sin bragas, espatarrada y siendo lamida por un hombre totalmente desconocido y oyendo los aplausos de todos los allí reunidos. ¿Cuantos orgasmos tuve?, no lo sé; muchos, muchísimos y la noche no había hecho mas que empezar. Segundos después estaba completamente desnuda abierta de piernas esperando ser penetrada por esa barrena que ahora si que la veía en toda su potencia y plenitud. No tuve miedo, solo deseo, un deseo indescriptible de que ese inmenso falo me penetrara. Sentí como su cabeza morada se abría paso en mi vagina. Noté cómo se dilataba mi cueva dando paso a esos 7 gruesos centímetros casi imposibles de engullir, un pequeño empujón y cinco centímetros quedaron enterrados en mis entrañas llenándome toda; le agarré con ambas manos la base para que no me la metiera por completo y entonces dio el empujón definitivo. Dios mío qué placer, mas de 20 centímetros de grueso pene taladraban lo mas profundo de mi cueva que de inmediato se llenó de jugos que facilitaban la invasión del intruso. Mis manos que agarraban fuertemente el cirio en su base se me escurrieron debido a los jugos que fluian al exterior y fue entonces cuando sentí la arremetida de sus bolsas peludas en la entrada; ¡ Ostias, la tenía dentro hasta las bolas!. Nunca creí que tanta barra de carne pudiera entrar en mi vagina. Aquí me llegó de inmediato otro orgasmo. Estaba saliendo de él, cuando oí que Ramiro tirado en la alfombra a mi lado, me susurraba al oido:

  • ¿Cariño, estás disfrutando?

  • Uhhh, Uhhhhh, Uhhhhh

No pude decir más pero él entendió perfectamente que yo estaba en la gloria.

-"Cariño, David solo es el aperitivo, hay otros hombres ansiosos que irán acercándose para follarte, para ello las señoras se están esforzando en mantenerlos excitados. Se que tomas la píldora y te garantizo que todos estamos muy sanos y no vamos a pegarte ninguna enfermedad sexual, por eso no usamos condón, no nos gusta. Que lo disfrutes mi amor".

Mientras me largaba toda esa perorata eché un vistazo a mi alrededor. Efectivamente todos los hombres estaban desnudos esperando su turno; cada uno tenía a su lado a una mujer desnuda que le meneaba la verga, pero cada oveja no estaba con su pareja porque estaban formadas así: Luis, novio de Paloma, con Natividad esposa de Juan; Esteban, marido de Diana, con Adela, la hermana mayor de Ramiro y esposa de Manuel; Manuel, a la sazón esposo de Adela, con Diana, mujer de Esteban; y Juan, marido de Natividad y Ramiro eran atendidos por la solícita Paloma que tenía ocupadas las dos manos. Otro orgasmo me invadía por las maravillosas embestidas de David cuando se acerco a mi oido:

"voy a sacarla para correrme en tus tetas".

Y así lo hizo, sacó su pene brillante y húmedo empapado de mis jugos y comenzó a correrse por mi cara, mi pelo, mi cuello, mis tetas y encima del tupido pelo ensortijado en forma de bonito triangulo que yo tenía a la entrada de mi sexo. Las estrellas volaban a mi alrededor ante la explosión de esperma que llenó todo mi cuerpo, temblaba como hoja al viento, mis piernas no me respetaban, mi corazón dejó de latir, mi respiración se aceleró, caí en un sopor maravilloso. Creí que nunca más iba a tener otro orgasmo igual. Pero me equivocaba, esa noche tendría muchos mas y mucho mas intensos. En cuanto se levantó David otro hombre se me acercó; al principio no lo había reconocido, pero enseguida vi que se trataba de Juan, el mayor de los hermanos. Mi futuro cuñado sabia acariciar muy bien y besaba con mucha delicadeza, me estrujaba las tetas, pellizcaba con suavidad mis pezones y no tenía ninguna prisa por penetrarme. Me hizo dar la vuelta y cuando me tuvo boca abajo comenzó a lamerme la zona entre la vagina y el ano y casi me desmayo de placer. Su lengua se metía por todos los recovecos incluido mi ano que aceptaba la caricia de muy buena gana. Alternaba su lengua con un dedo primero y luego con dos que me los introducía con mucha suavidad rodeando con ellos el contorno de mi anillo, lubricándolos con algún aceite o crema que sacaba de una cajita. Jamás imaginé que unas caricias como esas en el ano pudieran dar tanto gusto.

"Tienes un chochito delicioso, me dijo, pero yo prefiero enterrar mi polla en tu culito, ¿te importa?".

Iba a decir que nunca antes me habían dado por ahí pero comprendí que si estaba decidido a darme por el culo, iba a darme por el culo, así que no dije nada y esperé la acometida. Un agudo dolor me indicó que su enorme bellota roja había perforado mi puerta trasera y pegué un bote;

"tranquila, Puri, relájate y verás que rico".

Y de un fuerte empujón me la metió hasta el fondo haciendo caso omiso de mis gritos:

  • "Por Dios, sácamela que me duele mucho"

  • "relájate Puri, que ahora llega lo mejor, ahora vas a saber lo que es placer de verdad".

Y comenzó un mete y saca, saca y mete que me fue produciendo poco a poco un placer que iba en aumento a medida que bombeaba mas y mas. Ya no pude disimular mas, asombrada me oí gritar las mayores obscenidades que había dicho jamás:

  • ¡¡OHHHH, sí, fóllame el culo, SIIIIIIIIIII, OHHHHHHH qué bueno, qué rica polla, cómo me gusta, OHHHHH, dame por culo, así, sigue asíiiiiiiiii, Dios, qué gusto, métemela toda así, que bien, me encanta cómo me estas enculando, sigue , sigue así, es maravilloso, divino, me COOOOOORRRRRRRRRROOOOOOOOO, DIOSSSSSSSSSSSSSS....

Y él me acompañaba:

Toma mi polla, tómala toda, ¿te gusta sentirla dentro?, pues toma, toma polla, ¡joder que culito más tierno, cómo aprieta mi polla, qué delicia Dios, ¡ que culazo!, cómo absorbe mi cipote, que delicioso culito, OHHHHHHHH, me corroooooooo...

Sentí su deliciosa crema tibia inundar las profundidades mas recónditas de mi cuerpo, mientras mi culo palpitaba apretando la verga que furiosa y encabritada escupía gotas de néctar blanco hasta que poco a poco fue aflojando y se salió sola de su estrecho escondite. No dejó que los hilillos de semen se perdieran por la alfombra; metió de nuevo su lengua en el enorme hoyo en el que se había convertido mi ano y estuvo lamiendo todos los fluidos que escapaban del interior. No puedo decir que me dejó seca porque seguía completamente empapada cuando se levantó.

A continuación, Luis, el novio de Paloma vino hacia mí y mientras me tocaba a conciencia las tetas y besaba el lóbulo de la oreja derecha me decía al oido con una voz excitadísima:

-Preciosa, ponte de rodillas que vas a mamarme la polla.

Todo era nuevo para mí; yo no sabía cómo se debía chupar una polla y durante unos segundos me limité a dejarla entrar y salir hasta que Luis me fue dictando y le seguí al pié de la letra:

"Sujeta mis pelotas en la mano izquierda y la polla en la derecha. Apriétala poco a poco hacia abajo en dirección a la base del mango y disponte a chupar". "Recorre tu lengua sobre tus labios para tenerlos listos y húmedos y mírame a la cara. Quiero mirar como me chupas. A los hombres nos gusta mirar como una bella mujer nos chupa la polla. Ahora abre tu boca ligeramente para excitarme y acércate junto a mi polla. Respira en ella, sóplale con tu aliento caliente." "Saca tu lengua de nuevo y tócame, atorméntame. Asegurándote que tu lengua está goteante de humedad, comienza en la base de mi mango y lame hacia arriba, lentamente. Gira tu cabeza de lado y simula morderme, suavemente colocando tus dientes en la carne. Humedécelo de nuevo con tu lengua y usa tu mano para esparcir el líquido alrededor si es necesario." "Una polla húmeda se ve más cachonda que una seca. Tu izquierda entretanto está tocando mis pelotas, quizás arañándolas ligeramente con tus uñas. Puedes también querer buscar debajo y detrás de las pelotas para encontrar ese área tan sensitiva justo antes del ano, o incluso pasar tus dedos sobre mi agujero muy levemente. Ya que el músculo que causa la erección comienza ahí atrás, esto producirá una reacción en mi polla. Después que hayas lamido el mango un montón de veces y esté todo húmedo y duro, comenzaré a retorcerme con frustración si no comienzas a tomarlo en serio. Una rápida mirada a mi cara para verme languidecer de gusto. En uno de tus balanceos hacia arriba con tu lengua, lame desde la base de mi mástil al borde del capullo, no te detengas. Continúa tu larga, húmeda lamida sobre la punta de mi polla, insistiendo en el agujero del centro. Mantén tu lengua en él, si puedes, pero no chupes su cabeza aún. Ahora recorre con tu lengua el borde del capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por la piel tierna encarada hacia ti. Aquí es donde la mayoría de los hombres somos más sensibles. Pero no todos los hombres! Hay una cosa que una buena chupadora de pollas tiene que aprender a hacer, tan pronto como estés cómoda, que es: Hacer preguntas sobre cómo le gusta a tu hombre que le lamas la verga. Cada hombre es único, y también su polla. Estruja el mango y mira cómo brota un líquido claro. Baña tu lengua en él y espárcelo. Se extenderá contigo y me pondrá aún mas cachondo. Ahora, muestra cómo te gusta la sustancia. Acércate a la cabeza de la polla como si fuese un helado de crema de chocolate y mete todo el capullo en tu boca caliente. Manténlo allí. Escúchame gemir. Ahora baja rápidamente y mete tanta polla como pueda caber dentro de tu boca. No temas, no te ahogarás. Si doblas tu cuello de la manera correcta, puedes meterla limpiamente en tu garganta. Permanece así, con la polla dentro de tu boca, durante un momento. Siéntela dentro tuyo. Esto puede ser al menos tan exquisito como tenerla en tu coño. Crece en ti. En este momento puedes hacer varias cosas. Esta es una de ellas: Deslízala hacia atrás hasta el extremo de la polla y chasquea tu lengua contra ella. Sentiré un hormigueo ahora, queriendo profundizar más en tu garganta. Pero no me dejes imponerme. Si lo hiciera, me correría en dos minutos y esto no es divertido. Moviéndote tan rápido como yo pueda aguantar (no me dejes correrme aún), deslízate arriba y abajo por mi polla como si estuvieras follándola. Ahora frena por favor, estoy a punto de correrme y eso no es bueno aún. Si no puedes introducirla hasta el final, puedes engañarme un poco usando tu mano derecha para completar la sensación de tragártela a fondo. Parecerá como si te la hubieses metido por completo en tu boca y hasta me lo parecerá. Puedes también deslizar tus dedos, moviéndolos en forma de O alrededor de mi picha, arriba y abajo con el ritmo de la chupada. Además de sólo meter la polla en la boca, puedes mamarla que es bastante diferente. Hay mamadas profundas y pequeñas y ambas sientan condenadamente bien. Tomando tan sólo el glande en tu boca, mámamelo como si fuera un pezón o un chupete. Ahora vamos a cambiar: toma la polla completa y la mamas todo el tiempo hacia arriba como si fueras un aspirador y después abajo y lo haces de nuevo, mamando hacia abajo también".

"Aquí hay una cosa importante que debes saber: Cualquiera de estos movimientos sentirán bien las primeras pocas veces o más, pero tras un rato, es como si la polla se vuelve inmune al sentimiento. Cuando notes esto, es el momento de cambiar al siguiente juego. No querrás que la polla se vaya a dormir." "La quieres constantemente estimulada, casi, pero sin llegar, al punto del orgasmo. Que es justamente donde estamos ahora. Tienes una furiosa erección en tu mano derecha y unas pelotas algo tensas en tu izquierda. Échate atrás y obsérvalo, no es bello? Lleva tu mano derecha a la base de la polla y aprieta allí. Esto provocará que el mango se llene y espese, y ahora el capullo estará brillante y suave." "Continúa manteniendo la polla en tu boca y chupa y prueba todos tus movimientos variados hasta que sepas que no puedo soportar más. Lo que hagas ahora es entre tú y yo . Algunas mujeres prefieren mirar porque es muy emocionante ver salir la leche a borbotones. Es asombroso cuanta cosa sale y lo lejos que puede llegar el disparo. Si quieres mirar, lo sentirás venir con tu mano derecha y sabrás cuando apartarte. Puedes incluso intentar coger algo con tu lengua si eres rápida. Puedes querer tragarlo, algunas muchachas lo hacen, y a montones de chicas les gusta saborearlo antes de tragarlo. Ten cuidado de retroceder un poco cuando estalle o si no te atragantarás y esto no es muy romántico. Cógelo en tu boca, mantenlo allí y después lo tragas. Otra solución, y esta también es bonita, es dejar los tibios, maravillosos jugos derramarse en tu boca y entonces deslizarlos alrededor de la ya húmeda polla. ¡La hace tan escurridiza y deliciosa de tocar! Querrás recorrerla con tus manos, sintiendo la polla dura hacia arriba, esparciendo la reluciente leche sobre el capullo. Esto también crea una estupenda imagen sensual."

"Y ahora cariño, piénsatelo durante un par de segundos porque voy a correrme, ya me corrooooooo, sí, ya me viene, ya me corro, me corroooooooooooooooooooo..."

Me pilló de sorpresa y espantada aparté mi boca, aunque en realidad estaba deseando saborear este semen que tantas lamidas me había costado. Mientras mi cerebro me decía que tenía que saborear y tragar esperma miré asombrada cómo salían disparados largos hilos de liquido blanco y espeso e intenté alojar alguna de sus gotas entre mis labios pero era tanta la fuerza de los borbotones que se escapaban mucho más allá de mi persona y acababan lastimosamente perdidos en la alfombra. Después de varias sacudidas los borbotones se convirtieron en pequeñas gotas que se escapaban del pene aún erecto; sin pensármelo dos veces me lo metí de nuevo en la boca y aspiré y lamí las pocas gotitas que aún salían tímidas al exterior; fue en ese momento cuando se oyó el mayor aplauso de la velada; al parecer había sido la mayor mamada que todos ellos habían contemplado. Sin dejarme llevar por los aplausos, seguí lamiendo hasta asegurarme de que la polla estaba totalmente seca y fláccida, sólo entonces solté a mi presa con un enorme deseo de comerme enseguida otra hermosa polla.

No tuve que esperar demasiado. Manuel y Esteban se acercaron con sus pollas tiesas y se colocaron delante y detrás y empezaron a besarme los dos a la vez, uno en la boca y el otro en el cuello mientras frotaban sus penes endurecidos en mi carne caliente. No se quien de los dos habló:

  • Bomboncito mira nuestras pollas y elige cual te comes y cual te folla el chocho sin remordimiento alguno porque a lo largo de la velada cambiaremos nuestros puestos.

Me tumbé de lado y agarré la verga de Manuel que era bastante más estrecha que la de Esteban y me la metí en la boca, mientras elevaba mis piernas para dejar al descubierto mi húmedo coño que esperaba ser follado como se merecía. Segundos después la polla de Esteban salía y entraba de mi chumino con una fuerza inusitada llegando al fondo de mis entrañas, mientras yo me relamía de placer con el exquisito caramelo de carne calentita que tenia entre mis labios. Esteban jodía mi coño a una velocidad increíble, mientras me soltaba un montón de obscenidades que lo único que conseguían era ponerme mas cachonda todavía. Sus cojones eran los mas gordos y peludos de cuantos allí había y excitaban mi clítoris cada vez que su polla se hundía en mi vagina produciéndome unos espasmos de placer imposible de ser descritos de una forma entendible; sólo os puedo decir que a cada roce de esos huevazos en mi botoncito, un rayo eléctrico cruzaba mi espina dorsal recorriendo todo mi cuerpo hasta llegar a lo más hondo de mi coño. Pero a pesar de todo yo no perdía la concentración mamando la exquisita verga que palpitaba en el interior de mi boca. Repetí uno por uno los pasos que me había enseñado Luis, pero Manuel no tuvo tanto aguante. Cuando iba a empezar la segunda parte de la mamada, cuando tenía la polla lo más adentro de mi garganta, sentí fluir con una tremenda fuerza los borbotones de esperma que casi me ahogan; me retiré un poco, no demasiado, para que la verga se posara en mi lengua donde llegaban ráfagas de rico semen que yo hacia pasar por mi paladar deleitándome con su sabor antes de tragármelo. No sé porque dicen que es asqueroso, que sabe mal, a mí esa tibia crema me encanta y estaba dispuesta a beberme hasta la ultima gota de éste y de todos los machos allí presentes. Amablemente se retiró Manuel para que yo disfrutara al máximo de la espléndida jodienda que me estaba propinando el bestia de Esteban. Durante al menos diez minutos más su potente rabo estuvo perforándome ampliando el surco de mi raja al máximo no por la anchura de su pene, que era de por sí bastante grueso, sino por las tremendas embestidas que me propinaba. Lleno de sudor, su olor a macho me excitaba hasta límites insospechados y grité todo lo más que pude para que todos se enteraran de que me estaban jodiendo como a mi me gustaba, me estaban follando muy duro, con muchas ganas y cuanto más fuertes eran sus embestidas mas me gustaba. Pero la felicidad no es eterna, con profunda tristeza comprobé que Esteban se quedaba quieto, tenso, bufando, babeando, mientras el chorro más caliente y potente de cuantos había recibido hasta el momento, frotó con fuerza contra la pared del fondo de mi vagina esparciéndose por todos los rincones y saliendo por los lados del cipote que los expulsaba que parecía un manguera descontrolada soltando montones de fluidos por todas partes. No se retiró de mí ni su polla se desinfló hasta que la última gota de sus cojones quedara dentro de mí.

Entonces y solo entonces desperté de mi letargo maravilloso. No podía ser tanta felicidad, todo esto que me estaba pasando no podía ser verdad. ¿Esto era el sexo tan perverso?, ¿esto era el pecado mortal?. Pues bendito el pecado y benditos los pecadores que tanto me hacían gozar. Lo único que tenía de mortal era el éxtasis de placer en la que terminaban todas las maravillosas corridas.

Después de haber sido jodida tan deliciosamente por Esteban, nos tomamos un respiro, me facilitaron un albornoz y me fui a la ducha. Lo necesitaba y los chicos también lo necesitaban pues tan solo eran las 2 de la madrugada y al parecer después de comer algo seguiríamos con la fiesta sexual hasta el desayuno. Una hora después, una vez que todos nos habíamos duchado, comido y bebido lo suficiente, continuamos nuestra fiesta particular, Para ir calentando el ambiente, las chicas que nos habíamos vestido para la comida, hicimos un calentísimo streptease delante del personal masculino. Una vez completamente desnudas fueron los chicos los que se desnudaron al mismo ritmo musical hasta que vimos con alboroto que sus espadas radiantes y desafiantes estaban completamente desenvainadas y dispuestas para el combate que les esperaba. Me acerqué a Ramiro porque creí que le tocaba a él gozar de mis encantos, pero ante mi sorpresa me dijo:

"Lo siento cariño, la protagonista eres tú, a mi no me tendrás hasta la noche de bodas, pero no te preocupes porque te van a tratar de maravilla".

Un poco apenada por las palabras de Ramiro, me retiré un momento al baño con la excusa de hacer pis, para llorar un poco a solas. Unos diez minutos mas tarde pasado el sofoco abrí la puerta del baño y allí plantado me encontré con el chofer, completamente desnudo y con la polla en la mano.

  • "Yo también tengo que darte placer, y aquí estoy, zorrita".

Me quitó el albornoz que era la única prenda que llevaba puesta y me dio la vuelta de cara al lavabo y frente a un enorme espejo. Su actitud violenta no me gustó en absoluto e intente liberarme de él pero era demasiado fuerte para mí. Con una mano me aplastó la cara contra el espejo y con la otra me tocaba el coño y aunque sus maneras fueron bruscas, de inmediato mis jugos vaginales me jugaron una mala pasada porque enseguida lo notó:

" ¿Estás caliente verdad putita; estás deseando que te meta la polla en el culo verdad?; verás cómo te gusta zorrita, yo si que sé dar por el culo a una putita caliente como tú."

Y cada vez que decía la palabra "zorrita" o "putita" mojaba mas mis partes, más cachonda me ponía. Me relajé todo lo que pude para ayudar a que la polla me penetrase sin demasiado dolor y ante mi sorpresa no solo no sentí dolor en absoluto sino que me encantó la forma en que el muy bestia me perforó el ano. Fue una embestida brutal pero sentí un escalofrió de placer infinito, sus 22 centímetros se colaron hasta el final en mi estrecho agujero que se abrió sin contemplaciones ante tal envite igual que entra el cuchillo caliente en la mantequilla, a pesar de que su grosor no desmerecía en nada al de la herramienta de Esteban que tanto placer me había dado. Mi culo era mas tierno que la mantequilla y su polla calentaba más que la mas caliente de las dagas. Y para mayor deleite a cada empujón de su picha uno de sus dedos se incrustaba en mi coño y otro dedo me masajeaba el botón del placer por lo que de inmediato un reguero de jugos vaginales inundaron mi cueva de amor, como la lava de un volcán. Su bombeo iba in crescendo a medida que pasaban los minutos y mis orgasmos se sucedían uno tras otro hasta que sentí la gran explosión en lo más profundo de mis entrañas. Como siempre que el líquido blanco, tibio y espeso entraba en contacto con mis carnes al rojo vivo, un relámpago de placer recorría todo mi cuerpo desde la espina dorsal hasta el rincón más escondido de mi coño. Nos quedamos así, uno encima del otro dejando que el placer nos consumiera hasta la inevitable flaccidez y su consiguiente escape del pene del agujero donde estaba retenido. Como siempre, disfrutaba de ese momento mágico de sentir escurrirse entre mis muslos el reguero de esperma que terminaba en el suelo junto a mi excitadísimo clítoris.

Momentos después estábamos los dos sentados uno al lado de otro charlando como dos buenos amigos; me reveló que no era el chofer de Ramiro sino su tío Javier, hermano de su madre y que había sido invitado por Ramiro como siempre lo hacía cada vez que había una fiesta de este tipo. Ya no le veía como el bestia que con tanta violencia me había sodomizado, sino como un hombre muy atractivo y encantador que no dejaba de acariciarme las tetas mientras conversábamos. De vez en cuando nos dábamos un largo beso entrechocando nuestras lenguas que me ponían calentísima; yo por mi parte no dejaba de tocar su pene que hacía bastante tiempo ya que palpitaba muy duro y caliente entre mis dedos. Me tumbó boca arriba, esta vez con mucha delicadeza, levanto mis piernas por encima de sus hombros y besando mi boca restregándome la lengua con la suya, fue introduciendo su polla en mi encharcado chocho hasta que sus escrotos chocaron contra los labios mayores. Entonces comenzó a bombear a golpe de riñón sacando y metiendo, metiendo y sacando esa barra de carne que arañaba las paredes de mi coño produciéndome un dulce placer que crecía más y más a medida que aumentaba el ritmo de la jodienda. Uno, dos y un tercer orgasmo tuve uno detrás de otro durante el coito y el cuarto y último justo después de sentir los chorros de semen casi a la altura del útero, cuando mas adentro tenía su verga. Apretó todo lo más que pudo para que yo sintiera su polla lo mas incrustada dentro de mi coño, mientras soltaba grandes cantidades de su néctar que me transmitía un enorme placer mientras todo mi cuerpo se relajaba disfrutando de tan exquisito momento. Cuando desenfundó todavía su pene palpitaba semierecto soltando las últimas gotas que no quise que se perdieran, me lo metí en la boca y saboreé los últimos rescoldos de la gran corrida. Estuvimos descansando unos minutos sin dejar de besarnos y acariciarnos y después de lavarnos y secarnos juntos en la ducha, volvimos agarrados de la mano hasta el salón.

Al parecer nadie nos había echado de menos. El espectáculo que observamos era de lo mas excitante por lo morboso y sublime del cuadro:

Adela, tumbada boca abajo, mamaba las vergas de sus hermanos Esteban y Juan al mismo tiempo que agazapada entre sus piernas su hermana Paloma le comía el coño y detrás de esta, su hermano, mi futuro esposo, follaba el chocho de Paloma de una manera bestial.

Era un espectáculo muy erótico ver a los cinco hermanos entregados por entero al incesto en su más pura acepción. A los lados del quinteto se situaban Luis y Manuel meneándose las vergas y un poco más allá Natividad y Diana formando un extraordinario sesenta y nueve se lamían los tarritos de miel . Los jadeos, gemidos, gruñidos, bufidos y todo tipo de sonidos eróticos inundaban la sala y era imposible mantenerse ajeno a la situación. Javier de inmediato se situó detrás de Diana que es la que estaba encima de Natividad y previo permiso de ambas comenzó a bombear con su polla el grandioso culo de aquélla mojándola previamente con la saliva de esta última. Por mi parte, agarré a los que se la meneaban como locos y les pedí que me hicieran un emparedado que era algo que aún no había probado. Segundos después una grandiosa polla horadaba mis esfínteres mientras otra polla aún mas gloriosa entraba y salía de mi coño muy bien sincronizadas; cuando una polla se ponía en movimiento, la otra se mantenía parada y a la expectativa. Así, siendo follada simultáneamente por el culo y por el chocho por esos dos bravos cipotes, me encontraba en la gloria admirando al mismo tiempo las actuaciones de los demás componentes de la obra que allí se representaba. En ese momento las pollas de Esteban y Juan soltaban su precioso tesoro en la boca de Adela que lo bebía con ansiedad y gran contento como si del mejor champán se tratara. Por los formidables gritos de Paloma, que por un instante había dejado de lamer la almeja de su hermana, supe que Ramiro se estaba corriendo en el interior de su chocho y al parecer la corrida era monumental ya que se veían regueros de esperma salir de la hendidura para perderse en la alfombra, mientras él babeaba de placer encima de su cuello. El trío de Nati, Javier, y Diana había cambiado, ahora era Diana la que estaba abajo siendo lamida por Nati y ésta estaba siendo maravillosamente enculada por Javier que se divertía sacando con mucha lentitud toda su polla del culito para de un solo empujón metérsela hasta los huevos, repitiendo esta operación muchas veces, siendo del agrado de Natividad que no podía evitar gemir al mismo tiempo que su lengua investigaba los rincones mas escondidos de la rajita de Diana. Mis dos émbolos no dejaban de taladrar mis agujeros en un perfecto compás hasta que se corrieron casi al mismo tiempo llenando mis depósitos de ese combustible tan exquisito. Cuando el quinteto y nuestro trío hubo terminado, nos deleitamos comprobando la fenomenal enculada de Javier sobre Natividad que ya no se ocupaba de su hermana, que se aliviaba ella solita con dos dedos, sino que estaba gritando como loca debido a la formidable polla que entraba y salía de su ano a una velocidad y con una fuerza brutal que yo tan bien conocía. El monstruoso falo había distendido hasta la exageración el antes estrecho conducto y lo taponaba por completo pareciendo que llegaba hasta la misma garganta de la pobre chica que no cesaba de gritar que quería más y más polla en su culo dolorido. Por fin, cayó como desmayada encima de su hermana, relajada y disfrutando de un orgasmo fenomenal mientras de su culo, aún taponado por el rabo de Javier, salían regueros de semen mezclados con sangre. La habían destrozado el culo y sin embargo en su cara se reflejaba una cara de felicidad infinita. Los diferentes cuadros eróticos que siguieron hasta las ocho de la mañana fueron siempre en tríos y quintetos pero respetando siempre la regla de que Ramiro no podía gozar de mí ni yo de él. Acurrucada en la cama, dolorida, muy cansada pero también muy satisfecha, antes de dormir hice un recuento de las veces que los chicos se corrieron conmigo. Los números que me salieron pueden dejar boquiabierto a cualquiera:

Entre todos se corrieron nada mas y nada menos que ¡! doce veces!!

Doce corridas son muchas corridas, de las cuales siete fueron en mi boca, pero sólo cuatro de ellas fueron autenticas mamadas, en el resto, mi boca sólo había sido el receptáculo donde fueron a parar los líquidos de las corridas procedentes de penetraciones Puriles o vaginales y de alguna que otra paja. Mi chochito fue inyectado de semen tres veces y mi culo lo fue en cuatro ocasiones.

Si tenéis en cuenta además que el resto de las mujeres también fueron convenientemente regadas, podéis haceros una idea de la potencia sexual de los varones de esta familia.

Unos pocos días más tarde me casé y en mi noche de bodas Ramiro me folló por todos los agujeros cuantas veces quiso, esta vez no las conté, pero fueron muchas. Desde entonces le he sido siempre fiel. Solemos hacer intercambio o intervenir en alguna que otra orgía al menos una vez al año, pero siempre los dos juntos; nunca le he puesto los cuernos sin su consentimiento.

En lo único que le he mentido y espero que nunca sepa la verdad, es que el no sabe que una semana antes de la fiesta había dejado de tomar la píldora y que nuestro hijo se parece mucho a mí, pero tambien a cualquiera de los hermanos. De lo único que estaba segura era de que el padre no eran ni Juan ni Ramiro; el primero porque sólo me la metió por el culo, y el otro porque esa noche no me folló.

La historia aquí contada es verdadera y está contada en toda su crudeza; lógicamente los nombres, lugares, fechas están cambiados pero el núcleo central de la trama el parentesco y el numero de participantes son exactos.

Purificacion

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