Dos vecinos, dos amigos (1)
Un tributo libre a un relato que leí hace tiempo (Pepa, su hijo y yo). Es como digo una adaptación libre de ese relato que tanto me gustó.
DOS VECINOS, DOS AMIGOS (I).-
Esta historia trata de cómo mi amigo Luís, su madre, Almudena, mi madre, Clara y yo llegamos a mantener relaciones.
Mi madre y yo formamos una familia de dos personas. Mi padre murió víctima de un accidente de tráfico por culpa de un conductor borracho. Como era hijo único sólo quedamos mi madre y yo. Gracias a la indemnización por el accidente y la pensión de mi padre vivimos desahogadamente. Aparte de eso, mi madre trabaja en un instituto de bachillerato.
Si no fuera porque no es para nada una persona religiosa, sería el prototipo de beata d misa diaria. Viste de forma muy clásica, sin que se aprecien para nada las formas, a pesar de tener un buen cuerpo, ya que la he visto en ropa interior y en bañador (no usa bikini). Tiene actualmente 42 años. Es morena, y tiene una talla 95 de sujetador (lo he visto en la ropa sucia de la casa). Suele vestir de oscuro, no se si por una especie de luto o que.
Por mi parte tengo 17 años, me llamo Alberto y soy todo lo normal que puede ser un chico que perdió a su padre con 13 años en las circunstancias en que lo hizo. Soy más alto que mi madre, al igual que ella moreno y si bien me sobra algún kilo, no estoy lo que se dice gordo, ya que practico deporte con frecuencia.
Vivimos en una urbanización de chalets adosados en las afueras de Madrid. Fue una compra después de la muerte de mi padre. Al principio vivíamos en un piso en el centro, pero a mi madre se le hacía muy complicado seguir viviendo en esa casa. Compramos el adosado con la venta del piso e incluso sobró algo de dinero. Mi madre compró todos los muebles nuevos. No quería recordar nada de la otra casa.
La cosa es que en el adosado de al lado vivía una "pareja" como nosotros. En este caso eran Luís, de mi edad, y su madre Almudena, dos años mayor que mi madre. En este caso la causa de que vivieran solos era que el padre de Luís y ex marido de Almudena es un mujeriego que no sabe guardar la polla en su sitio. Casi desde el principio, Luís y yo nos hicimos inseparable, y Almudena y mi madre igualmente hicieron muy buenas migas. Íbamos al mismo colegio y solíamos pasar las tardes juntos, jugando o incluso, a veces, estudiando algo. No apodaron en el barrio Zipi y Zape, ya que además Luís es rubio y yo moreno, como he dicho, de la misma altura, etc. Pero no porque hiciéramos trastadas, a que se puede decir que somos buenos chicos.
La cosa es que cuando más o menos teníamos 14 años nos empezamos a dar cuenta que nuestras hormonas tenían el control sobre nosotros. Nos fijábamos mucho en las chicas de nuestra edad, las mayores y yo incluso en mujeres hechas y derechas, no solo adolescentes.
Una de esas mujeres en las que yo me fijaba era Almudena, la madre de mi amigo Luís. Físicamente es parecida a mi madre, y como su hijo, rubia. A diferencia de mi madre, ella si que se pone ropa ajustada y a veces muy escotada. Eso me ponía a mil por hora. Como es lógico a Luís no le decía nada, pero la vedad es que me encantaba ir a su casa, para poder ver a su madre, que además es muy cariñosa, y siempre te da dos besos cuando vas a su casa poniéndote las tetas en el pecho cuando lo hace.
Una vez con esa edad compramos una revista en la que salen mujeres desnudas, nada del otro mundo, de esas de actualidad en la que unas páginas las dedican a las mujeres. Nos fuimos a mi casa, ya que ese día mi madre no estaba, porque había ido a algo del instituto que le llevaría casi toda la tarde. Subimos a mi habitación y empezamos a hojear la revista. La verdad es que yo era un poco más infantil que Luís, ya que por la educación de mi madre, mis contactos con el sexo opuesto o incluso un desarrollo normal no eran del todo posibles. Yo si que notaba que cuando veía las fotos de las mujeres, la polla se me ponía dura, pero nunca me había masturbado. Luís habló.
-Oye Alberto, ¿nos hacemos una paja?
-Es que nunca lo he hecho.
-Joder, tío, tienes 14 años y todavía no te la has machacado.
-No.
-Bueno, ¿quieres o no?
-Vale.
-Tú haz lo mismo que hago yo.
Se bajó la ropa y empezó a mover su polla arriba y abajo. Yo lo imité. Sentía una sensación nueva, extraña, pero muy placentera. Al cabo de menos de un minuto tuve la primera corrida de mi vida. La verdad es que apenas salió leche, pero es como todo, fue la primera.
Cuando tenía 15 años sucedió otro acontecimiento histórico. Los adosados que ocupamos son penúltimo y último. Mi madre y yo en el penúltimo y Luís y Almudena en el último. Precisamente por ocupar ese lugar tiene más jardín que el resto, que sólo lo tiene en la parte posterior de la casa, pero éste además en la parte lateral libre. Pues bien, este pequeño pedacito de jardín dio para mucho en nuestras vidas, tanto de Luís como mía propia.
Un sábado por la mañana habíamos quedado para ir al centro comercial que queda cerca de la urbanización, pero en el último momento Luís me dijo de no ir, que tenía algo mejor. Yo no sabía a que se refería, pero, claro, él si.
Volvimos a su casa y entramos sin hacer ruido. No sabía que pasaba. Subimos a su habitación que es la que da a la parte lateral. Las cortinas estaban echadas, pero no completamente. Me indicó por señas que guardase silencio y que me acercase a la ventana. Lo que vi me dejó sin respiración. En ese trocito de jardín estaba Almudena tomando el sol en topless, y la parte de abajo que usaba no es que fuese muy grande. Estaba sobre una tumbona, creo que pensando que ni su hijo ni yo podíamos estar cerca. La verdad es que sus tetas son una delicia, y por otra parte eran las primeras de alguien a quien conocía que veía (las desconocidas de la playa no cuentan, aunque a veces te ponen un poco trozo).
En ese momento, Luis se saca la polla del pantalón y empieza a pajearse allí mismo. La verdad es que es un poco fuerte que tu amigo te lleve a ver a su propia madre medio desnuda y que encima se la casque. Como no podía ser de otra manera lo imité. Al cabo de muy pocos minutos los dos nos habíamos corrido como locos. Salimos de la casa sin hacer ruido y nos fuimos al centro comercial. Allí hablamos sobre lo sucedido.
-Joder, Luís, esto ha sido muy fuerte.
-La verdad es que si. Pero no es la primera vez que lo hago. Todos los sábados cuando empieza el buen tiempo mi madre se pone así. Que yo recuerde desde hace 2 años.
-No te ofendas, tío, pero tu madre está que te cagas, si no fuera tu madre
-Tranquilo. Yo soy su hijo y te digo que si pudiese me la follaría.
-Luís!!!
-Vamos, Alberto. No me digas que tú nunca has pensado en tirarte a tu madre.
-La verdad es que no. No da opción. Ya has visto como va. A veces parece una monja.
-La verdad es que si, pero estoy seguro que bajo "los hábitos" tiene un buen cuerpo.
-Hombre. Alguna vez la he visto en bañador y ropa interior, y la verdad es que no está mal del todo.
-Pues sabes que te digo, que me tengo que tirar a mi madre.
-Venga ya! Sabes que no puedes hacer eso.
-Espera y verás.
-No si esperar esperaré, pero ver, lo dudo.
-Hombre de poca fe
La cosa quedó un poco en el aire, hasta que pasados unos tres meses Luís me dijo que se había follado a su madre. Yo le dije que era un mentiroso y un farolero, y que como no podía demostrarlo. Me dijo que me lo demostraría, un poco más adelante. A lo que se dedicó fue a contarme como sedujo a su madre y luego tuvo sexo con ella.
Según me dijo fueron a la boda de una sobrina de Almudena, y cuando volvieron ella estaba un poco más bebida de la cuenta, tanto que según me dijo Luís tuvo que ayudarla a bajar del taxi y entrar en casa.
Yo lo interrumpí y le dije que si estaba totalmente borracha eso no contaba. Me dijo que lo dejase terminar. Subió a su dormitorio a su madre, y estando en él la ayudo a quitarse el vestido. Almudena todavía era capaz de articular algunas palabras.
-Gracias, hijo, si no es por ti, no se que hubiese hecho ¡Hic!
-No te preocupes. Paraíso están los hijos.
-Si, buen chico, buen chico ¡hic!
-¿Qué hago con el vestido?
-¡Hic! Cuélgalo en una pecha por ahí mismo.¡Hic!
-Ya está. Bueno mamá, hasta mañana.
-Espera. Ayuda q quitarme el sujetador, no puedo desabrocharlo ¡Hic!
-Vaya, que pedazo de tetas tienes, si no fueras mi madre
Luís me confesó que le dijo eso pensando que al día siguiente ella no se acordaría de nada, pero su respuesta fue inmediata.
-De verdad crees ¡hic! que tengo las tetas bonitas?
Esto lo dijo mientras se acariciaba las tetas con las manos.
-Oh, si ya lo creo, y un buen cuerpo.
-Gra ¡hic! cias hijo. Ojala otros hombres pensaran como tú. Si así ¡hic! Fuera habría echado algún polvo más desde que me separé de tu pa ¡hic!dre, pero los que he echado se cuentan con los dedos de una mano y lamentablemente ¡hic! me sobran dedos.
-Pues ellos se lo pierden, porque si fuera yo
-Si fueras tú ¡hic! pero si eres todavía un niño. Seguro que tu polla apenas le daría gusto a una mujer.
Ese comentario me dijo Luís que le dolió un poco y dijo algo de lo que en otras condiciones a lo mejor se hubiese llevado una buena reprimenda.
-¡¡¡Mi polla es bastante grande para mi edad!!! Y seguro que le daría gusto a una mujer.
-Perdona, hijo, ¡hic! No te enfades con mami. No quería menospreciarte. ¡Hic! Vamos a ver ese pedazo de polla que tienes.
Luís me dijo que empezaba a darse cuenta que Almudena estaba bastante borracha, pero sabía un poco lo que hacía. Cuando le dijo lo último, no se esperó ni un segundo y se quitó los pantalones y se bajó los calzoncillos. La cara de sorpresa de Almudena fue espectacular.
-¡Guau!, si que es verdad que tienes una buena polla.¡Hic! Es más grande que la de tu padre. Con esto le darás mucho gusto a las mujeres
-Incluso a ti?
-In¡hic!cluso a mi. Si no fueras mi hijo
-Pues olvídate que soy tu hijo.
-Por dios, Luís, de eso no me ¡hic! puedo olvidar
-Pues entonces hasta mañana
-Pero podríamos probar si sabes usar ese aparato.
Luís se quedó de piedra. Su madre le estaba pidiendo sexo. Se quitó la camisa, la corbata los zapatos y los calcetines y se acercó a la cama de su madre.
Ella le dio un beso en la boca. Luís, por su inexperiencia fue directamente a tocarle las tetas.
-Despacio, mi amor, tenemos tiempo.
Se besaron. Almudena acariciaba el torso de Luís, que hacía lo mismo con la espalda de su madre. Almudena le besó los pezones. Luís casi se corre en ese mismo momento.
-¿Te gusta, mi amor?
-Oh, si, mamá!
-Para hacer casi dos años que no follo no está mal la cosa eh? ¡hic!
-Está muy bien.
-Pues espera, que ahora viene la especialidad de mamá.
Dicho esto se metió toda la polla de Luís en la boca, y empezó a succionar con fuerza. En menos de dos minutos Luís estaba a punto de correrse. Así se lo dijo a su madre.
-Mamá, me corro!!!
-Tranquilo, hijo, hazlo a gusto.
Según me dijo mi amigo su madre no dejo escapar ni una gota. Se lo tragó todo.
Sin embargo la ventaja de los jóvenes es que si bien se corrió muy rápido, en menos de tres minutos estaba otra vez listo para la faena.
-¡Hic! Vaya, si que te recuperas pronto!
-Es lo normal, ¿no?
-Normal, normal, no. Bueno, ahora ¡hic! vamos a jugar en serio. Vas a echar el primer polvo de tu vida, y va a ser con tu madre. Te prometo que no lo vas a olvidar.
Almudena se acomodó en la postura del misionero y Luís se puso encima. Poco a poco metió su polla en el coño de su madre. Lo que Luís no sabía es que su madre era una escandalosa en la cama. Lo descubrió esa noche.
-¡¡¡SI!!!, QUE BUENO, DIOS!!!¡HIC! COMO ME GUSTA, MUEVETE, QUIERO SENTIR TU POLLA DENTRO DE MI.
-¡Oh si mamá, que gusto!
-¡¡¡NO ME DIGAS MAMÁ. SOY UNA PUTA. VAMOS, DÍMELO: ¡HIC! PUTA!!!
-¡Puta! ¿Te gusta follar con tu hijo?
-¡¡¡SIII, ME GUSTA QUE MI HIJO ME PORFORE ESTE COÑO DE PUTA QUE TENGO, MUEVETE MI AMOR, SIGUE ASI, ASI,ASIIII!
-¿Así quieres que te folle puta, así?. Que te la meta en el chocho peludo. Pues prepárate que te voy a destrozar. Te voy a follar hasta que no te puedas sentar.
-SI FOLLAME, FOLLAME, FOLLAMEEEEE!!!
-Me corrooooo!!!
-CORRETE EN MIS TETAS!!!
Se corrieron como dos animales, y al poco tiempo se quedaron dormidos abrazados.
Cuando al día siguiente se despertaron me dio Luís que su madre lo llamó para hablar. Le dijo que lo que habían hecho no estaba bien, pero a lo hecho, pecho, pero que en cualquier caso no se podía decir a nadie. El le preguntó que quería decir, si lo volverían a hacer o no. Ella le contestó que ya verían, pero que desde luego nadie la había hecho sentir así.
Luego me comentó que al poco tiempo volvieron a hacerlo.
Aquí es donde ya entro en juego. Luís me comentó la posibilidad de que los dos pudiésemos follarnos a su madre. Le pregunté que como y me dijo que le dejase hacer a él. Un día que estaban follando Luís le dijo que tenía que pedirle un favor. Bajo la influencia de la polla de su hijo, Almudena dijo que lo que quisiera. Cuando terminaron Almudena le preguntó a Luís que favor quería.
Dio un pequeño rodeo y al final le comentó que le gustaría hacer un trío. Su madre se rió. Le dijo que había estado casi dos años sin follar, y que n sería fácil encontrar a otra persona.
Luís le dijo que ya tenía a la otra persona (que era yo, claro). Almudena le pidió un par de días para pensarlo. Después de esos dos días le dijo que si. Le preguntó por la otra persona y le dijo que era yo. Ella sonrió.
El siguiente día era sábado y mi madre había quedado con mi tía para no se que cosas. Yo me quedé con "mi amigo Luís y su madre". Fui a su casa y la situación era un poco violenta, ya que no era plan de llegar y decir, "hola, buenas, vengo a follar". La cosa estaba un poco tensa con risitas tontas. Almudena puso algo de beber y Luís puso algo de música lenta en el equipo. Poco a poco el ambiente se fue tranquilizando y sensualizando. Luis se acercó a su madre y le dio un beso en la boca. Por gestos me dijo que fuera donde estaban ellos. Me cogió la mano y la puso en una de las tetas de su madre. Era la primera teta que tocaba. Estaba empalmadísimo, la polla iba a estallar dentro del pantalón. Luís se separó de su madre para quitarse la camiseta, y Almudena me empezó a besar a mi. También era la primera vez que besaba. Nos fuimos quitando la ropa hasta que completamente desnudos nos fuimos a la habitación de Almudena. Sentía obsesión por sus tetas, por lo que empecé a chuparlas, morderlas, lamerlas, olerlas, en fin, todo lo que se puede hacer con unas tetas. Por su parte, Luís, alumno aventajado le estaba comiendo el conejito.
Almudena por su parte comenzó con sus sesiones de gritos
-¡DIOS, QUE BUENO, SIIII, SENTIR DOS LENGUAS EN MI COÑO Y EN MIS TETAS! ME VOY A CORRER ENSEGUIDA! ASI, LUÍS, CHUPA EL COÑO MAMI!
-Te gusta así, que te muerda el clítoris, puta!!
Yo me quedé estupefacto, mi amigo Luís le decía puta a su propia madre.
-OH SI, MUERDELE LA PEPITA A TU PUTA MADRE!!!
Yo por mi parte seguí con las tetas, hasta que Luís se levantó y fue al tocador, indicándome que ocupase su lugar.
-ASI, ALBERTO, AMOR MÍO, COMETE LA RAJA DE ESTA ZORRA!!
-Si, eres una zorra caliente que me estás matando de gusto!!
-PUES ESPERA, QUE LO MEJOR ESTA POR LLEGAAAAR!!
Almudena se corrió sobre mi cara. Era la primera vez que sentía los flujos vaginales. Me sabían que ni el más exquisito manjar el mundo. Se puso de nuevo en la cama y Luís y yo nos pusimos uno a cada lado.
-Mamá, te voy a follar el culo.
-¡Luís, nadie me ha dado por culo!
-Pues ya es hora que alguien la meta en ese culito tan rico, ¿y quien mejor que tu hijo?
-Bueno, bueno, pero vete poco a poco, déjame acostumbrar mi ano a tu polla.
Yo me dejé llevar por Almudena que tomó mi polla y la guió a su cueva. Era un poco más pequeña que la de Luís pero bastante más gorda. Nos fuimos sincronizando con Luís que era el que tenía que empezar, para llenar el ano de Almudena.
-¡DESPACIO HIJOPUTA, QUE NADIE LA HA METIDO POR AHÍ!
-Así. ¿Te gusta que tu hijo desvirgue tu culito de zorra?
-¡¡¡SIII!!!, SIGUE ASÍ AHORA, YA ESTA DENTRO, MUEVETE, VENGA CABRÓN DAME GUSTO. Y TU TAMBIÉN, METE Y SACA LA POLLA DE MI COÑO. QUIERO QUE ME LLENEIS LOS DOS AGUJEROS DE LECHE Y CORRERME CON UNA PERRAAAAAA!!!!!
-Sigue así mamá, muévete así, me corroooo!
-Yo también me corro Almu, me voyyyyy!!!
-Y YOOOOO, OS QUIERO, HIJOS, OS QUIERO, ME MATEIS DE GUSTO!!!!
Terminamos completamente extenuados y empapados en sudor. Además Almudena estaba pegajosa por la cantidad de semen que le habíamos tirado encima.
Almudena sacó un cigarrillo y lo encendió.
-Hoy me he corrido como nunca lo había hecho. Creo que me he corrido al mismo tiempo por el culo y por el coño. Ha sido increíble. Tenemos que repetirlo más veces.
-Por mi cuando queráis.
-Bueno, creo que Alberto puede probar incluso sin que yo esté, ¿no crees, mamá?
-Por mi encantada. Después de estos años de abstinencia, ¡¡que llegue la abundancia!!